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Cuadernillo de
lectura
HISTORIA
3 AÑO
Material de Lectura para Historia 3º 2020
Programa temático
Unidad 1: crisis del orden colonial. Guerras de la independencia
La sociedad tardo-colonial.
España en el siglo XVIII. La dinámica del sistema colonial. Las reformas borbónicas y la reorganización
del imperio.
Los intereses económicos de la Metrópoli y los intereses económicos de los españoles americanos.
Las Revoluciones de Independencia.
La independencia de las colonias británicas.
La coyuntura internacional. Las abdicaciones regias. El proceso político español 1808–1810. La ruptura
del pacto colonial y las vías de acceso a la modernidad política.
Las revoluciones y las guerras de Independencia. Persistencias del Antiguo Régimen y recepción de las
Nuevas Ideas.
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Unidad 3: transformaciones en el capitalismo, imperialismo y colonialismo
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CONTRATO PEDAGÓGICO ÁULICO
Año2020
Por medio del presente contrato, alumnos, docente y padres se comprometen a cumplir con las
normas pedagógicas y las socio-afectivas, luego de haber sido debatidas en clase:
1. ASISTENCIA: La asistencia de los/as estudiantes a clase es de fundamental importancia en
todas y en cada una de las materias que componen el plan de estudio de la secundaria
obligatoria. La concurrencia a horario resulta, entonces, imprescindible para que su hijo/a
pueda llegar a comprender en su totalidad los temas que se desarrollan interactuar y
participar.
2. INASISTENCIAS: Es por eso que si deben faltar a dase, es necesario que al reintegrarse, lo
hagan con todos los temas que se hayan dado consultados, los trabajos prácticos realizados,
y los materiales pedidos para poder cumplir con los ejercicios de la nueva dase. No hay
justificación alguna para presentarse a clase sin esto.
3. CITACIONES: Cuando los padres sean citados, en caso de no poder concurrir el día y la hora
señalados, es necesario hacerlo saber por medio del cuaderno de comunicados colocando su
posibilidad horaria.
4. APROBACIÓN DE LA MATERIA: En el caso de no alcanzar los 7 (siete) puntos como calificación
final de la materia con el porcentaje de asistencia (85%) previsto para alumnos no regulares,
el alumno deberá presentarse a una comisión evaluadora en Diciembre/Febrero acorde a la
reglamentación vigente.
5. NORMAS VIGENTES EN EL ACUERDO INSTITUCIONAL DE CONVIVENCIA: Es importante dar
lectura, recordar y respetar las Normas de Convivencia vigentes en el AÍC.
6. CRITERIOS DE EVALUACIÓN: Los estudiantes serán evaluados EN FORMA PERMANENTE por
su participación en clase, por los trabajos prácticos realizados tanto en el aula como en la
casa, por evaluaciones escritas, por la responsabilidad en traer la carpeta, por el compromiso
en conseguir y traer los materiales pedidos, y por cualquier otra actividad pactada entre el/la
profesor/a y los/as alumnos/as.
7. TAREA: Cuando los/las estudiantes lleven tarea a su casa trabajos prácticos o teóricos,
deberán entrégalos en la fecha pactada con el/la profesor/a. La reentrega y reescritura de los
trabajos estará habilitada hasta que se termine el tema que se está trabajando.
a. No se tendrán en cuenta aquellos trabajos copiados de otros alumnos ni hechos por
terceros.
8. CARPETA: Deben tener una capeta y traerla los días que cursan. La misma deberá estar
completa y al día. Ésta es un instrumento de responsabilidad y trabajo exclusivo de los
alumnos/as. Es una herramienta que les permitirá ordenar la materia y tener claro cada uno
de los contenidos aprendidos.
9. También será obligatorio traes a clase la bibliografía
10. INTERNET: podrá utilizarse para consulta pero se deberá chequear la fuente.
11. CELULAR: Está permitido su uso con fines pedagógicos.
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LOS CAMBIOS DEL SIGLO XVIII EN LA AMÉRICA ESPAÑOLA
En el siglo XVIII, en el contexto de la pérdida de la mayor parte de sus dominios europeos,
España concedió especial importancia a sus posesiones americanas. La dinastía de los
borbones emprendió una serie de reformas tendientes a reformular la relación entre la
metrópoli y sus colonias. Una de esas medidas, la creación del Virreinato del Rio de La Plata,
tuvo notables consecuencias para la sociedad y la economía de la región.
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Las reformas militares diecinueve americanos. Sin embargo, esta
Durante los dos primeros siglos de medida no suprimía el monopolio, ya que
dominación en América, España solo continuaba la prohibición de comerciar con otros
había enviado fuertes contingentes países.
militares a zonas que eran de su Esta liberalización parcial del comercio trajo
particular interés y que se veían importantes consecuencias para las colonias,
amenazadas por otras potencias como la prosperidad de regiones hasta entonces
europeas; por ejemplo, Cuba.
relegadas por el predominio de las zonas
En otras regiones la defensa se
mineras; el crecimiento de un nuevo sector de
organizaba con unos pocos militares
entrenados en la Península y la comerciantes y el abaratamiento de los bienes
colaboración de los vecinos que tenían importados. Los Borbones alentaron las
obligación de prestar “servicio de exportaciones americanas de ciertos productos
armas”. escasos en la metrópoli, como los cueros del Río
En el siglo XVIII, preocupada por las de la Plata o el cacao de Venezuela. Pero
guerras europeas y su influencia en desalentaron cualquier cultivo o artesanía que
América, por el proceso independentista pudiera competir con la producción española, por
de las colonias norteamericanas y por ejemplo la seda en México y los Vinos en Cuyo.
la negativa creciente de los habitantes Sin embargo, los productores de América
de las ciudades americanas a colaborar
desobedecían las órdenes reales y continuaban
con la defensa, la corona decidió crear
practicando el contrabando.
un ejército profesional con soldados
reclutados en España. La Corono española se benefició y aumentó sus
Además, en 1779 estableció un servicio ingresos gracias al nuevo sistema comercial y a
militar obligatorio en América para los una mayor presión impositiva sobre las colonias.
hombres de entre 15 y 45 años. De ese Esta política generó conflictos, que fueron
servicio estaban exceptuados los antecedentes del proceso de ruptura del vínculo
abogados, médicos, maestros, colonial.
funcionarios y, en las ciudades
mercantiles, los comerciantes. No
Las reformas administrativas
obstante, en momentos de peligro,
todos debían colaborar Para lograr una mayor centralización y remediar la
La autoridad real porenencima
la defensa.
de
ineficacia y la corrupción, Felipe V creó, a principios
la Iglesia
del siglo XVIII, un organismo de administración
Los Borbones practicaron el
colonial: el Despacho Universal de Indias. También
regalismo, doctrina que atribuía a
inició la división de los inmensos territorios de los dos
los reyes una mayor injerencia en
los asuntos de la Iglesia y la virreinatos existentes en América. En 1739 creó el
consecuente subordinación de Virreinato de Nueva Granada, cuya jurisdicción
esta institución al poder comprendía las actuales repúblicas de Colombia,
monárquico. Panamá, Ecuador y Venezuela. Posteriormente, el
Como la orden de los jesuitas se enriquecimiento de Venezuela, mediante el comercio
opuso a estas ideas y mantuvo su de cacao, algodón y café, determinó su separación
autonomía frente a la Corona y, a como capitanía general en 1773. En 1776 fue creado
la vez, su obediencia directa al el Virreinato del Río de la Plata con capital en Buenos
Papa, fue expulsada de América Aires. Chile se convirtió en capitanía general en 1778
por orden de Carlos III en 1767. y Cuba en 1795.
Como modo de organizar los virreinatos, en 1782
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Carlos III estableció las intendencias. Eran subdivisiones de los virreinatos que tenían como
objetivo agilizar la administración y facilitar la política impositiva, al unificar las atribuciones de
varias autoridades en la persona de los intendentes, funcionarios que eran nombrados
directamente por el rey. Sus principales funciones eran organizar la recaudación de los
tributos e impuestos; impulsar la agricultura, la ganadería, la industria, la minería y el
comercio; mejorar las calles, plazas, edificios públicos e iglesias; controlar precios y
mercaderías. Como los intendentes debían defender los intereses de la Corona frente a los
intereses locales, se volvieron funcionarios muy impopulares.
Este sistema no tuvo las consecuencias favorables que suponía la Corona, sino que fomentó
la aparición de una nueva burocracia, conformada por nuevos funcionarios y también por
comerciantes españoles atraídos por las ventajas del Reglamento para el Comercio Libre.
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AMÉRICA EN EL SIGLO XVIII
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La creación del virreinato del Río de la Plata
Originalmente la región del Río de la Plata dependía del Virreinato del Perú. Este virreinato
era demasiado extenso y sus autoridades tenían problemas para controlar las regiones más
distantes de Lima. La atención de los asuntos judiciales también se complicaba, porque el
tribunal más cercano era la Audiencia de Charcas, en el Alto Perú. Para enfrentar la
expansión portuguesa y combatir el contrabando, la Corona decidió establecer una nueva
jurisdicción. En 1776, Carlos III creó el Virreinato del Río de la Plata, que abarcaba las
actuales repúblicas de Argentina, Bolivia (entonces, Alto Perú), Paraguay, Uruguay
(entonces, Banda Oriental), parte del estado brasileño de Río Grande del Sur y una salida al
Pacífico, hoy perteneciente a Chile.
En 1782, el Virreinato del Río de la Plata fue el primero que se subdividió de acuerdo al
sistema de intendencias. Así, su territorio quedó organizado en ocho intendencias: Buenos
Aires, Asunción del Paraguay, Córdoba del Tucumán, Salta del Tucumán, Charcas, Potosí,
Cochabamba y La Paz. También se organizaron cuatro gobiernos político-militares en las
fronteras con el Brasil: Montevideo, Misiones, Moxos y Chiquitos. Para organizar la justicia,
en 1785 se creó la Audiencia de Buenos Aires.
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La sociedad porteña cambia sus hábitos
La creación del Virreinato del Rio de la Plata y la apertura del puerto produjeron notables
cambios en la sociedad porteña. Al constituirse en capital del virreinato, Buenos Aires
adquirió la categoría política de las grandes ciudades americanas. Comenzaron a funcionar
nuevas instituciones y se formó un cuerpo de funcionarios, que en su mayoría provenían de
España.
La riqueza generada por la intensa actividad comercial del puerto permitió la consolidación de
una elite integrada por funcionarios, comerciantes, jefes militares y dignatarios de la Iglesia,
la mayor parte de ellos de origen peninsular. Este grupo adoptó costumbres y modos de
relación social propios de una capital virreinal: asistía a funciones teatrales, corridas de toros
y grandes celebraciones políticas y religiosas. El acceso a mercaderías más sofisticadas
provenientes de Europa modificó las vestimentas de hombres y mujeres e introdujo cambios
en el mobiliario y los enseres de las casas.
También formaba parte de la elite porteña el llamado grupo de los intelectuales criollos,
muchos de ellos abogados formados en Europa o en la Universidad de Charcas, cuya
intervención sería decisiva en el proceso de ruptura con España.
Existían sectores medios, conformados por comerciantes minoristas, empleados de casas
comerciales y de la administración, pulperos, maestros y artesanos especializados.
Los sectores populares de la ciudad estaban formados por gran número de mestizos, mulatos
y negros. El aumento de la cantidad de esclavos revelaba el poder económico creciente de
sus amos blancos.
Durante el período virreinal, la ciudad creció en número de habitantes, ya que la actividad
mercantil atrajo a comerciantes españoles y extranjeros, artesanos, profesionales y gente sin
un oficio fijo que buscaba oportunidades laborales.
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El impacto social de las Reformas borbónicas en América
A lo largo del siglo XVIII, en distintas regiones del imperio americano, se produjeron
numerosos levantamientos y protestas, que pusieron de manifiesto las numerosas
tensiones sociales y raciales existentes en el mundo colonial.
Antes de llegar a la primera mitad del siglo XVIII, en la
Gobernación del Paraguay -que aún dependía del Rebeliones comuneras: el
Virreinato del Perú- y en Venezuela, se produjeron común era el nombre con el que
motines que forzaron la renuncia de las se identificaba al pueblo. De
autoridades constituidas, bajo la consigna de “Viva el acuerdo con algunas doctrinas
Rey, muera el mal gobierno”. Algo similar ocurrió en de la época, el poder del rey no
Quito, hacia 1765, como respuesta al aumento de podía estar en contra del bien
algunos impuestos. Ambas rebeliones comuneras común. Habitualmente, este
fueron sofocadas, pero hacia fines de siglo estallaron concepto se utiliza para designar
casi simultáneamente dos rebeliones, en Nueva algunas rebeliones ocurridas en
Granada y en Perú, respectivamente. España y en América durante la
Edad Moderna.
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Los levantamientos de Nueva Granada y de Perú
El levantamiento de Nueva Granada comenzó en 1781, como una fuerte protesta contra los
abusos del Gobierno y contra la presión impositiva. Las autoridades de Bogotá lograron
frenar la revuelta otorgando algunos beneficios a los criollos, quienes finalmente colaboraron
en la represión a los indígenas, los mulatos y los negros esclavos que habían encabezado la
sublevación.
Mientras tanto, en Perú, en 1780, había comenzado una gran rebelión indígena que se
extendió desde el Cusco hasta el Alto Perú, acaudillado por Túpac Amaru. La revuelta tuvo
sus orígenes en los abusos que sufría la población indígena; pero, al igual que en Nueva
Granada, a estos grupos se sumaron algunos sectores criollos. El conflicto fue creciendo, y el
discurso de Túpac Amaru convocaba a sus seguidores a una revolución que desafiaba a la
monarquía e incluía una profunda transformación social. Como consecuencia, muchos de los
que, en un principio, lo habían apoyado se sintieron amenazados.
El movimiento rebelde perdió fuerza y fue sofocado por las autoridades coloniales en 1782. El
saldo fueron
miles de
víctimas, en
las que se
contaba su
líder e
inspirador,
quien fue
salvajement
e ejecutado.
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La independencia de las colonias británicas
El Congreso de Filadelfia
En 1774, se organizó un Congreso General en Filadelfia, con representantes de varias
colonias, que peticionaron al rey para que cambiara su política. La respuesta fue negativa. En
1775, un segundo Congreso designó a George Washington (1732-1799) para que organizara
un ejército y lo nombró comandante en jefe. Los colonos fueron declarados rebeldes por el
rey Jorge III (1738-1820) y se inició el enfrentamiento bélico entre sus tropas y las or-
ganizadas por los colonos.
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Independencia y Constitución
Mientras se desarrollaba el conflicto bélico, el 4 de Julio de 1776 el Congreso de Filadelfia
declaró la Independencia de los Estados Unidos de América. Fue el primer país del
continente en romper con los lazos coloniales.
Luego de ocho años de lucha, los americanos ganaron la guerra. Contaron con el apoyo
militar y financiero de Francia y España, rivales tradicionales de Inglaterra. En 1783, la
Corona reconoció oficialmente la Independencia de las colonias.
Fue necesario, entonces, organizar el nuevo Estado. En 1787, se aprobó en Filadelfia una
Constitución. En la Declaración de Derechos, la Constitución establecía que todos los
hombres habían sido creados iguales, dotados por su creador de derechos inalienables,
como la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad. Los gobiernos habían sido instituidos
para garantizar esos derechos y, si una forma de gobierno destruía estos principios, el pueblo
tenía derecho a instituir un nuevo gobierno que se fundara en su restablecimiento.
En materia política, la Constitución introducía varias novedades, como la organización de una
república representativa y federal y la creación del cargo presidencial. Cada Estado
(correspondiente a las anteriores trece colonias) conservaba su autonomía legislativa y
administrativa. No obstante, existían autoridades nacionales, representadas de la siguiente
manera.
La independencia de las colonias españolas de América fue el resultado de un intenso
proceso, a lo largo del cual los países americanos tomaron conciencia paulatinamente de su
propia identidad y de sus posibilidades de crecimiento autónomo.
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EL PROCESO REVOLUCIONARIO EN EUROPA
El siglo XVIII se caracterizó por el surgimiento y la expansión de nuevas ideas políticas,
sociales y económicas que marcaron un giro importante en Europa y en América. Las ideas
de la ilustración conmovieron al Viejo Continente, incluyendo España. Pero el modelo del
Despotismo Ilustrado que llevaron adelante los monarcas europeos se agotó en las últimas
décadas del siglo.
El crecimiento material y el progreso cultural no fueron suficientes para que se manifestaran
algunos conflictos que estaban contenidos en esas sociedades, y que no terminaban de
resolverse. Por ejemplo, entre ellos: el interés de los nobles por no perder sus privilegios y su
competencia por el poder con los monarcas; la lucha de los burgueses por liberarse de las
trabas administrativas que limitaban sus derechos e impedían su progreso económico; la
presión de los sectores populares por mejorar sus condiciones de vida, realmente miserables.
Las ideas de soberanía popular y de la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley abrieron
el camino para los cambios. La Revolución Francesa resulta de esa conmoción de las ideas.
Entre 1793 y 1794, se instaló en Francia el régimen del terror, encabezado por los jacobinos
durante el cual, los sospechosos de estar en contra de la revolución eran condenados a la
guillotina. Luego, tras la caída de los jacobinos, una nueva Constitución otorgó el poder al
Directorio, un poder ejecutivo de cinco miembros. Además, eliminó el sufragio universal
masculino y solo permitió el voto a los propietarios. ¿Qué quedaba de aquellos principios de
soberanía popular?
Los reyes de Inglaterra, Austria, Prusia y Rusia estaban decididos a frenar el avance
republicano. En este contexto, el triunfo de la Revolución estaba atado a los triunfos militares
fuera de Francia. EI ejército se convirtió en el resguardo en contra de los avances
monárquicos. Uno de los generales, Napoleón Bonaparte, fue ganando popularidad con sus
campañas militares exitosas; muchos creían que sólo él podría garantizar cierto orden
interno.
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El impacto de la Revolución Francesa en América. Un ejemplo
Saint-Domíngue, la colonia francesa en el Caribe ubicada en el tercio occidental de la isla La
Española, dedicada a exportar azúcar y café a Francia, era un modelo de la sociedad
colonial: los blancos ricos estaban enfrentados a los blancos pobres los blancos pobres, a los
mulatos los mulatos, a los negros.
El sometimiento de alrededor de
medio millón de esclavos por la
fuerza militar para trabajar en las
plantaciones era como una olla a
presión, que podía estallar en
cualquier momento. Más aún en el
contexto de la revolución que se
vivía en su metrópoli, Francia.
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LAS REPERCUSIONES EN EL RÍO DE LA PLATA
Las alianzas y rupturas entre los países del Viejo Continente también repercutían en América.
Así sucedió, por ejemplo, con los cambios en la relación entre Inglaterra y España: aliadas al
principio y, enfrentadas luego de que España se alineara con Francia, los problemas se
manifestaron en el Rio de la Plata.
Durante el siglo XVIII, se había producido una gran transformación en la economía inglesa
sostenida en el desarrollo de la industria y, en particular, en la fabricación de textiles. Como
resultado de la Revolución Industrial, hacia el 1800, Inglaterra había aumentado
significativamente su producción y exportaba alrededor del 65% de sus tejidos. Las colonias
españolas, poseedoras de plata, era un mercado interesante para expandir las
exportaciones, pero el sistema comercial español, basado en el monopolio, representaba una
traba para ello. Imposibilitados de comerciar abiertamente con las colonias españolas, los
ingleses usaban cada vez más la vía del contrabando y podían así vender sus productos en
los puertos americanos. Después de 1796, durante los años en los que Inglaterra se enfrentó
con España, los británicos bloquearon el puerto de Cádiz y los puertos en América y atacaron
los barcos españoles en el mar.
El comercio entre la metrópoli y sus colonias americanas disminuyó sensiblemente. No
llegaban suficientes productos de España y los que sí arribaban, eran caros. La monarquía
española se vio obligada a permitir el comercio de sus colonias con barcos neutrales que, a
su vez, comercializaban productos ingleses. El rígido sistema de monopolio se relajó, pero
lejos de evitar el deterioro del intercambio entre España y América, el efecto fue una mayor
dificultad de la metrópoli para conectarse con sus dominios. En 1805, la flota británica derrotó
a la armada franco-española en la batalla de Trafalgar, lo que consagro el dominio inglés en
el océano Atlántico. Sin barcos, el futuro de España como potencia imperial era incierto.
Por su parte, tras el bloqueo de los puertos europeos impuesto por Napoleón, los ingleses
estaban más preocupados que antes en buscar nuevos mercados para sus productos
industrializados. Así, entre 1806 y 1807, en dos oportunidades, intentaron conquistar Buenos
Aires.
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En 1807, llegaron refuerzos para repetir el intento de ocupación. Con su liderazgo,
nuevamente los vecinos de Buenos Aires se impusieron a los ocupantes, que debieron
marcharse.
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había partido hacia Brasil, y que había llevado consigo sus caudales y sus archivos, a fin de
evitar que cayeran en manos del emperador francés.
En 1808, tras un motín en Aranjuez (España) contra Manuel Godoy –un funcionario cercano
al rey-, el rey Carlos IV abdicó en favor de su hijo Fernando VII. Napoleón aprovechó la
debilidad y los problemas internos de la monarquía española: el 5 de mayo, convocó a
Fernando VII y a su padre a la localidad de Bayona, al otro lado de la frontera con Francia, y
obligó al joven monarca a devolver el trono a Carlos IV quien, a su vez, en una farsa, lo
delegó en José I, hermano de Bonaparte.
El pueblo español inició un levantamiento contra la ocupación francesa. El 2 de mayo, los
madrileños se sublevaron contra los franceses que habían invadido su ciudad. En los días
siguientes, comenzaron a formarse Juntas en diversas provincias que juraban fidelidad al rey
cautivo. Comenzó así la guerra de Independencia de España.
Con la idea de mantener la unión de España a pesar de la ausencia del rey, el 25 de
septiembre de 1808, se constituyó en Aranjuez una Junta Central Gubernativa del Reino,
depositaria de la autoridad del monarca, que envió varias proclamas a los dominios de
ultramar para invitarlos a que enviasen a sus delegados.
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DE LA REVOLUCIÓN A LA INDEPENDENCIA EN EL RÍO DE PLATA
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Entre quienes participaron del movimiento de Mayo de 1810, algunos se sentían españoles,
otros se diferenciaban como criollos. Algunos estaban convencidos de que era necesario
crear una Junta hasta que Napoleón fuera vencido y el rey volviera a ocupar el trono; otros,
influenciados por las ideas de la Revolución Francesa, creían en un cambio político más
profundo. Entre estos últimos, se destacaba Mariano Moreno, designado secretario de Ia
Junta, fundador de La Gaceta, el primer periódico político de Buenos Aires, creado el 7 de
junio de 1810. Desde esta publicación, defendía la libertad de pensamiento y de
expresión, y sostenía la idea de soberanía popular*.
Después de Mayo de 1810, se fundaron periódicos en los que cada sector manifestaba sus
ideas. La prensa no sólo fue un medio para difundir noticias, sino también para educar al
pueblo soberano y un elemento central en Ia vida política de la época.
“Si vemos el 25 de Mayo como una enorme puerta que abre el camino para la
independencia, no es por lo significativo de ese día, sino por la significativa mirada
presentada por Moreno, que fue tornando cada vez más lejana a idea de conservar el
orden preestablecido en el Río de la Plata. Es él quien tiene más argumentos para actuar
frente a las novedades que se van produciendo, fruto de la situación europea; quien
muestra la mayor capacidad de intentar llevar a la práctica Ideas cada vez más alejadas
del sistema monárquico español; quien introduce planteos respecto a la necesidad de
soberanía local y, luego, una mirada acerca poder. Un poder centralista, pero cercano al
republicanismo”
Schmit, Roberto: “La visión contemporánea de nuestra historia. Diez historiadores eligen al
hombre clave en la Revolución”, Clarín, 25 de mayo de 2004.
Conflictos de poder
Los conflictos y debates planteados a partir de Mayo de 1810 condujeron a una nueva
organización política, afectaron la vida de las personas y modificaron las relaciones entre
las provincias que integraban el Virreinato del Río de la Plata. Inmediatamente se planteó un
conflicto entre la Junta y el Cabildo de Buenos Aires, que le había otorgado poder y
legitimidad al nuevo organismo. En el acta firmada el 25, se establecía que la Junta, asumiría
las atribuciones correspondientes a un virrey, es decir, el gobierno, el control de la
economía y los temas de guerra. Las cuestiones de justicia quedaban en manos de la Real
Audiencia.
EI Cabildo era una institución local, una autoridad de la ciudad, que se reservaba I a
vigilancia de las acciones de los miembros de la Junta y podía destituirlos por mal
desempeño de sus funciones. Esta situación mostraba la dificultad para establecer los límites
entre las autoridades que ya existían y el nuevo gobierno. Además, es posible imaginar que
los miembros de la Junta sospecharan de los antiguos funcionarios; los criollos, de los
españoles, y muchos, de quienes sostenían las virtudes de la Revolución francesa y de la
independencia de los Estados Unidos de América.
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Las decisiones de Mayo de 1810 dividieron a
Circular del 27 de mayo
los habitantes de Buenos Aires y de las demás
ciudades rioplatenses en diferentes bandos. “…los Diputados han de irse
Por ejemplo, un grupo muy importante en la incorporando en esta Junta, conforme
sociedad colonial eran los comerciantes. y por el orden de su llegada a la
Algunos eran partidarios del monopolio, y Capital, para que así se hagan de la
otros apoyaban el libre comercio. Cornelio parte de confianza pública que
conviene al mejor servicio del Rey y
Saavedra, jefe del Regimiento de Patricios,
gobierno de los Pueblos, imponiéndose
también estaba vinculado con el comercio de con cuanta anticipación conviene a la
cueros y, por ello, estaba a favor del formación de la general, de los graves
intercambio con Inglaterra. asuntos que tocan al Gobierno. Por lo
mismo se habrá de acelerar el envío de
La revolución mas allá de Buenos Diputados, entendiendo debe ser uno
por cada ciudad o Villa de las
Aires Provincias [...] para contribuir en
El principio declamado por los vecinos de estrecha unión a salvar la Patria de
Buenos Aires al establecer la junta de Gobierno convulsiones que la amenazan, si no se
sostenía que, ante la ausencia del rey, la prestasen las Provincias a la unidad y
soberanía volvía a los pueblos. armonía que debe reinar entre
ciudadanos de un mismo origen, de
EI 27 de mayo, la Junta envió una circular a los
dependencia e intereses”.
Cabildos del resto del Virreinato que
informaba de la nueva situación en Buenos Real Fortaleza de Buenos Ayres, 27 de
Aires y los invitaba a elegir un diputado para mayo de 1810.
integrar la Junta. Simultáneamente, se
enviaron expediciones militares, que debían explicar el cambio y defender la posición del
nuevo gobierno. Una de ellas se dirigió al Alto Perú, y otra, al Paraguay.
En las ciudades del resto del territorio rioplatense, las autoridades y los vecinos reaccionaron
de manera diversa frente a las noticias que llegaban de la capital virreinal. En Córdoba, un
grupo liderado por el gobernador intendente Juan Gutiérrez de la Concha, el obispo Rodrigo
Antonio de Orellana y Santiago de Liniers se oponía a la decisión tomada en Buenos
Aires. Estos hombres no contaron con un apoyo local importante y fueron perseguidos y
fusilado (con excepción del religioso) por orden de la Junta. Esta acción frente a un intento de
rebeldía funcionó como lección para saber hasta dónde estaban dispuestos a llegar los
miembros del nuevo gobierno.
En el norte del territorio, en las ciudades de La Paz, Cochabamba, y Potosí, se opusieron a
la instalación de la Junta, pero unos meses después adhirieron los vecinos y las
autoridades al movimiento porteño.
En Paraguay, un congreso reunido en julio decidió no aceptar a las nuevas autoridades en
Buenos Aires.
Entre Ríos, Corrientes, Santa Fe, San Luis, San Juan, La Rioja, Catamarca, Santiago del
Estero, Tucumán, Salta, Misiones y Jujuy manifestaron su apoyo a la Junta.
Mientras tanto, en la Banda Oriental, se estableció un foco de resistencia realista (que se
oponía a la revolución): Francisco de Ello fue designado virrey por el Consejo de Regencia
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Saavedra y Moreno: un enfrenamiento que crece
Las diferencias entre Cornelio Saavedra y Mariano Moreno se acentuaban cada día. La
demostración más contundente del enfrentamiento entre los dos líderes sucedió durante los
festejos, que se realizaron en Buenos Aires, por el triunfo en la batalla de Suipacha, en el
norte del territorio. Algunos oficiales impidieron que Moreno ingresara al salón, y durante
la fiesta, un oficial le entregó a la esposa de Saavedra una corona de azúcar para que le
diera a su marido. Pronto se corrió la voz de que el presidente de la Junta tenía inten-
ciones de coronarse rey.
El 8 de diciembre, Moreno impulsó un decreto de supresión de honores, que valoraba los
principios republicanos, establecía la igualdad absoluta de todos los integrantes de la
Junta y le quitaba a Saavedra el mando militar supremo, que quedaba en manos de todos
los miembros del gobierno.
Como afirma la historiadora Marcela Ternavasio, este punto era muy importante porque
privaba al presidente de la Junta de una de las atribuciones fundamentales heredadas del
cargo de virrey: la comandancia general de las tropas. Es que para muchos
partidarios de Moreno que Saavedra contara con ese poder y la entrega de una
corona, aunque fuera de laurel o de azúcar, evocaba la imagen del despotismo
unipersonal y de la autoridad depuesta en Mayo de 1810.
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La Junta resolvió que los morenistas Domingo French y Juan Antonio Beruti fueran detenidos,
y que se enviase a juicio a Manuel Belgrano por su cuestionada gestión militar en el Alto
Perú. A pesar de estas medidas, la situación política no se estabilizó. A esto se sumaba el
resultado desfavorable de las campañas militares del Alto Perú y del Paraguay, que
afectaba el ánimo de los patriotas, como se designaban los partidarios de la revolución.
Saavedra partió hacia el norte, con el objetivo de hacerse cargo del ejército, y sus opositores
aprovecharon su ausencia para dar un cambio de timón.
El Segundo Triunvirato
Con el correr de los días, los morenistas, nucleados en la Sociedad Patriótica,
comenzaron a criticar la postergación de la reunión del congreso y la débil política del
gobierno para decidir la independencia. A ellos se sumaron algunos jóvenes militares,
llegados recientemente de España, como José de San Martín y Carlos María de Alvear,
que participaban de la Logia Lautaro. Esta organización secreta tenía vínculos con otras
organizaciones del resto de América, cuya meta era contribuir a la emancipación de las
colonias. En octubre de 1812, los integrantes de estas asociaciones impulsaron un
nuevo cambio de gobierno y se designó un Segundo Triunvirato, integrado por Juan José
Paso, Nicolás Rodríguez Peña y Antonio Alvarez Jonte. Una de sus primeras medidas fue
convocar a una Asamblea Constituyente.
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Otros, de tenencia federal, afirmaban que todas las ciudades eran igualmente soberanas
querían amplias autonomías para las ciudades/provincias.
A pesar de que su principal objetivo no se cumplió, la Asamblea del Año XIII marcó un
momento importante en el proceso de independencia, ya que tomó medidas que
mostraban la voluntad emancipadora. Desde septiembre de 1813, la Asamblea había
perdido su impulso institucional. A comienzos de 1814, se creó una nueva forma de
gobierno: el Directorio, un Poder Ejecutivo unipersonal.
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LAS GUERRAS DE LA INDEPENDENCIA
Las primeras expediciones que salieron desde Buenos Aires hacia el Alto Perú y el
Paraguay llevaban el mensaje de la junta con el objetivo de sumar apoyos, pero también
portaban la decisión de imponer el cambio de gobierno si encontraban resistencias.
En el Alto Perú, las autoridades españolas contaron con el apoyo del virrey del Perú, que
estaba interesado en sumar esta rica provincia a su jurisdicción. Entre 1810 y 1815, se
realizaron tres expediciones.
Primera expedición (1810 y 1811): estuvo bajo el mando de Antonio González
Balcarce, acompañado del vocal de la Junta, Juan José Castelli. En Córdoba,
encontraron la oposición de Liniers y de otros líderes locales, pero la rebelión se
sofocó y se ejecutó a los cabecillas. En noviembre de 1810, el ejército
revolucionario obtuvo una victoria en la batalla de Suipacha, lo que permitió la
ocupación de las cuatro gobernaciones altoperuanas (Potosí, Charcas,
Cochabamba y La Paz). Castelli, partidario del principio de igualdad entre los
hombres, suprimió el tributo y los servicios personales, creó escuelas, otorgó
tierras y reconoció el derecho de representación a los indígenas, pero estas
medidas fueron mal recibidas por los sectores más altos de la sociedad altoperuana.
Estas iniciativas permitieron sumar más hombres al ejército patriota, aunque
desestabilizaron el orden social y pusieron en contra del movimiento revolucionario
a los sectores que se beneficiaban con el trabajo indígena. En junio, el ejército
realista, fortalecido, venció al ejército patriota en Huaqui. La tropa quedó
desmoralizada, enferma, sin recursos.
La Segunda expedición (1812- 1814): al mando de Manuel Belgrano. Los triunfos
en Tucumán y Salta dieron respiro a los patriotas. El virrey del Perú envió
refuerzos a los españoles. A fines de 1813, los realistas vencieron en Vilcapugio y
Ayohuma, y nuevamente los patriotas debieron retirarse. Ante el peligro de invasión
a Salta, el coronel José de San Martín, militar de carrera, reemplazó a
Belgrano en la jefatura del Ejército del Norte, pero en abril renunció al mando y se
retiró a Córdoba. Estaba convencido de que había que buscar otra ruta para
vencer a los españoles.
Tercera expedición (1815): el Ejército del Norte, al mando de José Rondeau, ocupó
Potosí, pero luego fue derrotado en Venta y Media, y en Sipe-Sipe. Finalmente, el Alto
Perú se perdió para la causa revolucionaria.
28
Martín Miguel de Güemes y su guerra gaucha
En las acciones que se desarrollaron en el norte del territorio, se destacó Martín Miguel de
Güemes, miembro de una de las familias más ricas de Salta, quien había seguido la carrera
militar en Buenos Aires.
Antes de retirarse del Alto Perú, San Martín encomendó a Güemes la resistencia frente a los
españoles. El general salteño reclutó un grupo de gauchos, que se convirtieron en soldados y
con los que llevó adelante lo que se conoce como la guerra gaucha: ataques casi diarios
que consistían en cortos tiroteos seguidos de retiradas. Así, unas fuerzas poco disciplinadas
y mal equipadas, pero apoyadas por la población, pudieron impedir el avance del ejército
realista, que contaba con más recursos y mayor profesionalismo, y amenazaba per-
manentemente con invadir Salta. Güemes contó con la colaboración de su hermana,
Macacha, quien armó un taller en su casa para la confección de ropa para los soldados y fue
su consejera en momentos de negociación con los realistas.
Como reconocimiento a los servicios que prestaba en norte del país, desde Buenos Aires, en
general, se sostuvo la acción de Güemes, cuyo poder local fue creciendo con un amplio
apoyo de los sectores populares. Por el contrario, su relación con los sectores altos de la
sociedad se fue resintiendo pues para sostener la resistencia frente a los españoles, el jefe gau-
cho tuvo que recurrir a las contribuciones económicas en dinero y en recursos (muchas veces
forzadas) de esa élite salteña.
La campaña al Paraguay
La expedición enviada al Paraguay en diciembre
¿Qué significó la guerra? de 1810 estaba al mando del general Manuel
Belgrano. Después de un enfrenta-miento en
La guerra movilizó un número importante de Campichuelo, favorable a los revolucionarios,
personas y de recursos. Fue necesario
dos batallas ganadas por los paraguayos marcaron
convertir en soldados a los voluntarios que
habían participado en las milicias urbanas, la pérdida de este territorio: Tacuarí y Paraguarí.
por ejemplo, durante las Invasiones inglesas. En marzo de 1811, se firmó un armisticio, y el
Este proceso fue lento y no siempre exitoso. ejército de Belgrano se retiró. Dos meses
Del mismo modo, hombres de letras y después, el Paraguay inició su propia revolución y
abogados se transformaron en militares y su camino hacia la independencia de España,
debieron desarrollar estrategias, cuando no pero también de las provincias del Río de la
se habían formado para ello, como fue el
Plata.
caso de Manuel Belgrano. En las distintas
provincias, los pobladores fueron
incorporados a la tropa, las tierras quedaron
en manos de sus mujeres, y el ganado fue Las tensiones en la Banda Oriental
usado para alimentar el ejército.
En Mayo de 1810, el Cabildo de Montevideo se
declaró fiel al Consejo de Regencia de Cádiz, que había designado virrey a Francisco de
Elío, y la Banda Oriental rompió relaciones con la Junta de Buenos Aires.
La población rural estaba descontenta con las autoridades españolas, ya que no podían
acceder a la propiedad de la tierra y eran obligados a incorporarse al ejército. Estos
sectores, liderados por José Gervasio Artigas, apoyaron la revolución iniciada en la
antigua capital virreinal.
29
Las fuerzas patriotas sitiaron a los españoles en Montevideo, es decir, los rodearon e
impidieron sus movimientos. Pero el interés de los portugueses por controlar la Banda
Oriental era una amenaza para los revolucionarios, que eligieron negociar con Francisco
de Elío. En octubre de 1811, las tropas de Buenos Aires se retiraron. Muchos de los
artiguistas que habían participado en el sitio de Montevideo abandonaron sus tierras y se
instalaron en Entre Ríos.
Un año después, José Rondeau sitió por segunda vez la ciudad de Montevideo, y la
tensión entre Artigas y los diferentes gobiernos instalados en Buenos Aires fue en aumento.
El momento más difícil fue cuando el líder oriental envió representantes a la Asamblea del
Año XIII con instrucciones precisas para impulsar la sanción de una Constitución que
estableciera una forma de gobierno federativa y que reconociera a la Banda Oriental como
una provincia autónoma. Estos diputados fueron rechazados y no pudieron sumarse a la
Asamblea.
Mientras tanto, en Buenos Aires, se formó una flota al mando de Guillermo Brown, que en
junio de 1814 venció a los realistas y contribuyó a su rendición en Montevideo. Si bien el
peligro español había sido eliminado, se inició una guerra civil entre los porteños y los
criollos de la Banda Oriental.
El Directorio
La creación del cargo de Director Supremo, que duraría en sus funciones dos años,
indicaba que había triunfado la idea de una mayor concentración de poder. El primer director
fue Gervasio Antonio de Posadas, quien gobernó en un contexto de profundos cambios.
Napoleón había sido vencido en Europa, y las monarquías definían una tendencia más
conservadora. Fernando Vil volvió a ejercer su reinado y mostró la voluntad de recuperar las
colonias en América. Mientras tanto, Artigas, enterado de un nuevo pacto entre Buenos
Aires y los portugueses, decidía romper con el Directorio.
En abril de 1815, Carlos María de Alvear reemplazó a Posadas. Su gestión,' caracterizada por
un intento de mayor concentración del poder, generó resistencias. El punto de mayor
conflicto era el litoral: Santa Fe, Corrientes y Entre Ríos se habían unido en la Liga de los
Pueblos Libres, bajo el liderazgo de Artigas. Álvarez Thomas fue enviado por el mismo Alvear
para invadir Santa Fe, pero se sublevó y, luego, asumió el cargo de Director. Álvarez Thomas
orientó su gestión a tratar de resolver los conflictos internos, pero prestó especial atención a lo
que sucedía en Europa, el mayor peligro para la causa revolucionaria en ese momento. Se
hacía imprescindible lograr una definición respecto de la relación con España y de la forma
de gobierno que adoptarían las Provincias Unidas del Río de la Plata. Se convocó a un
nuevo congreso, que se reunió en San Miguel de Tucumán.
30
San Martín en la Guerra de la Independencia
José de San Martín había nacido en Yapeyú, provincia de Corrientes, hijo de un capitán
español. Su familia se trasladó primero a Buenos Aires y, luego, a España, donde San Martín
hizo la carrera militar.
Cuando el joven militar José de San Martín llegó a Buenos Aires en 1812, no imaginaba que
iba a ser un protagonista tan importante de la independencia de las antiguas colonias
españolas. En cuanto regresó a Buenos Aires se sumó a la actividad revolucionaria. Estaba
convencido de que el camino para vencer a los españoles era realizar una campaña a gran
escala en varios puntos de América y, también, de la necesidad de contar con un ejército
entregado y bien equipado.
En 1814 fue nombrado jefe del Ejército del Norte, pero en pocos meses dejó ese cargo. Fue
designado gobernador intendente de Cuyo y, desde ese cargo, en 1815, reunió un ejército de
unos 2.800 hombres, con los que se proponía llegar a Chile para colaborar con el movimiento
emancipador en ese país.
San Martín contó con el apoyo del Director Supremo, Juan Martín de Pueyrredón. En ese
momento, se había reunido en Tucumán el Congreso que declararía la independencia de las
Provincias Unidas del Río de la Plata. Desde su cargo, San Martín alentaba la pronta
resolución de ese tema.
Aliado de Bernardo de O'Higgins, uno de los patriotas chilenos, cruzó la Cordillera de los
Andes y, en febrero de 1817, obtuvo un primer triunfo en Chacabuco, que le permitió la
ocupación de Valparaíso y facilitó la declaración de la independencia de Chile. Si bien poco
después San Martín fue derrotado en Cancha Rayada, en abril de 1818, una nueva victoria en
la batalla de Maipú consolidó la posición patriota frente al enemigo. En agosto de 1820, una
flota organizada por O'Higgins y San Martín partió rumbo al Perú, el punto más fuerte de los
españoles. En 1821 declararon la independencia de este país.
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Una nueva organización del territorio
Entre 1810 y 1820, el territorio que correspondía al Virreinato del Río de la Plata se fue
modificando. Hacia el final de esta década, el mapa mostraba el proceso de disgregación
política como resultado de la revolución y de la guerra.
El Alto Perú, formado por las gobernaciones de Potosí, Cochabamba, Charcas y La Paz, fue
dominado por los españoles, separado de las Provincias del Río de la Plata e incorporado al
Virreinato del Perú.
La gobernación del Paraguay se rebeló frente al poder de los porteños y llevó adelante su
propio proceso de independencia.
Por su parte, la Banda Oriental se mantuvo entre dos fuerzas: los intentos de Buenos Aires
por sostener su unión a las provincias rioplatenses y el avance de los portugueses estable-
cidos en Brasil. En contra de Artigas, Buenos Aires alentó el dominio portugués y, finalmente,
en 1817, la Banda Oriental fue incorporada al Reino Unido de Portugal y Brasil con el nombre
de Provincia Cisplatina.
En 1813, de las antiguas gobernaciones intendencias, sólo tres seguían unidas bajo el
gobierno establecido en Buenos Aires: la de Buenos Aires, la de Salta y la de Córdoba. El
Triunvirato separó las ciudades de Mendoza, San Juan y San Luis de la gobernación de
Córdoba y creó una nueva gobernación, la de Cuyo. En 1814, el director Posadas creó las
provincias de Entre Ríos y Corrientes, separándolas de Buenos Aires. Del mismo modo,
Tucumán fue segregado de la gobernación de Salta. Así, sobre la base de las principales
ciudades, fueron surgiendo nuevas provincias.
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34
El Congreso de Tucumán y la independencia
En marzo de 1816, comenzó a sesionar el Congreso General Constituyente en San Miguel
de Tucumán, en un clima de hostilidad al poder de Buenos Aires. Las provincias de Jujuy,
Salta, Tucumán, La Rioja, Catamarca, Santiago del Estero, Mendoza, San Juan, San Luis,
Buenos Aires, Córdoba, Charcas, Cochabamba, Tupiza y Mizque (los representantes de las
cuatro últimas provenían del Alto Perú, que estaba en manos españolas) habían enviado sus
representantes, la mayoría sacerdotes y abogados. No lo habían hecho las provincias del
litoral, que, aliadas con Artigas, desconocieron el Congreso.
En mayo, los congresales designaron a Juan Martín de Pueyrredón como Director
Supremo. Dos hombres que no eran diputados influyeron decisivamente para que se
declarara la independencia: Manuel Belgrano y José de San Martín. El primero alentaba,
además, el establecimiento de una monarquía incaica. Después de haber viajado como
diplomático a Europa, pensaba que era difícil que las monarquías del viejo continente
reconocieran otra forma de gobierno como legítima en América. Además, para Belgrano,
elegir un rey entre los antiguos pueblos americanos podría ayudar a que la Revolución
dejara de ser local y alcanzara una dimensión americana. Por su parte, a través de su
correspondencia, San Martín insistía en que no había que perder el tiempo: era
imprescindible romper formalmente con España.
La designación de Pueyrredón había mostrado un principio de acuerdo entre los diputados
porteños y los de las otras provincias. En ese marco, el 9 de Julio, los congresales votaron a
favor de romper los vínculos que ligaban a las Provincias Unidas con España.
Al día siguiente, Tucumán festejó la declaración de la independencia con un gran baile. Pero
inmediatamente se planteó el segundo tema por resolver: la forma de gobierno. Los
congresales decidieron postergar el debate, y el Congreso se trasladó a Buenos Aires, en
enero de 1817
La Constitución de 1819
Mientras San Martín llevaba adelante la independencia de Chile, el contexto en el Río de la
Plata se complicaba. En diciembre de 1817, el Congreso sancionó un Reglamento
Provisorio que ordenaba el flamante Estado y determinaba cómo se elegirían y se
regirían los tres poderes de gobierno, pero el debate sobre la forma de gobierno que debía
instaurarse no concluía. El punto de mayor conflicto no era si la forma de gobierno era
monárquica, constitucional o republicana, sino cómo se distribuiría el poder a nivel
territorial. Este tema ya había generado diferencias en la Asamblea: del Año XIII y se reins-
talaba para definir la relación entre las provincias rioplatenses. Algunos sostenían que la
mejor forma de gobierno era una forma centralizada, unitaria. Otros, en cambio, de
tendencia federal, planteaban que era necesario reconocer la soberanía de las provincias.
En 1819, los congresales sancionaron una Constitución que no definía la forma de gobierno,
pero reconocía los tres poderes: el Ejecutivo quedaba a cargo de un Director Supremo,
que duraría cinco años en el cargo y sería nombrado en forma indirecta por el Poder
Legislativo. Los gobernadores de las provincias serían elegidos por el Poder Ejecutivo, una
decisión difícil de aceptar por las provincias.
La Constitución fue jurada por todas las provincias, menos por las del litoral. Pero ocho
35
meses después, ya no tenía efecto. Pueyrredón renunció a su cargo y fue reemplazado por
José Rondeau. En ese momento, se abrieron tres frentes de conflicto que ya nadie pudo
detener.
Norte: se sublevó una parte del ejército que buscaba mantenerse al margen del
enfrentamiento entre Buenos Aires y las provincias del litoral. Uno de sus
generales, Juan Bautista Bustos, se hizo elegir gobernador de Córdoba e invitó a
las provincias a un nuevo congreso.
Cuyo: San Juan, Mendoza y San Luis se declararon independientes y crearon
ejércitos provinciales, convirtieron sus cabildos en Poder Legislativo y se aliaron a
Bustos.
Los ejércitos de Santa Fe y Entre Ríos: al mando de
Estanislao López y de Francisco Ramírez, respectivamente,
avanzaron sobre Buenos Aires y se enfrentaron con las
fuerzas porteñas dirigidas por Rondeau en la batalla de
Cepeda, el 1 de febrero de 1820.
36
La crisis de las economías regionales
La Revolución de Mayo fragmentó el espacio
El comercio y la guerra
económico que se había conformado desde las
reformas borbónicas. Predominaban los La guerra civil estuvo acompañada de
intereses de productores y comerciantes locales rapiña y saqueo. Los comerciantes
y regionales. Las economías provinciales debían hacer atravesar mercaderías y
tuvieron diversas orientaciones y dinero por provincias convulsionadas.
posibilidades de crecimiento: algunas pro- Muchas veces dejaban las provisiones
vincias experimentaron profundas en almacenes, que se transformaban
transformaciones en su desarrollo económico en tentadores botines para los
y otras mantuvieron una orientación soldados, sumado esto a las enormes
económica similar a la que tenían en los dificultades por mantener las rutas
tiempos coloniales. abiertas, como consecuencia de la
Al estar cerrado el acceso al Alto Perú desde inseguridad.
1810, que permaneció en manos realistas
hasta 1825, el interior mercantil sufrió de inmediato las consecuencias de la escasez de
metales. Esto se debió a que en Potosí la producción de plata disminuyó después de la
guerra; y el interior, como zona de tránsito
Los intereses económicos
entre el Alto Perú y Buenos Aires, se resintió
ingleses en el Río de la Plata
en su comercio.
Las provincias del noroeste padecieron la La presencia británica y su interés
ruptura con el mercado altoperuano, y las económico en el Río de la Plata
regiones debieron orientarse, o bien hacia estuvieron presentes desde las
Chile, como el caso de los llanos riojanos, Invasiones Inglesas de 1806 y 1807.
donde se criaban animales para ese mercado; o Pero a partir de la Revolución de
bien desarrollando actividades que las Mayo, los comerciantes vinculados a
integraran con el Litoral, como la zona ganade- las rutas españolas fueron
ra y agrícola del sur de Córdoba. desplazados por sus pares ingleses.
En esta etapa, surgieron centros de poder Esto se debió a que Inglaterra, en
político rivales de Buenos Aires, como el Litoral, pleno proceso de industrialización,
que buscaban no depender de este puerto para ofrecía el primer centro exportador y el
su comercio. primer mercado consumidor con que
La campaña bonaerense se benefició con la contaba el comercio ultramarino del
menor distancia al centro exportador, con un Río de la Plata. Además, con el
mayor orden rural y con la cercanía a la ciudad predominio de los medios de
transporte y de financiación, los
de Buenos Aires, donde
ingleses gobernaban el acceso al
había más acceso a las posibilidades de
mercado mundial. El principal rubro de
consumo.
exportación estuvo vinculado con el
El mayor problema de la campaña bonaerense
sector ganadero. Por este motivo, la
era el límite de la frontera, ya que había pocas
campaña de Buenos Aires se
tierras disponibles, las que se extendían hasta la transformó para aprovechar las
línea del Salado. Se intensificaron entonces las oportunidades ofrecidas por la
guerras contra los indios, como empresas liberación del comercio internacional.
financiadas por ios mismos terratenientes, que
proporcionaron dinero, ganado y hombres.
37
Recursos limitados y gastos crecientes
Distintos gobiernos que actuaron entre 1810 y 1819 debieron hacer frente a los
innumerables gastos que provocaban las guerras revolucionarias. Durante este período,
las rentas provenientes de la Aduana suministraron los principales recursos con los que
contaron los gobiernos revolucionarios.
También se recurría a contribuciones extraordinarias en dinero, ganado, alimentos y
esclavos. Las contribuciones en dinero cayeron principalmente sobre los comerciantes si
bien dentro de este grupo había diferencias. El sector mercantil privilegiado, formado por
los comerciantes ingleses, pagaba pocas o ninguna contribución, ya que los gobiernos
surgidos de la Revolución querían entablar buenas relaciones comerciales con Inglaterra.
En cambio, el grupo más duramente, afectado fue el de los comerciantes españoles, sobre
los cuales la legislación hizo recaer los mayores impuestos.
La contribución en alimentos y ganado era casi totalmente rural, y la distribución de esa
carga fue decidida casi siempre por las autoridades locales. Por ejemplo, en Cuyo, San
Martín impuso tasas y contribuciones como comandante general.
Las contribuciones en esclavos para conformar los ejércitos de la guerra revolucionaria
debieron ser aportadas fundamentalmente por la Iglesia y, en menor medida, por los
particulares.
38
La sociedad después de la Revolución de Mayo
El proceso revolucionario y la guerra también afectaron a la sociedad. Mientras que la
población blanca siguió siendo preponderante, numérica y socialmente, los pobladores
negros fueron declinando por el descenso del comercio de esclavos que entraba por el Río de
la Plata y porque muchos de ellos murieron en los ejércitos de la Independencia. También
disminuía la población indígena, situación que se agudizó con el corrimiento de la frontera
para la expansión de las actividades productivas.
La Revolución desplazó a los funcionarios virreinales, y la administración quedó en manos de
un conjunto inestable de funcionarios surgidos del mismo proceso revolucionario. Muchos de
ellos provenían de los sectores altos de la sociedad, transformados por los profundos cambios
que se vivían, creándose la nueva élite, que llevó a cabo la carrera de la Revolución. Así, la
clase alta criolla fue la más beneficiada con el proceso revolucionario. Se multiplicaron las
posibilidades de hacer carrera en los puestos administrativos, en la política y en los cargos
militares.
Las altas magistraturas civiles y eclesiásticas rivalizaron en el servicio del nuevo poder político,
del que dependía su supervivencia, y defendieron muy mal sus riquezas frente a la presión de
un gobierno que las necesitaba para la guerra. Los dirigentes revolucionarios pusieron límites
a esta situación, por ejemplo, el Director Supremo, Juan Martín de Pueyrredón, ordenó en
1816 la movilización de todos los esclavos para el Ejército y pronto se dio cuenta de que el
descontento provocado fue demasiado grande y anuló su decisión.
Los sectores populares urbanos de Buenos Aires, si escapaban de la militarización, tenían
La población hacia 1819 trabajo constante, ya que había poca mano de
obra, y además se beneficiaban porque las
Provincia Habitantes
importaciones abarataron los productos de
Buenos Aires 120.000 consumo popular. En otras ciudades,
Córdoba 75.000 especialmente en las del interior, el deterioro fue
Tucumán 45.000 más notorio que en Buenos Aires, pues no sólo
sufrieron el impacto de la crisis comercial, sino
Santiago del Estero 60.000
las depredaciones y los saqueos provocados por la
Santa Fe 40.000 guerra civil.
La Rioja 20.000
San Juan 34.000
Mendoza 38.000
San Luis 16.000
Jujuy 25.000
Salta 50.000
Total 523.000
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Comerciantes y terratenientes
La crisis revolucionaria provocó un cambio profundo en la relación comercial entre el
Río de la Plata y el mundo: la libertad de comercio se convirtió en el eje del orden
económico posrevolucionario.
El principal mercado era el británico y los comerciantes ingleses, que se instalaron en
Buenos Aires, introdujeron un nuevo estilo de comerciar, basado en la venta en subastas,
con circulación de moneda más que con crédito, lo que liberó al pequeño comerciante de
su atadura al mayorista, que además era su acreedor. Esto produjo la decadencia del
sector comercial local, que no podía competir con este dinamismo, mientras que
cambiaban también las pautas de consumo, ya que se amplió el mercado para nuevos
productos, mejores y más baratos que los elaborados localmente.
Aunque el libre comercio abrió oportunidades al sector ganadero exportador, hizo sentir
sus efectos positivos después de 1820, ya que la guerra fue una desenfrenada
consumidora de ganado y, por ejemplo, en el Litoral, destruyó buena parte de la riqueza
de esa región.
En la campaña, los sectores terratenientes padecieron los sacrificios económicos
impuestos por las guerras, pero a su vez, ganaron poder porque el Gobierno central dejó
en sus manos los atributos del gobierno local. De ellos dependía el reclutamiento de
los hombres y la contribución de ganado y alimentos. Estas autoridades locales,
capitanes y comandantes de milicias, dueños de tierras e importantes dirigentes
locales, se transformaron en el brazo armado de la Revolución.
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un bajo nivel educacional y eran profundamente religiosos. En sus tierras se asentaban los
agregados, familias a las que se les daba terreno a cambio de trabajo. No recibían un
salario ni pagaban alquiler: debían colaborar con el estanciero en las tareas,
especialmente en la vigilancia del ganado.
41
LOS CONFLICTOS POLÍTICOS TRAS LA INDEPENDENCIA
42
provincias si se consideraba oportuno.
Este tratado significó el restablecimiento del prestigio de Buenos Aires, que asumió la
representación de las relaciones exteriores de las demás provincias.
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La influencia británica en el Río de la Plata
Mientras se desarrollaba el proceso de industrialización en Inglaterra, comerciantes e
industriales hacían explorar diversas regiones del mundo para determinar qué riquezas y
actividades, en función de la economía inglesa, podían expandirse.
En esa época, el establecimiento de los comerciantes británicos en diversas ciudades era
numeroso. Buenos Aires y Montevideo contaban con muchos de ellos. Y durante el
gobierno de Martín Rodríguez y, en particular, durante el ministerio de Bernardino
Rivadavia, se desarrolló una política de clara apertura al mercado externo y, en particular,
al británico.
Las misiones comerciales precipitaron el reconocimiento de la independencia por parte de
Inglaterra, lo que ocurrió pocos días después de la victoria de Ayacucho. Este proceso de
vinculación de nuestro país con los intereses británicos posibilitó el ingreso del primer
empréstito, que significó el ingreso de importantes divisas a nuestro país.
Desde 1824, el gobierno inglés había enviado como representante comercial a Woodwine
Parish. A sus primeras gestiones correspondió la firma del Tratado de Amistad, Comercio y
Navegación, firmado en 1825, cuya vigencia se prolongó por más de un siglo. Los cambistas
ingleses lanzaban empréstitos para las repúblicas americanas, en especial al Río de la Plata, y
Londres se transformaba en el mercado monetario del mundo. Parish contribuyó, sin duda,
con su gestión, su consejo y sus observaciones, al afianzamiento del comercio británico en
su lucha con el capital francés, que sin embargo, continuó prosperando en el Río de la
Plata.
Las mercaderías británicas se adaptaron mejor que las francesas a las necesidades del
consumo local. Inglaterra enviaba telas de algodón, lana y sedas, utensilios de hierro,
cuchillos, loza, vidrios y cristales, entre otros productos. Francia, en cambio, enviaba
artículos de lujo, paños y telas finas, guantes, joyería y perfumes, cuyo consumo era más
restringido.
44
Esta economía estaba relacionada con el mercado externo, que garantizaba la venta de la
producción de artículos ganaderos, pero también el acceso a bienes importados, de calidad
y baratos; incluso se importaban harinas, lo que abarataba el consumo en la ciudad y, por lo
tanto, el costo de la mano de obra
45
Fracaso de la consolidación de un estado central
En 1824, al terminar el mandato de Rodríguez, el general Gregorio de Las Heras fue electo
gobernador de Buenos Aires. Una de sus primeras medidas fue invitar a las demás provincias
a enviar sus representantes a un Congreso General, el cual en diciembre de 1824 quedó
conformado por los diputados de las provincias en número proporcional a su población.
En 1825, el Congreso dictó la Ley Fundamental, por la que se declaraba Constituyente, es
decir, con facultades para dictar una constitución, aunque las provincias aún conservaban su
autonomía e independencia. También el Congreso ratificaba la delegación en Buenos Aires
del manejo de las relaciones exteriores. Ese mismo año, aprobó el Tratado de Amistad y
Comercio con Inglaterra, y el Tratado de Amistad con Colombia.
Este Congreso debió afrontar el inicio de la guerra contra el Imperio de Brasil, por la
ocupación de la Banda Oriental, para lo cual dictó una Ley de Presidencia, en 1826, y fue
elegido para ocupar ese cargo Bernardino Rivadavia. Junto con esta ley, fue dictada una Ley
de Capital, que separaba de su provincia a la ciudad de Buenos Aires y la constituía en
capital de la República, así le quitaba a la provincia la autoridad sobre su ciudad más
importante.
La Constitución de 1826
La discusión sobre Buenos Aires como capital mostró que el Congreso estaba dividido entre
unitarios —partidarios de un gobierno central— y federales —defensores de las autonomías
provinciales—. Ambos bandos contaban con diputados del Interior y de Buenos Aires y,
además, dentro del grupo de representantes por Buenos Aires, había opositores políticos al
grupo gobernante. En este marco de conflicto creciente, el sector unitario, que había logrado
la aprobación de la Ley de Capital, elaboró una carta constitucional que fue aprobada
después de tres meses de intenso debate. Sin embargo, tras considerarla, las provincias la
rechazaron. El fracaso de la Constitución de 1826 se debió a la imposibilidad de lograr un
acuerdo en relación con el tema de la soberanía. Se enfrentaron dos formas diferentes de
definirla: si bien la nueva nación tendría su origen en un pacto entre los pueblos que la
conformaban, no estaba tan claro si la soberanía nacional estaba por encima de las
soberanías provinciales.
Los unitarios consideraban que la creación de un gobierno central en 1810 era la base de
una soberanía nacional, mientras que los federales argumentaban que la caída del poder
central en 1820 había significado la recuperación de la soberanía por parte de las provincias.
A esta falta de acuerdo, se sumó la situación desfavorable provocada por la guerra con
Brasil.
46
resto de las provincias a través de pactos que consolidaran una idea federal en todo el
territorio.
En 1828, se reunió una Convención Nacional que permitió recuperar el vínculo con la
provincia de Córdoba, lograr que se nombre al gobernador de Buenos Aires como
representante de las relaciones exteriores y aunar esfuerzos para concluir la guerra con el
Brasil, tras aceptar la paz propuesta por el mediador inglés.
La firma de la paz, sin embargo, creó un nuevo conflicto interno entre el gobernador y la
oficialidad del ejército que había combatido en la guerra con Brasil. Un clima de hostilidad
con el gobierno fue alentado desde la prensa opositora en Buenos Aires y, al momento de las
elecciones para diputados de la nueva Legislatura en mayo de 1828, Manuel Dorrego
restringió la libertad de prensa, lo que agudizó las tensiones entre los dirigentes políticos de
la provincia. Este conflicto derivó en una conspiración y en un alzamiento militar encabezado
por el general Juan Lavalle, que contó con el apoyo de los opositores al gobernador y
antiguos partidarios del grupo rivadaviano, como Julián Agüero, Salvador María del Carril,
Valentín Gómez y Juan Cruz Várela. El 1° de diciembre de 1828, el general Juan Lavalle, de
regreso del Brasil con la primera división del ejército, ocupó con sus tropas la Plaza de la
Victoria (actual Plaza de Mayo). Convocó a una asamblea donde fue elegido gobernador
provisorio y persiguió a Manuel Dorrego, quien había abandonado la ciudad en busca de la
ayuda de Juan Manuel de Rosas. Sin embargo, el general Lavalle venció a Dorrego en
Navarro y lo fusiló el13 de diciembre.
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Viamonte firmó con Santa Fe una actualización del compromiso asumido en el Tratado del
Cuadrilátero, y con Córdoba, una alianza defensiva. Además, buscó mediar entre el nuevo
gobernador de Córdoba José María Paz y el caudillo riojano Facundo Quiroga.
En tanto, en Buenos Aires, un grupo de federales pedía la restauración de la Legislatura que
había sido disuelta por el levantamiento de diciembre de 1828, lo que abría el camino del
ascenso al poder de la provincia de Buenos Aires al general Juan Manuel de Rosas.
48
se ocupó lo que se conoció como "nuevo sur", una franja de territorio que comprendía las
cuencas del Samborombón y del Salado, desde el sur hasta Tandil. En 1828, se fundó Bahía
Blanca, que fortaleció la protección costera, junto con el fuerte y pueblo de Patagones, en el
extremo sur.
Los saladeros
El salado de carnes en forma comercial apareció en el Río de la Plata a fines del siglo XVIII,
pero la industria saladeril se desarrolló después de la Revolución de Mayo de 1810, con la
implantación del libre comercio. Esta situación permitió aprovechar la existencia de un amplio
mercado externo para el tasajo, lonjas de carne secada al sol y conservada con sal, con el
que habitualmente se alimentaba a la mano de obra esclava de las regiones como el Caribe y
Brasil. A medida que ese mercado aumentó, la actividad saladeril practicada de forma simple
por el estanciero comenzó a transformarse en un establecimiento industrial especializado.
Uno de los primeros saladeros de este tipo fue "Las Higueritas", abierto en 1815, en el actual
partido bonaerense de Quilmes, propiedad de la sociedad Rosas, Terrero y Cía.
El saladero transformó a la estancia en un empresa industrial y comercial. Esta industria
alcanzó relevancia debido al aprovechamiento integral que hizo de los animales: con la carne
se preparaba el tasajo, pero también del ganado vacuno se utilizaban la grasa y las patas, de
las que se obtenían el sebo para fabricar jabón y el aceite para la iluminación con lámparas.
Además, se acondicionaban para las ventas los huesos, las pezuñas, las cerdas y los cueros,
secos o salados, con pelos y sin ellos.
El saladero también preparaba los cueros vacunos, debido a que la sal alarga la vida de los
cueros secados al sol, que sin ese proceso se apolillaban fácilmente.
49
Otra ventaja aprovechable fue la extracción de grasa, que se hacía vertiendo en grandes
recipientes de agua hirviendo todas las partes del animal no utilizadas para el tasajo.
Los saladeros fueron los primeros establecimientos no pastoriles que concentraron una gran
cantidad de trabajadores. Ellos vivían cerca del saladero o en sus terrenos, pero en forma
independiente del establecimiento, y no en viviendas colectivas, como el peón de
estancias. Tampoco recibían la comida, la que se procuraban con su jornal. El trabajo del
saladero era estacionario, se hacía en primavera y verano, que era cuando había animales
aptos para esa empresa. Esto hacía que los trabajadores tuvieran mucha inestabilidad.
50
conexión permitía colocar los productos primarios de la ganadería en las plazas mercantiles
de los países europeos que se hallaban en pleno proceso de industrialización. Por ello, los
porteños defendieron, desde 1810, la libertad de comercio de su puerto e impulsaron
decididamente el estrechamiento de los vínculos mercantiles con Inglaterra, la principal
potencia económica y comercial de la época.
51
LA CONFERDERACION ARGENTINA EN TIEMPOS DE ROSAS
52
La organización política de la provincia se basó en la división de poderes existente desde su
autonomía a partir de 1820 y en la ley electoral de 1821, que le permitió contar con el apoyo
de la población.
Esta estabilidad política debía garantizar el
predominio del sector ganadero y mercantil, del
que el gobernador formaba parte, y al cual le
interesaban la expansión de la producción
ganadera para su exportación al mercado mundial
y el control de los recursos obtenidos por este
comercio a través del puerto y de la Aduana de
Buenos Aires.
Rosas trató de retardar la creación de poderes que
estuvieran por encima de los Estados provinciales,
ya que esa alternativa obligaría a la provincia de
Buenos Aires a redistribuir los ingresos de la
Aduana, y debilitaría, así, el poder del gobernador.
La solución adoptada fue la creación de una
Confederación, integrada por un conjunto de
Estados provinciales que llevaban, desde la caída
del poder central en 1820, varios años de
autonomía, en los que habían logrado establecer
un conjunto de instituciones republicanas, basadas
en la división de poderes.
Las relaciones entre las provincias fueron
reguladas por el Pacto Federal del año 1831, que
fortaleció el ejercicio de las soberanías
provinciales. Paralelamente, fue creciendo la
influencia política de Buenos Aires sobre las
demás provincias. Este pacto estuvo vigente hasta
la sanción de la Constitución Nacional en 1853.
53
La Liga Unitaria era frágil y dependía de la presencia de tropas del general Paz, que
enfrentaban dificultades para sostenerse en regiones pobres, por lo que, a veces, recurrían al
saqueo. Paz fue tomado prisionero por una partida de hombres de Estanislao López, en
agosto de 1831, mientras hacía un reconocimiento del terreno en El Tío, provincia de
Córdoba. Sin su principal jefe, la Liga Unitaria se derrumbó. Lo sucedió el general Gregorio
Aráoz de Lamadrid, que en noviembre de 1831, fue derrotado por Quiroga en La Ciudadela,
en Tucumán. Vencida la Liga Unitaria, el Pacto Federal se convirtió en la base de un
acuerdo entre las provincias. Al mismo tiempo que aseguraban su autonomía, delegaban el
manejo de las relaciones exteriores en el gobierno de Buenos Aires.
54
Crisis política en Buenos Aires
Después de tres años de gobierno, Rosas había conseguido la pacificación de Buenos Aires
y la consolidación de los pactos con las otras provincias. Al culminar su período de gobierno,
la Legislatura ofreció a Rosas un nuevo mandato pero este lo rechazó porque no incluía la
prórroga de las facultades extraordinarias.
Por este motivo, en diciembre de 1832, fue designado gobernador el federal Juan Ramón
Balcarce, ex ministro de guerra de Rosas. Balcarce, en principio lea! a Rosas, encontró
serias dificultades para enfrentar las divisiones internas del federalismo y los reclamos de los
gobernadores de otras provincias por el reparto de las rentas de la Aduana. A partir de este
momento, la crisis política en Buenos Aires se agravó.
En un clima de agitación política, el partido federal porteño se dividió en los seguidores de
Rosas, llamados apostólicos y los disidentes de la política rosista, que eran los doctrinarios.
Se crearon la Sociedad Popular Restauradora, integrada por miembros de las clases altas
porteñas seguidores de Rosas, y la Mazorca, un grupo reclutado entre los sectores populares
para intimidar a los opositores, dirigido por Encarnación Ezcurra, la esposa de Rosas, ya que
este había emprendido una expedición hacia la frontera sur.
Las tensiones políticas provocaron la renuncia de Balcarce y la elección como gobernador,
por parte de la Legislatura de Buenos Aires, de Juan José Viamonte, quien intentó una
política de conciliación para recuperar la estabilidad política. Sin embargo, durante 1834, se
sucedieron hechos de violencia que agravaron la situación de inestabilidad, hasta que
Viamonte presentó su renuncia en junio de ese año. Frente a esta situación, Manuel Maza,
presidente de la Legislatura, debió asumir el cargo de gobernador.
55
El conflicto en el interior y el asesinato de Facundo Quiroga
En el noroeste, luego de la derrota de la Liga Unitaria,
Suma del poder público: por
el gobernador tucumano Alejandro Heredia y el
decisión de la Sala de
gobernador salteño Pablo de la Torre se disputaron el
Representantes, Rosas concentró
poder de la región, y pusieron en peligro el frágil
en su persona los tres poderes
equilibrio que se había alcanzado con el Pacto Federal.
del Estado: Ejecutivo, Legislativo
Por este motivo el gobernador Maza le solicitó a
y Judicial. Sin embargo, la
Facundo Quiroga que intercediera en el conflicto, pero Legislatura siguió funcionando, y
al llegar a Santiago del Estero, se enteró de que De la aunque no había justicia
Torre había muerto en un confuso episodio. A su independiente del Poder
regreso, en febrero de 1835, Quiroga fue asesinado en Ejecutivo, el gobernador interfirió
la localidad cordobesa de Barranca Yaco, por poco con la administración de
partidarios de los caudillos provinciales José Vicente y justicia.
Guillermo Reynafé.
56
En Buenos Aires, la noticia provocó temor de que se desatara una nueva guerra civil y, en
marzo de 1835, la Legislatura nombró a Juan Manuel de Rosas gobernador y capitán general
de la provincia por cinco años con la suma del poder público* y facultades extraordinarias.
Para asegurar el respaldo político a su gobierno, Rosas convocó a una votación y ganó
ampliamente con el voto popular.
Rosas emprendió en 1833 una expedición con el objetivo de asegurar la frontera sur,
fundamental para los intereses del sector ganadero. La campaña militar de Rosas, que
llegó a la isla de Choele Choel en el río Negro, consolidó la disponibilidad de nuevas
tierras para la producción de cueros, sebo, carne salada y unos años después, lana.
Cerca de 5.000 indígenas fueron sometidos y, en muchos casos, Rosas contó con
indios aliados, aprovechando la rivalidad existente entre las distintas comunidades.
Este éxito le dio prestigio y poder. Aunque Rosas no participaba directamente de las
luchas políticas en Buenos Aires, se mantenía en contacto con la política porteña a
través de la correspondencia con amigos y con su esposa.
57
El segundo gobierno de Rosas en la provincia de Buenos Aires
(1835-1852)
Entre 1835 y 1852, durante el segundo gobierno de Juan Manuel de Rosas en la provincia de
Buenos Aires, se consolidó la Confederación Argentina. Aunque la suma del poder público le
fue concedida a Rosas por la Legislatura de la provincia de Buenos Aires, cada año, Rosas
veía respaldada su autoridad en elecciones en las que participaba una altísima proporción de
votantes.
El orden político instaurado en 1835 no era liberal, a Rosas le interesaba defender el sistema
federal, la independencia de la Confederación Argentina y el gobierno republicano. Podemos
decir que era republicano porque su poder estaba basado en la voluntad popular y había sido
elegido dentro del marco de las instituciones republicanas.
Para sostener su poder y combatir a la oposición política, Rosas utilizó múltiples
instrumentos: cargos públicos para los federales fieles, la censura de la prensa y la
confiscación de propiedades de sus opositores. Listas con nombres de unitarios circulaban
entre los juzgados y destacamentos de policía como advertencia y amenaza para los
opositores al régimen. También impuso la obligación de utilizar la divisa punzó, símbolo del
federalismo rosista.
Gran parte de la oposición se exilió en Montevideo o en Santiago de Chile, lo que mostraba
una cuota de exclusión e intolerancia política.
La Sociedad Popular Restauradora, organización federal que identificaba y perseguía a los
unitarios, y la Mazorca, su fuerza de choque, cabalgaban de noche por la ciudad, disparando
a las ventanas de las casas de los que se sospechaba eran opositores a la causa federal.
El orden federal que Rosas impulsó desde su gobierno se basaba en un acuerdo entre las
provincias, pero con una centralización del poder político en Buenos Aires. Se oponía a la
convocatoria a un congreso para dictar una Constitución porque consideraba que, primero,
debían pacificarse internamente las provincias.
[...] Nadie, más que Vd. y yo, podrá estar persuadido de la necesidad de la organización
de un gobierno general y de que es el único medio de darle ser y responsabilidad a
nuestra República. Una República Federativa es lo más quimérico y desastroso que
pueda imaginarse, toda vez que no se componga de Estados bien organizados en sí
mismos. [...] Si dentro de cada Estado en particular no hay elementos de poder para
mantener el orden respectivo, la creación de un Gobierno general representativo no sirve
más que para poner en agitación a toda la República y hacer que el incendio de cualquier
Estado se derrame por todos los demás".
58
La visión del orden según Rosas
Los rosistas creían que el federalismo representaba una continuidad de la república ideada
por los hombres de Mayo, pero adaptada a las circunstancias históricas de la realidad política
local.
Buscaban el ideal de un mundo rural estable y armónico, pero con propiedad privada y
jerarquías sociales bien delimitadas. Este orden social implicaba el respeto a las leyes, la
persecución del comercio indígena y de los cazadores furtivos, la regulación del comercio de
ganado; todos aspectos tendientes a proteger el
derecho de propiedad de los grandes terratenientes, Cepo: instrumento de tortura que
pero también el de los medianos y pequeños inmoviliza cabeza, pies y manos
propietarios rurales.
El orden social resista también era católico, en el sentido de ordenar las costumbres de los
habitantes rurales; el respeto a los domingos y a las fiestas religiosas mostraban el uso de la
religión para implantar y mantener un orden social.
Además, las ideas federales eran expresadas en las fiestas populares. Los rituales para
festejar las fiestas mayas y julianas, así como los bailes públicos, los carnavales, las corridas
de toros y los juegos de sortijas, se acompañaban con carteles colgados donde decía
"Mueran salvajes unitarios y viva el gran ciudadano Rosas".
La justicia era sostenida por el miedo al castigo. Para lograr el acatamiento a la ley por parte
de la población, se difundían advertencias y se ejecutaban castigos públicos a los
reincidentes, como el cepo* y los azotes.
59
En los territorios del interior, las realidades
económicas eran diversas. Córdoba reorientó
su economía hacia Buenos Aires y colocó
progresivamente su producción en el mercado
atlántico: cueros vacunos y ovinos, lana,
cerdas, también tejidos, harina y cal para los
mercados urbanos del litoral. También
acentuó su rol como intermediaria de
productos europeos entre Buenos Aires y las
provincias del noroeste, y vendía, además, a
Buenos Aires suelas, lana de vicuña y tejidos.
En el caso de las provincias del Noroeste, la
introducción de mercaderías desde el puerto
de Cobija en el Pacífico intensificó un circuito
mercantil a ambos lados de la cordillera de los
Andes, que a lomo de muía conectaba el
litoral Pacífico con el Noroeste.
Las provincias cuyanas eran una importante
cone
Productos ultramarinos: son las
xión
mercaderías que se
entre
comercializan con países que se
las
ubican al otro lado del océano, a
provi
través de los mares.
ncia
s del
norte y los mercados chileno y boliviano. Por
ellas pasaban los productos ultramarinos* que
ingresaban desde Chile y los, cuyanos
(aguardiente y vinos en el mercado chileno), y
ganado que llegaba desde los llanos de La
Rioja.
El librecambio y el comercio
atlántico
Dos fuertes discusiones se dieron entre las
provincias de los diversos espacios regionales
que se estaban conformando. Una de ellas giró en torno a la política de librecambio o la
proteccionista. Ya a comienzos de la década de 1830, el gobernador de Corrientes, Pedro
Ferré, polemizaba con el representante de Buenos Aires, José María Rojas y Patrón.
Mientras que este último defendía las ventajas del libre comercio, Ferré sostenía que este
destruiría las industrias locales.
60
Otra de las grandes discusiones de la época estuvo ligada a la libre navegación de los ríos.
Las provincias del litoral solicitaban que se abrieran los ríos a la navegación extranjera para
acceder libremente al comercio atlántico y que se elevaran los aranceles de importación y se
distribuyeran los ingresos entre las provincias.
La ley de aduanas
Con el objetivo de lograr un equilibrio entre los intereses de las distintas regiones, en 1835, al
iniciar su segundo gobierno, Rosas promulgó la Ley de Aduanas. Esta establecía que los
artículos importados pagarían un arancel del 25%, que aumentaba al 30% para los aceites y
a un 40% para ropas y calzados. También se dictaminó la prohibición de importar
productos que la Confederación estaba en condiciones de proveer (cuero, madera,
hierro, textiles y
ponchos).
Así, Rosas obtuvo la
adhesión de las
provincias, excepto
de Corrientes, ya
que la ley no
protegía su
producción de yerba
mate y tabaco, y
reafirmó la fidelidad
de los sectores
medios y populares
porteños.
Los representantes
británicos se
mostraron cautelosos, sin oponerse firmemente a la medida, ya que temían más a los
disturbios políticos que al proteccionismo económico.
61
de Rosas de no renovar los contratos de arrendamiento de la tierra pública. Esta estaba, en
gran parte, en manos de personas que la arrendaban por largo tiempo y pagaban alquileres
muy bajos. La rebelión se produjo en Dolores y en Chascomús, y fue sofocada por las tropas
dirigidas por el hermano del gobernador, Prudencio Rosas, en la batalla de Chascomús.
En 1840, la coalición de las provincias del norte (Tucumán, Salta, Catamarca La Rioja y
Jujuy), comandada por el general Gregorio Aráoz de Lamadrid, desconoció la representación
del gobernador bonaerense en los asuntos exteriores de las provincias. Sin embargo, las
fuerzas de la coalición no pudieron hacer frente a los ejércitos aliados a Rosas, que
contuvieron su avance.
Ese mismo año, el general Juan Lavalle invadió la provincia de Buenos Aires, pero sin el
apoyo de la población debió retirarse hacia Córdoba, donde sus tropas fueron derrotadas.
A partir de estos triunfos, Rosas consolidó su poder sobre la Confederación. Los ejércitos
federales eran más numerosos, disciplinados y contaban con el apoyo de las poblaciones,
indispensable para el aprovisionamiento y las comunicaciones.
62
1845 y 1848: la política expansionista de Inglaterra y de Francia, que buscaba la
apertura de los ríos interiores de la Confederación para su comercio, fue la principal
causa del nuevo bloqueo. A esta situación, se sumó la intervención de Rosas en la
guerra civil de Uruguay entre los caudillos Manuel Oribe y Fructuoso Rivera. El
inminente triunfo de Oribe, aliado de Rosas, instó a los exiliados unitarios a pedir
ayuda a las potencias extranjeras para enfrentar al gobernador de Buenos Aires. La
flota anglo-francesa bloqueó el puerto de Buenos Aires y organizó una incursión
aguas arriba del Paraná para abrirlo al comercio internacional. El general federal
Lucio Mansilla les cortó el paso en el lugar conocido como la Vuelta de Obligado. A
pesar de la resistencia de los artilleros federales, las naves británicas consiguieron
pasar. Sin embargo, no lograron expandir su comercio, ya que el apoyo de las
provincias a Rosas creció y se pusieron en contra de la invasión externa a la
Confederación. El bloqueo duró tres años, hasta que la firma del tratado Arana-
Southern levantó la intervención inglesa. Este triunfo acrecentó el prestigio de Rosas:
era el único líder americano que había resistido las presiones de las dos naciones
más poderosas de la tierra
63
Crisis y caída de la Confederación Argentina
Entre 1848 y 1851, los años que siguieron a la intervención anglo-francesa, Rosas consolidó
su control sobre la vida política de la Confederación.
Sin embargo, en el Litoral, el gobernador de Entre Ríos, Justo José de Urquiza, publicó un
pronunciamiento, el 1 de mayo de 1851, en el que expresaba la decisión de su provincia de
reasumir el ejercicio de la representación externa, facultad delegada hasta ese momento en
Buenos Aires, hasta que se organizara constitucionalmente el país.
La invitación de Urquiza a las provincias para que se adhirieran al pronunciamiento no tuvo el
efecto esperado, excepto en Corrientes. Ambas provincias carecían de un ejército capaz de
enfrentar a Rosas, por lo que buscaron el apoyo del Brasil y de la oposición a Oribe, en
Uruguay.
El conocimiento de esta alianza desató una reacción popular de apoyo a Rosas, quien no
tuvo en cuenta la fuerza que pudieran tener sus adversarios y no ordenó preparativos
militares, hasta que, a fines de ese año, naves brasileñas comenzaron a bombardear las
costas del Paraná. Rosas puso al general Ángel Pacheco al frente de diez mil hombres, pero
la defensa fue tardía y desorganizada. Finalmente, el 3 de febrero de 1852, en los campos de
Caseros, se enfrentaron ambos ejércitos y resultó victorioso el bando que respondía al
gobernador Urquiza.
La batalla de Caseros puso fin a la Confederación Argentina. Rosas se exilió con su hija
Manuelita en Inglaterra, donde vivió hasta su muerte, en 1877.
Por su parte, Urquiza comenzó las negociaciones con los liberales porteños para organizar
una transición hacia un proceso constituyente.
64
LA SEGUNDA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL
65
Entre 1850 y 1870 el comercio internacional creció en un 260%. La revolución en las
comunicaciones permitió reducir distancias y crear la idea de que el mundo se "achicaba". En
este sentido tuvo gran importancia también la difusión del telégrafo. En 1870 la red telegráfica
unió a toda Europa, creció en Estados Unidos y alcanzó Oriente. Las consecuencias de este
hecho repercutieron en todos los planos de la vida social. Por ejemplo, permitió a los
empresarios conocer las cotizaciones de los valores de la libra y del oro en todo el mundo.
Además, los gobiernos y la población conocieron lo que ocurría en diferentes lugares del
mundo al poco tiempo de sucedidos los hechos. Estos adelantos técnicos permitieron que el
capitalismo penetrara en todas las regiones del planeta y transformara profundamente la vida
de los hombres de fines del siglo XIX.
En la segunda mitad del siglo XIX, el proceso de unificación del mundo se aceleró
rápidamente. Los intercambios entre las distintas regiones del planeta se hicieron cada
vez más fluidos, gracias a los nuevos sistemas de transporte y de comunicaciones. La
unificación no se registró sólo en el plano económico. Los cambios en los transportes
posibilitaron el traslado masivo de personas a largas distancias, mientras que el
telégrafo, por su parte, revolucionó las formas de circulación de la información.
Sin embargo, la integración de un sistema económico mundial provocó, al mismo
tiempo, una nueva división internacional del trabajo.
La economía mundial creció y se diversificó como consecuencia de la demanda de
viejas y nuevas materias primas por parte de los países industrializados. Además de
insumos industriales, estos últimos países demandaban metales preciosos y alimentos
para una población que crecía y que disponía de ingresos en aumento. Estas
condiciones estimularon la incorporación de nuevas regiones productoras a la economía
mundial.
Por otra parte, en las regiones proveedoras de materias primas y alimentos, los
capitalistas de los países industrializados podían invertir su capital excedente, por
ejemplo, en el desarrollo de la infraestructura y los transportes ligados al circuito de su
comercio. A su vez, las sociedades periféricas se transformaron en mercados
consumidores de los productos industrializados de las economías metropolitanas.
En el nuevo sistema económico mundial, rápidamente, se diferenciaron conjuntos de
países con distintas funciones. Por un lado, un centro integrado por países
industrializados se especializó y concentró la producción de manufacturas, de bienes de
capital y de tecnología. Por otro lado, el resto de los países del planeta se especializó en
la producción primaria, de alimentos y materias primas, para abastecer a los países
centrales. Por esta razón, porque organizaron sus producciones económicas alrededor
de las demandas del centro, comenzaron a ser denominadas periferias capitalistas.
En la nueva división internacional del trabajo, cada país se especializaba, según el
principio de las ventajas comparativas, en aquellas producciones para las cuales
contaba con las condiciones más ventajosas y, por lo tanto, podía ofrecer a mejor
precio. Al mismo tiempo, los países importaban el resto de los productos que
necesitaban.
66
67
NUEVOS INVENTOS Y
1837DESCUBRIMIENTOS
el telégrafo (Morse)
La explosión demográfica
En la segunda mitad del siglo XIX se acentuó una tendencia que ya se había iniciado en el
siglo anterior: el crecimiento de la población. Este fue posible porque desaparecieron algunos
factores que lo limitaban, como la escasez de alimentos y las altas tasas de mortalidad por
epidemias. El desarrollo científico y técnico que acompañó a la industrialización permitió au-
mentar notablemente la producción agrícola, mejorar los transportes, agilizar las redes
comerciales y reducir los índices de mortalidad gracias a los avances en el campo de la
medicina y de las medidas higiénicas. Aunque las epidemias no desaparecieron por
completo, su impacto en el conjunto de la población fue menor. La industrialización hizo que
los hombres ya no estuvieran tan expuestos a los ciclos de la naturaleza (sequías,
catástrofes naturales, enfermedades) y favoreció entonces un crecimiento continuado de la
población.
También fue importante la política encarada por algunos gobiernos para atender a la salud
pública y resolver los múltiples problemas que presentaban las grandes ciudades. El
crecimiento urbano vertiginoso y desordenado había originado pésimas condiciones de vida
entre los pobladores más pobres, y esto facilitaba la difusión de enfermedades infecciosas.
Las políticas de reformas urbanas consistieron en la construcción de redes para el suministro
de agua potable, la ampliación de los sistemas de alcantarillado, el trazado de anchas
avenidas, bulevares y parques, con la finalidad de sanear el ámbito urbano y disminuir el
peligro de contagios.
68
Crecimiento demográfico
TAMAÑO DE LA POBLACION (EN MILLONES)
1800 1850 1900
RUSIA 40 57 100
ALEMANIA 23 35 56
ITALIA 18 25 33
FRANCIA 28 36 41
GRAN BRETAÑA 11 21 37
69
En las ciudades se desarrolló, cada CRECIEMIENTO DE LA POBLACION URBANA
vez más, la actividad comercial e
industrial y por ello fueron AÑOS PORCENTAJE DE
convirtiéndose en un polo de
POBLACION URBANA
permanente atracción para los
hombres que buscaban trabajo. Reino Unido 1851 48
También era el lugar de vivienda
1881 63
de los burgueses. Éstos habitaban
1911 73
en barrios residenciales, de calles
as, en casas confortables con Alemania 1871 36
sistemas de calefacción y hacia 1891 53
fines del siglo, también con 1911 60
electricidad. Estados Unidos 1840 ' II
En las mismas ciudades, pero
1870 26
separados de las zonas 1890 35
residenciales mediante amplios 1910 46
bulevares, se hallaban los barrios
Francia 1851 25
obreros. Estos siguieron siendo
zonas cubiertas por el humo de las 1886 36
1911 44
fábricas, con problemas de higiene
y hacinamiento. Las ciudades Rusia 1851 7
reflejaron en su forma de 1900 13
organización física la división en 1914 20
clases sociales, característica del
capitalismo.
70
Las crisis en el capitalismo
71
En el plano político, los Estados comenzaron a EL CAPITALISMO POSLIBERAL
establecer medidas de protección a su producción
industrial con el objetivo de evitar la penetración "La era del triunfo liberal había
comercial de productos extranjeros en sus mercados sido la del monopolio industrial
interiores. Iniciaron también la expansión imperial con británico de hecho, a nivel inter-
el fin de obtener nuevos mercados y nuevas fuentes nacional, en el que los beneficios
de materias primas. En el plano económico, los estaban asegurando pocos pro-
cambios tecnológicos y la reorganización de los blemas, gracias a la competencia
procesos de trabajo acentuaron la concentración de la pequeña y mediana empre-
industrial, y ésta fue reforzada por la creación de sa. La era posliberal se
caracterizó por la existencia de
monopolios.
una competencia internacional
entre economías industriales
La concentracion industrial nacionales rivales: la británica, la
El desarrollo de las nuevas industrias —la alemana y la norteamericana;
siderúrgica, la química y la eléctrica— estuvo ligado competencia agudizada por las
cada vez más a la incorporación de las nuevas dificultades que las empresas de
cada una de esas economías
tecnologías. Pero únicamente las grandes empresas
encontraban, durante el período
—vinculadas a los bancos---pudieron hacer frente a
de depresión, para obtener los
los altos costos que significaba incorporar los
beneficios adecuados. Así, la
adelantos tecnológicos (las fundidoras de hierro y los
competencia desembocó en la
convertidores de acero, por ejemplo). Por otro lado,
concentración económica, en el
los bancos otorgaban mayores facilidades de crédito control y la manipulación del
y capital a las empresas dedicadas a esas nuevas mercado. El mundo entraba en el
actividades industriales que eran las que permitían período imperialista (...): es decir,
obtener mayores ganancias. En estas condiciones, la nueva integración de los países
las pequeñas empresas no pudieron competir con las subdesarrollados como
mayores y por ello, tendieron a desaparecer, dependencias de una economía
quebrando o vendiendo sus bienes a las más mundial dominada por los países
grandes. Este proceso de concentración industrial se desarrollados."
intensificó durante las últimas décadas del siglo XIX.
En Francia, por ejemplo, de 1866 a 1896, el número Eric Hobsbawm, La era del
capital.
de establecimientos industriales se redujo a la mitad,
pasando de 1.450.223 a 784.240. En Alemania la
concentración fue más intensa.
72
El surgimiento de los monopolios: el fin de la libre competencia
La concentración industrial llevó a que algunas de las empresas más poderosas estuvieran
en condiciones de ejercer el control exclusivo de la oferta de productos en el mercado. Desde
entonces, se consideró que existía monopolio cuando una única empresa dominaba el
mercado. Cuando el control lo ejercían unas pocas empresas se consideraba que existían
73
oligopolios. Las primeras empresas que formaron monopolios en Estados Unidos recibieron
el nombre de trusts. Desde 1880 fue cada vez más frecuente que un número reducido de
empresas concentrara una producción cada vez mayor. Los monopolios eliminaban a las
empresas competidoras y, de este modo, podían fijar los precios, de sus productos en el
mercado, establecer la cantidad de bienes a fabricar y repartirse las regiones del planeta en
las que iban a comerciar. La eliminación de la EL FUNCIONAMIENTO DE LOS
competencia significaba, además, la posibilidad de MONOPOLIOS
obtener; mayores ganancias. Para ampliar el control
sobre los mercados, muchas empresas que actuaban en Hacia fines del siglo XIX grandes
diferentes sectores de la economía y ramas de la industrias de una misma actividad
industria, se asociaron. Las asociaciones de empresas fueron fusionándose y logrando
con fines monopólicos recibieron el nombre de cárteles. acuerdos entre ellas con el objeti-
La palabra cártel se utilizó por primera vez en 1879, en vo de controlar el mercado y ob-
Alemania, para designar los acuerdos establecidos entre tener mayores ganancias. A este
proceso se lo llama concentración
empresas alemanas productoras de rieles, de vías y de
horizontal. La concentración in-
locomotoras para elevar el precio de los ferrocarriles.
dustrial podía ser también verti-
cal, cuando una misma empresa
Cronología de la formación de trusts en controlaba todo el proceso pro-
europa y estados unidos ductivo desde la obtención de la
1853: fusión de II compañías de ferrocarriles materia prima hasta la elabora-
norteamericanas. ción del producto final. Por ejem-
1859: concentración de los ferrocarriles franceses en 6 plo, la empresa alemana Krupp
grandes compañías. poseía minas de hierro y de car-
bón, fundidoras de acero y fábri-
1864: concentración vertical de Krupp, por medio de la
cas de armas.. La concentración
compra de minas de hierro.
vertical permitía a las empresas
1877: formación de la Destillers Company, trust
monopólicas obtener mayores
escocés del whisky.
ganancias porque ellas mismas
1882: creación del trust petrolero de la Standard Oil, de
producían los insumos necesarios
origen norteamericano.
para todas las etapas del proceso
1885: fundación de la American Telephone and industrial.
Telegraph Co.
1892: fundación del trust General Electric Co. de origen americano.
1896: 20 bancos ingleses forman el Barclays Bank Ltd.
1898: formación de la Federal Steel Co. por J. Morgan, de origen norteamericano.
1899: se crea la United Fruit Co. Compra 12 sociedades de plantaciones.
1900: reorganización de la General Electric Co. (inglesa)
El capital financiero
Las ventajas que se obtenían de la concentración monopólica estimularon a los bancos a
invertir parte de su capital en la actividad industrial. Este, capital bancario invertido en la
industria permitió que las empresas incorporaran las nuevas tecnologías, ampliaran su
capacidad de producción y obtuvieran mayores ganancias. A la fusión del capital bancario
con el capital industrial se lo denominó capital financiero.,
74
Las mayores ganancias llevaron a que las empresas
más poderosas ofrecieran una parte de su capital, LAS SOCIEDADES ANÓNIMAS
en las bolsas de valores, en forma de acciones que Eran asociaciones —empresas—
el público podía adquirir. Las acciones tenían un que funcionaban con el aporte
valor según el rendimiento económico de la económico de muchas personas,
empresa, y podían comprarse y venderse en la a quienes se llamaba socios o
bolsa. La emisión y venta de acciones les permitía a accionistas. Las acciones eran
las empresas obtener ganancias extras que no documentos que acreditaban el
provenían directamente de la producción. Las aporte económico realizado a una
bolsas de valores y el capital financiero ocuparon un sociedad anónima. Sus
lugar cada vez más importante en la economía propietarios —accionistas—
capitalista. tenían derecho a participar en la
toma de decisiones de empresa y
en el reparto de sus ganancias.
La dirección de estas sociedades
anónimas estaba integrada por
un un consejo de administración
compuesto por los socios
poseedores de la mayor cantidad
de acciones de la empresa.
Periódicamente todos los
accionistas propietarios se
reunían en las llamadas
asambleas generales de accionis-
tas.
75
LA EXPANSIÓN COLONIAL: EL IMPERIALISMO
Entre 1873 y 1896, el capitalismo atravesó una crisis. Los países industrializados recurrieron,
entonces, a medidas proteccionistas y a la conquista de nuevos mercados en Asia, África y
América latina. Para controlar esos mercados iniciaron una etapa de expansión conocida
como imperialismo.
El imperialismo formal
Una de las formas de dominio que adoptaron los países imperialistas fue el imperialismo
formal o colonialismo. Se trata de la dominación política y militar de un país (metrópoli) sobre
otro (colonia). La potencia dominante envía funcionarios y militares a sus colonias o designa
funcionarios locales para gobernar y controlar a la población. Además, controla la economía.
La región bajo dominio solo puede comerciar con otros lugares que no sean su metrópoli si
esta lo autoriza. Por ejemplo, en el siglo XIX Gran Bretaña controlaba de esta manera a la
India
76
económicas. La potencia es la principal compradora de los bienes que produce el país
dominado o controla una o más actividades económicas clave, a través de sus inversiones de
capital o la presencia de sus empresas. Por ejemplo, a fines del siglo XIX, Gran Bretaña
mantenía relaciones comerciales e invertía capitales en la Argentina. También existe el
imperialismo informal cuando un país impone sus valores culturales a otro, por ejemplo, la
influencia de los Estados Unidos sobre tos países latinoamericanos a través de la publicidad.
77
78
Economías de enclave y países semicoloniales
En algunos países, se organizaron formas de explotación de los recursos denominadas
economías de enclave. Se trataba de espacios económicos cerrados en los que una empresa
perteneciente a una potencia capitalista controlaba desde la extracción de un bien primario
hasta su traslado a los puertos y su comercialización en el exterior.
En estos casos, el gobierno del país independiente realizaba la concesión a la empresa
extranjera del territorio donde se hallaba el recurso, a cambio del pago de impuestos.
Mientras durara la concesión, la empresa tenía derechos sobre ese territorio y sus habitantes,
a los que utilizaba como mano de obra barata. Así sucedió en la Argentina con la explotación
del quebracho, realizada por una empresa inglesa, en la región del Chaco.
También existieron países semicoloniales que, como resultado de guerras o de las presiones
económicas, se sometieron al control de una o varias potencias imperialistas. En algunos
casos, estas potencias imperialistas administraban parte del territorio del país en situación
semicolonial. En otros casos, aunque no tenían dominio sobre el territorio, las potencias
imperialistas manejaban áreas claves de la economía o intervenían en los asuntos internos
del país semicolonial. Por ejemplo, a fines del siglo XIX, China era un país semicolonial.
79
libertad de comercio y la libertad de asociación. Este nacionalismo de derecha fue partidario
de la expansión imperialista y del belicismo.
La educación nacionalista
Al mismo tiempo que se consolidaba el nacionalismo como ideología, los Estados estaban
llevando a cabo el proceso de alfabetización de amplias capas de la población. Este aumento
del alumnado favoreció la difusión de una educación nacionalista. Los Estados abandonaron
los principios liberales hasta entonces vigentes para introducir u na enseñanza de la Lengua,
la Historia y la Geografía basada en valores nacionales, que exaltaban el patriotismo. El culto
a los héroes y hazañas (sobre todo, militares) del pasado nacional y a los símbolos patrios
(bandera, himno, escudo) formó parte de la educación escolar así como de la vida de toda la
población, a través de actos, desfiles, publicaciones, etcétera.
El biologicismo
Durante la segunda mitad del siglo XIX tuvieron amplia difusión teorías que intentaban
explicar las diferencias socioculturales entre los grupos humanos a partir de criterios
biológicos. A esta tendencia se la denomina biologicismo.
En 1859 el científico inglés Charles Darwin publicó El origen de las especies, obra en la que
realizó una interpretación de la evolución biológica. Según Darwin, las especies evolucionan
a partir de tres mecanismos básicos: la lucha por la existencia, la selección natural y la
supervivencia del más apto. Estas ideas fueron tomadas por otros científicos para elaborar
teorías sobre las diferencias sociales. Así se originó el darwinismo social.
Los socialdarwinistas analizaron a las sociedades como si fueran organismos vivos, en los
que se libraba una lucha por la existencia que permitía la supervivencia de los más aptos
biológicamente. Este "organicismo" justificaba, a través del lenguaje tomado de las ciencias
naturales (salud/enfermedad, patología social, cuerpo social, etc.), la "superioridad" de
algunos grupos humanos sobre otros, así como las diferencias entre clases sociales, y entre
hombres y mujeres.
Entre las propuestas biologicistas que alcanzaron mayor difusión a fines del siglo XIX se
encontraban la craneometría, la "teoría científica de la criminalidad" y la eugenesia. La
craneometría postulaba que existían diferencias en el tamaño y peso del cerebro de los
distintos grupos humanos. Para demostrarlo, los craneómetras realizaron mediciones
selectivas, en las que manipulaban los datos a favor de concepciones previas, como la
"superioridad" de los blancos y la "inferioridad" de los pobres, los negros y las mujeres.
El médico italiano Cesare Lombroso elaboró una teoría sobre la criminalidad, que sostenía la
existencia del "criminal nato", es decir que algunas personas heredaban la compulsión a
cometer delitos. A estos criminales se los podía reconocer por características físicas, como la
cabeza pequeña, el rostro grande, la frente estrecha, las orejas grandes, la piel oscura y
mucho cabello, y por ciertas conductas, como no sonrojarse.
En 1883, el inglés Francis Galton elaboró la teoría de la eugenesia, según la cual se debía
impedir, aun apelando a métodos crueles e inhumanos, la reproducción de los grupos
humanos considerados "inferiores".
80
El racismo
La expansión imperialista y las migraciones internacionales pusieron en contacto a diversas
poblaciones y culturas. En ese contexto se extendieron las teorías biologicistas que, más allá
de los ámbitos científicos, llegaron a toda la población europea y americana, que las adoptó
como parte del "sentido común", es decir que no se sometían a discusión y se tomaban
directamente, sin ponerlas en tela de juicio.
El darwinismo social estableció que existían diferentes "razas" humanas, según rasgos
físicos hereditarias (color de piel, tamaño del cerebro, forma del cráneo y la cara, etc.), que
tenían características intelectuales, sociales y culturales diferentes. A partir de la concepción
darwiniana de especies superiores y especies inferiores, los socialdarwinistas elaboraron una
distinción entre "razas superiores" (los blancos) y "razas inferiores" (los negros, los amarillos).
De este modo, el racismo halló supuestos fundamentos científicos, que hasta el presente son
utilizados para justificar la dominación y los abusos sobre otras culturas.
El armamentismo
La difusión de las ideas nacionalistas y el biologicismo contribuyeron a incentivar la
competencia entre los países expansionistas. Así se desató una carrera imperialista, en la
que cada competidor pugnaba por aumentar los territorios bajo su dominio, no solo por
razones económicas sino también para imponer sus propios valores y cultura.
81
Esta disputa impulsó otra forma de competencia: el armamentismo, es decir, la producción
creciente de armamentos. Este proceso tuvo consecuencias en la economía local al
convertirse en una forma de inversión muy redituable y en una importante fuente de trabajo.
En algunos países ayudó a salir de la "larga depresión". También sirvió para desarrollar
nuevos materiales y maquinarias.
Pese a los discursos pacifistas y los acuerdos para repartirse el mundo colonial, las
potencias estimularon la producción de más y mejores armamentos y, a través del
nacionalismo, difundieron el belicismo. Esta actitud, inevitablemente, llevaría a un gran
conflicto armado, la Primera Guerra Mundial.
El colonialismo en el África
Desde el siglo XV, los europeos explotaron las materias primas de África y sometieron a sus
habitantes para venderlos como esclavos, sin adentrarse en el territorio. A principios del siglo
XIX, Gran Bretaña comenzó su expansión en ese continente, sobre todo por el interés en el
oro y los diamantes de Sudáfrica. Durante la etapa imperialista, los ingleses dominaron la
región llamada Rhodesia, Nigeria, Costa del Oro (actual Ghana), Sierra Leona, Gambia,
Kenia, Uganda y parte de Somalia. En 1882 incorporaron Egipto como protectorado británico.
Poco después, Sudán se convirtió en posesión anglo-egipcia.
Francia ocupó Argelia, Túnez y Marruecos en el norte de África. Luego se instaló en el
Congo, Senegal, Guinea, Costa de Marfil, Benín y la isla de Madagascar.
82
Tanto Gran Bretaña como Francia tenían fuertes intereses en el norte de África; por eso,
realizaron grandes inversiones en esa región. Como ambas potencias tenían, además,
colonias en el sur de Asia, decidieron impulsar la construcción de un canal que uniera los
mares Mediterráneo y Rojo. Después de numerosas dificultades, en 1869 se inauguró el
canal de Suez.
La expansión en Asia
A mediados del siglo XIX, Gran Bretaña incorporó como colonia a la India. Este territorio era
proveedor de materias primas y, a la vez, base para la expansión en Asia y el control de las
rutas marítimas en los océanos Índico y Pacífico. A fines del siglo XIX, Gran Bretaña
83
estableció los protectorados de Cachemira y Beluchistán e incorporó como colonias a
Birmania, Ceilán, Malaca, la isla de Singapur y el norte de la isla de Borneo.
Francia dominó la región de Indochina, en el sudeste asiático. Los Países Bajos controlaban
las islas de Indonesia. En 1898 las islas Filipinas pasaron del control de España al de los
Estados Unidos. Rusia incorporó las regiones de Siberia, el Cáucaso, Turkestán, Pamir y la
zona costera del Pacífico.
China era un territorio clave por su salida al océano Pacífico. A principios del siglo XIX, las
potencias se limitaron a obtener permisos comerciales sobre la costa. Sin embargo, luego de
las llamadas guerras del opio (1839-1842 y 1856-1860), Gran Bretaña obtuvo amplias
concesiones por parte del emperador chino, entre ellas la apertura de varios puertos y la
cesión de la isla de Hong Kong por ciento cincuenta años. Posteriormente, Rancia, Rusia y
los Estados Unidos también consiguieron ventajas comerciales.
Aunque formalmente China no era una colonia, en la práctica la presencia extranjera
condicionaba su economía. Su dependencia se agravó luego de la derrota ante el Japón en
1895 cuando debió entregarle al Japón la isla de Taiwán y hacerle concesiones comerciales.
Posteriormente, la reacción nacionalista contra la presencia extranjera, conocida como la
rebelión de los boers (1899-1901), culminó con una gran represión por parte del gobierno
chino con apoyo militar extranjero. Estos acontecimientos desprestigiaron a la dinastía
gobernante, los Qing, quienes fueron derrocados en 1911 por una revolución que proclamó la
República.
Medio Oriente estaba bajo el dominio del Imperio Otomano, aunque desde mediados del siglo
XIX Francia, Gran Bretaña y Alemania mostraron interés por la 3. En la década de 1860,
Francia creó un protectorado en la región del Líbano. A principios del siglo XX, Gran
Bretaña, Alemania y los Países Bajos comenzaron a explotar el petróleo en la zona de Irak.
84
La ocupación de Oceanía
Durante el siglo XIX, colonos británicos se instalaron en Australia para dedicarse a la
ganadería del ovino. Más tarde, llegaron inmigrantes, que se dedicaron a la agricultura y a la
búsqueda de oro. A principios del siglo XX, una vez incluida en la Comunidad británica,
Australia inició su urbanización e industrialización.
Nueva Zelanda también fue incluida en la Comunidad británica. El resto de las islas de
Oceanía fueron colonizadas por Gran Bretaña, Francia y los Estados Unidos.
85
TENSIONES DURANTE LA CONSOLIDACIÓN DE LA BURGUESÍA
Europa en 1848
Entre 1820 y 1848, en Europa, se produjeron tres oleadas de revoluciones contra el poder de
las monarquías absolutas que, después de la derrota de Napoleón, se habían reinstalado en
la mayoría de los países del continente. Estos levantamientos fueron protagonizados por
amplios sectores de la sociedad, entre los que se incluían burgueses y trabajadores, que se
unieron contra el absolutismo.
El objetivo político de los revolucionarios de 1820 fue lograr el establecimiento de monarquías
constitucionales, corno la inglesa, y asegurar el funcionamiento de los parlamentos —
institución que permitía la participación de algunos burgueses en el gobierno—.
Las revoluciones de 1830 significaron la derrota definitiva del absolutismo en varios países de
Europa occidental. Desde entonces, la monarquía constitucional se consolidó como régimen
de gobierno en Inglaterra, Francia y Bélgica, y los representantes de los burgueses más
poderosos —los dueños de las grandes industrias y de los bancos— desplazaron del
gobierno a los representantes de la aristocracia terrateniente. Los nuevos gobiernos
aseguráronla vigencia de las libertades individuales económicas y políticas; pero solamente
reconocieron el derecho al sufragio a una parte de la población. El derecho al voto y a ser
elegidos representantes parlamentarios les fue reconocido sólo a aquellos ciudadanos que
eran propietarios o tenían cierto nivel de ingresos o determinado grado de instrucción escolar.
Los resultados de las revoluciones de 1830 crearon las condiciones para la tercera oleada
revolucionaria. En 1848, el primer estallido se produjo en Francia y se extendió rápidamente
por Italia, Viena, Berlín, Hungría y otras ciudades del continente.
Con el objetivo de lograr un mayor grado de participación en el gobierno, los grupos de
burgueses de menores ingresos, los profesionales y los trabajadores exigían el
establecimiento del sufragio universal y una reforma del sistema parlamentario. Pero,
además, por primera vez, a las demandas de los burgueses, se sumaron demandas
específicas de los trabajadores. Los obreros pedían soluciones para terminar con la
desocupación y el hambre que sufrían.
El movimiento revolucionario de 1848 fue el que más se extendió por Europa, pero el menos
exitoso. Con la única excepción de Francia, en todos los países, los antiguos gobiernos
recuperaron el poder en muy poco tiempo; y los revolucionarios fueron encarcelados o
exiliados. En Francia, se proclamó una República, que sólo duró algo más de dos años. El
único cambio irreversible fue la abolición de la servidumbre en algunas regiones de Alemania.
86
La rápida derrota de las fuerzas revolucionarias fue consecuencia de su fragmentación.
Frente a las demandas de los obreros, los grupos de burgueses que, hasta entonces habían
luchado junto con los trabajadores, consideraron que la propiedad privada estaba en peligro y
se retiraron de la alianza. Los burgueses liberales
se convirtieron en conservadores y apoyaron a los La primavera de los pueblos
partidos del orden, que representaban los
intereses de la burguesía más poderosa. Las revoluciones de 1848 requerirían
Los gobiernos conservadores que retomaron el un detallado estudio por Estados,
poder se propusieron poner en práctica muchos de pueblos y regiones. Digamos, no
los principios del liberalismo económico, político, obstante, que tuvieron mucho en
jurídico y cultural. Entre 1848 y 1849. los con- común como, por ejemplo, que
servadores habían comprendido que la revolución ocurrieron casi simultáneamente,
era peligrosa y que las demandas más importantes que sus destinos se hallaban
de los burgueses radicales y de los obreros — entrelazados y que todas ellas
especialmente las económicas— se podían tuvieron un estilo común: una
satisfacer a través de reformas. En las décadas curiosa atmósfera romántico-utópica
siguientes, las reformas económicas reemplazaron y una retórica similar. Cualquier
a la revolución; y la burguesía dejó de ser una historiador lo reconoce
fuerza revolucionaria. inmediatamente: las barbas, las
chalinas y los sombreros de ala
ancha de los militantes, las banderas
La sociedad en los países tricolores, las ubicuas barricadas, el
industrializados sentido inicial de liberación, de in-
El avance de la industrialización transformó mensa esperanza y de confusión
profundamente la organización de la sociedad y optimista. Era la primavera de los
las formas de vida en Europa y en Estados pueblos y, como tal estación, no
Unidos. A medida que se expandía y consolidaba perduró.
el capitalismo como forma de organizar el trabajo y
Eric Hobsbawm, historiador inglés
la producción, en las sociedades, se profundizaba
contemporáneo, La era del
la diferenciación entre las dos clases sociales que
capitalismo. Adaptación.
habían originado las relaciones de producción
capitalistas: la burguesía y el proletariado.
En las sociedades industrializadas, hubo un importante desarrollo de las ciudades; la clase
obrera se hizo cada vez más numerosa; y la burguesía creció y se diversificó. Por el
contrario, y como resultado de las transformaciones en la organización de la producción
agropecuaria, la población rural disminuyó significativamente.
87
En los primeros tiempos de la industrialización, las ciudades crecieron en forma
desorganizada alrededor de las fábricas. Pero desde mediados del siglo XIX, los gobernantes
emprendieron planes de reformas urbanísticas con el objetivo de mejorar el trazado de las
calles, ampliar las avenidas, extender los servicios de iluminación (primero a gas y, más
tarde, eléctrica), de transportes y comunicaciones, y de agua corriente y alcantarillado. Sin
embargo, las mejoras tardaron mucho en llegar a los barrios obreros, donde persistieron gra-
ves problemas de higiene y de hacinamiento.
La burguesía triunfante
A partir de la industrialización y la expansión de la vida urbana, la burguesía se consolidó
como el grupo social dominante. La mayoría de los burgueses adhería a las ideas liberales,
defendía el capitalismo y la empresa privada, y era partidaria de la participación de los ciuda-
danos en el gobierno a través de la elección de sus representantes.
En la burguesía, se distinguían varios sectores que tenían diferente poder económico y
realizaban distintas actividades. El grupo más poderoso estaba integrado por los banqueros,
los propietarios de grandes industrias y los comerciantes más prósperos. Los pequeños
comerciantes y artesanos independientes, los grupos de profesionales y empleados en la
administración pública y en los servicios ocupaban posiciones más modestas. Estos últimos
grupos fueron denominados clases medias urbanas.
La belle époque
Hacia finales del siglo XIX, la burguesía elaboró una visión muy optimista de la vida. Esta
concepción estuvo profundamente relacionada con sus éxitos en el terreno económico. Al
mismo tiempo, la prosperidad económica le permitió vivir una vida más cómoda y adoptar
nuevas costumbres —como por ejemplo, construir chalés, ir a pasar el verano en balnearios
termales y playas, y hacer turismo en general—. En las ciudades, los contactos sociales se
hicieron más intensos y las reuniones y las visitas vespertinas fueron más frecuentes. Los
burgueses, los profesionales y los estudiantes iban a los cafés, a veces acompañados de sus
esposas, donde conversaban, leían la prensa, hacían negocios o jugaban al billar y otros jue-
gos de mesa. También se difundieron los hábitos de hacer ejercicios de gimnasia y practicar
deportes, como el tenis, entre otros.
Las transformaciones en las costumbres sociales fueron acompañadas por cambios en el
cuidado del cuerpo. Los burgueses prefirieron vestidos más cómodos y prácticos: se dejaron
de usar las faldas con miriñaque, las pelucas, las puntillas, los pañuelos y el polvo de arroz
para la cara. Para los varones y las mujeres de la belle époque, lo importante era que la
vestimenta se adaptara a los movimientos del cuerpo. Cambiaron también las costumbres
relacionadas con la higiene y el cuidado del cuerpo como consecuencia de la ampliación de
las redes de agua corriente y el alcantarillado público. Se difundió el uso del jabón, los
cosméticos y las aguas aromáticas, entre las cuales el Agua de Colonia, originaria de la
ciudad alemana del mismo nombre, fue la más famosa.
88
La clase obrera
Obreros y sindicatos
Las primeras organizaciones que crearon los trabajadores reunían exclusivamente a obreros
y artesanos calificados, que ejercían un oficio; en cambio, los trabajadores no calificados
tardaron más en organizarse para defender sus intereses.
Pero a medida que avanzó la industrialización, los obreros consolidaron nuevas formas de
organización. Los sindicatos por rama de la industria sustituyeron los viejos sindicatos por
oficio. Los nuevos sindicatos agrupaban a todos los trabajadores de una rama industrial sin
tener en cuenta la tarea que cada trabajador desempeñaba en ella. Los sindicatos que
agrupaban a los obreros ferroviarios y a los textiles tuvieron cada vez más poder frente a los
gremios tradicionales, como el de los cardadores de lana o los carpinteros de los astilleros de
Liverpool.
89
Los trabajadores ingleses fueron El movimiento obrero internacional
los primeros en organizar sindi-
catos modernos. Después de una En 1864, representantes de organizaciones obreras
serie de huelgas que se de distintos países se reunieron en Londres y
sucedieron a principios de la fundaron la Asociación Internacional del Trabajo
década de 1880, surgieron (AIT). Esta asociación, también conocida como
Primera Internacional, tenía como objetivo la defensa
organizaciones de obreros no
de los intereses de los trabajadores frente al
calificados, y aumentó
capitalismo que se consolidaba como sistema
notablemente la cantidad de
económico mundial. Los dirigentes de la AIT
obreros sindicalizados, que pasó
sostuvieron algunos debates y enfrentamientos. Los
de 750.000 en 1888 a 1.500.000
socialistas, seguidores de Karl Marx, consideraban
en 1892. que la lucha de los obreros tenía que desarrollarse en
Desde entonces, el número de el plano económico y social y, al mismo tiempo, a
afiliados, los recursos y el poder través de la organización de partidos obreros y la
de los sindicatos británicos no participación política. Por el contrario, los anarquistas,
dejó de aumentar: en 1900 liderados por Mijail Bakunin y Pierre-Joseph
reunían dos millones de Proudhon, rechazaban la participación política como
miembros; para 1914, ese número forma de lucha, porque sostenían que el sistema
se había duplicado. político estaba al servicio de los burgueses y de la
En Francia, el movimiento sindical explotación de los trabajadores. En 1872, en el
tuvo su origen en las llamadas Congreso de La Haya, los anarquistas abandonaron
bolsas de trabajo, que desde la la Primera Internacional. La AIT entró en crisis y,
década de 1880, y con apoyo de poco después, se disolvió. En 1889, año del
las autoridades comunales, centenario de la Revolución Francesa, un congreso
funcionaban para proporcionar de organizaciones obreras reunido en París fundó la
trabajo a sus miembros. Por esta Internacional Socialista o Segunda Internacional.
razón, el sindicalismo francés se Desde entonces, los más importantes dirigentes
caracterizó por una fuerte socialistas se reunieron cada tres años en los
fragmentación: en 1890, mil congresos de la Segunda Internacional y discutieron
temas fundamentales; entre otros, si el socialismo
sindicatos diferentes reunían a
debía ser reformista o revolucionario, si sus dirigentes
200.000 obreros. En 1895, había
debían participar en los gobiernos burgueses del
más de 2000 sindicatos; y el
momento, qué posición debían tomar los obreros
número de obreros sindicalizados
frente al colonialismo y el nacionalismo, cuáles
alcanzaba los 419.000.
debían ser los objetivos del internacionalismo obrero,
y cuál debía ser la postura del movimiento obrero
frente a la guerra. Desde el congreso de 1907, la
preocupación fundamental de la Internacional
Socialista fue la búsqueda de medios para garantizar
la paz.
90
Las ideas y la cultura
Durante el período de la Restauración y las oleadas revolucionarias del siglo XIX, los
escritores y filósofos europeos replantearon una serie de ideas ilustradas que, para muchos,
habían quedado cuestionadas luego de la Revolución Francesa y las guerras napoleónicas.
La revalorización de los sentimientos y nuevas formas de concebir la libertad y el progreso
fueron producto de esos replanteos.
El Romanticismo
El Romanticismo fue un movimiento filosófico, artístico y literario que marcó la cultura
europea y americana del siglo XIX. Surgió en Gran Bretaña y Alemania desde finales del
siglo XVIII, como una reacción ante las ideas racionalistas de la Ilustración y los cambios que
la Revolución Industrial y, luego, la Revolución Francesa, introdujeron en la sociedad.
Los orígenes del romanticismo se pueden encontrar en los escritos de Jean-Jacques
Rousseau y su ideal de vuelta al estado de naturaleza, para recuperar la bondad original y el
gusto por lo salvaje y primitivo. En Alemania, Friedrich Schiller y Johann Wolfgang von
Goethe estimularon el interés por la naturaleza, la emoción y los sentimientos.
Los románticos buscaban la regeneración del individuo a través de las "fuerzas auténticas"
de la naturaleza. Daban predominio a la emoción y la intuición sobre la razón y valoraban las
tradiciones y la historia pasada de los pueblos, como un tiempo en que la humanidad estaba
más cerca de sus raíces. Esta nostalgia por el pasado, unida a una tendencia a la
melancolía, generó un creciente interés hacia las civilizaciones antiguas desaparecidas, lo
sobrenatural y los temas históricos de la Edad Media. Este romanticismo exaltaba los
sentimientos nacionalistas y las particularidades de los pueblos, contra los ideales de tipo
universal que había propuesto la Revolución Francesa.
Sin embargo, algunos autores románticos consideraban como valor fundamental la libertad, y
en este sentido rescataban la herencia de la Revolución Francesa, como fueron los casos de
Stendhal y Víctor Hugo en Francia y Alessandro Manzoni en Italia.
El idealismo
El idealismo fue una corriente desarrollada principalmente en Alemania por los filósofos
Johann Gottlieb Fichte y Georg Wilhelm Friedrich Hegel. Estos pensadores trataban de
resolver una contradicción que había surgido entre las ideas racionalistas de la Ilustración,
que consideraba que mediante la razón pura y la lógica tradicional se podía llegar a la
verdad, y las comprobaciones experimentales de las ciencias físicas, que muchas veces
contradecían esas deducciones lógicas.
En las concepciones de Fichte y Hegel, este problema se resolvía con la introducción de una
nueva lógica: la dialéctica. Mientras que la lógica tradicional considera que las cosas son de
una manera fija y determinada (algo es verdadero o falso, sin término intermedio), la
dialéctica se basa en entender que nada permanece igual y que por lo tanto, no es verdadero
o falso en sí mismo, sino que está sujeto a movimiento y transformación. A toda afirmación
(tesis) corresponde una negación (antítesis), y del movimiento entre ambas surge una
superación (síntesis), que es una nueva afirmación que reabre ese movimiento dialéctico.
Esta manera de entender la realidad y el conocimiento daba gran importancia a la historia,
91
que era entendida como el movimiento del espíritu y el entendimiento humano en busca de
alcanzar la libertad.
El positivismo
Otra corriente de pensamiento surgida en el siglo xix, a partir de los avances en la
experimentación científica, fue el positivismo. Su iniciador fue el pensador francés Auguste
Comte (1798-1857), para quien solo eran verdaderas las afirmaciones basadas en
comprobaciones positivas, es decir, verificadas mediante la observación y la
experimentación.
El positivismo no consideraba que hubiese contradicciones entre la razón y la experiencia,
sino fallas o errores de apreciación que se solucionaban mediante la aplicación del método
de investigación de la física y las ciencias naturales a todo tipo de problemas. Para los
positivistas, este método científico permitiría hallar las leyes que gobiernan no solo la
naturaleza sino también la sociedad, que era entendida como un organismo similar al de los
seres vivos.
Los positivistas hacían un paralelo entre la humanidad en su conjunto y el individuo.
Entendían que ambos, a lo largo del tiempo, pasaban por tres estados sociales, que
correspondían a distintos grados de desarrollo intelectual: el estado teológico o ficticio, el
estado metafísico o abstracto y el estado científico o positivo.
En el primero de estos estados, que Comte equiparaba con la infancia, los hombres
buscaban las causas de los fenómenos naturales en fuerzas divinas y sobrenaturales, a
través de creencias religiosas. A este estado correspondía una sociedad basada en las ideas
de autoridad y jerarquía. En el estado metafísico, lo sobrenatural era reemplazado por ideas
abstractas vinculadas a las cosas (formas, esencias, etc.) para explicar la naturaleza. Este
estado era considerado por Comte como una época de tránsito entre la infancia del espíritu y
su madurez. Esta última correspondía al estado positivo, en el que el hombre no buscaba ya
saber qué son las cosas, sino que trataba de explicar cómo se comportan, mediante la
observación y la experiencia, y de deducir leyes generales, útiles para prever, controlar y
dominar la naturaleza y la sociedad. A este estado de conocimientos le correspondía, según
Comte, la sociedad industrial, dirigida por científicos y expertos.
Para los positivistas, el paso de un estado a otro era una ley universal del progreso de la
sociedad, que emanaba de la naturaleza del espíritu humano
Orden y progreso
El positivismo tuvo una gran difusión en la segunda mitad del siglo xix, impulsado por el gran
desarrollo científico y técnico de la segunda fase de la Revolución Industrial. Sobre todo e
divulgaron las ideas de que la sociedad respondía a un orden similar al de las leyes de la
naturaleza, y que el progreso de un estado social a otro era una de esas leyes. Si, por
cualquier razón, la sociedad o un país quedaba detenido en un estado anterior, las
sociedades o naciones más "avanzadas" en ese progreso lo absorberían o someterían. Esta
noción, que justificaba eclógicamente la expansión colonial europea, no solo tuvo aceptación
en las grandes potencias, también tuvo muchísima fluencia en las clases dirigentes
latinoamericanas del período. Estos grupos dirigentes latinoamericanos buscaron a toda esta
92
equiparar sus naciones con esa idea positivista del progreso cuyo modelo eran las
sociedades más industrializadas.
93
Los primeros socialistas
A partir de la posición cada vez más moderada y hasta conservadora de la burguesía liberal,
algunos políticos y pensadores europeos cuestionaron el liberalismo y sus fundamentos.
Inicialmente, estas corrientes recibieron el nombre de socialismo, por cuanto entendían que
el hombre es por naturaleza un ser social y se oponían al individualismo característico de las
ideas liberales clásicas. Estas corrientes se vinculaban, además, al desarrollo de la
producción fabril, al aumento de la población obrera asalariada y al surgimiento de sus
reclamos.
Los primeros socialistas, como el aristócrata francés Claude de Saint-Simon (1760-1825) y el
industrial británico Robert Owen (1771-1858), cuestionaban al capitalismo como un sistema
que fomentaba el egoísmo y la desigualdad. Proponían, en cambio, la cooperación entre
industriales y trabajadores, como forma de lograr una sociedad más justa y solidaria.
Otros socialistas, en cambio, negaban la posibilidad de un acuerdo entre los asalariados y la
burguesía. Entre ellos se destacó el francés Charles Fourier (1772-1837), que proponía la
creación de comunidades llamadas falansterios, basadas en la cooperación entre los
productores y consumidores, que eran los integrantes de cada comunidad.
Louis-Auguste Blanqui (1805-1881), que había actuado en los grupos carbonarios franceses,
consideraba que la burguesía era enemiga de cualquier reforma y que propuestas como las
de Saint-Simon, Owen y Fourier eran utópicas, es decir, ideas irrealizables. Blanqui sostenía
que era necesaria una revolución de los oprimidos, para imponer una dictadura, cuyo modelo
era el régimen del terror jacobino de la Revolución Francesa.
Marxistas y anarquistas
La oleada revolucionaria de 1848 llevó a que se establecieran dos grandes tendencias dentro
de las corrientes comunistas originales. Una de esas tendencias fue la que se basaba en las
ideas de Marx y Engels, llamada "socialismo científico" por sus iniciadores y que, desde fines
del siglo XIX, pasó a ser conocida como marxismo. En 1848, Marx y Engels publicaron el
94
Manifiesto del partido comunista, en el que sostenían la necesidad de una revolución social,
en la que los trabajadores debían tomar el poder del Estado para iniciar la socialización de
los medios de producción. Para lograrlo, previamente los trabajadores debían unirse, no solo
en un país sino internacionalmente, para constituir una clase obrera organizada sindical y
políticamente.
Para la misma época, el revolucionario ruso Mijaíl Bakunin (1814-1876); planteó, a partir de
las ideas de Proudhon, que la revolución social debía suprimir al Estado y sus instituciones,
ya que consideraba que todo poder y cualquier tipo de gobierno eran, en sí mismos, una
forma de opresión. Por ese motivo, rechazaba la participación política (por ejemplo, en las
elecciones) y la organización partidaria. Esta corriente, llamada comunismo anárquico, fue
conocida como anarquismo (de "anarquía", falta de gobierno).
Ambas corrientes lograron un importante apoyo entre los trabajadores europeos y, desde
fines del siglo XIX, sus ideas y organizaciones llegaron a América a través de muchos
inmigrantes. Hasta 1872, marxistas y anarquistas participaron en algunas organizaciones
comunes, pero sus diferencias de posición los fueron alejando cada vez más.
Uno de los problemas políticos más importantes que enfrentaron los gobernantes europeos
durante la segunda mitad del siglo xk fue el reclamo por el reconocimiento de los derechos
políticos de la mayoría de la población, hasta entonces excluida de la participación política.
A partir de 1848, los dirigentes europeos y los grupos de mayor poder económico
consideraron que, para evitar nuevos estallidos revolucionarios en Europa, era conveniente
ampliar el derecho al sufragio. Pero los sectores privilegiados de la sociedad estaban
acostumbrados a manejar el poder político en forma directa y exclusiva, y la ampliación de la
participación generó fuertes temores: no podían saber lo que pasaría cuando el conjunto de
la población comenzara a participar en la toma de decisiones. De todos modos, la
democracia liberal se consolidó como régimen político en los Estados Unidos y en Europa
occidental durante la segunda mitad del siglo XIX.
Paulatinamente, los gobiernos fueron reconociendo los derechos políticos de los integrantes
de la sociedad; pero, al mismo tiempo, organizaron y pusieron en práctica diversos
mecanismos institucionales con el fin de manipular los resultados de la democracia política.
En consecuencia, las primeras experiencias fueron regímenes políticos en los que la
democracia fue restringida. En primer lugar, porque sólo votaban los varones mayores de una
determinada edad, y las mujeres no tenían derecho al voto. Además, porque algunos
gobiernos establecieron el sufragio calificado o censitario que exigía determinado nivel de
rentas, ingresos o de educación, para poder votar.
Finalmente, las votaciones públicas, que se realizaban bajo la supervisión de las personas de
mayor poder económico y político, significaban una presión para los votantes
95
Los nuevos partidos políticos
El establecimiento de la democracia liberal como régimen político provocó la movilización de
sectores de la sociedad que, hasta entonces, habían permanecido excluidos y no habían
tenido canales para expresar sus ideas y preferencias políticas.
La ampliación del derecho al sufragio impulsó el surgimiento y la organización de un nuevo
tipo de partido político: los partidos de masa. Hasta entonces, sólo existían los llamados
partidos de notables, que representaban los intereses de los grupos sociales más poderosos
y sostenían sus actividades con los aportes económicos de los aristócratas y los burgueses
de mayor poder económico. Los partidos de masa, en cambio, se propusieron representar los
intereses generales de todos los integrantes de la sociedad.
En las últimas décadas del siglo xix, además, algunos dirigentes del movimiento obrero
impulsaron la organización de partidos políticos que representaran los intereses de los
trabajadores a través de sus propios programas y candidatos. Estos nuevos partidos fueron
llamados partidos de clase, porque representaban los intereses particulares de una clase
social determinada
Los obreros que adherían a las ideas socialistas organizaron sus propios partidos y, hacia
1900, tenían una importante fuerza electoral.
En varios países europeos, los partidos socialistas tuvieron el apoyo de la mayoría de los
trabajadores y constituyeron organizaciones gigantescas. El Partido Socialdemócrata
Alemán, por ejemplo, superó el millón de afiliados en 1904 y alcanzó los dos millones y medio
antes de 1914.
En otros países, los partidos socialistas fueron organizaciones más modestas: tuvieron un
número mucho menor de afiliados, pero lograron un importante apoyo electoral. En 1914, por
96
ejemplo, el Partido Socialista Unificado francés sólo tenía 76.000 afiliados, pero obtuvo
1.400.000 votos en las elecciones.
Los grupos dirigentes europeos, que representaban los intereses de la burguesía, se
propusieron integrar a los partidos socialistas dentro del sistema político porque pensaron
que la clase obrera sería más peligrosa si no estaba integrada en el juego democrática Sin
embargo, en muchas ocasiones, los gobiernos siguieron utilizando la represión. Por ejemplo,
ante el avance electoral de la socialdemocracia en Alemania, el canciller Otto von Bismarck
proscribió al partido pero, más tarde, cambió de actitud y buscó un acercamiento con los
trabajadores: otorgó beneficios sociales, como las jubilaciones y los seguros de enfermedad,
entre otros.
Los cambios en el régimen político significaron un duerna fundamental para el movimiento
obrero: sus dirigentes tuvieron que decidir si participar o no en los gobiernos burgueses.
Los anarquistas rechazaron la participación desde los tiempos de la Primera Internacional.
Pero entre los socialistas, se perfilaron distintas tendencias. Los más moderados
recomendaban centrar la lucha de la clase obrera en la obtención de mejoras y reformas
graduales, y dejar para un futuro más lejano los ideales de la revolución social y la creación
de una sociedad diferente. El ala izquierda, compuesta por los socialistas revolucionarios, fue
más intransigente. Sus dirigentes criticaron al socialismo reformista por su pasividad y
burocratización y sostuvieron la necesidad de llevar adelante, en forma simultánea, la
participación política y la lucha en el plano económico y social.
A partir de 1900, entre los partidos socialistas, tuvieron cada vez más fuerza las fracciones
moderadas, que proponían la lucha electoral y la participación en los gobiernos burgueses.
Eduard Bernstein, dirigente del Partido Socialdemócrata Alemán, sostuvo la conveniencia de
reemplazar el objetivo de la revolución por la concreción de reformas económicas graduales.
Esta tendencia se generalizó también entre los dirigentes del Partido Laborista inglés, creado
en 1906.
97
LA ORGANIZACIÓN DE LA ARGENTINA MODERNA
98
provincias debían participar proporcionalmente con el producto de sus aduanas para sostener
así la administración nacional. Según este criterio, la carga más elevada recaía sobre Buenos
Aires.
López finalmente renunció y fue reemplazado por Manuel Pinto, jefe de la Legislatura que
había rechazado el acuerdo. Ante esta situación, Urquiza decidió disolver la Legislatura de
Buenos Aires y expulsó del país a los principales dirigentes porteños: Bartolomé Mitre y
Valentín Alsina. Además clausuró la prensa opositora y restituyó a López en el gobierno
99
ley conocida como la Ley de Derechos Diferenciales. Esta ley establecía que los productos
extranjeros que llegaran directamente a los puertos de la Confederación pagarían un
impuesto más bajo que los procedentes de Buenos Aires. El objetivo de esta decisión era
atraer al puerto de Rosario una parte del comercio exterior; pero, a pesar de los esfuerzos
realizados por el gobierno de la Confederación, los comerciantes extranjeros siguieron
prefiriendo desembarcar sus cargamentos en Buenos Aires.
Al mismo tiempo, la Confederación tuvo muchos problemas para obtener préstamos. El
Banco Nacional, creado a principios del año 1854, fue clausurado pocos meses después.
100
El triunfo de Buenos Aires: la batalla de Pavón y el fin de la
Confederación
101
La organización del Estado Nacional (1862-1880)
¿Qué es el Estado?
Una primera aproximación a la noción de Estado nos plantea que este se caracteriza
por el conjunto de instituciones que ejercen el poder sobre una sociedad en un
determinado territorio. Ese poder lo ejerce de una forma muy particular ya que el
conjunto de la sociedad lo reconoce y lo acepta. Por eso se afirma que el Estado ejerce
el poder en forma legítima.
El proceso de formación de un Estado es dinámico y su consolidación implica una
centralización de sus funciones y poderes.
El estudio del surgimiento de los Estados modernos suministra información valiosa. Por
ejemplo, en América Latina, la construcción de los Estados nacionales implicó el
enfrentamiento con los caudillos y otros representantes de los poderes locales; así
como con la Iglesia, una institución que desde los tiempos coloniales había desarrollado
un importante control sobre las personas y las sociedades a través del registro de
nacimientos, matrimonios, defunciones, y, sobre todo, por su influencia en la educación.
Para imponer su autoridad, el Estado cuenta con el consenso entre los diferentes
actores sociales y, por otra parte, con los medios de coerción. El consenso significa el
acuerdo, a través de alianzas y/o compromisos, entre diferentes sectores de la sociedad
que posibilitan la creación y la realización de políticas económicas, sociales y culturales.
Por su parte, los medios de coerción (uso de la fuerza) le otorgan al Estado la
capacidad legítima de reprimir ante la falta de acatamiento de sus políticas, o en el caso
de eventuales sublevaciones o enfrentamientos con el poder.
102
tiempo, el Estado fomentó la inmigración extranjera y favoreció el desarrollo de las comunica-
ciones y de los transportes, para hacer efectiva la integración del territorio nacional.
A partir del establecimiento del Registro Civil de las Personas, la Ley de Matrimonio Civil, la
administración estatal de los cementerios y la Ley de Educación Común, el Estado nacional
se fue apropiando, también, de funciones tradicionalmente desempeñadas por la Iglesia
católica.
Para lograr la obediencia del conjunto de la sociedad, las autoridades nacionales se
propusieron vencer las resistencias, que el proceso de concentración del poder político
generó en algunos sectores, combinando la violencia (la coacción) con la búsqueda de
consensos —es decir, tratando de lograr acuerdos con los grupos dirigentes locales y los
grupos de mayor poder económico—.
103
Las resistencias frente al
avance del gobierno central
Después de Pavón y hasta 1880, distintos
grupos sociales y políticos se negaron a
subordinarse al gobierno central y lo
enfrentaron. En el litoral y en el interior, la
resistencia se .exprese) a través de
alzamientos dirigidos por caudillos
federales. Las llamadas montoneras, que
contaban con el apoyo de los sectores más
pobres de las provincias, exigieron la
mejora de la grave situación económica y
social que padecían las poblaciones
provinciales. La producción artesanal del
interior —la de tejidos era la más
importante— estaba alejada de los puntos
de contacto con el mercado externo y,
además, no podía competir con los
productos manufacturados extranjeros que
ingresaban por el puerto de Buenos Aires.
Las consecuencias de esta situación
fueron la falta de trabajo y el
empobrecimiento de la población.
Por otra parte, en Buenos Aires, el
gobierno central enfrentó a los sectores
autonomistas que se opusieron a la
federalización de la ciudad de Buenos
Aires. Además de las rebeliones provinciales y de la oposición de los grupos autonomistas
porteños, el gobierno federal participó en un conflicto internacional —la guerra del
Paraguay— y organizó distintas acciones para frenar los avances de los indígenas en la
frontera sur. La participación del Ejército nacional en estos conflictos consolidó y perfeccionó
su organización, y lo transformó en un instrumento fundamental en el proceso de
centralización de la autoridad.
104
del Partido Liberal, Domingo E Sarmiento, quien se había autoproclamado un "baluarte
contra la barbarie".
Después de la muerte de Peñaloza, se produjeron otras revueltas en Córdoba, Mendoza,
Santa Fe, Corrientes y Catamarca. El último alzamiento federal de envergadura estuvo
relacionado con la guerra del Paraguay. La contienda era muy impopular en el interior del
país. Los caudillos federales se negaban a combatir contra el Paraguay, ya que lo
consideraban un país hermano. La oposición popular a la guerra impulsó la rebelión. En
1866, el caudillo catamarqueño Felipe Várela, que había sido lugarteniente de Peñaloza,
encabezó un nuevo alzamiento contra el gobierno nacional. Várela lanzó una proclama en la
que proponía la unidad de los pueblos latinoamericanos contra las potencias extranjeras,
defendía a Urquiza y acusaba a Mitre de usurpar el gobierno nacional. Várela fue derrotado
definitivamente hacia el año 1870.
En la provincia de Entre Ríos, el caudillo Ricardo López Jordán se opuso al gobierno central.
López Jordán, igual que Peñaloza y Várela, esperaba que Urquiza encabezara un ejército
federal contra los liberales; pero el gobernador de Entre Ríos se mantuvo fiel a sus acuerdos
con el gobierno central. En 1870, Urquiza fue asesinado; y la Legislatura provincial designó a
López Jordán como gobernador. El presidente Sarmiento decretó la intervención de la
provincia; López Jordán resistió, pero en 1871 fue derrotado. En 1873 y 1876, encabezó
nuevos alzamientos contra las autoridades nacionales, pero fue vencido.
105
La "cuestión Capital" y la subordinación de los autonomistas
porteños
Los sectores autonomistas porteños, que contaban con el apoyo de los terratenientes y los
comerciantes de Buenos Aires, constituyeron un serio obstáculo para el proceso de
centralización de la autoridad del Estado nacional.
En 1867, las autoridades nacionales devolvieron a las autoridades provinciales la jurisdicción
sobre el municipio de la ciudad de Buenos Aires. Desde entonces y hasta 1880, el gobierno
nacional, presidido por Sarmiento y luego por Avellaneda, se mantuvo en calidad de huésped
del gobierno provincial. El conflicto finalmente se resolvió por la fuerza. En junio de 1880, las
milicias provinciales de Buenos Aires, organizadas por el gobernador Carlos Tejedor, en-
frentaron a las tropas del Ejército nacional, dirigidas por el general Julio A. Roca, ministro de
Guerra de Avellaneda y presidente electo. El Poder Ejecutivo y el Congreso Nacional
trasladaron su sede al pueblo de Belgrano. Luego de violentos enfrentamientos entre las
tropas que respondían al gobernador y el Ejército nacional, Tejedor fue derrotado y renunció
a su cargo, y la Legislatura provincial se disolvió. El general Mitre se hizo cargo de las
fuerzas de Buenos Aires e inició negociaciones con las autoridades nacionales.
Finalmente, el 20 de septiembre de 1880, la nueva Legislatura provincial sancionó la
federalización de la ciudad de Buenos Aires. Desde entonces, Buenos Aires fue la Capital
Federal de la República Argentina.
106
La modernización de la economía y la sociedad
La inserción de la economía argentina en el mercado internacional
Entre los años 1862 y 1880, a medida que se
centralizaba la autoridad política y se consolidaba
el poder del Estado nacional, los países
industrializados comenzaron a requerir volúmenes
cada vez mayores de materias primas y alimentos.
Para satisfacer la demanda del mercado
internacional, los grupos de terratenientes más
poderosos comenzaron a organizar la economía
argentina como complemento de las economías de
las sociedades industriales, particularmente de la
inglesa. Las decisiones tomadas con este objetivo
tuvieron como resultado la conformación de un
mercado de tierras, un mercado de trabajo y de un
mercado de capitales. Desde entonces, las tierras,
el trabajo (la mano de obra) y el capital se
transformaron en mercancías que circulaban
libremente y que se podían comprar y vender.
El mercado de tierras se conformó con las tierras
conquistadas a los indígenas y las hasta entonces
consideradas tierras públicas. El mercado de
trabajo se integró con mano de obra nativa —los
habitantes de las zonas rurales, denominados
gauchos, fueron obligados a abandonar su
tradicional modo de vida errante— y con la fuerza
de trabajo de los inmigrantes. El mercado de
capitales se constituyó a partir del ingreso de
capitales extranjeros, provenientes en su mayo-ría
de Inglaterra, en forma de empréstitos —
préstamos al gobierno—, primero y, luego, en
forma de inversiones directas —destinadas a la
construcción de la red ferroviaria y a la
organización de compañías colonizadoras de
tierras—. Sobre estas bases, se organizó una
nueva economía exportadora de productos
primarios.
107
La producción de ovinos fue la actividad ganadera más importante de la Argentina hasta fines
del siglo XIX. A partir de 1895, las exportaciones de ganado vacuno en pie a Inglaterra
comenzaron a desplazar las de carne ovina.
El desarrollo agrícola se vio favorecido por el aumento de la demanda internacional y por el
crecimiento de las ciudades. En muy poco tiempo, la Argentina pasó de importar harinas a
exportar más de un millón de toneladas de cereales —maíz y trigo, fundamental'-mente—. La
expansión cerealera se inició en las colonias agrícolas de Santa Fe y se extendió luego en la
provincia de Buenos Aires.
A principios del siglo XIX, la invención del frigorífico generó la posibilidad de exportar carnes
congeladas al mercado europeo, primero ovina y luego vacuna. Los terratenientes debieron
mejorar la calidad del ganado productor de carne para la exportación. Los rodeos fueron
mejorados a través de la aumentación y la cruza con razas europeas.
Para alcanzar estos objetivos, los terratenientes de la provincia de Buenos Aires comenzaron
a explotar sus propiedades a través del sistema de arrendamiento, que combinaba el
desarrollo de la agricultura con las necesidades de refinamiento del ganado destinado a la
exportación.
Los arrendatarios —productores, muchos de ellos, inmigrantes, que alquilaban las tierras—
estaban obligados a sembrar un año lino, otro trigo y el tercero, alfalfe. De este modo, los
riesgos de poner en producción la tierra virgen recaía sobre los arrendatarios. Después del
tercer año, en general, tos contratos no se renovaban; y los ^ campos sembrados con alfalfa
proveían el forraje adecuado para el _ ganado de calidad que ya no podía criarse con
pasturas naturales.
108
La inmigración extranjera
La inmigración extranjera aumentó a partir de 1852, pero se tornó vertiginosa a partir de
1880, cuando el desarrollo de las nuevas producciones agropecuarias y las nuevas
actividades urbanas generaron el aumento de la demanda de mano de obra.
Durante el gobierno de Nicolás Avellaneda, el Congreso Nacional dictó la Ley 817, que
reglamentó la entrada de extranjeros al país. Desde entonces, el ritmo y la magnitud de la
inmigración extranjera transformaron profundamente la organización y la cultura de la
sociedad argentina. Entre 1869 y 1930, el aporte inmigratorio provocó un crecimiento
demográfico del 60%.
En una primera etapa, el Estado o particulares con algún grado de apoyo gubernamental
asumieron la responsabilidad de la organización del proceso inmigratorio. En Santa Fe, Entre
Ríos y, en menor medida, en la provincia de Buenos Aires, se fundaron colonias agrícolas,
habitadas por suizos, alemanes, franceses y judíos. Posteriormente, la mayoría de los
inmigrantes comenzaron a llegar espontáneamente; y la intervención del Estado se limitó a la
protección y al fomento de la inmigración. La Ley 817 instrumentó algunos mecanismos de
promoción de la inmigración europea; por ejemplo, la instalación de oficinas y consulados en
los países europeos, el otorgamiento de pasajes gratuitos, el alojamiento temporario a cargo
del Estado en el Hotel de Inmigrantes al arribar a Buenos Aires y los traslados al interior del
país.
109
Hasta el año 1880, sin embargo, el saldo de
entradas y salidas era muy bajo. La mayoría de
los inmigrantes que ingresaban a la Argentina
regresaba a sus países de origen después de
ejercer algún empleo temporario. Pero durante
las últimas décadas del siglo XIX y los primeros
años del siglo XX, la situación cambió: fueron
cada vez más los extranjeros que
permanecieron en el país.
Entre 1875 y 1914, la Argentina recibió cinco
millones de inmigrantes, aproximadamente el
14% del movimiento migratorio mundial total.
De ellos, más de 2,5 millones se radicaron en
forma definitiva. La mayoría de los inmigrantes
eran italianos y españoles, aunque también llegaron eslavos, rusos, sirios y portugueses.
Entre 1860 y 1890, llegaron italianos oriundos de las regiones del norte. Posteriormente,
arribaron nuevos contingentes provenientes del sur de la península. El mayor número de los
españoles llegó entre 1905 y 1910.
Al arribar al puerto de Buenos Aires, la mayoría de los inmigrantes declaraban ser
agricultores. Pero muy pocos se convirtieron en dueños de una parcela de tierra. Hacia 1880,
los grandes terratenientes habían acaparado la mayor parte de las tierras en la región
pampeana. Además, los inmigrantes carecían de capitales y las tierras eran caras. Como
consecuencia de las dificultades para accedí der a la propiedad de la tierra y las posibilidades
que ofrecían las | grandes ciudades, la mayoría de los inmigrantes se radicó en los centros
110
urbanos. Hacia 1910, el 50% de los habitantes de Buenos Aires y el 40% de los habitantes de
Rosario eran extranjeros. Este movimiento inédito de personas desbordó la capacidad de las
ciudades que no contaban con la infraestructura necesaria para alojar a los recién llegados.
Hacia el año 1870, las viejas casonas de los barrios del sur de Buenos Aires, abandonadas
por sus propietarios después de las epidemias de tifus y fiebre amarilla, fueron adaptadas y
convertidas en viviendas colectivas —a las que se accedía pagando un alquiler por pieza—.
Los llamados conventillos se transformaron en un negocio excepcional para los dueños de
inquilinatos. Las condiciones sanitarias eran malas, ya que las ordenanzas municipales sobre
normas de higiene no se cumplían. Por otra parte, el precio de los alquileres significaba
alrededor del 30% —a veces más— de los ingresos de los trabajadores.
Los conventillos, siempre cercanos al empleo —real o potencial—, se convirtieron en el
prototipo de la vivienda popular y en el ámbito de socialización e intercambio de ideas y
costumbres de los trabajadores. En la imagen, el patío de un conventillo porteño, en los
primeros años
del siglo XX.
111
Organización y crisis del régimen oligárquico (1880-1916)
112
cargos de gobierno más importantes: diputado nacional, senador nacional, ministro del Poder
Ejecutivo Nacional, gobernador y presidente o vicepresidente. El PAN controlaba, además, la
sucesión presidencial. La Constitución nacional de 1853 establecía la elección indirecta del
presidente y vice; es decir, los ciudadanos elegían electores, quienes, a su vez, elegían al
presidente. Pero, en la práctica, el presidente designaba a su sucesor. La Cámara de
Senadores, que reunía a los representantes de las provincias, se transformó en un espacio
privilegiado para los acuerdos entre las élites políticas de todo el país.
Al mismo tiempo, el grupo gobernante organizó diversas formas de fraude electoral, como
método para excluir a la oposición política no tolerada y a las mayorías populares. De
acuerdo con la Constitución nacional y las sucesivas leyes electorales que, desde 1863,
nunca restringieron el sufragio, en las elecciones podían participar todos los varones
argentinos mayores de 21 años. Pero el gobierno oligárquico alteraba el registro electoral y
organizaba el voto colectivo, el voto doble, la repetición del voto y la compra de sufragios.
Los hombres de la Generación del 80 elaboraron una visión del mundo —que se propusieron
difundir y generalizar—, y organizaron las instituciones públicas con el objetivo de integrar al
conjunto de la sociedad. A través de la obligatoriedad de la educación básica y el servicio
militar, buscaron homogeneizar culturalmente a los inmigrantes extranjeros y a los sectores
de población criolla.
El espectacular auge de la economía exportadora de productos primarios, que se registró
durante las últimas décadas del siglo XX, permitió al grupo dirigente sostener con hechos
concretos su idea de que el desarrollo del capitalismo era el motor que impulsaba un
113
progreso indefinido y guiaba a la sociedad hacia un valor cultural que, desde su óptica, era
indiscutible: la civilización. A partir de estas ideas, se propusieron erradicar las herencias
materiales, jurídicas, políticas e ideológicas —a las cuales el grupo dirigente calificó como
demoras— de las tradiciones hispánica e indígena, que desde su punto de vista dificultaban
la imposición del orden y obstaculizaban el avance del progreso.
114
ANEXO DE ACTIVIDADES
ACTIVIDAD N° 1
"¿Llovió en la infundada noche del 5 de julio de 1807? Castelli escribe que disparó su fusil contra las
escurridizas sombras de los soldados ingleses, desde una azotea y caminó hacia el Fuerte entre barricadas
y gemidos, antorchas, gritos desaforados de centinelas, olor a sangre, excrementos, carne asada, vino,
orines, lluvia quizá.
Allí, en una sala del Fuerte estaba, de pie, Martín de Álzaga. [...] Y Álzaga repartía entre jefes y soldados,
ricos y esclavos, blancos y negros, imprecaciones, dones y sentencias, que un amanuense transcribía a
papeles sucios, para que en una noche de domingo, por segunda vez en doce meses, pusieran de rodillas
al invasor y arrastraran sus banderas por las calles de una aldea inmunda y pretenciosa".
Rivera, Andrés. La revolución es un sueño eterno. Buenos Aires: Planeta, 1998. (Adaptación).
2. ¿A qué acontecimiento hace referencia este texto? ¿Qué imagen brinda el autor sobre el
acontecimiento, qué datos precisos ofrece sobre la escena que describe?
3. ¿Quién es el autor del texto literario? ¿Es contemporáneo de los hechos que describe? Busquen
datos sobre su obra.
4. ¿A qué personajes de la época hace referencia? ¿Quiénes eran? ¿Cómo describe Buenos Aires?
5. ¿Cuál es el valor de la descripción que realiza el autor? ¿Es útil para reconstruir un momento del
pasado? Fundamenten su respuesta.
115
ACTIVIDAD N° 2
ANÁLISIS DE FUENTES - PASADO Y PRESENTE
1. Lean los siguientes fragmentos acerca de la vida de los jóvenes en la época colonial, tomados de
la obra de Mariquita Sánchez, Recuerdos del Buenos Aires virreynal, publicada en 1860. Luego,
respondan a las consignas:
"Venía un paisano a buscar la vida, lo ayudaban al momento. [...] Este era un novio para alguna de las
hijas. El padre arreglaba todo a su voluntad [El jefe de la familia decidía con quién casar a sus hijas]. Se lo
decía a su mujer y a la novia tres o cuatro días antes de hacer el casamiento; esto era muy general. Hablar
de corazón a estas gentes, era farsa del diablo; el casamiento era un sacramento y cosas mundanas no
tenían que ver en esto, ¡ah, jóvenes del día! Si pudieras saber los tormentos de aquella juventud, ¡cómo
sabrías apreciar la dicha que gozáis! Las pobres hijas no se habrían atrevido a hacer la menor observación,
era preciso obedecer. Los padres creían que ellos sabían mejor lo que les convenía a sus hijas y era perder
tiempo hacerles variar de opinión.
Se casaba una niña hermosa, con un hombre que ni era lindo, ni elegante, ni fino y además que podía ser
su padre, pero, era hombre de juicio, era lo preciso.
La niña iba a su casa, que ahora dirían una cárcel, salía a misa a ver a sus conocidas cada dos o tres meses,
atender su casa, coser todo el día. [...]
[...] muchas jóvenes preferían hacerse religiosas, que casarse contra su gusto, con hombres que les
inspiraban aversión más bien que amor. ¡Amor!, palabra escandalosa en una joven, el amor se perseguía,
el amor era mirado como depravación. [...]"
"No había carreras para ellos [los hombres] sino la de la Iglesia y los oficios mecánicos. Los niños de 14 o
15 años (decentes) iban de mozo a una tienda, pero esto era verdaderamente ser criado. Se hacía un
estudio de humillarlos; debían de barrer la vereda y la tienda, fregar el candelera, porque no se conocía
otra iluminación, tender la cama del patrón y hacer la suya sobre el mostrador, limpiar los platos con que
se comía y comer las sobras del patrón. Sin sueldo hasta que estaban bien experimentados y entonces les
daban una miseria.
Vestidos lo más miserables, era juicio esto. Jamás fraque, chaqueta ordinaria. Así pasaban los mejores
años de su vida, para tener un capital reducido.
Los jóvenes aristócratas los mandaban a España, a la Marina y a los Guardias de Corps; eran los dos
cuerpos más distinguidos, les pasaban una pensión de sus casas, hasta que su graduación era bastante.
[...]
Los hijos de Buenos Aires, no han tenido nunca inclinación a la carrera militar, más bien les gustaba ser
abogados. Estudiaban lo que podían en Buenos Aires y para doctorarse, tenían que ir a Córdoba o a
Chuquisaca. Esto era muy costoso, pero sus padres eran recompensados en esos gastos, por lo que se
distinguían sus hijos."
2. De acuerdo con el contenido de la fuente, describan cómo eran los vínculos entre:
a. las hijas y sus padres;
b. los esposos y sus esposas;
c. los hijos y sus padres.
116
3. Enumeren las ocupaciones que podían tener los varones. ¿Qué diferencias sociales reflejaban
esas actividades?
4. Mariquita Sánchez dice con respecto a la conducta de las hijas que "era preciso obedecer". Sin
embargo, ella se negó a casarse con la persona que eligieron sus padres y en 1804, cuando tenía
18 años, presentó una carta al virrey pidiendo autorización para casarse con su primo. Busquen
más información acerca de la historia de amor de Mariquita. Escriban un texto que cuente esta
historia de amor. Elijan un título adecuado
5. Comparen los siguientes temas en la época colonial y en la actualidad:
a. la relación entre padres e hijos;
b. las ideas acerca del amor y del matrimonio.
ACTIVIDAD N° 3
EL MATADERO
1. Lee este fragmento de El matadero, un relato ficcional de Esteban Echeverría. El texto se sitúa
durante el gobierno de Rosas, luego de la muerte de su esposa, Encarnación Ezcurra.
"El matadero de la Convalecencia o del Alto, sito en las quintas al sur de la ciudad, es una gran playa en
forma rectangular, colocada al extremo de dos calles [...] está cortada por un zanjón [...] en cuyos bordes
laterales se muestran innumerables cuevas de ratones y cuyo cauce recogen en tiempo de lluvia toda la
sangranza seca o reciente del matadero.
[...] En la casilla se hace la recaudación del impuesto de corrales, se cobran las multas por violación de
reglamentos y se sienta el juez del matadero, personaje importante, caudillo de los carniceros y que
ejerce la suma del poder en aquella pequeña república, por delegación del Restaurador. [...]. Es un
edificio tan ruin y tan pequeño que nadie lo notaría en los corrales a no estar asociado su nombre al del
terrible juez y no resaltar sobre la blanca cintura los siguientes letreros rojos: Viva la Federación, Viva el
Restaurador y la heroica doña Encarnación Ezcurra, Mueran los salvajes unitarios".
Echeverría, Esteban: El matadero.
117
ACTIVIDAD N° 4
ANÁLISIS DE FUENTES
1. Lean los siguientes textos escritos durante la rebelión de Túpac Amaru. Luego, respondan las
consignas:
"Ya en Cuzco con empeño quieren sacudir y es ley, el yugo de ajeno rey y reponer al que es dueño.
¡Levantarse, americanos! Tomen armas en las manos y con osado furor ¡maten sin temor a los ministros
tiranos!"
Cartel pegado en Oruro en abril de 1780 por los partidarios de Túpac Amaru.
“Y pues, el indio ha exhortado a criollos, atrevido a seguir el vil partido que alevoso se ha fraguado para
que entienda el alzado que a todas luces se engaña Criollo es el que desengaña y exhorta a la recia plebe
que solo conocer debe por Padre y Rey al de España."
Panfleto español difundido en Arequipa.
2. Comparen ambos textos y respondan a las siguientes preguntas. Fundamenten sus respuestas:
a. ¿A quién consideraban legítima autoridad?
b. ¿Contra qué actores sociales se expresaban?
c. ¿A qué actores sociales convocaban a actuar?
3. En el primer texto se utilizó el término "americano". ¿Por qué creen que los rebeldes usaron esa
palabra? ¿A cuál la oponían? ¿Por qué?
ACTIVIDAD N° 5
ANÁLISIS DE FUENTES
1. Lean el siguiente testimonio de Manuel Belgrano acerca de la primera invasión inglesa. Luego,
respondan las consignas.
"[...] no habiendo tropas veteranas ni milicias disciplinadas que oponer al enemigo, venció este todos los
pasos con la mayor facilidad [...].
Confieso que me indigné [...] todavía fue mayor mi incomodidad cuando vi entrar las tropas enemigas, y
su despreciable número para una población como la de Buenos Aires: esta idea no se apartó de mi
imaginación, y poco faltó para que me hubiese hecho perder la cabeza: me era muy doloroso ver a mi
patria bajo otra dominación, y sobre todo en tal estado de degradación que hubiese sido subyugada por
una empresa aventurera, cual era la del bravo y honrado Beresford, cuyo valor admiro y admiré siempre
en esta peligrosa empresa."
Manuel Belgrano, Autobiografía
a. ¿A qué causas atribuía Belgrano la ocupación de Buenos Aires por los ingleses?
b. ¿A qué territorio creen que llamaba "patria"? ¿Por qué?
c. ¿Por qué creen que expresaba sentimientos de admiración hacia el jefe inglés?
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2. Lean el siguiente fragmento de un artículo periodístico publicado en Londres después de la
derrota de la segunda invasión. Luego, respondan las consignas.
"El ataque, de acuerdo con el plan preestablecido, se llevó a cabo el 5 de julio, y los resultados fueron los
previsibles. Las columnas se encontraron con una resistencia decidida. En cada calle, desde cada casa, la
oposición fue tan resuelta y gallarda como se han dado pocos casos en la historia. La consecuencia fue
que el plan de operaciones se frustró [...].
El comandante en jefe parece haber estado en la más perfecta ignorancia tanto acerca de la naturaleza
del país como sobre el monto y el carácter de la resistencia que debía esperar. Con el propósito,
suponemos, de evitar un encuentro molesto, desembarca a treinta millas [una milla equivale a 1.609,30
metros] del lugar donde debía operar, prosigue su marcha a través de un territorio lleno de pantanos,
cortado por riachuelos, y finalmente, con ejército jadeante y exhausto, se asienta frente a una plaza
fortificada enteramente, en la cual, según el tenor de su despacho, llovían sobre él metrallas desde todas
las esquinas y, desde los techos de las casas, mosquetazos, granadas de mano, ladrillos y piedras. Bajo
estas circunstancias, lo notable no es que no haya tenido éxito, sino que haya podido escapar de la
dificultad en que se hallaba envuelto, y obtener las condiciones favorables que le fueron concedidas. El
general Whitelocke ha demostrado más talento como negociador que como comandante de una fuerza
de operaciones. [...]
[... ] este ha sido un desgraciado asunto del principio al año. Los intereses de la nación, así como su
prestigio militar, han sido seriamente afectados. El plan original era malo y mala fue su ejecución. No
hubo nada de honorable o digno en él; nada a la altura de los recursos o el prestigio de la nación. Fue una
empresa sucia y sórdida."
The Times, Londres, 14 de septiembre de 1807.
a. ¿Cómo describe este artículo la resistencia de los habitantes de Buenos Aires? Subrayen los
adjetivos que utiliza para calificarla.
b. Analicen las causas a las que atribuye el fracaso inglés.
c. ¿Cómo caracteriza al comandante Whitelocke?
d. Expliquen el sentido del último párrafo.
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ACTIVIDAD N° 6
ANALIZAR DOCUMENTOS ECONÓMICOS
Leer textos económicos escritos por los protagonistas de los sucesos estudiados nos permite conocer las
ideas que circulaban en la sociedad en ese momento. Mariano Moreno y Manuel Belgrano, integrantes
de la Primera junta de Gobierno, tenían ideas precisas sobre el rumbo económico que debía tomar la
Revolución de Mayo de 1810.
Las ideas económicas de Moreno y de Belgrano
1. Lee los siguientes fragmentos de documentos económicos.
"Debieran cubrirse de ignominia los que creen que abrir el comercio a los ingleses en estas
circunstancias es un mal para la Nación y para la Providencia; pero, cuando concediéramos
esta calidad [...] debe reconocérsele como un mal necesario, que siendo imposible evitar,
se dirige por lo menos al bien general, procurando sacar provecho de él, haciéndolo servir a
la seguridad del Estado".
"Se dice generalmente que un empréstito bajo las seguridades que están a disposición del
Gobierno sería capaz de remediar los presentes apuros; pero [...] todas las naciones en el
apuro de sus rentas han probado el arbitrio de los empréstitos, y todas han conocido a su
propia costa que es un recurso miserable con que se consuman los males que se intentaban
remediar [...]".
Moreno, Mariano: Plan revolucionario de operaciones. Bs. As.: Plus Ultra, 1993.
"La industria debía ser alentada y guiada por el gobierno. [...] Tomar otras medidas para
llevarlas por la senda recta y no dejarlas caminar al antojo y capricho, sin principio ni regla
fija [...]".
"El modo más ventajoso de exportar las producciones superfluas de la tierra es ponerlas
antes a obra o manufacturarlas [...] La importación de mercancías que impide el consumo
de las del país, o que perjudican al progreso de sus manufacturas y de su cultivo lleva tras sí
necesariamente la ruina de una nación [...]
La importación de las mercaderías extranjeras de puro lujo en cambio de dinero, cuando
este no es un fruto del país, como es el nuestro, es una verdadera pérdida para el Estado".
Belgrano, Manuel: Escritos Económicos. Bs. As.: Círculo Militar, 1963.
2. Establece cuáles son las principales ideas económicas de Moreno y de Belgrano.
3. Señala, teniendo en cuenta lo estudiado en el capítulo, si esas ideas se llevaron a la práctica
o no. Fundamenta tu respuesta.
ACTIVIDAD N° 7
El imperialismo
1. Lee los siguientes textos sobre el imperialismo y, luego, responde a las preguntas.
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países hasta ahora no desarrollados, principalmente en los trópicos, en los que existe una
numerosa población con crecientes necesidades que nuestros fabricantes y comerciantes
pueden satisfacer. [...] La experiencia muestra que la manera más segura de afianzar y
desarrollar dichos mercados es la creación de protectorados o la anexión.
Por costosa que sea, y por llena de peligros que esté, la expansión imperial es necesaria para
que nuestra nación continúe existiendo y progresando. Si renunciamos a ella, dejaremos la
dirección del desarrollo del mundo en manos de otras naciones, que entorpecerán nuestro
comercio e incluso pondrán en peligro los suministros de alimentos y materias primas que
necesitamos para la supervivencia de nuestra población. El imperialismo resulta, por tanto, no
una preferencia, sino una necesidad".
Atkinson Hobson, John: Imperialismo, 1902.
ACTIVIDAD N° 8
ANALIZAR LOS DIARIOS DE SESIONES
Una de las fuentes históricas más importantes son los Diarios de Sesiones, en donde se registran los
debates parlamentarios. En ellos, queda consignado lo que se discute en el Parlamento (tarea de la que se
encargan los taquígrafos). Al leer los Diarios de Sesiones, se puede obtener información sobre el proceso
que lleva a la sanción de leyes fundamentales para el país, sus motivaciones más profundas y las
características de los gobiernos y las diferentes fuerzas políticas.
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Debate parlamentario sobre la Ley 1420 de Educación Común, sesión del 4 de julio de 1883.
En San Román, Cristina: Roca y su tiempo. Buenos Aires: CEAL, 1983, pp. 52-55
ACTIVIDAD N° 9
LEER LAS FUENTES PRIMARIAS
Los historiadores, para reconstruir el pasado, deben recurrir a testimonios, Entre ellos, se encuentran las
fuentes, que pueden ser primarias o secundarias.
Las fuentes primarias son documentos históricos producidos por los protagonistas o por los testigos
directos de los hechos y de las situaciones que se narran; entre otras, podemos mencionar algunos
documentos oficiales, las crónicas, etcétera.
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BIBLIOGRAFIA UTILIZADA
Alonso, M. y otros. Historia. Europa moderna y América colonial. Aique. Buenos Aires.
Alonso M., Vázquez E. Historia del mundo contemporáneo. Aique.
Alonso M., Vázquez E. Historia Argentina contemporánea. Aique
Cristofori, Alejandro y otros. Historia 3. La expansión del capitalismo y de los Estados
nacionales en América Latina. Aique. Buenos Aires. 2010.
Eggers-Brass, Teresa. Historia III. La formación de los Estados nacionales en América
Latina en el contexto mundial del siglo XIX. Maipue. Buenos Aires 2010.
Historia universal, colección diario Clarín. Editorial Sol 90. Barcelona. 2004.
Carrozza, W ; Musa, M y otros. Historia. La Argentina, América Latina y Europa entre
fines del siglo XVIII y comienzos del siglo XX. Santillana. Buenos Aires. 2010.
Hochman, Nicolas. Historia. Entre las revoluciones y la consolidación de los Estados-
nación: el capitalismo en el siglo XIX. Longseller. Buenos Aires. 2010.
Rizzi, Analia, Bárbara Raiter y otros. Una Historia para pensar: la Argentina en el largo
siglo XIX. Buenos Aires. Kapelusz. 2009
Rizzi, Analía , Bárbara Raiter y otros. Una Historia para pensar: Moderna y
contemporánea. Buenos Aires. Kapelusz. 2009
Rizzi, Analía ; Bárbara Raiter y otros. Una Historia para pensar: Moderna y
contemporánea. Buenos Aires. Kapelusz. 2008
Vázquez de Fernández S. Historia. Kapelutz. 2018.
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