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El poema describe la experiencia de una persona que se ha convertido en parte del mar, olvidando su vida terrenal. Ahora su alma pertenece al mar profundo cuyo azul refleja su ser. Aunque sus pies son de arena y sus uñas de conchas, nunca despertará de esta existencia acuática, ya que su cielo y mar ahora son maldiciones gitanas que lavan sus pies con la corriente.
El poema describe la experiencia de una persona que se ha convertido en parte del mar, olvidando su vida terrenal. Ahora su alma pertenece al mar profundo cuyo azul refleja su ser. Aunque sus pies son de arena y sus uñas de conchas, nunca despertará de esta existencia acuática, ya que su cielo y mar ahora son maldiciones gitanas que lavan sus pies con la corriente.
El poema describe la experiencia de una persona que se ha convertido en parte del mar, olvidando su vida terrenal. Ahora su alma pertenece al mar profundo cuyo azul refleja su ser. Aunque sus pies son de arena y sus uñas de conchas, nunca despertará de esta existencia acuática, ya que su cielo y mar ahora son maldiciones gitanas que lavan sus pies con la corriente.
Mi mente ha olvidado el sonido de las llantas sobre el pavimento. Mi ojos no se agobian por las luces muertas. Mi piel es ahora un velero. Pero mi alma. Sé que mi alma es del mar. El azul profundo solo refleja lo que hay dentro de mi ser. Mi sempiterna existencia de agua, que va. Parece que viene Ilusión de sirena, pues va. Mis pies de arena; Mis uñas de caracolas; ecos que pintan mis manos de luna, de luz. Esta noche soy cielo y el declive del mar. La maleficencia salada que oculta su río pasado ¿Y si despierto? No ¡No! Nunca seré de aquí, aunque mis ondas digan lo contrario. Mi cielo, mi mar. Maldición de los gitanos; rocio de corriente, lava mis pies; entonces me lavo. Un paso, me doy brisa. Una caída. me arrastro. Un cadáver, me amo.