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E-ISSN: 2007-3607
suv.paakat@redudg.udg.mx
Universidad de Guadalajara
México
de Pelekais, Cira; Soto, Maricarmen; Aldrin Pelekais, Elmar; Andris Pelekais, Elmars
De la publicación impresa a la electrónica: una simbiosis de elementos para divulgar la
producción científica en las organizaciones universitarias
Paakat: Revista de Tecnología y Sociedad, núm. 10, marzo-agosto, 2016
Universidad de Guadalajara
Guadalajara, México
Cira de Pelekais1
Maricarmen Soto2
Elmar Aldrin Pelekais 3
Elmars Andris Pelekais4
Universidad Privada Dr. Rafael Belloso Chacín, Venezuela.
Resumen
Este artículo tiene como propósito realizar un análisis argumentativo sobre la metamorfosis
evidenciada en la transición de la publicación impresa a la electrónica, partiendo de una simbiosis de
elementos utilizados para divulgar la producción científica en las organizaciones universitarias.
Mediante una revisión documental con un diseño bibliográfico se explica la trazabilidad de las revistas
que difunden el conocimiento, proporcionando visibilidad, impacto y popularidad ante el mundo
académico en el transcurrir del tiempo. Se toma como punto de referencia el antecedente
sociohistórico que revela algunas razones para que los cambios se hayan producido y su incidencia en
el mejoramiento del material que se edita, incluyendo el número de enlaces recibidos, las
posibilidades de descarga de los contenidos en otros idiomas, el cumplimiento de periodicidad, la
facilidad de localización y los formatos que permiten mayor accesibilidad a los usuarios. También se
hace un inventario de las ventajas aportadas y desventajas que deben ser asumidas, para realizar un
balance de los resultados obtenidos durante la etapa de evolución.
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Finalmente, considerando que el proceso evolutivo de las publicaciones se observa desde los libros
hasta los cambios ocurridos por las redes electrónicas de comunicación, es posible analizar el
nacimiento de la memoria y la diseminación de los saberes para garantizar la permanencia con altos
estándares de calidad en las publicaciones, sobre todo en el contexto universitario.
Palabras clave
Publicación impresa, publicación electrónica, producción científica, organizaciones universitarias.
Abstract
The paper aims to make an argumentative analysis of metamorphosis evident in the transition from
print to electronic, from a symbiosis of elements used to make the scientific production in university
organizations.
Finally, considering that the evolutionary process is seen publications from books to make the changes
to the presence of electronic communication networks, it’s possible to analyze the birth of memory
and dissemination of knowledge to ensure the continued high standards of quality in publications,
especially in the university context.
Key words
Print publication; electronic publication; scientific output; university organizations.
Introducción
La evolución de los saberes de una época a otra fue puesta en práctica por los griegos
durante los siglos V y VI a. C., hasta mediados del siglo XV, período cuando se originaron los
textos impresos, pasando por una diversidad de instrumentos para incrementar, conservar y
difundir dichos saberes dentro de un contexto cultural en el cual confluyeron pensamientos
distintos de escenarios académicos o de cualquier acción colectiva. En este sentido, es
importante resaltar que la historia deja huella en la comunicación científica desde un
material impreso como herramienta que permite aumentar la memoria en los individuos, de
allí la importancia de bibliotecas desde épocas remotas, hasta las publicaciones electrónicas
o en redes sociales que vienen a constituir un medio de difusión dinámico y de divulgación
hoy en día, tal como lo plantea Novelle (2012).
Cira de Pelekais, Maricarmen Soto, Elmar Aldrin Pelekais y Elmars Andris Pelekais
trabajos publicados con anterioridad para formular propuestas y metodologías de
investigación. Este intercambio de opiniones y datos con sus pares es parte esencial de la
fase experimental. Por lo tanto, la comunicación está presente en todas las etapas del
proceso de investigación.
De allí que el proceso evolutivo de las publicaciones se observa desde los libros hasta
los cambios ocurridos al aparecer las redes electrónicas de comunicación y computación. Es
en este momento cuando nace la memoria y la diseminación de los saberes para garantizar
la permanencia y la calidad de las publicaciones, sobre todo en el contexto universitario. En
este orden de ideas, cualquiera que sea la publicación se centrará en la comunicación
eficiente y eficaz como parte de un proceso investigativo que toma en cuenta terminología,
lenguaje claro y entendible para la adaptación de un lector. Con respecto a lo planteado,
específicamente en lo que a revistas científicas se refiere, significó la formalización de un
proceso comunicativo que viene a formar parte importante de los logros de organizaciones
universitarias, ya que es un medio de divulgación que posibilita un staff de investigaciones
perecederas y disponibles para un público amplio.
Para iniciar se debe expresar que los manuscritos, en sus inicios, surgen como un
mecanismo de comunicación. En otro tiempo, el modo de interrelacionarse entre seres
humanos e instituciones era por medio de cartas escritas no diplomáticas o flexibles; sin
embargo, en el transcurrir del tiempo estas comienzan a ganar espacio desde el punto de
vista intelectual sobre determinados asuntos que eran de interés general, sistema que
recibió el nombre para la época de République des Lettres (República o Mundo de las
Cartas), lo cual logra un espíritu comunitario en el contexto científico.
Este proceso permitió crear las primeras impresiones para hacer más sistemática la
innovación de resumir libros y eventos culturales u otros alrededor de 1660, al querer
sintetizar descubrimientos, juicios y otros aspectos que llevaron a escribir manuscritos como
única forma de expresión.
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detalladas después del resumen, y el resto de una estructura casi holista que por ende
integra un texto contentivo de enriquecedoras secciones, resultados y conclusiones,
formando parte de una revista con una recopilación de diversos manuscritos y distintos
autores, convirtiéndose en periódica a mediados del siglo XVII, con el propósito de generar
producción intelectual de calidad.
Es a partir del siglo XX que la tecnología hace su aparición e inician los procesos de
documentación computarizada. El gran volumen de información que ya circulaba para la
época, la rapidez con la cual se requería información, encontró el norte de manera
electrónica, a través de dispositivos pequeños, y allí con esa mesa con botones y palancas
conocida como Memex se logró una evolución en el sistema de comunicación. Así poco a
poco se pasa a la computadora, que sirve de base para lo digital en el futuro.
En Venezuela son contadas las bibliografías destinadas a recopilar la historia de los medios
impresos. La causa, en parte, de acuerdo con lo expresado por Marcano (2007: 26), ha sido
la inexistencia durante años de un archivo que se haya encargado de registrar el
surgimiento de cada publicación periódica y no periódica de Venezuela, por lo que algunas
puede que se escapen del acervo histórico periodístico.
Con respecto a lo planteado, Eleazar Díaz Rangel realizó, en 1994, una investigación
intitulada “La prensa venezolana en el siglo XX”, que fue editada a manera de libro bajo ese
mismo nombre. El referido texto, en sus primeras páginas, comenta que “la historia de la
prensa venezolana del siglo XIX era más conocida que la del siglo XX” (Marcano, 2007: 26).
Por otro lado, la memoria histórica de los medios impresos, nos revela el autor
referenciado con anterioridad, se inició
Al respecto, Marcano destaca que justamente fue en 1810, “año en el que circula el
piloto de la revista de Bello, surge la revista Semanario de Caracas. Sus autores, Miguel
José Sanz y José Domingo Díaz, se inspiraron en El Lucero” (2007: 27).
Años después es creado el Correo de Caracas, que Cuenca (1961) describe como “un
semanario de cuatro hojas en fino papel, escrito con el más depurado gusto por Cagigal,
Cira de Pelekais, Maricarmen Soto, Elmar Aldrin Pelekais y Elmars Andris Pelekais
Toro, Baralt y Suzarte”. Esta publicación, de corte literario, circuló durante dos años, desde
1839 hasta 1841. Según Cuenca, gran parte de las revistas que se fundaron en el siglo XIX
eran literarias y surgieron para satisfacer la necesidad que tenía la literatura del momento
de encontrar un medio a través del cual manifestarse. Así, las próximas revistas en
aparecer se ubican en esta tendencia (Marcano, 2007).
Blitz, revista de moda dirigida por Roland Carreño, nace en 2001. Es una publicación
de alta calidad que junto con Complot Magazine y Ocean Drive Venezuela conforman las
tres revistas más importantes sobre esta especialidad.
Una segunda fase, hasta mediados del siglo XVII, se caracterizó por las guerras
religiosas, la incorporación de América y Oriente al comercio y una crisis en la economía
europea (Sabbatini, citado por Mendoza y Paravic, 2006). En este período, el desarrollo de
los métodos matemáticos hizo que destacaran hombres como Descartes, al plantear los
fundamentos de la geometría analítica, al igual que Kepler, por el planteamiento de las
leyes de los movimientos planetarios, y Newton, por las leyes generales del movimiento de
la materia (Engels, 1947). En la tercera fase, a partir de la segunda mitad del siglo XVII, la
ciencia tuvo un rápido crecimiento y se extendió a nuevos campos de investigación.
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De acuerdo con la revisión bibliográfica planteada, tanto la sociedad como la cultura
fueron impulsadas por el comercio que se desarrollaba a través de la navegación, ya que
para la época era el medio con el que se transportaban las mercancías, productos y bienes.
Adicionalmente, también hizo su aporte la agricultura y manufactura. También es
importante dejar establecido que esta forma de crear conocimiento, novedosa para aquellos
años, fue adoptada por las sociedades científicas creadas al margen de las universidades,
pues en el sistema de educación oficial de la época, las estructuras académicas aún se
remontaban al período medieval, una formación marcada por la rigidez y poca innovación de
procesos y procedimientos, en donde no se permitía la implementación de los nuevos
métodos experimentales.
De igual forma, mencionan que esta fue una de las formas encontradas para hacer
más expedita la comunicación entre los investigadores y junto al contenido intelectual de
cada carta, los científicos comenzaron a añadir poco a poco comentarios, evaluaciones y
juicios, que conformaron un método de expresión crítica de los nuevos descubrimientos.
Es así como puede visualizarse que las primeras revistas científicas fueron el Journal
de Sçavans, en Francia y el Philosophical Transactions of the Royal Society, en Londres,
dependientes de las sociedades antes mencionadas. En 1668 apareció en Italia la
publicación Litteratti de Italia y dos años más tarde, en Alemania, la Miscellanea Curiosa,
sustituyéndose el flujo de la correspondencia científica por las publicaciones periódicas
(Sabbatini, citado por Mendoza y Paravic, 2006).
Cira de Pelekais, Maricarmen Soto, Elmar Aldrin Pelekais y Elmars Andris Pelekais
La primera revista médica en idioma vulgar fue el Journal des Nouvelles Découvertes
sur Toutes les Parties de la Medicine, que apareció en 1679 (Burgos, 1998).
Señalan Mendoza y Paravic (2006) que esta novedosa forma de divulgar los trabajos
breves producidos por autores individuales tuvo notables resistencias: a Newton le
produjeron profundas molestias las críticas que se hicieron respecto de sus estudios sobre
óptica en la revista Philosophical Transactions of the Royal Society, situación que contribuyó
a que se decidiera a publicar solo libros terminados, con un contenido acabado de las
materias, incluidas las objeciones y los hallazgos incidentales de sus experimentos (Solla
Price, 1973). Como era de esperarse, esto generó el rechazo a utilizar algunas formas de
publicación poco tradicionales para la época. Situación similar a lo que pasó en Venezuela
en la década de los noventa, en la cual los trabajos que no estuvieran publicados en revistas
indizadas no eran considerados con el mismo valor a la hora de participar en convocatorias
donde se acreditaran como investigadores y de ese criterio dependía obtener un mayor o
menor nivel de acreditación.
De acuerdo con lo expuesto por Piqueras (2001), la primera revista en publicarse fue
Philosophical Transactions, la cual inició en 1752 el sistema de tener un comité revisor para
determinar si los artículos que recibían merecían ser publicados, pues su prestigio había
disminuido considerablemente. En ese momento se puede evidenciar la importancia
asumida por una evaluación de pares, ya que esto les garantizaba ranquearse con otras
publicaciones que divulgaran producción científica.
También hacen referencia Mendoza y Paravic (2006), citando a Solla Price (1973) y a
Prat (2003), que la tradición de citar en el texto del artículo los trabajos que habían servido
de referencia para la investigación que se estaba publicando, tuvo su inicio a mediados de
1800, hecho que surgió debido a la necesidad de los científicos de instaurar y mantener la
propiedad intelectual de sus aportes, a fin de evitar la disputa por lo que consideraban era
su creación.
Por supuesto, con el transcurrir del tiempo el proceso de edición se fue mejorando:
se crearon estructuras para enseñar a organizar los artículos, se normalizaron las
publicaciones y se hizo entrega de todo el proceso de edición, publicación y distribución a
agentes externos, las editoriales científicas, entidades que rápidamente dominaron el campo
de la divulgación del conocimiento, convirtiéndose en “guardianes” de la ciencia. Aun hoy,
en pleno siglo XXI, se trabaja con la modalidad de editoriales externas a la organización y
son pocas las universidades o institutos de investigación que tienen su propio fondo
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editorial. En el caso de Venezuela, producto del control cambiario y otros elementos
socioeconómicos, los costos por editar son extremadamente altos, razón por la cual se ha
minimizado la edición de textos impresos optando por los libros o revistas digitales.
Según Bueno, al parafrasear a Ríos (2000), las revistas científicas o académicas son:
el canal formal de comunicación que tiene como objetivo principal la difusión del
conocimiento generado en cada campo o disciplina de investigación. No obstante, hay
que tener presente que cuanto más alta sea la calidad de los artículos que en ellas se
publican, mayor es su prestigio y su capacidad de difusión, para ello, es necesario que
existan instancias encargadas de la evaluación imparcial, independiente y crítica de
ellos dando origen al arbitraje (Bueno (2011).
Cira de Pelekais, Maricarmen Soto, Elmar Aldrin Pelekais y Elmars Andris Pelekais
El arbitraje, como una de las fases de divulgación que debe ser cumplida para que se
considere artículo científico, está referido a la evaluación crítica que se hace de los
manuscritos enviados a las revistas por expertos que no forman parte del comité editorial.
Como producto de esta revisión, los pares o árbitros seleccionados, profesionales
reconocidos en el área del conocimiento, avalan la calidad del material escrito y opinan
sobre su validez y confiabilidad para ser referidos académicamente, tanto para su lectura
como para su publicación y posible replicación en contextos similares (Campanario, 2002).
De allí que sea posible afirmar que las revistas científicas o académicas son
publicaciones que cuentan con una periodicidad establecida, con artículos inéditos, producto
de resultados de investigación que son debidamente arbitrados por un comité editorial
reconocido a nivel nacional e internacional. Estas publicaciones permiten a los miembros de
la comunidad académica difundir los conocimientos generados, para que puedan ser
aprovechados por la sociedad en general; en otras palabras, es el medio que permite
socializar la producción intelectual generada.
Para Lopera, (1999), la revista electrónica aparece como una nueva forma de comunicación
científica generada por el uso cada día más extendido de las redes teleinformáticas, que
permiten distribuir información a miles de personas con mayor rapidez y menores costos.
Estas redes no solo están alterando la comunicación autor-lector, sino que están
transformando la distribución de artículos impresos por la transmisión electrónica de
prepublicaciones. Y agrega que los primeros experimentos con revistas electrónicas
comenzaron en la década de los ochenta en universidades de Estados Unidos.
Sin embargo, día a día, la comunicación informal entre los científicos está creciendo
por el uso del correo electrónico y el intercambio de preimpresos o documentos no impresos
a través de este. El uso de las redes sociales está suplantando a las comunicaciones
netamente formales; ahora es posible compartir los hallazgos de una investigación con
pares académicos de diferentes partes del mundo a través de Skype, por ejemplo.
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organizar este nuevo modo de comunicación, en conexión con las revistas impresas que
mantienen su vigencia. Nuevas revistas científicas se están creando en formato electrónico
o las tradicionales están teniendo también sus versiones electrónicas. Un caso especial que
sirve de ejemplo es el del Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos (IEEE)
(http://www.ieee.org), que codifica en lenguaje HTML la totalidad de las 62 revistas que
publica, lo que permite su lectura en línea (http://opera.ieee.org/opera/). Otra experiencia
es la de la Universidad Privada Dr. Rafael Belloso Chacín, en Venezuela, en la cual de sus
once revistas científicas, diez son electrónicas y emplean el formato OJS.
La comunicación científica siguió hasta los años noventa el recorrido como modelo clásico de
escritura, evaluación, publicación, indización y divulgación, donde el norte era la publicación
científica impresa. Es años después, con el nacimiento del internet, que se da poco a poco la
transición a un formato digital, donde autores, árbitros, editores y lectores interactúan de
manera dinámica en un proceso convergente. Por ello, la web ha facilitado novedosos
recursos digitales que le dan una nueva forma a la comunicación científica. Esta es de
naturaleza multidimensional, en la que se integran las fronteras para intercambiar saberes
en procesos donde la investigación cumple sus fases satisfactoriamente para luego publicar
resultados ya sea de manera impresa o digital.
En este orden de ideas, se conoce por comunicación científica, según Byrnes et al.
(2013), aquella donde se amplían productos y se da apertura a los diversos procesos de la
investigación, la cual impone el cruce de fronteras a través de procesos investigativos para
publicar ya sea en revistas físicas o digitales, permitiendo asociar nuevos conocimientos con
cada especialización de un profesional, facilitando las fases de la investigación y publicación
desde la recolección de datos, análisis, experimentación, comunicación informal y la
publicación final que ha abierto fronteras para trabajar en equipo en la comunicación
científica.
Cira de Pelekais, Maricarmen Soto, Elmar Aldrin Pelekais y Elmars Andris Pelekais
En este sentido, Ortega Maldonado señala que la
Para Ferrer y León (2009), de acuerdo con los aportes estadísticos ideales de la
UNESCO,en el mundo debe haber un investigador por cada 10,000 habitantes; sin embargo,
en Venezuela existen ciudades que superan esta cifra, por ejemplo, el estado Mérida donde
en promedio hay tres investigadores por cada mil habitantes.
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Sin embargo, no se puede dejar a un lado la crisis de comunicación académica,
porque en América Latina ha venido evolucionando el proceso investigativo y esta
proliferación de títulos, número de personas que publican como nivel de estatus científico,
las especializaciones nacientes y disciplinas, tiempos de arbitraje y demás fases del proceso,
más los costos de impresión que hacen insuficiente el número de revistas científicas.
Según Ríos y Herrero (2005), las revistas en las regiones o localidades apenas
contribuyen en un 1.3% a los manuscritos que anualmente se publican en el mundo.
Revisar estos datos es una vía para analizar las oportunidades y dificultades que ha
atravesado la comunicación científica en América Latina.
Ahora bien, en Venezuela apenas para el año 2004, en un panorama general se dice
que los oriundos de este país se interesan en por lo científico, pero son pocos los
informados en temas tecnológicos y científicos, donde la televisión, la prensa escrita y el
internet contribuyen como medios para obtener datos sobre el tema. En 2006 aumenta el
interés y los descubrimientos en estas áreas, además de la política, la deportiva y la
arqueológica (La Rosa y Cruces, 2007).
Cuadro 1
Algunas particularidades de las publicaciones
Características del
Publicación tradicional Publicación electrónica
medio
Temporalidad y El tiempo de imprenta es
Puede publicarse inmediatamente. Puede
velocidad de insalvable. La distribución
tocar temas de relevancia instantánea
distribución depende de medios físicos
Alcance Hasta donde llegue físicamente Hasta donde haya computadoras y conexión
No presentan costos de impresión. Existen
La impresión puede ser cara·
costos ocultos (servidores, conexión). Una
Costos hay una cierta relación entre
vez publicadas, no hay diferencias en la
los ejemplares y el costo
cantidad de copias
Todavía el estatus legal está muy poco
Resguardo legal Claramente reglamentado. definido. Existen sistemas en prueba para
evitar copia ilegal
Texto
Lenguaje hipertexto y Hipertexto
Texto
comunicación Imágenes
Imágenes
hipermedial Sonido
Video
Percepción actual de la Cada publicación tiene su lugar
El valor de cada una no es claro
información y credibilidad
Pocas diferencias. Mayores facilidades para la
Generación y edición Pocas diferencias
edición
Difícil por el volumen físico
Mucho más práctico. Existen herramientas
Administración involucrado. Suele ser poco o
poderosas
nada
No se requiere más que de la
Publicación y No existe la imprenta, pero son necesarios
imprenta, pero la distribución
distribución servidores, conexión
está ligada al transporte físico
Cira de Pelekais, Maricarmen Soto, Elmar Aldrin Pelekais y Elmars Andris Pelekais
Repetición Grandes posibilidades de reprocesar la
Reutilización
molesta o difícil información
Fuente: adaptado de Travieso, 2003.
En palabras de Vizcaino Salazar (2014), “el comportamiento de las revistas científicas del
futuro no puede desligarse de las prácticas y usos electrónicos de la sociedad en su
conjunto”, pero siempre partiendo de la credibilidad sostenida en lo que se publica en ellas.
Porque mantener la calidad es un indicador que garantiza su perdurabilidad en el tiempo.
De allí que en los diferentes informes gubernamentales que pueden manejarse a este
respecto, coinciden casi todos en afirmar que:
De igual forma, el referido autor hace un esbozo de las ventajas del libre acceso
(Free Access), señalando lo siguiente:
Como lo mencionan Gómez y Arias, los altos precios de las revistas, relacionados en
cierta medida con los intereses económicos de las grandes editoriales, hacen que se perciba
el sistema de comunicación científica actual como inadecuado. Por consiguiente:
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los adelantos tecnológicos permiten pensar un sistema más abierto de acceso a la
literatura científica, cuyos rasgos preponderantes son el autoalmacenamiento por parte
de los autores en servidores de sus propias instituciones y el desarrollo de grandes
bases de datos distribuidas, en las cuales la interoperabilidad a través de estándares
de metadatos y el uso de softwares comunes son sus características principales
(Gómez y Arias, 2002).
Las publicaciones científicas destinadas al público en general siguen siendo uno de los
mejores medios para dar a conocer no solo las tradiciones, sino también las
innovaciones científicas. Para los científicos, esas publicaciones constituyen un medio
para expresar su opinión sobre el lugar que ocupa la ciencia en la sociedad. Pese a que
esta forma de divulgación es antigua, se puede augurar que —independientemente de
su evolución futura— seguirá siendo una de las formas más pertinentes de difusión,
porque se adapta tanto al formato impreso como al digital.
la difusión de la ciencia más allá de sus fronteras y, sobre todo, en el hecho de que
los científicos hagan suyos los nuevos métodos derivados de las transformaciones
sociales recientes.
La divulgación masiva de la Ciencia es aún, como asegura Calvo Hernando (2005),
una actividad reciente, en la que se hace imprescindible avanzar mediante estudios
sistemáticos que permitan formular una Teoría de la Comunicación de la Ciencia
(Cazaux 2008) .
Cuadro 2
Matriz FODA
FORTALEZAS OPORTUNIDADES
Cira de Pelekais, Maricarmen Soto, Elmar Aldrin Pelekais y Elmars Andris Pelekais
relevo
*Bajo impulso y promoción de la
importancia científico-investigativa en el
país
* Escasos programa de formación
públicos y privados en el área de
investigación
Fuente: elaboración propia (2014).
Consideraciones finales
Se concuerda con lo expresado por Roberto Trotta, Premio Nobel de Física 2006, quien en
su texto señala que solo mediante la difusión pública de los resultados de investigación en
las ciencias básicas y aplicadas obtenidos en laboratorios y universidades alrededor del
mundo, se puede forjar una “empresa cultural” en el sentido más amplio de la palabra, es
decir, donde la gente pueda ver las ventajas o desventajas que puede aportar la ciencia y la
tecnología a su diario vivir. En este contexto, los ciudadanos de América Latina y el Caribe,
con su gran riqueza cultural, diversidad biológica y a su vez la inequidad social existente,
pueden y deben beneficiarse de las aplicaciones de la ciencia y la tecnología a todo nivel.
En tal sentido, entra en juego en este proceso la tecnología viable que una
organización universitaria requiere para llegar a ser verdaderos centros de recursos para la
investigación y el aprendizaje en un contexto digital. Esto supone un reto para las
bibliotecas tomando en cuenta el dinamismo que generan los cambios. Los mismos autores
exponen sobre la e-ciencia que deben manejarse escenarios y considerar los cambios en
este entorno para impulsar nuevas líneas de actuación con estrategias y transformaciones
que nacen desde las unidades de información, interoperabilidad, flexibilidad y arquitecturas
abiertas.
No obstante que las revistas impresas tienen entre sus ventajas la accesiblilidad en
forma física sin necesidad del uso de otras tecnologías, las electrónicas se caracterizan por
la facilidad de acceso y solución al problema de espacio físico para su almacenamiento. De
allí que en las organizaciones universitarias, la publicación electrónica llegó para quedarse.
Y muestra de lo expresado es posible encontrarlo en el caso específico de algunas
universidades venezolanas, que han adoptado desde hace unos años la tecnología como
herramienta en la formación de su estudiantado, haciendo común su uso en cada una de las
funciones que se cumplen institucionalmente, como son la docencia, investigación y
extensión.
También es importante recordar que “en todos los países asistimos a la presencia
creciente de revistas científicas disponibles a texto completo en internet” (APA). Tal
aseveración es referida en el Catálogo Latindex, y en este sentido, de acuerdo con lo
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referenciado, el movimiento que impulsa la filosofía del acceso abierto (Open Access) cada
día cobra más fuerza, haciendo que el acceso libre a los textos sea un hecho frecuente. De
igual forma, los editores científicos de las grandes revistas ofrecen a menudo los textos de
sus revistas en formato electrónico además de la edición papel, bien como complemento a
la suscripción al papel, o de manera independiente.
Es por ello que algunas bases de datos, entre ellas Latindex (2005), en las normas
publicadas para la edicion de revistas, ha definido unos criterios de calidad editorial que
tienen en cuenta los ya definidos para las revistas en papel, pues son aplicables a cualquier
revista independientemente de su soporte, e incorporan algunos criterios específicamente
diseñados para las e-revistas. Estos criterios que se proponen han sido elaborados por un
grupo de trabajo que, en fase experimental, los aplicó a 39 revistas de cuatro países, con
resultados positivos.
Sugerencias
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1
Postdoctora, Doctora, magíster y especialista en recursos humanos. Magíster en educación abierta y
a distancia. Abogada. Licenciada en educación. Directora Centro de Investigación de Ciencias
Administrativas y Gerenciales de la URBE. Coordinadora del Postdoctorado Gerencia en las
Organizaciones. Editora de la Revista Científica CICAG. Autora 8 libros de texto universitario y una
colección de cuentos y leyendas. Coautora de 27 libros. Autora 47 artículos científicos. Acreditada
como investigadora por ONCTI, Venezuela y en COLCIENCIAS Colombia. Evaluadora experta del
Programa Alban de la Unión Europea, de CYTED y del Consejo Nacional de Universidades (CNU).
Tutora virtual del Portal de las Américas (OEA). Miembro del Comité científico de revistas nacionales e
internacionales.
2
Postdoctora. Doctora en Ciencias Gerenciales. Magíster en gerencia de recursos humanos. Licenciada
en Ciencias Políticas. Investigador de planta del Centro de Investigación de Ciencias Administrativas y
Gerenciales. Docente titular de la Universidad Privada Dr. Rafael Belloso Chacín. Autora de 01 libro y
varios artículos científicos en revistas nacionales e internacionales.
3
Doctor en Ciencias Gerenciales. Magíster en gerencia de recursos humanos. Licenciado en
Comunicación social, mención audiovisual. Docente titular de la Universidad Privada Dr. Rafael Belloso
Chacín. Autor de 01 libro y varios artículos científicos en revistas nacionales e internacionales. Editor
de la Revista Teen magazine, Investigador adscrito al CICAG. Experto en periodismo de guerra.
4
Elmars Andris Pelekais, Licenciado en administración, Especialista en Gerencia de las organizaciones.
Auditor Contraloría Municipal de Maracaibo. Investigador activo del Centro de Investigación de
Ciencias Administrativas y gerenciales de la Universidad Privada Dr. Rafael Belloso Chacín. Autor de
artículos nacionales e internacionales.
Paakat: Revista de Tecnología y Sociedad. Año 6, Núm. 10, marzo-agosto 2016, ISSN: 2007-3607