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CASO Luis Alberto Cantoral Benavides
CASO Luis Alberto Cantoral Benavides
INTEGRANTES:
Estuvo incomunicado y no contó con abogado en dicha sede 08 a nueve días en la DINCOTE,
siendo que en dicho lugar donde se encontraban detenidos los tenían amarrados y vendados, y
luego de 15 días aproximadamente recién se le nombra un abogado de oficio, del cual nunca
este se entrevistó en forma privada con dicho letrado.
Permaneció e dicha sede policial cerca de un mes, y durante su detención e interrogatorio los
policías lo torturaban tanto física como psicológicamente, e incluso lo sacaron junto a su
hermano y otra persona una noche a la playa a efectos de torturarlo física y también
psicológica.
También fue presentado a la prensa con un traje a rayas, imputándole el delito de terrorismo,
como miembro de Sendero Luminoso, sólo fue examinado por el médico legista una sola vez y
no minuciosamente; así como se le obligo a firmar un documento como si fuera autor del
delito de traición a la patria.
Fue procesado en el fuero militar y le iniciaron instructiva por el delito de traición a la patria.
No contó con un abogado de confianza o de libre elección y le nombraron uno de oficio que no
estuvo en su declaración.
Finalmente, hasta en la dependencia del poder judicial, así como una vez recluido en el
estabelecimiento penitenciario siguió recibiendo tratos inhumanos.
Violación Del Artículo 7.1, 7.2, 7.3, 7.4 Y 7.5 Derecho A La Libertad Personal.
- La detención del señor Cantoral Benavides se efectuó sin orden judicial expedida por
autoridad competente en la que constaran los motivos de su detención.
- El señor Cantoral Benavides fue mantenido preso a pesar de que la sentencia de 11 de agosto
de 1993, que tenía carácter de cosa juzgada, ordenó liberarlo.
- El proceso adelantado contra el señor Luis Alberto Cantoral Benavides por la justicia penal
militar violó lo dispuesto por el artículo 8.1 de la Convención Americana, referente al
enjuiciamiento por juez competente, independiente e imparcial (infra párr. 115). En
consecuencia, el hecho de que Cantoral Benavides hubiera sido puesto a disposición de un juez
penal militar, no satisfizo las exigencias del artículo 7.5 de la Convención. Asimismo, la
continuación de la privación de su libertad por órdenes de los jueces militares constituyó una
detención arbitraria, en el sentido del artículo 7.3 de la Convención.
- La prescripción del artículo 7.5 de la Convención sólo fue atendida en el presente caso
cuando el detenido fue llevado ante un juez del fuero ordinario. No existe en el expediente
prueba sobre la fecha en que ocurrió esto último, pero puede concluirse razonablemente que
sucedió alrededor de principios de octubre de 1993, puesto que el 8 de ese mes y año el 43o.
Juzgado Penal de Lima dictó Auto Apertorio de Instrucción en contra de Cantoral Benavides.
- Luis Fernando Cantoral Benavides, hermano de Luis Alberto Cantoral Benavides, fue sometido
como este último a torturas y tratos crueles, inhumanos y degradantes, por parte de las
autoridades del Perú. En consecuencia, la Comisión pidió a la Corte que declarara la violación
del artículo 5.1 y 5.2 de la Convención, en relación con el artículo 1.1 de la misma, en perjuicio
de la señora Benavides de Cantoral y del señor Luis Fernando Cantoral Benavides.
-la Corte concluye que el Estado violó, en perjuicio de Luis Alberto Cantoral Benavides, el
artículo 8.1 de la Convención Americana. Concluye, además, que con la determinación de esa
infracción queda también resuelto lo referente a la violación de los artículos 8.2.c), d) y f)
(medios adecuados para preparar la defensa, derecho de elegir un abogado, y derecho de
interrogar testigos), 8.4 (non bis in idem) y 8.5 (publicidad del proceso), en cuanto atañe al
proceso penal militar contra Luis Alberto Cantoral Benavides.
- la Corte considera que el Estado violó, en perjuicio de Luis Alberto Cantoral Benavides, el
artículo 8.2 de la Convención Americana. Violación del artículo 8.2.c), d) y f) de la Convención
Medios adecuados para preparar la defensa, derecho de elegir un abogado y derecho de
interrogar testigos
-Artículo 8.4 de la Convención Non bis in ídem: no existe doble juzgamiento por un mismo
delito. El delito de traición a la patria es diferente al de terrorismo. Si existían fundados
indicios de responsabilidad por la comisión del delito de terrorismo, éste no podía quedar
impune como consecuencia de haber existido un proceso por otro delito, el de traición a la
patria.
Violación De Los Artículos 7.6 Y 25.1 Derecho A La Libertad Personal Y Protección Judicial
- La Corte reitera que el derecho de toda persona a un recurso sencillo y rápido o a cualquier
otro recurso efectivo ante los jueces o tribunales competentes que la ampare contra actos que
violen sus derechos fundamentales; la inexistencia de un recurso efectivo contra las
violaciones a los derechos reconocidos por la Convención constituye una transgresión de la
misma por el Estado Parte en el cual semejante situación tenga lugar. En ese sentido debe
subrayarse que, para que tal recurso exista, no basta con que esté previsto por la Constitución
o la ley o con que sea formalmente admisible, sino que se requiere que sea realmente idóneo
para establecer si se ha incurrido en una violación a los derechos humanos y proveer lo
necesario para remediarla. Lo anteriormente dicho no es sólo válido en situaciones de
normalidad, sino también en circunstancias excepcionales. Dentro de las garantías judiciales
indispensables que deben observarse, el hábeas corpus representa el medio idóneo “para
controlar el respeto a la vida e integridad de la persona, para impedir su desaparición o la
indeterminación de su lugar de detención, así como para protegerla contra la tortura u otros
tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes.
Derecho a la buena imagen pues fue exhibido sin ser condenado ni sometido a juicio.
1. Toda persona tiene derecho a que se respete su integridad física, psíquica y moral.
2. Nadie debe ser sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.
Toda persona privada de libertad será tratada con el respeto debido a la dignidad inherente al
ser humano.
2. Nadie puede ser privado de su libertad física, salvo por las causas y en las condiciones fijadas
de antemano por las Constituciones Políticas de los Estados Partes o por las leyes dictadas
conforme a ellas.
3. Nadie puede ser sometido a detención o encarcelamiento arbitrarios.
4. Toda persona detenida o retenida debe ser informada de las razones de su detención y
notificada, sin demora, del cargo o cargos formulados contra ella.
5. Toda persona detenida o retenida debe ser llevada, sin demora, ante un juez u otro
funcionario autorizado por la ley para ejercer funciones judiciales y tendrá derecho a ser
juzgada dentro de un plazo razonable o a ser puesta en libertad, sin perjuicio de que continúe
el proceso. Su libertad podrá estar condicionada a garantías que aseguren su comparecencia
en el juicio.
1. Toda persona tiene derecho a ser oída con las debidas garantías y dentro de un plazo
razonable, por un juez o tribunal competente, independiente e imparcial, establecido con
anterioridad por la ley, en la sustanciación de cualquier acusación penal formulada contra ella,
o para la determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de
cualquier otro carácter.
2. Toda persona inculpada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no
se establezca legalmente su culpabilidad. Durante el proceso, toda persona tiene derecho, en
plena igualdad, a las siguientes garantías mínimas:
5. El proceso penal debe ser público, salvo en lo que sea necesario para preservar los intereses
de la justicia.
Nadie puede ser condenado por acciones u omisiones que en el momento de cometerse no
fueran delictivos según el derecho aplicable. Tampoco se puede imponer pena más grave que
la aplicable en el momento de la comisión del delito. Si con posterioridad a la comisión del
delito la ley dispone la imposición de una pena más leve, el delincuente se beneficiará de ello.
Tortura
Artículo 25 Protección Judicial
1. Toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y rápido o a cualquier otro recurso
efectivo ante los jueces o tribunales competentes, que la ampare contra actos que
violen sus derechos fundamentales reconocidos por la Constitución, la ley o la
presente Convención, aún cuando tal violación sea cometida por personas que actúen
en ejercicio de sus funciones oficiales.