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-La relación entre lo hablado y lo escrito sólo puede ser concebida como un CONTINUO entre las
manifestaciones extremas de la concepción [p. 21]
-Son indiscutibles las afinidades, es decir, las relaciones de preferencia, que se dan,
respectivamente, entre hablado y fónico, por una parte (por ej., una conversación confidencial),
así como entre escrito y gráfico (por ej., un artículo periodístico, por otra). [p. 21]
-Los tipos de combinación más corrientes entre medio y concepción son, desde una perspectiva
cultural e histórico-lingüística, altamente significativos [p. 22]
-La producción del discurso o texto supone una difícil LABOR DE FORMULACIÓN, que se encuentra
en una zona de tensión entre la LINEALIDAD de los signos lingüísticos, las normas de la LENGUA
HISTÓRICA PARTICULAR y la compleja realidad extralingüística MULTIDIMENSIONAL. Emisor y
receptor están envueltos en campos DEÍCTICOS personales, espaciales y temporales, en
determinados CONTEXTOS y en determinadas circunstancias EMOCIONALES y SOCIALES [p. 25].
-Es evidente que en todas estas instancias y factores de la comunicación lingüística hay
posibilidades de variación. Esta variación arroja una escala de condiciones de comunicación en la
que se basa el continuo concepcional entre la oralidad y la escrituralidad [pp. 25, 26].
-Uno de los polos reúne las condiciones comunicativas “privacidad”, “familiaridad”, “fuerte
implicación emocional”, “anclaje en la situación y acción comunicativas”, “referencialización con
respecto al origo del hablante”, “inmediatez física”, “máxima cooperación en la producción”, “alto
grado de dialogicidad”, “libertad temática” y “espontaneidad máxima”. El otro polo reúne las
condiciones “carácter público”, “desconocimiento”, “falta de implicación emocional”,
“desligamiento de la situación y la acción comunicativas”, “imposibilidad de deixis referida al origo
del hablante”, “distancia física”, “ausencia de cooperación en la producción”, “monologicidad”,
“fijación temática” y “máxima reflexividad” [p. 29].
-Se puede decir, por tanto, que los dos polos extremos del continuo hablado/escrito delineados
anteriormente se corresponden con formas de comunicación que encarnan, en todos los
parámetros, en un caso, la máxima inmediatez comunicativa (lo hablado) y, en el otro, la máxima
distancia comunicativa (escrito) […]. Los parámetros y condiciones comunicativas constituyen el
marco de las posibilidades de variación en el nivel del hablar […] que se encuentran por encima de
cualquier concreción histórico-idiomática. El sujeto hablante reacciona ante estas condiciones
universales variables con estrategias de verbalización asimismo universales [p. 30]
-Se reconoce claramente que en la comunicación inmediata, en principio, todos los tipos de
contexto mencionados pueden entrar en acción, mientras que en la comunicación distante hay
que contar, por lo general, con restricciones, que conciernen, sobre todo, a los contextos
analógicos [que son todos menos los lingüísticos…]. De esto se sigue, indudablemente, que en la
distancia comunicativa extrema esta falta de contexto sólo puede ser compensada mediante una
participación reforzada del contexto lingüístico (3), es decir, mediante la transformación de
información contextual en “co-texto”. En la inmediatez comunicativa extrema, por el contrario,
precisamente el co-texto lingüístico pasa a segundo plano [p. 32].
-De este ESCASO GRADO DE PLANIFICACIÓN se siguen otras características del discurso propio de
la oralidad concepcional como, por ejemplo, su CARÁCTER EFÍMERO y de construcción en marcha
o en proceso. Esto conduce, por una parte, a una verbalización parca, moderada o parsimoniosa,
podríamos decir, y, por otra, a una configuración lineal del discurso frecuentemente EXTENSIVA,
lineal y AGREGATIVA (enunciados “incompletos”, parataxis, etc.). Por este motivo, en la
inmediatez comunicativa se da, comparativamente, una MENOR DENSIDAD informativa del
discurso. Con ella contrastan la alta densidad y la rápida progresión informativas que propician las
condiciones de la distancia comunicativa, en la que una verbalización intensiva y compacta da
como resultado un alto grado de integración y complejidad de las unidades lingüísticas [p. 35].