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ORDENACIÓN DE UN DIACONO Y TRES PRESBITEROS.

SAGRARIO DE LA CATEDRAL DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN.


CÓRDOBA, VER. 08 DE DIC DEL 2022 11:00 A.M.

PROFESIÓN DE FE:

Monición: Hermanos antes de dar comienzo a la celebración


eucarística, donde un seminarista será ordenado diacono y tres
diáconos serán ordenados presbíteros. Seamos testigos de la
profesión de fe, de los que han sido elegidos, para el orden del
diaconado y del presbiterado. Nos penemos de pie.

MONITOR: En este momento se hará el rito de bendición de algunas


cosas pertenecientes al culto, y que por su naturaleza merecen una
atención especial, como son en este caso: LAS VESTIDURAS
LITÚRGICAS, EL CÁLIZ Y LA PATENA. Todos guardamos un
momento de silencio, antes de que nuestro obispo haga la oración de
bendición.

MONITOR: Después de haber presenciado estos dos hermosos


momentos, tengamos la bondad de sentarnos y con una actitud de
recogimiento, esperemos el momento que se nos indique cuando
demos inicio a la santa eucaristía. Silencio total.

SANTA EUCARISTÍA.
EN LA SOLEMNIDAD DE LA INMACULADA CONCEPCION.

Monitor: Bienvenidos hermanos a nuestra celebración eucarística.


Hoy es un día muy especial para el seminarista que va a ser ordenado
diacono y para los tres diáconos que serán ordenados presbíteros. Día
especial para su familia, sus amistades y para la Iglesia diocesana de
Córdoba, pero sobre todo es un día muy especial para Iglesia
universal, porque celebramos ciento sesenta y ocho años de que se
declaró el dogma de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen
María. Que por gracia de Dios es la patrona de nuestra diócesis y
nuestra catedral. Celebrando con gozo esta solemnidad y en el marco
del adviento que nos dispone a celebrar con gozo el natalicio de
nuestro Salvador, seamos testigos de la ordenación de un diacono y
tres sacerdotes. Con júbilo iniciemos nuestra celebración litúrgica.
Recibamos a nuestro presbiterio y a nuestro obispo Mons. Eduardo
Carmona Ortega, padre y pastor de esta Iglesia de Córdoba, quien nos
preside esta santa Eucaristía. Entonemos el canto de entrada. De pie.

I. LITURGIA DE LA PALABRA.

Monitor: Escucharemos ahora la Palabra de Dios. Que nos narra las


consecuencias profundas de la realidad del pecado y del mal en el
hombre y en el mundo, pero al mismo tiempo la profecía que del
nacido de María y con un ser nacido de mujer, se cumplen las
promesas de Dios y así, Dios nos quiso elegir en él, para que nos
mantengamos sin mancha. Atentos.

PRIMERA LECTURA.
Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y la suya.

Del Libro del Génesis.


3,9-15.20

SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 97
R. Cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas.

SEGUNDA LECTURA.
Dios nos eligió en Cristo, antes de crear el mundo.

De la carta del apóstol san Pablo a los Efesios.


1,3-6.11-12

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO.


Cfr. Lc. 1,28

R. Aleluya, aleluya.
Dios te salve, María, llena eres de gracia,
El Señor está contigo,
bendita tú entre las mujeres.
R. Aleluya.

EVANGELIO.
Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.

+ Del santo Evangelio según san Lucas


1,26-38

Terminado el evangelio, el que lo ha proclamado lleva el Evangeliario al presidente


quien da la bendición con él y lo besa. El evangeliario se lleva al altar donde
permanece hasta el momento de entregarlo a los ordenados, mientras esto
sucede el pueblo canta nuevamente el Aleluya.

Todos: Aleluya, aleluya.

II. LITURGIA DE LA ORDENACIÓN.

El obispo ocupa du lugar en la sede y se hace la presentación del candidato al


diaconado y de los candidatos al presbiterado.

Monición: Iniciamos la liturgia de la Ordenación diaconal y presbiteral.


Los candidatos son llamados y elegidos, pues no asumen la función
por su cuenta, sino por invitación de la Iglesia y por la elección del
obispo. Cuando el presbítero delegado pide la ordenación en
nombre de la “Santa Madre Iglesia”, claramente la Iglesia es todo el
pueblo de Dios, es decir, todos nosotros, y no la jerarquía en
exclusiva. Los tres grupos que atestiguan la dignidad de los
candidatos, el pueblo cristiano, los encargados de su formación y los
demás presbíteros muestran, que quienes conocen al candidato y
quienes lo presentan deben recibirlo como diácono y servidor y los
diáconos que serán ordenados presbíteros, son llamados por su
nombre, con el que fueron hechos hijos de Dios, y responden
expresando la plena libertad de su llamado.

ELECCIÓN DEL CANDIDATO Y LOS CANDIDATOS AL


DIACONADO Y AL PRESBITERADO.
Los ordenados son llamados por el diácono de la siguiente manera

DIÁCONO U OTRO MINISTRO: Acérquese el que va a ser ordenado


diácono:

E inmediatamente los nombra individualmente


GILBERTO GUILLERMÍN RODRÍGUEZ

Cada uno de los llamados responde:

PRESENTE

Los ordenados son llamados por el diácono de la siguiente manera

DIÁCONO U OTRO MINISTRO: Acérquense los que van a ser


ordenados presbíteros:

E inmediatamente los nombra individualmente

DIACONO FRANCISCO CONTREAS SÁNCHEZ

DIACONO JORGE ALBERTO PICHARDO TREJO

DIACONO JESÚS EMMANUEL TETEPA LÓPEZ.

Cada uno de los llamados responde:

PRESENTE

Y se coloca a distancia frente a un lado de la imagen de la Inmaculada


Concepción, de tal manera que sea captado por la cámara que transmitirá la
celebración. El llamado permanece de pie y el rector del seminario dice:

Presbítero:

Reverendísimo Padre, la Santa Madre Iglesia pide que ordenes


diácono y presbíteros a estos hermanos nuestros.

Obispo:
¿Sabes si son dignos? 

Presbítero:

Según el parecer de quienes lo presentan,


después de consultar al Pueblo cristiano, doy testimonio de que han
sido considerados dignos.

Obispo:

Con el auxilio de Dios y de Jesucristo, nuestro Salvador, elegimos a


estos hermanos nuestros para el orden del diaconado y del
presbiterado.

Todos manifiestan su aceptación, diciendo:

Pueblo:

Te damos Gracias Señor.

Monitor: Manifestemos nuestra adhesión a esta elección dando ahora


un afectuoso aplauso al elegido.

Terminados los aplausos el monitor dice:

Monitor: Nuestro obispo, retomando los textos sagrados que se han


proclamado en esta solemnidad de la Inmaculada Concepción de la
Santísima Virgen María y la venerable tradición de la Iglesia, nos
expone cuidadosamente la importancia de hacer la Voluntad de Dios,
como la llevo a cabo nuestra Señora y se dirige a los elegidos
explicándoles las obligaciones y deberes de su estado. Escuchemos
atentamente.

HOMILÍA.

PROMESA DEL ELEGIDO DIACONO.


Monitor: En este momento el elegido para ser diacono frente al obispo
y de rodillas, manifiesta públicamente su deseo de recibir este
ministerio, prometiendo solemnemente obediencia.

Obispo:

Querido hijo, antes de entrar en el Orden de los diáconos, debes


manifestar, ante el pueblo, tu voluntad de recibir este ministerio.

¿Quieres consagrarte al servicio de la Iglesia, por la imposición de mis


manos y la Gracia del Espíritu Santo?

Elegidos:

Sí, quiero.

Obispo:

¿Quieres desempeñar con humildad y amor, el ministerio de diácono,


como colaborador del Orden sacerdotal y en bien del pueblo cristiano?

Elegidos:

Sí, quiero.

Obispo:

¿Quieres vivir el misterio de la fe con alma limpia, como dice el


Apóstol, y proclamar la fe de palabra y de obra, según el Evangelio y
la Tradición de la Iglesia?

Elegidos:

Sí, quiero.
Obispo:

¿Quieres conservar y acrecentar el espíritu de Oración, tal como


corresponde a tu género de vida, y fiel a este espíritu, celebrar la
Liturgia de las Horas, según tu condición, junto con el pueblo de Dios y
en beneficio tuyo y de todo el mundo?

Elegidos:

Sí, quiero.

Obispo:

¿Quieres imitar siempre en tu vida el ejemplo de Cristo, cuyo cuerpo y


Sangre servirás en el Altar?

Elegidos:

Sí, quiero, con la gracia de Dios.

Seguidamente el elegido puesto de rodillas, es interrogado por el Obispo, con


estas palabras, el cual con un gesto de manera individual responde.

Obispo:

¿Prometes obediencia y respeto a mí y a mis sucesores?

Elegido:

Sí, Prometo.

Obispo:

Que Dios mismo lleve a término esta obra buena que en ti ha


comenzado

Y lo mismo hacen todos o al menos algunos de los diáconos presentes.


Terminado el abrazo de paz, los ordenados se vuelven hacia los fieles y el monitor
dice:
Monición: Con gran alegría acojamos también nosotros a este
hermano y felicitémosle dándoles un fuerte y cariñoso aplauso.

Y el elegido diácono vuelve a su puesto y se sienta

PROMESAS DE LOS ELEGIDOS PRESBITEROS.

Después de las promesas de los elegidos diáconos, se levantan los elegidos


presbíteros y se ponen de pie ante el obispo, quien los interroga, conjuntamente,
con estas palabras:

Obispo: Queridos hijos, antes de entrar en el Orden de los


presbíteros, es necesario que manifiesten ante el pueblo su decisión
de recibir este ministerio.

Obispo: ¿Quieren desempeñar siempre el ministerio sacerdotal en el


grado de los presbíteros, como fieles colaboradores del Orden
episcopal, apacentando el rebaño del Señor, bajo la guía del Espíritu
Santo?

Elegidos: Sí, quiero.

Obispo: ¿Quieren desempeñar con dedicación y sabiduría, el


ministerio de la palabra en la predicación del Evangelio y la exposición
de la fe católica?

Elegidos: Sí, quiero.

Obispo: ¿Quieren  celebrar con piedad y fidelidad los misterios de


Cristo, especialmente el sacrificio de la Eucaristía y el sacramento de
la Reconciliación, para alabanza de Dios y santificación del pueblo
cristiano, según la tradición de la Iglesia?

Elegidos: Sí, quiero.


Obispo: ¿Quieren implorar, junto con nosotros, la misericordia divina
en favor del pueblo que les sea confiado, cumpliendo así el mandato
de orar continuamente?

Elegidos: Sí, quiero.

Obispo: ¿Quieren unirse cada día más estrechamente a Cristo, sumo


Sacerdote, que por nosotros se entregó al Padre como víctima santa,
y consagrase a Dios junto con él para la salvación de los hombres?

Elegidos: Sí, quiero, con la gracia de Dios.

Seguidamente los elegidos puestos de rodillas, son interrogados por el Obispo,


con estas palabras, los cuales con un gesto de manera individual responden.

Obispo: ¿Prometes obediencia y respeto a mí y a mis sucesores?

Elegido: Sí, Prometo.

Obispo: Que Dios mismo lleve a término esta obra buena que en ti ha
comenzado.

ORACIÓN LITÁNICA

A continuación todos se levantan. El obispo, dejando la mitra, de pie, con las


manos juntas y de cara al pueblo, hace la invitación .

Monitor: Nos ponemos de pie, para invocar juntos a nuestro Dios, por
estos hermanos nuestros a través de la intercesión de Cristo Jesús,
de la santísima Virgen María y de todos los santos.

Obispo: Oremos, hermanos, a Dios Padre Todopoderoso para que


derrame bondadosamente la Gracia de su bendición sobre estos
siervos suyos, que ha sido llamado al Orden de los diáconos y al
orden de los presbíteros.

Monitor: De rodillas y con alegría respondamos a esta hermosa


oración cantando.
Seguidamente el cantor entona las letanías mientras los elegidos se postran en
tierra.

Señor, ten piedad. 
Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad. Señor, 
Santa María, Madre de Dios, Ruega por nosotros.
San Miguel, Ruega por nosotros
Santos ángeles de Dios, Rueguen por nosotros.
San Juan Bautista, Ruega por nosotros.
San José, Ruega por nosotros.
Todos los santos patriarcas y profetas Rueguen por nosotros
Santos Pedro y Pablo, Rueguen por nosotros.
San Andrés, Ruega por nosotros.

…….Acabadas las letanías, el obispo, con las manos extendidas dice:

Obispo: Señor Dios, escucha nuestras súplicas y confirma con tu


gracia este ministerio que realizamos: santifica con tu bendición a
estos siervos tuyos que juzgamos aptos para el servicio de los santos
misterios. Por Jesucristo nuestro Señor.

Todos: Amén.

ORDENACIÓN DEL DIÁCONO

IMPOSICIÓN DE LAS MANOS Y PLEGARIA DE ORDENACIÓN.

Monición: Hemos llegado al momento central de la ordenación. EL


DON DEL ESPÍRITU SANTO que reciben estos elegidos se otorga a
través de la imposición de las manos del Obispo y la oración que dirá
después. Sigamos atentamente y en silencio orante este momento
central. IMPOSICIÓN DE LAS MANOS Y PLEGARIA DE
ORDENACIÓN

El elegido; quedándose en su lugar de rodillas, el obispo se acerca a él y con


mitra, impone en silencio las manos sobre la cabeza del elegido. Estando el
elegido arrodillado ante el obispo, éste, sin mitra y con las manos extendidas, dice
la Plegaria de Ordenación.
Asístenos…ENVÍA SOBRE ELLOS, SEÑOR, EL ESPÍRITU SANTO,
PARA QUE FORTALECIDOS CON TÚ GRACIA DE LOS SIETE
DONES, DESEMPEÑEN CON FIDELIDADEL MINISTERIO… Por
nuestro Señor Jesucristo tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo y es Dios por los Siglos delos Siglos.

Todos:

Amén

Monición: Pueden sentarse. Nuestro hermano ya ordenado diácono


recibe ahora el ornamento propio de su dignidad: La ESTOLA que es
signo de la autoridad ministerial y del poder del evangelio. Esta es
colocada de manera terciada del hombro izquierdo hacia abajo a la
altura de la cintura. Y la DALMATICA es signo de su dignidad en el
ministerio que desempeñara en la asamblea eucarística y en
las demás celebraciones litúrgicas.

El ordenado es revestido con la estola y la dalmática, mientras se puede entonar


un canto apropiado.

ENTREGA DEL LIBRO DE LOS EVANGELIOS.

Monición: Nuestro hermano diácono reciben el Santo libro de los


Evangelios, como signo de la misión que se le confía, predicar la
Palabra de Dios y hacerla vida con los actos de la caridad en el
servicio. El ordenado, ya con sus vestiduras diaconales, recibe de
manos de nuestro Obispo, arrodillados el libro de los Evangelios,
diciendo:

Obispo:
Recibe el Evangelio de Cristo del cual has sido constituido mensajero;
esmérate en creer lo que lees, enseñar lo que crees y vivir lo que
enseñas.

Monición: Con un gesto reverencial de paz que da el Obispo al


diácono ahora ordenado, sella la admisión de su nuevo colaborador en
el ministerio. Con el mismo gesto los diáconos presentes dan la
bienvenida al recién ordenado al ministerio común.
ABRAZO O SIGNO REVERENCIAL DE PAZ

Finalmente el Obispo ofrece a cada ordenado un gesto de  paz diciendo:

Obispo:

La paz sea contigo.

Ordenado:

Y con tu espíritu.

Y lo mismo hacen todos o al menos algunos de los diáconos presentes.


Terminado el abrazo de paz, los ordenados se vuelven hacia los fieles y el monitor
dice:

Monición: Con gran alegría acojamos también nosotros a estos


hermanos y felicitémosles dándoles un fuerte y cariñoso aplauso.
ORDENACIÓN DE LOS PRESBÍTEROS

IMPOSICIÓN DE LAS MANOS Y PLEGARIA DE ORDENACIÓN.

Monitor: La ordenación sacerdotal se realiza con la imposición de las


manos y la oración consecratoria del obispo. El obispo, en silencio,
impone las manos sobre la cabeza de los elegidos. Este gesto antiguo
significa ya desde el tiempo de los apóstoles la transmisión del poder
sacramental del Espíritu Santo. Una vez acabada la imposición, los
sacerdotes presentes, en representación de todo nuestro presbiterio,
también les impondrán las manos sin tocar su cabeza, como gesto de
comunión en el sacerdocio. Durante la imposición de las manos del
obispo y de los concelebrantes la asamblea invoca al Espíritu Santo
en completo silencio.

El obispo en silencio y con mitra, impone las manos en silencio a los elegidos
sobre su cabeza tocándola y acto seguido hacen lo mismo los presbíteros que
acompañan, pero sin tocar la cabeza…concluido este momento sigue la oración
cosecratoria, el obispo sin mitra con las manos extendidas dice la plegaria de
ordenación.

Monitor: El segundo momento de la ordenación sacerdotal se realiza


cuando el candidato se arrodilla y el celebrante, con los brazos
extendidos, pronuncia la oración consecratoria. Esta oración
constituye la forma del sacramento. Son palabras que explican y
realizan el significado del gesto de la imposición de las manos. Las
palabras que están en mayúscula son las esenciales. Al concluir el rito
de la imposición de las manos y la oración consecratoria, los
candidatos son sacerdotes de Jesucristo para siempre. El celebrante
dice la oración consecratoria:

Asístenos, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, autor de


la dignidad humana y dispensador de todo don y gracia; por ti
progresan tus criaturas y por ti se consolidan todas las cosas. Para
formar el pueblo sacerdotal, tú dispones con la fuerza del Espíritu
Santo en órdenes diversos a los ministros de tu Hijo Jesucristo...
TE PEDIMOS, PADRE TODOPODEROSO, QUE CONFIERAS A
ESTOS SIERVOS TUYOS LA DIGNIDAD DEL PRESBITERADO;
RENUEVA EN SUS CORAZÓNES EL ESPÍRITU DE SANTIDAD;
RECIBAN DE TI EL SEGUNDO GRADO DEL MINISTERIO
SACERDOTAL Y SEAN, CON SU CONDUCTA, EJEMPLO DE
VIDA…

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la


unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. La
asamblea: Amén.

Concluida esta plegaria, se reviste a los nuevos ordenados con la estola al estilo
sacerdotal y le visten la casulla.

Monitor: IMPOSICIÓN DE LOS ORNAMENTOS SACERDOTALES.


Todos se sientan. Los neosacerdotes, son revestidos con los
ornamentos sacerdotales, signo visible del carácter sagrado de su
ministerio.

Estola: Es la primera prenda sacerdotal que se impone en la


ordenación de un nuevo presbítero. Es símbolo de la
dignidad sacerdotal que se le otorga a quien la viste.
Significa autoridad y poder como maestro y pastor de sus
ovejas. Pero también su forma y el hecho de llevarla sobre
los hombros simbolizan que carga las ovejas como el Buen
Pastor. Además, es semejante a un yugo, y con ello
recuerda las responsabilidades y obligaciones del
sacerdote.

Casulla: Simboliza la caridad como virtud que debe destacar


en el sacerdote a la vista de todos. Al carecer de costuras,
recuerda a la túnica que vistió Cristo camino del Calvario.
En la misa hace presente a Cristo durante la Consagración.
También se considera un yugo por la responsabilidad que
otorga.

UNCIÓN DE LAS MANOS Y ENTREGA DEL PAN Y VINO.


Monitor: UNCIÓN DE LAS MANOS: Los recién ordenado presentarán
las manos al obispo, para que sean ungidas con el santo crisma. La
palabra «crisma-Cristo» significa «el ungido». Con esta señal se
subraya que los nuevos ordenados son «otro Cristo». El obispo unge
con el santo crisma las manos de los recién ordenados diciendo:
Jesucristo, el Señor, a quien el Padre ungió con la fuerza del Espíritu
Santo, te auxilie para santificar al pueblo cristiano y para ofrecer a
Dios el sacrificio.

Monitor: ENTREGA DEL PAN Y EL VINO. El obispo entregará a los


neosacerdotes la patena con el pan y el cáliz con el vino. Este gesto
indica que el sacerdote está ordenado para celebrar el sacrificio
eucarístico y que él mismo participa en el sufrimiento y la cruz
redentora del Señor.

El ordenado se acerca al obispo y se arrodilla. Éste entrega al ordenado la patena


con el pan, y el cáliz con el vino, preparados para la celebración de la Misa .

Diciendo: Recibe la ofrenda del pueblo santo para presentarla a Dios.


Considera lo que realizas e imita lo que conmemoras, y conforma tu
vida con el misterio de la cruz del Señor.

Monitor: ABRAZO DE LA PAZ. El rito de la ordenación sacerdotal


termina con un gesto de paz, que el celebrante y algunos sacerdotes
ofrecen a los recién ordenados, como signo de caridad sacerdotal.

El celebrante: La paz esté contigo.

El nuevo sacerdote: Y con tu espíritu.

Mientras el coro entona un canto apropiado, los o algunos de los presbíteros


presentes, se acercan a dar la bienvenida a los neosacerdotes, al colegio de los
presbíteros, según sea la costumbre.

Terminado el acto de bienvenida del presbiterio a los neosacerdotes se reza


el credo.

III.LITURGIA EUCARÍSTICA.
Prosigue la misa como de costumbre. Luego inicia la liturgia eucarística .

Monición: Sentados. Llegamos a la tercera y última parte de esta


celebración. Se preparan en el altar las ofrendas del Pueblo santo de
Dios, luego se pronunciarán sobre ellas las palabras de la acción de
gracias que las convierten en el Cuerpo y la Sangre del Señor.
Movidos por el Espíritu Santo unamos nuestros corazones a la
plegaria común y cantemos el himno de gratitud que más agrada al
Padre: el sacrificio de su Hijo Jesucristo,

Pbro. Victor Canchola Ramos.


Coordinador diocesano de la Codipal

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