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MONICIONES PARA EL RITO DE LA ORDENACION

PRESBITERAL
Parroquia Santos Mártires Inocentes Parramos, Chimaltenango.

* Biografías (se lee)

RITOS INICIALES

Monición de entrada: Queridos hermanos y hermanas, sean bienvenidos a esta


gran fiesta de toda la Iglesia y de manera particular de la Diócesis de Sololá-
Chimaltenango, congregada en este lugar, para participar con alegría y agradecimiento
en la ordenación de dos nuevos presbíteros.
La bondad del Señor nos alcanza a todos, pues al concedernos tan singular don de
dos nuevos ministros, todo el pueblo cristiano se edifica. Puestos en pie iniciemos
nuestra celebración cantando.
 
ACTO PENITENCIAL
 
GLORIA
 

Gloria a Dios en el cielo…


 ORACIÓN COLECTA

LITURGIA DE LA PALABRA

MONICIÓN PARA LAS LECTURAS


(Comienza después de la Oración Colecta)

Nos disponemos ahora a participar en la mesa de la Palabra Divina.

En la primera lectura el profeta Jeremías no narra su vocación: la llamada del Señor


unifica toda su existencia, ya que se realizó incluso antes de nacer.
En la segunda lectura la carta a los Hebreos nos manifiesta la condición de elegidos de
entre los hombres de todo sacerdote, para tomarse cuidado de los hombres en lo que se
refiere a Dios.
Finalmente, en el Evangelio, se nos relata que la vocación es de iniciativa divina: «No
sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido»-Escuchemos-
 
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de Jeremías (1, 4-9)
SALMO RESPONSORIAL
Salmo 109, 1. 2. 3. 4 (R.: 4bc)

SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta a los Hebreos (5, 1-10)
 
 EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Juan
15, 9-17
 

RITO DE ORDENACIÓN
Comienza ahora el rito de Ordenación. El Obispo se acerca a la sede preparada para la
ordenación y se hace la presentación de los candidatos.
 
ELECCIÓN DE LOS CANDIDATOS AL PRESBITERADO
(Comienza después de la lectura del Evangelio)

-Esperar que bese y bendiga Monseñor con el Evangeliario-

Comienza ahora el rito de ordenación. Con piedad sincera, sintiendo la presencia de


Dios, que acaba de hablarnos por su Palabra, nos disponemos a vivir este gran
acontecimiento de gracia.
En estos momentos, los que serán ordenados Presbíteros son presentados delante del
Obispo (por el P. _____________________). El Obispo aclara ante el Pueblo cristiano la
dignidad de los candidatos. Al final cantaremos tres veces la aclamación: “Te damos
gracias Señor de todo Corazón”.

-Después de la Presentación
 
Escuchemos ahora hermanos la Palabra iluminadora del Obispo a través de su homilía.
(Podemos sentarnos)

HOMILÍA
-Después de la Homilía.

PROMESA DE LOS ELEGIDOS PRESBÍTEROS


Después de la homilía, solamente se levantan los elegidos y se ponen de pie ante el Obispo, quien los
interroga conjuntamente con estas palabras:

(Permanecemos sentados). Seguidamente los diáconos, de pie ante el Obispo, manifestarán


su voluntad de ejercer su nuevo ministerio presbiteral según los deseos de Cristo y de la
Iglesia, bajo la autoridad del Obispo diocesano.
Realizan las 6 promesas….
SÚPLICA LITÁNICA
-Después de la promesa de obediencia
El Apóstol San Pablo, escribía a los Efesios: “Vivan en constante oración y
súplica guiados por el Espíritu y para esto perseveren y oren con la mayor insistencia
por todos los creyentes. (Ef 6, 18-19). Siguiendo esta invitación del Apóstol, acudiremos
ahora a la intercesión de los santos, para implorar la gracia de Dios en favor de los
candidatos al presbiterado.

-Después de la oración del Obispo es el diácono que invita a ponerse de rodillas.

Seguidamente, todos se levantan. El Obispo, dejando la mitra, de pie, con las


manos juntas y de cara al pueblo, hace la invitación:
Oremos, hermanos, a Dios Padre todopoderoso, para que derrame generosamente sus dones
sobre estos elegidos para el ministerio de los presbíteros.
 
(Nos ponemos de rodillas). Lo dice el diacono…
Al finalizar las letanías, permanecemos de rodillas. Lo dice el monitor

Concluido el canto de las letanías, el Obispo, de pie y con las manos extendidas,
dice:
Escúchanos, Señor, Dios nuestro, y derrama sobre estos siervos tu Espíritu Santo y la gracia
sacerdotal; concede la abundancia de tus bienes a quienes consagramos en tu presencia. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
 
Todos: Amén.

Al finalizar la oración que dice el Obispo nos ponemos en pie. Lo dice el diácono…

IMPOSICIÓN DE MANOS Y PLEGARIA DE LA ORDENACIÓN


 
IMPOSICIÓN DE MANOS
Después de ponernos en pie

Por el gesto bíblico de la imposición de las manos; seguido de la plegaria de


ordenación, se les confiere a los elegidos el don del Espíritu Santo para su función
sacerdotal, como recordaba San Pablo a su discípulo Timoteo: “...el don de Dios te fue
conferido cuando te impuse las manos.” (Cfr. 2Tim 1,6). (Tras el Obispo, los sacerdotes
les imponen también las manos como signo de que participan, en grado subordinado, del
único sacerdocio de Cristo, y que forman parte del presbiterio al que ingresan los
ordenandos.)
Acompañemos en completo silencio con nuestra oración a los que serán
ordenados.
Plegaria de Ordenación (Oración larga)

REVESTIMIENTO CON LOS ORNAMENTOS SACERDOTALES


Concluida la Plegaria de Ordenación, se sientan todos. El obispo recibe la mitra. Los ordenados se
levantan. Algunos presbíteros presentes tornan a su puesto; pero algunos de ellos colocan a cada
ordenado la estola al estilo presbiteral y le visten la casulla.

Mientras tanto, puede cantarse la antífona siguiente con el salmo 109 (110).
 
-Después de la oración larga

(Podemos sentarnos). Los ritos siguientes simbolizan visualmente lo que ha ocurrido


ya en los nuevos sacerdotes.
La imposición de las vestiduras sacerdotales, estola y casulla, recuerda y
simboliza estas palabras de la 1ª carta de San Pedro: “Sean pastores del rebaño de Dios
que tienen a su cargo, convirtiéndose en modelos del rebaño. Y cuando aparezca el
Supremo Pastor, recibirán la corona de gloria que no se marchita”. (1Pe 5,1-4)
(Mientras algunos presbíteros revisten a los nuevos sacerdotes cantemos con el
coro el salmo sacerdotal que habla de Cristo, sacerdote eterno.)

LA UNCIÓN DE LAS MANOS CON EL SANTO CRISMA


Después de la revestimiento

Al ungir las manos con el Santo Crisma se significa la especial participación de


los presbíteros en el Sacerdocio de Cristo, que les capacita para ofrecer el Sacrificio.
Como canta el salmista: “... lo he ungido con óleo sagrado, para que mi mano esté
siempre con él y mi brazo lo haga valeroso.” (Sal 88, 21-22)

LA ENTREGA DE LOS DONES DEL PAN Y VINO


Después de ungir las manos

Ahora los papás de los recién ordenados traen los dones del pan y del vino, y el
obispo los entregará a los recién ordenados presbíteros, invitándolos a hacer de sus vidas
una ofrenda agradable a Dios.

EL ÓSCULO DE LA PAZ
Después de entregar los dones

El Obispo da ahora el bíblico ósculo de la paz a los nuevos presbíteros mostrando


así su alegría por contar con estos colaboradores necesarios del Orden Episcopal.
(Tras el Obispo, los presbíteros harán lo mismo, como señal de acogida fraterna
en el presbiterio a los nuevos sacerdotes.)
Mientras se canta un Salmo que exalta la gratitud y el servicio, nosotros
expresamos nuestra alegría y agradecimiento con un fuerte aplauso.

LITURGIA EUCARÍSTICA

PREPARACIÓN DEL ALTAR


(Solo abrazó el último y se toman la foto; para el coro y entra monición)

Comienza ahora la liturgia eucarística, que se realiza alrededor y sobre el altar.


Mientras tanto, nosotros cantamos bendiciendo a Dios por el pan y el vino, que nos
representan y que se convertirán, por las palabras sacerdotales de la consagración, en el
mismo Cristo.

ANTES DE LA COMUNIÓN
(Inmediatamente después de comulgar Monseñor)

Dijo Jesús a sus discípulos: “Yo soy el pan vivo bajado del cielo”. Hoy lo
recibiremos de manos de los nuevos presbíteros. Acerquémonos a recibir al Señor,
ofreciendo nuestra comunión por ellos y por la santificación de todos los sacerdotes de
la Iglesia Universal.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

RITO DE CONCLUSIÓN

-ANTES DE LA BENDICIÓN
Escucharemos ahora las palabras que los nuevos presbíteros dirigirán en estos
momentos tan especiales de sus vidas.

(Hablan también los algunos padres)

-DESPUÉS DE LAS PALABRAS


Dispongámonos ahora a recibir la bendición solemne de nuestro Obispo. (Nos
ponemos en pie)

MONICIÓN FINAL
Después de la bendición

Dios es quien nos ha dado el regalo inmerecido de estos nuevos presbíteros.


Expresamos nuestra gratitud con la afectuosa acogida que les dispensamos y con el
compromiso de ayudarles con nuestra vida cristiana responsable. Dios los bendiga a
todos…

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