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Las mujeres del mundo desean y merecen un futuro igualitario sin estigma, estereotipos ni violencia; un

futuro que sea sostenible, pacífico, con igualdad de derechos y oportunidades para todas las personas. A
fin de lograr este objetivo, el mundo necesita mujeres en todas las mesas en las que se tomen decisiones.

El Día Internacional de la Mujer, anteriormente denominado Día Internacional de la Mujer Trabajadora,


conmemora cada 8 de marzo la lucha de las mujeres por su participación en la sociedad y su desarrollo
íntegro como persona, en pie de igualdad con el hombre.

En 1972, la Asamblea General de las Naciones Unidas, en su resolución 3010, declaró a 1975 «Año
Internacional de la Mujer», y en 1975 invitó a los Estados a declarar, conforme a sus tradiciones históricas
y costumbres nacionales, un día como Día Internacional por los Derechos de la Mujer y la Paz
Internacional.

Debido a su origen y a los hechos trágicos que conmemora, esta fecha no es una celebración festiva sino
un día para visualizar la desigualdad de género y para reivindicar la lucha por la igualdad efectiva de
derechos para las mujeres en todos los ámbitos. También se usa para hacer referencia a esta
conmemoración el numerónimo «8-M» en referencia al día y al mes en que se celebra, y es día feriado en
algunos países.
Antecedentes
La necesidad de conmemorar un Día Internacional de la Mujer nace al final del siglo XIX,
después de la Revolución Industrial. Este fue un periodo histórico que transformó la economía
y el modo de trabajo desde finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX. Sin embargo, uno de
los problemas más grandes era que muchas mujeres eran explotadas y ninguna ley las protegía.

El 8 de marzo de 1857, las mujeres que trabajaban en la industria textil, que eran llamadas
“garment workers” en inglés, en Nueva York, organizaron una huelga. Ellas peleaban para que
hubiera salarios más justos y condiciones laborales más humanas. Sin embargo, al momento de
alzar la voz, los agentes de la policía las detienen.

El 8 de marzo de 1908, un suceso transcendental marcó la historia del trabajo y la lucha sindical
en el mundo entero: 129 mujeres murieron en un incendio en la fábrica Cotton, de Nueva York,
Estados Unidos, luego de que se declararan en huelga con permanencia en su lugar de trabajo.
El motivo se debía a la búsqueda de una reducción de jornada laboral a 10 horas, un salario igual
al que percibían los hombres que hacían las mismas actividades y las malas condiciones de trabajo
que padecían.

El dueño de la fábrica ordenó cerrar las puertas del edificio para que las mujeres desistieran y
abandonaran el lugar. Sin embargo, el resultado fue la muerte de las obreras que se encontraban
en el interior de la fábrica. Ese mismo año, el 3 de mayo, se realizó un acto por el día de la mujer
en Chicago, preámbulo para que el 28 de febrero de 1909, en Nueva York, se conmemore por
primera vez el “Día Nacional de la Mujer”.

Más cerca en el tiempo, en 1977, la Asamblea General de la Organización de las Naciones


Unidas (ONU) designó oficialmente el 8 de marzo el Día Internacional de la Mujer. Luego, en
2011, se celebró el centenario de la celebración, con la premisa de Igualdad de Género y el
Empoderamiento de la Mujer (ONU mujeres).
Esperanza Brito de Martí: En 1982 exigió a la Cámara de Diputados
una ley a favor de la Maternidad Libre y Voluntaria, y se involucró por las
demandas a favor del aborto, la no discriminación, la no violencia y el derecho
a la participación de la mujer en la vida social.

Su carrera periodística incluye publicaciones como Novedades, El Universal,


Siempre y Publicaciones Continentales de México. Fundó, junto con otras
feministas, el Movimiento Nacional de Mujeres. En 1973 recibió el Premio
Nacional de Periodismo por el reportaje Cuando la mujer mexicana quiere,
puede.

Josefa Ortiz de Domínguez: Su participación en el movimiento


insurgente fue muy activa, y aunque no estuvo directamente a los campos
de batalla, sí participó en la preparación del movimiento insurgente, en la
llamada “Conspiración de Querétaro” y en el aviso que envió a los insurgentes
Allende e Hidalgo, para prevenirlos de que el movimiento había sido
descubierto; información que propició adelantar la fecha de proclamación
de la Independencia.

Carmen Serdán: Revolucionaria tenaz que luchó junto a su madre y


hermanos en contra la dictadura de Porfirio Díaz, bajo el sobre nombre de
“Marcos Serratos” se dedicó a imprimir y repartir proclamas, así como
distribuyeron armas para luchar en contra de su régimen. Salía
clandestinamente a pegar propaganda anti porfirista y fabricaba bombas con
pólvora y dinamita.

El 18 de noviembre de 1910, soldados y policías porfiristas llegaron a su casa y


se registró un tiroteo que duró muchas horas. Ahí murió su hermano Aquiles
y ella fue a la cárcel. Más tarde se incorporó como enfermera en los hospitales
de las fuerzas combatientes. Al triunfar el constitucionalismo, Carmen se
retiró de la vida pública.
Griselda Álvarez Ponce de León: La primera gobernadora en la historia
del país. Llevó las riendas del Estado de Colima de 1979 a 1985, postulada por el
Partido Revolucionario Institucional. Su bisabuelo fue Manuel Álvarez Zamora,
el primer gobernador de esa entidad, además de constituyente de 1857; su padre,
Miguel Álvarez García, también ocupó el máximo cargo del gobierno colimense.

Fue senadora y funcionaria federal en distintos periodos; además de poeta y


ensayista, con un total de 18 libros publicados. Murió en 2009.

Elvia Carrillo Puerto: fue una de las mujeres lideresas feministas más
importantes en México quien luchó activamente para lograr el sufragio
femenino. Sus acciones comprenden, también, los esfuerzos por la libertad
sexual y el divorcio.

Fundó la primera organización de mujeres campesinas (1912) y organizó el


Primer Encuentro Feminista de Yucatán (1915). En 1923 fue electa Diputada
en el Congreso de Yucatán, lo que la convertiría en la primera mujer mexicana
en ostentar un cargo de este tipo.

Hermila Galindo: Fundó el semanario feminista La Mujer Moderna


(septiembre, 1915) en el que promovía el desarrollo de las mujeres y
reivindicaba su posición dentro del esquema social, mientras afirmaba que
la igualdad política e intelectual debía extenderse a todos los ámbitos de
la vida (educación, trabajo, personal). Defendió la educación laica, sexual,
y el derecho de las mujeres a ejercer su sexualidad, lo que le trajo críticas
de parte de los grupos conservadores.

En 1916 se organizó el primer Congreso Feminista en Mérida en el que


pronunció un discurso demandando los derechos políticos y sexuales de las
mujeres.
Mujeres
Las mujeres son iguales ante la ley y libres para dedicarse a la profesión, industria, comercio o
trabajo que les acomode siempre que sean lícitos. No pueden ser privadas del producto de su
labor o ser obligadas a proporcionar servicios personales sin la justa retribución y su
consentimiento, salvo que exista resolución judicial.

Además, tienen derecho a desempeñar un trabajo digno y socialmente útil conforme a las
garantías previstas en la Constitución, sin que sean objeto de distinciones por ser féminas.

Las mujeres enfrentan grandes desventajas en el mundo del trabajo. Les pagan menos que a los
hombres, incluso cuando hacen lo mismo. Y esto no se explica porque ellas sean menos
productivas o estén menos educadas. Se explica por prácticas discriminatorias, normas sociales y
patrones de conducta que las conducen a oficios peor remunerados y a menos progresos en su
trayectoria laboral. Quien afirme lo anterior no está defendiendo a las mujeres en ausencia de
argumentos. Está defendiendo a la evidencia, que es bastante contundente.

Articulo 2, LEY FEDERAL DEL TRABAJO: La igualdad sustantiva es la que se


logra eliminando la discriminación contra las mujeres que menoscaba o anula el
reconocimiento, goce o ejercicio de sus derechos humanos y las libertades fundamentales
en el ámbito laboral. Supone el acceso a las mismas oportunidades, considerando las
diferencias biológicas, sociales y culturales de mujeres y hombres.

El trabajo es un derecho y un deber social. No es artículo de comercio, y exige respeto para


las libertades y dignidad de quien lo presta, así como el reconocimiento a las diferencias
entre hombres y mujeres para obtener su igualdad ante la ley. Debe efectuarse en
condiciones que aseguren la vida digna y la salud para las y los trabajadores y sus familiares
dependientes.
Las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia no deben trabajar en labores insalubres o peligrosas
(es decir, las que por los materiales químicos y composición de la materia prima utilizada o por
condiciones físicas son capaces de afectar la salud física y mental de la mujer o el lactante o el producto
en gestación), y tampoco en horarios después de las diez de la noche. Además, se les debe mantener su
salario, prestaciones y derechos durante este periodo.

Las mujeres embarazadas no realizarán trabajos en los que haya que levantar, tirar o empujar grandes
pesos, que produzcan trepidación o estar de pie durante largo tiempo.

Tendrán un descanso de seis semanas anteriores y seis posteriores al parto, en los que percibirán su
salario íntegro.

Durante el tiempo que dure esta situación, tendrán derecho al 50% de su salario por un periodo no mayor
de 60 días.

Artículos del 165 al 170 de la ley Federal del Trabajo

La igualdad laboral para las trabajadoras consiste en que éstas gocen de los mismos derechos que los
trabajadores; que su condición de mujeres o de madres, no sea motivo de diferencia alguna en el trato,
en la remuneración o en las oportunidades para ingresar a un trabajo, para capacitarse o para alcanzar
puestos superiores, así como para integrar comisiones mixtas, sindicalizarse y ocupar puestos directivos
en el sindicato o agrupación a la cual pertenezca.

La igualdad laboral puede explicarse en tres modalidades:

• igualdad de oportunidades,
• igualdad de trato, e
• igualdad de pago o remuneración.
No existen preferencias legales para ocupar o contratar a un hombre o
a una mujer en un puesto de trabajo. El artículo 123, apartado ‘‘A’’,
admite en la fracción XXV, que en el servicio de colocación gratuita
de los trabajadores se dé prioridad en las siguientes condiciones:

El servicio para la colocación de los trabajadores será gratuito para


éstos...

En la prestación de este servicio se tomará en cuenta la demanda de


trabajo y, en igualdad de condiciones, tendrán prioridad quienes
representen la única fuente de ingresos en su familia.

Las mujeres pueden desempeñar cualquier trabajo y ocupar todos los cargos y niveles, sin más
limitación que su capacidad. Ello indica que puedan fungir como jefas, directoras, gerentes,
supervisoras, entrenadoras, o cualquier otra categoría superior.

Significa que tanto las mujeres como los hombres tienen derecho a trabajar en las mismas condiciones
sin importar su situación social, edad, estado civil, número de hijos u otros motivos. Consiste en
respetar las mismas jornadas, salarios y prestaciones, cuando se realizan las mismas actividades, en las
mismas circunstancias, en un mismo centro de trabajo, entendido éste como empresa o establecimiento.
Articulo 123 constitucional, apartado A, Fracción V

La igualdad de pago es sinónimo de igualdad de remuneración. Es parte del principio de igualdad en el


trato o de igualdad en las condiciones de trabajo, ya que el salario es una de éstas. Sin embargo, por la
importancia que reviste el tema de la remuneración se considera necesario prestarle especial atención.

El artículo 5o. de la LFT, en la fracción XI, establece que no son válidas las disposiciones que estipulen
‘‘un salario menor que el que se pague a otro trabajador en la misma empresa o establecimiento por trabajo
de igual eficiencia, en la misma clase de trabajo o igual jornada, por consideración de edad, sexo o
nacionalidad’’.

No es válido señalar o pagar salarios inferiores a las trabajadoras por su condición femenina, o por tener
responsabilidades familiares. Es falso que las mujeres sean menos cumplidas en el trabajo con motivo de
la atención para sus familias. El matrimonio, la maternidad y las responsabilidades familiares
no son razón para evitar o reducir oportunidades laborales. Cuando esto ocurra, debe
reclamarse ante laJunta de Conciliación y Arbitraje (JCA), la nivelación del salario.

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