Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
AIMA Prenatal
AIMA Postnatal.
AIMA Capacitación Laboral.
CONSECUENCIAS
Según los expertos, la edad más apropiada para ser madre es entre los 20 y los
35 años, ya que el riesgo para la salud de la madre y el niño es mucho menor. El
embarazo en la adolescencia se considera de alto riesgo y conlleva más
complicaciones. La adolescente no está preparada ni física ni mentalmente para
tener un bebé y asumir la responsabilidad de la maternidad.
- Sus bebés tienen un peso bajo ya que la inmadurez de su cuerpo hace que su
útero no se haya desarrollado completamente
- Rechazo al bebé
Son niñas y no desean asumir la responsabilidad, el tiempo y las obligaciones que
supone ser madre. Sin embargo, esto también las hace sentirse culpables, tristes
y su autoestima se reduce.
- Problemas sociales
Los adolescentes pueden tener más dificultad de aprendizaje o para seguir con los
estudios, y muchos suelen sufrir mayor tasa de fracaso escolar. Además, pueden
enfrentarse a problemas de inserción social.
ESTOY EMBARAZADA, ¿QUÉ HAGO AHORA? OPCIONES
Enterarte que estás en embarazo puede ser miedoso pero trata de mantener la
calma. Vas a estar bien y hay personas que pueden ayudarte.
Adopción - dar a luz y entregar al bebé a otra persona o familia, para siempre.
Siestas considerando el aborto, trata de hacer una cita lo más pronto posible.
Puede ser más difícil abortar al transcurrir más tiempo. Si vives en un estado
donde el aborto es ilegal, quizás tengas que viajar a otro estado para poder
realizarte un aborto y arreglar las cosas para viajar puede tomar tiempo. Sin
importar tu decisión, visita a un médico tan pronto puedas así pueden ayudar a
mantenerte saludable.
Trata de hablar con otra persona sobre cómo te sientes. Esto puede ayudarte. Si
puedes, trata de hablar con tus padres o alguien de confianza sobre esto -lo más
probable es que ellos se preocupen por tí y quieran ayudarte. También puedes
hablar con otro miembro de tu familia, tu pareja, amigx, consejerx escolar, guía
espiritual o religioso, u otra persona adulto en quien confíes. Elige a quien te
escuche bien, te brinde su apoyo, respete tu privacidad y que no sea prejuicioso ni
presione para que tomes un curso de acción determinado.