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Una historia de zombis: parásitos del

mundo animal

Heterosaccus californicus-
Loxorhynchus grandis
PERCEBE RIZOCÉFALO Heterosaccus californicus
CANGREJO OVEJA Loxorhynchus grandis
Bienvenidos al extraño mundo donde los deseos del
parásito son órdenes para su huésped. Cuando el percebe
rizocéfalo infesta al macho de cangrejo oveja, este se
feminiza: deja de desarrollar pinzas de combate y su
abdomen se ensancha, proporcionando el «útero» en el
que el percebe vaciará su bolsa de cría. Protegidos por el
cangrejo, los huevos eclosionan, y miles de crías de
percebe se dispersan, dispuestas a parasitar nuevas
víctimas.

Paragordius varius - Acheta domesticus


GUSANO NEMATOMORFO Paragordius varius
GRILLO DOMÉSTICO Acheta domesticus
El grillo doméstico pierde la voluntad –y la vida– por culpa del
gusano nematomorfo. Las larvas de este parásito se infiltran en el grillo
cuando este se alimenta de insectos muertos, y una vez dentro,
empiezan a crecer. El grillo es terrestre, pero el estadio adulto del ciclo
vital del gusano es acuático, de manera que cuando el gusano maduro
está listo para salir al exterior, altera el cerebro de su huésped,
induciendo al grillo a lanzarse en un salto suicida a la masa de
agua más cercana. Cuando el grillo se ahoga, emerge el gusano adulto,
que puede medir 30 centímetros de largo.

Dinocampus coccinellae - Coleomegilla maculata


AVISPA PARÁSITA Dinocampus coccinellae
MARIQUITA NORTEAMERICANA Coleomegilla maculata
Se dice que las mariquitas traen buena suerte, pero si están infestadas
por la avispa de la especie Dinocampus coccinellae, suelen acabar mal.
Cuando una hembra de esta avispa pica a una mariquita, deposita un
huevo del que sale una larva que devora al huésped desde el interior.
Llegado el momento, el parásito emerge y teje un capullo entre las patas
de la mariquita. Aunque su cuerpo se ha liberado del torturador, la
mariquita sigue esclavizada y protege el capullo de posibles
depredadores. Algunas logran sobrevivir a tan inquietante experiencia.

Antron douglasii - Quercus lobata


AVISPA PARÁSITA Antron douglasii
ROBLE DE LOS VALLES Quercus lobata
Cuando la avispa Antron douglasii introduce sus huevos en una hoja de
roble, deja además un regalo extra: un cóctel de sustancias químicas que
inducen al árbol a construir unas estructuras rosadas en torno a la larva
de la avispa llamadas agallas. A salvo en este envoltorio, la larva se
alimenta de los nutrientes de la planta.

Pseudocorynosoma constrictum - Hyalella azteca


GUSANO ACANTOCÉFALO Pseudocorynosoma constrictum
ANFÍPODO Hyalella azteca
Un anfípodo minúsculo, Hyalella azteca, vive en las turbias tinieblas del
fondo de lagos y estanques… hasta que lo coloniza la larva de un
gusano acantocéfalo. Cuando la larva madura, el anfípodo abandona la
seguridad de su oscuro hogar y nada hacia la luz de la superficie. Para el
huésped, es un error fatal: arriba hay patos y otras aves acuáticas
dispuestos a engullirlo. Pero para el parásito –anaranjado por los
pigmentos que roba del tejido de su víctima– es parte del plan: los
acantocéfalos solo pueden madurar en el intestino de las aves acuáticas.

Ribeiroia ondatrae - Lithobates catesbeianus


PLATELMINTO PARÁSITO Ribeiroia ondatrae
RANA TORO AMERICANA Lithobates catesbeianus
Después de que el gusano platelminto Ribeiroia ondatrae se
reproduzca asexualmente dentro de un caracol, sus larvas buscan un
renacuajo de rana toro para perforar su piel y enquistarse en sus
extremidades en desarrollo. Con patas supernumerarias, ausentes o
malformadas, la contrahecha víctima es presa fácil para las aves que se
alimentan de ranas, como las garzas. Dentro de la garza, el parásito se
reproduce sexualmente. Sus huevos regresan al agua con las heces del
ave, infestan nuevos caracoles y el ciclo comienza de nuevo.

Ophiocordyceps spp. - Dinoponera longipes


HONGO OPHIOCORDYCEPS Ophiocordyceps spp.
HORMIGA AMAZÓNICA Dinoponera longipes
Ay de la hormiga esclavizada por el parásito Ophiocordyceps.
Cuando las esporas del hongo se posan en una hormiga, perforan su
exoesqueleto y penetran en su cerebro, desde donde obligan al huésped
a actuar de manera diferente a la habitual: abandonar su hábitat normal –
el suelo del bosque– y trepar a un árbol cercano. Llena a reventar de
hongos, la hormiga agonizante se fija a una hoja u otra superficie similar.
Del cadáver de la hormiga brotan tallos del hongo que lanzan una lluvia
de esporas a las hormigas del suelo, para iniciar de nuevo el proceso.

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