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Una de las ranas más identificables del mundo, la rana punta de flecha, es una
especie de rana venenosa. Se la conoce por su piel colorida brillante— amarilla en
su espalda y azul en sus piernas— y por su tamaño. Puede alcanzar hasta 5
centímetros de largo, lo que la convierte en una de las especies de ranas
venenosas más grandes.
Fiel a su nombre, las ranas venenosas están entre los animales más tóxicos de la
Tierra. Históricamente, el veneno de ciertas especies se ha utilizado en las puntas
de los dardos y las flechas de caza, dándole al grupo su nombre común: “ranas
punta de flecha venenosas”. Sin embargo, no hay pruebas de que la rana punta de
flecha haya sido utilizada con este propósito.
Las ranas venenosas participan de la crianza de sus crías, algo inusual para un
anfibio. Luego de que la hembra pone los huevos, el padre los protege. Una vez
que salieron del cascarón, los renacuajos se suben a la espalda de su padre y
este los lleva nadando hacia un cuerpo de agua privilegiado. La familia se queda
allí alrededor de un año, hasta que las jóvenes ranas sean completamente
maduras. Luego, pasan su vida adulta en tierra.
Los científicos no saben con certeza cuál es la fuente de toxicidad de las ranas
venenosas, pero es posible que asimilen los venenos de las plantas transportados
por sus presas, entre ellas hormigas, termitas y escarabajos. Las ranas venenosas
criadas en cautiverio y aisladas de los insectos de su hábitat natural nunca
desarrollan veneno.