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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL “RÓMULO GALLEGOS”


ÁREA DE CIENCIAS POLÍTICAS JURÍDICAS
PROGRAMA MUNICIPALIZADO DE FORMACIÓN DE DERECHO
AULA TERRITORIAL-CEDE DE CAÑA DE AZÚCAR-MUNICIPIO M.B.I
ESTADO ARAGUA

ENSAYO

DEPORTE

FACILITADOR: ALUMNA:

JULIO FUNES NEIL DÍAZ

CI:30.323.178

SECCIÓN 3

4 MARZO DE 2022
La  frecuencia cardíaca es el número de contracciones del corazón o pulsaciones
por unidad de tiempo. Se mide en condiciones bien determinadas (de reposo o de
actividad) y se expresa en pulsaciones por minuto a nivel de las arterias periféricas y en
latidos por minuto (lat./min) a nivel del corazón. La medición del pulso se puede
detectar en distintos puntos.

Se toma generalmente con la persona en reposo: sentada, o acostada. En un


adulto sano, en reposo, el pulso suele hallarse en el rango de los 60-100 latidos por
minuto. Durante el ejercicio físico el rango puede aumentar a 150-200 latidos por
minuto y durante el sueño puede bajar de 60 latidos por minuto.

La frecuencia cardíaca en reposo es la que bombea la menor cantidad de sangre


necesaria, porque no está haciendo ejercicio. Si está sentada o tumbada y está tranquila,
relajada y no está enferma, su frecuencia cardíaca suele estar entre 60 (latidos por
minuto) y 100 (latidos por minuto). Sin embargo, una frecuencia cardíaca inferior a 60
no indica necesariamente un problema médico. Podría ser el resultado de tomar un
medicamento como un betabloqueante. Una frecuencia cardíaca más baja también es
común en personas que realizan mucha actividad física o son muy atléticas. Las
personas activas a menudo tienen una frecuencia cardíaca en reposo inferior (tan baja
como 40) porque su músculo cardíaco está en una mejor condición y no necesita
trabajar tanto para mantener un latido estable. Una cantidad baja o moderada de
actividad física no suele cambiar mucho el pulso en descanso. 

La frecuencia cardíaca máxima es un límite teórico que corresponde al máximo


de pulsaciones que se alcanza en una prueba de esfuerzo sin comprometer la salud. Esta
frecuencia cardiaca máxima varía con la edad y depende del sexo de la persona.

La frecuencia cardíaca de esfuerzo o sub máxima es la que se toma mientras el


sujeto realiza un ejercicio dinámico tal que produce los niveles más altos de demanda de
oxígeno, por ejemplo, al realizar una prueba de esfuerzo. Para determinar la frecuencia
cardíaca de esfuerzo o frecuencia cardíaca su máxima se debe multiplicar la cifra
obtenida en las ecuaciones anteriores por 0,7 y 0,85.

Por otro lado, tenemos la actividad física con frecuencia cardíaca sub máxima Se
considera que mantener por 32-45 minutos esta frecuencia, durante una actividad física
de carácter aeróbico, obliga al organismo a utilizar sobre todo la grasa corporal como
combustible. La realización de una actividad física con esta al menos tres veces a la
semana es una estrategia que contribuye al mantenimiento del peso corporal deseable.
El control de la intensidad del ejercicio es muy simple dado que se logra calculando la
frecuencia cardíaca sub máxima que corresponde a la edad y sexo del sujeto.

También podemos encontrar otros factores que afectan la frecuencia cardíaca como;
La Temperatura del aire, que indica que, cuando las temperaturas (la humedad) son
elevadas, el corazón bombea un poco más de sangre, por lo que la frecuencia del pulso
puede aumentar, pero normalmente no más de 5 a 10 latidos por minuto. La posición del
cuerpo en reposo, sentado o de pie, el pulso suele ser el mismo. A veces, durante los
primeros 15 y 20 segundos después de incorporarse, el pulso puede subir un poco, pero
después de un par de minutos se debería estabilizar. Las emociones, Si está estresada,
ansiosa o extremadamente feliz o triste, sus emociones pueden incrementar su pulso. En
otro aspecto podemos encontrar el tamaño del cuerpo, normalmente no cambia el pulso.
Si es muy obesa, es posible que su pulso en reposo sea más alto de lo normal, pero
normalmente no más de 100 y  el uso de los medicamentos que bloquean la adrenalina
(betabloqueantes) tienden a ralentizar el pulso, mientras que demasiados medicamentos
tiroideos o una dosis demasiado alta, lo incrementa.

Los mejores lugares para encontrarse el pulso son los siguientes; Muñecas,
interior del codo, lado del cuello, parte superior del pie para obtener la lectura más
precisa, se coloca el dedo índice sobre el pulso y cuente el número de latidos en
60 segundos.

La medición y control de la frecuencia cardiaca, tanto durante la práctica de


ejercicio físico como en los momentos de reposo, aporta indicativos muy útiles para
conocer el estado de nuestra salud y conseguir un entrenamiento más eficiente. Existen
diversos métodos para realizar un control de las pulsaciones, como por ejemplo el uso
de pulsómetros, que de forma muy sencilla pueden convertirse en un aliado
indispensable en nuestras rutinas de entrenamiento.

A pesar de ser un indicativo indispensable en nuestro entrenamiento, todavía hay


deportistas que entrenan sin realizar un control del pulso por diversos motivos, como
por ejemplo el desconocimiento de la utilidad de medir la frecuencia cardiaca, el verlo
como un acto innecesario o considerarlo un complemento orientado a deportistas de alto
nivel, pero la realidad es que se trata de un indicativo muy útil para todo tipo de
deportistas, y runners en concreto. E incluso se hace más necesario entre aquellos
corredores que se inician y que por lo general tienden a hacer ejercicios demasiado
intensos durante las primeras sesiones de entrenamiento, y entre aquellos que retoman la
práctica deportiva tras una lesión o periodo de descanso, y la medición y control del
pulso pueden ser un buen aliado en su progresiva vuelta al ejercicio.

Pero sobre todo existen dos grandes motivos por los que el control de las
pulsaciones es importante: la salud y el entrenamiento eficiente, la medición de la
frecuencia cardiaca proporciona información importante acerca de la salud
cardiovascular de un individuo. De esta manera se puede conocer si el corazón bombea
bien la sangre o si tiene alguna anomalía. En cuanto a su utilidad antes, durante o
después del ejercicio, nos sirve para determinar la condición atlética, para conocer la
capacidad de recuperación tras la actividad, para establecer el límite de rendimiento,
para detectar variaciones en la actividad cardiovascular, conocer la respuesta del cuerpo
al esfuerzo, poder valorar la evolución del entrenamiento y mejorarlo según las
condiciones y objetivos establecidos, prevenir el sobre entrenamiento o el infra
entrenamiento, añadir variedad en las sesiones de entreno y saber cómo dosificar el
ritmo de entrenamiento para poder maximizar los beneficios del ejercicio.

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