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Lima 2020
AL TRIBUNAL DE FISCALIZACIÓN AMBIENTAL DEL ORGANISMO DE EVALUACIÓN Y
FISCALIZACIÓN AMBIENTAL
El presente escrito es ofrecido por la comunidad indígena Masapari (en adelante, Masapari),
debidamente representada, y en calidad de tercero administrado según posterior justificación,
a efectos de defender el mérito para la imposición de una sanción a Oiltrans de Perú S.A. (en
adelante, Oiltrans) en el marco de un procedimiento de fiscalización ambiental1 seguido contra
la precitada empresa, y de reforzar las conclusiones contenidas en el Informe de Supervisión
emitido por la Dirección de Supervisión del Organismo de Evaluación y Fiscalización
Ambiental (en adelante, OEFA).
A orillas del río Puteri se ubica la comunidad indígena Masapari (en adelante, comunidad
Masapari), comunidad que tradicionalmente tiene como principales actividades económicas
la pesca, la agricultura y la caza. Asimismo, en los últimos años, gracias a la belleza
paisajística de su territorio, comunidad Masapari ha incursionado en el ecoturismo,
convirtiéndose en su principal fuente de sustento económico toda vez que los foráneos se
sienten atraídos por el encanto de la Amazonía, sus paisajes y especies.
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Puntos 2 y 3 de las consideraciones preliminares del marco fáctico.
El 15 de diciembre de 2019, el líder de la comunidad Masapari comunicó a Oiltrans sobre un
derrame de petróleo, y a su vez, ante la necesidad de un actuar rápido para disminuir el
impacto negativo en el medio ambiente, formuló su respectiva denuncia en la página web del
Servicio de Información Nacional de Denuncias Ambientales. Por otro lado, el 24 de diciembre
de 2019, nueve días después del aviso del líder de la comunidad Masapari, Oiltrans decide
comunicar al OEFA sobre el derrame de petróleo crudo.
El Texto Único Ordenado de la Ley N° 27444, Ley del Procedimiento Administrativo General
(en adelante, TUO de la LPAG), aprobado mediante Decreto Supremo N° 004-2019-JUS,
establece en su artículo 239 que la actividad de fiscalización constituye el conjunto de “actos
y diligencias de investigación, supervisión, control o inspección sobre el cumplimiento de las
obligaciones”, que se derivan “de una norma legal o reglamentaria (…) bajo un enfoque de
cumplimiento normativo, de prevención de riesgo, de gestión del riesgo y tutela de los bienes
jurídicos protegidos”. Lo anterior permite colegir que entre las finalidades del procedimiento
de fiscalización se encuentra la constatación de incumplimientos a las obligaciones
ambientales fiscalizables (entre las cuales se encuentran las obligaciones establecidas en los
instrumentos de gestión ambiental), y la presencia de riesgos a los bienes jurídicos protegidos.
Asimismo, entre los derechos de los administrados fiscalizados, de conformidad con el artículo
242 del TUO de la LPAG, se encuentra el presentar documentos, pruebas o argumentos
adicionales con posterioridad a la recepción del acta de fiscalización (o el documento que
haga sus veces). De tal forma, vemos que al administrado, en el marco de la actividad
administrativa de fiscalización, le asiste el derecho de defender la licitud de sus actividades y
la correspondiente falta de mérito para la determinación de responsabilidades administrativas,
además de los contenidos en el principio del debido procedimiento regulado en el artículo
IV(1.2) del TUO de la LPAG. En tal sentido, corresponde analizar la incorporación de la
comunidad Masapari como tercero administrado y el alcance de los derechos que le asiste.
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Punto 13 del Informe de Supervisión.
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Puntos 23, 24 y 25 del Informe de Supervisión.
de todos los derechos y garantías implícitos al debido procedimiento, los cuales comprenden,
entre otros, la exposición de argumentos, la presentación de alegatos complementarios, el
ofrecimiento y la producción de pruebas, la solicitud del uso de la palabra, y el obtener una
decisión motivada y fundada en derecho. Por lo anteriormente esbozado, se verifica el mérito
para la incorporación de la comunidad Masapari como tercero administrado con legítimo
interés, a fin de coadyuvar a la determinación de incumplimientos susceptibles de determinar
responsabilidades administrativas, de medidas cautelares y correctivas apropiadas, y al
seguimiento del cumplimiento de las mismas.
Así, para efectos del presente escrito, el TFA será considerado como la autoridad decisora,
quien evaluará el mérito para la imposición de una sanción tomando como base, entre otros,
a las consideraciones del presente escrito —presentado en el marco del procedimiento de
fiscalización seguido ante el presunto incumplimiento de las obligaciones ambientales
fiscalizables de Oiltrans— y a los alegatos que serán expuestos en la audiencia oral
correspondiente.
“(...) c) Las instalaciones o equipos, tales como ductos, tanques, unidades de proceso,
instrumentos, separadores, equipos de bombeo, válvulas de control
(automáticas/manuales), válvulas de seguridad, medidores de flujo, entre otros, deberán
ser sometidos a programas regulares de mantenimiento, a fin de minimizar riesgos de
accidentes, fugas, incendios y derrames.”
contrato con la empresa mantenoli
De conformidad con este artículo, Oiltrans debió realizar un mantenimiento regular a todo el
Oleoducto; no obstante, si bien contrató a la empresa Mantenoil para que realice las acciones
de mantenimiento e inspección del mismo, el contrato solo contemplaba 2 de las 5 actividades
que Oiltrans estaba obligada a realizar según su EIA5: i) realizar el mantenimiento de válvulas
de líneas y cruces aéreos; y, ii) transmitir a través del Oleoducto raspatubos con escobilla
metálica y de magnetos cada dos meses y de escobillad de poliuretano de disco o cepas
continuamente. De este modo, las 3 actividades restantes no fueron cubiertas por una
empresa especializada en mantenimiento de oleoductos: i) realizar inspecciones topográficas
y batimétricas en el cruce de los ríos del Oleoducto; ii) realizar inspecciones internas de la
tubería con raspatubos electrónicos del Oleoducto, consistentes en inspecciones de corrosión
y pérdida de espesor con raspatubos electromagnéticos, así como inspección geométrica; y
iii) realizar inspecciones y monitoreo periódico de la integridad externa del Oleoducto.
Bajo dicho contexto, el Informe de Supervisión recogió los siguientes defectos externos que
presentaba la tubería afectada6: picaduras, abolladuras, fugas, deformaciones y pliegues. La
cantidad de desperfectos, las evidencias recogidas y el poco tiempo desde el término del
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Punto 15 del Informe de Supervisión
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Punto 8 del Informe de Supervisión
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Punto 15 del Informe de Supervisión
contrato con Mantenoil, nos permiten concluir la falta de idoneidad en las actividades
realizadas para el mantenimiento del Oleoducto, e incluso, que los precitados desperfectos
no se produjeron con solo un mes de no realizarse el mantenimiento, sino que implica
necesariamente la falta de un idóneo y debido mantenimiento de meses anteriores.
no esperar al llamado del lider de la comunidad
Asimismo, recalcamos que las labores de mantenimiento en zonas consideradas de alto
riesgo son imprescindibles e impostergables; por lo tanto, Oiltrans debió ejecutar los
compromisos previstos en su EIA y no esperar el llamado del líder de la comunidad Masapari,
más aún cuando era de conocimiento de la empresa que el riesgo o vulnerabilidad del ducto
se había intensificado desde el mes de noviembre cuando el contrato con la empresa
especializada Mantenoil había culminado. En consecuencia, se acredita el incumplimiento de
las obligaciones previstas en el artículo 51 del RPAAH y en el EIA de Oiltrans.
Asimismo, en base a los hechos explicados líneas arriba, y de conformidad con el artículo 154
del RPAAH, se precisa que:
“El operador deberá evitar en lo posible se vean afectadas las comunidades nativas y
campesinas, para ello se incluirán en los Estudios de Impacto Ambiental respectivos, las
medidas necesarias para prevenir, minimizar o eliminar los impactos negativos
sociales, culturales, económicos y de salud”.
Por lo tanto, Oiltrans tenía conocimiento de los riesgos e impactos que acarrea el no
mantenimiento continuo del Oleoducto pues ello lo vuelve susceptible a la corrosión y a
eventuales derrames de petróleo; en consecuencia, se acredita que también se incumplió en
el artículo 154 del RPAAH.
1.2. Respecto a la relación directa del derrame de petróleo y el daño real a la salud
humana.
Ponemos en relieve la estrecha relación entre el medio ambiente y la salud humana; tal como
lo establece el artículo 2 de la Ley N° 28611, Ley General del Ambiente (en adelante, LGA):
“Entiéndase, para los efectos de la presente Ley, que toda mención hecha al ambiente o
a sus componentes comprende a los elementos físicos, químicos y biológicos de origen
natural o antropogénico que, en forma individual o asociada, conforman el medio en el que
se desarrolla la vida, siendo los factores que aseguran la salud individual y colectiva de
las personas y la conservación de los recursos naturales, la diversidad biológica y el
patrimonio cultural asociado a ellos, entre otros”.
En tal sentido, los daños medio ambientales que sufren los ecosistemas afectarán con la
misma intensidad a las comunidades nativas u originarias; siendo que los efectos de la
degradación ambiental impactan directamente en las actividades —y, por tanto, en la salud—
de los miembros de la comunidad.
En esa línea, dicha Ley prevé en su artículo 74 que los titulares de las operaciones son
“responsables por las emisiones, efluentes, descargas y demás impactos negativos que se
generen sobre el ambiente, la salud y los recursos naturales, como consecuencia de sus
actividades”; siendo que, “esta responsabilidad incluye los riesgos y daños ambientales
que se generen por acción u omisión”.
El Informe de Supervisión señaló que Oiltrans “no habría adoptado acciones para controlar y
minimizar los impactos negativos del derrame de petróleo ocurrido el 26 de diciembre de 2019
en el km 549 del Oleoducto, de acuerdo a su Plan de Contingencia”, lo cual ocasionó daño
real y potencial al territorio, flora y fauna (incluida una especie en peligro de extinción)7.
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Punto 13 del Informe de Supervisión.
hidrocarburos, el titular debe tomar medidas inmediatas para controlar y mitigar sus impactos,
de acuerdo a su Plan de Contingencia.
De esta forma, el incumplimiento de Oiltrans, constituido por la falta de acciones para controlar
y minimizar los impactos negativos del derrame de petróleo, se condice con los supuestos
para calificar a un incumplimiento como trascendente.
Asimismo, el Plan de Contingencia frente a derrames de Oiltrans establece que “se realizarán
acciones de limpieza, para lo cual debe contratar a empresas con personal debidamente
capacitado con las medidas de seguridad adecuadas de acuerdo con la normatividad técnica
vigente al momento de los eventos”8; no obstante, desde el 30 de octubre, fecha en que
culminó el contrato con Mantenoil, Oiltrans ha estado emprendiendo las acciones de limpieza
solo con personal propio, inclusive durante el estado de contingencia. En consecuencia,
Oiltrans contravino su obligación de contratar una empresa con personal capacitado para las
acciones de limpieza frente a contingencias, máxime si hablamos de eventos de especial
gravedad y riesgo como un derrame de petróleo que cubre grandes kilómetros de territorio.
Ahora bien, asumiendo que las acciones del personal de Oiltrans fuesen igualmente idóneas,
lo que de ninguna forma niega el punto anterior referido a que no se contrató a una empresa
con personal debidamente capacitado, notamos que, si bien Oiltrans activó su plan de
contingencia el día siguiente de la recepción de la carta del líder de la comunidad notificando
el derrame de petróleo, no tomó acciones inmediatas y conducentes para el control y
mitigación de los impactos del derrame de petróleo acontecido.
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Punto 9 del Informe de Supervisión.
efectuada por el líder de la comunidad Masapari el día 19 de diciembre, efectúo una
supervisión especial donde constató que el derrame de petróleo crudo cubrió grandes áreas
de terreno y provocó la pérdida de vegetación y la alteración del hábitat de la fauna silvestre.
Por último, se tiene conocimiento que Oiltrans continúa realizando las acciones de limpieza9.
Sin perjuicio de lo anterior, vemos que las medidas efectuadas por Oiltrans no fueron
eficientes ni oportunas. Hasta el cierre del Informe de Supervisión, Oiltrans viene realizando
acciones de limpieza del derrame de petróleo que se originó en el km 459 del Oleoducto,
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Punto 29 del Informe de Supervisión.
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Punto 6 del Informe de Supervisión.
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Punto 18 del Informe de Supervisión.
representando una tardanza en la limpieza que da como resultado la afectación a la flora,
fauna y a los territorios de las comunidades aledañas.
La inmediatez es una exigencia inescindible a las medidas para controlar y minimizar los
impactos al ambiente, lo que se evalúa tomando nota de las particularidades de la
contingencia a abordar, así como del contexto. Tal como se establece en el art. 66 del RPAAH:
“El titular deberá tomar medidas inmediatas para controlar y minimizar sus impactos (…)
las áreas que resulten contaminadas o afectadas por siniestros o emergencias en las
actividades de hidrocarburos, deberán ser descontaminadas o de ser el caso rehabilitadas
en el menor plazo posible, teniendo en cuenta la magnitud de la contaminación, el daño
ambiental y el riesgo de mantener esa situación”.
En el presente caso, observamos que el Oleoducto atraviesa el río Puteri, que sirve de
sustento a la comunidad Masapari, y que, junto a las zonas aledañas al río y al Oleoducto,
constituyen el hábitat de distintas especies de flora y fauna, incluyendo al delfín rosado,
especie en peligro de extinción catalogada como tal por la UICN. En consecuencia, tomando
conocimiento de la especial fragilidad del ambiente e implicancias socioambientales, le era
exigible a Oiltrans la implementación de medidas de control y mitigación sin demora alguna,
tan pronto como se tomase conocimiento del incidente. Pese a ello, Oiltrans activó su Plan de
Contingencia un día después de la comunicación del líder de la comunidad Masapari, dando
un amplio margen de tiempo al petróleo para extenderse por kilómetros, e informó sobre este
incidente recién nueve días después de haber tomado este conocimiento12. En adición a ello,
las medidas no garantizaron la protección del medio ambiente, toda vez que el petróleo llegó
hasta el río Puteri ocasionando las consecuencias ya mencionadas.
12
Punto 18 del Informe de Supervisión.
La empresa Oiltrans, de acuerdo con lo estipulado en el punto 4.2 del EIA del Oleoducto, se
comprometió a no incidir negativamente en las costumbres y estilo de vida de las comunidades
nativas. Sin embargo, esta obligación fue incumplida, lo cual se ve reflejado en las
afectaciones sufridas por los integrantes de la comunidad Masapari.
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Punto 24 del Informe de Supervisión.
En ese sentido, el derecho a la salud de los integrantes de la comunidad Masapari se ha visto
afectado, pues conforme se ha señalado en la Observación General N° 14, el derecho a la
salud, entre otras cuestiones, abarca el acceso a agua limpia y a condiciones sanitarias de
alimentación adecuadas (Comité DESC, 2000).
A su vez, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (en adelante, Corte IDH) en el caso
Yakye Axa vs. Paraguay, ha señalado que el acceso a agua limpia y alimentos está vinculado
con el derecho a la salud, así como con el desarrollo de una vida digna y con el presupuesto
necesario para el ejercicio de otros derechos.
Asimismo, la vulneración de los derechos antes señalados, tiene una especial incidencia en
los niños, niñas y adolescentes (en adelante, NNA), estos últimos gozan de un marco
normativo internacional de obligatorio cumplimiento para los Estados parte, entre ellos el
Estado peruano basado en la Convención de Derechos del Niño. Asimismo, existen
instrumentos complementarios que profundizan los derechos del niño, niña y adolescente,
tales como la Declaración Universal de los Derechos del Niño, y Observaciones Generales
emitidas por el Comité de Derechos del Niño.
En ese sentido, el Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas, en su
Observación General N° 14, desarrolla el interés superior de los NNA considerándolo como
un principio rector que debe ser apreciado por los Estados al momento de tomar decisiones
en las que se encuentren involucrados NNA, buscando no afectarlos y procurando siempre su
bienestar.
Además de ello, estas afectaciones tienen una especial incidencia en los NNA, que además
conforme se señala en el caso han rechazado otro tipo de alimentos, claramente por la falta
de costumbre. En ese sentido, a pesar de que Oiltrans brindó latas de atún para la
alimentación de los miembros de la comunidad Masapari, no consideró las costumbres de la
comunidad, especialmente de los NNA, que se rehúsan a consumir estos alimentos extraños
para ellos.
En el caso del pueblo indígena Kichwa de Sarayaku vs. Ecuador, estableció que, en aquellos
casos donde las comunidades indígenas se hayan visto privadas de poder celebrar
actividades o ceremonias propias de su cultura, se produce una violación del derecho a la
identidad cultural, en tanto son manifestaciones culturales y espirituales propias de las
comunidades, que además forman parte de su identidad étnica y cultural (Corte IDH, 2012).
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Punto 25 del Informe de Supervisión.
responsabilidades y sancionar estos hechos, conforme se señala en el artículo 1.1 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos.
No obstante, utilizó bolsas de polietileno como recipiente para el petróleo crudo derramado,
lo cual demuestra una clara negligencia en su actuar; puesto que, este material, al encontrarse
en la intemperie y en una zona donde la comunidad Masapari realiza tradicionalmente sus
actividades de caza, queda expuesto a ser manipulado o atravesado por las flechas de los
integrantes de la comunidad, significando un riesgo inminente a su salud y seguridad.
De acuerdo con el análisis de este artículo, el espacio donde Oiltrans almacenó las bolsas de
polietileno no había sido adaptado para este fin, pues las bolsas solo fueron dispuestas en un
lugar inmediato a la zona del derrame. Asimismo, tomando en consideración que habían
pasado diez días desde que Oiltrans activó su Plan de Contingencia (16 de diciembre), estos
residuos peligrosos, en el marco de un actuar diligente, debieron haber sido ya trasladados al
almacenamiento central; por lo tanto, debieron contar ya con un techo que los cubra de los
cambios meteorológicos, entre otros requisitos que la norma dispone.
Tal como lo señala el artículo 54 del Reglamento de la LGIRS, aprobado mediante Decreto
Supremo N° 014-2017-MINAM, “el almacenamiento de los residuos peligrosos debe realizarse
en un área cercada” que “disponga de un área acondicionada y techada ubicada a una
distancia determinada teniendo en cuenta el nivel de peligrosidad del residuo (…)”. Por lo
tanto, era exigible para Oiltrans que el almacén de las bolsas de polietileno contenidas con
los residuos peligrosos se encuentre cercado (evitando que terceros puedan acceder a los
residuos), techado (evitando incidencias meteorológicas) y dispuesto en algún material que
separe las bolsas de polietileno del contacto directo con la tierra (previniendo el derrame por
posibles rupturas de las mismas).
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Punto 28 del Informe de Supervisión
En consecuencia, reafirmamos que Oiltrans incurrió en responsabilidad ambiental al incumplir
la normativa relativa a la adecuada disposición y almacenamiento de residuos peligrosos;
siendo que, las acciones señaladas en el Informe de Supervisión del OEFA constituyen una
infracción muy grave y grave, respectivamente, que ha de ser considerado para la
determinación de la sanción correspondiente.
La LGA, estipula en el artículo 136 que, las personas naturales y jurídicas que transgredan lo
establecido en dicha norma y en las disposiciones complementarias y reglamentarias en
materia ambiental, serán merecedoras de sanciones o medidas correctivas, en función de la
gravedad de la infracción cometida. Así, el Reglamento de la Ley N°27466, Ley del Sistema
Nacional de Evaluación de Impacto Ambiental, aprobado mediante Decreto Supremo N° 019-
2019-MINAM, establece en su artículo 55 que “(...) La Certificación Ambiental obliga al titular
a cumplir con todas las obligaciones (…) señalados en el Estudio de Impacto Ambiental. Su
incumplimiento está sujeto a sanciones administrativas (...)”, por lo cual el demostrado
incumplimiento de las obligaciones contenidas en el EIA es merecedora de sanción.
Por otro lado, la Ley del SINEFA establece en su artículo 11(1) que la función fiscalizadora y
sancionadora comprende la facultad de investigar la comisión de posibles infracciones
administrativas sancionables y la de imponer sanciones por el incumplimiento de obligaciones
y compromisos que sean “derivados de los instrumentos de fiscalización ambiental, de las
normas ambientales, compromisos ambientales de contratos de concesión [como el caso
concreto], y de los mandatos o disposiciones emitidas por el OEFA”; adicionalmente
comprende la facultad de “dictar medidas cautelares y correctivas”.
En ese sentido, teniendo en cuenta que el artículo 17(c) de la precitada Ley establece que
“constituyen sanciones administrativas(…) el incumplimiento de los compromisos ambientales
asumidos en contratos de concesión”; y habiéndose expuesto a lo largo del presente escrito,
argumentos fácticos y jurídicos que demuestran los diversos incumplimientos en los que ha
incurrido la empresa Oiltrans respecto de sus obligaciones contenidas en su EIA, esta
representación hace constar la existencia de mérito y justificación suficiente para la imposición
de las sanciones respectivas.
El Reglamento de Supervisión, en su artículo 27, establece que las medidas preventivas son
disposiciones que imponen a un administrado “una obligación de hacer o no hacer, destinada
a evitar un inminente peligro o alto riesgo de producirse un daño grave al ambiente, los
recursos naturales y la salud de las personas”, así como “mitigar las causas que generan la
degradación o daño ambiental”. Probados los múltiples desperfectos en el Oleoducto y la
subsistencia del daño sobre el ambiente a causa del derrame de petróleo originado en el km
459 del Oleoducto, es posible considerar el riesgo de que acontezcan derrames de petróleo
posteriores y la expansión del daño ya generado.
El Reglamento del PAS, en su artículo 18, establece que las medidas correctivas son
disposiciones que ha de contener la Resolución Final de PAS, a través del cual ha de imponerse
al administrado una orden para revertir o disminuir en lo posible los efectos nocivos de la
conducta infractora sobre el ambiente y la salud de las personas. Por tanto, no es suficiente la
imposición de una sanción, pues los perjuicios subsistirían, haciendo necesaria el dictado de
medidas correctivas, las cuales pueden consistir en la determinación del cese temporal de la
operación del Oleoducto, la actualización del IGA, capacitaciones al personal en torno a la
imperiosidad de tomar acciones inmediatas para evitar daños a los derechos de los pueblos
indígenas y sobre el ambiente, entre otros.
POR LO TANTO
FUENTES CONSULTADAS
LEGISLACIÓN
JURISPRUDENCIA
DOCTRINA: