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Moot de Derecho Ambiental - Edición 2020

ESCRITO A TÍTULO DE TERCERO


ADMINISTRADO

COMUNIDAD INDÍGENA MASAPARI

Equipo: Mayuriq Pacha

Lima 2020
AL TRIBUNAL DE FISCALIZACIÓN AMBIENTAL DEL ORGANISMO DE EVALUACIÓN Y
FISCALIZACIÓN AMBIENTAL

El presente escrito es ofrecido por la comunidad indígena Masapari (en adelante, Masapari),
debidamente representada, y en calidad de tercero administrado según posterior justificación,
a efectos de defender el mérito para la imposición de una sanción a Oiltrans de Perú S.A. (en
adelante, Oiltrans) en el marco de un procedimiento de fiscalización ambiental1 seguido contra
la precitada empresa, y de reforzar las conclusiones contenidas en el Informe de Supervisión
emitido por la Dirección de Supervisión del Organismo de Evaluación y Fiscalización
Ambiental (en adelante, OEFA).

I. DESCRIPCIÓN DE LOS HECHOS

Oiltrans, empresa dedicada a la exploración y explotación de hidrocarburos, tiene en


concesión el transporte de petróleo crudo a través del Oleoducto Trans Amazónico (en
adelante, el Oleoducto), el cual se extiende por 1000 km desde el departamento de Amazonas
hasta Piura, atravesando en su trayecto el río Puteri (Amazonas).

A orillas del río Puteri se ubica la comunidad indígena Masapari (en adelante, comunidad
Masapari), comunidad que tradicionalmente tiene como principales actividades económicas
la pesca, la agricultura y la caza. Asimismo, en los últimos años, gracias a la belleza
paisajística de su territorio, comunidad Masapari ha incursionado en el ecoturismo,
convirtiéndose en su principal fuente de sustento económico toda vez que los foráneos se
sienten atraídos por el encanto de la Amazonía, sus paisajes y especies.

La zona más cercana entre el territorio de la comunidad Masapari y el Oleoducto es


Pichilingüe, que tradicionalmente ha sido utilizada como zona de caza por los miembros de la
comunidad Masapari, actividad que junto a la pesca representa la principal fuente de alimento
para la misma. Asimismo, la zona del río Puteri que es atravesada por el Oleoducto se
caracteriza por ser uno de los últimos lugares de la Amazonía en donde se han avistado
delfines rosados.

Debido a la interrelación con su ambiente, la comunidad Masapari tiene la costumbre ancestral


de elaborar sosteniblemente aceite de delfín rosado para su uso en actos rituales,
atribuyéndole a su vez propiedades medicinales. Lamentablemente, esta especie y las
costumbres de Masapari se encuentran amenazadas, puesto que a inicios de 2019 se la
incluyó en la lista roja de especies en peligro de extinción de la Unión Internacional para la
Conservación de la Naturaleza (UICN).

1
Puntos 2 y 3 de las consideraciones preliminares del marco fáctico.
El 15 de diciembre de 2019, el líder de la comunidad Masapari comunicó a Oiltrans sobre un
derrame de petróleo, y a su vez, ante la necesidad de un actuar rápido para disminuir el
impacto negativo en el medio ambiente, formuló su respectiva denuncia en la página web del
Servicio de Información Nacional de Denuncias Ambientales. Por otro lado, el 24 de diciembre
de 2019, nueve días después del aviso del líder de la comunidad Masapari, Oiltrans decide
comunicar al OEFA sobre el derrame de petróleo crudo.

En atención a esta denuncia y a la primera comunicación realizada por el líder de la comunidad


Masapari, el OEFA realizó una supervisión especial del 26 al 29 de diciembre. En base a ello,
la Dirección de Supervisión del OEFA emitió un Informe de Supervisión, en el cual se constató
la ocurrencia de un derrame de petróleo crudo originado en el km 459 del Oleoducto, y se
señaló que Oiltrans, habría incumplido las obligaciones contenidas en su estudio de impacto
ambiental (en adelante, EIA).

Es la magnitud de estos incumplimientos y las consecuencias negativas en sus derechos


económicos, sociales, culturales y ambientales, así como en el ecosistema con sus distintas
especies de flora y fauna, lo que motiva la participación de la comunidad Masapari en el
presente procedimiento a título de tercero administrado con legítimo interés, de conformidad
con el buen derecho que le asiste y con el propósito de coadyuvar a la determinación de las
responsabilidades y medidas pertinentes para una tutela efectiva de sus derechos colectivos.

II. SOBRE LA PROCEDENCIA Y LA INCORPORACIÓN DEL TERCERO


ADMINISTRADO
1. De la actividad administrativa de fiscalización

El Texto Único Ordenado de la Ley N° 27444, Ley del Procedimiento Administrativo General
(en adelante, TUO de la LPAG), aprobado mediante Decreto Supremo N° 004-2019-JUS,
establece en su artículo 239 que la actividad de fiscalización constituye el conjunto de “actos
y diligencias de investigación, supervisión, control o inspección sobre el cumplimiento de las
obligaciones”, que se derivan “de una norma legal o reglamentaria (…) bajo un enfoque de
cumplimiento normativo, de prevención de riesgo, de gestión del riesgo y tutela de los bienes
jurídicos protegidos”. Lo anterior permite colegir que entre las finalidades del procedimiento
de fiscalización se encuentra la constatación de incumplimientos a las obligaciones
ambientales fiscalizables (entre las cuales se encuentran las obligaciones establecidas en los
instrumentos de gestión ambiental), y la presencia de riesgos a los bienes jurídicos protegidos.

Asimismo, entre los derechos de los administrados fiscalizados, de conformidad con el artículo
242 del TUO de la LPAG, se encuentra el presentar documentos, pruebas o argumentos
adicionales con posterioridad a la recepción del acta de fiscalización (o el documento que
haga sus veces). De tal forma, vemos que al administrado, en el marco de la actividad
administrativa de fiscalización, le asiste el derecho de defender la licitud de sus actividades y
la correspondiente falta de mérito para la determinación de responsabilidades administrativas,
además de los contenidos en el principio del debido procedimiento regulado en el artículo
IV(1.2) del TUO de la LPAG. En tal sentido, corresponde analizar la incorporación de la
comunidad Masapari como tercero administrado y el alcance de los derechos que le asiste.

2. De la incorporación de la comunidad Masapari al procedimiento en calidad


de tercero administrado

El TUO de la LPAG establece en su artículo 62 que se considera administrado respecto de


algún procedimiento administrativo concreto a “aquellos que, sin haber iniciado el
procedimiento, posean derechos o intereses legítimos que puedan resultar afectados
por la decisión a adoptarse”. Asimismo, el precitado instrumento normativo, en su artículo
71, señala que, de advertirse la existencia de terceros administrados no comparecientes
cuyos derechos o intereses legítimos puedan resultar afectados por la resolución que vaya a
emitirse, la tramitación del procedimiento debe ser comunicado a los mismos, pudiendo
apersonarse “en cualquier estado del procedimiento, teniendo los mismos derechos y
obligaciones de los participantes en él”.

En el presente caso advertimos que el procedimiento seguido tiene mérito en la verificación


de incumplimientos y la determinación de responsabilidades con base al derrame de petróleo
acontecido en el km 459 del Oleoducto, cuyo impacto se verifica en las afectaciones al
territorio, flora y fauna de la zona del Oleoducto y las circundantes 2. De esta manera, se
configura una afectación al derecho a un ambiente adecuado y equilibrado cuya titularidad es
de toda la ciudadanía en general, por lo cual, en principio, es tercero con interés legítimo toda
persona natural o jurídica.

Sin perjuicio de lo anterior, se verifica que Masapari es tercero administrado en el


procedimiento de fiscalización en curso, toda vez que la resolución respecto a los
incumplimientos bajo evaluación afectará los derechos al territorio, medio ambiente sano y
equilibrado, a la salud, entre otros; así como los intereses legítimos de la preservación de sus
prácticas sociales y económicas ancestrales que se vieron afectadas por el derrame de
petróleo en el km 459 del Oleoducto bajo titularidad de Oiltrans3.

En consecuencia, de conformidad con los artículos precitados, y el principio del debido


procedimiento regulado en artículo IV(1.2) del TUO de la LPAG, la comunidad Masapari goza

2
Punto 13 del Informe de Supervisión.
3
Puntos 23, 24 y 25 del Informe de Supervisión.
de todos los derechos y garantías implícitos al debido procedimiento, los cuales comprenden,
entre otros, la exposición de argumentos, la presentación de alegatos complementarios, el
ofrecimiento y la producción de pruebas, la solicitud del uso de la palabra, y el obtener una
decisión motivada y fundada en derecho. Por lo anteriormente esbozado, se verifica el mérito
para la incorporación de la comunidad Masapari como tercero administrado con legítimo
interés, a fin de coadyuvar a la determinación de incumplimientos susceptibles de determinar
responsabilidades administrativas, de medidas cautelares y correctivas apropiadas, y al
seguimiento del cumplimiento de las mismas.

3. Del rol de Tribunal de Fiscalización Ambiental


El TUO de la LPAG establece en su artículo 249 que “el ejercicio de la potestad sancionadora
corresponde a las autoridades administrativas a quienes le hayan sido expresamente
atribuidas por disposición legal o reglamentaria (…)”. Al respecto, el Reglamento Interno del
Tribunal de Fiscalización Ambiental (en adelante, Reglamento TFA), aprobado mediante
Resolución del Consejo Directivo N° 020-2019-OEFA-CD, establece en su artículo 2(2) que el
Tribunal de Fiscalización Ambiental (en adelante, TFA) vela por el cumplimiento del principio
de legalidad y debido procedimiento, así como por la correcta aplicación de los demás
principios jurídicos que orientan el ejercicio de la potestad sancionadora de la Administración
Pública.

Así, para efectos del presente escrito, el TFA será considerado como la autoridad decisora,
quien evaluará el mérito para la imposición de una sanción tomando como base, entre otros,
a las consideraciones del presente escrito —presentado en el marco del procedimiento de
fiscalización seguido ante el presunto incumplimiento de las obligaciones ambientales
fiscalizables de Oiltrans— y a los alegatos que serán expuestos en la audiencia oral
correspondiente.

III. ANALISIS DE LOS INCUMPLIMIENTOS DETERMINADOS EN EL INFORME DE


SUPERVISIÓN

De conformidad con los incumplimientos señalados en el Informe de Supervisión del OEFA,


emitido posteriormente a la realización de diligencias in situ en el marco de una supervisión
especial acontecida del 26 al 29 de diciembre de 2019, procedemos a fundamentar cada uno
de los incumplimientos y a sentar nuestra posición.

1. Incumplimiento 1: sobre las obligaciones de mantenimiento e inspección y el


daño real a la salud humana.
De conformidad con el Informe de Supervisión del OEFA, Oiltrans incurrió en responsabilidad
ambiental al incumplir sus obligaciones de mantenimiento e inspección del Oleoducto
generando daño real en la salud humana.

1.1. Respecto a la obligación de Oiltrans de realizar el mantenimiento físico y la


inspección del Oleoducto:

Oiltrans no ha realizado un continuo y adecuado mantenimiento e inspección de la parte del


Oleoducto afectado, incumpliendo las obligaciones contenidas en su EIA, aun cuando era de
su conocimiento que la zona del derrame era considerada como zona de mayor riesgo4. En
tal sentido, el Reglamento para la Protección Ambiental en las Actividades de Hidrocarburos
(en adelante, RPAAH), aprobado mediante Decreto Supremo N° 039-2014-EM, establece en
su artículo 51(c) lo siguiente:

“(...) c) Las instalaciones o equipos, tales como ductos, tanques, unidades de proceso,
instrumentos, separadores, equipos de bombeo, válvulas de control
(automáticas/manuales), válvulas de seguridad, medidores de flujo, entre otros, deberán
ser sometidos a programas regulares de mantenimiento, a fin de minimizar riesgos de
accidentes, fugas, incendios y derrames.”
contrato con la empresa mantenoli
De conformidad con este artículo, Oiltrans debió realizar un mantenimiento regular a todo el
Oleoducto; no obstante, si bien contrató a la empresa Mantenoil para que realice las acciones
de mantenimiento e inspección del mismo, el contrato solo contemplaba 2 de las 5 actividades
que Oiltrans estaba obligada a realizar según su EIA5: i) realizar el mantenimiento de válvulas
de líneas y cruces aéreos; y, ii) transmitir a través del Oleoducto raspatubos con escobilla
metálica y de magnetos cada dos meses y de escobillad de poliuretano de disco o cepas
continuamente. De este modo, las 3 actividades restantes no fueron cubiertas por una
empresa especializada en mantenimiento de oleoductos: i) realizar inspecciones topográficas
y batimétricas en el cruce de los ríos del Oleoducto; ii) realizar inspecciones internas de la
tubería con raspatubos electrónicos del Oleoducto, consistentes en inspecciones de corrosión
y pérdida de espesor con raspatubos electromagnéticos, así como inspección geométrica; y
iii) realizar inspecciones y monitoreo periódico de la integridad externa del Oleoducto.

Bajo dicho contexto, el Informe de Supervisión recogió los siguientes defectos externos que
presentaba la tubería afectada6: picaduras, abolladuras, fugas, deformaciones y pliegues. La
cantidad de desperfectos, las evidencias recogidas y el poco tiempo desde el término del

4
Punto 15 del Informe de Supervisión
5
Punto 8 del Informe de Supervisión
6
Punto 15 del Informe de Supervisión
contrato con Mantenoil, nos permiten concluir la falta de idoneidad en las actividades
realizadas para el mantenimiento del Oleoducto, e incluso, que los precitados desperfectos
no se produjeron con solo un mes de no realizarse el mantenimiento, sino que implica
necesariamente la falta de un idóneo y debido mantenimiento de meses anteriores.
no esperar al llamado del lider de la comunidad
Asimismo, recalcamos que las labores de mantenimiento en zonas consideradas de alto
riesgo son imprescindibles e impostergables; por lo tanto, Oiltrans debió ejecutar los
compromisos previstos en su EIA y no esperar el llamado del líder de la comunidad Masapari,
más aún cuando era de conocimiento de la empresa que el riesgo o vulnerabilidad del ducto
se había intensificado desde el mes de noviembre cuando el contrato con la empresa
especializada Mantenoil había culminado. En consecuencia, se acredita el incumplimiento de
las obligaciones previstas en el artículo 51 del RPAAH y en el EIA de Oiltrans.

Asimismo, en base a los hechos explicados líneas arriba, y de conformidad con el artículo 154
del RPAAH, se precisa que:

“El operador deberá evitar en lo posible se vean afectadas las comunidades nativas y
campesinas, para ello se incluirán en los Estudios de Impacto Ambiental respectivos, las
medidas necesarias para prevenir, minimizar o eliminar los impactos negativos
sociales, culturales, económicos y de salud”.

Por lo tanto, Oiltrans tenía conocimiento de los riesgos e impactos que acarrea el no
mantenimiento continuo del Oleoducto pues ello lo vuelve susceptible a la corrosión y a
eventuales derrames de petróleo; en consecuencia, se acredita que también se incumplió en
el artículo 154 del RPAAH.

1.2. Respecto a la relación directa del derrame de petróleo y el daño real a la salud
humana.

Ponemos en relieve la estrecha relación entre el medio ambiente y la salud humana; tal como
lo establece el artículo 2 de la Ley N° 28611, Ley General del Ambiente (en adelante, LGA):

“Entiéndase, para los efectos de la presente Ley, que toda mención hecha al ambiente o
a sus componentes comprende a los elementos físicos, químicos y biológicos de origen
natural o antropogénico que, en forma individual o asociada, conforman el medio en el que
se desarrolla la vida, siendo los factores que aseguran la salud individual y colectiva de
las personas y la conservación de los recursos naturales, la diversidad biológica y el
patrimonio cultural asociado a ellos, entre otros”.

En tal sentido, los daños medio ambientales que sufren los ecosistemas afectarán con la
misma intensidad a las comunidades nativas u originarias; siendo que los efectos de la
degradación ambiental impactan directamente en las actividades —y, por tanto, en la salud—
de los miembros de la comunidad.

En esa línea, dicha Ley prevé en su artículo 74 que los titulares de las operaciones son
“responsables por las emisiones, efluentes, descargas y demás impactos negativos que se
generen sobre el ambiente, la salud y los recursos naturales, como consecuencia de sus
actividades”; siendo que, “esta responsabilidad incluye los riesgos y daños ambientales
que se generen por acción u omisión”.

Reforzando esta obligación, el Tribunal de Fiscalización Ambiental, en reiterada jurisprudencia


—como en la resolución N°117-2018-OEFA/TFA y la resolución N° 026-2016-OEFA/TFA-
SEE—, ha interpretado lo siguiente:

“(...)en su dimensión como conjunto de obligaciones, la preservación de un ambiente sano


y equilibrado impone a los particulares la obligación de adoptar medidas tendientes a
prevenir, evitar o reparar los daños que sus actividades productivas causen o puedan
causar al ambiente. Tales medidas se encuentran contempladas en el marco jurídico que
regula la protección del ambiente y en los respectivos instrumentos de gestión ambiental
(…)”

En ese sentido, sostenemos que los incumplimientos de las actividades de mantenimiento


transgreden la obligación de prevención del daño ambiental en la fuente generadora prevista
en el artículo 75(1) de la LGA; por tanto, Oiltrans incumplió con las obligaciones de
mantenimiento e inspección establecidas en su EIA y ocasionó un daño real a la salud
humana, por lo cual existe el mérito para determinar la responsabilidad administrativa y la
correspondiente imposición de una sanción.

2. Incumplimiento 2: sobre la falta de adopción de acciones inmediatas para


controlar y minimizar los impactos negativos del derrame de petróleo,
ocasionando daño real y potencial al territorio, flora y fauna

El Informe de Supervisión señaló que Oiltrans “no habría adoptado acciones para controlar y
minimizar los impactos negativos del derrame de petróleo ocurrido el 26 de diciembre de 2019
en el km 549 del Oleoducto, de acuerdo a su Plan de Contingencia”, lo cual ocasionó daño
real y potencial al territorio, flora y fauna (incluida una especie en peligro de extinción)7.

En esta línea, el RPAAH, en su artículo 66 establece que, en caso de siniestros o emergencias


con consecuencias negativas al ambiente que se generen por la realización de actividades de

7
Punto 13 del Informe de Supervisión.
hidrocarburos, el titular debe tomar medidas inmediatas para controlar y mitigar sus impactos,
de acuerdo a su Plan de Contingencia.

Asimismo, el Reglamento de Supervisión, aprobado mediante Resolución de Consejo


Directivo N° 006-2019-OEFA-CD, establece en su artículo 20(4) como incumplimientos
trascendentes: i) los daños a la vida o la salud de las personas; ii) los daños al ecosistema,
biodiversidad, la flora o fauna; iii) los riesgos significativos o moderados; o, iv) los
incumplimientos de una obligación de carácter formal u otra, que cause daño o perjuicio”.

De esta forma, el incumplimiento de Oiltrans, constituido por la falta de acciones para controlar
y minimizar los impactos negativos del derrame de petróleo, se condice con los supuestos
para calificar a un incumplimiento como trascendente.

Asimismo, el Plan de Contingencia frente a derrames de Oiltrans establece que “se realizarán
acciones de limpieza, para lo cual debe contratar a empresas con personal debidamente
capacitado con las medidas de seguridad adecuadas de acuerdo con la normatividad técnica
vigente al momento de los eventos”8; no obstante, desde el 30 de octubre, fecha en que
culminó el contrato con Mantenoil, Oiltrans ha estado emprendiendo las acciones de limpieza
solo con personal propio, inclusive durante el estado de contingencia. En consecuencia,
Oiltrans contravino su obligación de contratar una empresa con personal capacitado para las
acciones de limpieza frente a contingencias, máxime si hablamos de eventos de especial
gravedad y riesgo como un derrame de petróleo que cubre grandes kilómetros de territorio.

Ahora bien, asumiendo que las acciones del personal de Oiltrans fuesen igualmente idóneas,
lo que de ninguna forma niega el punto anterior referido a que no se contrató a una empresa
con personal debidamente capacitado, notamos que, si bien Oiltrans activó su plan de
contingencia el día siguiente de la recepción de la carta del líder de la comunidad notificando
el derrame de petróleo, no tomó acciones inmediatas y conducentes para el control y
mitigación de los impactos del derrame de petróleo acontecido.

2.1. Respecto al derrame de petróleo en el km 459 del Oleoducto.

El 15 de diciembre de 2019, el líder de la comunidad Masapari encontró indicios de un derrame


de petróleo, procediendo a comunicárselo a Oiltrans. Pese a ello, Oiltrans comunicó al OEFA
sobre la ocurrencia de una incidencia ambiental recién el día 24 de diciembre del 2019, nueve
días después de la comunicación del líder de la comunidad Masapari. Asimismo, del día 26
al 29 de diciembre, el personal del OEFA, con motivo del reporte de Oiltrans y de la denuncia

8
Punto 9 del Informe de Supervisión.
efectuada por el líder de la comunidad Masapari el día 19 de diciembre, efectúo una
supervisión especial donde constató que el derrame de petróleo crudo cubrió grandes áreas
de terreno y provocó la pérdida de vegetación y la alteración del hábitat de la fauna silvestre.
Por último, se tiene conocimiento que Oiltrans continúa realizando las acciones de limpieza9.

Ahora bien, el incumplimiento comprende la falta de acciones inmediatas para controlar y


minimizar los impactos negativos del derrame de petróleo; por lo cual, nos referiremos a
ambos elementos:

a. Falta de acciones inmediatas para controlar los impactos negativos: al respecto,


apreciamos que once días después de la comunicación del líder de la comunidad Masapari,
todavía había petróleo derramado en una amplia extensión de terreno, siendo las acciones de
Oiltrans poco efectivas para controlar esta contingencia. Asimismo, si bien se tiene
conocimiento de que Oiltrans activó el plan de contingencia el día siguiente y no el mismo día
en que recibió la carta del líder de la comunidad Masapari, esto no implica que se hayan
tomado acciones inmediatas dentro de ese plan de contingencia ya activado. Esto se puede
comprobar en el hecho de que, en la fecha de supervisión (once días después), el OEFA
constató que el petróleo se estaba filtrando por una parte de la tubería, entre otros defectos
externos como picaduras, abolladuras, fugas, deformaciones y pliegues; además de
invasiones (sustracción de elementos o materiales) y la subsistencia de condiciones inseguras
o peligrosas como puntas de lanzas alrededor de la tubería. En otras palabras, las condiciones
que originaron el derrame continuaban once días después de la comunicación del líder de la
comunidad Masapari y diez días después a la activación de su Plan de Contingencia.

b. Falta de acciones inmediatas para minimizar los impactos negativos: el derrame de


petróleo crudo se originó en el km 459 del Oleoducto, en la zona de Pichilingüe. Si bien el
Oleoducto cruza el río Puteri, el derrame se originó en una zona distinta al del río mencionado;
no obstante, observamos que el derrame se extendió hasta este río 10, afectando incluso el
cauce que sirve de sustento a la comunidad Masapari. Resulta sumamente clarificador la
magnitud de este incumplimiento al tomar conocimiento de que el derrame comprende un área
total de 40000 m²11.

Sin perjuicio de lo anterior, vemos que las medidas efectuadas por Oiltrans no fueron
eficientes ni oportunas. Hasta el cierre del Informe de Supervisión, Oiltrans viene realizando
acciones de limpieza del derrame de petróleo que se originó en el km 459 del Oleoducto,

9
Punto 29 del Informe de Supervisión.
10
Punto 6 del Informe de Supervisión.
11
Punto 18 del Informe de Supervisión.
representando una tardanza en la limpieza que da como resultado la afectación a la flora,
fauna y a los territorios de las comunidades aledañas.

2.2. Respecto a la inmediatez exigida y la responsabilidad administrativa.

La inmediatez es una exigencia inescindible a las medidas para controlar y minimizar los
impactos al ambiente, lo que se evalúa tomando nota de las particularidades de la
contingencia a abordar, así como del contexto. Tal como se establece en el art. 66 del RPAAH:

“El titular deberá tomar medidas inmediatas para controlar y minimizar sus impactos (…)
las áreas que resulten contaminadas o afectadas por siniestros o emergencias en las
actividades de hidrocarburos, deberán ser descontaminadas o de ser el caso rehabilitadas
en el menor plazo posible, teniendo en cuenta la magnitud de la contaminación, el daño
ambiental y el riesgo de mantener esa situación”.

En el presente caso, observamos que el Oleoducto atraviesa el río Puteri, que sirve de
sustento a la comunidad Masapari, y que, junto a las zonas aledañas al río y al Oleoducto,
constituyen el hábitat de distintas especies de flora y fauna, incluyendo al delfín rosado,
especie en peligro de extinción catalogada como tal por la UICN. En consecuencia, tomando
conocimiento de la especial fragilidad del ambiente e implicancias socioambientales, le era
exigible a Oiltrans la implementación de medidas de control y mitigación sin demora alguna,
tan pronto como se tomase conocimiento del incidente. Pese a ello, Oiltrans activó su Plan de
Contingencia un día después de la comunicación del líder de la comunidad Masapari, dando
un amplio margen de tiempo al petróleo para extenderse por kilómetros, e informó sobre este
incidente recién nueve días después de haber tomado este conocimiento12. En adición a ello,
las medidas no garantizaron la protección del medio ambiente, toda vez que el petróleo llegó
hasta el río Puteri ocasionando las consecuencias ya mencionadas.

En conclusión, las acciones de Oiltrans no pueden ser consideradas como medidas


inmediatas para controlar y minimizar los impactos negativos sobre el ambiente debido a que
no todas lograron detener la extensión del petróleo ni controlar los factores que ocasionaron
el derrame del mismo. Por estas consideraciones, existe responsabilidad ambiental derivada
del incumplimiento del artículo 66 del RPAAH.

3. Incumplimiento 3: sobre el incumplimiento de lo establecido en su EIA, respecto


a impactar negativamente en la comunidad Masapari, afectando sus costumbres
y bienestar socioeconómico.

12
Punto 18 del Informe de Supervisión.
La empresa Oiltrans, de acuerdo con lo estipulado en el punto 4.2 del EIA del Oleoducto, se
comprometió a no incidir negativamente en las costumbres y estilo de vida de las comunidades
nativas. Sin embargo, esta obligación fue incumplida, lo cual se ve reflejado en las
afectaciones sufridas por los integrantes de la comunidad Masapari.

En ese sentido, para evaluar la responsabilidad de Oiltrans, recurriremos a estándares


nacionales e internacionales en materia de derechos humanos, pues conforme se encuentra
estipulado en el artículo V del Título Preliminar de la Ley N° 24777, Ley del Procedimiento
Administrativo General, los tratados y convenios internacionales que formen parte del
ordenamiento jurídico nacional, son fuentes del procedimiento administrativo. En el mismo
sentido, la Cuarta Disposición Final y Transitoria de la Constitución Política del Perú, señala
que los derechos reconocidos en ella, deben ser interpretados en concordancia con los
tratados internacionales que el Estado peruano haya firmado y ratificado.

En principio, enfatizamos la calidad de grupo en situación de vulnerabilidad de la comunidad


Masapari, pues histórica y estructuralmente, las comunidades indígenas han sufrido un
menoscabo en el goce y ejercicio de sus derechos, lo cual se ve actualmente agravado en el
marco de actividades extractivas, especialmente en sus derechos económicos, sociales,
culturales y ambientales (CIDH, 2015). Por ello, las comunidades indígenas requieren una
protección especial por parte del Estado.

3.1. Respecto a las afectaciones sociales y económicas

Con ocasión de la supervisión especial efectuada, se encontró más de un centenar de peces


muertos a las orillas del río Puteri con claros signos de contaminación por petróleo crudo. En
el mismo sentido, los cultivos de la comunidad Masapari se vieron seriamente afectados, al
presentar claros signos contaminación por petróleo crudo; por otro lado, la contaminación del
agua del río ha imposibilitado el riego de los cultivos.

Lo previamente señalado constituye además una afectación en la alimentación de la


comunidad, puesto que la pesca y la agricultura forman parte de las principales fuentes de
alimentos de esta; por ejemplo, los precios de los productos agrícolas se incrementaron a raíz
de la escasez. Asimismo, en el caso de los peces, estos no han podido ser consumidos por
los miembros de la comunidad Masapari por presentar una coloración oscura y viscosa en su
interior13, lo que claramente es un indicio de contaminación derivado del derrame de petróleo.

13
Punto 24 del Informe de Supervisión.
En ese sentido, el derecho a la salud de los integrantes de la comunidad Masapari se ha visto
afectado, pues conforme se ha señalado en la Observación General N° 14, el derecho a la
salud, entre otras cuestiones, abarca el acceso a agua limpia y a condiciones sanitarias de
alimentación adecuadas (Comité DESC, 2000).

A su vez, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (en adelante, Corte IDH) en el caso
Yakye Axa vs. Paraguay, ha señalado que el acceso a agua limpia y alimentos está vinculado
con el derecho a la salud, así como con el desarrollo de una vida digna y con el presupuesto
necesario para el ejercicio de otros derechos.

En la misma línea, en la sentencia recaída en el expediente N.° 2945-2003-AArTC, ha


señalado que el derecho a la vida tiene una doble dimensión: negativa y positiva. La dimensión
negativa implica el derecho a no ser privado de vivir, ya sea por un tercero o por el Estado;
mientras que, la dimensión positiva implica la obligación del Estado de tomar acciones que
aseguren a las personas poder acceder a condiciones de vida digna (Tribunal Constitucional,
2003).

Asimismo, la vulneración de los derechos antes señalados, tiene una especial incidencia en
los niños, niñas y adolescentes (en adelante, NNA), estos últimos gozan de un marco
normativo internacional de obligatorio cumplimiento para los Estados parte, entre ellos el
Estado peruano basado en la Convención de Derechos del Niño. Asimismo, existen
instrumentos complementarios que profundizan los derechos del niño, niña y adolescente,
tales como la Declaración Universal de los Derechos del Niño, y Observaciones Generales
emitidas por el Comité de Derechos del Niño.

En ese sentido, el Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas, en su
Observación General N° 14, desarrolla el interés superior de los NNA considerándolo como
un principio rector que debe ser apreciado por los Estados al momento de tomar decisiones
en las que se encuentren involucrados NNA, buscando no afectarlos y procurando siempre su
bienestar.

En virtud de lo expuesto, se ha vulnerado el derecho a la salud y a la vida de los integrantes


de la comunidad Masapari; ello tomando en consideración la privación de agua limpia
producto del derrame y los cultivos y peces, su principal fuente de alimentación, los que
producto del derrame se han visto contaminados.

Además de ello, estas afectaciones tienen una especial incidencia en los NNA, que además
conforme se señala en el caso han rechazado otro tipo de alimentos, claramente por la falta
de costumbre. En ese sentido, a pesar de que Oiltrans brindó latas de atún para la
alimentación de los miembros de la comunidad Masapari, no consideró las costumbres de la
comunidad, especialmente de los NNA, que se rehúsan a consumir estos alimentos extraños
para ellos.

Finalmente, este derrame ha traído como consecuencia la imposibilidad de la comunidad


Masapari de poder continuar con las actividades de ecoturismo, que representa su principal
fuente de ingresos. En ese sentido, es conveniente señalar el incumplimiento de los Principios
sobre Empresas y Derechos Humanos de las Naciones Unidas, en virtud de los cuales, las
empresas tienen la obligación de no incidir negativamente en las comunidades locales. Cabe
resaltar que, el rol del Estado es complementario, puesto que en virtud de dichos principios
tiene la obligación de proteger a dichas comunidades de los efectos adversos.

3.2. Respecto a la afectación cultural a la comunidad Masapari.

El delfín rosado, especie en peligro de extinción, tiene una importancia fundamental en la


cosmovisión de la comunidad Masapari, dicha cosmovisión implica la elaboración de aceite
de delfín rosado como costumbre ancestral, el cual es utilizado en actos rituales anuales.

Después de producido el derrame de petróleo crudo, se encontraron tres delfines rosados


muertos, lo cual además de tener una grave incidencia en la supervivencia de esta especie
en peligro de extinción, tuvo como consecuencia la afectación de las costumbres de la
comunidad Masapari, pues no se han vuelto a avistar delfines rosados hasta la fecha14, los
cuales son esenciales para el desarrollo de sus actividades culturales.

En el caso del pueblo indígena Kichwa de Sarayaku vs. Ecuador, estableció que, en aquellos
casos donde las comunidades indígenas se hayan visto privadas de poder celebrar
actividades o ceremonias propias de su cultura, se produce una violación del derecho a la
identidad cultural, en tanto son manifestaciones culturales y espirituales propias de las
comunidades, que además forman parte de su identidad étnica y cultural (Corte IDH, 2012).

En ese sentido, ha quedado constatada la afectación del derecho a la identidad cultural de la


comunidad Masapari, al haberse visto privada de la celebración de una ceremonia ancestral
que forma parte de su cultura, a causa del derrame de petróleo acontecido en el km 459 del
Oleoducto, por la negligente actividad extractiva desarrollada por la empresa Oiltrans.

En virtud de las mencionadas vulneraciones sociales, económicas, culturales y ambientales a


la comunidad Masapari, la empresa Oiltrans es responsable por haber incumplido el punto 4.2
de su EIA, incidiendo negativamente en el desarrollo de sus costumbres. En ese sentido, es
una obligación del Estado, mediante sus operadores jurídicos, investigar, determinar

14
Punto 25 del Informe de Supervisión.
responsabilidades y sancionar estos hechos, conforme se señala en el artículo 1.1 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos.

4. Incumplimiento 4: sobre la inadecuada disposición y almacenamiento de


residuos sólidos peligrosos en recipientes inadecuados y en un área
ambientalmente inadecuada.

En conformidad con el Informe de Supervisión del OEFA, Oiltrans incurrió en responsabilidad


ambiental al incumplir la normativa relativa a la adecuada disposición y almacenamiento de
residuos sólidos peligrosos. Se detectaron bolsas de polietileno conteniendo restos de
vegetación impregnada con hidrocarburos dispuestas directamente sobre la tierra en un área
ambientalmente inadecuada.

4.1. Respecto a la inadecuada disposición de los residuos sólidos peligrosos

Como bien se establece en el artículo 55 de la Ley de Gestión Integral de Residuos Sólidos


(en adelante, LGIRS), aprobado mediante Decreto Legislativo N° 1278, “el generador,
operador y cualquier persona que intervenga en el manejo de residuos no comprendidos en
el ámbito de la gestión municipal, es responsable por su manejo seguro, sanitario y
ambientalmente adecuado (…)”. De acuerdo con ello, Oiltrans, como empresa generadora
del residuo peligroso implicado en el derrame, tenía la responsabilidad de disponer los
residuos sólidos en recipientes adecuados y sobre un área que cumpla con los estándares
mínimos de seguridad.

No obstante, utilizó bolsas de polietileno como recipiente para el petróleo crudo derramado,
lo cual demuestra una clara negligencia en su actuar; puesto que, este material, al encontrarse
en la intemperie y en una zona donde la comunidad Masapari realiza tradicionalmente sus
actividades de caza, queda expuesto a ser manipulado o atravesado por las flechas de los
integrantes de la comunidad, significando un riesgo inminente a su salud y seguridad.

En virtud de lo indicado, Oiltrans ha contravenido la obligación establecida en el artículo 55(b)


de la LGIRS, consistente en “contar con contenedores apropiados para el acopio y
almacenamiento adecuado de los residuos”, los cuales debían estar “en condiciones tales que
eviten la contaminación del lugar o la exposición de su personal o terceros, a riesgos
relacionados con su salud y seguridad”. En este sentido, conforme lo señala Pebsworth
(como se citó en Colegio Americano de Toxicología, 2007), las bolsas de polietileno resultan
inadecuadas como recipientes para el petróleo crudo al no ser resistentes a las cortaduras y,
por tanto, exponer a terceros a riesgos relacionados con la salud y seguridad.
4.2. Respecto al inadecuado almacenamiento de los residuos sólidos peligrosos

Continuando con el Informe de Supervisión15, Oiltrans dispuso estas bolsas directamente


sobre la tierra y en un área no techada, lo cual, en caso de una eventual manipulación o corte
por flechas, podría ocasionar que los hidrocarburos se viertan directamente sobre el mismo
suelo. Cabe señalar que los residuos peligrosos se hallaron en una zona cercana al río Puteri,
caracterizada por su belleza paisajística y su riqueza natural, incrementando así el perjuicio
ambiental que el inadecuado almacenamiento de los residuos peligrosos podría ocasionar al
no acondicionar el ambiente a efectos de prevenir filtraciones.

En función a lo anterior, Oiltrans ha contravenido lo estipulado en el artículo 36 de la LGIRS,


el cual señala lo siguiente:

“el almacenamiento de residuos municipales y no municipales se realiza en forma


segregada, en espacios exclusivos para este fin, considerando su naturaleza física
química y biológica, así como las características de peligrosidad, incompatibilidad con otros
residuos y las reacciones que puedan ocurrir con el material de recipiente que lo contenga,
con la finalidad de evitar riesgos a la salud y al ambiente.”

De acuerdo con el análisis de este artículo, el espacio donde Oiltrans almacenó las bolsas de
polietileno no había sido adaptado para este fin, pues las bolsas solo fueron dispuestas en un
lugar inmediato a la zona del derrame. Asimismo, tomando en consideración que habían
pasado diez días desde que Oiltrans activó su Plan de Contingencia (16 de diciembre), estos
residuos peligrosos, en el marco de un actuar diligente, debieron haber sido ya trasladados al
almacenamiento central; por lo tanto, debieron contar ya con un techo que los cubra de los
cambios meteorológicos, entre otros requisitos que la norma dispone.

Tal como lo señala el artículo 54 del Reglamento de la LGIRS, aprobado mediante Decreto
Supremo N° 014-2017-MINAM, “el almacenamiento de los residuos peligrosos debe realizarse
en un área cercada” que “disponga de un área acondicionada y techada ubicada a una
distancia determinada teniendo en cuenta el nivel de peligrosidad del residuo (…)”. Por lo
tanto, era exigible para Oiltrans que el almacén de las bolsas de polietileno contenidas con
los residuos peligrosos se encuentre cercado (evitando que terceros puedan acceder a los
residuos), techado (evitando incidencias meteorológicas) y dispuesto en algún material que
separe las bolsas de polietileno del contacto directo con la tierra (previniendo el derrame por
posibles rupturas de las mismas).

15
Punto 28 del Informe de Supervisión
En consecuencia, reafirmamos que Oiltrans incurrió en responsabilidad ambiental al incumplir
la normativa relativa a la adecuada disposición y almacenamiento de residuos peligrosos;
siendo que, las acciones señaladas en el Informe de Supervisión del OEFA constituyen una
infracción muy grave y grave, respectivamente, que ha de ser considerado para la
determinación de la sanción correspondiente.

Finalmente, frente a los cuatro incumplimientos mencionados, es importante destacar que


Oiltrans, en su calidad de administrado, es responsable objetivamente por el incumplimiento
de las obligaciones derivadas de los instrumentos de gestión ambiental, en conformidad con
el artículo 18 de la Ley N° 29325, Ley del Sistema Nacional de Evaluación y Fiscalización
Ambiental (en adelante, Ley del SINEFA).

IV. FUNDAMENTOS PARA LAS SANCIONES ADMINISTRATIVAS Y MEDIDAS


ADMINISTRATIVAS

1. Fundamentos para la aplicabilidad de una sanción

La LGA, estipula en el artículo 136 que, las personas naturales y jurídicas que transgredan lo
establecido en dicha norma y en las disposiciones complementarias y reglamentarias en
materia ambiental, serán merecedoras de sanciones o medidas correctivas, en función de la
gravedad de la infracción cometida. Así, el Reglamento de la Ley N°27466, Ley del Sistema
Nacional de Evaluación de Impacto Ambiental, aprobado mediante Decreto Supremo N° 019-
2019-MINAM, establece en su artículo 55 que “(...) La Certificación Ambiental obliga al titular
a cumplir con todas las obligaciones (…) señalados en el Estudio de Impacto Ambiental. Su
incumplimiento está sujeto a sanciones administrativas (...)”, por lo cual el demostrado
incumplimiento de las obligaciones contenidas en el EIA es merecedora de sanción.

Por otro lado, la Ley del SINEFA establece en su artículo 11(1) que la función fiscalizadora y
sancionadora comprende la facultad de investigar la comisión de posibles infracciones
administrativas sancionables y la de imponer sanciones por el incumplimiento de obligaciones
y compromisos que sean “derivados de los instrumentos de fiscalización ambiental, de las
normas ambientales, compromisos ambientales de contratos de concesión [como el caso
concreto], y de los mandatos o disposiciones emitidas por el OEFA”; adicionalmente
comprende la facultad de “dictar medidas cautelares y correctivas”.

En ese sentido, teniendo en cuenta que el artículo 17(c) de la precitada Ley establece que
“constituyen sanciones administrativas(…) el incumplimiento de los compromisos ambientales
asumidos en contratos de concesión”; y habiéndose expuesto a lo largo del presente escrito,
argumentos fácticos y jurídicos que demuestran los diversos incumplimientos en los que ha
incurrido la empresa Oiltrans respecto de sus obligaciones contenidas en su EIA, esta
representación hace constar la existencia de mérito y justificación suficiente para la imposición
de las sanciones respectivas.

2. Fundamentos para la aplicación de medidas preventivas

El Reglamento de Supervisión, en su artículo 27, establece que las medidas preventivas son
disposiciones que imponen a un administrado “una obligación de hacer o no hacer, destinada
a evitar un inminente peligro o alto riesgo de producirse un daño grave al ambiente, los
recursos naturales y la salud de las personas”, así como “mitigar las causas que generan la
degradación o daño ambiental”. Probados los múltiples desperfectos en el Oleoducto y la
subsistencia del daño sobre el ambiente a causa del derrame de petróleo originado en el km
459 del Oleoducto, es posible considerar el riesgo de que acontezcan derrames de petróleo
posteriores y la expansión del daño ya generado.

En consecuencia, resulta necesario implementar medidas destinadas a evitar el ato riesgo de


producirse un daño grave al ambiente, y a prevenir daños acumulativos de mayor gravedad.
De conformidad con el precitado artículo, entre las medidas a considerar se encuentran la
paralización temporal, parcial o total, del Oleoducto bajo fiscalización, y la implementación de
áreas de contención en las zonas del derrame de petróleo.

3. Fundamentos para la aplicación de medidas cautelares:

El Reglamento del Procedimiento Administrativo Sancionador del Organismo de Evaluación y


Fiscalización Ambiental (en adelante, Reglamento del PAS), aprobado mediante Resolución de
Consejo Directivo N° 027-2017-OEFA-CD, establece en su artículo 15(1) que las medidas
cautelares están destinadas a imponer al administrado una orden para prevenir un daño
irreparable al ambiente, ante la detección de la comisión de una presunta infracción. En esta
línea, antes o durante del Procedimiento Administrativo Sancionador (PAS) correspondiente, la
autoridad ha de estimar la procedencia de una medida cautelar consistente en ejecutar
inmediatamente las acciones de rehabilitación ambiental en las zonas afectadas, así como
la reparación del Oleoducto, toda vez que se cumplen los requisitos para su procedencia,
contenidos en el artículo 15(3) del precitado Reglamento, conforme detallaremos a continuación:

a) Verosimilitud de la existencia de una infracción administrativa: a decir de Cassagne (2016), la


verosimilitud “está circunscrita al terreno de lo probable”; así, se requiere establecer la
probabilidad de que la infracción imputada existe. Teniendo un Informe de Supervisión que
declara la responsabilidad administrativa por los incumplimientos, vemos este requisito
satisfecho.
b) Peligro en la demora: consiste en que la duración del proceso pueda tener consecuencias
negativas en un bien jurídico que se pretende tutelar en el procedimiento. Así, de apreciarse un
riesgo de daño sobre el bien jurídico de un ambiente sano y equilibrado, la consecuencia sería
la adopción de medidas conducentes a su tutela. En el presente caso, existe el permanente
riesgo de expansión del derrame de petróleo y posteriores derrames a causa de los desperfectos,
por lo cual esperar la resolución final puede agravar la lesión al bien jurídico precitado.

c) Razonabilidad de la medida: consiste en que la finalidad pretendida con la medida cautelar


sea proporcional a los medios empleados. Así, observamos que se pretende tutelar un bien
jurídico colectivo como el derecho a un medio ambiente sano y equilibrado, entre otros derechos
económicos, sociales, culturales y ambientales, por lo cual la medida cautelar es proporcional.

4. Fundamentos para la aplicación de medidas correctivas:

El Reglamento del PAS, en su artículo 18, establece que las medidas correctivas son
disposiciones que ha de contener la Resolución Final de PAS, a través del cual ha de imponerse
al administrado una orden para revertir o disminuir en lo posible los efectos nocivos de la
conducta infractora sobre el ambiente y la salud de las personas. Por tanto, no es suficiente la
imposición de una sanción, pues los perjuicios subsistirían, haciendo necesaria el dictado de
medidas correctivas, las cuales pueden consistir en la determinación del cese temporal de la
operación del Oleoducto, la actualización del IGA, capacitaciones al personal en torno a la
imperiosidad de tomar acciones inmediatas para evitar daños a los derechos de los pueblos
indígenas y sobre el ambiente, entre otros.

POR LO TANTO

 Quedan justificadas la responsabilidad de Oiltrans, el mérito para la imposición de


sanciones y demás medidas administrativas en los procedimientos correspondientes.
 Solicitamos el uso de la palabra para los efectos del presente procedimiento.

FUENTES CONSULTADAS

LEGISLACIÓN

 Convención sobre Derechos de Niño


 Declaración Universal de Derechos del Niño y Observaciones Generales del Comité de
Derechos del Niño
 Ley de Gestión Integral de Residuos Sólidos, aprobada mediante Decreto Legislativo N°
1278
 Ley del Procedimiento Administrativo General, aprobada mediante Ley N° 24777,
 Ley del Sistema Nacional de Evaluación y Fiscalización Ambiental, aprobada mediante
Ley N° 29325
 Ley General del Ambiente, aprobada mediante Ley N° 28611,
 Reglamento de la Ley N°27466, Ley del Sistema Nacional de Evaluación de Impacto
Ambiental, aprobado mediante Decreto Supremo N° 019-2019-MINAM
 Reglamento de Supervisión, aprobado mediante Resolución de Consejo Directivo N°
006-2019-OEFA-CD
 Reglamento del Procedimiento Administrativo Sancionador del Organismo de
Evaluación y Fiscalización Ambiental, aprobado mediante Resolución de Consejo
Directivo N° 027-2017-OEFA-CD
 Reglamento del Procedimiento Administrativo Sancionador del Organismo de
Evaluación y Fiscalización Ambiental, aprobado mediante Resolución de Consejo
Directivo N° 027-2017-OEFA-CD
 Reglamento Interno del Tribunal de Fiscalización Ambiental (en adelante, Reglamento
TFA), aprobado mediante Resolución del Consejo Directivo N° 020-2019-OEFA-CD
 Reglamento para la Protección Ambiental en las Actividades de Hidrocarburos,
aprobado mediante Decreto Supremo N° 039-2014-EM
 Texto Único Ordenado de la Ley N° 27444, Ley del Procedimiento Administrativo
General, aprobado mediante Decreto Supremo N° 004-2019-JUS

JURISPRUDENCIA

 Corte Interamericana de Derechos Humanos. Caso del pueblo indígena Kichwa de


Sarayaku vs. Ecuador
 Sentencia del Tribunal Constitucional del Perú recaída en el Expediente N° 2945-2003-
AA/TC
 Resolución N°117-2018-OEFA/TFA
 Resolución N° 026-2016-OEFA/TFA-SEE

DOCTRINA:

 Cassagne, R. (2017). Las medidas cautelares contra la administración. Cassagne


Abogados
 Colegio Americano de Toxicología (2007). Informe final sobre la evaluación de la
seguridad del polietileno. Revista Internacional de Toxicología, (26).
file:///C:/Users/PROPIETARIO/Desktop/COMPETENCIA%20AMBIENTAL/Polietileno.pdf

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