Tercera edición en español

traducida de la
Cuarta edición en inglés

Psicología:
La ciencia de la mente
y la conducta
3a. edición
Por Richard Gross

Traducción:
Psic. Gloria Padilla Sierra
UNAM
Psic. Mario Einar Padilla Benítez
UNAM
y
Psic. Susana Margarita Olivares Bari
UNAM

Editora responsable:
Psic. Ma. Magdalena Ramos Tejeda
Editorial El Manual Moderno

~ manual moderno~
Edltarl•l El manu•l moderno, S.A. de c.v. Edltort•l El m1nual ~ ~ L...ldlo
Av. Sonota208 • 201 Col. Hipódromo, C.P. 06100 Mbla:l, D.F. C&rrera 12-APW:I. ~ Sc¡¡a;a. :C
 Nos interesa su opinión, comuníquese con nosotros:

Ed~orial El Manual Moderno, S.A. de C.V.,

Av. Sonora núm. 206, Col. Hipódromo,
Deleg. Cuauhtémoc, 06100 México, D.F.

(52-55)52-65-11-62

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Título original de la obra:

Psychology
The Science of Mind and Behaviour, 4th edition
"This work was first published in the English language by Hodder and Stoughton Limi:ei-
Copyright © 2001 Richard Gross
ISBN O 340 79061 X
Psicología: La ciencia de la mente y la conducta, 3a. edición
D.R. © 2004 por Editorial El Manual Moderno, S.A. de C.V,
ISBN 970-729-101-X

Miembro de la Cámara Nacional

de la Industria Editorial Mexicana, Reg. núm. 39

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Editorial El Manual Moderno, S.A. de C.V.

Gross, Richard D.
Psicología : la ciencia de la mente y la conducta 1 por ¡
Direcror editorial:
Richard D. Gross ; tr. Gloria Padilla Sierra, Mario Einar 1
1 Dr. Jorge Aldrete Velasco
Padilla Benítez y Susana Margarita Olivares Bari. - 3a ed.
Esrilo editorial:
-- México : Editorial El Manual Moderno, 2004.
\{anuel Berna! Pérez
xx, 1082 p. : il. ; 26 cm.
Traducción de: Psychology : the science of mind and beb-.-::··..:: 1 Diseño ~- forrnacion de páginas:
Incluye índice
ISBN 970-729-101-X
! Rocío Pérez Morales
Índice:

l. Psicología. l. Padilla Sierra, Gloria, rr. 11. Padilla

Benítez, Mario Einar.
IV. t.
' 150 GRO.p. 2004
III. Olivares Bari, Susana :\fargarita. rr.
Biblioteca ~aciana! de ~léxico
l Cecilia Llanos Monsalvo
Realización y digitalización de imágenes:
r Rafael A. Parada Ramos
Creación de dibujos:
Genaro Mata Hemández
Diseño de porrada:
Biol. Arturo Delgado Fuentes
Introducción y perspectiva general
¿Qué es conciencia?
¿Sólo los humanos están"conscientes"?
Capítulo 7
Otras definiciones
Conciencia, excitación y estado de alerta Estados de conciencia
Alerta tónica y ritmos corporales
Alerta fásica
Conciencia y atención
Atención focal
Conciencia y actividad cerebral
¿Cómo podría el cerebro generar conciencia?
Funciones de la conciencia: ¿para qué sirve?
Dos tipos de conciencia
Conciencia y electroencefalograma (EEG)
Sueño
Sueño yritmo circadiano
El reloj interno o biológico
Efectos de la alteración del reloj biológico
Fisiología del sueño
Variedades de sueño yde ritmo ultradiano
Sueño ysoñar
Movimientos oculares rápidos ysueños
Efectos de la privación de sueño
¿Qué evidencia existe acerca del rebote MOR?
Teorías del sueño
Teoría de la restauración
Teoría evolutiva Introducción y perspectiva general
Niveles de Hobson
Soñar

A
proximadamente durante los primeros 30 años de su vida como
Teorías del soñar
disciplina independiente, y con William James y Wilhelm Wundt
Reorganización de las estructuras mentales
como pioneros, la psicología tomó a la experiencia humana cons-
Modelo activación-síntesis (Hobson, McCarley,
ciente como su objeto de estudio y,como se vio en el capítulo 1, introspec-
1977;McCarley, 1983}
ción -la observación de la propia mente- fue el principal método para
Resumen del capítulo
investigarla.
Direcciones en Internet
Este interés en la conciencia no es de sorprender dado cuán funda-
mental es para todo lo que hacemos (Rubín, McNeill, 1983).

11 3
114 • Psicología: La ciencia de la mente y la conducta
Aún así, es justo la subjetividad de la experiencia lo
que llevó a Watson a rechazar la introspección en fa-
vor de un enfoque realmente científico (es decir, ob-
jetivo) para el estudio de la psicología, denominado
conductismo. Escribiendo desde la perspectiva de la
moderna neurociencia, Greenfield ( 1998) afirmó que:
"Cualquier explicación científica de la conciencia debe
ser objetiva y estar apegada a las propiedades físi-
cas del cerebro pero al mismo tiempo debe, sin duda,
tomar en consideración de alguna manera su rela-
ción con el aspecto 'subjetivo. Ésta es la razón por la
cual la conciencia ha sido calificada como anatema
entre los científicos, pues la entera esencia de la cien-
cia es la objetividad. Y, aún así, debe tratarse con un
fenómeno que resulta ser subjetivo [ ... ]"
No obstante, como parte de la "revolución cognitiva"
en el decenio de 1950-59, "la mente" una vez más fue
un objetivo aceptable de la investigación psicológica.
A modo de reflejo del interés actual en la conciencia
por parte de los neurocientíficos, filósofos y psicólo-
gos, una de las preguntas que se plantean aquí es: ¿de
qué manera el cerebro genera conciencia?
Existe una cantidad considerable de investigación
sobre el sueño como un estado de conciencia desde el
decenio de 1950-59, mucha de la cual intentaba en-
contrar correlaciones entre las medidas objetivas de
la actividad fisiológica y la experiencia subjetiva, en
particular el soñar (la experiencia onírica). Cada vez
más el dormir se considera más en relación con los
ritmos corporales, cuya alteración debido al estilo
de vida moderno es vista como un riesgo para la sa-
lud. De acuerdo con Hobson (1995), sobre el ritmo
del sueño y de la actividad"[ ... ] el primordial dormir
y despertar[ ... ]", representa una de las características
de la vida básicas y universales. De modo que el estu-
dio del sueño es de interés tanto para biólogos como
para psicólogos.
¿QUÉ ES CONCIENCIA?
¿SÓI:-0 LOS HUMANOS
ESTAN "CONSCIENTES"?
Pregúntese
• ¿En qué sentido podrían ser descritos como conscien-
tes los animales?
(Capítulo 7)
Si estar consciente implica tener sensaciones de
dolor, frío, hambre, miedo y así por el estilo, la mayo-
ría de las especies pueden ser calificadas dentro de
este rango (véase capítulo 48). Quizá sensitivo sea un
término más adecuado que "consciente".
Si por consciente uno está pensando en tener
conciencia de sí mismo, entonces los humanos qui-
zá sean únicos (con la posible excepción de algunos
primates superiores; véanse los capítulos 19 y 33).
De acuerdo con Singer (1998), el autoconocimiento
(por lo general utilizado como sinónimo de "con-
ciencia de sí mismo") es la experiencia de la propia
individualidad, la capacidad de percibirse a sí mismo
como un individuo autónomo con sentimientos sub-
jetivos. Es considerada como "[ ... ] el resultado de
las interacciones sociales y, por tanto, de la evolu-
ción cultural". Lo anterior sugiere que es exclusiva-
mente humana.
Singer también afirmó que cuando se habla de
conciencia, en general se hace referencia al hecho
de que percibimos y recordamos las cosas de una
manera que nos hace posible informar lo percibido y
recordar su contenido, o convertirlo en obj~to de deli-
beración intencionada. Dado el papel crucial del len-
guaje en este proceso, y puesto que el lenguaje es
considerado por muchos investigadores como exclu-
sivo de los humanos (no obstante, vea el capítulo 19),
el resto de este capítulo se enfocará en la conciencia
como una característica de los seres humanos.
OTRAS DEFINICIONES
• Cuando se está despierto, se está consciente, pero
cuando se está dormido, en estado de coma o se ha
perdido el conocimiento por un golpe en la cabeza,
se está inconsciente. El término "inconsciente" con
frecuencia se reserva para los dos últimos ejemplos
(véase más adelante).
• Cuando se hace algo de manera consciente, se hace
deliberadamente o a sabiendas, pero realizar algo
inconscientemente significa hacerlo de modo au-
tomático o sin tener que pensar en ello (p. ej., un
conductor o mecanógrafo experimentado; véase el
capítulo 13).
• Las campañas de salud pública (como las que pro-
mueven el sexo seguro) tienen la intención de in-
crementar la conciencia pública o conocimiento
acerca de los peligros de ciertos tipos de conductas
(véanse los capítulos 12 y 24).
Freud consideraba la conciencia como un todo que
comprendía tres niveles:
• El consciente, que se refiere a aquello que se sabe
completamente en cualquier momento dado.

• El preconsciente, que se refiere a aquello de lo cual
se puede saber de modo fácil si se dirige la atención
a ello.
• El inconsciente, que se refiere a lo que ha sido arro- ticular con el ritmo circadiano (véase posteriormen-
jado de la mente consciente, a través de la repre-
sión, haciéndolo extremadamente inaccesible;
aunque continúa ejerciendo una influencia sobre los
pensamientos, sentimientos y conducta (véanse los
capítulos 2 y 42).
La mayoría de los psicólogos estarían de acuerdo en • manecerá completamente alerta cuando esté des-
que los pensamientos, sentimientos, recuerdos, etc.,
difieren en el grado de accesibilidad y demás. Sin
<!mbargo, la mayoría no aceptaría la formulación de
Freud acerca del inconsciente (véase el capítulo 42).
Rubin y McNeill (1983) definen la conciencia
.:omo "nuestro saber subjetivo acerca de nuestras ac-
ciones y el mundo a nuestro alrededor". De modo que
la conciencia apunta hacia el interior, hacia los pensa-
mientos, sentimientos, actos, etc., y hacia el exterior,
hacia eventos externos, ambientales (inclusive otras per-
sonas). Esto refleja la orientación "mentalista" de Wundt
y James, y de otros psicólogos pioneros, así como de
los psicólogos cognoscitivistas desde mediados del
decenio de 1950-59 y la orientación conductista de
Watson (y de Sk.inner), respectivamente.
CONCIENCIA, EXCITACIÓN
Y ESTADO DE ALERTA
Con frecuencia, las medidas fisiológicas objetivas,
como los electroencefalogramas (EEG), electromio-
gramas (EMG) y electrooculogramas (EOG) (véase
el capítulo 4), las frecuencias respiratoria y cardiaca
y otros correlatos de la conciencia se describen como
medidas del nivel de excitación o estado de alerta.
Tanto de manera subjetiva, como en la conducta abier-
ta, existe una diferencia obvia entre estar adorme-
cido y estar completamente despierto, en términos del
grado de excitación o alerta. Menos obvios son los
cambios menores que suceden durante la vigilia nor-
mal y que son de dos clases -tónicos y fásicos-
mediados por diferentes sistemas cerebrales (Lloyd
et al., 1984).
ALERTA TÓNICA
Los cambios en la alerta tónica reflejan cambios in-
trínsecos (y en general bastante lentos) del nivel bási-
Estados de conciencia y ritmos corporales • 115
co de excitación, a través de un periodo de 24 horas
(o aun a través de toda la vida) y así se relacionan de
manera cercana con varios ritmos biológicos, en par-
te). Originalmente se pensó que el Sistema reticular
activador (SRA) era el único responsable de la excita-
ción y mantenimiento de la conCiencia (en el capítulo
4 el SRA se describió como un "interruptor de la con-
ciencia"). Por ejemplo, si se corta el tallo cerebral por
debajo del SRA, el animal estará paralizado pero per-
pierto, y mostrará patrones EEG normales sueño-
vigilia. Sin embargo, si se le corta arriba del SRA, el
Estudio clave 7-1
El estudio acerca del sistema reticular activador (SRA)
de los gatos de Moruzzi y Magoun (1949)
Moruzzi y Magoun encontraron que la estimulación del
SRA en gatos los despertaba y en los anestesiados pro-
ducía signos de excitación de larga duración en sus
EEG; en gatos no anestesiados , el efecto de la es-
timulación del SRA consistía en la producción de sig-
nos conductuales de excitación , conciencia y atención.
Según estos autores, el sueño se presenta cuando el
nivel de actividad del SRA cae por debajo de cierto ni·
vel crítico.
En el sueño, se reduce la información sensorial que
ingresa al SRA y la actividad eléctrica que corre del SRA
hacia la corteza desciende por debajo del nivel requeri-
do para mantenernos despiertos (Diagram Group, 1982).
animal caerá en un estado de sueño continuo de on-
das lentas (véase más adelante).
Ahora se sabe que otras estructuras encefálicas
(tanto en el tálamo como en el hipotálamo) se encuen-
tran implicadas en el ciclo sueño-vigilia y es necesa-
ria la coordinación de todos estos sistemas para iniciar
y mantener el estado de conciencia. Tanto durante la
vigilia como durante el sueño, existen cambios perió-
dicos, bastante fáciles de predecir, en el grado de alerta;
los cambios durante el día se gobiernan a través de un
ritmo diurno y el sueño (durante la noche) cambia
por un ritmo ultradiano.
ALERTA FÁSICA
Los cambios en alerta fásica abarcan variaciones cor-
tas y temporales en la excitación, durante un periodo
de segundos, que se inicia por eventos ambientales
 " • Psicología: La ciencia de la mente y la conducta
;10\·edosos e importantes. Un componente importante
de estos cambios es la respuesta de orientación ante
~;;.tímulos excitantes. Esto implica un aumento en
ia frecuencia cardiaca y respiratoria, dilatación de la
pupila. tensión de los músculos y cambios caracterís-
ticos en el EEG, el cual se vuelve desincronizado.
Si se presentan continuamente los estímulos, la
habituación reemplaza a la respuesta de orientación
y la persona o animal cesa de responder ante ellos
t capítulo 3 ). La habituación es, de hecho, una manera
de adaptación. Es más importante, desde un punto
de vista de supervivencia, responder a los estímulos
novedosos que a los constantes, y dado que la mayo-
ría de los estímulos son relativamente constantes, se
necesita ser capaz de atender de modo selectivo a aque-
llos que son diferentes, inesperados, o ambos. Son los
aspectos cambiantes del ambiente los que demandan,
y en general reciben, nuestra atención; y los sistemas
nerviosos de los animales y los seres humanos han
evolucionado hasta hacerlos especialmente respon-
dientes ante el cambio.
CONCIENCIA Y ATENCIÓN
Aunque es difícil describir la conciencia debido a que
es fundamental para todo lo que se hace (Rubín,
McNeill, 1983), una manera de intentar "inmovi-
lizarla" es estudiar a qué se presta atención, qué es lo
que está en la primera fila de la conciencia. Según
Allport (1980a), "atención es el nombre clave que el
psicólogo experimental le da a la conciencia".
ATENCIÓN FOCAL
La atención/conciencia focal es aquello a lo que se
está prestando atención deliberada en el momento
presente y que se encuentra en el centro de la con-
ciencia (que corresponde al consciente de Freud).
Todos Jos otros aspectos de nuestro ambiente, o nues-
tros propios pensamientos y sentimientos, que están
en la frontera de la conciencia, pero que fácilmente se
;-ued~n \O]Yer el objeto de nuestra atención focal, se
= ~. :·.: ;; :: tr.::.n en la atención/conciencia periférica (que
• • :-::-;; <~' r: C ~ al preconsciente de Freud).
P ~ = -=~m o;;. capaces de hacer muchas cosas de
- ..:.=:-:::. '=' ~ :.:.:-.: ;: inconsciente o automática (sin tener
.:.r. ~7:~~ ::: i~ .:Jue estarnos haciendo) y un buenejem-
:<: i:: :;-;.:.:- :;-;. i.:. ~'~ep.:-ión . Es difícil imaginar cómo
;..~-: .:. < ~-..; ·. : ::'~:n •...- .::on;.ciemes de cómo percibimos.
(Capítulo 7)
Apartado 7-1 Percepción como proceso auto-
mático: hacer lo que viene natu-
ralmente
Figura 7-1
Para seleccionar conscientemente una versión de la fi-
gura ambigua del pato/conejo que se muestra arriba se
debe saber ya sea que hay un pato y un conejo "en" el
dibujo o se deben haber percibido ya ambas versiones
(en cuyo caso, ¿cómo ocurrió la percepción original?). -
Es posible que usted haya tenido dificultad para percibir
el pato si su percepción inmediata fue de un conejo, aun-
que conscientemente haya "buscado", e intentado ver, la
versión alternativa. Esto ilustra la diferencia muy impor-
tante entre concepción y percepción: la mayor parte
del tiempo, la percepción es algo que "simplemente ha-
cemos" (véase el capítulo 15).
Por el contrario, algo que normalmente hacemos
de modo bastante automático, como bajar las escale-
ras , podría trastornarse si intentáramos centrar nues-
tra conciencia focal en ello (p. ej., pensar acerca de
cada paso a medida que lo damos; ¡no intente esto en
casa!). En general, tener la capacidad para hacer co-
sas en forma automática tiene sentido en cuanto a que
libera a la persona para atender a aquellos sucesos
ambientales que son desconocidos o que le amenazan
de algún modo. ¡Si uno tuviera que pensar sobre sus
movimientos corporales mientras camina, esto se aña-
diría a la larga lista de fuentes de estimulación que
compiten por la atención (véase el capítulo 13)!
Pero aún con capacidades que requieren atención
focal cuando se adquirieron primero (como manejar
o tocar el piano), una vez que se les ha dominado, se
vuelven automáticas. Como señalan Lloyd y sus co-
laboradores (1984 ), los procesos inconscientes pare-
cen ser "precipitados" de los primeros procesos
conscientes .
Nisbett y Wilson (1977) van más allá al afirmar
que todas las actividades psicológicas (incluyendo
conducta social) se gobiernan por procesos de los
cuales no se tiene conciencia. Si se le pregunta a las
personas qué es lo que piensan que gobernó su con-
ducta después de participar en un experimento de psi-

cología social, las respuestas que dan generalmente
no corresponden muy bien con las explicaciones que
los psicólogos ofrecen para la misma conducta (y que
ellos consideran que son las razones reales).
Nisbett y Wilson consideran que es ilusoria la
creencia de que puede explicarse la propia conducta
texplicaciones de "sentido común" o intuitivas) por-
que lo que en realidad guía la conducta no está dispo-
nible para la conciencia (compárese esto con la
distinción de Freud entre "nuestras razones" y "las
razones"; véase capítulo 42). No tenernos acceso di-
recto o "privilegiado" a nuestros procesos cognitivos
en sí, sólo a los productos o salidas de ellos. Joynson
'1974), Heather (1976) y otros psicólogos presentan
una perspectiva contraria, afirmando que las perso-
nas son psicólogos y que las explicaciones de sentido
común pueden ser tan válidas como las teóricas, cien-
tíficas (véase el capítulo 1).
Pregúntese ...
• ¿En este aspecto usted se inclina hacia la opinión de
Nisbett y Wilson o hacia la de Joynson y Heather?
• ¿Cómo podría elegir entre ellos?
CONCIENCIA
Y ACTIVIDAD CEREBRAL
Passingham, en la Oxford University, y sus colegas
del Institute of Neurology en Londres (1998, en
\lcCrone, 1999) llevaron a cabo un experimento de
~lpeteo con los dedos, que puede tener implicaciones
revolucionarias para la comprensión de lo que signi-
fica experimentar algo conscientemente.
Apartado 7-2 ¿El golpeteo con los dedos puede
ser la clave hacia la experiencia
consciente?
_os participantes colocaban su cabeza dentro de un apa-
<~to de rastreo cerebral y descansaban sus manos so-
:::re un teclado. Después, por ensayo y error, comenzaban
a eclear una secuencia desconocida de ocho golpes con
dedos. En la pantalla aparecía una señal cada vez
:: e oprimían la tecla correcta. Una vez que sabían la
secuencia correcta, su instrucción era seguir oprimiendo
: patrón de teclas hasta que se volviera un ritmo que
requería pensamiento. Después de una hora, sus de-
:lOS realizaban la compleja rutina casi por sí mismos, y los
Estados de conciencia y ritmos corporales • 117
participantes estaban apenas conscientes de lo que es-
taban haciendo.
En la fase de aprendizaje, mientras tenían que recordar
lo que acababan de descubrir y simultáneamente explora-
ban en búsqueda del siguiente paso, era evidente que to-
das las regiones del cerebro estaban muy activas. Éstas
incluían un rango de áreas cognitivas de alto nivel en el
prosencéfalo (p. ej., las que participan en la planificación y
memoria) así como otras áreas cerebrales inferiores que
regulan los movimientos (como los ganglios basales y el
cerebelo; véase el capítulo 4). Sin embargo, luego de minu-
tos después de "aprenderse" la secuencia, esta "andana-
da" de actividad comienza a desvanecerse. El trabajo de
mover los dedos se confinaba simplemente a un pequeño
conjunto de áreas motoras. Según McCrone (1999):
"Parece que, después de haber usado co~scientemente todo
el cerebro para establecer los movimientos individuales de los
dedos, sólo quedan Jos restos de la rutina. Ahora el cerebro
posee una plantilla o hábito que puede producir la misma con-
ducta como si pasara por_todos los circuitos de estar cons-
cientemente alerta".
McCrone considera que los resultados de Passingharn
y colaboradores no son especialmente sorprendentes.
Después de todo, se espera que el cerebro sea capaz
de "automatizar" las tareas motoras, corno escribir a
máquina o montar en bicicleta. Sin embargo, hace
referencia a otros estudios de irnagenología que han
mostrado que ocurre un proceso similar cuando uno
aprende tareas más cognitivas, como aparear verbos
con sustantivos (p. ej., "martillo" y "golpear"), apren-
der un juego por computadora y aprender un camino
a través de un laberinto dibujado. Lo que muestran
estos estudios es que:
"[ ... ] prestar atención focal, esforzada, hacia algo
pone en funcionamiento grandes regiones del cere-
bro. El cerebro no se comporta como un conjunto de
vías aisladas, cada una de las cuales hace su propia
tarea, sino como un sistema coherente." (McCrone,
1999)
Parece haber centros de planificación con propósitos
generales que entran en funcionamiento cada vez que
el cerebro se enfrenta con cualquier tipo de situación
mental novedosa o difícil, los cuales guían los cen-
tros más especializados de lenguaje y motores para
una salida apropiada de información. Una vez que el
cerebro ha encontrado una manera óptima de respon-
der hacia una cierta situación, el "andamiaje más am-
plio" desaparece con rapidez. Este no es un caso de
que la práctica haga un uso más eficiente de las vías
que estaban activas durante el aprendizaje conscien-
te, sino más bien que la respuesta se puede reducir a
sus aspectos más esenciales. Cuando Passingham y
118 • Psicología: La ciencia de la mente y la conducta
colaboradores pidieron a sus participantes que pres-
taran estrecha atención a sus ritmos de golpeteo con
los dedos (después que la tarea se había vuelto automá-
tica), de inmediato sus cortezas prefrontales se acti-
varon de nuevo. De igual manera, es muy significativo
que su desempeño real se haya vuelto más impreciso,
a medida que sus cerebros entraron de nuevo en un
modo exploratorio.
¿CÓMO PODRÍA EL CEREBRO
GENERAR CONCIENCIA?
Greenfield ( 1998) sugieren que es posible que la con-
ciencia tenga tres propiedades:
• ¿Dónde podría estar en el cerebro un "centro de la
conciencia"? Un problema recurrente en la neuro-
ciencia en general es la dificultad de "localización
de la función (véase el capítulo 4). Casi con toda
seguridad, la visión, memoria, movimiento y otras
funciones cerebro/mente no parecen estar relacio-
nadas de manera modular con regiones respectivas
particulares en el cerebro. Muchas regiones dife-
rentes desempeñan funciones paralelas, analizando
el mundo exterior de diversas maneras y reintegrán-
dolo en un todo unido. Es probable que esto también
sea cierto en el caso de la conciencia: puede ser
espacialmente múltiple, pero también temporalmente
unitaria (es decir, en general sólo se está consciente
de un estado a la vez). Esta perspectiva es consis-
tente con la investigación de Passingham y colabo-
radores que ya se analizó.
• Más que ser una cuestión de todo o nada (uno está
consciente o no lo está), un escenario más posible
es que la conciencia es más parecida a la luz de un
interruptor reductor que aumenta a medida que el
cerebro lo hace. Entre más completo es el cerebro,
mayor es la conciencia, con un continuo que va de
mínima a profunda. Esta perspectiva puede dar lu-
gar a la conciencia en los animales, la conciencia
de los niños, así como a las diferencias entre los
mismos individuos en ocasiones diferentes (p. ej .,
cambios en la conciencia inducidos por drogas -
véanse los capítulos 8 y 45- experiencias religio-
sas o escuchar música).
• Siempre estamos conscientes de algo; siempre hay
algún tipo de foco, epicentro o disparador.
Apartado 7-3 Epicentros y conectividad
neuronal
Los circuitos del cerebro cambian con el aprendizaje y el
desarrollo. Como se señaló en el capítulo 4, son las co-
(Capítulo 7)
nexiones entre neuronas, más que éstas en sí, las que
se establecen como resultado de la experiencia posnatal.
Esta plasticidad es especialmente notable en los seres
humanos y el cerebro conserva esta adaptabilidad y sen-
sibilidad hacia las experiencias vitales incluso en la
adultez (véase en el capítulo 4, pp. 67 y 68), la explica-
ción de Ramachandran para los miembros fantasma). La
experiencia cambia la conectividad de las neuronas se-
gún cuáles circuitos se estimulen más y, por ello, estén
más activos.
El epicentro es como una piedra que se arroja en un
estanque, causando ondas que se extienden sobre la
superficie del agua. La magnitud de estas "ondas"
neuronales afectará el grado de conciencia en algún
momento determinado. El epicentro que efisparará la con-
ciencia en cualquier momento determinado está me-
diado por un grupo de neuronas con conexiG>nes relati-
vamente du rade ras entre ellas. El núcleo activo de
neuronas genera las ondas en el cerebro que constitu-
yen la conciencia.
(De Greenfield, 1998).
¿Cómo podría suceder esto? Greenfield cita un expe-
rimento realizado por Libet en el que picaba la piel de
los participantes y registraba la actividad de amplias
zonas de la superficie cerebral por medio de EEG.
Había una enorme cantidad de actividad en la corteza
somatosensorial. pero los participantes no infor-
maban experiencia consciente de hormigueo o cual-
quier otra sensación. No sentían nada, aunque su ce-
rebro estaba registrando señales del tacto sobre la piel,
a través de la médula espinal. En el modelo de
Greentield. este componente inicial en la respuesta es
equivalente al "epicentro". Pero entonces, después de
aproximadamente 500 rnlseg., la actividad evocada
por el picoteo en la piel se extendía de la corteza
somatosensorial a un área más amplia del cerebro. Sólo
en esta etapa los participantes informaban sentir un
hormigueo.
Debido a que nunca se tiene la misma experien-
cia consciente en dos ocasiones separadas, el mismo
número de neuronas nunca será estimulado exacta-
mente al mismo grado o de la misma manera en más
de una ocasión. Por tanto, el modelo de Greenfield
necesita de un mecanismo neuronal que pueda influir
a un gran número de neuronas para que se activen de
manera simultánea y esta investigadora considera
que los neuromoduladores son los candidatos más
adecuados. En el capítulo 4 se vio que estas sustan-
cias químicas "preparan" (influyen o modulan) a las
neuronas para la estimulación de los neurotrans-
misores.
 Estados de conciencia y ritmos corporales • 11~

Órganos sensoriales Sistema motor

FUNCIONES DE LA CONCIENCIA:
¿PARA QUÉ SIRVE?

Como la percepción, muchos casos de solución de

problemas parecen implicar procesos que se encuen-
tran "fuera de la conciencia". Por ejemplo, las res-
puestas al parecer "surgen dentro de la cabeza" y no
se sabe cómo se llegó a ellas. Si lo que es importante
es la solución (por oposición a los procesos que abar-
can el llegar a ella), entonces la conciencia puede en-
tenderse como algo incidental al procesamiento de
información (lo cual es consistente con la perspectiva
Figura 7-2a. Cómo funciona un animal sin insight (de
de Nisbett y Wilson, véase antes). Sin embargo, mien- Humphrey, 1986).
tras que la percepción y otros procesos cognitivos y
conductuales básicos tal vez no requieran de la con-
ciencia, en general se encuentran, cuando menos,
acompañados de ésta. Al asumir que la mayoría de
las otras especies carecen de nuestro tipo de concien-
cia, entonces se puede inferir que evolucionó en los Órganos sensoriales Sistema motor
seres humanos con algún propósito.
La complejidad del sistema nervioso humano que
hace que la conciencia sea posible, proporcionó a
nuestros ancestros la flexibilidad de conducta que los
ayudó a sobrevivir. Sin embargo, es menos obvio si la
conciencia en sí misma fue adaptativa o simplemente
un efecto colateral o un subproducto de un sistema
nervioso complejo. Algunos psicólogos y biólogos
creen que la conciencia es un poderoso agente en el
control de la conducta y que ha evolucionado por de-
recho propio. De acuerdo con ello, los sistemas no
conscientes de solución de problemas se consideran
como los sirvientes de la conciencia (Ruch, 1984).
Figura 7-2b. Cómo la adición de un "ojo interno" afecta
al individuo (de Humphrey, 1986).
[ Apartado 7-4 Evolución del "ojo interno"

Humphrey (1986, 1993) afirma que si la conciencia (que

él denomina "ojo interno") tiene que responder ante algo,
debe ser a un reto biológico que los seres humanos aún
no han satisfecho, a saber, la necesidad humana de com-
prender, responder y manipular la conducta de otros se-
DOS TIPOS DE CONCIENCIA
res humanos:

"El primer uso de la conciencia humana fue -y es- permitir

que el ser humano comprenda qué se siente ser humano y,
por tanto, entenderse a si mismo y a otras personas desde
adentro.• (Humphrey, 1993)
Este ojo interno permitió que nuestros antepasados ele-
varan la vida social a un nuevo nivel, de modo que la
conciencia es esencial para la actividad social humana.
Somos psicólogos naturales en una forma que no pue-
den lograr las especies que carecen de conciencia (véa-
se Gross, 1995).
Según la teoría de "neodisociación" de la hipnosis
de Hilgard ( 1977) (véase Gross, 1999), es posible que
la conciencia que resuelve un problema sea distinta
de aquella que informa la solución: ninguna es "supe-
rior" o "inferior" a la otra, simplemente son diferen-
tes. Esto es consistente con el trabajo realizado con
pacientes con escisión hemisférica. Como ya se vio
en el capítulo 4, algunos psicólogos creen que los dos
hemisferios cerebrales se especializan (aunque com-
120 • Psicología: La ciencia de la mente y la conducta (Capítulo 7)

parten el potencial para muchas funciones y ambos

participan en la mayoría de las actividades psicológi-
cas), de modo que cada uno es dominante con respec-
to a funciones particulares.
Ornstein (1986) considera que estos dos modos
de operación representan dos variantes de concien-
cia. En la vida cotidiana normalmente sólo se alterna
entre Jos dos y, aunque pueden complementarse entre
sí, no es fácil que se sustituyan el uno al otro (como
cuando se trata de describir una escalera en espiral o
cómo se ata la cinta del zapato). ¿Existe alguna evi- T1empo ..
dencia que apoye estas afirmaciones?

Estudio clave 7- 2
Ritmos alfa y lateralización hemisférica
(Galin, Ornstein, 1972)

Galin y Ornste in (citados en Ornstein, 1986) registraron

cambios en los EEG de participantes cuando se les pre-
sentaban tareas ya fuera verbales o espaciales. En las
pri meras, los ritmos alfa (asociados co n el adulto des-
pierto co n los ojos cerrados) en el hemisferio derecho
se incrementaro n en relación con el izqu ierdo, mientras
que en las tareas espaciales, sucedía lo contrario. La
aparición de los ritmos alfa indica que el procesamiento
de información se "apaga" en el área del cereb ro implica-
da; así que, en tareas verbales, el procesamiento de in-
formación se apaga en el hemisferio derecho. Éste es el
lado del cerebro que no se utiliza (como si fuera para
reducir la interferencia entre los dos modos conflictivos
de operación de los dos hemisferios) .
De modo similar, las personas con daño en el hemisfe-
rio izquierdo tienen mayores problemas con la escritura
ejecutada de manera consciente, mientras que aquellas
con daño en el hemisferio derecho, tienen mayores difi-
cu ltades con la escritura más automática, como la firma.
Esto sugiere que el hemisferio izquierdo puede estar más
implicado en procesos altamente conscientes que requie-
ren de conducta intencional y de enfocar la ate nción; mien-
tras que el derecho puede estar más comprometido en las
acciones automáticas o inconscientes, y ser más sensible
al material fuera del foco consciente de atención.
CONCIENCIA Y
ELECTROENCEFALOGRAMA(EEG)
,
Figura 7-3. Diagrama esquemático del registro EEG (basa-
do en Gleitman, 1981).
La electroencefalografía (de manera literal, "es-
critura de la electricidad dentro de la cabeza") detecta
la salida de "ondas" eléctricas tenues, producto de los
cambios en las cargas eléctricas en diferentes partes
del encéfalo (en general, la actividad sincronizada de
grandes grupos de neuronas). Aunque existen patro-
nes característicos comunes a todos los individuos de
una edad o fase del desarrollo particular, la actividad
cerebral de cada individuo es tan única y distintiva
como sus huellas digitales.
El electroencefalograma (EEG) tiene cables, un
amplificador, plumas electromagnéticas y papel
revolvente en un cilindro. Una terminal de cada cable
se adhiere al cuero cabelludo (con ayuda de una jalea
especial) y la otra al amplificador, que puede registrar
impulsos de 100 microvoltios (1110 000 de voltio) o
menos y los aumenta un millón de veces. Los impul-
sos se registran en papel mediante plumas y aparecen
como filas de ondas oscilatorias.
Estas ondas varían en frecuencia y amplitud:

• La frecuencia se mide como el número de oscila-

Como se vio en el capítulo 4, uno de los principales
:nétodos (desde el decenio de 1930-39) para el estudio
-=~ l funcionamiento del encéfalo consiste en vigilar su
.:. ~:.:\ idad eléctrica. Exactamente la misma información
:: _:=..: ~ 'Jtilizarse para iluminar la conciencia, dado que
:-:: _: ::-:: ~ ~ i o n an parrones paniculares de actividad eléc-
-:- ~ ~ ~: :-. ~-:: .:-; :ndi.::es de ~xcitación y estado de alerta.
ciones por segundo -entre más oscilaciones, ma-
yor la frecuencia-. Una oscilación completa es un
ciclo y la frecuencia se expresa como ciclos por se-
gundo (cps) o Hertz (Hz).
• La amplitud se mide como la mitad de la altura
desde el pico al seno de una sola oscilación. La fre-
cuencia es la más importante de las dos medidas.

Apartado 7-5 Los cuatro tipos principales de
ondas cerebrales (medidas en
frecuencia)
----
• Delta (1 a 2 Hz). Estas se encuentran principalmente
en recién nacidos, adultos que duermen o adultos con
tumores cerebrales.
• Teta (3 a 7 Hz). Éstas se encuentran principalmente en
niños de 2 a 5 años de edad y en psicópatas (véase el
capítulo 46). Pueden evocarse mediante frustración.
• Alfa (8 a 12 Hz). Éstas se encuentran principalmente
en adultos que están despiertos, relajados y cuyos ojos
están cerrados. Se les puede registrar de manera más
confiable en la parte trasera del cuero cabelludo.
• Beta (13 Hz en adelante). Éstas se encuentran prin-
cipalmente en adultos que están despiertos y alertas,
cuyos ojos están abiertos y que pueden estar con-
centrados en una tarea u otra. A estas ondas cerebra-
les S\') les registra de manera más confiable en el frente
y parte media del cuero cabelludo y se relacionan con
actividad en la corteza sensorial y motora.
N éase el cuadro 7-2).
Los electroencefalogramas computarizados se han
utilizado de manera reciente para detectar potencia-
les evocados, cambios voltaicos diminutos inducidos
en el cerebro por estímulos visuales y auditivos bas-
tante específicos. Con frecuencia se utiliza el prome-
dio de un número de respuestas ante tipos similares
de estímulo (Potencial evocado promedio /PEP) para
aumentar el índice señal-ruido. Los PEP se utilizan
para estudiar a recién nacidos, algunos niños con pro-
blemas de aprendizaje, pacientes en estado de coma,
'ictimas de embolia, de tumor o de esclerosis múltiple.
Pero para algunos estados cerebrales, el rastreo cere-
bral (brain-scanning) ha remplazado ampliamente al
EEG (Diagram Group 1982; capítulo 4).
SUEÑO
SUEÑO V RITMO CIRCADIANO
Pregúntese ...
• Blakemore (1988) pregunta qué sucedería si se retira-
ran todas las señales externas de la naturaleza del tiem-
po (o zeitgebers), tanto naturales como manufacturadas
(relojes, tiempos de alimentación, día y noche). ¿Nues-
tros cuerpos tendrían aún su propia existencia rítmica?
Estados de conciencia y ritmos corporales • 121
ESTUDIO DE CASO 7-1
1
Siffre y el día de 25 horas
En 1972, Michel Siffre, un joven francés explorador de
cuevas, pasó siete meses bajo tierra sin ninguna señal
del tiempo del día. Tenía comida adecuada, agua, libros
y equipo de ejercicio, y su único contacto con el mundo
exterior era a través de un teléfono que permanememente
estaba supervisado por una persona. Estaba enlazado a
una computadora y a una cámara de vídeo mediante la
cual los científicos en la superficie podían vigilar sus fun-
ciones fisiológicas y estado mental. Organizó su vida en
un patrón bastante normal de periodos alternados de
actividad y sueño, su «día» se dividía mediante un pa-
trón normal de comidas. El hallazgo notable fue que eli-
gió vivir un día de 25 horas (no de 24). Por cada día real
que pasaba, se levantaba una hora más tarde -el reloj
de su cerebro caminaba un poco más lento.
(De Blakemore (1988)
Según Blakemore (1988):
"A pesar de todos los avances de la sociedad mo-
derna, no podemos darnos el lujo de ignorar los rit-
mos del cerebro animal dentro de nosotros, más de
lo que podemos descuidar nuestra necesidad de res-
pirar o comer. Sin los relojes biológicos dentro de
nuestros cerebros, nuestras vidas serían caóticas,
nuestras acciones desorganizadas. El cerebro tiene
internalizados los ritmos de la naturaleza, que pue-
den continuar su marcha durante meses sin ver el
Sol[ ... ]
La mayoría de los animales presenta un ritmo circa-
diano (del latín "circa dies", "aproximadamente un
día"), una periodicidad o alternancia rítmica de varias
funciones fisiológicas y de conducta, que se
sincronizan en un ciclo de 24 horas de luz y oscuri-
dad. Así, durante un periodo de 24 horas, existe un
ciclo de muchas funciones fisiológicas (p. ej., frecuen-
cia cardiaca, metabólica, respiratoria y temperatura
corporal, secreción hormonal, excreción urinaria, fun-
ción inmunológica, estado de alerta y demás), que tien-
den todas ellas a alcanzar valores máximos durante la
última parte de la tarde y la primera de la noche, y
valores mínimos en las primeras horas de la mañana.
(En el capítulo 12 se analiza la perturbación de los
ritmos circadianos como una fuente de estrés.)
El reloj interno o biológico
Las ratas, como los humanos, tienen un ritmo inhe-
rente de cerca de 25 horas, que dicta su ciclo de sueño
y vigilia si se les coloca en la oscuridad. Este reloj
122 • Psicología: La ciencia de la mente y la conducta
interno es tan confiable y regular como la mayoría de
los manufacturados --el ritmo se desvía por no más
de unos cuantos minutos durante muchos meses-.
Así que ¿cómo se reajusta el reloj interno (biológico)
cada día al ciclo del mundo real? y ¿dónde se encuen-
tra el reloj?
Se piensa que en un pequeño conjunto de neuronas,
el núcleo supraquiasmático (NSQ), situado en el
hipotálamo. Por ejemplo, el daño al NSQ en las ratas
produce desaparición completa del ritmo circadiano-
los periodos de sueño-vigilia, alimentación y bebida,
secreción hormonal, y demás, se vuelven completamen-
te aleatorios durante el curso del periodo de 24 horas-.
Aunque la mayoría de lo que se conoce acerca del NSQ
se basa en experimentos con animales mediante el uso
de ablación (capítulo 4) y aunque no se pueden hacer
registros electrofisiológicos directos del cerebro huma-
no, los estudios anatómicos muestran que los seres hu-
manos tienen un NSQ (Empson, 1993). La función del
NSQ es sincronizar todas las funciones corporales go-
bernadas por el ritmo circadiano.
El NSQ se sitúa directamente por encima del
quisma óptico (la unión de los dos nervios ópticos en
vía al cerebro; véase capítulo 5). Un pequeño haz de
fibras nerviosas delgadas sale del nervio principal y
penetra en el hipotálamo, arriba, formando conexiones
sinápticas con células del NSQ. Esta vía anatómi-
camente insignificante es el lazo entre el mundo exte-
rior y el propio reloj del encéfalo (Blakemore, 1988).
Así, la retina se proyecta de manera directa al NSQ, lo
que asegura que el ciclo sueño-vigilia se sintonice con
el ritmo de noche y día. Si se corta esta conexión con la
retina, el ciclo se vuelve "desorganizado".
Efectos de la alteración del reloj biológico
Así que, cuando menos en los humanos adultos, parece
ser que el ritmo circadiano no depende de manera prin-
cipal de señales externas, aunque es sorprendente-
mente fácil ganarle a los relojes biológicos a través de
medios externos como los despertadores.
Pregúntese ...
• ¿Cuál es una noche promedio de sueño para usted?
• ¿Esto es suficiente para lo que usted necesita en realidad?
Según Melton (2000), los científicos advierten
que las personas ignoran ritmos corporales naturales
en su propio perjuicio:
"Luchar contra nuestras tendencias naturales de sue-
ño[ ... ] puede perjudicar nuestra salud, iniciando una
(Capítulo 7)
cadena de enfermedades[ ... ] Dejar de desvelarse y
de levantarse tarde los fines de semana a favor de
una rutina diaria estricta y de un horario regular para
irse a la cama podría ser tan importante para nues-
tra salud como dejar de fumar o abstenerse de gra-
sas saturadas".
Entonces ¿cuánto sueño necesitamos?
Según Maas ( 1998), estamos mal preparados biológi-
camente para funcionar con un mínimo de sueño: los
esquemas genéricos prehistóricos de sueño no han
evolucionado con suficiente rapidez como para lle-
varle el paso a la vida en el siglo XX. Es más proba-
ble que los seres humanos necesiten un promedio de
1O horas de sueño por noche que las cuatro horas que
Margaret Tatcher presumía que le eran suficientes. En
el laboratorio de sueño, las personas cuyo promedio
de sueño durante una noche es de ocho horas, y que
sostienen que están completamente alertas durante el
día, y que después obtienen una hora adicional de
sueño en la noche, descubren que sus niveles de pro-
ductividad aumentan en 25%.
Maas también afirma que cada uno de nosotros
tiene una cuenta bancaria personal de sueño. Uno ne-
cesita suficiente sueño en la cuenta para tener la capa-
cidad de funcionar de manera apropiada durante el
día. Esto significa cuando menos ocho horas para la
mayoría de la gente, a fin de pagar la deuda de sueño
en la que se incurrió con las 16 horas de alerta conti-
nua. De manera similar, Dement (2000), uno de los
¿Qué pasó con los descansos para comer? Esta sociedad
hambrienta de trabajo demanda que las personas coman
en sus puestos de trabajo.

;»oneros de la investigación sobre sueño y fundador
Jel primer centro de trastornos de sueño en el mundo
,-éase más adelante), propone una norma general: la
:nayoría de las personas requieren aproximadamente
ma hora de sueño por cada dos de vigilia.
Maas, Williams (1998), Folkard (en Melton,
.:000) y otros investigadores afirman que estamos vi-
\iendo en una sociedad privada de sueño. Por ejem-
;tlo, Maas señala que en los últimos 20 años la gente
na añadido aproximadamente 158 horas a sus tiem-
?OS anuales de trabajo y transporte -igual a un mes
;ompleto en horas de trabajo-. Las madres jóvenes
.:on hijos han añadido una sorprendente cantidad de
2-H horas de trabajo desde el decenio de 1960-69 (véa-
;e el capítulo 38). Los británicos trabajan más horas
.7fUe en cualquier otro país de Europa y duermen hora
~- media menos todas las noches en comparación con
;os abuelos. El ritmo de vida se vuelve cada día más
:ápido y difícil, y las tensiones y presiones del trabajo
están conduciendo a un mayor número de horas labo-
:-:lles y a la perturbación del sueño.
¿Cómo produce la privación de sueño
efectos negativos sobre la salud?
Dement (2000) considera que la mayoría de las per-
s.onas lleva sobre los hombros una pesada "deuda
Je sueño", un déficit de sueño acumulado a lo largo de
Jías, semanas y meses. Esta deuda es peligrosa y po-
::rncialmente letal. Los ejemplos son aquellos conduc-
:ores que se duermen en el volante, los pilotos que
están demasiado soñolientos como para aterrizar los
l\iones de manera segura y los cirujanos que come-
le~~ errores en los procedimientos quirúrgicos porque
están exhaustos. Tanto el desastre del Exxon Valdez
.:omo el del transbordador espacial Challenger se atri-
:uyeron a error humano causado por privación extre-
:na de sueño. Dement también vincula la presión
;.anguínea elevada, los infartos y los eventos vasculares
.:erebrales a la apnea de sueño, un defecto crónico
o111t! impide dormir bien debido a problemas respira-
:..mos durante el sueño.
Moldofsky (en Melton, 2000) ha observado cam-
~os notables en el sistema inmunológico entre la
·.igilia y el sueño. Las células asesinas naturales cir-
.:ulan en mayores números durante el día, mientras
.;ue las células T están más activas durante la noche,
.l:SÍ como el regulador inmunológico interleucina-1
:::1 sistema inmunológico se analiza más ampliamente
:::n el capítulo 12). La alteración de este patrón puede
:::xplicar las infecciones que a menudo afectan a quie-
~s tienen trabajos con tumos. Morgan (en Melton,
.:000) ha informado que alterar los ritmos circadianos
:::~aturales de una persona mantendrá sus niveles de
;Iucosa y de algunos lípidos en su sangre peligrosa-
:nente altos después de comer -lo cual puede expli-
Estados de conciencia y ritmos corporales • 123
car porqué los padecimientos cardiovasculares repre-
sentan el peligro número uno de quienes trabajan por
tumos-.
Apartado 7-6 ¿Es usted una alondra o un
búho?
Las alondras (tipos matutinos/aves tempraneras) se
despiertan temprano, listas para enfrentar el día, mien-
tras que los búhos (asiduos a la noche/aves noctur-
nas) despiertan tarde , esforzándose por despabilarse, y
permanecen tarde en las noches. Existe cierta evidencia
de que los ritmos circadianos de los búhos son más lar-
gos que 24 horas, mientras que los ciclos de las alon-
dras son más cercanos a las 24 horas "clásicas" (véase
el Estudio de caso 7-1 ). Sin embargo, Folkard (en Melton,
2000) cree que sólo entre 5 a 10% de la población cae
en cualquiera de los extremos de esie éspectro y la ma-
yoría de las personas están enmedio.
Sin embargo, los tipos matutinos en realidad sopor-
tan mejor el atormentador horarjo de los turnos nos;tur-
nos y sufren menos problemas físicos que los tipos
nocturnos. ¿Por qué? Según Folkard, el factor crucial es
qué tan fácilmente se puede reajustar el reloj corporal de
una persona. Debido a que los relojes de las personas
matutinas son estables y no necesitan ajustarse -dado
que casi cubren justo las 24 horas- el reloj permanece
constante aunque trabajen por turnos.
Tales hallazgos sugieren que los trabajadores noc-
turnos deberían hacer el intento por orientar toda su vida
a convertirse en personas diurnas que sólo ocasional-
mente permanezcan despiertos toda la noche para tra-
bajar. Los turnos deberían acomodarse en unidades de
sólo unos cuantos días para minimizar la alteración
circadiana, por ejemplo, trabajar dos noches sucesivas
es preferible a trabajar 4 o 5 noches seguidas. En con-
traste, la mayoría de los cronobiólogos (aquellos que
estudian los ritmos biológicos) recomiendan que la ma-
nera de conservar el estado de alerta y de reducir el ries-
go de accidentes es intentar adaptar el reloj biológico
para adecuarse completamente al nuevo patrón laboral,
haciendo los cambios por turnos menos frecuentes y no
más (véase el capítulo 12). Según Folkard:
"Las personas tienen que aceptar que están diseñadas para
ser miembros de una especie diurna[ ... ] Pedir a la gente que
trabaje de noche es como lanzarla al mar y pedirle que se
conviertan en seres acuáticos durante una semana. Es posi-
ble, pero no estamos diseñados para hacerlo, por tanto, exis-
ten riesgos" .
(Basado en Melton, 2000)
Desvelarse entre un día de trabajo y otro también
propicia daño a los relojes corporales. El simple he-
cho de levantarse tarde el fin de semana adelantará el
reloj. Al llegar el lunes, la persona debe levantarse
antes de lo que dicta su ritmo interno y es probable
que esto le haga sentirse irritado y cansado (¡la famosa
124 • Psicología: La ciencia de la mente y la conducta
tristeza del lunes por la mañana, que a menudo puede
empezar desde la noche anterior!). Según Folkard (en
Melton, 2000):
"[ ... ]después de millones de años de evolución, no
se puede ignorar repentinamente el reloj corporal y
volvernos miembros de la sociedad de 24 horas sin
incurrir en una sanción."
FISIOLOGÍA DEL SUEÑO
Cuando cae la oscuridad, indirectamente los ojos se
lo informan a la glándula pineal (el "tercer ojo") -
una pequeña estructura en la parte alta del tallo cere-
bral, que lleva cuenta de los ciclos corporales naturales
y registra los factores externos como luz y oscuridad-.
La glándula pineal secreta melatonina en respuesta a
la oscuridad, haciéndonos sentir soñolientos. Downing
(1988) llama a la melatonina la "poción somnífera de
la naturaleza". La melatonina es una hormona que
afecta las células cerebrales que producen serotonina,
una sustancia transmisora relacionada con el sueño.
Por su parte, la serotonina se concentra en los nú-
cleos del rafe (situados cerca del puente), que secretan
una sustancia que actúa sobre el SRA para inducir
sueño ligero. Jouvet ( 1967) encontró que las lesiones
al núcleo del rafe en gatos producían insomnio grave
y las lesiones en humanos, sucedidas de manera natu-
ral, parecían tener un efecto muy sinúlar.
Figura 7-4. Comparación de medidas fi-
siológicas para diferentes tipos de sueño.
a) Las fases sin movimiento ocular rápi-
do (no MOR) se representan en el orden
de aparición típico; en realidad cada una
se mezcla de manera gradual con la si-
guiente. b) El sueño de movimiento ocu-
lar rápido (MOR) en ciertos aspectos es
similar a la vigilia, pero en otros es bas-
tante diferente; el EEG es más parecido
al de la vigilia que aquel de cualquier eta-
pa no MOR y los MOR se encuentran pre-
sentes, pero los músculos del cuerpo se
encuentran profundamente inhibidos.
(Capítulo 7)
Otro importante centro del sueño es el/ocus coentleus,
una pequeña estructura a cada lado del tallo cerebral,
cuyas células son ricas en noradrenalina, que se pien-
sa puede estar implicada en inducir el sueño activo
(de movimiento ocular rápido, MOR); (véase poste-
riormente). Bien puede ser que ellocus coeruleus sa-
tisfaga muchas de las funciones antes atribuidas al
SRA. Aunque sólo tiene dos entradas (una excitatoria
y una inhibitoria), sus salidas se distribuyen a todas
las partes del cerebro. Los estudios con ratas sugieren
que su función podría regular su nivel de vigilancia
hacia los estímulos ambientales (Empson, 1993).
Además, existe evidencia de que una sustancia
llamada factor S se acumula de manera gradual en
los cerebros de animales mientras se encuentran des-
piertos y que, si ésta se retira del líquido circundante
al cerebro y se transfiere dentro de otro animal, se
inducirá el sueño. Es posible que el factor S contribu-
ya a la sensación de somnolencia (Diagram Group,
1982).
VARIEDADES DE SUEÑO
Y DE RITMO ULTRADIANO
En el típico laboratorio de sueño, se coloca a un volunta-
rio durante la noche y no sólo se le adhieren cables de
EEG, sino también cables de un electrooculograma o
EOG ("óculo" significa "ojo") y de un electronúograma
o EMG ("núo" significa "músculo").
Despierto
Etapas SMOR
Despierto EOG Sueño MOR
EEG

Cuadro 7-1. Sueño típico de una noche: las
cuatro etapas del sueño no movimiento ocular
rápido (no MOR)
Después de cerrar los ojos y prepararnos para dormir, las
ondas alfa comienzan a interrumpir las ondas beta de la
vigilia activa. La transición entre estar despierto y entrar al
sueño de la etapa 1 se denomina periodo hipnagógico, y
en ocasiones está incluido en la etapa 1.
Etapa 1: Cuando primero se cae dormido, el EEG es irre-
gular y carece del patrón de ondas alfa característico del
estado de vigilia en relajación. Primero hay una reducción
en la frecuencia de ondas alfa, que se remplazan con on-
das teta lentas y de bajo voltaje acompañadas de movi-
mientos oculares giratorios lentos. Comienza a disminuir
la frecuencia cardiaca, los músculos se relajan pero aún
es fácil despertarse.
Etapa 2: Éste es un estado más profundo de sueño, pero
aún es fácil despertar. El EEG muestra andanadas de ac-
tividad llamadas espigas del sueño (andanadas de on-
:las de 12 a 14Hz en altibajos que duran de 1 a 2 segundos).
También existen marcadas elevaciones y caídas ocasio-
'1ales en amplitud en todo el EEG (complejos K), que duran
"lasta dos segundos.
Etapa 3: El sueño se vuelve más profundo, las espigas
:lesaparecen y se remplazan con ondas delta largas y
entas que cubren hasta 50% del registro. Ahora la perso-
.,a prácticamente no responde a los estímulos externos y,
:::>ar tanto, es difícil despertarla. La frecuencia cardiaca,
:Jresión sanguínea y temperatura corporal continúan des-
:endiendo.
Etapa 4: La persona entra ahora a sueño delta (sueño
:crofundo o "tranquilo"; 50% o más del registro consta de
Jndas delta) y transcurrirán hasta 30 minutos en la etapa
.! . Ha pasado cerca de una hora desde que comenzó la
:!tapa 1 . Como en la etapa 3 es dificil despertar a la persa-
-a. a menos de que suceda algo de suma relevancia per-
~nal (como un bebé que llora) .
:=tapa 2 a 4 colectivamente se denominan sueño de onda
lenta. A medida que se avanza de la Etapa 1 a la 4, dismi-
-·Jye la frecuencia de ondas e incrementa la amplitud/vol-
:aje. También, el tono muscular desciende de manera firme.
El sueño típico de una noche comprende un nú-
::jero de ciclos ultradianos (de aproximadamente 90
=-Li nutos de duración) y cada ciclo comprende un nú-
::jero de etapas.
Entonces, el ciclo inicia un retomo de modo que
..:. persona entra en la etapa 3, luego en la etapa 2 pero,
:=:1 lugar de volver a entrar a la etapa 1, aparece un
::?0 de sueño diferente (sueño activo) . Se incrementan
.2..5 frecuencias de pulso y respiración, lo mismo que
.2. presión sanguínea, y los tres procesos se vuelven
=:enos regulares . Los EEG comienzan a parecerse a
.::-s del estado de vigilia, lo que muestra que el cere-
:-w está activo, con base en los incrementos en el con-
Estados de conciencia y ritmos corporales • 125
sumo de oxígeno, flujo sanguíneo y descargas neuro-
nales en muchas estructuras cerebrales. Sin embargo,
es aún más difícil despertar a una persona de este tipo
de sueño que de la profunda etapa 4 del sueño y por
esta razón se le conoce como sueño paradójico
(Aserinsky, Kleitman, 1953).
Otra característica del sueño activo son los movi-
mientos oculares rápidos (los globos oculares se mue-
ven juntos, de un lado al otro, arriba y abajo) bajo los
párpados cerrados (es decir, sueño de movimiento
ocular rápido/MOR). Finalmente, en tanto que el
cerebro puede estar muy activo, el cuerpo no lo está;
el sueño MOR se caracteriza por parálisis muscular
(en especial los músculos de brazos y piernas) de modo
que los cambios de posición y otros movimientos tí-
picos asociados con el sueño, de hecho suceden du-
rante las etapas 1 a 4 (sueño sin movimiento ocular
rápido/no MOR). Dement y Kleitman, 1957, fueron
Jos primeros en hacer la distinción entre sueño MOR
y no MOR.
Otra característica del sueño MOR es la apari-
ción de ondas/espigas pontino-genículo-occipitales
(PGO) que se generan en el puente y viajan a través
del núcleo geniculado lateral (NGL; véase el capítulo
5). En el decenio de 1960-69, Jouvet descubrió estas
ondas cuando trabajaba con gatos; las espigas PGO
por lo común ocurren en andanadas, con frecuencia
preceden a los movimientos oculares individuales. Se-
gún el modelo de activación-síntesis del soñar (véase
más adelante), la actividad PGO es la principal fuente
de la experiencia onírica (Empson, 1993).
Despierto
3
4
o
1h 2h 3h 4h 5h 6h 7h Bh
Horas de sueño
Figura 7-5. Sueño de una noche típica (obsérvese la des-
aparición de las etapas 3 y 4, y el relativo incremento en la
longitud de los periodos MOR).
126 • P5icología: La ciencia de la mente y la conducta
Pregúntese ..•
• Elabore un cuadro de resumen con las diferencias en-
tre el sueño MOR yel sueño no MOR?
Después de aproximadamente 15 minutos en sueño
MOR, se vuelve a entrar en sueño no MOR (etapas 2
a 4) y entonces comienza otro ciclo ultradiano. Sin
embargo, con cada ciclo de 90 minutos (de los cuales
hay 4 o 5 en promedio durante la noche), la duración
del sueño MOR se incrementa en tanto que decrece
la del sueño no MOR. El primer ciclo normalmente
proporciona el sueño más profundo y el más corto
periodo MOR y, a medida que avanza la noche, se
pasa relativamente más tiempo en sueño MOR y me-
nos en sueño no MOR. En los últimos ciclos, es bas-
tante común pasar de la fase MOR a la etapa 2 y
después regresar de manera directa al sueño MOR
(evitando las etapas 3 y 4). El despertar natural suce-
de en general durante un periodo de sueño MOR (véa-
se la figura 7-5). De acuerdo con Empson (1993):
"Mientras que la mayoría de los experimentos de re-
gistro de toda la noche suceden durante periodos
breves (de hasta una semana), se han realizado algu-
nos estudios muy extensos y no existe evidencia de
que los patrones de sueño que se observaron du-
rante periodos cortos (después de la primera noche)
de alguna manera estén relacionados con la falta de
familiaridad con el ambiente de laboratorio.
SUEÑO Y SOÑAR
Movimientos oculares rápidos y sueños
Cerca de 80% del tiempo, los voluntarios para estu-
dios sobre sueño, si se les despierta durante el sueño
MOR, informarán que han estado soñando. Si se les
despierta durante el sueño no MOR, sólo producen
una "tasa de sueños" de 15%. Así, los MOR parecen
ser un indicador muy confiable de que alguien está
soñando. En cierto grado, la naturaleza de los MOR
refleja el contenido del sueño (p. ej., soñar acerca de
un partido de tenis y el movimiento de los ojos hacia
un lado y otro. como sucedería en la vida de vigilia)
no hay una correspondencia uno a uno entre la acción
del sueño y los movimientos oculares, con frecuencia
pueden obtenerse señales acerca de la naturaleza ge-
neral del soñar, a partir de los registros MOR. Por
ejemplo, si los movimientos oculares son pequeños y
dispersos, es probable que se esté teniendo un sueño
pacífico, bastante pasivo. mientras que los MOR am-
(Capítulo 7)
plios y más continuos sugieren un sueño más activo y
emocional (Faraday, 1972).
El tipo de actividad mental asociada con los sue-
ños MOR y no MOR es también muy diferente. Los
participantes a los que se despierta del sueño no MOR,
tienden a relatar sueños que son más cortos, menos ví-
vidos y menos visuales que los sueños MOR y, de he-
cho, con frecuencia describen haber estado "pensando"
más que soñando. El sueño no MOR también se asocia
con caminar dormido (sonambulismo), hablar dormi-
do y algunos tipos de pesadillas. El sueño MOR se ha
denominado "sueño onírico" o "estado D" y algunos
han llegado más allá al llamarlo el "tercer estado de
existencia": es de muchas maneras tan diferente del
sueño no MOR (estado S) como lo es de la vigilia.
Apartado 7-7 ¿Los sueños MOR simplemente
son más fáciles de recordar?
Pero ¿es posible que la diferencia que se establece en-
tre sueño MOR y no MOR de hecho sea una creación de
la capacidad para recordar los sueños después de un
"despertar abrupto"? Beaumont (1988) señala que des-
pertar a la persona del estado no MOR puede conducir a
que se olvide el sueño antes de que el individuo se en-
cuentre lo suficientemente despierto como para informarlo
(dado que éste es un estado más profundo en el que el
cerebro está mucho menos activo). En contraste, des-
pertar del sueño MOR puede permitir que el sueño en
curso se recuerde y entonces se informe (porque el ce-
rebro está mucho más activo) .
EFECTOS DE LA PRIVACIÓN DE SUEÑO
En cuanto se refiere a ratas, en definitiva la privación
de sueño a largo plazo no es buena para su salud; causa
trastornos en la termorregulación, la disfunción
metabólica y, en un momento dado, la muerte (Hobson,
1995). Por ejemplo, Rechtschaffen y colaboradores
( 1989 a, b) privaron de manera selectiva a las ratas ya
fuera de sueño MOR o de sueño MOR y no MOR.
Después de una semana de privación total, las ratas
mostraron una pérdida progresiva de peso incluso ante
un incremento en ingestión de alimentos. Esto se vol-
vió más notable después de dos semanas y luego de
cuatro semanas, murieron. Durante este tiempo, el peso
corporal descendió de manera notable mientras que se
elevó el consumo de alimentos y la temperatura corpo-
ral se volvió cada vez más inestable.
Sin embargo, en el caso de los seres humanos,
los estudios han sido notablemente consistentes al no
poder demostrar ningún cambio pronunciado en las
frecuencias cardiaca y respiratoria, presión sanguínea,
conducción cutánea, temperatura corporal, EMG o
EEG, incluso cuando la privación continúa hasta por

200 horas (Pinel, 1993). Webb y Bonnet (1979) limi-
taron a los participantes a dos horas de sueño en una
noche en particular. No sufrieron de efectos secunda-
rios al siguiente día, pero esa noche se durmieron de
manera más rápida y durante más tiempo que el co-
mún. Periodos más largos de privación de sueño pue-
den dar como resultado ciertos efectos psicológicos
displacenteros. pero las personas pueden conducirse
notablemente sin dormir. Webb y Bonnet redujeron
gradualmente la extensión del sueño en un grupo de
voluntarios, de ocho a cuatro horas por noche, duran-
te un periodo de dos meses, sin efecto detectable.
' Apartado 7-8 Rebote MOR
Cuando se reduce el sueño de manera abrupta (como
en el caso de médicos en un hospital, que pueden estar
en servicio durante 72 horas seguidas), los efectos son
mucho más serios. Éstos incluyen irritabilidad, ineficiencia
intelectual , fatiga intensa y necesidad de dormir, éstos
son más o menos los mismos efectos que se producen
cuando se priva a los individuos de aproximadamente
dos horas de sueño MOR (pero, por otra parte, dejándo-
los dormir de manera normal). La siguiente noche, hay
un incremento en el sueño MOR (como para compensar
por la pérdida de la noche previa), éste es el rebote MOR.
Cuando los voluntarios pueden soportar una gran reduc-
ción (pero gradual) en la cantidad de sueño, aparente-
mente ello se debe a que juntan sus dos horas de sueño
MOR dentro del tiempo que tienen para dormir (con ello
reducen la cantidad de estado no MOR entre sus sue-
ños). Cuando se reduce abruptamente el sueño, no hay
tiempo para adoptar este patrón adicional dormir-soñar.
¿Qué evidencia existe acerca
del rebote MOR?
Dement (1960) despertó a los participantes de su sue-
ño MOR durante cinco noches sucesivas (mientras que
a un grupo control sólo se le despertó durante perio-
dos de sueño no MOR). Cuando se les permitió dor-
mir sin interrupciones, tuvieron 60% más de sueños,
hasta que recuperaron su tiempo MOR perdido. Por
hasta cinco noches después de la privación de MOR,
pasaron más tiempo en MOR que el común, y en al-
gunas noches duplicaron su tiempo MOR.
En los gatos también, parece ser que el estado no
MOR por sí solo es inadecuado. Jouvet (1967) colocó
gatos en una pequeña isla rodeada de agua y les permi-
tió, ya fuera permanecer despiertos o entrar en sueño no
MOR. Sin embargo, cuando entraban en sueño MOR,
tendían a caer dentro del agua y despertar; la privación
prolongada de MOR produjo conducta anormal, inclu-
yendo hipersexualidad y, finalmente, la muerte.
Estados de conciencia y ritmos corporales • 127
Según Pinel ( 1993 ), la evidencia más consistente
de que la privación de sueño MOR no debilita de ma-
nera grave, proviene del estudio de los efectos de los
antidepresivos tricíclicos (capítulo 45). Éstos bloquean
en forma selectiva el sueño MOR, pero los pacientes
que de manera regular toman grandes dosis y, por tan-
to, tienen poco sueño MOR durante varios meses se-
guidos, no experimentan graves efectos secundarios
que puedan atribuirse a la pérdida de sueño MOR.
TEORÍAS DEL SUEÑO
Según Blakemore (1988):
"Nuestro planeta es un sitio peligroso; existe una
despiadada competencia por los recursos limitados
y sólo los más aptos sobreviven. Y aún así, los ani-
males más avanzados, normalmente alertas, astu-
tos, vigilantes, bajan sus defensas para dormir.
Incluso el ser humano, la especie más espectacu-
larmente exitosa, pasa un tercio de su vida más o
menos paralizado e insensible. Si el sueño es tan
riesgoso, debe conferir un enorme beneficio para los
animales que se lo permiten, o hubiera sido elimina-
do por poderosas fuerzas de la selección natural. Es
seguro que los animales que no necesitaran dormir,
hubieran evolucionado y prevalecido sobre sus com-
petidores adormecidos[ ... ] seguramente el sueño
debe ser valioso[ ... ]"
Empson (1993) sostiene que aunque los psicólogos
han dado grandes pasos para comprender los meca-
nismos del sueño, ello no ha ayudado en gran medida
a la comprensión de para qué es el sueño. En tanto
que el sueño parece tener características de impulso
primario (como hambre y sexo), lo que lo hace único
como impulso biológico primario es que la necesidad
de sueño se refleja en la disminución de los niveles
de excitación y su satisfacción (p. ej .. sueño) se aso-
cia con mayores disminuciones. Por tanto. el sueño
representa una notable excepción al punto de vista de
que los organismos buscan un solo nivel óptimo de
excitación (no específica) (Lloyd et al., 1984; véase
el capítulo 9).
Teoría de la restauración
Oswald, 1966 sostiene que tanto el sueño MOR como
el no MOR tienen una función restauradora. El sueño
no MOR restaura los procesos corporales que se han
deteriorado durante el día, mientras que el sueño MOR
es un tiempo para reabastecer y renovar los procesos
cerebrales a través de la estimulación de la síntesis de
proteínas.
128 • Psicología: La ciencia de la mente y la conducta
Apartado 7-9 Sueño MOR y el cerebro en
desarrollo
La teoría de la restauración ayuda a explicar la gran pro-
porción de tiempo que pasan los niños en sueño MOR.
Durante gran parte de su primer año, los lactantes duer-
men aproximadamente 18 de 24 horas, durante cerca de
12 meses, tienen dos periodos de sueño cada 24 horas
(uno diurno y otro nocturno). No es sino hasta los cinco
años que se establece un patrón "adulto", probablemen-
te como resultado de factores tanto ambientales como
de maduración. Dentro de estos patrones cambiantes,
las proporciones relativas de sueño MOR y no MOR cam-
bian de modo notable. Mientras que el recién nacido pasa
la mitad de sus 18 horas en sueño MOR, los adultos
generalmente pasan sólo una cuarta parte de sus ocho
horas en sueño MOR. El cerebro en desarrollo necesita
una gran cantidad de síntesis de proteínas para la manu-
factura y crecimiento de sus células, y el sueño MOR
ayuda a lograrlo.
Evaluación de la teoría de la restauración
• Pacientes que sobreviven sobredosis y abstinencia
de drogas y otras "agresiones" al cerebro, como te-
rapia electroconvulsiva intensiva (capítulo 45), ex-
perimentan incrementos prolongados en sueño MOR.
Éstos son consistentes con el tiempo estimado de
vida media de las proteínas en el cerebro; es decir,
en un periodo de seis semanas se remplaza cerca de
la mitad de las proteínas totales del cerebro y ésta
es la longitud aproximada del incremento en el pe-
riodo MOR.
• La secreción nocturna de la hormona del crecirrúento
(que produce síntesis corporal de proteínas) depen-
de de la ininterrupción de la etapa 4 del sueño. En
adultos, se encuentra una falta crónica de la etapa 4
normal en personas que sufren de fibrositis, cuyos
EEG durante el sueño se caracterizan por patrones
"alfa-delta", una mezcla de EEG de sueño y vigilia
(esto se experimenta de manera típica como sueño
irregular "no restaurador"). La perturbación en la
etapa 4 en voluntarios sanos produce los síntomas
de fibrositis.
• Según Empson (1993), toda esta evidencia es con-
sistente con una función anabólica general del sue-
ño: el sueño MOR se subordina al crecimiento y
reparación cerebral y a funciones de memoria, y el
sueño de onda lenta (etapa 4) promueve el creci-
miento y reparación corporal. Sin embargo, la re-
paración de las células prosigue 24 horas al día (aún
cuando alcanza un pico en la noche) .
• Una objeción más grave a la teoría es que, lejos de
ser un estado de descanso, el sueño MOR es un esta-
do activo (al menos en cuanto concierne al cerebro)
y es probable que queme una cantidad sustancial de
energía. De hecho, el flujo sanguíneo al cerebro se
(Capítulo 7)
incrementa durante el sueño MOR y esto en reali-
dad impediría altos niveles de síntesis de proteínas.
En vista de este tipo de evi-dencia, Oswald (1974)
sostiene que ambos tipos de sueño se encuentran im-
plicados en restaurar tejido corporal.
Teoría evolutiva
Las diferentes especies característicamente duermen
por diferentes periodos. Aquéllas en riesgo por parte
de depredadores y que no pueden encontrar un sitio
seguro para dormir o que pasan grandes partes de cada
día en la búsqueda y consumo de alimento y agua
(como los animales en rebaño), duermen muy poco
(p. ej., las cebras duermen sólo de 2 a 3 horas por
día). Los depredadores que duermen en sitios seguros
y pueden satisfacer sus necesidades de comida y agua
con bastante rapidez, duermen gran parte del día. Por
ejemplo, con frecuencia los leones duermen de ma-
nera más o menos continua durante 2 a 3 días después
de saciarse en una cacería.
• ¿Es refutable la teoría evolutiva?
La teoría evolutiva del sueño (Meddis, 1975) sostiene
que éste representa una ventaja porque mantiene inmo-
vilizado al animal durante largos periodos, al estar inmó-
vil será menos conspicuo para los posibles depredadores
y, por tanto, estará más seguro. Entre más seguro esté
con resr.ecto a los depredadores, es probable que duer-
ma más.
Pero. como se señaló antes, una especie de presa
puede dormir durante periodos más cortos debido a la
constante necesidad de estar en guardia contra los
depredadores. Esto significa que cualesquiera que sea
el patrón de sueño que tenga una especie, se puede ex-
plicar en términos "evolutivos":
• Dormir durante largo tiempo satisfaría tanto la fun-
ción de estar fuera del alcance de los depredadores
como el no ser necesario estar alerta porque el ani-
mal no tiene depredadores naturales.
• El sueño de corta duráción podría también satisfa-
cer la función de protección en contra de posibles
depredadores.
Éste es un ejemplo de la no refutabilidad (capítulo 3) y
representa una serie limitacion de la teoría evolutiva.
Meddis también sostiene que los periodos de sue-
ño más largos de los niños han evolucionado para pre-
venir el agotamiento de sus madres y, en este sentido,
el sueño aún es funcional (¡al menos para las madres
de lactantes y niños pequeños!). En cuanto a la nece-
sidad de inmovilización, ya no parece viable como

explicación para el sueño en los humanos y así, pue-
de considerársele como un remanente de nuestro pa-
sado evolutivo.
Una variante de la teoría evolutiva es la teoría de
la hibernación: los elaborados mecanismos del sue-
ño han evolucionado solamente para mantenemos
quietos en la oscuridad; los animales hibernan para
conservar energía y para estar fuera de un posible pe-
ligro durante los meses de invierno.
Evaluación de la teoría evolutiva
• Empson (1993) creía que la teoría de Meddis de la
"pérdida de tiempo" se contradice por el hecho de
que el sueño es universal entre los animales, lo mis-
mo que el hallazgo de que la privación de sueño
puede ser mortal (Kleitman, 1927; Rechtschaffen
et al, 1989a, b).
• Una versión más débil de la teoría de "pérdida de
tiempo" la propuso Home (1988), quien distingue
entre sueño nuclear (que es necesario) y sueño op-
cional (que no lo es). La evidencia de los experi-
mentos de privación de sueño (tanto parcial como
total) muestra que las ·'deudas" de sueño acumula-
do se "pagan'' en cierto grado en noches de recupe-
ración, pero no por completo. Por ejemplo, los
rebotes MOR se ocupan de aproximadamente 509c
de la pérdida de sueño MOR durante despertares
selectivos. Esto sugiere que sólo las primeras tres
horas de sueño son en realidad necesarias (sueño
nuclear) y el resto es opcional (al no tener función
fisiológica). En animales que duermen más de tres
horas. el sueño parece reducir el consumo de ener-
gía y mantenerlos inmóviles. La mayoría de las per-
sonas come más que porque sea biológicamente
necesario (tanto en variedad como en cantidad) pero
ningún biólogo diría que alimentarse sólo es fun-
cional en parte (Empson. 1993).
• Empson (1993) concluye al decir:
"[ ... ] el sueño parece ser ubicuo y necesario: es una
función compleja del cerebro que implica cambios
de largo alcance en la fisiología corporal, así como
en la fisiología cerebral. Es difícil creer que no tiene
una función importante y las teorías restaurativas
proporcionan una explicación coherente de cuál po-
dría ser ésta."
Niveles de Hobson
Aunque no es una teoría separada, Hobson (1995)
propone que la función del sueño puede analizarse a
diferentes niveles:
• A nivel conductual. el sueño suprime la actividad
durante un tiempo (noche/oscuridad) cuando las
probabilidades de encontrar comida o una pareja
Estados de conciencia y ritmos corporales • 129
son relativamente bajas. También, tales actividades
pueden tener un alto costo de energía en animales
de sangre caliente cuando la temperatura es baja.
Esto hace que el sueño sea conductualmente muy
eficiente. Además, la naturaleza forzosa del sueño
y su relación con la actividad de descanso sirve para
unir a los animales en una familia o en una situa-
ción de vinculación de pareja que puede alentar la
conducta sexual y promover el cuidado y desarro-
llo de las crías. Hobson considera increíble que los
etólogos no hayan reconocido y estudiado de ma-
nera sistemática el sueño como una forma de con-
ducta (véase el capítulo 2).
• A nivel del desarrollo, una función del sueño MOR
para los organismos en desarrollo (véase el aparta-
do 7-9) podría ser el garantizar la activación de los
circuitos neuronales subyacentes a conductas cru-
ciales, de supervivencia. Desde un punto de vista
evolutivo, se obtendrían grandes ventajas de asegu-
rar la activación organizada de los complejos siste-
mas del cerebro antes de que el organismo haya
desarrollado la capacidad para someterlos a prueba
en el mundo real. Tanto en el animal en desarrollo
como en el adulto, el sueño MOR podría constituir
una forma de ensayo conductual.
• A nivel metabólico, los ciclos recurrentes de sueño
no MOR/MOR se acompañan de cambios impor-
tantes en todos los sistemas fisiológicos del cuerpo.
El sueño no MOR implica un descenso en presión
sanguínea, frecuencias cardiaca y respiratoria, así
como liberación de hormonas del crecimiento y
sexuales que provienen de la hipófisis (lo cual es
consistente con la teoría de restauración), mientras
que el sueño MOR implica un incremento en la pre-
sión sanguínea, frecuencias cardiaca y respiratoria,
así como la erección del pene y la congestión del
clítoris.
SOÑAR
Pregúntese ...
• ¿Cómo difieren los sueños de la conciencia de vigilia?
Mientras los psicólogos han desarrollado técnicas
confiables para establecer cuándo es probable que la
gente esté soñando, no ha habido una cantidad equi-
130 • Psicología: La ciencia de la mente y la conducta
valente de progreso en la comprensión de la naturale-
za de los sueños. Según Empson ( 1993 ), un punto ini-
cial para cualquier análisis de esta naturaleza debe ser
el establecimiento claro de cómo difiere el soñar con
respecto a la conciencia de vigilia. Empson identifica
cuatro de estas diferentes:
• Los sueños suceden como algo contrario al producto
del control consciente:
"[ ... ] Cuando soñamos somos los espectadores de
un drama en desarrollo y sólo en raras ocasiones se
tiene la impresión de estar en control [ ... ]"
Son muy raros los sueños lúcidos, en los que el
soñante "sabe" que está soñando y decide cómo se
debería desarrollar la trama del sueño.
• Se suspende la lógica de la conciencia de vigilia
(véase la teoría de Freud; capítulo 42).
• Los sueños que se informan en el laboratorio tien-
den a ser mundanos y carentes de la cualidad ex-
traña de los sueños "normales"; probablemente
porque sólo se recuerdan las experiencias más ra-
ras cuando se despierta normalmente después de
una noche de sueño.
• Los sueños ciertamente son perseverantes: la imagi-
nería del sueño domina totalmente la conciencia del
soñante. Sin embargo, cuando se está despierto,
normalmente se reflexiona en el curso de la con-
ciencia a medida que avanza y se puede estar alerta
de una cosa pero de manera simultánea imaginar
algo más. No obstante, Greenfield ( 1998) afirma que
la conciencia de vigilia tiene un solo propósito (véa-
se más adelante).
Hobson (1995) describe los sueños como una expe-
riencia que incluye de manera común:
• Alucinaciones (predominantemente visuales, aun-
que también son notables las sensaciones auditivas,
táctiles y de movimiento, mientras que el gusto y
olfato están subrepresentados y el dolor es suma-
mente raro).
• Delirios (creer que los eventos son reales).
• Anormalidades cognitivas (como la ocurrencia de
eventos que serían físicamente imposibles dentro
del mundo real)
• Intensificación emocional y amnesia (olvidamos
más de 95% de los sueños).
Estas características han conducido a una compa-
ración entre los sueños y los estados mentales anor-
males, como la esquizofrenia y los trastornos
mentales orgánicos, en particular el delirio (capí-
tulo44).
(Capítulo 7)
TEORÍAS DEL SOÑAR
Pregúntese •••
• ¿Para qué soñar? ¿Por qué soñamos?
Reorganización de las estructuras mentales
Según Ornstein ( 1986), el sueño MOR y la experien-
cia onírica pueden estar implicados en la reorganiza-
ción de los esquemas (estructuras mentales) para
acomodar nueva información. Personas a las que se
les pide realicen tareas difíciles durante cuatro horas
antes de dormir. pasan más tiempo en sueño MOR de
lo normal. El tiempo MOR también se incrementa
después de que las personas han tenido que aprender
tareas complejas.
Esto puede explicar por qué el estado MOR des-
ciende con la edad. Como se ha visto, los recién naci-
dos pasan 509é (aproximadamente) de sus 18 horas
de sueño en sueño MOR (activo), en comparación con
259c (aproximadamente) que pasan los adultos en sus
ocho horas de sueño. Oswald sugirió que los cerebros
de los lactantes necesitan procesar y asimilar la inun-
dación de nueYos estímulos que vienen en tropel del
mundo exterior y que ello se logra (en parte) a través
de sueño ~IOR.
Modelo activación-síntesis
(Hobson, McCarley, 1977; McCarley, 1983)
La corteza se encuentra en un estado altamente activo
durante el sueño MOR, aunque recibe poca esti-
mulación externa. Mientras que la corteza motora se
encuentra muy activa (generando actividad que nor-
malmente produciría movimiento corporal), estas ór-
denes no alcanzan a los músculos de los miembros
sino que se ..desconectan" en una estación de relevo
en la parte alta de la columna vertebral, de modo que,
en efecto. la persona se encuentra paralizada (bloqueo
de la actividad).
No sólo la corteza se encuentra aislada (incapaz
de controlar los músculos), sino que también existe
inhibición en la entrada de señales producto de los
sistemas sensoriales. Por consecuencia, la percepción
del mundo "real" se atenúa de manera selectiva (ini-
cio del bloqueo). Las estructuras del metencéfalo y
mesencéfalo, que normalmente se asocian con la de-
rivación de la información sensorial hacia la corteza.
de manera espontánea generan señales (ondas PGO:
véase más adelante) responsables de la activación
cortical. Éstas son indistinguibles de las señales que.
de modo normal, se derivarían a partir de ojos/oídos.

Esta actividad se encuentra bajo el control de un me-
canismo disparador periódico en el tallo cerebral
pontino (parte superior de la columna vertebral, en la
base del encéfalo).
De modo que el cerebro está muy activo durante
el estado MOR (activación) y los sueños son una in-
terpretación consciente (síntesis) de toda esta activi-
dad. El sistema cognitivo, el cual organiza la infor-
mación sensorial en la interpretación significativa más
sencilla cuando estamos despiertos, procesa todas las
señales generadas en forma interna como si provinieran
del mundo exterior. En combinación con la actividad
oculomotora. las ondas PGO se envían a la corteza
visual y de asociación y al tálamo.
Lo que llamamos un sueño es la forma más sen-
cilla de interpretar estas señales producidas interna-
mente al combinarlas en un todo significativo. Es la
intensidad y rapidez poco común de la estimulación
cerebral (que con frecuencia implica la activación si-
multánea de áreas que en general no se activan juntas
cuando estamos despiertos) lo que explica el conteni-
do sumamente cambiante y en ocasiones extraño de
los sueños. Según Hobson (1995)
"[ ... ] el cerebro, ahora autoactivado y autoestimulado,
procesa estas señales y las interpreta en términos
de la información almacenada en la memoria."
Muchas experiencias oníricas parecen reflejar el esta-
do cerebral y corporal. de modo que pueden conside-
rarse como interpretaciones de dichos estados físicos.
Por ejemplo, ser perseguido, encerrado o congelado
por el miedo puede bien reflejar el bloqueo de las ór-
denes motoras hacia los músculos. las experiencias
de flotar. volar y caer pueden ser el reflejo de la acti-
vación vestibular (véase el capítulo 5) y el contenido
sexual de los sueños puede reflejar congestionamiento
vaginal y erección del pene (Omstein, 1986).
Evaluación del modelo activación-síntesis
• En un sentido se sueña en lugar de actuar (lo que
quizá sugiere la necesidad de descanso/restauración
del cuerpo). Gatos con lesión en el tallo cerebral
actúan sus sueños, por ejemplo. al perseguir al ra-
tón de sus sueños en tanto ignoran al ratón real den-
tro de su jaula; no se encuentran paralizados de
manera normal durante el sueño MOR.
• Crick y Mitchison (1983) propusieron una versión
modificada del modelo, que denominaron aprendi-
zaje inverso. ¡La idea básica es que dormimos con
el propósito de olvidar! La corteza (a diferencia de
otras partes del cerebro) se compone de redes
neuronales ricamente interconectadas. El problema
con tal sistema de red es que su funcionamiento es
deficiente cuando existe sobrecarga de información
que entra al sistema. Para manejar tal sobrecarga, el
Estados de conciencia y ritmos corporaif5 • :·_< 1
cerebro necesita un mecanismo para ''depur-ar·· e
"limpiar" la red y el sueño MOR es ese mecanisr::10.
Así, la persona despierta con una red limpia y el ~-:­
rebro está listo para recibir nueva información. 5.:-
gún Crick y Mitchison, es posible que hacer el intento
de recordar lo que uno sueña no sea una buena idea.
esos son precisamente los patrones de pensamiento
que el sistema está intentando apagar.
• Para otros, en especial los psicoanalistas y otros psicó-
logos psicodinárnicos, es esencial que recordemos
nuestros sueños, de modo que podamos hacer el in-
tento por comprender sus significados; por ejemplo.
Freud consideraba a los sueños como cumplimientos
del deseo. Tanto él como Jung veían al simbolismo
como un elemento de importancia esencial en los sue-
ños que coloca al soñante en contacto con partes de sí
mismo que por lo general son inaccesibles durante la
vida de vigilia (véase el capítulo 42). Hall (1966) con-
sidera a los sueños como "un documento personal,
una carta dirigida a uno mismo" y, al igual que Jung,
está a favor del estudio de la serie de sueños, más que
de un sueño aislado particular.
CONCLUSIONES:
integración de las explicaciones
neurobiológicas, evolutivas
y psicológicas sobre la experiencia
onírica
Winson ( 1997), un neurocientífico, dice que las teo-
rías neurológicas y psicológicas acerca de los sueños
no son mutuamente excluyentes. Mientras que Cric k
y Mitchison proponen que necesitamos olvidar nues-
tros sueños, Winson afirma que:
"[ ... ]los sueños pueden ser reflejo de un mecanismo
de procesamiento de memoria heredado de espe-
cies inferiores, en el que durante el sueño MOR se
vuelve a procesar la información que es importante
para la supervivencia. Es posible que esta informa-
ción constituya el núcleo del inconsciente."
Según Winson, para mantener el sueño, la locomoción
debe suprimirse al inhibir las neuronas motoras; pero
suprimir los movimientos oculares no es necesario,
porque esto no perturba el sueño. Con la evolución del
sueño MOR cada especie puede procesar la informa-
ción que es más necesaria para su supervivencia, como
aquella acerca de la localización de alimento y los me-
dios de depredación o huida. En el sueño MOR, se pue-
de acceder de nuevo a esta información e integrarla con
132 • Psicología: La ciencia de la mente y la conducta
la experiencia pasada, a fin de proporcionar una estra-
tegia continua para el comportamiento.
Debido a que los animales no poseen lenguaje, este
procesamiento de información durante su sueño MOR
es necesariamente sensorial. Consistente con nuestros
orígenes manúferos, nuestros sueños también son sen-
soriales (principalmente visuales): no necesitan asumir
la forma de narrativa verbal. Mientras que en los anima-
les, no existe la necesidad funcional para que este mate-
rial se haga consciente, en los seres humanos no existe
razón para que no se vuelva consciente: podemos recor-
dar nuestros sueños. Winson afirma que, en concordan-
cia con la evidencia evolutiva y neurocientífica, así como
con los informes de las personas:
"[ ... ]los sueños reflejan la estrategia de superviven-
cia de un individuo. Los temas de los sueños tienen
un amplio rango y son complejos, incorporando
autoimágenes, temores, inseguridades, fortalezas,
ideas de grandiosidad, orientación sexual, deseo,
celos y amor."
Es claro que los sueños tienen un núcleo psicológico
profundo. Aunque es imposible predecir el tema que se
"elige" para tratar durante una noche de sueño, ciertas
de las dificultades vitales involucran de tal manera la
supervivencia psicológica que se les selecciona para el
procesamiento MOR. La teoría de Freud acerca de los
sueños contiene una profunda verdad: existe un incons-
ciente y los sueños son, de hecho, la "vía regia" hacia
su comprensión (véase el capítulo 45). Sin embargo,
Winson rechaza la perspectiva de Freud acerca del in-
consciente como el caldero de pasiones indómitas y
deseos des!P.!ctivos a favor del punto de vista en el que:
"[ ... ] el inconsciente es una estructura mental
cohesiva, continuamente activa, que toma nota de
las experiencias vitales y reacciona según su propio
esquema de interpretación[ ... ] Su carácter poco co-
mún [de los sueños] es resultado de asociaciones
complejas que se recuperan de la memoria."
RESUMEN DEL CAPÍTULO
• La mayoría de los psicólogos no acepta el punto de
vista de Freud acerca de que el inconsciente se basa
en la represión, pero aceptarían que existe un con-
tinuo de la conciencia.
• La excitación/alerta puede definirse de manera
objetiva de conformidad con diversas medidas fi-
siológicas, como el EEG, EOG, EMG, y la frecuen-
cia respiratoria y cardiaca. Existen correlatos del
estado de conciencia.
(Capítulo 7)
• Los cambios en la alerta tónica se vinculan estre-
chamente con diversos ritmos biológicos, en espe-
cial el ritmo circadiano. Los cambios en el estado
de alerta se pueden predecir con facilidad tanto du-
rante la vigilia (controlada por un ritmo diurno) y
el sueño (ritmo ultradiano ).
• Los cambios en la alerta fásica implican modifica-
ciones en la respuesta de orientación hacia los estí-
mulos que producen excitación. Esto se complementa
con la habituación, una forma de adaptación.
• La mayoría de los animales presenta un ritmo
circadiano, que se sincroniza con el ciclo de 24 ho-
ras de luz y oscuridad. Se considera que el reloj bio-
lógico o reloj interno es el núcleo supraquiasmático
(NSQ).
• La vida moderna aumenta la probabilidad de alte-
rar el ritmo circadiano y las personas están durmien-
do menos tiempo del que necesitan los seres
humanos según su diseño evolutivo. Esto está te-
niendo efectos dañinos sobre la salud mental y físi-
ca de la gente.
• Una noche común de sueño incluye de 4 a 5 ciclos
ultradianos, cada uno de los cuales consiste de
varias etapas. Las etapas 2 a 4 se denominan colec-
tivamente sueño de ondas lentas o sueño "profun-
do; las etapas 1 a 4 se llaman colectivamente sueño
sin movimiento ocular rápido (no MOR).
• En el sueño con movimiento ocular rápido (MOR)
o sueño activo, hay un aumento en los procesos fi-
siológicos y los EEG comienzan a parecerse a aque-
llos del estado de vigilia. Sin embargo, es más difícil
despertar a alguien del sueño MOR que de la etapa
4 del sueño (lo cual lo hace paradójico).
• Privar a las personas de sueño MOR produce el re-
bote MOR, lo cual sugiere que la experiencia
onírica asociada con el sueño MOR quizá sea la
función más importante del sueño.
• Según la teoría de restauración de Oswald, el sue-
ño MOR y no MOR ayudan a restablecer los proce-
sos corporales y cerebrales, respectivamente. Sin
embargo, el hecho de que la reparación celular ocu-
rra durante las 24 horas de un día y que el cerebro
esté sumamente activo durante el sueño MOR con-
dujo a Oswald a afirmar que tanto el sueño MOR
como el no MOR participan en la restauración del
tejido corporal.
• La teoría evolutiva de Meddis afirma que el sueño
mantiene al animal inmovilizado y más seguro de
sus depredadores; pero ésta es una teoría no refu-
table. La teoría de la hibernación es una variante
de la teoría evolutiva.
• Según el modelo de activación-síntesis, los sue-
ños son la manera más simple de interpretar todas
las señales internas, producidas por el cerebro, que
ocurren durante el sueño MOR. Las teorías psico-
lógicas de los sueños, como las de Freud, Jung y

Hall, se enfocan en el componente de síntesis, des-
tacando su significado para el soñante.
Según la~oría de aprendizaje inverso de Crick y
Mitchison, los sueños son una manera de "limpiar"
las redes neuronales de la corteza y d~_prepararlas
para la entrada de información nueva. _,
• Las diferentes teorías acerca de la experiencia onírica
no son mutuamente excluyentes. Es posible que el
sueño MOR haya evolucionado para ayudar a la su-
pervivencia biológica de los animales, pero continúa
satisfaciendo una función vital para los individuos,
ayudarles a sobrevivir psicológicamente.
Preguntas de autoevaluación
1 Analice el concepto de conciencia como se ha
utilizado en psicología.
2 Analice dos teorías que se relacionen con las
funciones del sueño.
3 a) Describa la naturaleza de los sueños.
b) Describa y evalúe una teoría de las funcio-
nes de la experiencia onírica.
4 Describa y evalúe la relación entre el sueño y la
experiencia onírica.
DIRECCIONES EN INTERNET
::::tp://bisleep.medsch.ucla.edu/
-.:tp://faculty.washington.edu/chudler/sleep.html
Estados de conciencia y ritmos corporales • 133
http://www.Iboro.ac.uk/departments/hu/groups/sleep/
karger.htm
http://www.iag.net/-hutchib/.dream
http://www.spiritonline.com/dreams/why.html
http://dreamemporium.com/
www.sleepnet.com
www.stanford.edu/-demetnt
Lecturas adicionales
Humphrey, N. (1986, 1993) The lnner Eye. Londres:
Vintage. Un libro excelente, muy conciso, que anali-
za diversos aspectos de la conciencia. Del mismo
autor, A History of Mind (1992) es un recorrido más
complejo, pero tan legible como el anterior, alrede-
dor del estudio de la conciencia.
Empson, J. (1993) Sleep and Dreaming (2nd edition).
Heme! Hempstead: Harvester Wheatsheaf. Un análi-
sis muy profundo sobre todos los aspectos principa-
les del tema, incluyendo trastornos del sueño y sue-
ño en animales.
Gross, R. (1999) Key Studies in Psychology (3rd edition).
Londres: Hodder y Stoughton. El capítulo 24 propor-
ciona un resumen detallado del artículo clásico de
Dement y K.leitman (1957) sobre sueño MOR y la ex-
periencia onírica, además de una evaluación del mis-
mo. De manera similar, el capítulo 26 resume un artícu-
lo clásico de Martin Orne (1966) sobre hipnosis.