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Ecuador: cuando la inestabilidad

se vuelve estable

Simón Pachano
Profesor-investigador de Flacso-Ecuador

Email: spachano@flacso.org.ec

Fecha de recepción: junio 2005


Fecha de aceptación y versión final: agosto 2005

Resumen
El presente artículo busca explicaciones para los derrocamientos de tres presidentes ecuatoria-
nos, que han marcado los puntos culminantes de una década de inestabilidad. Lo hace inda-
gando en el campo de las movilizaciones sociales que precedieron a cada uno de esos hechos,
con especial referencia a su composición social y a los objetivos de sus integrantes. En la parte
final se proponen algunas hipótesis acerca de la movilización en contra del gobierno de Gutié-
rrez. Sugiere que no son válidas las explicaciones de racismo y de temor clasista. Enlaza la ex-
plicación al surgimiento de reivindicaciones democráticas originadas tanto en los bajos rendi-
mientos del sistema político como en el carácter dictatorial que iba tomando el último gobier-
no.

Palabras clave: movimientos sociales, democracia, Estado de derecho, movimiento indígena,


Ecuador

Asbtract
The article looks for explanations for the overthrows of three Ecuadorian presidents, which ha-
ve marked the culminating points of a decade of instability. It analyses into the field of the so-
cial mobilizations that preceded each one of those facts, with special reference to its social com-
position and the objectives of its members. In the final part, some hypotheses are set out about
the mobilization against Gutiérrez’ government. It suggests that explanations of racism and cla-
sism are not valid. Rather, it connects the explanation to the sprouting of democratic vindica-
tions originated so much in the low yields of the political system like in the dictatorial charac-
ter of the last government.

Keywords: Social Movements, Democracy, Rule of Law, Indigenous Movement, Ecuador

Iconos. Revista de Ciencias Sociales. Num. 23, Quito, septiembre 2005, pp. 37-44
© Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales-Sede Académica de Ecuador.
ISSN: 1390-1249
dossier
Simón Pachano

P
oco después del medio día del 20 de Lucio Gutiérrez se convirtió así en el ter-
abril de 2005, el Congreso Nacional cer presidente que termina abruptamente su
del Ecuador cesó al presidente Lucio mandato en menos de una década. En febre-
Gutiérrez por abandono de su cargo. Con es- ro de 1997, cuando apenas había cumplido
to concluyó un período de inestabilidad que ciento veinte días en la presidencia, Abdalá
se inició en noviembre del año anterior, cuan- Bucaram fue destituido por el Congreso
do una mayoría legislativa favorable al gobier- que, amparándose en una confusa disposi-
no reemplazó -sin ajustarse a las disposiciones ción constitucional, lo declaro incapacitado
constitucionales- a los integrantes del Tribu- para gobernar. Los vacíos constitucionales
nal Constitucional, del Tribunal Supremo hicieron posible un conjunto de interpreta-
Electoral y de la Corte Suprema de Justicia. ciones que desembocaron en la conforma-
La decisión del Congreso constituyó también ción de un gobierno interino que, a su vez y
el último acto de una larga, novedosa y sor- atendiendo a los resultados de un plebiscito,
prendente protesta ciudadana escenificada convocó a una Asamblea encargada de ela-
fundamentalmente en la ciudad de Quito. borar una nueva Constitución. Pero los
Aunque, en términos estrictos, sería más cambios introducidos en el ordenamiento
apropiado decir que fue el penúltimo acto, ya político no fueron garantía de estabilidad
que el hecho definitorio fue el retiro del apo- para el nuevo gobierno -instalado en agosto
yo de las Fuerzas Armadas al gobierno, expre- de 1998 y presidido por Jamil Mahuad- que
sado por las máximas autoridades militares terminó abruptamente en enero de 2000
pocos minutos después de la decisión parla- por un golpe de Estado perpetrado por un
mentaria. grupo de militares. Quien encabezaba esta

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tropa no era otro que Lucio Gutiérrez, que


iniciaba así su vertiginosa y conflictiva vida
política.
Tanto la acción del Congreso en la desti-
tución de Bucaram, como la actuación de la
facción militar en el derrocamiento de Ma-
huad, estuvieron precedidas por movilizacio-
nes sociales, del mismo modo que estuvo la
terminación del mandato de Lucio Gutiérrez.
Esa activa presencia de sectores sociales fue en
todas esas ocasiones no solamente el desenca-
denante de las acciones institucionales, sino
sobre todo el elemento de justificación de és-
tas. A ella se apeló como la fuente de legitimi-
dad de decisiones que en ninguno de los ca-
sos se ajustaban a las disposiciones constitu-
cionales o que -como sucede con los hechos
más recientes- por lo menos dejan muchas Indios, militares y forajidos
dudas en ese sentido.
Esta relación entre sectores sociales movi- Se ha insistido mucho en el protagonismo de
lizados y decisiones institucionales coloca las organizaciones indígenas en los derroca-
dos temas de interés para el análisis. En pri- mientos de los presidentes ecuatorianos. Esto
mer lugar, lleva a preguntarse sobre el tipo o constituye solamente una verdad a medias, ya
contenido de las demandas de los grupos que en la destitución de Bucaram su presen-
movilizados e, implícitamente, a indagar por cia fue más bien marginal, en tanto que el
la composición de esos sectores, su origen, protagonismo recayó sobre los sectores me-
sus formas organizativas, las modalidades de dios de las ciudades de Quito y Cuenca. La
acción que han empleado en cada ocasión y intervención de los indígenas sí fue decisiva
el carácter (estable o efímero) de su presencia en el golpe de Estado del año 2000, ya que
en el conjunto de la sociedad. En segundo ellos fueron prácticamente los únicos acom-
lugar, plantea interrogantes sobre la capaci- pañantes de los militares insurrectos, mien-
dad del sistema político para procesar esas tras la presencia de otros sectores fue insigni-
demandas, pero sobre todo convoca a pre- ficante. Finalmente, su ausencia fue absoluta
guntarse por las causas que condujeron a res- en las movilizaciones que llevaron al derroca-
puestas poco ortodoxas de interpretación de miento de Gutiérrez, protagonizadas nueva-
las normas vigentes, cuando no violatorias de mente por sectores medios urbanos claramen-
ellas en su totalidad. A pesar de la importan- te circunscritos a la ciudad de Quito. Los fo-
cia de este último, en el presente texto se rajidos -término con el que se autocalificaron
aborda únicamente el primer punto, de ma- después de haber sido llamados así por el pre-
nera que deja amplio campo sin explorar. Fu- sidente- no tienen relación alguna con las or-
turos análisis deberán desarrollar ambos en ganizaciones indígenas ni pueden ser adscri-
conjunto para buscar explicaciones más sóli- tos a ese tipo de población.
das sobre el fenómeno de la inestabilidad po- Por tanto, una primera conclusión en es-
lítica ecuatoriana. te sentido es que no se puede identificar a un
solo sector o, para decirlo en términos de la

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literatura de los movimientos sociales, a un lares -especialmente indígenas- con los sec-
actor sociopolítico como sujeto de los tres tores medios urbanos.
episodios. Más allá de la alusión a la sociedad El escaso tiempo que Bucaram ocupó el
movilizada -que constituye una generaliza- cargo no fue suficiente para contar con seña-
ción equivalente a la puerta de entrada al les claras respecto a la orientación de sus po-
problema- no hay un común denominador líticas, menos aún para evaluar sus resultados,
en los tres casos. Por el contrario, estos mues- de manera que las causas inmediatas de las
tran importantes diferencias en términos de movilizaciones pueden atribuirse a la extraña
la composición social, del lugar que ocupan combinación del rechazo al “paquetazo eco-
en la sociedad, de las estructuras organizati- nómico” con la percepción de inseguridad
vas y de las modalidades de movilización (los que se encargaba de crear el propio mandata-
repertorios de la acción social). Se puede es- rio. Se puede suponer, así mismo -y conside-
perar, por tanto, que existan también sustan- rando experiencias muy similares bajo gobier-
ciales diferencias en cuanto a los contenidos, nos anteriores-, que de manera aislada el pri-
esto es, en las demandas sociales y políticas, mer factor no habría sido suficiente para pro-
que es hacia donde debe dirigirse la atención. vocar la caída del presidente. De este modo,
Pero antes de entrar en este tema es necesario el elemento determinante había sido una per-
destacar que las mayores similitudes se en- cepción que no se origina ni se explica por va-
cuentran entre las movilizaciones que con- riables económicas. En esa misma vía podría
cluyeron con los derrocamientos de Bucaram decirse, entonces, que el actor fundamental
y de Gutiérrez, lo que puede tener una expli- para el desenlace final fue el de los sectores
cación que será propuesta al final de este tex- medios urbanos movilizados por un temor
to. El papel central en ambos casos estuvo a que se originaba principalmente en elemen-
cargo de los sectores medios urbanos, espe- tos simbólicos y valorativos.
cialmente quiteños, pero se diferencian por Para el golpe contra Jamil Mahuad concu-
el contenido de las demandas, así como por rrieron como elementos básicos el rechazo a
la acción de los partidos políticos y de las la política económica y la participación direc-
Fuerzas Armadas. Hecha esta observación es ta de un grupo de militares. En cuanto a lo
posible abordar los contenidos de las movili- primero, no se trató en este caso de la oposi-
zaciones. ción a medidas tomadas en un momento de-
Dadas las condiciones de las movilizacio- terminado, sino de la orientación general de
nes, de manera especial su carácter efímero e una política económica que llevaba más de
inorgánico, resulta difícil y hasta aventurado un año de resultados negativos. De manera
afirmar algo al respecto. Sin embargo, en especial, era la respuesta a los efectos de la cri-
rasgos muy gruesos es posible identificar sus sis bancaria, que se asociaba directamente con
componentes principales. En la primera oca- la acción –o con la inacción- del gobierno.
sión se combinaron las protestas por los Pero, aunque ese era sin duda el telón de fon-
efectos de las medidas económicas adopta- do y constituía la explicación de la erosión de
das por el gobierno de Bucaram con el re- la credibilidad y de la confianza en el gobier-
chazo a su estilo caótico de gobierno. Con no, queda la duda acerca de los motivos que
cierto mecanicismo se podría decir que, en llevaron a la participación protagónica de los
la medida en que intereses tan diferentes indígenas. Aunque es indudable que ellos se
confluían en el tiempo, tendían a compartir encuentran entre los sectores más afectados
la misma acción (y el mismo espacio, el de por el mal manejo económico, es evidente
las calles de las ciudades) los sectores popu- que ese no es un asunto de corto plazo y que

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además no es posible encontrar una relación na). Es más, desde el año 2001 y hasta co-
directa entre la crisis financiera y la magnitud mienzos del 2005 se había vivido un período
de su reacción. Más bien, los más golpeados de descenso de la movilización social. El de-
por el cierre de bancos, el congelamiento de sencadenante que puso fin a ese período fue
cuentas y la pérdida de depósitos fueron los la intervención del gobierno, apoyado por la
sectores medios, que en esta ocasión práctica- mayoría legislativa, en los tribunales Consti-
mente no tuvieron participación. Por consi- tucional y Electoral, pero de manera especial
guiente, se puede suponer que la fuerte movi- en la Corte Suprema de Justicia. Las protestas
lización indígena tuvo otras motivaciones, se- efectuadas por medio de multitudinarias
guramente de carácter más político que es- marchas en Guayaquil y Quito en el mes de
trictamente económico, y que fue eso lo que febrero fueron las primeras expresiones de es-
llevó a que convergieran con el discurso -y la ta nueva coyuntura. Aunque inicialmente
acción- de contenido redentor y mesiánico de fueron promovidas por partidos políticos
los militares. (Social Cristiano en Guayaquil e Izquierda
En las movilizaciones en contra de Gutié- Democrática en Quito) a través de sus auto-
rrez hubo un contenido claramente político, ridades locales, inmediatamente se separaron
con total ausencia de los factores económicos. de esa conducción y adoptaron caminos pro-
No estuvieron antecedidas por “paquetazos” pios. Así, mientras en Guayaquil se detuvie-
ni por medidas que provocaran sobresaltos ron las acciones, en Quito asumieron una
que amenazaran la estabilidad (expresada en magnitud desconocida e inesperada incluso
la más baja tasa de inflación de la historia na- para quienes inicialmente las impulsaron. Su
cional y de este momento en América Lati- apogeo se produjo cuando la población se au-

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toconvocó para concentrarse en la noche des- sible suponer que la creación de factores de
pués del fracaso de un paro convocado por las inseguridad por parte del gobierno -objetivos
autoridades locales. De ahí en adelante ape- y concretos en la medida en que constituye-
nas fueron necesarios siete días de acciones ron violaciones del orden constitucional y so-
novedosas y creativas -guiadas por primera bre todo en que abrieron un período de du-
vez en el país por consignas de defensa de la ros enfrentamientos- era trasladada en la per-
democracia y de los derechos ciudadanos- pa- cepción ciudadana a los otros ámbitos de su
ra desembocar en el derrocamiento del presi- vida y de sus intereses. Esto se alimentó ade-
dente. más de características básicas del gobierno,
Los movilizados (en nuevos repertorios como su manifiesta incapacidad política, la
que deberán ser estudiados con detenimien- escasa preparación e incluso la mediocridad
to) fueron claramente sectores medios que de sus integrantes, la conducción errática y
mostraron insatisfacción con la conducción confrontacional por parte del presidente, el
del gobierno, no en el aspecto económico, si- nepotismo en la administración pública y las
no en lo político. Se puede atribuir a la per- evidencias de corrupción gubernamental. Un
cepción de inseguridad que se desprendía de ingrediente fundamental para configurar esa
la intervención en la Corte (reiterada el 15 de percepción fue el de indignación por las reac-
abril cuando el presidente destituyó a sus in- ciones despectivas y denigratorias del presi-
tegrantes en un acto clara y totalmente viola- dente frente a las demandas iniciales en torno
torio del orden constitucional), que podía in- al tema de la Corte de Justicia. La incom-
terpretarse como un riesgo que rebasaba el prensión de lo que estaba ocurriendo por par-
ámbito estrictamente judicial. Es decir, es po- te del presidente y de su entorno más cercano

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-en el que predominaba una visión guerreris- En primer lugar, se puede suponer que
ta de la política, derivada a su vez de la forma- esas reivindicaciones no eran nada más que
ción militar de sus integrantes- fue determi- la fachada de otro tipo de motivaciones (el
nante en ese sentido. rechazo racista de los sectores medios). Es
En síntesis, cabe reiterar que fue muy di- decir, que los objetivos de la acción social
versa la composición social y fueron muy es- eran simplemente inconfesables y por eso se
pecíficas las motivaciones de los grupos que escondieron detrás de otros que tenían me-
se movilizaron en cada una de la ocasiones. jor imagen o mejor venta. Pero ésta podría
No hubo un patrón generalizado que pudiera invalidarse de inmediato por tres vías. Pri-
servir de explicación. Como se ha dicho an- mera, al suponer que la democracia y el Es-
tes, la única similitud se encuentra en la com- tado de derecho son valores que se pueden
posición social de los sectores predominantes mercadear exitosamente entre esos sectores
en el derrocamiento de Bucaram y Gutiérrez, se está suponiendo que esos conceptos son
lo que posiblemente encuentre explicación en valorados por ellos, lo que constituye un
la percepción de los dos personajes como ele- contrasentido ya que precisamente se está
mentos ajenos y opuestos al equilibrio del sis- tratando de demostrar lo contrario. Segun-
tema. Cabe recordar que ambos tuvieron un da, se podría establecer una simple compara-
estilo absolutamente confrontacional, fueron ción aritmética entre el número de personas
incapaces de comprender su propia situación que participaron en las acciones nocturnas y
y la de su gobierno dentro de cada momento el volumen de los sectores medios quiteños.
político y apenas pudieron hacer acuerdos Dicha comparación podría establecer algo
políticos transitorios, y siempre en condición tan absurdo como que todos los integrantes
de inferioridad. Es poco probable que se tra- de esos sectores se movilizaron en todas y ca-
te, como ha interpretado algún sector de la da una de esas noches. Tercera, se podría
prensa internacional, de un rechazo basado también hacer alguna estimación más cuali-
en valores clasistas o étnicos, producido por tativa sobre el origen de las llamadas a Radio
su origen social y el de los integrantes de su La Luna, verdadero cauce de expresión de
gobierno, la llamada cholocracia. Más bien ca- quienes se movilizaron.
be suponer que predominó la percepción de
peligro que cada uno de ellos suponía para
una estabilidad asentada en acuerdos más im-
plícitos que explícitos.
Dentro de esas diferencias y de esas seme-
janzas, algo que demanda atención es la valo-
ración de la democracia y del Estado de dere-
cho que ocupó el lugar central en la moviliza-
ción en contra de Gutiérrez. Concretamente,
cabe preguntarse las razones por las cuales
una sociedad poco afecta a esos valores los re-
tomó en ese momento y los convirtió en ban-
dera de lucha y en demandas centrales. Al res-
pecto solamente se pueden ensayar hipótesis,
y en este texto solamente se proponen tres, de
las cuales la última es claramente alternativa a
las dos anteriores.

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En segundo lugar, dado que las moviliza- crática, especialmente entre los sectores urba-
ciones prácticamente se restringieron a la nos más cercanos a las actividades políticas.
ciudad de Quito, se puede suponer que la Los bajos rendimientos del sistema político
movilización tuvo relación con algún tipo de (expresados en pésimos resultados económi-
demanda propia o por la defensa de valores cos y sociales, baja representatividad, escasa
simbólicos particulares. Sin embargo, fue capacidad para procesar los conflictos y crisis
evidente a lo largo de cuatro meses la impo- permanente, entre otros) habrían generado
sibilidad de las autoridades locales para de- una insatisfacción que no se expresa en el re-
tectar objetivos específicos y movilizar a la chazo al régimen sino en el interés por perfec-
población en torno a estos. Las denominadas cionarlo. El carácter dictatorial que iba to-
Asambleas de Quito y de Pichincha perdie- mando el gobierno de Gutiérrez habría ayu-
ron rápidamente todo protagonismo y que- dado significativamente, ya que se veía justa-
daron en el olvido. La marcha del 16 de fe- mente como la profundización de la situación
brero demostró hasta la saciedad que no con- que se rechazaba. Pero, para abordar estos te-
taban para nada las reivindicaciones locales, a mas sería necesario entrar en el campo del sis-
diferencia de lo que se había demostrado dos tema político, su institucionalidad y su capa-
semanas antes en Guayaquil. cidad para responder a las necesidades y de-
En tercer lugar, a contramano de las hipó- mandas sociales que, como se señaló antes, no
tesis anteriores, se puede suponer que en rea- forma parte de este texto y queda para futu-
lidad ha tomado cuerpo una demanda demo- ras indagaciones.

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