El mundo asistió incrédulo el pasado 11 de septiembre 2001, a la caída de las gigantescas torres del World Trade Center de Nueva York, dos de los edificios más altos del mundo, tras sendos impactos de grandes aviones de pasajeros cargados de combustible y pilotados por suicidas. Aunque la discusión técnica sobre el desplome es probable que dure mucho tiempo (los ingenieros especialistas en estructuras de Estados Unidos -el American Institute of Steel Construction- ya han planteado una investigación) los expertos han coincidido hasta ahora en que la causa principal del derrumbamiento fueron las altas temperaturas que alcanzó la estructura de acero de los edificios y su exposición a la llama directa durante los gigantescos incendios que siguieron a los impactos. Las Torres Gemelas tenían una estructura muy simple que se viene utilizando para los edificios muy altos desde hace 20 o 30 años y que es idéntica a la de la Torre Picasso de Madrid, del mismo arquitecto (Minoru Yamasaki). Básicamente reparte las cargas que tiene que soportar, incluidos el viento y los movimientos sísmicos, entre un tubo cuadrado hueco (la fachada, construida con columnas de acero bastante juntas) y un núcleo central de pilares de acero. Vigas horizontales en las plantas relacionan las estructuras verticales interna y externa. Diseño estructural de las Torres Gemelas A partir del séptimo piso había 59 columnas perimetrales a lo largo de cada cara de la construcción y había 47 columnas de carga en el núcleo. Todos los ascensores y las escaleras se encontraban en el centro. Los pisos consistían en losas de hormigón ligero de 4 pulgadas (10 cm) de espesor, vertido sobre una cubierta de acero estriado. Los pisos eran sujetados por una retícula de vigas puente ligeras de celosía y vigas principales, con conexiones anguladas a la losa de hormigón para un efecto combinado. Las vigas se extendían 60 pies (18 m) en las áreas anchas y 35 pies (11 m) en las áreas cortas. Las vigas conectaban con el perímetro en columnas alternadas, y por lo tanto, estaban a 6,8 pies (2,1 m) unas de otras. Los extremos de las vigas se fijaban con pernos; en el lado exterior, a unos asientos en L soldados, y en el interior, a un canal soldado a las columnas centrales. Los pisos estaban conectados a las placas anguladas mediante amortiguadores viscoelásticos, lo que contribuía a reducir la percepción de balanceo que sentían los ocupantes del edificio. Las torres también incorporaban una "celosía sombrero" o "celosía estabilizadora", ubicada entre las plantas 107 y 110, que consistía en seis vigas a lo largo de la longitud axial del núcleo y cuatro a lo largo del eje corto. Este sistema permitía optimizar la redistribución de cargas de los diafragmas de los pisos entre el perímetro y el núcleo, mejorando el comportamiento entre los diferentes materiales de acero flexible y hormigón rígido, permitiendo a la estructura exterior transferir la carga del balanceo al núcleo. También hacía de soporte de la Torre de Transmisión. Detalles En la construcción de un avión la selección y uso del material adecuado, permite disminuir peso, estar más liviano y disminuir consumo y uso de combustible. La mayor parte de la estructura de los aviones ha sido diseñada y están compuestas por aluminio. En cuanto a las estructuras de las Torres Gemelas, estaban construidas y compuestas por columnas de acero, cada una con un espesor de 12.7 cm. Y en el centro de cada Torre existían 47 columnas de acero macizo. No obstante, al momento del choque de cada avión se observa como los aviones cortan y penetran las columnas de acero y cemento pasando a través de la Torre II, penetrando totalmente incluso sus alas. La FEMA propuso que el derrumbe fue probablemente iniciado por el debilitamiento de las vigas por los incendios resultantes de los impactos de las aeronaves. Según el informe de FEMA, los pisos separados de la estructura principal del edificio cayeron unos sobre otros, iniciando un colapso progresivo en "panqueque". NIST también destacó el papel de los incendios, pero no atribuyó los colapsos a fallos de vigas. En cambio, NIST halló que los pisos, al hundirse, tiraron de las vigas perimetrales hacia el interior: Esto produjo el arqueo hacia el interior de las columnas perimetrales y el fallo de la cara sur del WTC 1 y la cara este de WTC 2, iniciando el derrumbe de cada una de las torres. En su investigación, el NIST halló razones para creer que carecían de la adecuada capacidad para modelar correctamente el efecto de estos impactos en las estructuras, sobre todo los efectos de los incendios, aunque no ofrece evidencia para esta consideración. Aunque el grosor del aislamiento sustitutivo estaba especificado en 1,5 pulgadas (3,8 cm) de espesor, NIST encontró que el grosor medio era de 2,5 pulgadas (6,4 cm).14 NIST concluyó que "ni el estado del aislamiento antes de que los aviones impactaran en el WTC, ni el espesor del aislamiento aplicado al sistema de pisos, desempeñaron un papel importante". La destrucción de numerosas vigas de carga del perímetro y del núcleo de las torres, como consecuencia del impacto se quemaron unos 38.000 litros de combustible de avión, originando incendios en las áreas de oficinas. Parte del combustible bajó por el hueco de al menos un ascensor en cada edificio, explotando en los pisos 77 y 22 y en el lado oeste de la recepción. Incendio El fuego nunca ha provocado, antes o después del 11 de septiembre, el colapso total de un edificio con estructura de acero, insiste un grupo de científicos en un artículo publicado en la revista Europhysics News, de la Sociedad Física Europea. La construcción ligera y la naturaleza hueca de las estructuras internas de las torres favorecieron que el combustible de los aviones penetrase mucho en las estructuras, iniciando muchos incendios simultáneamente en una amplia área de pisos impactados. El combustible de los aviones se consumió en minutos, pero el material de oficina continuó ardiendo durante la siguiente hora y media. Se ha sugerido que los fuegos podrían no haber sido tan intensos, ni posicionados tan al centro, si hubiera sido una construcción tradicional de rascacielos la que fue impactada por los aviones. Los restos y el combustible probablemente habrían permanecido fuera de los edificios o se habrían concentrado en áreas más periféricas alejadas de los núcleos, que entonces no habrían colaborado a la desestabilización. En este escenario, las torres podrían haber seguido en pie por más tiempo, quizá indefinidamente. Sin embargo, el fuego fue tan intenso que debilitó la estructura del núcleo y hundió los pisos, que tiraron de las columnas perimetrales hacia adentro y redujeron así su capacidad de soportar la parte del edificio que quedaba por encima. Inicio del colapso Tras el impacto y antes del colapso, los núcleos de ambas torres se podían dividir en tres secciones distintas. Por encima y por debajo de los pisos impactados, los núcleos consistían en lo que esencialmente eran dos cajas rígidas; el acero de esas secciones estaba intacto y no había sufrido calentamientos significativos. La sección entre ellos, sin embargo, sí había sufrido daños importantes y, aun no siendo capaces de fundirlo, los incendios estaban debilitando el acero estructural. Como resultado, las columnas del núcleo estaban siendo lentamente aplastadas, sosteniendo deformación plástica y fluencia lenta por el peso de los pisos superiores. Cuando la sección superior intentó ceder, sin embargo, la celosía estabilizadora redistribuyó la carga a las columnas perimetrales. Mientras tanto, las columnas perimetrales y los pisos también estaban siendo debilitados por el calor del fuego, y conforme los pisos empezaron a hundirse, tiraron de los muros exteriores hacia adentro. En el caso del WTC 2, esto causó el arqueamiento de la cara este, transfiriendo la carga de nuevo hacia el núcleo, que ya había fallado, a través de la celosía estabilizadora, iniciando así el colapso. En el caso del WTC 1, el muro sur se combó de la misma forma y con consecuencias similares. Mecanismo de colapso Pese a que estaban diseñados para soportar cargas estáticas enormes, ofrecieron poca resistencia a la masa en movimiento de las secciones por encima de los pisos donde se inició el colapso. Los sistemas estructurales responden de forma muy distinta a cargas estáticas y dinámicas, y puesto que el movimiento de la sección que caía fue una caída de al menos un piso (unos tres metros), la estructura inferior fue incapaz de detener los colapsos una vez iniciados. De hecho, una caída libre de sólo medio metro habría bastado para liberar la suficiente energía para iniciar un colapso imparable. Impacto, fuego y aire Ambas torres fueron impactadas por modelos distintos de aviones Boeing 767, que son más grandes que un Boeing 707. La vibración del choque hizo que el recubrimiento anti-fuego del acero se fracturara, desprendiendo el aislamiento contraincendios con lo cual las vigas quedaron más expuestas al fuego. Así el daño estructural abrió camino a las llamas, que a su vez iban causando más daño estructural. Es por esto por lo que el impactó dañó severamente las columnas. Mientras eso ocurría, las temperaturas, que llegaban a los 1000 °C, hacían que los vidrios de las ventanas se dilataran y se rompieran, con lo cual entraba aire que servía de alimento al fuego y se propagó por el edificio. Los datos oficiales estiman que cada avión cargaba cerca de 10 000 galones de combustible y la gran parte de ese combustible se quemó durante la bola de fuego que se formó en el momento del impacto, pero también hubo mucho combustible que se derramó a los pisos inferiores de las torres. El efecto principal creado por las altas temperaturas fue la dilatación de las vigas y las losas de cada piso. Esto causó que las losas se separaran de sus vigas y empujó las columnas hacia afuera. Pero esto no fue todo, hubo un segundo efecto. Las llamas comenzaron a ablandar el acero de las vigas, volviéndolas maleables. Eso hizo que lo que antes era una estructura rígida, ahora parecieran cuerdas que, al arquearse, comenzaron a impulsar hacia adentro las columnas a las que estaban unidas. Es importante recordar que el concreto no resiste tensión, esa es la misión del acero. El acero al ablandarse, no pueden resistir las cargas de tensión, haciendo que el concreto cediera ante las cargas y se derrumbara. El Impacto de un Avión Joaquín Martí, catedrático de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas de Madrid, que está especializado en el análisis de temas estructurales complejos, como es la resistencia a impactos, recuerda que las torres estaban diseñadas para resistir el impacto de un avión Boeing 707 cargado de combustible, e incluso el más moderno y mayor 747 (los aviones utilizados, Boeing 767, tenían un tamañó intermedio). Sin embargo, la resistencia a estos impactos se calcula únicamente desde el punto de vista mecánico y no incluye el efecto del incendio del combustible, porque sus características dependen de muchos factores imposibles de prever. La resistencia a incendios es otra faceta completamente distinta en el diseño de un edificio, y las torres estaban diseñadas para que su estructura de acero, recubierta de aluminio la externa y de otro material la interna, resistiera al menos dos horas un incendio convencional, cuya propagación se podría evitar echando mano de los depósitos de agua situados estratégicamente. 'En al menos uno de los impactos los pilares externos segados fueron muy pocos', explica Martí, 'y la torre estaba perfectamente después. El problema fue el fuego. Lo normal es que tuviera un par de horas de resistencia frente al fuego normal, pero hay distintos tipos de fuego y el combustible de avión alcanza temperaturas muy altas, con lo que esas dos horas se reducen incluso a media hora. Al aumentar la temperatura la resistencia del acero disminuye y llega un momento en que aunque la parte por encima de impacto sigue pesando lo mismo que antes, el conjunto de pilares no puede soportar el peso que tiene encima. Por eso la torre cae verticalmente, sobre su misma planta'. Y es que cuando cede al menos una planta, el resto de la torre por debajo de ella ya no puede aguantar el impacto de una gran masa a cierta velocidad, y el proceso de derrumbamiento se acelera a medida que más masa cae. Es la gravedad la que tira las torres, ha comentado el presidente de la empresa que diseñó su estructura. Un físico ha ido más allá y ha calculado que la energía liberada fue equivalente al menos a un 2% de la de la bomba atómica de Hiroshima.Los ingenieros no saben todavía con exactitud lo que falló antes, si el núcleo central o la película estructural de las fachadas. 'La estructura de las torres tuvo un comportamiento modélico, resistió el impacto sin daño profundo y por eso se pudo evacuar a mucha gente', comenta, por su parte, el ingeniero Julio Martínez Calzón, experto en diseño estructural, quien opina que, al caer la parte alta sobre la baja a velocidad cada vez mayor, el núcleo actuó como una aguja centrando las cargas y evitando que saliera de su planta. ¿Esperaban los terroristas derrumbar las torres? Es probable que sí. Los expertos, al menos, sí lo adivinaron. Para Martínez Calzón, estaba claro que la segunda torre, la que recibió el impacto más abajo y tardó una hora en caer, terminaría por hacerlo, porque tenía muchos pisos por encima. 'Dudé respecto a la otra, podía haber una posibilidad de que no progresara el desplome', comenta. Ésta cayó tras una hora y tres cuartos. Otro experto, John Knapton, de la Universidad de Newcastle, asegura que vivió horrorizado el accidente porque estaba seguro de que las torres se caerían y que no entiende cómo no se retiraron los bomberos y los policías. Respecto a la disminución de la resistencia del acero con el aumento de la temperatura, Martínez Calzón explica que el acero empieza a perder su resistencia a 600 grados y que a los 950 grados es como mantequilla. Otros expertos estiman que se alcanzó una temperatura de al menos 800 grados. ¿Se podrían haber diseñado las torres para hacerlas resistentes a este tipo de impactos?. La respuesta general es que no. Un factor es la estructura. Cuando se diseñaron y empezaron a construir las torres, en los años sesenta, no se podía plantear el uso del hormigón y además, en opinión de Martínez Calzón, si el edificio se hubiera hecho con hormigón en vez de con acero no hubiera sido más resistente, por decirlo de forma simple. 'Los esquemas resistentes hubieran sido iguales', comenta. Sí cree que se pueden hacer algunos matices: 'Una estructura metálica es más dúctil frente al impacto, tiene una mejor respuesta instantánea, aunque el tiempo de resistencia al fuego es más bajo. El hormigón, sin embargo, es más frágil'. Probabilidades 'Las estructuras se proyectan para que sean razonablemente seguras, y cuando se les añade seguridad adicional se encarece el proyecto', recuerda Martí. Hay accidentes tipo que constituyen las bases del diseño resistente, pero hay otros que se consideran lo suficientemente improbables como para no tenerlos en cuenta. Claramente, los del 11 de septiembre entran en este último tipo, aunque las torres sí resistieron sin daño la explosión de una elevada cantidad de dinamita en su base en 1993. Entre los edificios que sí se construyen para resistir grandes impactos, incluido el de un avión a gran velocidad, están algunas centrales nucleares, cuyo edificio de contención puede aguantar un caza tipo Phantom a toda velocidad (215 metros por segundo). 'Cuando se analiza este impacto se ve que hay dos fases completamente distintas: el impacto del fuselaje, que tiene poca resistencia estructural y produce una carga relativamente modesta, y luego viene el pico que supone el motor, mucho más resistente'. El diseño se hace de forma que no se dañe el hormigón por dentro ni se produzcan vibraciones que afecten a los equipos nucleares.