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Rumanía durante el periodo de entreguerras

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Evolución territorial de Rumanía.


El periodo de entreguerras en Rumanía abarca los años desde la conclusión de la
Primera Guerra Mundial, a finales de 1918, hasta la entrada del país en la Segunda
Guerra Mundial en junio de 1941.

Durante esa época, el país alcanzó su máxima extensión territorial, pero incorporó
minorías hostiles que causaron crisis políticas al final del período. La nación, a
pesar de logra desarrollo, no consiguió resolver ni sus problemas de atraso ni la
pobreza de gran parte de su población, mayoritariamente rural. La política del
país, teóricamente democrático y parlamentario pero en realidad dominado por una
minoría de clase media que controlaba las elecciones, fue derivando hacia el
autoritarismo y alcanzó la dictadura a finales de los años treinta.

La historia política rumana de la época se divide en tres veinte períodos: la


posguerra, dominada por el Partido Nacional Liberal, libre ya de la oposición de su
antiguo rival el Partido Conservador y respaldado por el rey Fernando; un período
intermedio de regencia en que se alzó con el poder el popular Partido Nacional
Campesino; y el reinado de Carol (Carlos) II, caracterizado por el gradual control
político del monarca y la crisis del sistema parlamentario, sustituido a finales de
la década de 1930 por una dictadura real.

En política exterior, el país comenzó como una de las naciones beneficiadas de la


Primera Guerra Mundial y mantuvo una estrecha relación con Francia y con sus
vecinos opuestos a las revisiones territoriales, formando parte de la Pequeña
Entente. Con el advenimiento de la Gran Depresión y la creciente tensión
internacional de los años treinta, la pasividad del Reino Unido y Francia ante la
Alemania nazi, la incapacidad de aquellas para aliviar la grave crisis económica
rumana, adquirir productos rumanos o abastecer al país de armamento, llevaron a una
creciente neutralidad y acercamiento a las potencias fascistas, que no fue total
hasta la derrota de Francia en el verano de 1940. El alineamiento tardío con
Alemania y los intereses políticos de esta en sus relaciones con los países vecinos
hicieron que Rumanía perdiese entre junio y septiembre de 1940 una parte sustancial
de los territorios obtenidos tras la Primera Guerra Mundial.

Económica y socialmente, el período se caracterizó por un moderado crecimiento,


insuficiente para mejorar la situación de miseria de la mayoría de la población,
campesina y en continuo crecimiento. La hostilidad hacia la izquierda política,
asociada a la Unión Soviética, tradicional enemiga por rivalidades territoriales,
hizo que el descontento se plasmase en un aumento de las formaciones de
ultraderecha hostiles a la oligarquía, que fueron temporalmente aplastadas a
finales de la década de 1930 para resurgir luego, tras la abdicación de Carol.

El período acabó con la entrada de Rumanía en la Segunda Guerra Mundial, aliada al


Eje durante la invasión de la Unión Soviética en junio de 1941, ya bajo una
dictadura militar empeñada en recuperar los territorios perdidos en el verano de
1940.

Índice
1 Historia
1.1 Política interior
1.1.1 La posguerra y la reforma agraria
1.1.2 El regreso de los liberales
1.1.3 Los gobiernos nacional-campesinos y el regreso de Carol
1.1.4 Los gobiernos liberales de Carol
1.1.5 El gobierno de Goga y la dictadura real
1.1.6 El ascenso de Antonescu y la coalición con la Guardia de Hierro
1.1.7 Supresión de la Guardia y dictadura militar
1.2 Política exterior
1.2.1 Alianza con Francia y actividad en la Sociedad de Naciones
1.2.2 Acercamiento al Eje y política de equilibrio
1.2.3 Alineamiento con el Eje y pérdidas territoriales
1.2.4 El Estado Nacional Legionario
1.2.5 La dictadura militar
1.2.6 La entrada en la Guerra Mundial
2 Economía y sociedad
2.1 Religión
2.2 Minorías y discriminación
2.3 Actividades económicas y población
2.4 Situación económica en la posguerra
2.5 Situación social
2.6 Reforma agraria e intentos de desarrollo
2.7 La Gran Depresión
2.8 La industrialización y el rearme
2.9 Las relaciones comerciales con el extranjero
3 Notas
4 Referencias
5 Bibliografía
Historia
Cambio de población y territorio
(1912 y 1920)

Según Rothschild, p. 281.1


Rumanía creció notablemente tras la Primera Guerra Mundial. La derrota y
desmembramiento del Imperio austrohúngaro le permitió adquirir Bucovina, parte de
Austria desde 1775, y Transilvania, parte del Banato y los distritos de Crişana y
Maramureş, durante siglos parte de la Corona de Hungría.1 El hundimiento del
Imperio ruso, la revolución y la posterior guerra civil le dieron la oportunidad de
ocupar y posteriormente anexionarse Besarabia, que pertenecía a Rusia desde 1812.1
Todos estos territorios contaban con una mayoría de cultura rumana,2 aunque también
albergaban abundantes minorías. El país había obtenido además el sur de Dobruja
inmediatamente antes del estallido de la Guerra Mundial, tras la derrota búlgara en
la Segunda Guerra Balcánica en 1913. Aunque lo había perdido durante la guerra, lo
recuperó tras la derrota de los Imperios Centrales.1 En esta provincia, a
diferencia de las demás adquisiciones, la población de cultura rumana se hallaba en
minoría.2

Política interior

Ion I. C. Brătianu, numerosas veces primer ministro y figura principal del Partido
Nacional-Liberal (PNL), controló la política rumana de la posguerra hasta su muerte
en 1927, gracias en parte a su influencia con el rey Fernando I. Poco después de su
fallecimiento, el PNL entró en crisis.
La imagen del Partido Conservador, que dominaba el Gobierno que presidió Alexandru
Marghiloman durante la ocupación por los Imperios Centrales del sur del país, quedó
empañada por la firma de un tratado de paz desfavorable para la nación, sus
intentos de no realizar la reforma agraria y su fama de colaboracionista —pese a
que consensuaba sus medidas con el rey Fernando I—.3 En las elecciones de noviembre
de 1919 el partido, convertido en el «Conservador-Progresista», casi desapareció:
obtuvo únicamente el 3,8 % de los votos tras el comienzo de la reforma agraria, que
lo había debilitado definitivamente.3 La nueva situación, en la que el bipartidismo
tradicional sostenido por el Partido Conservador y el Partido Nacional Liberal
desapareció al hundirse el primero, favoreció engañosamente a los nacional-
liberales, que tuvieron dificultades para mantener su tradicional poder.4
La posguerra y la reforma agraria
Tras un nuevo gobierno del caudillo liberal Ionel Brătianu entre noviembre de 1918
y septiembre de 1919, se instituyó otro del general Artur Văitoianu, que celebró
elecciones en noviembre con sufragio universal masculino por primera vez; estas
votaciones marcaron el comienzo de un nuevo panorama político en el que las fuerzas
aparentemente vencedoras eran partidos nuevos: el transilvano Partido Nacional
Rumano, el campesino Partido Campesino de Mihalache y el derechista Partido
Nacionalista Demócrata del historiador Nicolae Iorga.4 Los vencedores formaron un
Gobierno de coalición4 que trató de promulgar una reforma agraria más profunda, lo
que llevó a su caída.

El regreso de los liberales


Los liberales recuperaron el poder en 1922 y aprobaron una nueva Constitución al
año siguiente, según la oposición con el objetivo no de unificar la legislación de
todos los territorios del país, sino de facilitar la perpetuación de los liberales
en el mismo.5 Se concedieron poderes al monarca, cercano a los liberales,5 que,
junto con la estructura del Senado, podían facilitar efectivamente el control
político de los liberales.5 En 1926 la Constitución se complementó con una ley
electoral de inspiración fascista italiana5 —la ley Acerbo— que concedía el 50 % de
los escaños al partido que obtuviese el 40 % de los votos.5 Esta ley obligaba a los
partidos a extrañas alianzas para lograr el porcentaje mencionado y aumentaba el
peligro de que, una vez en el poder, utilizasen la corrupción para resarcirse de
los grandes gastos que les había ocasionado el mantenimiento de extensas
representaciones por todo el país, necesarias para tener posibilidades de lograr
tan amplia victoria.5 Los liberales aprobaron asimismo una serie de leyes que
hicieron que gran parte de los recursos económicos de los nuevos territorios
pasasen a manos de sus partidarios y que eliminaron cualquier autonomía de los
territorios.6 Estas maniobras disgustaban a la oposición, especialmente a la de
origen transilvano,7 y desgastaron rápidamente la imagen del Gobierno, que trató de
mantener el poder a la vez que cedía en apariencia el Gobierno al general Alexandru
Averescu, que se mantuvo al frente de él entre marzo de 1926 y junio de 1927,
dependiente del favor de los liberales.7 Tras intentar una serie de maniobras
contra estos, Averescu fue destituido por el rey, a petición del PNL, que retomó el
poder.7

El caudillo liberal Ionel Brătianu regresó brevemente al frente del gabinete, pero
su muerte ese mismo año, junto con la del soberano, siempre cercano a los
liberales,7 condujo a la crisis definitiva del partido. Tras una breve prórroga en
el poder con el hermano de Ionel, Vintilă Brătianu, al frente, el endurecimiento de
la postura de la oposición y el desencanto popular hicieron que la regencia
decidiese encargar la formación de un nuevo Gobierno al principal dirigente de la
oposición, el nacional-campesino Iuliu Maniu.8

Los gobiernos nacional-campesinos y el regreso de Carol

Carol II, monarca durante la década de 1930 y figura política principal del
periodo. Controló la política interna del país casi desde su vuelta al país en 1930
y la exterior desde 1936, tras el relevo del ministro de Asuntos Exteriores
proaliado Nicolae Titulescu. Su intento de mantener una posición de equilibrio
entre las grandes potencias fracasó.
Tras las dificultades del Gobierno del heredero del PNL Vintilă Brătianu para
mantenerse en el poder y con la opción tradicional de sustituir su Gobierno por uno
afín del general Averescu desprestigiada, el Consejo de Regencia decidió aceptar
por sorpresa la renuncia de Brătianu y encargar la formación de Gobierno a la
principal figura de la oposición, Iuliu Maniu.9 Este tomó posesión el 10 de
noviembre de 1928 y aprobó una serie de medidas bien recibidas, como la abolición
de la ley marcial y de la censura, la purga de la siniestra gendarmería y unos
intentos solo parcialmente afortunados de reforma del cuerpo de funcionarios y de
descentralización de la Administración Pública.10 En diciembre, unas elecciones
libres dieron a su partido una amplia mayoría absoluta.10 La concesión final del
crédito de estabilización que Brătianu no había logrado obtener le permitió aplicar
ciertas medidas modernizadoras.10

La anterior política liberal de primacía total de la industria dio paso a medidas


favorables a la agricultura y sus exportaciones que pronto se toparon con el
hundimiento del comercio mundial a causa de la Gran Depresión.11 Algunas medidas
del Gobierno, además, lo identificaron con sus predecesores: la disposición a
suprimir cualquier movimiento de izquierda con rigor, la sustitución de uno de los
regentes, fallecido, por otro claramente favorable al nuevo Gobierno, el
mantenimiento del premio electoral para el partido que alcanzaba el 40 % de los
votos, etc.11

El regreso por sorpresa al país del príncipe Carol el 6 de junio de 1930 complicó
la situación: aceptado su ascenso al trono al principio por los nacional-
campesinos, que pensaron en utilizarlo como los liberales habían hecho con su
padre,12 pronto se mostró poco inclinado a ser una mera figura y no llevar las
riendas del poder.12 Maniu aprovechó su oposición al retorno de la amante del rey
para dimitir cuatro meses después de la vuelta de Carol.12 A pesar de las
preferencias de los nacional-campesinos por su vicepresidente, Ion Mihalache,
hubieron de aceptar la sustitución de Maniu por una figura menor del partido,
Gheorghe Mironescu, que se mantuvo en el poder precariamente hasta abril de 1931,
tras lograr el último gran crédito internacional para el país, pero tener a cambio
que aplicar duras medidas deflacionistas, muy impopulares.13 Carol comenzó así su
campaña de descrédito y disgregación de los partidos tradicionales13 que llevaría
al final de la década a la instauración de una dictadura real. Durante su década en
el trono, tuvo veinticinco gobiernos con dieciocho primeros ministros y sesenta y
un ministros, además de nueve jefes del Estado Mayor.14

Tras el relevo de Mironescu, el rey trató de sustituir los Gobiernos apoyados en


los partidos por uno de figuras que se apoyase en él y nombró presidente del
Gobierno al famoso historiador Nicolae Iorga en abril de 1931. El experimento
resultó un fracaso14 y Carol volvió a los cortos gabinetes nacional-campesinos que
hundieron al partido definitivamente en la crisis.15 Iorga celebró las elecciones
más corruptas del periodo,14 fracasó en sacar al país de la crisis y aplicó medidas
poco eficaces.14 Durante su mandato la Guardia de Hierro (fundada como Legión de
San Miguel Arcángel) obtuvo sus primeros escaños.14

El primer ministro que se alternó con Maniu al frente de los últimos gabinetes
nacional-campesinos, Alexandru Vaida-Voevod, se fue inclinando hacia la creciente
ultraderecha15 y abandonó poco después el partido para formar su propia diminuta
formación de derecha radical xenófoba.16

Los gobiernos liberales de Carol


Después de haber quebrado el prestigio de los nacional-campesinos, Carol procedió a
fomentar las disensiones en el otro gran partido rumano, el nacional-liberal
(PNL).15 Nombró presidente del Consejo de Ministros al duro Ion G. Duca, que amañó
las elecciones para asegurarse la mayoría absoluta y se enfrentó decididamente a la
Guardia de Hierro, arrestando a dieciocho mil de sus miembros y permitiendo que la
gendarmería maltratase a cientos y asesinase a un par de docenas.15 El 29 de
diciembre de 1933, Duca cayó asesinado por miembros de la Guardia, que fueron
posteriormente absueltos por un tribunal militar.17

Elecciones parlamentarias
(diciembre de 1937)
(escaños)

Según Rothschild, p. 310.18


1 Bloque gubernamental (35,92 %)
2 Partido Nacional Campesino (20,4 %)
3 Guardia de Hierro (15,58 %)
4 Partido Nacional Cristiano (9,15 %)
5 Partido Magiar (4,43 %)
6 Partido Nacional Liberal (3,89 %)
7 Partido Campesino Radical (2,25 %)
Le sustituyó otro liberal no perteneciente a la dirección del PNL —de nuevo como
maniobra del rey para dividir el partido—, Gheorghe Tătărescu, que se enfrentó a
los miembros de la familia Brătianu que dirigían entonces la formación, Gheorghe
Brătianu y Constantin I. C. Brătianu.17 Tătărescu fue el único primer ministro en
cumplir los cuatro años de mandato; aplicó una política —cada vez más autoritaria—
de sumisión al monarca y fomento oficioso de la Guardia de Hierro.17 En 1934 se
creó una organización juvenil a imagen de las de los países fascistas y en 1936
comenzó un programa de brigadas de trabajos obligatorios y otro de rearme.17

Su largo gobierno se caracterizó también por una cierta mejoría económica, que no
alcanzó, sin embargo, a la gran masa de campesinos pobres.17 El aumento de la
demanda de petróleo rumano, las buenas cosechas de 1936 y 1937 y la reforma
financiera permitieron tener

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