Está en la página 1de 13

PREGUNTAS CORTAS de Historia Contemporánea (1914-1989)

Jean Jaurés. Entre los líderes socialistas más activos en la oposición a la Gran Guerra (1914-1918) cabe
destacar al francés Jean Jaurés, posición que le costó la vida a manos de un nacionalista en París en
julio de 1914. El asesinato simbolizaba la lucha entre las posturas “antibélicas” del internacionalismo de
clase, protagonizadas por los sectores más radicales de espartaquistas en Alemania o bolcheviques en
Rusia, contra las posiciones nacionalistas del movimiento obrero proclives a la guerra, que al final
terminaron imponiéndose enmarcadas en los gobiernos de unidad nacional.
El Plan Schlieffen. Presentado en 1905 por el Jefe del alto mando alemán, preveía un ataque rápido contra
Francia a través de Bélgica y Luxemburgo. Puesto en práctica a inicios de la Gran Guerra, suponía que
con un avance fulminante del general Moltke, una victoria rápida en Francia le permitiera a Alemania
concentrar los esfuerzos en el frente oriental contra Rusia. Sin embargo el general francés Joffre y
fuerzas inglesas lograron contener el avance, estabilizando el frente occidental tras la Batalla del Marne
en septiembre del 14, provocando una larga guerra de posiciones y trincheras.
Telegrama Zimmerman. En el contexto de la Gran Guerra y la posible participación norteamericana tras los
incidentes provocados por los submarinos alemanes con el hundimiento del Lusitania, el contenido del
telegrama enviado por el secretario de asuntos extranjeros alemán Zimmerman, precipitó la entrada
de EEUU en la guerra. El telegrama, interceptado por los servicios ingleses en 1917, se dirigía al
presidente mexicano animándole a intervenir contra EEUU y recuperar las pérdidas territoriales de este
pais con apoyo de Alemania. El contenido fue publicado en la prensa convenciendo a la escéptica
opinión pública y al presidente Wilson de la conveniencia de la entrada en la guerra.
Tratado de Brest-Litovsk. Tras el triunfo de la Revolución bolchevique y el abandono de la Gran Guerra, los
dirigentes rusos con Trotsky a la cabeza firmaron en 1918 la negociación de paz con las potencias
centrales en Brest-Litovsk. En el tratado se asumía la pérdida territorial en Polonia, los paises Bálticos,
Georgia y Ucrania. Tras el final de la Guerra y la derrota alemana se anuló el tratado y en 1940 todas las
pérdidas rusas (salvo Finlandia) habían sido recuperadas.
Komintern. En el contexto de posguerra y tras la ruptura en el seno del socialismo, la III Internacional
comunista fue el instrumento expansivo de la experiencia revolucionaria soviética. Constituido en 1919 en
Moscú por iniciativa de Lenin, agrupaba a los partidos comunistas y socialistas más radicales de todo el
mundo, promoviendo la lucha en cada país para destruir la sociedad burguesa capitalista y sustituirla por
repúblicas de soviets. El Komintern fue fundamental en la formación de los Frentes Populares contra el
avance del fascismo y perdió fuerza durante el estalinismo hasta desaparecer en 1947, sustituida en
cierta forma por el Kominform como aparato de propaganda e información estalinista.
La NEP. La Nueva Política Económica fue un plan de reformas promovido por Lenin en el X Congreso del
PCUS en 1921, para superar la difícil situación económica del pais tras la Guerra Civil (el comunismo de
guerra) que imposibilitaba cualquier proyecto político. La estrategia de la NEP recuperaba la propiedad
privada y la economía de mercado en parte de la economía, aunque conservaba un poderoso sector
público. Fue una medida de realismo “provisional”, un retroceso táctico para activar la producción. Pero con
las colectivizaciones y el primer Plan Quinquenal (1927), la primera experiencia reformista soviética no
había más allá del ámbito económico y se dió por finalizada.
Salazar. En el contexto de la experiencia dictatorial provocada por la crisis del sistema liberal en Portugal,
y tras la desastrosa gestión de los militares golpistas, la llegada del prestigioso catedrático de economía
política de la Universidad de Coimbra, Oliveira Salazar al gobierno en 1928, supuso un cambio de rumbo
en la historia del país. Miembro destacado del partido Católico, inteligente y pragmático, infundió a la
dictadura y al régimen un carácter autoritario aunque distante en su moderación de las experiencias
fascistas del momento. Con su gestión saneó la situación financiera y económica y su prestigio permitió
desde 1932 una dictadura personal conservadora, nacionalista, antiliberal y anticomunista, aunque
relativamente templada: el Estado Novo, orientado por la razón, la moral y el derecho, que pervivió hasta
1974.
Constitución portuguesa (1933). El modelo ecléctico de Constitución (autoritaria con elementos
“pseudoliberales” y corporativistas) fue el marco legal y político del Estado Novo salazarista de la
República portuguesa. Contemplaba un legislativo bicameral con la Asamblea Nacional y una “Cámara
corporativa” consultiva, en torno al eminente ejecutivo en manos del Presidente del Consejo de ministros
(Salazar y despues Caetano). Los sectores del poder se articulaban en torno a un partido único la
“Unión Nacional”. La constitución autoritaria y corporativista restringía la libertad de expresión, prohibía
el derecho a la huelga y hacía obligatoria la filiación al sindicato vertical.
Walter Rathenau. En el contexto de la deriva reaccionaria contra la República de Weimar, y el descrédito
de los políticos firmantes del armisticio, el radicalismo nacionalista ensangrentó la vida política con los
asesinatos en 1921 del católico Matthias Erzberger (jefe de la delegación que firmó el armisticio) y del
industrial de origen judío Walter Rathenau en 1922, ministro de exteriores y también favorable a la
aceptación realista de las cláusulas de Versalles.
Matias Erzberger. En el contexto de la deriva reaccionaria contra la República de Weimar, y el
descrédito de los políticos firmantes del armisticio, el radicalismo nacionalista ensangrentó la vida
política con los asesinatos en 1921 del católico Matthias Erzberger (jefe de la delegación que firmó el
armisticio) y del industrial de origen judío Walter Rathenau en 1922, ministro de exteriores y también
favorable a la aceptación realista de las cláusulas de Versalles.
Conferencia de Washington (1921-22). En la Conferencia de Washington, EEUU conseguía fijar su
hegemonía naval contra el auge japonés en el Pacífico y a la vez imponer sus intereses en el Extremo
Oriente. En el tratado sobre desarme naval, las potencias establecieron una jerarquía de unidades con
EEUU a la cabeza que garantizaba el statu quo en el Pacífico. Un tercer tratado sobre China, garantizaba
la independencia e integridad del pais contra los intereses nipones, que también debieron renunciar a sus
aspiraciones sobre territorios rusos.
Raymond Poincaré. En el convulso panorama político de la Francia tras la Gran Guerra y la polarización
de los gobiernos en manos del Partido Radical, el regreso del prestigioso Raymond Poincaré
(presidente de 1913 a 1920 y primer ministro de 1922 al 24) aportó entre 1926 y 29, estabilidad y
regeneración financiera a las puertas de la Gran Depresión. Con el viraje de los radicales hacia la
derecha en 1926 Poincaré logró constituir un gobierno de “unión nacional “para dar solución a la grave
crisis financiera provocada por la huida de capitales y el boicot de la banca (el mur d’argent) que acabó
con el gobierno de izquierdas de Herriot. La era Poincaré fue el tiempo de la normalización y prosperidad
económica y con Briand en Exteriores, el del entendimiento con Alemania
Protocolo de Ginebra. La tentativa de los gobiernos de izquierdas ingleses y franceses de imponer el
arbitraje en los casos de conflicto y aplicar sanciones automáticas se plasmó en el Protocolo de
Ginebra de 1923, que fracasó con el regreso de los gobiernos conservadores, presionados por EEUU.
La eficacia de la Sociedad de Naciones en cuanto al alcance de sus competencias se veía entorpecida
por el propio funcionamiento, por la exigencia de unanimidad en las decisiones de un amplio Consejo y la
carencia de mecanismos de autoridad.
Plan Dawes-Young. En el contexto esperanzador del segundo lustro de los 20, un plan de viabilidad de
los pagos por iniciativa norteamericana, el Plan Dawes, aceptado en la Conferencia de Londres de
1924, intentaba resolver la cuestión de las reparaciones de guerra poniendo en orden los pagos
internacionales. La solución pasaba por relajar las exigencias a una Alemania hundida economicamente
y retomar la liquidación de las deudas aliadas con los EEUU. Tras la crisis de la ocupación de Renania,
el Plan Young de la Conferencia de la Haya (1929), reducía el montante y escalonaba aún más los
pagos (1988), pero vinculados a la relajación de las exigencias americanas en el cobro de las deudas
aliadas como exigía Francia. Todo ello generó confianza y estimuló la recuperación de la economía
internacional.
Herbert Hoover. De orígenes modestos, fue un hombre hecho a sí mismo. Había desarrollado una
importante labor humanitaria en la Bélgica ocupada en el gobierno Wilson. Concluida la guerra, Hoover fue
el organizador de la distribución de la ayuda norteamericana a la Europa devastada. La prosperidad de los
veinte, asociada a su larga gestión al frente de la economía norteamericana, reforzó su prestigio y le
condujo en 1928 a la Casa Blanca. Creía en la libertad, pero también en las posibilidades de una
ingeniería social de porte corporativista que organizase y armonizase las fuerzas económicas y los
intereses sociales bajo el estímulo de la acción política. Con esas ideas de intervención correctora y
dinamizadora de la economía, elogiadas por Keynes, se enfrentó a lo peor de la crisis del 29. La
Historia le ha infravalorado injustamente, eclipsado por la crisis y los “éxitos” de Roosevelt del que fue
claro precedente.
Canciller Dollfuss. El Canciller austriaco tuvo que enfrentarse a la presión nazi que suponía el Anschluss,
la fusión de Austria y Alemania. El intento de golpe de estado protagonizado por el partido nazi austriaco
acabaría con su vida en julio de 1934, siendo sustituido por Schuschnigg. Sin embargo ante la presión
italiana, partidaria de la independencia de Austria, Alemania no se movió en apoyo de los nazis
austriacos y el golpe fracasó, posponiendo la fusión.
El Frente de Stresa (1935). Entre las barreras diplomáticas impulsadas contra el expansionismo alemán
destaca la Conferencia de Stresa, entre Francia (Laval), Inglaterra (Mcdonald) e Italia, donde el Duce
vinculaba sus esfuerzos en mantener el statu quo europeo, sobre todo contra el Anschluss, a la
aceptación de su proyecto en Etiopía. Sin embargo este proyecto de contención alemana nacía lastrado
por intereses contradictorios y la débil y transigente actitud de los gobiernos inglés y francés ante las
actitudes revisionistas, por lo que el Frente de Stresa estuvo abocado al fracaso.
Canciller Schuschnigg. Tras el asesinato de Dollfuss y el relativo fracaso del golpe, el nuevo canciller
Schuschnigg tuvo que enfrentar las nuevas embestidas del Anschluss. En 1938 Hitler impuso al canciller
la entrada en el gobierno del nazi Seyss-Inqart y pese a la resistencia de éste, Alemania le obligó a
renunciar siendo sustituido por Inqart que abrió las puertas a las tropas alemanas, provocando la
unión. El hecho de injerencia alemana provocó un tímido acercamiento del Frente de Stresa para
preservar la independencia austriaca, aunque, con la moderación de la oposición italiana y la política de
apaciguamiento inglesa, el dique contra el expansionismo alemán fracasó.
Conferencia de Munich (1938). Ante la crisis de los Sudetes y el empuje expansionista pangermánico de
Hitler, las actitudes de Inglaterra y Francia se retrataron en la convocatoria de la Conferencia de Munich,
que daría fuerza a las intenciones alemanas frente a la debilidad franco-británica. A iniciativa de Mussolini
y Chamberlain las cuatro potencias, sin Checoslovaquia, se reunieron en Munich para confirmar la
anexión de los Sudetes y fijar las condiciones de ésta. Las consecuencias de la ”Paz de Munich” serían
desastrosas, se había violado la integridad de un miembro de la Sociedad de Naciones creando un
grave precedente y dando vía libre a la “lógica” de la fuerza y al futuro expansionismo alemán frente a la
pasividad de las democracias occidentales, abriendo el camino de la guerra mundial.
Ley Cash and Carry. En el contexto prebélico y la conformación aliada, en 1939 EEUU aprobó una ley que
permitía la venta de armas a los aliados “al contado”, intentando evitar los problemas de financiación que
supuso la Gran Guerra, lo que permitió abastecer militarmente a Inglaterra. Tras la rápida ocupación de
Francia, Roosevelt, más proclive a la intervención aprobaría la Ley de Préstamo y Arriendo que permitía
la compra de armas y otros productos “a crédito”.
Neville Chamberlain. Entre las actitudes transigentes “de apaciguamiento” de las democracias occidentales
ante el empuje hitleriano, destaca la del premier británico Neville Chamberlain. Siguiendo la línea pacifista
de la opinión pública de su pais prefirió creer que Hitler se detendría en su proyecto pangermánico y tras
reunirse con Hitler apoyó la anexión de los Sudetes en la Conferencia de Munich. La Historia reprobaría su
actitud excesivamente prudente (en su comparación con Churchill), aunque sin duda fue el chivo expiatorio
del acomplejado pacifismo de todas las democracias.
Winston Churchill. El contrapunto de Chamberlain en la actitud firme frente al peligro nazi, lo constituye
Churchill. Con una larga, y a veces conflictiva experiencia (Gallipoli, política monetaria), en gobiernos
anteriores desde antes de la Gran Guerra, tras su salida del gabinete de Chamberlain, en el inicio de la
guerra fue llamado a presididir un gobierno de unidad nacional, que hizo frente a la difícil situación de
resistencia de la Batalla de Inglaterra con los bombardeos de la Lutwaffe. A pesar del coste de vidas
civiles, el pais resistió a la invasión y Churchill, artífice de un espíritu de sacrificio nacional, de “sangre,
sudor y lágrimas”, protagonizó la recuperación aliada, el apoyo a la Francia libre de De Gaulle, la victoria
final, la firma de la Carta del Atlántico y los inicios de la Guerra Fría tras la Conferencia de Yalta.
Línea Maginot. En el contexto de la Guerra relámpago, la línea Maginot constituía un frente de defensa
francés en la frontera con Alemania. El conjunto de 200 km. de fortificaciones se había empezado a construir
en 1927 para defenderse de un posible ataque alemán sobre todo en las disputadas Alsacia y Lorena
ante la vorágine revisionista alemana tras la Gran Guerra. Al inicio del conflicto, la llamada “drôle de
guerre”, formó parte de la guerra de posiciones frente a la Línea Sigfrido alemana. El rápido ataque
(Blitzrieg) por las Ardenas de los alemanes (1941), invalidó su función defensiva.
Petain. Tras la rápida invasión alemana de Francia en 1941, la posición colaboracionista fue
protagonizada por el mariscal Petain, frente a la “Francia libre” en el exilio de Charles De Gaulle.
Alemania ocupó el norte del pais mientras el sur quedó en manos del gobierno colaboracionista de Vichy,
con importantes colaboradores como el presidente Pierre Laval. La jefatura del Estado fue asumida por
Petain al que un aturdido parlamento había concedido plenos poderes.
Charles De Gaulle. Tras la rápida invasión alemana de Francia en mayo de 1941 y la evacuación de las
tropas en Dunquerque, el general De Gaulle representó a las fuerzas francesas contra la ocupación
alemana: la “Francia libre”.. Desde el exilio de Londres y el reconocimiento de Churchill como “jefe de
los franceses libres”, organizó las fuerzas de la resistencia desde el exterior y alentó a los franceses a la
resistencia con mensajes radiofónicos. En 1944 entraría victorioso en Paris, siendo nombrado jefe del
gobierno provisional francés. En 1947 fundó su propio partido (RPF) y en 1958 accedió a la Presidencia
promoviendo una nueva constitución de corte presidencialista. Promovió la descolonización de Argelia y los
sucesos del mayo del 68 provocaron su dimisión.
Guerra relámpago (Blitzkrieg). La táctica de Hitler ante la apertura de tantos frentes pasaba por una
estrategia de guerra rápida que le permitiera ganar tiempo, sin posibilidad de reacción y evitando una
guerra de desgaste. El Blitzkrieg llevado a cabo por la Werhmacht sobre Polonia actuó con la rápida
incursión de unidades acorazadas apoyadas por ataques de la Luftwaffe, abriendo paso a la
penetración de los soldados alemanes. La misma táctica se utilizaría en otros frentes como en Bélgica
y Francia, hasta llegar al frente ruso donde las circunstancias imposibilitaron esa táctica lo que supuso
tras la derrota de Stalingrado el principio del fin del III Reich.
Operación Barbarroja. En junio de 1941, Alemania lanzaba contra la URSS la “Operación Barbarroja”,
transgrediendo el débil pacto germano-soviético del 39, contra los diferentes intereses en los Balcanes y el
potencial de recursos rusos, vitales para Alemania (el trigo ucraniano y el petróleo caucásico). El avance
hasta el otoño fue espectacular hasta las puertas de Moscú, pero la resistencia rusa y el invierno
detuvieron el avance, prolongando la guerra hasta 1943 con la resistencia de Stalingrado como símbolo
de una guerra de desgaste.
Operación Torch. Con la mayor parte de Europa ocupada y la presión en el frente ruso, los aliados
plantearon crear nuevos frentes para debilitar a las fuerzas alemanas que dominaban la guerra en 1942.
En ese contexto se inserta la acción coordinada de los aliados sobre el norte de África, dominada por el
Africa Korps de Rommel. La llamada operación antorcha consistía en el desembarco y avance desde el
Protectorado de Marruecos y Argelia bajo el gobierno de Vichy, hacia Túnez de las tropas anglo-
estadounidenses dirigidas por Eisenhower, en noviembre de 1942, con el objetivo de atacar a las fuerzas
alemanas desde la retaguardia de los dominios norteafricanos franceses.
Operación Overlord. La victoria aliada tendría en el desembarco de Normandía una de sus fases
decisivas. La operación Overlord se puso en marcha en junio de 1944 y 100.000 hombres al mando de
Eisenhower desembarcaban en las costas de Normandía. El avance fue más complicado que en Italia
sobre todo por las importantes fortificaciones que los alemanes habían desplegado en el norte de
Francia y el mejor estado de las carreteras que facilitaba la comunicación de las defensas. De todos
modos la liberación de Paris se produjo el 25 de agosto.
República de Saló. Tras la invasión de Italia por los aliados en 1943, el rey Victor Manuel III nombró un nuevo
gobierno y declaró la guerra a Alemania. Mussolini tras ser detenido huyó al norte del pais invadido por
Alemania, donde instauró la República Social Italiana bajo protección alemana, hasta que fuera detenido
por los partisanos y asesinado en 1945.
Bretton Woods (1944). Entre las medidas para reestructurar la economía mundial e impedir nuevas crisis, la
Conferencia de Bretton Woods procuró evitar el caos económico prebélico y reactivar el comercio
mundial para acabar con el proteccionismo y los sistemas autárquicos de los 30 que tanto habían
incidido en la guerra. Para ello se pusieron las bases para fomentar la cooperación económica sobre
bases liberales: libre circulación de mercancías y estabilización del sistema monetario (monedas
convertibles definidas por un peso en oro con el dólar como referencia o divisa de cambio) para
equilibrar las balanzas de pago y evitar los errores pasados de devaluaciones e inflación forzadas. Para
ello se crearon el FMI y el Banco Mundial que se encargaban de supervisar las paridades y ayudar
financieramente a aquellos paises con dificultades.
Plan Baruch. Entre los muchos intentos de distensión de la Guerra Fría el Plan Baruch presentado en la ONU
en 1946 por iniciativa norteamericana, pretendía la supervisión nuclear para fines pacíficos, sin embargo el
intento de tranquilizar a la URSS sobre el monopolio nuclear también fracasó. La URSS se opuso porque
se mantenía el monopolio americano y además las pruebas en Bikini, solo sirvieron para atizar la tensión
bilateral y Stalin aceleró la carrera nuclear y en 1948 obtenía su primer reactor.
Plan Marshall. El Plan de Recuperación Europea (ERP) se puso en marcha con 30.000 millones de
dólares, desde 1948 al 51, con el objetivo de racionalizar las economías europeas y la creación de un
área de libre comercio para que Europa se integrara en el esquema de Bretton Woods. El Plan Marshall
consistía en préstamos a largo plazo y donaciones de productos norteamericanos, materias primas,
bienes industriales o alimentos, además de un fondo de desarrollo destinado a inversiones en
infraestructura, tecnología, financiación de déficits. La fácil adquisición de productos básicos supuso una
mejora inmediata del nivel de vida de los europeos. También evitó lo que pudo haber sido una profunda
crisis política y facilitó la cooperación económica, propiciando el proceso de integración europea de la
década siguiente.
Plan Molotov. En respuesta al Plan Marshall, la URSS acometió un plan de desarrollo económico sobre sus
paises satélites en Europa, tentados por el plan norteamericano. Además ordenó mediante el recien
creado Kominform (que sustituía al viejo Komintern) a los partidos y sindicatos comunistas de Europa a
oponerse al Plan Marshall lo que provocaría su aislamiento en los sistemas democráticos occidentales.
Doctrina Truman. En el contexto inicial de la Guerra Fría, en 1947 un discurso del presidente Truman
exponía la postura norteamericana frente al avance de la amenaza soviética, en particular sobre el
avance comunista en Grecia y la presión soviética sobre Turquía: EEUU ayudaría “a los pueblos libres
que resistieran las tentativas de dominio por parte de minorías armadas o presiones exteriores”. De
este modo junto a otras advertencias como las de Kennan o Churchill, se exponía la polarización entre
dos concepciones del mundo antagónicas, definidas en dos bloques.
Telegrama largo. En 1946, tras un amenazador discurso de Stalin en el Bolshoi, un largo telegrama,
redactado por George Kennan, experto en asuntos soviéticos, fue enviado a Washington desde la
embajada norteamericana en Moscú. Según Kennan, la URSS, impulsada por el tradicional sentimiento
de inseguridad ruso “el oscuro mundo de la intriga zarista” y su visión fieramente anticapitalista, era
irremediablemente hostil a Occidente. Moscú necesitaba enemigos extranjeros para justificar su brutal
gobierno. Por ello, Kennan advertía, el gobierno soviético trataría de continuar su política expansionista
hacia Europa occidental, poniendo en grave peligro la seguridad de EE.UU. Kennan advertía que el
Kremlin era "poco influenciable por la lógica de la razón (...), pero muy sensible a la lógica de la fuerza" y la
confrontación, y aunque también señalaba sus debilidades, era necesario atender sus intenciones.
Imre Nagy. En el contexto del control de los paises satélites de la URSS, Hungría fue gobernada entre 1953
y 1955 por el reformista Imre Nagy, cuyo programa de liberalizaciones fue contestado por Moscú y
relevado primero por políticos prosoviéticos (Rakosi, Gero). En 1956 las manifestaciones de estudiantes
reclamaban reformas económicas y liberalización política e incluían la restauración de Nagy. Kruschev
como mal menor aceptó rehabilitarlo, aunque las protestas no arreciaron y Nagy desafió a Moscú con la
intención de restaurar un sistema de partidos y salir del Pacto de Varsovia. Ante el temor de que la
revuelta hungara se extendiera y la presión del sector duro las tropas soviéticas intervinieron provocando
3.000 muertos, ante la pasividad de Occidente. Nagy fue fusilado en 1958 y Janos Kadar lo sustituyó
hasta 1989, retomando sin embargo la senda reformista de éste sobre todo en lo económico.
La Primavera de Praga (1968). Junto a la revuelta de Hungría de 1956, la Primavera de Praga fue el
episodio más importante de contestación a la presencia e influencia soviética en los paises del Este.
En el contexto de la doctrina Breznev de “soberanía limitada”, las pulsiones reformistas de
desestalinización de la etapa Kruschev en los paises del bloque soviético fueron contestadas con
distinto ímpetu. Así en Checoslovaquia, tras una cierta apertura económica desde 1965, un sector de
renovación en el partido comunista encabezado por Dubcek, impulsó un movimiento apoyado por
intelectuales como Havel y Kundera, que abrió el debate político muy crítico con el sistema, uniendo
aspiraciones democráticas y nacionalistas hacia un “socialismo con rostro humano”. El intento reformista
concluyó con la intervención de tropas del Pacto de Varsovia en agosto de 1968. La respuesta de la
izquierda europea abrio el paso al eurocomunismo.
Alianza para el Progreso. Entre las medidas de política exterior de la administración Kennedy ante la
amenaza de extensión del comunismo en las “vulnerables” sociedades de Americ a Latina, destaca la
Alianza para el Progreso. Formulada en la Conferencia de Punta del Este en 1961, se trataba de un
programa “preventivo” de ayuda al desarrollo en América (20.000 m$ desde 1961 hasta 1970) dentro de
la doctrina de la “respuesta flexible” y en el contexto de la crisis de Cuba y el intento de derrocar a Castro.
Al programa no se adhirió Cuba y unicamente sirvió para que gobiernos populistas pudieran llevar a cabo
sus reformas. Tras la muerte de Kennedy el programa se desvirtuó.
Guerra del Yom Kippur. En octubre de 1973 tropas egipcias y sirias atacaron Israel por sorpresa
aprovechando la fiesta de la pascua judía o Yom Kippur, aunque en apenas 3 semanas Israel
consiguió imponer su superioridad atravesando el Canal de Suez y estableciendo su control sobre la
península del Sinaí. La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), en su mayoría
países árabes, como reacción decidió incrementar los precios del crudo lo que provocó la crisis
económica más importante desde los años 30.
Milton Friedman. La primera gran crisis del capitalismo tras la 2GM en 1973 cuestionó los fundamentos del
Estado de bienestar y del papel dirigista-keynesiano del Estado, con una vuelta a los principios del
liberalismo económico. El neoliberalismo tuvo en la Escuela de Chicago y la doctrina del economista Milton
Friedman su base ideológica, adoptada tanto por Thatcher como por Reagan. Basicamente sus
propuestas denunciaban el dirigismo coercitivo del Estado en la economía y apostaban por la
desregulación, la libertad del mercado, así como la flexibilidad laboral y la reducción del
intervencionismo con la privatización de el sector público.
Marcelo Caetano. Con la salida de Oliveira Salazar del gobierno en 1968, el profesor de Derecho Marcelo
Gaetano en una línea continuista de la dictadura, fue el último dirigente del Estado Novo hasta su
derrocamiento por el Movimiento de las Fuerzas Armadas en la Revolución de los claveles de1974.
Keynes. Predominante como teoría económica desde el final de la 2GM, el keynesianismo se impuso a la
ortodoxia liberal. La teoría del célebre economista inglés Keynes se forjó ante la crisis del 29, e
intentaba explicar los ciclos económicos y las condiciones de la economía para llegar al pleno empleo.
Someramente el keynesianismo parte de la idea de que la renta se puede dedicar a inversión, ahorro o
consumo. Inversión y consumo son actividades productivas, pero no así el ahorro. La inversión decae en
entornos de incertidumbre, sustituida por el ahorro y la especulación, pues tienen un componente
emocional. Para evitarlo y asegurar un nivel suficiente de crecimiento económico, de inversión y
consumo, es imprescindible la intervención del Estado con políticas de estímulo expansivas, capaces
de movilizar los recursos ociosos y crear condiciones de certidumbre que animen a la inversión, además
de fomentar el consumo, verdadero motor del crecimiento. El intervencionismo keynesiano no pretendía
socializar la economía, sino mostrar el poder del Estado en la asignación de recursos y la corrección de los
defectos del mercado (estimular sectores debilitados).
Leopold Senghor. En el contexto de conformación de los paises no-alineados, tras la descolonización
del Tercer Mundo, destaca la figura del senegalés Sedar Senghor, activo en el movimiento de no
alineados en la Conferencia de Bandug apostó por “la muerte del complejo de inferioridad del Tercer
Mundo”. Se mantuvo al frente de Senegal hasta 1981 con un régimen presidencialista de partido único
hasta 1976, aunque más pluralista que sus vecinos y de orientación socialista moderada que mantuvo
buenas relaciones de cooperación con la antigua metrópoli, Francia.
Conferencia de Bandug. En el contexto de conformación de los paises no-alineados frente a la Guerra
Fría, tras la descolonización del Tercer Mundo, tuvo un papel destacado la Conferencia afroasiática de
Bandung en 1955 (Indonesia) donde se reunieron representantes de 29 Estados con el lema de la “No-
alineación” y la denuncia del colonialismo, incluido el modelo de control soviético. La Declaración final
unánime incorporaba contenidos de la Carta de Naciones Unidas y los “cinco puntos” (pancha shila) de
Nehru (inspirados en el budismo). También incluía una llamada al desarme, a la cooperación económica y
cultura, a pesar de las diferencias ideológicas y culturales, quedando definidos principios básicos de la
coexistencia pacífica desde la no-alineación en un mundo dominado por la Guerra Fría.
Nehru. Uno de los principales impulsores de la No-alineación en el contexto de la descolonización fue el
dirigente del Congreso Nacional Indio, Nehru. Tras la independencia india en 1947 y el conflicto civil con la
segregación de Pakistan, fue jefe del primer gobierno indio, desde el que promovió el movimiento de los
No alineados en Colombo, Bandung y Belgrado hasta su fallecimiento en 1964.
Nasser. En Egipto, en 1952, el rey Faruk fue derrocado por oficiales nacionalistas del ejército contrarios a la
presencia militar británica. Londres retiró sus tropas de Egipto, pero ocupó militarmente el canal de Suez
ante el temor de perder el acceso al mismo. En dos años el coronel Gamal Abdul Nasser protagonizó un
nuevo régimen republicano, reformista y populista, autoritario y muy militarizado, una especie de
“islamismo socialista”. Sus objetivos fueron una reforma agraria, y la definitiva descolonización. Londres
accedió ante el temor de perder el suministro de petróleo a través del canal. En 1956 acabó la
evacuación británica, y Nasser se había erigido en líder del nuevo movimiento de países no alineados
(junto a Tito y Nehru) y del panarabismo (alianza anti-israelí, y apoyo a nacionalistas argelinos)
Aristide Briand fue un prestigioso político de la convulsa III República francesa, protagonista de las
políticas internacionales conciliadoras de los años 20. Antiguo socialista fue varias veces jefe de
gobierno antes y durante la guerra. Magnífico orador, pragmático conciliador y pacifista. Al frente del
ejecutivo en 1921 promovió junto a Lloyd George (Conferencia de Cannes) un acercamiento a Alemania
en la moderación de las exigencias que le valió su caida a favor de la dureza de Poincaré. En su vuelta
como ministro de exteriores en el gobierno de Painlevé(final del cártel de Izquierdas) acometió junto a
Stresemann en 1925 la Conferencia de Paz de Locarno impulsada por los británicos y por la que sería
merecedor del premio nobel de la Paz junto al ministro alemán. En 1928 ya en el gobierno de “Unión
nacional” de Poincaré, el pacto Briand-Kellogg de renuncia a la guerra sería otro de sus logros
diplomáticos, pero quizás el más emblemático sea su propuesta en la Asamblea de las Naciones Unidas
(1929) de una federación europea, claro precedente de la Unión Europea.
León Blum. La formación del Frente Popular de 1936 en Francia tuvo como jefe del ejecutivo al socialista
León Blum, de familia judía, honesto y cultivado, había sido clave en la refundación del partido tras la
escisión de 1919. Sus medidas en la línea del New Deal, instituyeron la figura de los convenios
colectivos o las vacaciones pagadas, entre otras conquistas laborales. Sin embargo sus medidas
económicas envueltas en la nueva recesión del 37 no fueron satisfactorias y el aumento de los costes
salariales se trasladó a los precios que superaron a los salarios con el consiguiente descontento y agitación
social, lo que provocó la caida en 1937 de la experiencia frentepopulista (similar a la española, aunque
con resultados menos traumáticos).
Edouard Herriot. Miembro del omnipresente Partido Radical francés, protagonizó el Cártel de izquierdas de
1924 tras la caida del Bloque Nacional de Poincaré y Millerand. Fue un intelectual, escritor y político,
apasionado demócrata y conciliador, partidario junto a Briand del entendimiento con Alemania y de las
virtudes de la Sociedad de Naciones, no en vano, fue el impulsor junto a Mcdonald del fracasado
Protocolo de Ginebra. Sin embargo el boicot de la banca y la huida de capitales (el “mur d’argent”)
hicieron fracasar sus políticas económicas y financieras y el cartel de izquierdas cayó a favor del
gobierno de “Unión nacional” de Poincaré en 1926. Tras la crisis en las legislativas de 1932 Herriot
volvería a capitanear una reedición del cartel de izquierdas del 24, junto a socialistas aunque fue
efimera, y el centro “radical” volvió a virar a la derecha (Boncour y Daladier) hasta la formación del
Frente Popular en 1936.
Ramsay Mcdonald. Protagonista del primer gobierno laborista en 1924 fue un orador apasionado de talante
pacifista y moderado, trató de reconciliar a Francia con Alemania y reconoció a la URSS. Impulsó junto a
Herriot el fracasado Protocolo de Ginebra. En política interna introdujo reformas sociales, significativas
en el terreno de la vivienda...aunque su primer gobierno fue efimero. Macdonald volvió a formar
gobierno en 1929 y tuvo que enfrentarse al impacto de la crisis y el paro, y acometió un gobierno
laborista con políticas conservadoras de austeridad para combatir la recesión y el déficit, con la
devaluación de la libra de 1931 y vuelta al proteccionismo y la preferencia imperial plasmada en el
acuerdo de Otawa. Los resultados aún siendo desiguales impulsaron la nueva industria y la vivienda y el
paro descendió.
Operación Barbarroja. En 1941, Alemania con la mayor parte de Europa continental bajo su control, pudo
concentrar las fuerzas de la Wermatcht en el frente oriental y, transgrediendo el débil pacto germano-
soviético del 39 (Molotov- Ribentropp), acometió en Junio la invasión de la URSS, el “enemigo
ideológico”. La “Operación Barbarroja” definía el objetivo de Hitler sobre los recursos rusos, el trigo
ucraniano y el petróleo caucásico, vitales para su proyecto de dominio. Pero la “exitosa” estrategia del
Biltzkrieg en occidente, se enfrentaba aquí con las circunstancias, tanto geográficas (extensión, falta
de infraestructuras, rasputitsa...), con el duro invierno ruso y con la resistencia del numeroso Ejército
Rojo y sus katiuskas. Tras llegar a las puertas de Moscú en octubre, la operación fracasó, prolongando el
conflicto en una guerra de desgaste hasta 1943, con la resistencia de Stalingrado como símbolo del
declive del III Reich.
Schusnningg. Tras el asesinato del Canciller Dollfuss en 1934 y el fallido golpe de estado de los nazis
austriacos, el objetivo expansionista de Hitler y su proyecto de Unión Alemana, el Anschluss con Austria,
se retomó en 1938 (ante la inacción de las potencias occidentales). La presión del gobierno de Berlín se
expresó contra el Canciller Schusnningg que, pese a resistirse, fue obligado a incluir en el gobierno al
dirigente nazi Seys-Inqart que accedería a la Cancillería para inmediatamente abrir las fronteras a la
invasión, haciendo explícita la unión, que fue legalizada en plebiscito. El grave hecho rompía el “dique de
contención” del Frente de Stresa de 1935, con la resignación de Italia y la acomplejada pasividad de
Francia y Gran Bretaña, abriendo el camino de la “lógica de la fuerza” y de la guerra.
Tratado de Sèvres. Entre los distintos tratados de las Paces de Paris en 1919-20, el Tratado de Sevres
acometía las condiciones de paz con Turquía. El Tratado confirmaba la capitulación del Imperio
Otomano e incluía entre sus cláusulas la desmilitarización de los estrechos y las pérdidas territoriales en
Oriente Próximo, que pasarían a ser asumidas como protectorados (mandatos) de las potencias
occidentales (sobre todo Gran Bretaña en Palestina e Irak, y Francia en Líbano y Siria) bajo la supervisión
de la Sociedad de Naciones. Con la caída del imperio turco, la frustración nacionalista del tratado abriría
paso a una joven república capitaneada por Kemal Ataturk.
La Gran Sociedad de LBJ. La gran sociedad (en inglés, Great Society) fue un conjunto de
programas nacionales de reforma social del Gobierno de Estados Unidos iniciados entre 1964 y
1965, durante la presidencia de Lyndon B. Johnson. El término fue acuñado por el teórico
político Graham Wallas en su obra The Great Society (1914), y empleado por Lyndon Johnson
durante un discurso en la Universidad de Míchigan en 1964, apenas cuatro meses después de
alcanzar la presidencia del país tras el asesinato de su predecesor, John F. Kennedy. Eje central
de la política nacional del presidente Johnson, sucesivos discursos y mensajes al Congreso
desarrollaron poco a poco su concepción y alcance en los primeros meses de su administración.
Los objetivos principales de la Gran Sociedad fueron la eliminación total de la pobreza y
la segregación racial a través del incremento del gasto y el refuerzo de la asistencia en
educación, sanidad, ordenación urbana, el medio rural y el transporte. Además de la lucha contra
la pobreza y el fortalecimiento de las minorías nacionales, especialmente a través del incremento
de los derechos de los afroamericanos, la Gran Sociedad incrementó la protección al
consumidor, al medio ambiente y las inversiones en infraestructura, entre otros aspectos.
Este conjunto de programas tuvieron un fuerte cariz progresista y fueron vistos como una
continuación de las políticas del «New Deal» del presidente Franklin D. Roosevelt de la década
de 1930. Algunas de las propuestas se recogieron de las iniciativas de la «Nueva Frontera» de
Kennedy que no habían podido aprobarse en los años precedentes. Los programas de la Gran
Sociedad se impulsaron en la segunda mitad de la década de 1960 gracias a una serie de
factores, incluido el fuerte liderazgo del presidente y sus habilidades de persuasión, además del
clima político especialmente favorable tras la abrumadora victoria del Partido Demócrata en
las elecciones de 1964 y una cómoda mayoría en la Cámara de Representantes desde 1965 que
trajo a muchos nuevos congresistas de tendencia liberal y progresista. Durante su mandato,
aproximadamente el 96% de los proyectos de ley de la administración Johnson fueron aprobados
por el Congreso, más que cualquier otro presidente.4 Muchas de las medidas legislativas y los
programas resultantes han tenido una influencia significativa en muchas áreas de la vida de los
habitantes de Estados Unidos.
Pierre Laval. La rápida derrota francesa dejó sin respuesta a una mayoría de franceses. Entre ellos,
miembros del parlamento, que aceptaron la derrota y concedieron plenos poderes a Petain. El
régimen autoritario de Vichy contó con importantes colaboradores como Pierre Laval, que alcanzó
la presidencia del gobierno entre 1942 y 1944. La colaboración estrecha entre el gobierno de Laval
y la Alemania nazi perjudicó a los miles de refugiados españoles que habían huido de la represión
franquista. Laval pretendió anular el acuerdo entre México y Francia que permitía la salida de
refugiados a América, con la pretensión de utilizarlos en los campos de trabajo alemanes. Su
gobierno aprobó una disposición administrativa que incrementaba las dificultades de los españoles
que quisieran salir de Francia y estuvieran en edad de trabajar. Los dirigentes de los partidos
fascistas franceses no estuvieron en Vichy, sino colaboraron con la administración alemana en
París, como Jacques Doriot, dirigente del Partido Popular Francés.
Los espartaquistas. La Liga Espartaquista (Spartakusbund en alemán) fue un
movimiento revolucionario marxista organizado en Alemania durante los últimos años de la Primera
Guerra Mundial. La Liga fue nombrada en honor de Espartaco, líder de la mayor rebelión de
esclavos de la República Romana. Fue fundado por Karl Liebknecht, Rosa Luxemburgo, Clara
Zetkin y otros. Posteriormente, la Liga pasó a llamarse Kommunistische Partei Deutschlands (KPD,
Partido Comunista de Alemania en español), uniéndose a la Komintern en 1919. Su período de
mayor actividad fue durante la Revolución Alemana de 1918, cuando intentó incitar a una
revolución mediante la circulación del periódico Cartas de Espartaco.
La coexistencia pacífica. La conciencia general del riesgo corrido creó el clima para retomar
negociaciones sobre el control de armamentos. En junio de 1963 se instaló una línea directa
entre el Kremlin y la Casa Blanca para evitar malentendidos en momentos de crisis. En agosto,
ambos países y Gran Bretaña firmaban un acuerdo para poner fin a los experimentos nucleares
atmosféricos; no hubo acuerdo para paralizar el programa nuclear chino, pero sí se inició el
desarrollo de relaciones comerciales este-oeste: la URSS pudo importar cereales de Occidente,
los países del COMECON incrementaron sus relaciones comerciales con el bloque enemigo.
Comenzaba la coexistencia pacífica.
La coexistencia pacífica, pues mientras ésta aludía a la existencia de dos bloques diferenciados
que se toleraban pero que no se relacionaban estrechamente entre sí, la interdependencia se
definía por la colaboración, el consenso y la cooperación de todos en favor de acciones
constructivas recíprocas.
La nueva frontera de JFK. El demócrata John F. Kennedy se impuso en las elecciones de 1960 a
Nixon, con un programa optimista e idealista, la Nueva Frontera: proyecto en consonancia con la
fase de crecimiento económico. Fijaba nuevas metas nacionales, desde la conquista del espacio y
los avances científicos a la resolución de problemas sociales pendientes. Sus primeros pasos no
fueron rompedores ni en política interior ni exterior. Buscó impulsar la economía norteamericana
con una bajada de impuestos, para favorecer inversiones y consumo, acompañada de un
incremento del gasto público. No consiguió sacar adelante un seguro de salud universal, ni crear
un Departamento de Asuntos Urbanos, ni ayuda federal para educación, pero planteó el programa
social que su sucesor cumpliría. En integración racial, supo atraer el voto negro al identificarse con
la lucha de Martin Luther King, pero inicialmente no legisló sobre ello porque no quería perder el
apoyo de los demócratas del Sur. Fue la lucha de los activistas contra la segregación en espacios
públicos y la falta de derechos electorales en muchos estados lo que obligó a los hermanos
Kennedy a tomar conciencia de las implicaciones morales y su contradicción con los principios de
libertad y democracia del sistema político. El asesinato en Dallas, en noviembre de 1963, supuso
tremenda sacudida psicológica para la sociedad.
La Sociedad de Naciones. Apuesta de Wilson fue la Sociedad de Naciones, organismo internacional
llamado a suplir las deficiencias del sistema diplomático, cuyas estructuras se basaban en
diplomacia secreta y política de alianzas. Wilson defendía “acuerdos transparentes a los que se
llegaría de forma transparente”.
Una comisión presidida por Wilson redactó los estatutos en febrero de 1919. Se puso su sede en
Ginebra. Su órgano principal fue la Asamblea con los 42 países miembros, con estructura
democrática que otorgaba un voto por delegación. Hasta 1926 Alemania no se incorporará; la
Unión Soviética, en 1934. Los estatutos señalaban la constitución de un Consejo de 9 estados, 5
permanentes: EEUU, Inglaterra, Francia, Italia y Japón. EEUU no ingresó en el organismo que
había nacido bajo impuso de su presidente por decisión del Senado, un duro golpe para la
credibilidad de la institución.
Órganos, como el Consejo, contaban con una presencia europea que no se correspondía con la
realidad de la nueva situación internacional. Los estatutos preveían un Tribunal Internacional de
Justicia, con sede en la Haya, y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), para la legislación
laboral. Su primer secretario general fue el británico Eric Drummond, hasta 1933.
Nixon. Republicano Nixon en un país noqueado por los magnicidios, la crisis económica, la agitación
social y una guerra inacabable en Vietnam que provocó un colapso moral duradero en la sociedad
norteamericana.
La llegada de Nixon a la presidencia en 1969 abrió la etapa de repliegue militar norteamericano,
que acabó en 1973. entre 1969 y 1974, año en que se convirtió en el único presidente en dimitir del
cargo. Anteriormente, Nixon había sido vicepresidente de los Estados Unidos durante la
presidencia de Dwight D. Eisenhower de 1953 a 1961
Allende. En Chile, gobierno de coalición de partidos de izquierdas, que atravesaba una profunda
crisis, cayó Allende en 1973. La radicalización del gobierno había llevado a la polarización social.
La extrema izquierda había articulado un movimiento guerrillero y la extrema derecha usaba la
violencia indiscriminadamente. Pinochet, con apoyo de la CIA, se hizo con el poder hasta 1989.
Uruguay, en pleno declive económico y agotamiento del sistema, recurrió en 1968 a la solución
autoritaria, liderada por un civil, que se transformó en militar en 1976.
New Deal. Roosevelt. La crisis exigía dotar al gobierno federal de los medios necesarios para
intervenir activamente en la vida económica; presentó como proyecto lo que denominó New
Deal, una versión, bien publicitada, de la estrategia de su predecesor.
Asesorado por un brain trust de profesores de economía política de la Universidad de Columbia,
el New Deal se concretó en un conjunto de medidas, la mayoría adoptadas en los primeros cien
días presidenciales. En el plano monetario y financiero se abandonaba el patrón oro (junio 1933),
devaluando el dólar un 40% para favorecer las exportaciones y aliviar las deudas de los
productores; se rebajaban los tipos de interés y se favorecían los créditos a los granjeros y
pequeños propietarios; se controlaba a la banca, estableciendo una garantía para los depósitos;
se adoptaban medidas para combatir la especulación financiera y bursátil.
Thatcher. Era el inicio de la “revolución conservadora” en alusión a la llegada al poder de Thatcher
y Reagan en los EE.UU., y a la capacidad de ambos para exportar sus ideas por todo el mundo.
Sin embargo, el concepto es exagerado. Los 80 supusieron el triunfo parcial del liberalismo
económico y, en general, una expansión de las ideas y cosmovisiones conservadoras, pero este
predominio estuvo lejos de ser absoluto, ya que las alternativas socialdemócratas siguieron
teniendo enorme fuerza. Incluso es cuestionable que ambos desarrollaran un proyecto coherente
y acabado de neoliberalismo.
La llegada conservadora fue inseparable de la percepción de crisis, el descontento y la pérdida de
peso del país en los últimos años laboristas. De ahí la amplia aceptación de sus reformas basadas
en el concepto de capitalismo social. Pero Thatcher se encontró con la nueva subida del petróleo,
que volvió a sumir a las economías europeas en situación de inestabilidad. El resultado fue que su
primera legislatura resultó un fracaso.
Wladyslav Gomulka. Las consecuencias de la desestalinización se manifestaron en pocos meses:
al descontento por el bajo nivel de vida se sumaron pulsiones nacionalistas, intelectuales críticos
y un sistema con crisis de liderazgo político desde la muerte de Stalin. Los problemas
comenzaron en Polonia, primero con movilizaciones obreras por conflictos laborales, que fueron
reprimidas. Les siguió una oleada de protestas que pedían “paz y libertad”, la salida de los rusos
y la liberación del cardenal Wyszinski. Para contener el descontento fue rehabilitado Wladyslav
Gomulka, prestigioso líder comunista disidente, en la cárcel entre 1951-1954, que pronto inició
un programa reformista. Cuando Moscú trató de reemplazarlo en octubre de 1956, Gomulka
garantizó que mantendría el orden y no rompería con la URSS. Kruschev,
EFTA. GB y los países escandinavos quedaron al margen. Los británicos recelaban de cualquier
proyecto federal y tenían objeciones comerciales por la importancia de sus relaciones con los
países de la Commonwealth. Además, estaba su nexo con EE.UU. y su desconfianza del nuevo
eje continental francoalemán. Autoexcluirse del proyecto convirtió a Francia en el puntal de la
Europa de los Seis. Desde Londres se auspició en 1959 un bloque comercial paralelo, aunque sólo
con desarme arancelario de productos industriales y sin tarifa exterior común: la Asociación
Europea de Libre Comercio (EFTA), con Irlanda, Austria, Dinamarca, Portugal, Noruega, Suecia,
Suiza y Finlandia. Gracias a estas organizaciones económicas se incrementó el comercio
intra/extracontinental europeo y se resolvió el problema del Sarre, con su integración a Alemania.
Tratado de Rapallo (1922).
Mientras, en 1922 Alemania y la URSS firmaban el tratado de Rapallo (16/04/1922) por el que
renunciaban a sus mutuas deudas de guerra. Alemania era la primera potencia europea en
reconocer al régimen soviético, logrando en contrapartida mediante acuerdos secretos, utilizar el
territorio ruso para experimentar con armamento
Kominform. En septiembre de 1947, se creó la Cominform (Oficina de Información Comunista) para
coordinar y mantener bajo control al movimiento comunista internacional, que condenó el Plan
Marshall como estrategia para extender el poder norteamericano y provocar otra guerra. Poco
después Moscú anunciaba el Plan Molotov, un programa de asistencia económica a Europa,
mientras el encargado de velar por la ortodoxia cultural, Andrey A. Zhdanov, hablaba de la división
del mundo en dos campos opuestos, uno imperialista y reaccionario, otro, el comunista, pacífico y
democrático. Además, se ordenó a partidos y sindicatos comunistas occidentales oponerse al Plan
Marshall, lo que provocó su expulsión de coaliciones de gobierno y su aislamiento.
En los primeros meses del 48 había democracias populares con gobierno comunistas controlados
por Moscú en todos los Estados de la Europa Oriental. La excepción era la Yugoslavia comunista
de Tito, que optó por resistir el control soviético, fue expulsada del Cominform y aceptó la ayuda de
EEUU.
Anschluss. La política de paz hacia Polonia tuvo su contrapartida en las iniciativas para incorporar a
Austria. Aunque desde el ascenso de Hitler el mayoritario apoyo de la opinión austriaca al
Anschluss había sido sustituido por rechazo, el gobierno alemán tenía dos bazas a favor: un
partido nacionalsocialista austriaco y las luchas internas que enfrentaban al socialismo con el
gobierno del partido cristiano-social del canciller Dollfuss. Del 11 al 13 de febrero de 1934 Viena
vivió una batalla entre milicias socialistas y fuerzas gubernamentales y el 1 de mayo se instauró
una constitución autoritaria. El partido nazi austriaco trató de explotar la crisis interna preparando
un golpe de Estado que acabó con la vida del canciller Dollfuss (25 de julio de 1934), pero no
cuajó, carente del respaldo de la población y las fuerzas del Estado. El nuevo canciller
Schusschnigg ocupó el poder sin oposición. Berlín no se movió en apoyo de los nazis austriacos
por la oposición de Italia que había advertido su decisión de proteger, incluso por las armas, la
independencia austriaca. En cambio, las potencias democráticas estuvieron menos firmes,
evitando vincularse de forma directa a la posición del gobierno italiano.
OPEP. En octubre de 1973 tropas egipcias y sirias atacaron Israel por sorpresa aprovechando el Yom
Kippur. Tras varios días de iniciativa árabe, en tres semanas Israel impuso su superioridad
atravesando el Canal de Suez y estableciendo su control sobre la península del Sinaí. La guerra
acabó por imposición del Consejo de Seguridad de ONU. En medio del conflicto, la Organización
de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), en su mayoría países árabes, incrementó los precios
del crudo y anunció su intención de usar el petróleo como instrumento en su lucha contra Israel.
Así, dos meses después de una inicial subida de más de un 160%, volvió a elevar el precio del
barril, que multiplicó por 4 su valor respecto a inicios de octubre. Era la mayor subida hasta esa
fecha: el barril pasó de 1,62 dólares en enero de 1973 a 9,31 en enero de 1974, un 475%.
Karl Liebknecht. La Liga Espartaquista (Spartakusbund en alemán) fue un
movimiento revolucionario marxista organizado en Alemania durante los últimos años de la Primera
Guerra Mundial. La Liga fue nombrada en honor de Espartaco, líder de la mayor rebelión de
esclavos de la República Romana. Fue fundado por Karl Liebknecht, Rosa Luxemburgo, Clara
Zetkin y otros. Posteriormente, la Liga pasó a llamarse Kommunistische Partei Deutschlands (KPD,
Partido Comunista de Alemania en español), uniéndose a la Komintern en 1919. Su período de
mayor actividad fue durante la Revolución Alemana de 1918, cuando intentó incitar a una
revolución mediante la circulación del periódico Cartas de Espartaco.
Commonwealth. La Mancomunidad de Naciones (en inglés, Commonwealth of Nations),
antiguamente denominada Mancomunidad Británica de Naciones (British Commonwealth of
Nations), es una organización compuesta por 54 países soberanos independientes y
semiindependientes que, con la excepción de Mozambique y Ruanda, comparten lazos históricos
con el Reino Unido. En el pasado, Irlanda y Zimbabue también formaron parte de ella.
Su principal objetivo es la cooperación internacional en el ámbito político y económico, y
desde 1950 la pertenencia a ella no implica sumisión alguna a la Corona británica, aunque se
respeta la figura del monarca del Reino Unido. Con el ingreso de Mozambique, la organización ha
favorecido la denominación «Mancomunidad de Naciones» para subrayar su carácter
internacionalista. Sin embargo, el adjetivo «británico» se sigue utilizando con frecuencia para
diferenciarla de otras mancomunidades existentes a nivel internacional. La reina Isabel II del Reino
Unido es la cabeza de la organización, según los principios de la Mancomunidad, «símbolo de la
libre asociación de sus miembros».
Gorbachov. Tras Breznev De ahí que la lucha interna dentro del partido acabara girando en favor de
los reformistas, que lograron imponer en la secretaria general a Mijaíl Gorbachov. Ese 11 de marzo
comenzaba, aunque nadie lo sospechara, el principio del fin de la URSS.
Gorbachov era reformista, no demócrata. Su pretensión fue modernizar, flexibilizar y liberalizar un
sistema que daba síntomas de parálisis, no iniciar una transición a la democracia. Lo que ocurrió
es que la crisis del comunismo soviético no era coyuntural, sino que tenía una profunda dimensión
estructural: era la crisis del modelo político, económico y social basado en la planificación
centralizada y en la negación del mercado como mecanismo de asignación eficiente de los
recursos. Era, en fin, la crisis de una forma de pensar y organizar las relaciones sociales, políticas
y económicas que después de varias décadas de vigencia entraba en una fase de agotamiento
definitivo.
De Gaulle. fue un general y estadista francés que dirigió la resistencia francesa contra la Alemania
nazi en la Segunda Guerra Mundial y presidió el Gobierno Provisional de la República Francesa de
1944 a 1946 para restablecer la democracia en Francia. Fue una figura predominante en Francia
durante la Guerra Fría, además de ser promotor de la reconciliación franco-alemana y una de las
figuras influyentes en la historia del proceso de construcción de la Unión Europea, lo cual hacen
que su pensamiento continúe influyendo en la política de su nación. En 1958, abandonó su retiro
de la política tras haber sido nombrado primer ministro por el presidente René Coty. Su principal
obra como presidente del gobierno fue la promulgación de una nueva constitución, la cual dio paso
a la Quinta República una vez que esta se aprobó mediante un referéndum. Ese mismo año fue
elegido presidente y fue reelecto en dicho cargo en 1965, renunciando en 1969.
La crisis de Berlin de 1948-1949. La ruptura de la Gran Alianza entre las potencias occidentales y la
URSS se generó durante la denominada crisis de Berlín (24 de junio de 1948- 12 de mayo de
1949), la cual representa la primera manifestación de la Guerra Fría. El colapso de la coalición
aliada se acelera cuando los Estados Unidos impulsan su proyecto de unidad económica para
Alemania ante el desacuerdo soviético y francés, de tal manera que, para impulsar el plan, las
zonas estadounidense y británica se fusionan en una bizona económica-administrativa (Territorio
Económico Unido, 1947), y poco tiempo después en una trizona con la incorporación de la zona
francesa.
Al año siguiente la Unión Soviética se retiró del Consejo Aliado de Control (marzo de 1948), en
tanto los funcionarios estadounidenses y británicos decretaron una reforma monetaria consistente
en sustituir el Reichsmark por el Deutchsmark en Alemania occidental y en el occidente de Berlín
(24 de junio de 1948), sin informar a los soviéticos que días antes habían abandonado la
Kommandatura.
OAS. Pero una vez al frente del Ejecutivo, en contra de lo esperado por los colonos europeos, De
Gaulle propuso en 1959 la autodeterminación de Argelia, aprobada en referéndum por el 75% de
los franceses metropolitanos. Los oficiales del Ejército y los colonos en Argelia se opusieron y
organizaron las OAS (Organisation de l'Armée Secrète), que intentó sin éxito un golpe de Estado
militar en 1961. Se cerró a partir de los Acuerdos de Évian (1962), un alto el fuego y un referéndum
que permitió la independencia de Argelia en julio de este año.
Ataturk. La dureza del Tratado de Sevres , firmado por los representantes del sultán Mohamed VI,
provocó el levantamiento de los nacionalistas turcos, encabezados por Mustafá Kemal, Atatürk,
que situó su capital en Ankara. Se negó a aceptar el Tratado, lo que venció la balanza a su favor
en el país. Entre 1920 y 1923 recuperó parte de los territorios perdidos, convocó elecciones y
reunió al parlamento en Ankara. En la guerra contra Grecia, recobró Esmirna y obligó a los griegos
a un armisticio en octubre de 1921. Expulsó al sultán y proclamó la República turca en 1923. El
ímpetu nacionalista hacía prever una guerra en la región contra las potencias aliadas, lo que obligó
a la revisión del Tratado. El nuevo acuerdo se firmó en 1923 en Lausanne; Turquía recuperaba
Anatolia, Armenia, Kurdistán y Tracia Oriental y renunciaba a los territorios bajo mandato de
Francia y GB. En 1921, Turquía había firmado un tratado con Rusia que impidió su aislamiento en
el Cáucaso. Rusia y Turquía rectificaron los acuerdos firmados con los alemanes en Brest-Litovsk y
anularon la independencia de Armenia y Georgia.
Ho Chi Minh. Allí el líder nacionalista Ho Chi Minh, fundador en 1930 del partido comunista
vietnamita, había creado en 1941 el Viet Minh, una liga para la independencia del Vietnam. En
septiembre de 1945 proclamó el nacimiento de la República Democrática de Vietnam. Francia
retomó pronto el control de la zona y, en principio, pareció dispuesta a conceder autonomía: los
acuerdos de marzo de 1946 con Ho Chi Minh reconocían un Estado libre de Vietnam, en el marco
de la Unión Francesa y de la Federación Indochina.
Estajanovismo. El estajanovismo fue un movimiento obrero socialista que nació en la antigua Unión
Soviética por el minero Alekséi Stajánov, y que propugnaba el aumento de la productividad laboral,
basado en la propia iniciativa de los trabajadores. El movimiento fue ampliamente apoyado por el
régimen soviético bajo el liderazgo de Iósif Stalin.
Hindenburg. En Alemania, mientras que el gobierno alemán deseaba negociaciones para un acuerdo
de paz, la cúpula militar, con los generales Ludendorff y Hindenburg a la cabeza, lo rechazaban.
Los responsables militares diseñaron un ataque masivo en el frente occidental, en marzo de 1918,
con más de 3 millones de soldados, la última gran ofensiva alemana. El avance fue espectacular
los primeros meses, llegando a cruzar el Marne y llegar cerca de París. Pero el ejército francés del
General Foch, que dirigía todas las fuerzas aliadas incluidas las norteamericanas, detuvo el avance
y contraatacó, haciendo retroceder a los alemanes hasta el Aisne. Esta segunda Batalla del Marne
fue determinante. El ejército alemán estaba prácticamente agotado. Los aliados mantuvieron la
iniciativa; los americanos, en septiembre, atacaron en la Argonne, en las Ardenas, los ingleses en
Flandes. Los generales alemanes reconocieron ante el Kaiser su imposibilidad de ganar la guerra y
aconsejaron la formación de un gobierno, lo más plural posible, para enfrentarse a las
negociaciones de paz.
La CECA. El “Plan Schumann” (ideado por Jean Monnet), puso en marcha el proceso de integración
de la RFA desde la creación de la CECA en abril de 1951(Tratado de París). Sólo era una especie
de cártel internacional (Francia, Italia, RFA y Benelux) para carbón y acero, pero era una
revolución diplomática en Europa, porque suponía la superación de la hostilidad francoalemana.
Por primera vez seis países europeos aceptaban ceder una parte mínima de soberanía a favor de
un organismo supranacional, la Alta Autoridad de la CECA.
Tras los avances en materia militar (estructuras europeas de la OTAN y la UEO), el siguiente paso
en la integración europea fue resultado de la Conferencia de la CECA en Mesina (1955), donde se
empezó a negociar lo que fue el Tratado de Roma de 1957. Nacía la Comunidad Económica
Europea, un proyecto para un mercado único sin barreras aduaneras (excepción de productos
agrícolas), un arancel externo único, libre circulación de mano de obra y capitales, armonización de
legislación social y una institución para la investigación nuclear, EURATOM, para minimizar la
dependencia del petróleo árabe tras la crisis de Suez. Además, se previó un parlamento con una
función de control sobre las decisiones de la Comisión y un Tribunal de Justicia.
Pearl Harbor. El pacto germano-soviético de 1939 nunca fue entendido por las potencias
occidentales y seguramente tampoco gozó de plena confianza entre los firmantes. El avance de la
URSS hacia los Balcanes y los intereses alemanes en la zona, con la incorporación de parte de
estos territorios, llenaba de interrogantes el mantenimiento del pacto. Hitler, consciente de las
riquezas naturales de la URSS, inició el 22 de junio de 1941 el plan Barbarroja. Más de 3 millones
de soldados atacaron la URSS. El avance fue espectacular. En otoño, los alemanes se habían
apoderado de la Rusia Blanca, ocupaban parte de Ucrania, Leningrado estaba sitiado y sus tropas
estaban a 35km de Moscú. Pero el invierno y la resistencia rusa detuvieron el avance a principios
de diciembre.
Mientras, los japoneses bombardeaban la base norteamericana de Pearl Harbor (7 de diciembre de
1941), en las Islas Hawái. Japón llevaba a cabo una política expansionista en Asia y reclamaba su
“gran espacio oriental”. En China, había colocado un gobierno títere en Nan-Kin, en verano de
1937, y habían ocupado Indochina en julio de 1941. EE.UU. reaccionó embargando exportaciones
de productos importantes para la economía japonesa (hierro y acero), y en noviembre de 1941
exigió el fin de ambas ocupaciones.
A pesar de que los intereses de ambas naciones terminarían chocando en el Pacífico y que sus
relaciones estaban deterioradas, el ataque a Pearl Harbor fue una sorpresa. Al día siguiente,
EE.UU. y GB declaraban la guerra a Japón. El 11 de diciembre, Alemania e Italia hacían lo propio
con EE.UU.

También podría gustarte