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Tlalnepantla, Estado de México, a 13 de julio de 2022

Mi hija fue diagnosticada hace 11 años con esquizofrenia paranoide, fue a partir de una caída que
tuvo de la azotea del edificio donde vivíamos. Con dicha caída tuvo una fractura maxilofacial (el
paladar se le partió en dos y el maxilar superior se le cuarteo), fractura de orbita ocular, fractura del
tabique nasal, la perdida del ojo izquierdo, vario dientes y una fractura doble en el brazo derecho.
Esa primera situación ya de por sí fue impactante, pero después, cuando me dijeron que saliendo de
la hospitalización debía ser internada en un hospital psiquiátrico, fue el colmo, no lo podía creer,
venían a mi cabeza esas preguntas sin sentido de “¿por qué a nosotras?, ¿por qué a ella?; mi hija tenía
17 años, y su vida, ya había cambiado radicalmente, para siempre… y la de toda la familia.
Después del primer internamiento, y ante la negativa de ella de tomarse el medicamento, se ha sucedió
una larga lista de hospitalizaciones en el psiquiátrico, a 11 años de distancia, ella por fin acepta
tomarse la medicina, muy a regañadientes, pero lo hace, a veces la vomita, a veces se las ingenia para
tirarla, pero ha habido una notable mejoría desde entonces, y más que en ella, en mí.
Cuando ella cayo del edificio, yo me sumergí también en un abismo oscuro del que no podía salir,
ahora ya veo la luz, y aunque a veces todavía está opacada por un velo de miedo, tristeza,
incertidumbre y muchas emociones más que no puedo comprender, me es más fácil levantarme cada
mañana.
Y sí, he de decir, que VOZ PRO SALUD MENTAL ha sido decisiva en mi proceso de recuperación
emocional y en el acompañamiento a mi hija. En VPSM fue en dónde me dieron, por primera vez,
un curso pisco educativo, término que hasta entonces me era totalmente ajeno, después, en el hospital
parcial del Hospital Fray Bernardino Álvarez recibimos también toda la información necesaria, pero
VPSM me ayudo a comprender, en primera instancia, lo que me estaba pasando.
Encontré está asociación buscando en internet, estaba indagando sobre lo que la Esquizofrenia
significa, cómo impacta a la gente que la padece y a las familias y di con el sitio web de NAMI, en
éste, sobre todo, recuerdo la frase “NO ESTÁS SOLA”, lloré cuando la coordinadora del grupo me
la escribió en un mensaje por correo. Realmente yo pensaba que estaba sola en esta situación, que
nadie me comprendía, ya me había aislado de todo mundo, me sentía enojada con la vida, con toda la
gente, con todos mis familiares, pensaba que no era justo que tuvieran momentos felices mientras mi
vida y la de mi hija se desmoronaban, yo pensaba: “¡no le importamos a nadie!”. En el grupo de
VPSM supe que estaba pasando por las etapas de duelo y también supe que pasaba por un estrés
postraumático (cada vez que pensaba en el accidente de mi hija no podía parar de llorar, tenía
pesadillas, me culpaba).
He tomado el curso de Familia a Familia dos veces, la primera vez presencial, 9 o 10 años atrás, y lo
retomé recientemente hace unos meses. En esta segunda ocasión fue online, de acuerdo a los
protocolos de seguridad sanitaria por la pandemia, ha sido una experiencia muy importante en mi
vida, de verdad, no creo que hubiera podido afrontar este cambio en mi familia sin ellos, hoy sé que
habrá nuevos retos, sé que tendré tropiezos, caídas y es muy probable que mi hija de nuevo tenga
recaídas, pero hoy por hoy, sé que “NO ESTOY SOLA”.
Muchas gracias a VOZ PRO SALUD MENTAL.
Alhelí Ochoa

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