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Transporte vesicular

Una célula eucariota se puede considerar como una gran ciudad con diversos distritos. En ellos se
llevan a cabo trabajos necesarios como pueden ser la producción de energía, la fabricación de
productos, la elaboración de tales productos, la exportación o la importación con otras ciudades, el
reciclaje de la basura, etcétera. Para que todo este sistema sea eficiente se necesita que los distritos
estén comunicados entre sí por carreteras y por transportadores.
Los distritos están representados en la célula por los compartimentos intracelulares y en las células
eucariotas muchos de estos compartimentos están delimitados por membranas formando lo que
llamamos orgánulos. Cada orgánulo celular está especializado en una o varias funciones. Por
ejemplo, el retículo endoplasmático es un gran productor de lípidos y proteínas, el aparato de Golgi
modifica tales moléculas, sintetiza glúcidos y los reparte a otros orgánulos, los lisosomas son centros
de degradación, las mitocondrias y los cloroplastos son grandes centrales energéticas, las gotas de
lípidos son centros de almacenamiento, etcétera.
La comunicación entre muchos de los orgánulos celulares está mediada por vesículas, las cuales
transportan las moléculas en su interior o incluidas en sus membranas. Estas comunicaciones se
denominan en conjunto tráfico vesicular.
Hay dos grandes rutas de comunicación por vesículas entre los orgánulos. La primera se inicia en el
retículo endoplasmático, el cual envía vesículas al aparato de Golgi, que a su vez envía también
vesículas a la membrana plasmática en un proceso denominado exocitosis. Ésta es la ruta secretora,
es decir, la que liberará al exterior moléculas producidas por la célula, aunque tiene también otras
misiones. La otra gran ruta es la importadora y comienza en la membrana plasmática donde se
forman vesículas por un proceso denominado endocitosis. Estas vesículas se fusionan con los
endosomas, los cuales terminan convirtiéndose en lisosomas donde se degradan las moléculas
incorporadas del medio extracelular y de la propia membrana vesicular. Existen otras
comunicaciones o ramificaiones de estas rutas. La complejidad es tal que da la impresión de que
cada orgánulo está comunicado con el resto de orgánulos. Además, parece existir la regla de que la
comunicación entre dos orgánulos es bidireccional, es decir, un orgánulo que envía vesículas a otro,
también suele recibirlas de dicho orgánulo. Por ejemplo, el retículo endoplasmático envía vesículas
al aparato de Golgi, el cual a su vez crea vesículas destinadas al retículo endoplasmático; la
membrana plasmática forma vesículas que se fusionan con los endosomas, pero éstos a su vez
envían vesículas con destino a la membrana plasmática en una ruta de reciclaje.
La ruta vesicular es un medio para transportar moléculas que se van a secretar o que se van a
degradar. Las moléculas que se transportan en las vesículas también tienen otras funciones. Por
ejemplo, se transportan las enzimas degradativas que funcionan en los lisosomas, los receptores de
la membrana plasmática y las glucosidasas del aparato de Golgi. Es decir, el tráfico vesicular sirve
para aportar materiales específicos a cada compartimento y por tanto para que un orgánulo pueda
llevar a cabo su función específica. Contribuye también a llevar las moléculas de membrana que
permiten a cada orgánulo tener una identidad propia. Así, una vesícula del retículo tiene que
fusionarse con la membrana del aparato de Golgi, pero no con la de los endosomas.
Orgánulos como las mitocondrias, los cloroplastos y los peroxisomas no reciben ni forman vesículas
de manera masiva para comunicarse con otros orgánulos. Aunque puedan formar y emitir vesículas,
su papel en la ruta vesicular no parece ser muy importante, al menos si lo comparamos con otros
orgánulos. Por tanto, estos orgánulos se suelen situar fuera de la ruta vesicular. De cualquier
manera, se comunican con los otros orgánulos mediante otros mecanismos. Uno de ellos son los
contactos directos entre sus membranas. Por ejemplo, es frecuente observar contactos físicos entre
membranas de mitocondrias con las del retículo endoplasmático, y en estos contactos se propone
que se realizan intercambios de moléculas. De hecho, algunos autores proponen que esta
transferencia de moléculas por contactos físicos podría ser un mecanismo de comunicación normal y
frecuente en las células.
Un orgánulo importante en la mayoría de las células eucariotas es una serie de estructuras (sáculos)
enlazados a membranas, llamado aparato de Golgi (cuerpo de Golgi, complejo de Golgi, o
dictiosoma). Actúa en el procesado y empaquetamiento de las macromoléculas tales como proteínas
y lípidos, que son sintetizadas por la célula. Ha sido asemejado a la oficina de correos de una célula.
Una función importante es el procesamiento de las proteínas para la secreción.
Los sacos o pliegues del aparato de Golgi son llamados cisternas. Típicamente hay de cinco a ocho
cisternas, pero se han observado hasta sesenta. La pila de cisternas tiene cinco regiones
funcionales: la red cis-Golgi, cis-Golgi, medial-Golgi, trans-Golgi, y la red trans-Golgi. Las vesículas
del retículo endoplasmático se fusionan con la red cis-Golgi, y posteriormente, progresa a través de
la pila a la red trans-Golgi, donde se empaquetan y se envían al destino requerido. Cada región
contiene diferentes enzimas que modifican selectivamente el contenido en función de dónde van a
residir.
Las células sintetizan un gran número de macromoléculas diferentes necesarias para la vida. El
aparato de Golgi es integral en la modificación, la clasificación, y empaquetamiento de estas
sustancias para la secreción de la célula (exocitosis), o para su uso dentro de la célula. Modifica
principalmente las proteínas entregadas desde el retículo endoplasmático rugoso, y también está
implicado en el transporte de lípidos alrededor de la célula, y en la creación de los lisosomas. A este
respecto, puede ser considerado como similar a una oficina de correos, empaqueta y etiqueta
elementos y luego los envía a diferentes partes de la célula

Proceso de formación de una vesícula recubierta


La formación de una vesícula en cualquier compartimento fuente es un proceso complejo. Participan
numerosas moléculas: las que delimitan el sitio de formación de la vesícula e inician el proceso
molecular, las que seleccionan a las moléculas que tienen que ser transportadas, las que participan
en la formación y escisión de la propia vesícula, las que permiten posteriormente deshacerse de las
proteínas de recubrimiento, etcétera.
La formación de una vesícula es un proceso ordenado de reclutamiento de moléculas. En el caso de
las vesículas recubiertas por clatrina, en levaduras se estima que más de 65 proteínas diferentes
intervienen en el proceso formación, y en las células de mamíferos unas 50, todas ellas provenientes
del citosol.
Nucleación
En las vesículas recubiertas por clatrina la nucleación se inicia mediante una concentración alta y
localizada del fosfoinosítido PI(4,5)P2 en la membrana, el cual capta a las moléculas adaptadoras,
que a su vez reclutará a las cargas y la cubierta de clatrina. Se ha sugerido que también
concentraciones de cargas en lugares concretos de la membrana ayudarían a captar a las proteínas
adaptadoras. En las vesículas COPII la nucleación se produce mediante el reclutamiento de
proteínas GTPasas Sar a la membrana del orgánulo fuente. Cuando las moléculas Sar son activadas
en la membrana del orgánulo fuente se encargan de reclutar a otras proteínas encargadas de
seleccionar de manera específica a las cargas y a las proteínas que formarán la cubierta. Hay
regiones en las membranas del compartimento fuente que favorecen esta nucleación, como las
zonas de transición del retículo endoplasmático.

Cargas
En una vesícula se puede viajar de tres maneras: como proteína transmembrana, como ligando
unido a un receptor y como molécula disuelta en el contenido de la vesícula. Las proteínas
adaptadoras son capaces de reconocer secuencias señal en los dominios citosólicos de las
proteínas transmembrana, algunas de ellas reconocerán a su vez a las proteínas del interior del
orgánulo fuente que deben ser transportadas. Otra forma de seleccionar moléculas para
incorporarlas en una vesícula es por la longitud de los dominios transmembrana de la proteína.
Plegamiento
El conjunto inicial de proteínas (GTPasas, adaptoras, cargas, etcétera) se asocian formando
agregados en la membrana. Cuando se alcanza una concentración crítica se dispara el reclutamiento
de otras proteínas que terminarán de formar la cubierta de la vesícula. A este momento se le llama
punto de transición, y una vez alcanzado la vesícula se formará. Si no se pasa el punto de transición
las moléculas que forman los agregados iniciales pueden volver a segragarse en la membrana.
Aparentemente, el número de cargas que ha conseguido reunir la vesícula es importante para que
termine de formarse la vesícula. Si no es suficiente la vesícula no ser formará. Entre las proteínas de
la cubierta externa están aquellas que permiten entrelazar todo el entramado proteico existente,
curvar la membrana y dar volumen a la vesícula incipiente, servir de centros de nucleación de actina
o permitir desnudar a la vesícula de estas cubiertas tras la escisión. Cuando las proteínas de la
cubierta externa superan una cantidad (para la clatrina podría ser superior al 60 % del total que
formará la vesícula) es cuando la curvatura de la membrana empieza a ser visible.

Escisión
La escisión es la separación de la vesícula de la membrana madre. Curvar la membrana de una
vesícula y escindirla del compartimento fuente es un proceso coordinado que requiere energía y la
participación de varias proteínas. Por ejemplo, hay proteínas que ayudan a las proteínas de la
cubierta externa y que se insertan en una monocapa de la membrana gracias a unas secuencias de
aminoácidos denominadas BAR que son capaces de generar curvatura en diferentes momentos de
la formación de la vesícula. Por ejemplo, la proteínas GTPasa Sar1 participa en la fase inicial de la
curvatura. La polimerización de filamentos de actina y la acción de la miosina son también
necesarios para generar fuerzas motoras que ayudan en la protusión y posteriormente en la esción
de las vesículas recubiertas por clatrina. La escisión o la independencia física de la vesícula respecto
al compartimento fuente requiere de curvatura, fuerza motora, pero también de otras proteínas,
denominadas dinaminas, que estrangulan la comunicación membranosa entre el compartimento
fuente y la vesícula. Las vesículas recubiertas por COPII no precisan ni de dinamina ni de filamentos
de actina para su formación. Tras la escisión muchas de las proteínas que envuelven a la vesícula
son liberadas y devueltas al citosol para realizar un nuevo ciclo con la formación de una nueva
vesícula, de manera que tenemos una vesícula casi desnuda.

Viaje
Tras la separación del compartimento fuente se produce la eliminación de la cubierta. Hay dos
mecanismos que favorecen la eliminación de las proteínas de la cubierta de la clatrina. Una la acción
de chaperonas, como la HSC70, la otra es la defosforilación de PI(4,5)P2. La HSC70 se incorpora en
la fase de escición de la vesícula. La liberación de la cubierta de las vesículas permite que éstas
puedan interactuar con el citoesqueleto y el compartimento diana.
Tras la separación del compartimento fuente, y la liberación de la cubierta, la vesícula es dirigida
hacia el compartimento diana. Este viaje está mediado por proteínas motoras y elementos del
citoesqueleto, tanto filamentos de actina como microtúbulos. En las células animales los
microtúbulos juegan un papel importante en el tráfico de las vesículas, aunque también participan los
filamentos de actina. Sin embargo, en las plantas el tráfico vesicular está fundamentalmente mediado
por los filamentos de actina.
Proteína motora: Las proteínas motoras son aquellas proteínas que convierten energía química en
un trabajo mecánico, generalmente por medio de una ATPasa.Otro mecanismo puede ser una
bomba de protones, como en el caso de la rotación de los flagelos. Pueden ser, o formar parte de,
motores moleculares.
Vesículas Copll: (Coat Complex Protein ll) COPII es un coatómero, un complejo de proteínas de
cubierta vesicular, responsable del transporte vesicular desde el retículo endoplasmático rugoso
hasta el aparato de Golgi.
Coatómero: Los COP, o coatómeros son complejos proteicos que participan en la formación de las
cubiertas de vesículas membranosas en el interior de las células, en el inicio de las vías secretoras.
Clatrina: Proteína estructural principal que cubre a las VESÍCULAS CUBIERTAS que desempeñan
un papel clave en el transporte intracelular entre los organelos membranosos.
Dinamina: Las dinaminas están involucrados principalmente en la escisión de las vesículas recién
formadas de la membrana de un compartimento celular, su orientación, y su fusión con otro
compartimento, tanto en la superficie de la célula, así como en el aparato de Golgi.
V-SNARE: Las proteínas SNARE generan energía a través interacciones proteína-lípidos y proteína-
proteína, que actúan como una fuerza impulsora para la fusión de membrana.

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