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Ponencia del Magistrado Doctor JESÚS MANUEL JIMÉNEZ ALFONZO.

En el juicio de liquidación y partición de comunidad hereditaria incoado por los ciudadanos ARELYS
SUÁREZ ANGARITA, actuando en nombre propio y en representación de su hijo Y.O.R.S. (cuya identidad se
omite de conformidad con lo establecido en el artículo 65 de la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas
y Adolescentes) y JESÚS ALEJANDRO RANGEL SUÁREZ, representados judicialmente por la abogada
Aydee Teresa Ostos Ramírez, inscrita en el Instituto de Previsión Social del Abogado bajo el N° 23.722, contra
los ciudadanos MARÍA CELINA ZAMBRANO DE RANGEL, JUAN SILBERIO RANGEL ZAMBRANO,
ANA ROSA RANGEL ZAMBRANO, YSABEL DEL CARMEN RANGEL ZAMBRANO, FERNANDO
ANTONIO RANGEL ZAMBRANO, HUGO ORLANDO RANGEL ZAMBRANO, WILMER JAVIER
RANGEL ZAMBRANO y NEIDA COROMOTO RANGEL ZAMBRANO, representados judicialmente por
los abogados Jesús Ovidio Caballero Ortíz, José Gregorio de Los Ángeles Silva Bocaney, Emerson Rimbaud
Mora Suescún y Tomás Enrique Mora Molina, inscritos en el Instituto de Previsión Social del Abogado bajo los
números 4.643, 33.418, 78.952 y 82.919, en su orden; el Juzgado Superior de Protección de Niños, Niñas y
Adolescentes de la Circunscripción Judicial del estado Táchira, mediante sentencia publicada el 7 de mayo de
2018, declaró sin lugar el recurso de apelación interpuesto por la parte demandada, sin lugar la oposición a la
demanda y con lugar la demanda, modificando el fallo dictado en fecha 8 de febrero de 2018 por el Juzgado
Primero de Primera Instancia de Juicio de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes de la referida
Circunscripción Judicial, que declaró parcialmente con lugar la demanda.

Contra la sentencia de alzada, la parte demandada anunció recurso de casación, el cual una vez admitido, se
ordenó la remisión del expediente a este alto Tribunal.

El escrito de formalización fue oportunamente consignado. No hubo impugnación.

El 11 de octubre de 2018, se dio cuenta del asunto y se designó ponente al Magistrado doctor JESÚS
MANUEL JIMÉNEZ ALFONZO, quien con tal carácter suscribe la presente decisión.

Concluida la sustanciación del recurso, tuvo lugar la celebración de la audiencia oral, pública y
contradictoria en fecha 5 de febrero de 2019, a la que comparecieron las partes, siendo diferido el dispositivo de
la decisión para el día 19 de febrero de 2019, a las 12:15 pm, y en esa oportunidad se dictó el fallo oral, a tenor de
lo previsto en el artículo 489-G de la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes.

En esta oportunidad pasa la Sala a publicar la sentencia a tenor de lo establecido en la citada disposición
legal, conforme a los siguientes términos:

DEL RECURSO DE CASACIÓN POR QUEBRANTAMIENTOS


DE FORMA DE LA SENTENCIA

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De conformidad con lo establecido en el artículo 489-A de la Ley Orgánica para la Protección de Niños,
Niñas y Adolescentes, el formalizante denuncia el vicio de incongruencia positiva, e infracción de los artículos
12, 243 ordinal 5° y 244 del Código de Procedimiento Civil.

Alega que la parte actora demandó la partición de comunidad hereditaria sobre los bienes de la sucesión del
causante Marco Antonio Rangel Salas, señalando como tales: un terreno propio y la casa en él construida (con
exclusión de unas bienhechurías), en una proporción de una novena parte para cada uno, y un segundo terreno, en
una proporción de una novena parte de la mitad, para cada uno; ambos terrenos ubicados en el Municipio
Jáuregui del estado Táchira. Sin embargo, la sentencia recurrida, en lugar de decidir conforme a lo solicitado en
el libelo, ordenó la partición de dos comunidades: la primera, integrada por los ciudadanos Arelys Suárez
Angarita, sus hijos Y.O.R.S. -menor de edad- y Jesús Alejandro Rangel Suárez, sobre tres inmuebles que no
figuran en el libelo de demanda; y la segunda, que es la referida en la demanda, a la que ha debido circunscribirse
la actividad jurisdiccional.

Sostiene que [el Tribunal] al dividir la primera comunidad sin que ello hubiese sido solicitado, infringió
normas procesales y vulneró derechos constitucionales que rigen la actividad jurisdiccional, causándole
indefensión a los codemandados, quienes no pudieron alegar nada al respecto, siendo ello determinante en el
dispositivo del fallo recurrido. Considera que ha debido declararse inadmisible la demanda por inepta
acumulación [de pretensiones], toda vez que no existe ningún elemento de conexión “(personae, petitum y causa
petendi)” entre las dos supuestas solicitudes.

La Sala para decidir observa:

En relación al vicio de incongruencia alegado, cabe precisar que el mismo no se encuentra expresamente
previsto como motivo de casación en el artículo 489-A de la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y
Adolescentes, sin embargo, dicho defecto de la sentencia es denunciable por aplicación supletoria de los artículos
243 y 244 del Código de Procedimiento Civil, y será declarado procedente siempre que haya sido determinante
en el dispositivo del fallo. De esta manera, el Juez está en el deber de resolver sólo sobre lo alegado y probado en
autos, conforme al principio de “exhaustividad del fallo” contenido en el artículo 243 ordinal 5° del Código de
Procedimiento Civil, que exige que toda sentencia debe contener ‘decisión expresa, positiva y precisa con arreglo
a la pretensión deducida y a las excepciones o defensas opuestas, sin que en ningún caso pueda absolverse de la
instancia’.

En ese sentido, una sentencia será congruente cuando guarde relación con los pedimentos del libelo de
demanda y los términos en que el demandado dio su contestación; la demanda y la defensa son presupuestos
básicos de la sentencia, por ello la congruencia no es sino la acertada relación entre la demanda y la sentencia.
Asimismo, el deber de congruencia se reduce a dos reglas fundamentales: a) resolver sólo lo pedido; y b) resolver
todo lo pedido, si el Juez resuelve lo no pedido, da lugar al vicio de incongruencia positiva; y si no resuelve lo
pedido, comete el vicio de incongruencia negativa.

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A los fines de constatar si la sentencia recurrida resolvió conforme a los alegatos formulados por las partes,
cabe resumir lo señalado por ellas en su oportunidad procesal:

Los ciudadanos Arelys Suárez Angarita -actuando en su propio nombre y en representación de su hijo
Y.O.R.S.- y Jesús Alejandro Rangel Suárez, alegaron en su libelo de demanda que “Por gananciales del
Matrimonio para la primera y herencia para los dos (2) hijos” eran copropietarios de bienes inmuebles en
comunidad con otros herederos del causante Jesús Humberto Rangel Zambrano, quien falleció ab intestato el 28
de octubre de 2012, a su vez, propietario de unas mejoras consistentes en un apartamento construido durante su
comunidad conyugal a expensas y dinero de su propio peculio, ubicado en la planta alta de la casa materna
“propiedad en comunidad con su madre y hermanos”, que se encuentra en terrenos de la sucesión Rangel Salas:
“cuya sociedad matrimonial ya señalada nunca se liquidó, por lo que este apartamento y la habitación
construida en la planta baja a nivel de la casa materna quedó en sucesión entre nosotros, y a su vez los hijos de
JESUS HUMBERTO RANGEL ZAMBRANO”.

Refieren que Jesús Humberto Rangel Zambrano adquirió los derechos y acciones sobre un lote de terreno
ubicado en la Aldea Venegara, sector Los Naranjos, Parroquia Monseñor Miguel Antonio Salas, Municipio
Jáuregui del estado Táchira, producto de la herencia de su padre, ciudadano Marco Antonio Rangél Salas; en el
que se encuentra una casa de habitación, sobre cuya placa o platabanda se construyó el apartamento y la
habitación antes señalados, propiedad que fue adquirida según documentos protocolizados ante la Oficina
Subalterna de Registro Público del Municipio Jáuregui, bajo los números 125 y 69, Protocolo Primero, Tomo I de
fecha 18 de marzo de 1949 y 16 de agosto de 1950.

Del mismo modo, que dicho causante también adquirió por herencia los derechos y acciones sobre otro lote
de terreno ubicado en el sector La Vega, Aldea Venegara, Parroquia Monseñor Miguel Antonio Salas, Municipio
Jáuregui del estado Táchira, adquirido mediante documento autenticado ante el Juzgado de Municipio Jáuregui,
bajo el N° 178, folios 249, vuelto, y 250 del libro de autenticaciones llevados por ese despacho el 14 de octubre
de 1975.

Identificaron como demandados a los ciudadanos María Celina Zambrano de Rangel, Juan Silberio Rangel
Zambrano, Ana Rosa Rangel Zambrano, Ysabel Del Carmen Rangel Zambrano, Fernando Antonio Rangel
Zambrano, Hugo Orlando Rangel Zambrano, Wilmer Javier Rangel Zambrano y Neida Coromoto Rangel
Zambrano, en su condición de copropietarios de los inmuebles descritos como “casa materna y terrenos”:

(…) en sus caracteres de co-herederos en la Sucesión (sic) del común causante MARCO ANTONIO
RANGEL SALAS, padre de nuestro ex esposo y padre, e hijo de la primera y hermano de los aquí
demandados, para que convengan en la Partición de los Bienes Inmuebles (sic) antes descritos en una
porción de una NOVENA (1/9) PARTE del todo para cada uno de los demandados y 1/9 para
nosotros, en los inmuebles constituidos por la casa materna y el terreno sobre el cual está construida
dicha casa, en el entendido que el apartamento construido sobre parte del techo de dicha casa así
como la habitación y el patio son nuestros y por lo tanto de nuestra exclusiva propiedad por haberlo
construido nuestro ex esposo y padre durante el matrimonio y que su madre y hermanos nada tienen
que reclamar por parte del mismo o sobre ellos; y el segundo terreno en una porción de una

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NOVENA PARTE (1/9) DE LA MITAD (1/2) por ser este un bien habido durante el matrimonio con
la primera de las demandadas ciudadana MARIA CELINA ZAMBRANO DE RANGEL. (Destacados
añadidos).

Solicitaron la medida innominada de entrega de bienes muebles “que se encuentran en el apartamento por
ser de nuestra propiedad y que están en uso de los demandados y sus familiares sin tomarse en cuenta que dichos
bienes no forman parte del acervo hereditario”. Y estimaron la demanda en la cantidad de trescientos millones de
bolívares (Bs. 300.000.000,00).

Los codemandados manifestaron en su escrito de contestación, que la demanda debía declararse inadmisible
por inepta acumulación de pretensiones: “acción mero declarativa de certeza de propiedad” y “acción de
condena de partición de bienes”, puesto que la parte actora solicita el reconocimiento de propiedad sobre unas
bienhechurías edificadas durante la comunidad conyugal entre los ciudadanos Arelys Suárez Angarita y
Humberto Rangel Zambrano, en la platabanda de un inmueble ubicado en Venegara, sector Los Naranjos,
Parroquia Miguel Antonio Salas, Municipio Jáuregui del estado Táchira, y que nunca fue liquidada.

Aducen que los demandantes erróneamente le dan carácter de título de propiedad erga omnes sobre las
supuestas bienhechurías, a la declaración sucesoral y a una inspección judicial autónoma que no pudo ser
controlada por los demandados. Alegan que no existe un título de propiedad sobre las mejoras mencionadas “del
cual no se aportan fecha de inicio y finalización de la relación matrimonial, la cual entendemos finalizó no por el
fallecimiento del primero de los nombrados, sino por sentencia de divorcio”. A renglón seguido, dieron
contestación al fondo de la demanda, negaron los alegatos de la parte actora, se opusieron a la partición de bienes
y solicitaron que fuera declarada improcedente. Tales alegatos fueron presentados nuevamente ante la alzada en
la oportunidad de formalizar el recurso de apelación interpuesto contra la sentencia de Primera Instancia.

Vistas las afirmaciones de hecho realizadas por las partes, cabe precisar que la parte actora señaló
expresamente como bienes a partir los que se describen a continuación:

1) Un (1) lote de terreno sobre el cual se encuentra la casa materna, ubicado en la Aldea Venegara, sector
Los Naranjos, Parroquia Monseñor Miguel Antonio Salas, Municipio Jáuregui del estado Táchira; 2) Las
bienechurías edificadas sobre la placa o platabanda de la referida vivienda, así como una habitación y el patio de
la misma; y 3) Un (1) lote de terreno ubicado en el sector La Vega, Aldea Venegara, Parroquia Monseñor Miguel
Antonio Salas, Municipio Jáuregui del estado Táchira.

Sobre tales particulares, la Jueza de alzada no diferenció los distintos acervos hereditarios conformados por
las herencias de los ciudadanos Marco Antonio Rangél Salas y Jesús Humberto Rangel Zambrano, de la
comunidad de bienes y gananciales derivada del matrimonio entre Arelys Suárez Angarita y Jesús Humberto
Rangel Zambrano, que tampoco quedó demostrado y decidió lo siguiente:

(...) dentro de la comunidad de bienes fomentada por los ciudadanos Arelys Suárez Angarita y Jesús
Humberto Rangél Zambrano, deben partirse en una proporción del 50% para la ciudadana Arelys
Suárez Angarita y 50% para sus hijos Jesús Alejandro Rangel Suárez y (…) como sucesores del
ciudadano Jesús Humberto Rangel Zambrano, los siguientes bienes:

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1.- Las mejoras consistentes en un apartamento ubicado en la planta alta (…) hechas a propias
impensas del causante Jesús Humberto Rangel Zambrano ubicados en la carretera principal de la
Aldea Venegara, Parroquia Monseñor Miguel Antonio Salas, Municipio Jáuregui del Estado Táchira,
construidas sobre un inmueble y terrenos propiedad de la Sucesión Rangel Salas (…).

2.- Un lote de terreno propio (…) Ubicado en el Sector Osorio, Aldea Sabana Grande Parroquia
Monseñor Miguel Antonio Salas, Municipio Jáuregui del Estado Táchira (…).

3.- Un lote de terreno ubicado en el sector Los Naranjos, Aldea Venegara, Parroquia Monseñor
Miguel Antonio Salas, Municipio Jáuregui del Estado Táchira (…).

Del mismo modo deben partirse en una proporción del 50% para la ciudadana María Zambrano de
Rangel y el 50% entre los ciudadanos Juan Rangel Zambrano, Ana Rosa Rangel Zambrano, Ysabel
Del Carmen Rangel Zambrano, Fernando Antonio Rangel Zambrano, Hugo Orlando Rangel
Zambrano, Wilmer Javier Rangel Zambrano, Neida Coromoto Rangel Zambrano, Jesús Alejandro
Rangél Suárez y (…), como sucesores por representación del ciudadano Jesús Humberto Rangel
Zambrano, los bienes que conforman el acervo hereditario dejado por el causante Marco Antonio
Rangel Salas:

1.- Un lote de terreno llamado La Vega ubicado en la Aldea Venegara, Parroquia Monseñor Miguel
Antonio Salas, Municipio Jáuregui del Estado Táchira (…).

2.- Dos lotes de terreno que unidos forman uno solo ubicados en Aldea Venegara, Parroquia
Monseñor Miguel Antonio Salas, Municipio Jáuregui del Estado Táchira (…).

Lo anterior permite afirmar, que efectivamente, la alzada otorgó más de lo pedido al decretar la partición en
los términos señalados, ordenando incluso la liquidación de un bien que no formaba parte del objeto de la litis:
“Un lote de terreno propio (…) Ubicado en el Sector Osorio, Aldea Sabana Grande Parroquia Monseñor Miguel
Antonio Salas, Municipio Jáuregui del Estado Táchira”; resolvió sobre bienes cuyos títulos derivan de distintas
situaciones de hecho y de derecho, refiriéndose indistintamente a una comunidad conyugal no demostrada, a los
herederos del causante Marco Antonio Rangel Salas, y a los herederos del causante Jesús Humberto Rangel
Zambrano, cuyos condóminos no tuvieron oportunidad de ejercer el contradictorio, en los términos previstos en la
Ley y sobre quienes tampoco se evidencia que hayan suscrito partición amistosa alguna.

Del mismo modo, obvió que en caso de existir una comunidad conyugal -salvo que los cónyuges hayan
suscrito capitulaciones matrimoniales antes de contraer nupcias- deben distinguirse los bienes que pertenecen a la
comunidad de gananciales, de aquellos bienes propios de cada cónyuge y que por tanto deben excluirse de la
liquidación una vez que se acredite la propiedad mediante el instrumento correspondiente. Por disposición del
Código Civil, dicha comunidad comienza el día de la celebración del matrimonio (ex artículo 149) y se presume
que pertenecen a la comunidad todos los bienes existentes mientras no se pruebe que son propios de algunos de
los cónyuges (ex artículo 164); el presente caso, se adjudicaron bienes sin atender si se trataba de bienes propios
de uno de los cónyuges o no.

De esta manera resulta evidente que el Tribunal Superior incurrió en el vicio de incongruencia positiva
denunciado, al apartarse de los términos en los que quedó trabada la litis, resolviendo sobre más de lo pedido, lo
que incide directamente en el dispositivo del fallo, acarreando su nulidad.

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Sobre la base de las consideraciones citadas, se declara procedente la presente denuncia, en consecuencia se
anula sentencia impugnada. En uso de las atribuciones conferidas por el artículo 489-H, de la Ley Orgánica para
la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, desciende al estudio de las actas procesales y pasa a resolver el
fondo de la controversia en los siguientes términos:

SENTENCIA DE MÉRITO

A modo de resumen de los hechos controvertidos por las partes, referidos al resolverse sobre la procedencia
del recurso de casación y que aquí se tienen por reproducidos, puede afirmarse que la presente demanda versa
sobre la liquidación y partición de distintas masas patrimoniales que no pertenecen en comunidad a los mismos
copartícipes, puesto que en ella se hace mención a dos comunidades hereditarias -las sucesiones de los
ciudadanos Marco Antonio Rangél Salas y Jesús Humberto Rangel Zambrano- y a una comunidad de bienes y
gananciales entre Jesús Humberto Rangel Zambrano y la ciudadana Arelys Suárez Angarita, quien sería su
cónyuge sobreviviente.

En efecto, los codemandantes identifican como demandados a los herederos del causante Marco Antonio
Rangel Salas, ciudadanos María Celina Zambrano de Rangel, Juan Silberio Rangel Zambrano, Ana Rosa Rangel
Zambrano, Ysabel Del Carmen Rangel Zambrano, Fernando Antonio Rangel Zambrano, Hugo Orlando Rangel
Zambrano, Wilmer Javier Rangel Zambrano y Neida Coromoto Rangel Zambrano. Al mismo tiempo, mencionan
bienes que formarían parte de la comunidad conyugal que habría existido entre la ciudadana Arelys Suárez
Angarita y el fallecido Jesús Humberto Rangel Zambrano, sin evidenciar el título que facultaría a dicha ciudadana
para demandar su liquidación.

Cabe señalar que conforme al artículo 768 del Código Civil nadie puede ser obligado a permanecer en
comunidad, y en ese sentido, cada comunero tiene el derecho a exigir la partición de los bienes comunes, cuyo
juicio tiene por objeto determinar y satisfacer los derechos y obligaciones de los comuneros, siempre que se
cumplan con los presupuestos procesales para su procedencia. Según el artículo 777 del Código de Procedimiento
Civil, aplicable por remisión del artículo 452 de la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y
Adolescentes, en la demanda correspondiente debe expresarse el título que origina la comunidad, el nombre de
los condóminos y la proporción en que deben dividirse los bienes:

Artículo 777. La demanda de partición o división de bienes comunes se promoverá por los trámites
del procedimiento ordinario y en ella se expresará especialmente el título que origina la comunidad,
los nombres de los condóminos y la proporción en que deben dividirse los bienes. (Destacados
añadidos).

La parte actora no dio cumplimiento a dicho dispositivo legal, toda vez que la ciudadana Arelys Suárez
Angarita, quien se identifica en autos como divorciada, no acreditó si efectivamente existió una comunidad
conyugal entre ella y el causante Jesús Humberto Rangel Zambrano que debe ser liquidada, así como su vigencia,

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y de ser el caso, la causa de disolución de la misma, que pudo haber sido por muerte o divorcio, como lo prevé el
artículo 184 del Código Civil.

De otra parte, la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes en su artículo 457
establece: “Presentada la demanda, el juez o jueza debe admitir la misma si no fuera contraria al orden público,
a la moral pública o alguna disposición expresa del ordenamiento jurídico. Luego de admitirla, ejercerá el
despacho saneador, si fuere el caso (…)”, presupuestos necesarios para que se constituya válidamente la relación
jurídico-procesal, cuyo incumplimiento limita el ejercicio del derecho de acción puede verse limitado.

Dicha norma impone a los jueces el deber de verificar ab initio que la demanda impetrada no se subsuma en
alguno de los siguientes supuestos: 1) Que no sea contraria al orden público, entendiéndose como tal el interés
general de la sociedad que sirve de garantía a los derechos particulares y a sus relaciones recíprocas; 2) Que no
sea contraria a las buenas costumbres, es decir, aquellas reglas establecidas tradicionalmente conforme a la
decencia, la honestidad y la moral; y 3) Que no sea contraria a ninguna disposición expresa previstas en nuestras
leyes o códigos.

De verificarse alguna de las circunstancias antes descritas, ello sólo acarrearía la imposibilidad de acceder a
la jurisdicción (inadmisibilidad de la demanda), mas no la improcedencia de la pretensión; el proceso se extingue
sin que ello influya en la titularidad del derecho reclamado, por cuanto el derecho de acción es un derecho
abstracto, absolutamente independiente del derecho sustancial (Vgr. Sala Constitucional en sentencia N° 1.794 del
5 de agosto de 2002, caso: Reina Chejín Pujol y esta Sala de Casación Social en sentencia N° 199 del 7 de
febrero de 2006, caso: Luis Alfonso Valero Jerez contra Augusto Ramón Fernández Armada y otros).

En el caso bajo análisis, tampoco se dio cumplimiento a varias disposiciones legales de nuestro
ordenamiento jurídico, toda vez que, al existir un menor de edad en condición de comunero, la aceptación de
herencia no puede llevarse a cabo de forma pura y simple, sino a beneficio de inventario, como exigen los
artículos 998 y 1.031 del Código Civil:

Artículo 998. Las herencias deferidas a los menores y a los entredichos no pueden aceptarse
válidamente, sino a beneficio de inventario.

Artículo 1.031. Los menores, los entredichos y los inhabilitados, no se consideran privados del
beneficio de inventario sino al fin del año siguiente a la mayor edad, o a la cesación de la interdicción
o de la inhabilitación, si en este año no han cumplido las disposiciones del presente parágrafo.
(Destacados añadidos)

La garantía legal de aceptación de herencia a beneficio de inventario, persigue evitar la confusión de


patrimonios y proteger al heredero de asumir obligaciones del De cujus con sus propios bienes, que en caso de no
acogerse hace anulable la aceptación de herencia hecha de modo puro y simple.

El trámite de la aceptación beneficiaria -artículos 1.023 y siguientes del Código Civil-se contrae a la
declaración formal de aceptar de la herencia de ese modo y al levantamiento de un inventario judicial que permita

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distinguir claramente el activo y el pasivo de los patrimonios involucrados (Sentencia N° 1.632 del 19 de
diciembre de 2012, caso: Eledys Margoth Benítez Martínez contra María Alejandra Frank Barrios y otros).

En otro orden de ideas, si la ciudadana Arelys Suárez Angarita acreditase su condición de cónyuge del
ciudadano Jesús Humberto Rangel Zambrano al momento de la apertura de la sucesión, debía demandar, en
primer lugar la liquidación de la comunidad conyugal, y simultáneamente la liquidación de los bienes que habrían
heredado ab intestato de aquél, debiendo incluir como litisconsortes pasivos a sus hijos Y.O.R.S. y Jesús
Alejandro Rangel Suárez. Al no haberlo hecho es evidente que ello impide el ejercicio del derecho a la defensa de
los comuneros, toda vez que éstos, a fin de cuentas, no son copartícipes en común de todos los bienes señalados.
De otra parte, al ser patente el conflicto de intereses entre la madre y el hijo en cuyo nombre actúa en la presente
demanda, ameritaría el nombramiento de un Defensor Público que asistiera al menor de edad.

Como corolario de lo anterior, lo pretendido por la parte actora no puede ser tramitado en sede
jurisdiccional en los términos planteados, por ser contraria a la Ley, lo que conlleva a su inadmisibilidad, no por
meros formalismos, sino por resultar indispensable para que el juzgador, al momento de proferir su decisión,
pueda entrar a conocer el fondo del asunto respetando el debido proceso y el derecho a la defensa previstos en el
artículo 49 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

Sobre la base de tales razonamientos deberá declararse inadmisible la demanda, haciendo la salvedad de
que este pronunciamiento no implica pronunciamiento alguno sobre el fondo del asunto.
DECISIÓN

En mérito de las consideraciones que anteceden, este Tribunal Supremo de Justicia, en Sala de Casación
Social, administrando justicia en nombre de la República Bolivariana de Venezuela por autoridad de la Ley,
declara: PRIMERO: CON LUGAR el recurso de casación interpuesto por la representación judicial de los
codemandados MARÍA CELINA ZAMBRANO DE RANGEL, JUAN SILBERIO RANGEL ZAMBRANO,
ANA ROSA RANGEL ZAMBRANO, YSABEL DEL CARMEN RANGEL ZAMBRANO, FERNANDO
ANTONIO RANGEL ZAMBRANO, HUGO ORLANDO RANGEL ZAMBRANO, WILMER JAVIER
RANGEL ZAMBRANO Y NEIDA COROMOTO RANGEL ZAMBRANO; SEGUNDO: ANULA el fallo
recurrido; TERCERO: De conformidad con lo establecido en el artículo 489-H de la Ley Orgánica para la
Protección de Niños, Niñas y Adolescentes la Sala desciende al estudio de las actas procesales y declara
INADMISIBLE la demanda.

No hay condenatoria en costas, dada la naturaleza del presente fallo.

Publíquese y regístrese.

No firma la presente decisión la Magistrada MARJORIE CALDERÓN GUERRERO quien no asistió a la


audiencia por motivos justificados.

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Remítase el expediente a la Unidad de Recepción y Distribución de Documentos de la Circunscripción


Judicial del estado Táchira, a los fines legales consiguientes. Particípese esta remisión al Juzgado Superior de
origen, ya identificado.

Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho de la Sala de Casación Social del Tribunal Supremo de
Justicia, en Caracas, a los veinticinco (25) días del mes de febrero de dos mil diecinueve (2019). Años: 208º de la
Independencia y 160º de la Federación.

La Presidenta de la Sala,

_________________________________
MARJORIE CALDERÓN GUERRERO

El Vicepresidente Ponente, Magistrado,

_________________________________ ___________________________
JESÚS MANUEL JIMÉNEZ EDGAR GAVIDIA RODRÍGUEZ
ALFONZO

Magistrada, Magistrado,

______________________________________ ______________________________
A GIOCONDA MISTICCHIO TORTORELLA DANILO MOJICA MONSALVO

La Secretaria,

__________________________________
ÁNGELA MARÍA MORANA GONZÁLEZ

R.C. Nº AA60-S-2018-000415
Nota: Publicada en su fecha a

La Secretaria,

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