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Presentación CLASE 13 Relación Médico Paciente - Familia-Conducta de Enfermedad
Presentación CLASE 13 Relación Médico Paciente - Familia-Conducta de Enfermedad
DOCENTE RESPONSABLES
Docente responsable por
Locales: Rodolfo S. Quiroz
Chorrillos Valdivia
Se considera que la salud es un problema social, más que individual, de manera que
en el acto de atención de salud no solo están presentes el médico y el paciente, sino
que tras el primero está todo un equipo de salud, y tras el segundo está su familia, la
comunidad a la que pertenece, su colectivo laboral, profesional, las organizaciones de
masas, políticas o religiosas a las que pertenece, en fin, la sociedad en la que está
insertado.
BÚSQUEDA DE ASISTENCIA
RECUPERACIÓN
CONTEXTO DE LA CONDUCTA DE ENFERMEDAD
Las conductas protectoras ocurren dentro de contextos donde se cruzan aspectos personales, ambientales,
culturales, prácticas colectivas públicas y privadas, influencias interpersonales de los entornos laborales y afectivos.
Este cruzamiento nunca es homogéneo por lo que es muy común que en un mismo sujeto observemos la presencia
incluso a veces contradictoria de hábitos saludables y nocivos.
SUSCEPTIBILIDAD PERCIBIDA: las conductas de salud que realiza una persona también pueden obedecer a la
percepción subjetiva de determinadas manifestaciones de una enfermedad. dicha percepción subjetiva recibe el
nombre de susceptibilidad percibida.
La experiencia clínica nos muestra que una gran mayoría de personas habiendo tenido una vida poco saludable,
cambian como resultado de una experiencia traumática como un evento agudo o el diagnóstico de enfermedad.
Por eso, desde la Psicología de la Salud, el trabajo con el estilo de vida presenta tres aspectos o momentos:
- La prevención primaria de la enfermedad
- La prevención secundaria de la enfermedad
- La promoción de una vida cardiosaludable.
En los dos primeros casos se trata de la corrección de hábitos dañinos o patrones de comportamiento
patógenos. En el último caso hablamos de educación para la salud.
PERCEPCIONES DEL RIESGO Y OPTIMISMO REAL
Los individuos suelen tener conductas de riesgo o no saludables porque no consideran que están
en riesgo, un ejemplo es lo que observamos actualmente en la pandemia del Covid 19, creyendo
por ejemplo que porque soy joven no me voy a enfermar o si me contagio, voy a pasarlo
asintomático y salen a las calles y no cumplen las normas de protección y las distancias.
Weinstein (1984) ha descubierto que esta percepción sesgada del riesgo es frecuente y la ha
denominado “ optimismo irreal-irreal”, porque nadie puede correr un riesgo reducido y hacemos
comparaciones sociales (“ soy joven”) que les ponen en la mejor posición posible respecto a
contraer por ej. Covid 19, como ejemplo tenemos en este momento “Las fiestas COVID 19” que
han aparecido en varios países europeos y USA, la gente se no se protege, no guardan las
distancias y están todos aglomerados bailando en fiestas sociales y públicas, marchas (sesgo
optimista/optimismo” comparativo). En este caso, se presta más atención a la conducta negativa
de los iguales cuando se realiza este tipo de juicio de valor que la que se presta a la conducta de
salud positiva.
PERCEPCIONES DEL RIESGO Y OPTIMISMO IRREAL
Weinstein (1987) identificó cuatro factores que están relacionados con el optimismo irreal:
1, Falta de experiencia personal sobre la conducta o problema en cuestión.
2. Una creencia de que las acciones del individuo pueden prevenir el problema.
3. La creencia de que si el problema no ha surgido todavía es improbable que surja en el
futuro, por ej. El riesgo de contraer el VIH “puede que a veces me olvide de utilizar un
preservativo, pero al menos, lo utilizo más que mis amigos”.
4. La creencia de que el problema es infrecuente; por ejemplo: “el Covid 19 es infrecuente que se
presente la forma grave en las personas jóvenes, así que es improbable que me enferme con
el Covid 19”.
Hay evidencias de que el optimismo irreal está relacionado con una mayor creencia de tener
control sobre los acontecimientos (“corro menos riesgo que los otros porque se cuando debo
cuidarme”) y que esas creencias están relacionadas con la conducta de reducción del riesgo.
Hace referencia a un “optimismo irreal”, sin embargo otros autores lo denominan “optimismo
defensivo” y sugieren que la relación entre el optimismo defensivo y su conducta hace que se
vuelva negativa porque los individuos subestiman su riesgo y no toman precauciones contra la
ocurrencia de esos riesgos.
ESTRATEGIAS PARA CAMBIAR CONDUCTAS DE RIESGO
Existe evidencia empírica, que no basta con sensibilizar a los individuos sobre su situación de riesgo
para promover un cambio de conducta y los cambios se producían solo cuando estaban
motivadas(tenían interés personal en cambiar), lo que no ocurre cuando no hay motivación personal
por cambiar. Se han desarrollado intervenciones más sofisticadas para alcanza estas metas,
haciendo intervenciones que tienen en cuenta el diferente grado de motivación de las personas.
Dentro de este modelo se encuentra el Modelo de las Etapas de Cambio desarrollado por
Prochaska y di Clemente (1986). Es un modelo transteórico de las etapas de cambio , en las que el
individuo atraviesa cinco etapas analizando la posibilidad de cambiar:
1. Precontemplación: el individuo no esta considerando la posibilidad de cambiar.
2. Contemplación: el individuo está considerando la posibilidad de cambiar, pero no ha pensado
sobre cómo puede hacerlo ni sobre la naturaleza exacta del cambio.
3. Preparación: el individuo está planificando cómo va a lograr el cambio
4. Acción: el individuo está realizando activamente el cambio.
5. Mantenimiento o Recaída: el individuo mantiene el cambio ( durante más de seis meses) o recae.
El modelo es aplicable a cualquier tipo de decisión relativa a un cambio, por ejemplo desde dejar el
hábito de fumar hasta comprar un carro. Este modelo no intenta especificar cuales son los factores
que intervienen en el cambio; simplemente se producen y hace que un individuo cambie por ejemplo
para dejar de fumar, que se presente una enfermedad pulmonar o leer un libro como dejar de fumar,
etc.
« ROL DE ENFERMO»
➢ el personal
➢ el familiar
3. Mantener un estado de equilibrio psicológico para dirigir la energía y los recursos hacia
las demandas externas.
REACCIONES DEL PACIENTE ANTE SU ENFERMEDAD
1. Reacciones de huida o negación:
El paciente grave puede hacer una negación total de su padecimiento, e intentar normalizar su vida. El
enfermo crónico puede también hacer una negación de su diagnostico, aunque el cuadro no reviste el
dramatismo anterior. En la medida en que el proceso crónico es más asintomático, favorece en mayor
medida una huida de este tipo. El sanitario puede detectarla por las consultas típicamente en “campañas",
con largos periodos en los que el paciente "desaparece".
3. Reacciones de racionalización:
El paciente apoya su conducta en argumentos o razones. Los pacientes crónicos pueden reinterpretar su
enfermedad para justificar su conducta. Ej. creen que si se inyectan insulina cada vez serán más
diabéticos u otras explicaciones como si toman mucho medicamento se van a intoxicar.
EL PORQUÉ DE LAS DIFERENTES ACTITUDES DEL PACIENTE
Podemos ver diferentes motivos y razones:
La propia historia del sujeto.
La situación actual, la del momento del diagnóstico.
El hecho de que la persona haya pasado situaciones
similares o situación por primera vez.
La información que se da al afectado.
Cada persona necesita una manera propia de ser
informada y esto será en función de como se encuentre en
los diferentes momentos de la evolución de la
enfermedad.
EL PACIENTE DISFUNCIONAL
Negación de la enfermedad:
1. Reacciones de huida: el profesional de la salud no puede "huir" literalmente, pero puede desarrollar
estrategias que alejen a sus pacientes. Por ejemplo, los pacientes que LE caen mal se les dedica menos
tiempo.
2. Reacciones de rechazo: este rechazo se manifiesta a veces como una conducta culpabilizadora, recriminando
al paciente incluso por tener la enfermedad: “ ya le dije…”.