La UNESCO define la competencia como “el conjunto de
comportamientos socio-afectivos y habilidades cognoscitivas, psicológicas, sensoriales y motoras que permiten llevar a cabo adecuadamente un desempeño, una función, una actividad o una tarea”. Es una cualidad que toda persona profesional debe formar en su carácter laboral con el fin de alcanzar las metas propuestas o pasar los obstáculos interpuestos.
El ejercicio profesional es la constante formación de un individuo en un
área de estudio y desarrollo laboral y social, la competencia es la capacidad del profesional para tomar decisiones, con base en los conocimientos, habilidades y actitudes asociadas a la profesión, para solucionar los problemas complejos que se presentan en el campo de su actividad profesional.
Empezando desde las instituciones educativas que son el punto de partida
de formación cognitiva de individuos en un área, donde se fomentan la educación y el aprendizaje para capacitar personas competentes, pero he aquí el punto; El entorno social y laboral influido por la revolución del conocimiento y el desarrollo de las tecnologías y la comunicación ha llevado a la necesidad de estrechar la brecha entre la educación y el mundo del trabajo. Este enfoque surge como dijo Tunning (2007) “como una de las respuestas al hecho de que los estudiantes al graduarse posean un conjunto de conocimientos obsoletos y que estos muchas veces no responden a lo que se necesita para actuar en la realidad”. Ahora bien, aquí entra el concepto de ejercicio profesional, así como un musculo del cuerpo necesita ejercitarse para fortalecerse, igualmente es una profesión, necesita de un ejercicio para el perfeccionamiento de lo aprendido en una institución, o como bien se dice “La práctica hace al maestro”, esta afirmación es lo que diferencia a profesionales competentes de profesionales incompetentes, donde unos son capaces de resolver los problemas que se le presentan, mientras que otros son solo profesionales porque un título así lo afirma.
¿Qué quiere decir esto?, en la actualidad se vive en un sistema el cual dicta
las normas y reglamentos, los cuales colocan la vara de medir para la consideración de lo que es o no un profesional, pero un título o egresar de una institución universitaria prestigiosa no garantiza a un individuo ser competente en la faena del campo; El compromiso, la responsabilidad, el carácter y la determinación de un individuos son algunos de los requisitos que marca una línea entre un profesional capaz y el que no lo es. El campo laboral es el gimnasio para el ejercicio profesional de cualquier carrera, aquí es donde se manifiestan las debilidades y fortalezas, donde se forja el carácter y la ética se templa. En este caso, tenemos las “Ley De Ejercicio De La Ingeniería Arquitectura Y Profesiones Afines”, lo cual dicta en el capítulo VIII que:
El Colegio de Ingenieros de Venezuela es un cuerpo moral
de carácter público y, como tal, tiene personalidad jurídica y patrimonio propio, con todos los derechos, obligaciones, poderes y atribuciones que le señala la Ley. Su sede está en la Capital de la República. Estará integrado por todos los profesionales inscritos en el mismo, hállense o no en el ejercicio de su profesión. El Colegio de Ingenieros de Venezuela dictará su propio ordenamiento interno. (Art. 20) Esta misma ley confirma en el artículo 4 que para ser considerado un ingeniero o profesional afines deben presentar su título al Colegio de Ingenieros de Venezuela para certificarlos como tal, pero esto no garantiza que los que están inscritos sean todos profesionales competentes porque dicho por ellos mismos “… Estará integrado por todos los profesionales inscritos en el mismo, hállense o no en el ejercicio de su profesión. El Colegio de Ingenieros de Venezuela dictará su propio ordenamiento interno.” (Art. 21).
El ejercicio de la competencia profesional no solo se basa en la obtención
de un título o la inscripción del mismo en una entidad de poder como la antes mencionada; Se trata de cumplir el deber que conlleva la profesión estudiada, es decir, que cada carrera o labor tiene una función en este sistema global, ¿A qué conlleva esto?, pues, que lo que marca la diferencia entre profesionales competente y los que no, es la determinación individual del profesional en el ejercitarse eficazmente para la resolución de los problemas que competen a cada carrera. En este mismo sentido, el ejercicio de la competencia profesional es una responsabilidad que tiene cada emprendedor en sus manos.