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Ansiedad y depresión

De nición, síntomas y casos

David Fernández, Arabella García, Sergio Guerra, Pedro Quirós, Miguel Ángel Prados y Julia Rico
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¿Qué síntomas asociáis con la
ansiedad y la depresión?
Ansiedad Depresión
Dolor de Taquicardia Irritación
Sentimiento

pecho Tristeza de culpa


Tensión Falta de
Naúseas
arterial alta Alteración motivación
peso y placer Baja
Temblores Insomnio
Mareos autoestima
Alteración Alteración
Ahogo del apetito sueño
Hormigueos Falta de Pensamientos
Contracturas
concentración suicida
Dolor de musculares
barriga
Trastornos ansiosos
Trastornos de ansiedad
DSM-5

• Miedo y ansiedad excesivos

• Consecuencias condcutuales

• Variedades:

- Separación ansiosa
- Trastorno del pánico

- Mutismo selectivo
- Agorofobia

- Fobias especí cas


- Trastorno de ansiedad
generalizada
- Ansiedad social

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Trastorno de ansiedad generalizada
DSM-5

• Diagnóstico:

- Excesiva ansiedad y preocupación durante al menos 6 meses

- Di cultad para controlar la preocupación

- Al menos tres síntomas característicos

- Impacto en la vida

- Sin sustancias ni otras patologías


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Trastorno de ansiedad generalizada
DSM-5

• Evolución y desarrollo

- Es posible en cualquier etapa de la vida

- No suele remitir del todo

- Disminución de efectos

• Prevalencia

- EE.UU.: 0,9% adolescente, 2,9% adultos

- Más habitual en personas adultas que en jóvenes y ancianos


Trastornos depresivos
Trastornos depresivos
DSM-5

• Estado de ánimo triste, irritable o de vacío

• Cambios somáticos y cognitivos

• Variedades:

- Desregulación disruptiva del estado de ánimo

- Trastorno epresivo mayor

- Disforia premenstrual

- Distimia
Trastorno de depresión mayor
DSM-5

• Diagnóstico

- Al menos cinco síntomas característicos

- Impacto en la vida del individuo

- Sin sustancias ni patologías


Trastorno de depresión mayor
DSM-5

• Evolución y desarrollo

- 2/5 personas se recuperan tras 3 meses en terapia

- 4/5 personas tras 1 año

- Factor favorable: ir pronto a terapia

- Factores desfavorables: ansiedad

• Prevalencia

- EE.UU.: 7% población
Causas de la depresión y la ansiedad

• La depresión y la ansiedad como problemas psicológicos y sociales

- Modelo atributivo: atribuciones internas, estables y globales

- Perspectivas sociológicas: situaciones de estrés, autoestima y alienación

- Estrategias de afrontamiento

• Determinado por la posición social


Algunos casos clínicos
Caso 1
Descripción del caso

• Paciente de 15 años

• Unidad familiar: padres, abuela paterna y hermano mayor

• Situación escolar: 3º E.S.O., bajo rendimiento

• Di cultad para socializar

• Antecedentes psiquiátricos

- Estudio por TEA no concluyente

- Bajo ánimo

- Autolesión y ansiedad

- Tratamiento con Setralina


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Caso 1
Exploración y pruebas

• Autolesiones previas no severas

• Consciente, tranquila, discurso coherente y tranquilo, ánimo depresivo,


aislada, intento de suicidio

• Alteración del apetito, dos ingestas al día, IMC al límite entre bajo y
normopeso

• Ha abandonado el equipo de baloncesto por falta de energía, re ere


cansancio sin realizar ninguna actividad

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Caso 1
Exploración y pruebas

• Buena relación con la unidad familiar. Relación distante con hermana. Gran
di cultad de socialización, muy retraída

• Grandes niveles de frustración. Momentos de estrés y ansiedad canalizados


en autoestima. Di cultad de control.

• Autoestima baja desde hace años. Sentimientos de inferioridad. Presencia de


ideas de muerte.
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Caso 1
Diagnóstico

• Episodio depresivo mayor

• Incapacidad para velar por su salud

• Afrontamiento individual ine caz

• Falta de doncutas adaptativas


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Caso 1
Tratamiento

• Establecer metas de aprendizaje realistas

• Ajustar el contenido con sus capacidades

• Evaluar la consecución de los objetivos


Caso 2
En n, no sabía qué era estar mal emocionalmente y... ¡madre mía, si lo aprendí!
Todo empezó hace diez años. En septiembre de 2010, un sábado por la mañana
recogiendo la casa, empecé a sentir mucho frío en la cabeza. ¡Pero mucho! Tanto
que pensé que era un infarto cerebral. Y es que el padre de mi pareja había
fallecido de eso hacía poco de forma repentina. El frío fue aumentando y, de
sopetón, se le añadió una sensación de ahogo horrible. ¡No podía respirar! Y
decidimos llamar a una ambulancia. En el centro médico me pusieron un diazepam
bajo la lengua y para casa. Diagnóstico: ANSIEDAD. Ése fue el primer maldito día
de mi pesadilla. Al cabo de dos días, cogí la moto para ir a trabajar y, ¡pam!, en
medio de la calle, me dio un ataque de pánico tremendo. Tuve que dejar la moto
allí mismo y coger un taxi. Como pude, llegué a casa de mi suegra, que vivía cerca.
Allí, en el sofá y con otro diazepam, la cosa fue calmándose. A partir de ahí, se
sucedieron los ataques, múltiples y en diferentes sitios. Por ejemplo, al entrar en el
metro o en unos grandes almacenes... Sentía mareo, sudor, ahogo y sensación de
irrealidad. Y un montón de veces: ambulancia, hospital y vuelta a empezar.
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Caso 2
En una semana vinieron a buscarme al trabajo cinco ambulancias: una por día. La ansiedad y
una terrible sensación de pena invadían mi día a día limitándome prácticamente en todo. Si
hubiese tenido valor para tirarme por el balcón, lo habría hecho. No quería vivir así. La pena
me dominaba. La irrealidad me torturaba. En ese momento decidí ir a ver a un psiquiatra,
que me recetó uoxetina, un antidepresivo. Y alucina: me sentó muy bien y aquellos
síntomas desaparecieron. Eso sí, abandoné el diazepam porque me dejaba zombi. Pero
continué con la uoxetina hasta 2013. En total, tres años. Luego la dejé porque, en principio,
ya estaba bien. A partir de entonces, recuerdo que, de tanto en tanto, recurría a la uoxetina
porque empezaba a encontrarme triste y me daba la impresión de que la necesitaba, aunque
ya no tenía ataques de ansiedad. Sin embargo, en septiembre del año pasado, mientras
estaba estirada en el sofá viendo una película tan tranquila, empezó de nuevo todo el pack:
la sensación de irrealidad, la pena, la depresión y la ansiedad. ¡Pero más fuertes que nunca!
«¿Cómo puede ser?», me preguntaba. «Todo me va bien: mi trabajo, mis hijos maravillosos,
mi pareja, que es un amor... ¿Por qué esta maldita ansiedad?» En esta última visita de la
ansiedad, más intensa que nunca, volví a tomar uoxetina. Pero, para mi sorpresa, ya no me
hacía efecto. Me desesperé. ¿Qué iba a ser de mí? Me había convencido de que necesitaba
ese fármaco para estar bien, pero ya no me servía de ayuda.
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Caso 2
Hasta que una amiga me dijo: «Léete este libro, Nada es tan terrible, y mira vídeos de este
chico». Y, voilà, apareció Rafael, con sus libros y sus vídeos. Devoré todo ese material y,
siguiendo las cuatro palabras mágicas, me he curado. Ha sido un camino difícil, muy duro,
pero el resultado ha sido mágico y maravilloso. Ahora ya no lucho con doña Amarga (la
ansiedad). Sólo le digo: «Ya te irás cuando quieras». Y se va. Doña Amarga ya no me visita
casi nunca y, cuando lo hace, se queda menos de un minuto. Y nunca he sido tan feliz. He
sudado lo que no está escrito. He llorado de impotencia lo que nadie sabe. He querido
morirme más de una vez, pero he seguido todos los pasos al pie de la letra y aquí estoy: más
viva que nunca y con ganas de mucho más. Toda mi mente ha cambiado. Ahora, cuando me
duele algo, no le doy importancia y deja de dolerme. ¡Es brutal! Recuerdo que, al principio,
cuando leí en el libro que tenía que «aceptar» la ansiedad, pensaba que sería imposible
porque ¿cómo iba a aceptar esas sensaciones tan horribles? Creía que Rafael estaba loco.
Sin embargo, por increíble que parezca, aprendí a aceptar y, es más, a rendirme. Aprendí a
decir a la ansiedad: «Te vienes al trabajo conmigo y no pasa nada». En conjunto, tardé unos
cinco meses en ponerme bien. Fueron cinco meses muy duros trabajando a tope con los
cuatro pasos. Tanto ha sido el esfuerzo que me he quedado en 53 kilos, y eso que mido 1,70
metros. Pero ha valido la pena.
Caso 2
Creo que me ha ayudado el hecho de ser muy cabezota. Las exposiciones
fueron tremendas. Por ejemplo, para exponerme a la ansiedad iba en coche y
me pasaba todo el tiempo llorando. Aun así, hoy me siento muy orgullosa de
haberlo hecho. Hay que tener mucha fe porque el camino de la recuperación no
es nada fácil. En las recaídas quieres tirar la toalla, pero hay que seguir
adelante. Yo me decía: «Todos los testimonios que muestra Rafael no pueden
estar engañándonos. Vamos, Estela, ¡no dejes de trabajar!». O bien: «¡Si ellos lo
han conseguido, no voy a quedarme yo atrás». A todo el que lea este testimonio
le quiero decir que este trabajo es mágico. No dudéis en hacerlo. Yo antes
dependía de unos ridículos fármacos y, encima, no estaba bien del todo. Por
contra, ahora me siento fuerte y feliz, con pleno control de mi vida y de mi
mente. Vivo agradecida a la vida amando todo lo que me da. Amigos y amigas:
tened fe y perseverancia. ¡Estáis a punto de cambiar para siempre!
Caso 3
Descripción del caso

La paciente fue atendida entre el año 2006 y 2007 en una Institución Pública de Salud. Se trata de una
mujer nacida en Antioquia de 52 años de edad. Cursaba en el momento de la consulta un pregrado y
estaba laboralmente activa. Está casada con un hombre de 70 años de edad y tiene un hijo de 13 años.
Según su reporte, sus padres fallecieron debido a negligencia médica. Fue remitida al servicio de
psicología por un médico general. El motivo de consulta es descrito en la primera sesión a través de
quejas como: fatiga, falta de energía, pérdida marcada del deseo sexual, dificultades para concentrarse
en el trabajo, problemas de memoria, inseguridad, angustia por no resolver el problema de acoso laboral
y en general desmotivación frente al trabajo. El problema de acoso laboral desencadenó una serie de
síntomas somáticos, cognitivos y emocionales, lo que agudizó y aumentó la frecuencia de consultas a
los servicios de salud, donde ha sido evaluada por los médicos tratantes.
Caso 3
Diagnóstico

Es una paciente depresiva, ansiosa, de difícil manejo, resistente a tratamientos o consejos médicos,
calificada como una paciente “consultadora crónica”.

En este caso se evalúan la depresión, la severidad del acoso laboral y el apoyo social percibido.
El motivo de consulta se centraba principalmente en un episodio depresivo mayor y ansiedad por no
poder resolver satisfactoriamente el problema de acoso laboral. Estaba medicada con antidepresivos,
ansiolíticos y estabilizadores del ánimo, los cuales le producían efectos secundarios, principalmente
gastrointestinales que finalizaban en una baja adherencia al tratamiento farmacológico.

La paciente no percibe apoyo emocional, por el contrario se siente sola con sus dificultades, sin
encontrar soporte afectivo en aquellos que la rodean, tanto en su trabajo como en su familia. Tampoco
tiene interacción social que le permita sustraerse de las dificultades laborales y encontrar otros espacios
en los que los problemas no la afecten. Aunque sí encuentra en su círculo familiar personas que le
ayudan a hacer las tareas cotidianas, estabilidad económica y ayuda en los momentos de enfermedad
incapacitante.

Conclusiones
Conclusiones sobre la ansiedad
Sobre cómo los hábitos hacen al monje

• Ansiedad como respuesta natural

• El papel de la actitud: los hábitos

• “Si salieras a vivir…”


Conclusiones sobre la ansiedad
Sobre cómo los hábitos hacen al monje

• Cambio de hábitos como deseo, no como obligación

• Cuatro reglas:

1. Paciencia

2. Compasión

3. Comprensión con el error

4. Estar presente

• Asistencia profesional
Conclusiones sobre la depresión

• Algunas medidas:

- Dieta

- Ejercicio

- Relaciones sociales

- Tratamiento psicológico

- Medicación
¡¡¡¡¡GRACIAS!!!!!

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