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El currículum vitae es la carta de presentación de una persona que busca trabajo. Foto: Archivo.
Durante años, la premisa del currículum vitae era "cuanto más, mejor". Había que
incluir todos los datos posibles -hasta inventados, a veces- las experiencias
laborales, los cursos realizados, inclusive carreras inconclusas, y una gran
cantidad de datos personales. Esto ya no es así.
El currículum vitae -o CV- es la carta de presentación de una persona que busca
trabajo. Es la llave que abre la puerta al segundo paso que es la entrevista. Por lo
tanto, es importante que muestre la mejor versión de uno mismo. Entonces, se
vuelve imprescindible revisar, completar y hasta incluso personalizar
un currículum para cada búsqueda y así mantenerlo actualizado.
La realidad es que en esta época de crisis y pospandemia hay más gente buscando
trabajo que nunca, y los reclutadores tienen que leer docenas de CV al día. Así
que hay que tratar de ser lo más concreto posible para que el currículum no
termine en la papelera antes de que el reclutador llegue a los puntos
verdaderamente importantes.
Es imprescindible revisar, completar y hasta incluso personalizar un CV para cada búsqueda y mantenerlo
actualizado. Foto: Archivo.
Hasta hace unos años se pensaba que era una buena idea incluir
cualquier premio que hayamos recibido o hablar sobre nuestros pasatiempos e
intereses en el currículum. Sin embargo, mencionar tu amor por la pintura o que
hacés jardinería puede ser interesante, pero ¿qué le aporta a un trabajo como
programador, por ejemplo?
Por lo tanto, habrá que mencionar sólo intereses personales
que estén relacionados con el puesto de trabajo.
3. La palabra “Currículum Vitae”
Y todas aquellas que indiquen los datos que son rápidamente comprensibles. Por
ejemplo, palabras como "Nombre, apellido, dirección", etc. La economía de
palabras en algunas partes del CV es fundamental. Por ese motivo, la extensión
también es importante: más de dos páginas hacen que tu currículum no sea
práctico ni rápidamente legible por un selector.
Distraen la atención del lector. Lo mismo sucede con las fotos de mala calidad o
recortadas de otro contexto informal. El currículum es, por regla general, un poco
aburrido de ver. Se puede usar negrita, cursiva o subrayado, pero
demasiados "adornos" podrían distraer.
Hay que tener en cuenta que la mayoría de las empresas utilizan sistemas de
seguimiento de candidatos (ATS) que están programados para leer currículums
con formato tradicional. Y es difícil para un ATS leer columnas, fuentes poco
usadas y gráficos.
Sólo hay que agregarlo si es algo muy relevante e importante, o si no tenés otras
experiencias laborales más cercanas.
Decir que una persona sabe usar Windows, Microsoft Office y el correo
electrónico no es de mucha utilidad. Actualmente, los empleadores esperan que
un candidato tenga estas habilidades básicas y, como tal, no hay razón para
mencionarlas.
En cambio, resaltar aquellas habilidades que te harán sobresalir podría ayudar.
“Por ejemplo, saber cómo usar una hoja de cálculo es una cosa. Pero, ¿puede
configurar macros? ¿Ejecutar tablas dinámicas? Esos son los tipos de habilidades
que vale la pena destacar.