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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DE EDUCACIÓN SUPERIOR


INSTITUTO UNIVERSITARIO POLITÉCNICO
“SANTIAGO MARIÑO”
EXTENSIÓN MARACAIBO
ESCUELA: INGENIERÍA
CÁTEDRA: LENGUAJE Y COMUNICACIÓN

TEORÍAS DE ADQUISICIÓN DEL


LENGUAJE

ELABORADO POR:
TORREALBA, ENMANUEL. C.I. 30.833.710.

SECCIÓN “B”
MARACAIBO, OCTUBRE DE 2022
INTRODUCCIÓN

Muchas son las aproximaciones y explicaciones que hacen profesionales e


investigadores en torno al fenómeno del Lenguaje. El enfoque pragmático ha
considerado los aspectos de contextualización y funcionalidad lingüística que no
eran abordados en los modelos sintácticos y semanticistas, haciendo una
importante contribución al estudio del lenguaje y la comunicación.
De acuerdo con esto, es a partir de las perspectivas, la pragmática y la
constructivista, que se aborda el proceso de la adquisición y desarrollo del
lenguaje y la comunicación, orientando su análisis desde una visión integradora
que intenta dar cuenta del importante rol que tienen los factores contextuales en la
emergencia y moldeamiento del lenguaje y su función comunicativa.
El lenguaje es funcional, en el sentido que sirve a las necesidades
comunicativas y a los contextos del entorno comunicativo. Los seres humanos se
comunican esperando influir en los demás, para que respondan según se desee.
Se usa el lenguaje para hacer, significar y decir, subyaciendo a su expresión
diversas intenciones comunicativas, que tienen relación con los aspectos
funcionales del uso del lenguaje, de manera que, las configuraciones de funciones
dan cuenta de la estructura lingüística.
TEORÍAS DE LA ADQUISICIÓN DEL LENGUAJE

El desarrollo del lenguaje es un elemento fundamental del desarrollo humano,


objeto de diversos estudios y explicaciones teóricas psicológicas, como capacidad
específicamente humana e instrumento de comunicación, estructuración del
pensamiento y transmisión de información.
Cabe destacar, que la adquisición y desarrollo del lenguaje es un largo proceso
complejo por el que el niño adquiere el dominio suficiente de la lengua que se
habla en su entorno familiar y social para poder interactuar en él. Tiene lugar en
muy poco tiempo y a una edad muy temprana.
Asimismo, el lenguaje puede ser entendido como un modo de relacionarse que
surge en el vivir en comunidad lingüística, el cual es un intercambio de
comunicación, constituye un fenómeno biológico relacional, de modo que, cuando
se hace referencia al lenguaje, no se apunta sólo a su estructura, sino también, a
la función que este hace de base. El lenguaje no puede ser subdividido en
componentes ya que expresa, simultáneamente, función, contenido y forma.
Razón por la cual, el lenguaje tiene funciones, se puede conocer el mundo a
través de él. En la medida en que el lenguaje se va aprendiendo opera un
componente cognitivo, de manera que, si se tiene cierto conocimiento del mundo,
se tiene cierto conocimiento de las propias ideas, como también, suposiciones
acerca de las ideas de los demás.
Desde el enfoque pragmático del lenguaje se puede definir la comunicación
humana como un proceso de interacción o de entendimiento personal donde las
relaciones establecidas definen un cierto nivel de entendimiento a partir del cual
llegan a obtener su sentido la interacción y los contenidos. La comunicación puede
ser entendida como una combinación de actos, o como una serie de elementos
con propósito e intención, donde el lenguaje puede ser usado para requerir,
prometer, solucionar, amenazar, persuadir, informar, entre otras, por consiguiente,
no se puede estudiar el lenguaje como un sistema de comunicación abstracto
sino, en función de su uso en diversos contextos.
En general desde la teoría pragmática, lo central es la noción de uso del
lenguaje y la importancia que el contexto tiene en la adquisición, desarrollo y
adecuación del lenguaje y el habla, de este modo, el contexto adquiere relevancia
como factor que facilita la comprensión acerca de la adecuación de un acto
comunicativo.
Por su parte, la Teoría de la Biología de la Cognición de Maturana establece
una relevancia especial para el fenómeno lingüístico comunicativo. Este autor
plantea que uno "es" en el lenguaje, que el lenguaje no expresa sino que puede
ser descrito como un operar del organismo como totalidad bio-psico-social. El
lenguaje es un fenómeno desde lo biológico, que consiste en un fluir de
interacciones recurrentes que constituyen un sistema de coordinaciones de
coordinaciones conductuales consensuales recursivas.
Del mismo modo, la Teoría Pragmática y la Biología de la Cognición
encuentran correspondencia y consistencia al momento de describir y comprender
los fenómenos comunicativos lingüísticos. Mientras la pragmática explica qué
habilidades se ponen en juego en la interacción, la teoría de la biología de la
cognición fundamenta el operar de tales habilidades a través de distintos niveles
de coordinaciones. La noción de "uso de lenguaje" que caracteriza la teoría
pragmática y el consiguiente rol central de la adecuación de los contextos,
encuentra su correspondencia con el concepto de coordinaciones de
coordinaciones conductuales consensuales recursivas que es el lenguaje humano
en la teoría de la biología de la cognición.
Desde la teoría de la biología de la cognición, el acto locutivo correspondería a
un dominio biológico (en el sentido que enfatiza el componente fonético
articulatorio, base de la inteligibilidad del enunciado), mientras el acto ilocutivo y
perlocutivo se relacionan con las coordinaciones establecidas en un dominio
social, siendo las habilidades pragmáticas, distinguidas en cada etapa del
desarrollo, niveles distintos de complejidad en las coordinaciones logradas.
Igualmente, son muchos los autores que han especulado acerca de los
mecanismos que permiten que el niño llegue a dominar el lenguaje como medio
fundamental para el desarrollo e integración del individuo en su acoplamiento
social. En un análisis que incluye distintas posturas, sobresalen, por un lado, los
conductistas y por otro, el generativismo chomskyano, hasta llegar a la perspectiva
pragmática en el estudio del lenguaje y sus alteraciones.
De igual forma, la postura conductista explica la adquisición del lenguaje por
medio de los principios no cognitivos que incluyen la asociación, la imitación y el
refuerzo. Para Chomsky, la capacidad humana para producir y comprender el
lenguaje y la habilidad para adquirirlo, sólo se pueden explicar haciendo referencia
a una facultad innata para el lenguaje, que no pertenece a una capacidad
cognitiva más general.
De manera complementaria, surgen los planteamientos de estudiosos
pragmáticos para quienes la fuente de los primeros significados se puede asociar
con las primeras locuciones de los niños, de modo que todo significado es
esencialmente pragmático. La pragmática explica la adquisición de un sistema
lingüístico en términos del uso que los niños dan a los signos verbales para
desarrollar varias funciones comunicativas, relacionadas con la acción y la
interacción social que constituyen "áreas de competencia".
De tal manera, el contexto social desempeña un rol fundamental en el
aprendizaje de las locuciones tempranas, proporcionando la estructura y contenido
de éstas. Los factores situacionales, que a veces condicionan qué es lo que puede
decir el niño, incluyen objetos, actividades y personas de la acción comunicativa,
así como otras variables conversacionales.
También, la consideración más o menos explícita que se tenga acerca de la
naturaleza del lenguaje, de cómo se adquiere y desarrolla y de cuáles son las
variables (externas y/o internas) que tienen mayor influencia en la aparición y
evolución lingüística en el ser humano, va a tener relevancia en la acción de tanto
los padres como sus maestros dentro de la escuela.
En función de dicha concepción se pone mayor o menor énfasis en los factores
externos, incluida la enseñanza, la acción de los padres, la importancia de regular
y ordenar el entorno de forma que sea lo más estimulante posible, entre otras, o
bien en los factores internos al propio niño, como son el desarrollo de su
inteligencia, su motivación y su madurez personal a la hora de afrontar todas las
tareas incluidas el aprendizaje y el desarrollo de su capacidad lingüística.
Desde el punto de vista del conductismo, más que una teoría explicativa del
lenguaje, el conductismo es una corriente de pensamiento psicológico que tiene
gran repercusión teórica y práctica en la explicación del aprendizaje y el desarrollo
del lenguaje. Personas como Mowrer, Pavlov y Skinner han influido en la
Psicología y por tanto en las teorías del lenguaje. Además de una explicación
sobre la conducta lingüística, aportan, por ejemplo, diversas técnicas de
modificación de conducta que ayudan a comprender mejor el lenguaje como
comportamiento de los menores.
Ahora bien, para el enfoque conductista el lenguaje es una conducta más, que
se rige por los mismos parámetros e idénticos principios que cualquier otro
comportamiento humano. A través de las leyes y principios del aprendizaje los
conductistas pretenden explicar el inicio y el desarrollo del lenguaje humano. Las
leyes del condicionamiento (clásico y operante) intentan explicar el lenguaje en
base a la asociación entre estímulos y a los efectos que tiene sobre los sujetos.
Los refuerzos y castigos, el modelado y el moldeamiento son los mecanismos
básicos para explicar el lenguaje, según estos modelos.
Asimismo, la aportación del modelo conductista a la Psicología y al lenguaje es
clara, tanto en su explicación teórica como en su aplicación práctica. Aún hoy se
utilizan sus técnicas y parámetros en muchos ámbitos del estudio y de la práctica
educativa y terapéutica del lenguaje. Pero sus críticas son también muy
abundantes, debido al reduccionismo que supone tratar al lenguaje como una
conducta observable y medible únicamente con referentes externos y en base a
parámetros del contexto ambiental inmediato del sujeto. Todo ello, además, sin
tener en cuenta los aspectos internos, cognitivos o sociales, que tienen influencia,
sin duda, en la adquisición y el desarrollo lingüístico.
De igual forma, se encuentra el modelo innatista el cual hace hincapié en la
dotación genética con la que se viene equipado lo que influye decisivamente en el
aprendizaje del lenguaje y de las primeras palabras. Autores como Chomsky
postulan un mecanismo básico genético, y por tanto universal, que está en la base
del aprendizaje del lenguaje y que explica que no se aprende el lenguaje oral en
base a imitación, refuerzos y castigos.
Aunque los modelos del lenguaje en los inicios de su aprendizaje son cruciales,
es más importante tener una estructura básica sobre la que construir este proceso
tan complejo en tan poco tiempo. Para Chomsky (1989), la competencia lingüística
es el conocimiento implícito que posee todo sujeto de su propia lengua, que le
permite comprender y producir frases de acuerdo con la forma de su lengua. Se
postula un mecanismo innato llamado LAD (Language Adquisition Device) que
posee un conjunto de reglas o principios para la formación de oraciones, y
procedimientos para descubrir cómo estos principios se aplican a un lenguaje
particular al que son expuestos los niños en su contexto comunicativo.
Por lo tanto, la teoría generativa que propone supone que la gramática es un
conjunto restringido de principios generales y comunes a todas las lenguas, que
lleva asignados unos parámetros que son los responsables de las variaciones
entre ellas. La mayoría de los niños dicen su primera palabra a los 12 meses y
combinan unas cincuenta hacia los 18 meses.
Para Chomsky tiene que haber un método universal de análisis en los niños, y
una forma común de generar las emisiones. Los niños reciben un conjunto de
ejemplos y de formas y uso del lenguaje dependiendo del contexto comunicativo
que les rodea, debiendo practicar para conocer las reglas subyacentes de la
lengua adulta. Estas teorías sobre el lenguaje se originan desde la insatisfacción
que producen las teorías anteriores y por algunas de las observaciones que no
pueden ser total y satisfactoriamente explicadas por dichos enfoques.
No obstante, el aprendizaje del lenguaje es específico del ser humano. La
imitación tiene pocos o ningunos efectos para aprender el lenguaje de los demás.
Los intentos del adulto, dirigidos a corregir los errores de los niños son
infructuosos a ciertas edades. La mayoría de las pronunciaciones de los niños son
creaciones personales, y no respuestas aprendidas directamente de otros.
Chomsky postula que una gramática completa debe tener tres partes sintaxis,
fonología y semántica. La sintaxis es el elemento más importante porque permite
al hablante producir oraciones. La fonología y la semántica son meramente
aclaratorias. Por tanto, las reglas de transformación vinculan la semántica con la
fonología. Una de las contribuciones de esta teoría es que el procesamiento
lingüístico general y una observación característica del lenguaje en los niños, que
es su carácter creativo. En la actualidad, la investigación de Chomsky pretende
planificar los principios de cada módulo del conjunto y su interacción.
Ahora bien, según la teoría cognitiva para Piaget, el autor más representativo
de este modelo teórico, el desarrollo cognitivo es imprescindible para el óptimo
desarrollo del lenguaje. En este modelo, algunas aptitudes cognitivas son
requisitos para el aprendizaje y el desarrollo lingüístico adecuado. La inteligencia,
concebida como el conjunto de operaciones vivientes y actuantes, funciona como
un mecanismo procesador de la información que tiene una importancia clave en el
desarrollo del lenguaje.
Razón por la cual, Piaget (1983) ha propuesto que el desarrollo cognitivo es
universal y que va a tener relevancia en el desarrollo del lenguaje, de tal forma
que cada niño necesita superar las etapas previas para poder llegar a un
desarrollo óptimo posterior. De igual forma, el desarrollo cognitivo tiene una serie
de etapas que se suceden a lo largo del desarrollo y que condicionan
decisivamente el desarrollo del lenguaje.
Sostiene que pensamiento y lenguaje se desarrollan por separado, dado que el
desarrollo de la inteligencia empieza desde el nacimiento, antes de que el niño
hable, por lo que el niño aprende a hablar a medida que su evolución cognitiva
alcanza el nivel concreto deseado. Es el pensamiento el que posibilita el lenguaje,
lo que significa que el ser humano al nacer no posee lenguaje sino que lo va
adquiriendo poco a poco como parte de su desarrollo cognitivo.
Igualmente, el primer habla del niño es egocéntrica porque está condicionada
por el desarrollo cognitivo, que en esta etapa está inmerso en el pensamiento
centrado en sí mismo. Solamente usa el lenguaje oral para expresar sus
pensamientos y no para comunicarse socialmente con otras personas. Estas
etapas tienen unos períodos concretos y universales en todos los niños. Piaget
propuso dos tipos de lenguaje que ubicó en dos etapas bien definidas: la
prelingüística y la lingüística.
Se concluye que esta perspectiva psicolingüística complementa la información
aportada por los innatistas, en el sentido de que, junto a la competencia lingüística
también es necesario un contacto directo experiencial con el contexto
comunicativo que rodea a los niños. Los conceptos de asimilación y acomodación
son claves en la teoría de Piaget sobre el desarrollo cognitivo. La asimilación
consiste en incorporar la información a los propios esquemas del niño. La
acomodación es la tendencia del organismo a adaptarse o cambiar sus esquemas
ante las exigencias del ambiente que le rodea.
Existe otro enfoque existente que explica la adquisición del lenguaje en el que
está el interaccionista, entre las que están el interaccionismo de Bruner (1986) y el
modelo socio-cultural o socio-histórico de Vygotsky (1979). En todas ellas, la
interacción social es fundamental a la hora de adquirir y desarrollar el lenguaje.
Bruner describe la adquisición del lenguaje de los niños el cual acota que al
menos debe adquirir la sintaxis; es decir, la forma correcta de expresión del
lenguaje. Esto pone en entredicho la importancia de la imitación en el aprendizaje
del lenguaje, que tenía tanta importancia en el modelo conductista. Bruner
comprueba que el niño que está aprendiendo el lenguaje debe aprender la
semántica, el vocabulario, los referentes de los objetos y de las personas.
El niño que está adquiriendo el lenguaje, según Bruner (1986), debe aprender:
La gramática, ocurre con frecuencia que las reglas gramaticales del niño no son
las mismas que usamos los adultos. Los significados, se pueden construir frases
adecuadas sintácticamente pero que no tienen significado, pero es muy raro que
lo realicen los niños. La función comunicativa, el intento de comunicar o cómo
conseguir que se hagan cosas con palabras.
Desde este modelo interaccionista el menor es activo cuando aprende el
lenguaje, pero también es adaptativo, es decir, está sometido al contexto
lingüístico en el que está inserto. Para Bruner (1986), el lenguaje es un constitutivo
del desarrollo cognitivo. Y lo más importante, el lenguaje debe ser entendido en su
contexto cultural.
Continuando con el modelo interaccionista, se analiza el enfoque socio-
histórico de Vygotsky, para el que el habla tiene dos funciones fundamentales: La
función interpsicológica (social), en la que se establece una relación de
intercambio con las personas que rodean al aprendiz del lenguaje, y; la función
intrapsicológica (interna) del lenguaje, como motor y herramienta de manejo y
elaboración de pensamientos de cara a la acción.
El desarrollo cognitivo, para Vygotsky, ocurre a través de la interacción del niño
con sus iguales y/o adultos que le rodean, facilitándose con las conversaciones
que el menor tiene con las personas más capaces de su entorno, las cuales le
sirven de guía para el aprendizaje y el desarrollo de las habilidades intelectuales.
Dentro de ellas, el lenguaje es la herramienta fundamental.
Puede apreciarse una diferencia fundamental de este planteamiento con el de
Piaget, mientras que este autor veía en el habla del niño una funcionalidad
expresiva que denotaba que tenía un determinado desarrollo intelectual o
cognitivo, para Vygotsky la función del lenguaje es planificar y ayudar al
pensamiento a construirse y a elaborar la respuesta para la solución de
problemas.
Mientras que para los cognitivistas como Piaget el desarrollo cognitivo es la
base del desarrollo del lenguaje y necesita del primero para la adquisición del
segundo, para los interaccionistas como Vygotsky el lenguaje es el heurístico,
cuya función principal es el desarrollo y optimización del pensamiento.
Ambos enfoques tienen una relevancia fundamental a la hora de explicar la
aparición y el desarrollo del lenguaje en las primeras edades; por eso no se
analizan como totalmente contrapuestas, sino que ambas son aceptadas al menos
en parte y pueden explicar algunos de los datos que se observan de cómo se
adquiere y desarrolla el lenguaje en los niños.
Aunque no se trata de un modelo teórico como se ha descrito, el punto de vista
pragmático estudia el uso del lenguaje en los contextos educativos y lingüísticos,
con lo que saca a la luz algunos factores y relaciones entre variables lingüísticas
que no se habían tenido suficientemente en cuenta hasta el momento. La visión
pragmática ha profundizado en dos aspectos de la utilización del lenguaje por
parte de los niños y niñas el aspecto conversacional y las narraciones.
Del mismo modo, existen estudios que relacionan la Teoría de la Mente (ToM)
y desarrollo del lenguaje, en este punto es oportuno hacer una mención a los
estudios de Adrián et al. (2000), que relacionan las habilidades lingüísticas y las
competencias socio-cognitivas medidas con las tareas de Piaget, las tareas de
ToM y las de comprensión de emociones.
El término Teoría de la Mente (ToM) fue propuesto por Premack en 1978 para
hacer referencia a la habilidad para explicar, predecir e interpretar la conducta
propia y la de otros en términos de estados mentales como creer, pensar,
imaginar, sentir o desear, entre otras. El tipo de tareas que se les propone a los
niños son las llamadas de falsas creencias de Adrián et al (2000), para comprobar
el tipo de tareas que realizan los niños y los supuestos teóricos de estos estudios.
Los resultados básicos de estos trabajos indican que las habilidades
lingüísticas y la competencias sociocognitivas (tareas de Piaget, tareas ToM y
comprensión de emociones) correlacionan positivamente a edades de 3 a 5 años
en niños normales. Los crecientes estudios sobre ToM parecen apoyar la idea de
la necesidad de un mínimo desarrollo del lenguaje (sintáctico y semántico al
menos) para que emerja la ToM en estos.
Hace falta profundizar más en estas investigaciones y realizar muchos más
experimentos que permitan establecer conclusiones que vayan en esta dirección.
A pesar de ello, se muestra la importancia de las habilidades lingüísticas en el
desarrollo cognitivo.
Al mismo tiempo, se tiene que pensar en que hacen falta unas bases cognitivas
y perceptivas para desarrollar el lenguaje inicial de los niños. Sobre todo a edades
tempranas, el desarrollo cognitivo parece estar a la base del desarrollo lingüístico,
lo que apoya las tesis de Piaget.
En todo caso, existen técnicas para fomentar la participación de los niños, que
sin duda benefician su desarrollo lingüístico. Para optimizar el desarrollo del
lenguaje en estos interesa una intervención adulta con gran cantidad de
estimulación pero de calidad, y al mismo tiempo que sea lo más adaptada y
oportuna posible, para producir los mejores resultados en el desarrollo del
lenguaje.
CONCLUSIÓN

Cuando se habla de lenguaje se hace referencia a la capacidad del ser humano


para expresar su pensamiento y comunicarse. La comunicación se da en muchas
especies animales, a través de distintas formas o sistemas. Pero son sistemas
muy limitados que les permiten comunicarse de una forma muy básica. En el
hombre, sin embargo, se encuentra la capacidad de poder comunicarse a través
de distintos sistemas (gestual, escrito, entre otras) y, especialmente, a través de
signos vocales (lenguaje oral), un sistema que le permite comunicarse de una
forma más libre.
Es, sin duda, el sistema más complejo. El lenguaje humano puede tener
distintas funciones, entre las que se destacan la comunicación, entendida como el
intercambio de informaciones. Otra función importante es la representativa, que
diferencia el lenguaje humano del de los animales. Estas dos funciones son
fundamentales para comprender la evolución del proceso de adquisición del
lenguaje en el niño.
Cabe destacar, que la utilización de la función representativa en sí misma, no
implica un proceso comunicativo, pero es necesaria para que éste llegue a
producirse. Es, de hecho, una de las primeras que utiliza en niño cuando
comienza a utilizar el signo lingüístico. Hay incluso quien hace referencia a la
distinción entre estas funciones para determinar el primer signo.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Alarcos, E. et al. (1976). La adquisición del lenguaje por el niño. Buenos Aires.
Ediciones Nueva Visión SAIC.

Bronckart, P. (1978). Adquisición del lenguaje y desarrollo Cognitivo. Madrid,


Barcelona.

Mayor, I. (1983). Interacción, comunicación y lenguaje. Madrid, Alhambra. Revista


de Psicología General y Aplicada. Vol. 38, 251-295.

Mayor, I. (1983). Psicología del Pensamiento y Lenguaje. Madrid, UNED.

Piaget, J. (1965). El lenguaje y el Pensamiento. Buenos Aires, Ediciones Paidós.

Rícípu, M. (1984). La adquisición del lenguaje. Barcelona. Editorial Herder, 4


edición.

Santa Cruz, J. (1987). Psicología del Lenguaje. Procesos. Madrid, UNED.

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