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EL SER HUMANO Y LA NATURALEZA: UNA RELACIÓN ARMONIOSA

Hace mucho tiempo, aproximadamente 50 años en el 1971, una mujer llamada


Fabiola se encontraba en un bosque, junto con unas regaderas llenas de agua iba
a regar todos los árboles que pudiera para así evitar que se sequen, cuando de
repente escucha un ruido.

Fabiola: ¿Qué es eso?, se preguntó entre susurros.

¿?: Bien, excelente amigo sigue así y acabaremos pronto, dijo un señor entre
aplausos no muy fuertes.

¿?: Vaya que me a costado un poco, dijo otro señor limpiándose el sudor, la
verdad pensé que no lo iba a lograr, pero al parecer pensé mal, dijo el mismo
señor para luego tomar un trago de agua.

Fabiola se acercó a pasos lentos y silenciosos para ver a los dos hombres que
hablaban muy a gusto recostados en sillas de madera mientras realizaban una
parrilla. Cuando Fabiola logro visualizar a los dos hombres, cosa que la molesto
demasiado ya que la parrilla que realizaban ambos señores desechaba mucho
humo lo cual llenaba los árboles de sustancias de humo, al ver eso, Fabiola no
soporto esa escena y prosiguió a reclamarles a estos dos señores.

Fabiola: Buenas tardes señores, mi nombre es Fabiola, vengo a decirles que esto
que están haciendo es contaminación y si saben que es un delito eso, ¿Verdad?,
dijo Fabiola molesta, pero con un tono y comportamiento tranquilo.

¿?: Es un gusto señorita Fabiola, disculpe no sabíamos que era un delito eso de la
contaminación ya que no somos mucho de informarnos de eso de leyes y delitos,
además no tenemos buena economía y tenemos que ir a pie cuando queremos
hacer alguna comida aquí, en el bosque, siempre que queremos ir a algún lugar
tenemos que caminar, dijo uno de los señores tratando de engañar a Fabiola.

¿?: Si señorita Fabiola yo no sabía lo de las leyes, no tengo como informarme ya


que vivo en medio de prácticamente la nada, dijo este sinceramente tratando de
ayudar a su amigo, por cierto, mi nombre es Sergio es un gusto totalmente, dijo
con una sonrisa mirando a Fabiola.

¿?: Bueno con permiso me tengo que ir a mi casa, dijo para irse lo más rápido
posible.

Sergio: Disculpe señorita Fabiola, mi amigo, el que se acababa de ir, se llama


Ernesto – dijo viendo a su amigo marcharse disimulando su prisa.

Fabiola: Bueno algunos no tenemos mucha suerte con lo del estado de economía,
rio un poco incomoda, en fin, a lo que verdaderamente vine, ¿Se puede saber
como trajeron esas sillas de madera usted y su amigo?, pregunto un tanto ya más
tranquilo

Sergio: ¡Oh! Si claro, mi amigo las trajo en su camioneta ya que, fue interrumpido
por el mismo al darse cuenta que desmintió a su amigo,

Fabiola: En realidad él no tiene mala escala económica, dijo molesta Fabiola,


¡entonces ambos me mintieron!

Sergio: Mil disculpas señorita Fabiola, es que no soy mucho de amigos, mas bien,
no tengo amigos solo a él, dijo con un tono triste.

Fabiola: Lo siento, pues ahora ya tienes dos amigos, dijo con una gran sonrisa,
bueno ya nos estamos desviando del tema.

Sergio: Muchas gracias señorita Fabiola, dijo con una sonrisa un poco tímida, y si,
nos estamos desviando del tema, sonrió nervioso,

Fabiola: Por favor háblame de tu. Ahora si a lo que vine a hablar, ahora que se fue
su amigo, ¿Puede dejar de hacer comidas en medio del bosque?, digo no esta mal
que hagan comida ¿No? Pero contaminan mucho y eso es dañino tanto como
para las plantas y arboles como para los animales, dijo preocupada.

Sergio: Pues no lo había pensado en ese sentido, dijo este avergonzado.

Fabiola: Bueno, ¿Sabes donde vive tu amigo Ernesto?


Sergio, por una parte, no sabia que contestar ya que su amigo le avía prohibido
dar sus datos a alguna persona, pero, por otra parte, Sergio quería darle su
merecido a su amigo ya que estaba haciéndole daño a la Naturaleza.

Sergio: Si contesto Sergio afirmando la pregunta de Fabiola se dónde vive, pero


vive muy lejos.

Fabiola: Bueno ya que, en fin, que te parece si convocamos a algunas personas


de por esta zona y regamos, plantamos y hacemos otras cosas mas para mejorar
el bosque, dijo esto con una gran sonrisa en el rostro, ¿Qué te parece la idea?

Sergio: Me parece genial la idea Fabiola.

Luego de esa conversación ambos fueron con dirección a las casas que
encontraron por la zona en la que se encontraban. Horas después ya se
encontraban con un grupo de vecinos y turistas plantando árboles, flores, plantas y
regando cada planta o árbol que veían al paso que caminaban.

Fabiola se encontraba regando y echándole algo de abono a un árbol que se veía


muy viejo y mal cuidado, luego de eso vio que Sergio estaba alimentando a 5
venados que paseaban por ahí.

Carolina, una de las vecinas que se unió al cuidado del bosque, se encontraba
revisando y sacando la basura del rio que se encontraba en el medio del bosque.

Saúl, un turista que paseaba por esa zona y acepto ayudar al cuidado del bosque,
se encontraba recolectando las plantas caídas o podridas que pueden dañar a las
plantas sanas.

Luego de muchas horas, con ayuda del resto de las personas, terminaron el
cuidado del bosque y se marcharon, persona por persona, a sus casas y
quedaban solo Fabiola y Sergio.

Fabiola: Bueno Sergio parece que nos quedo muy bien el bosque, valió la pena
todas las horas que invertimos para cuidar este bosque que estaban
contaminando, dijo secándose el sudor que traía en la frente.
Sergio: Si, valió la pena, dijo dejando comida para los animales en una hoja de
tamaño grande.

Fabiola: Vendremos seguido a cuidar el bosque, sino lo hacemos el bosque puede


quedar como antes.

Sergio: Bueno ya me tengo que ir Fabiola, tengo que hacer muchas cosas en mi
casa y si llego mas noche puede que no llegue a hacer mi cena.

Fabiola: Si, bueno yo también ya me tengo que ir. Fue un gusto conocerte Sergio,
dijo con una sonrisa con los ojos serrados.

Sergio: Igualmente Fabiola, me divertí mucho ayudando al bosque, dijo con una
sonrisa también.

Minutos después de eso ambos se fueron por distintos caminos, Sergio llego a su
casa y empezó a hacer las cosas que pudo para luego cenar e irse a dormir.
Fabiola también hiso lo mismo, hiso las cosas que pudo, ceno y se fue a dormir.

El bosque termino muy cambiado gracias al buen cuidado que le otorgaron


el grupo de personas reunido por Fabiola y Sergio.

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