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La naturaleza de Felipe, el gallito de las rocas

Érase una vez un gallito de las rocas, pequeño y colorido, él era un ave
muy conocido y admirado entre toda la comunidad de Jaén, por sus hermosas
características, tales como su color rojo muy llamativo en sus plumas, que es
más notable en el macho que en la hembra, así como tiene dos patas de color
negro. Él era muy amigable, juguetón y tenía a su mejor amigo Pepito Loro.
Felipe habitaba en el bosque de Huamantanga, el cual se ubica por la carretera
de la cascarilla y colindante en nueva Jerusalén, este es un bosque muy
turístico y emblemático de la localidad de Jaén de Bracamoros.

Él vivía con toda su familia y con sus mejores amigos, y era en el bosque de
Huamantanga donde podían conseguir sus alimentos, pero también les
agradaba porque ahí se sentían protegidos. Hasta que un día salió volando a
pasar el rato con su mejor amigo Pepito Loro y ellos luego de estar volando por
el bosque se percataron de que había personas talando árboles, en ese
momento se dieron media vuelta y regresaron a su morada a contar todo lo
ocurrido.
–¡Hemos visto humanos talando los árboles! – dijo Felipe por lo que vio hace
unos momentos.
–Que barbaridades dices Felipe, eso es imposible, los humanos no tienen
permitido venir al bosque – Dijo el oso de anteojos incrédulo de lo que decía
Felipe.
–¡No os miento, lo vi con mis dos ojos en serio no estoy diciendo barbaridades!
Y si no me creen pregúntenle a Pepito, él estaba conmigo en el momento que
vi a esos incultos humanos – dice Felipe para que por fin le crean.
–Es cierto lo que dice Felipe familia, no les queremos tomar del pelo solo
estamos diciendo la verdad – refuerza Pepito Loro a lo que dijo Felipe para que
de una buena vez los animales del bosque les creyeran y puedan empezar a
idear un plan para que cese la tala de árboles.
–Pues no os creo, no soy tan incrédulo como para creer tales palabras –
contradijo un pájaro que vivía no tan lejos de los nidos de los gallitos de las
rocas.
–Si no nos creen, entonces vamos al lugar donde vimos a los humanos – dijo
Felipe para que comprueben que no estaban mintiendo.
–Si, buena idea, así podremos comprobar lo que dice Felipe y Pepito –
comenta un colibrí que estaba escuchando la conversación.
En ese instante, Felipe, Pepito y el Oso de anteojos fueron hacia el lugar donde
se encontraban los humanos, e ingrata fue su sorpresa que no encontraron a
nadie en el lugar.
–¡Pero si hace cinco minutos estaban aquí! – dijo Felipe alterado.
–Sin embargo, mira oso de anteojos puedes observar que a nuestro alrededor
hay árboles talados – declaró Felipe.
–Aun así, no os puedo creer, quisiera verlo con mis propios ojos, ya que, podría
haber sido algún animal del bosque – contradijo el oso de anteojos.
–¡Bueno algún día lo verás tú mismo, porque yo no miento! – dijo Felipe un
poco enfadado, pues no le creían.
Al ver que ya no estaban los humanos y que el oso de anteojos no les había
creído deciden regresar, pero en el camino Felipe y su amigo Pepito van
preocupados y no dejan de pensar en lo que vieron. Al llegar a su casa se
pusieron a dialogar sobre lo visto. Aunque cabe recalcar que desde ese
momento los amigos de Felipe desconfiaban un poco de él y de Pepito, ya que,
pensaban que les habían mentido sobre los humanos, al pasar los minutos,
Felipe fue a hablar con su amigo Pepito Loro.
–Amigo mío, ¿Será que si vimos a los humanos? – dijo Pepito Loro pensando.
–¡Claro que sí! dime entonces, ¿Cómo es que en aquel lugar estaban talados
todos esos árboles? – respondió Felipe.
–Tienes razón Felipe, pero ¿Qué querrán por aquí los humanos? – hizo la
pregunta Pepito.
–No lo sé Pepito, pero esto me deja más desconfianza del lugar – responde
Felipe preocupado.
–¡Ay amigo mío!, yo también estoy muy preocupado – habla Pepito al ver la
angustia de Felipe – ¿Y si nos quieren hacer daño los humanos? – continúa
diciendo Pepito.
–Eso es lo que más intranquilo me tiene, nuestros familiares y amigos no
merecen eso dice Felipe.
–Tienes razón amigo, tienes razón – respondió Pepito aún más inquieto al
imaginarse lo que pasará.
–¿Oye Pepito es raro que los humanos desaparezcan no crees? – dijo Felipe.
–Si Felipe es muy raro este tema, deberíamos empezar desde ahora mismo a
investigar más sobre este problema y demostrar a los demás que nosotros no
estamos mintiendo – dijo Pepito.
–Y si mejor vamos a pedir ayuda al Árbol Madre, seguro ella nos podrá ayudar
con este problema – propone Felipe a Pepito.
–¡Si es una gran idea Felipe!, vamos – dice Pepito.
Y así en como comienza a volar hacia el Árbol Madre, la cual era la protectora
del bosque. Al llegar con ella, le comentaron lo sucedido.
–Buen día Árbol Madre, ¿Cómo está usted? –Pregunta Felipe.
–Buen día hijo, no he estado bien últimamente, ya que han empezado a talar
los árboles en el bosque – dice ella.
–Uy Madre, justo de eso le queríamos hablar, nosotros hemos presenciado en
el momento exacto cuando unos humanos estaban talando algunos árboles,
Felipe y yo, quisimos avisar a los demás, pero hicieron caso omiso a nuestras
palabras – declaro Pepito.
–Es eso cierto Madre y le queríamos pedir ayuda a usted, para que nos
aconseje, porque no queremos que sigan talando los árboles – dijo Felipe.
–Bueno hijos, yo solo les puedo recomendar que busquen a una chica llamada
Paula, ella es una guardabosques, que les ayudará, puesto que no todas las
personas dañan el bosque, sino que también hay personas que buscan su
bienestar – dijo el Árbol Madre.
–Oh, entonces buscaré a Paula, para que nos ayude, gracias por todo Madre –
agradeció Felipe.
Luego de la conversación con el Árbol Madre, Felipe partió a la cuidad de Jaén
a buscar a Paula para que lo ayudara. Pero no fue algo fácil encontrarla; sin
embargo, Felipe fue perseverante y por fin pudo encontrar a Paula y le
comentó sobre el problema que estaba sucediendo en el bosque donde él
habitaba.
–Buen día Paula, soy Felipe el gallito de las rocas, vengo del bosque de
Huamantanga y quería pedir tu ayuda con un problema que está sucediendo en
el bosque – explicó Felipe.
–Hola Felipe, si claro que te ayudaré con cualquier problema que implique el
bosque – dice Paula.
–Muchas gracias por tu cooperación, el problema es que en el bosque han
empezado a haber personas que están talando árboles y no sabemos cómo
solucionar este problema – comentó Felipe.
–No puede ser así, está prohibido talar en el bosque, esto lo vamos a
solucionar.
–Una pregunta Paula, ¿Cómo haremos para detener este problema o a
quienes deberíamos acudir para que nos ayuden en la causa? – dice Felipe.
–Excelente pregunta Felipe, pues verás para poder hacer un cambio y que ya
no se siga usando los recursos del bosque, debemos ir a ver a la
municipalidad, ellos son los encargados del bosque de Huamantanga –explica
Paula.
–Bueno vamos a buscar a los de la municipalidad. –dijo el gallito
En eso Paula y Felipe van en camino a la municipalidad, para explicar el
problema que estaba atravesando el bosque de Huamantanga y así ver cuál es
la mejor forma de solucionarlo.
–Muy bien Felipe, ya llegamos a la municipalidad, ahora nos toca hablar con
Pablo, él es el encargado de ver cualquier cuestión que implique el bosque –
comenta Paula a Felipe.
En ese momento conversan con el encargado.
–Hola muy buen día, mi nombre en Pablo y soy el encargado de velar por el
bienestar del bosque de Huamantanga, ¿Cuál es su inconveniente? – comenta
Pablo.
–Buen día señor Pablo, mi nombre es Paula una guardabosques, y quien me
acompaña es Felipe el gallito de las rocas, nosotros queremos comunicar sobre
lo que está pasando estos últimos días en el bosque, ya que han estado
pasando muchos casos donde personas van a talar los árboles y eso no es
correcto – dice Paula.
–Eso no puede seguir así, debemos parar estos sucesos de una forma en la
cual todas las personas puedan cumplir – declara Pablo.
–Que bueno escuchar eso don Pablo y ¿Cuál es la manera en la que podremos
detener estos sucesos? – dice Paula.
–Pues haremos un anunció en la ciudad, en el cual se proclamará que si
alguna persona hace algún deterioro a los recursos del bosque será multado y
no solo eso, también se hará cargo de plantar más árboles para que así todas
las personas se den cuenta que los bosques no son lugares a los que se puede
ir y usarlo a su mereced, si no que es un lugar donde se tiene que ir a ver el
hermoso ecosistema que se mantiene – declara Pablo.
–¡Sí!, esa sería una buena manera de brindarles una lección a las personas
que no cumplen con cuidar estos ambientes – dice Paula.
En ese momento van a elaborar un enunciado. Paula para ayudar a mejorar,
creó una página en Internet con el propósito de juntar gente y que estas
personas ayuden difundiendo su cartel para evitar la tala, a través de un
vínculo: "www.tuarbolito.com". Y después se dirigieron hacía el bosque con el
anuncio y lo colocaron en la entrada del bosque, al interior de él y alrededor de
esa zona.
–¡Listo! – dice entusiasmado Pablo.
–Ojalá esto sirva de algo – dice Paula.
Al cabo de un día el oso de anteojos invitó a Felipe a su casa, y una vez allí se
pusieron a dialogar.
–Bueno amigo Felipe, hoy te invito a mi casa para preguntarte como seguimos
con el problema de la tala de árboles – dijo el oso de anteojos.
–Hasta el momento vamos bien amigo, ya que gracias a la ayuda que nos a
brindado Paula la guardabosques y Pablo que es el encargado del cuidado del
bosque – comentó Felipe.
–Que bien Felipe, esto me alegra. Bueno Felipe también te llamé para pedirte
una disculpa, pues no confié en tu palabra cuando dijiste que había empezado
la tala, discúlpame – dice un poco arrepentido el oso de anteojos.
–No te preocupes, todo está bien, lo bueno es que reconociste tu error. Ahora
sí, me marcho, que tengas un buen día – dice Felipe mientras se va retirando
del hogar del oso de anteojos.
Finalmente, al cabo de unos días, Felipe y Pepito se reúnen con la idea de salir
a volar y dar una vuelta por el bosque. Al llegar al lugar donde habían talado los
árboles aquella vez se sorprendieron al ver lo que ocurría.
–Mira Felipe, hay gente sembrado plantas – dice Pepito muy contento al ver lo
que sucedía en el lugar.
–Si Pepito por fin todo lo que hicimos dio fruto y el bosque está muy bien –
comenta Felipe, feliz por el gran cambio que hay. – Por fin podremos estar más
tranquilos y nuestra familia también, gracias a la ayuda de algunas personas
generosas nuestro hábitat mejorará y viviremos mucho mejor.

Fin.

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