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Darío Páez
Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
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CREATIVIDAD APLICADA O INNOVACIÓN EN ORGANIZACIONES SOCIO-EDUCATIVAS Y SU RELACIÓN CON EL BIENESTAR PSICOSOCIAL View project
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Domingo Asún S.;Pablo Tapia N.; Aldo Vera C. Darío Páez R. y Elena Zubieta
Este es un borrador ampliado que fue publicado con el nombre de los tres primeros autores como meta-
análisis sobre afectividad, apoyo social y estrés en Chile en JF Morales, D. Páez, A.L. Konrblit y D.
Asún (Coords.) Psicología Social. Prentice Hall. ISBN 987-9460-67-7
Los objetivos que nos proponemos en este trabajo son dos: Describir el vínculo
entre la técnica del metaanálisis como instrumento metodológico y la psicología social
como campo de investigación en Chile, y dar cuenta desde el punto de vista práctico, de
la aplicación de la técnica a través de tres ejemplos de su aplicación en investigaciones
psicosociales nacionales. Desarrollaremos estos objetivos a partir de la problemática
Salud y Bienestar Emocional analizando las relaciones entre Afectividad, Estrés y Apoyo
Social
Si intentáramos una ruta de respuesta, hay tres espacios en torno a los cuales
hallaríamos antecedentes y fundamentos: 1) la realidad de la investigación nacional; 2) el
tipo de construcción disciplinar que viene desarrollando no sólo la psicología social sino
la psicología misma en Chile, y 3) los requerimientos necesarios para emprender
investigación científica dentro del escenario que se halla configurado. Es en este último
espacio donde, entre otras técnicas y métodos de investigación, hemos insertado el meta-
análisis.
Quizá, lo más ilustrativo sea dar cuenta de la historia de este trabajo, pues las
dificultades que ha supuesto y los problemas que hemos debido resolver caracterizan la
práctica de la investigación nacional.
Entonces, queda por abordar cuales serían los requerimientos necesarios para
emprender investigación científica en éste actual escenario de la psicología nacional. Por
obvio que suene, antes que nada investigar. Abordar las tareas que supone el investigar desde
2
toda la gama de las prácticas psicológicas: académicas, profesionales, etc. De algún modo hay
que emprender un plan fundacional de la psicología nacional como fuente y productora de
conocimiento científico.
Sin embargo, tenemos que señalar que los resultados expuestos en los documentos a
los que hacemos referencia resultaron insuficientes para poder iniciar nuestro trabajo, nuestra
ventaja, fue que pudimos acceder a las bases de datos primarias y reprocesar la información
para llevar acabo la tarea metaanalística. Este no es un detalle menor, puesto que gran parte
de la investigación psicosocial en nuestro medio – como lo señalamos anteriormente - carece
de una consistencia interna metodológica que permita emprender de manera fácil el desafío
que nos hemos propuesto, sin ir más lejos es un dato fiel de la realidad investigativa de
nuestro medio.
Otro hecho que ya no se cuestiona es el del rol que las emociones juegan tanto en
la salud física como mental.
3
Es imprescindible optar por una visión integrada de la salud física y mental: si
está compuesta por un equilibrio emocional positivo, este equilibrio se puede analizar a
niveles fisiológico-motores, esquemático o de procesamiento automático de la
información, y semántico-conceptual. El bienestar subjetivo no es diferente de un cierto
estado neuro-fisiológico, ni tampoco es un correlato de éste: ambos elementos son
diferentes niveles de análisis, que dan cuenta de propiedades reales -y emergentes de las
primeras en el caso del bienestar subjetivo, y muy probablemente no reductibles a ellas.
Decir que la salud mental tiene determinantes sociales no excluye que haya procesos
neurofisiológicos subyacentes a ellos, sino que por el contrario, lo exige desde una
perspectiva científica materialista (Alvaro y Paez, 1997)..
No es azar el que se haya encontrado que los déficit de apoyo social y los sucesos
vitales estresantes estén asociados a una mayor morbilidad y mortalidad física. Desde el
famoso estudio de Alameda County se ha encontrado que los sujetos de bajo apoyo
social tenían dos veces más posibilidades de morir que los sujetos de alto apoyo,
controlando todo los factores de riesgo clásicos, esta asociación se encontraba para
diferentes tipos de enfermedades (Renaud, 1987). Entonces, podemos decir que existen
distintos factores de vulnerabilidad o protectores, como los recursos de afrontamiento, el
apoyo social o la afectividad positiva que pueden facilitar o impedir el efecto negativo de
sucesos estresantes y la producción de síntomas psicológicos depresivos.
Los Sucesos vitales son aquellas experiencias objetivas de cambio vital que exigen un
reajuste de la conducta del sujeto, ya que interrumpen o amenazan con obstaculizar las
actividades usuales de éste. Los sucesos estresantes, psicológicamente, son aquellos que
se perciben como amenazas al bienestar físico o psíquico.
Se ha demostrado también que sólo los sucesos negativos juegan un rol facilitador de
los trastornos psíquicos. Los sucesos indeseables, incontrolables e imprevisibles son los
que están más fuertemente asociados a síntomas psicológicos, en particular depresivos.
Los sucesos que implican cambios positivos no están asociados a síntomas psicológicos
aunque sí están vinculados a síntomas físicos. Aunque las investigaciones se han centrado
y constatado la relación entre sucesos severos y depresión (Brown y Harris, 1978), una
revisión de éstas señalan que otras reacciones son también frecuentes ante los sucesos
severos. En particular la rabia, estados de shock y la ansiedad.
4
2.2 Sucesos de pérdida, depresión, estrés y cáncer:
También, los sucesos estresantes muchas veces se confunden con los efectos
clásicos de enfermedades mentales o físicas. De la lista de Holmes y Rahe el 67% de los
sucesos de vida examinados son consecuencias o síntomas de enfermedad, lo mismo
ocurre con el 63% de sucesos de la lista de Paykel (Dohrenwend et al., 1984). Al medir
el malestar psicológico con escalas que incluyen síntomas psicosomáticos, la correlación
entre sucesos de vida y trastornos psíquicos disminuye fuertemente cuando los sucesos
de vida vinculados a la salud física se excluyen (Thoits, 1983).
En términos generales, el apoyo social podría definirse como un efecto positivo de las
relaciones sociales del sujeto. Por un lado, la estructura y frecuencia de contactos del
conjunto de relaciones del sujeto que se concibe como la integración en la red social, es el
aspecto estructural o Apoyo Social Objetivo. Se mide mediante escalas sobre la extensión,
densidad, frecuencia de interacción, etc. de las redes sociales, así como con preguntas sobre el
nivel de pertenencia a grupos sociales (si el sujeto está casado o es soltero, p.e.). Esta línea de
investigación se focaliza en la relación entre la integración social o frecuencia de contacto con
redes sociales y su rol directo en la salud.
Por otro lado, nos encontramos con la dimensión subjetiva del concepto o Apoyo
Social Subjetivo, la cual se refiere tanto a la cantidad de relaciones sociales como a lo que se
6
denomina apoyo percibido y funcional, esto es, la percepción subjetiva o satisfacción con la
ayuda social que se recibe de los otros. Presenta tres niveles: emocional, cognitivo e
instrumental (Rose, 1990).
El mayor deseo de los pacientes de ayuda tangible por parte de la familia, se debía en
parte a la historia vital y a las normas familiares (Rose, 1990).
Por último, en lo que se refiere a las formas del apoyo social, puede decirse que son
similares a las formas de afrontamiento (coping) pero ambos conceptos son diferentes.
Algunas formas de afrontamiento implican la búsqueda de apoyo social, mientras que, la
ayuda dada por los otros a cualquiera de los niveles anteriores, emocional, instrumental y
cognitivo, sería propiamente lo denominado como apoyo social. En general, se ha
comprobado que existe una relación entre coping y apoyo social, de forma que, aquellos
sujetos que disponen de un mayor apoyo (especialmente de amigos) realizan más formas de
redefinición cognitiva, búsqueda de información y emplean más tácticas activas de resolución
de problemas (Moos, 1988).
Respecto del papel del apoyo social como moderador del estrés se han explorado dos
hipótesis. Una mantiene que el apoyo social es beneficioso tanto en períodos estresantes
como en los no estresantes (hipótesis de los efectos directos). La otra mantiene que la salud y
los beneficios para la salud mental del apoyo social son principalmente evidentes durante
períodos de alto estrés (hipótesis amortiguadora). De acuerdo con la hipótesis amortiguadora,
el apoyo social actúa como reserva y fuente para debilitar los efectos del estrés o para
capacitar a los sujetos de cara a enfrentarse a altos niveles de estrés de una manera más
efectiva. Se han encontrado evidencias para ambas hipótesis (Coba, 1976; Cohen y Mckay,
1983; Cohen y Hoberman, 1983; Kaplan, Cassel y Gore, 1979; LaRocco, Hose, y French,
1980; para una crítica ver Cohen y Wills, 1985).
Existen cinco procesos que explican el impacto del estrés y de un deficitario apoyo social
en la enfermedad y el bienestar:
a) Cognitivo: Una situación de bajo apoyo social y alto estrés altera las creencias de
generosidad, optimismo y controlabilidad del mundo social. Por ello, la percepción
de falta de control provoca una afectividad negativa. La existencia de apoyo social
puede hacer que el problema se evalúe como menos disruptivo. Se ha demostrado
que la percepción de control se asocia a una mejor salud física y mental. Sin
embargo, el apoyo social se asocia a una mejor respuesta endocrina, inmunológica y
cardiovascular.
b) Inmunológica-fisiológica: Una situación de bajo apoyo social (y/o alto estrés) reduce
la respuesta inmunológica. (Uchino et al.,1998). Por otra parte, un deficit de apoyo
social y un alto estrés inducen a la depresión y ésta, a su vez, también reduce la
respuesta inmunológica, (Adler y Matthews, 1994). Así, la investigación permite
concluir que los elementos estresantes pueden producir inmunodepresión e
incremento de la vulnerabilidad a las enfermedades. También se confirma que el
estrés y la depresión se asocian a déficit de las reacciones inmunológicas medidas in
vitro, así como a un descenso de la frecuencia de células natural killer. Un descenso
de la actividad de estas células es un predictor de la recurrencia de la enfermedad en
estadíos tempranos del cáncer de mama. (Adler y Matthews, 1994). Así, la
investigación permite concluir que los elementos estresantes pueden producir
inmunodepresión e incremento de la vulnerabilidad a las enfermedades. También se
confirma que el estrés y la depresión se asocian a déficit de las reacciones
inmunológicas medidas in vitro, así como a un descenso de la frecuencia de células
natural killer. Un descenso de la actividad de estas células es un predictor de la
recurrencia de la enfermedad en estadíos tempranos del cáncer de mama. El deficit
de apoyo social sigue determinando una menor reacción inmunológica controlando
la percepción de estres y el nivel de depresión o ansiedad, es decir, el apoyo social
tienen un efecto directo que no es mediatizado explicado por los procesos
sociocognitivos. Además, un alto nivel de apoyo social disminuye el impacto
fisiológico del estrés, en particular la reactividad cardio-vascular. De la misma forma,
se ha comprobado en poblaciones adultas y ancianas que el nivel de apoyo social se
asocia como a una menor presión sistólica y disatólica (Stroebe y Stroebe, 1995).
Confirmando el caracter protector del apoyo social en el ajuste a la enfernedad,
sujetos a la espera de ser intervenidos, prefieren compartir su experiencia con
enfermos en una situación similar, mejorando con ello su estado afectivo - los que lo
hacen con sujetos ya operados, se encuentran mejor en el post-operatorio (Kulik y
Mahler, 1987; 1989)
c) Un déficit de mayor apoyo social se asocia a conductas inadaptativas y a formas de
afrontamiento más ineficaces. De manera inversa, el apoyo social emocional
subjetivo y el afrontamiento adaptativo asociado a él, amortiguan o disminuyen el
impacto del estrés y por ende, disminuyen posibles formas inadaptativas de
afrontamiento como son las conductas de riesgo que agravan el problema -beber,
9
fumar, ignorar la enfermedad y el tratamiento, etc.- (Stroebe y Stroebe, 1995).
Ahora bien, el efecto beneficioso del apoyo sobre una menor reactividad cardio-
vascular y endocrina, así como sobre una mayor respuesta inmunológica siguen
manifestandóse aunque se controlen las conductas de riesgo (Uchino et al, 1998). Es
decir, la influencia del apoyo social en el nivel de conductas inadaptativas no es el
'unico proceso mediador que explica la influencia física positiva del apoyo social.
Los sujetos que tienen alto apoyo social, también tienen altas capacidades sociales
10
de enfrentamiento del medio (Saranson et al, 1985). Esto requiere diferenciar y/o
especificar las relaciones entre ambas variables o factores. Las medias funcionales de
apoyo social, en particular las de confidentes, mostraron un claro efecto directo (77%) e
indirecto (85%). La accesibilidad de un confidente se supone que está asociado a la
función emocional (valorización y autoestima) y de información.
2.10 Afectividad
Cuando hablamos del estado de ánimo, de las emociones, del bienestar subjetivo o los
sentimientos, no hacemos otra cosa que mencionar distintas áreas o tipos de afectividad. De
manera general, podemos definir a la afectividad como la tonalidad o el "color" emotivo que
impregna la existencia del ser humano y en particular su relación con el mundo (Páez et al,
1989).
Por su carácter intenso, breve, privado y básico las emociones aparecen como el
elemento esencial de la afectividad. El Bienestar Subjetivo puede ser entendido como la
balanza entre emociones negativas y positivas, estado en el que las segundas predominan en
frecuencia sobre las primeras.
Los estudios arrojan con nitidéz dos factores o dimensiones principales: placer-
displacer y activación. La dimensión placer-displacer presenta en un extremo al miedo y en el
otro a la alegría y cada una de ellas está asociada a diferentes patrones motores-fisiológicos-
conductuales. El miedo se agrupa junto a problemas estomacales, frío, tensión muscular,
sudoración y "nudo en la garganta", conductas de escape y aislamiento y por cambios faciales
y en el habla. Por el contrario, la alegría se define por la relajación muscular, la risa, las
conductas de aproximación y lentitud en el habla. La dimensión de activación presenta
por un lado a la tristeza y por el otro la cólera. Esta última aparece asociada a cambios de
temperatura corporal, movimientos abruptos, por la rabia y la agresión e incrementos de
gesticulación (la situación que lo provoca se atribuye a figuras concretas). La tristeza por el
contrario, aparece asociada a situaciones negativas sin un agente causal claramente
establecido.
La explicación de esta diferencia es que cuando los afectos se miden muy próximos
temporalmente (el mismo día o la misma semana) aparece la dimensión bipolar placer-
displacer. En cambio, cuando se mide el estado de ánimo sobre períodos más largos (meses o
un año) aparecen las dos dimensiones unipolares positiva y negativa independientes (Clark y
Tellegen, 1984).
El alto afecto positivo está definido por términos como "entusiasmado" y "alegre"
mientras que el bajo afecto positivo está definido por adjetivos como "fatigado" y "triste",
sugiriendo el abandono de expresiones negativas. El alto afecto negativo está definido por
adjetivos como "atemorizado" y "enojado". El bajo afecto negativo está definido por
"tranquilo" y "calmado", sugiriendo formas displacenteras de abandono de contacto. En
general, el afecto positivo se sitúa en una amplia zona de valores intermedios. El afecto
negativo cae en un rango más estrecho de puntuaciones alrededor de la media, con
expresiones extremas ocasionales y periódicas, siendo estas expresiones de un marcado
malestar.
En otras palabras, podemos decir que el afecto negativo está asociado a la presencia
de sucesos negativos, mientras que el bajo afecto positivo está asociado a la ausencia o
pérdida de refuerzos positivos. El alto afecto positivo se relaciona con un número mayor y
más diverso de hechos sociales mientras que el alto afecto negativo lo hace con un rango más
limitado de sucesos (Clark y Watson, 1988).
El afecto positivo está asociado a los sucesos de la vida cotidiana y está más
relacionado con las funciones vegetativas (elación-depresión) que con las funciones de
emergencia (alarma-calma), éstas últimas se relacionan más con el afecto negativo. El alto
12
afecto negativo está asociado a las reacciones de lucha y fuga en situaciones de crisis lo que
explica los fuertes altibajos de este afecto y, la correlación con quejas somáticas, problemas
de salud y trastornos psicofisiológicos (Clark y Tellegen, 1988)
La relación entre indicadores objetivos (de salud, de tipo de vivienda, con los
indices de criminalidad) y la satisfacción subjetiva referida a los mismos dominios es baja.
Se explica esta baja relación por que la satisfacción se vincula a un proceso en el que se
comparan las aspiraciones o expectativas con la situación real o logros obtenidos. La
satisfacción o bienestar depende no tanto de la realidad, como de la relación entre esta y
las aspiraciones: Si dividimos la situación real o logros por las aspiraciones, a mayor
razón o menor desfase entre aspiraciones y logros, mejor bienestar. Esto explica que
personas de mediana edad, con trabajo estable, casas comodas y vida marital, esten
menos satisfechas que personas con medios y condiciones de vida más modestas.
Aunque los primeros están objetivamente mejor que los segundos, sus aspiraciones son
más altas que las personas de condiciones de vida más modestas, por lo que el desfase
entre expectativas y realidad es mayor, y por ende la insatisfacción mayor (Andrews &
Robinson, 1991).
En los países en los que se respetan los derechos humanos es probable que las
personas perciban un mayor control y auto-eficacia en sus vidas, así como que vean
satisfecho sus necesidades de seguridad.
Afectividad Satisfacción
Vital
Positiva-Negativa y Felicidad
de Bradburn
Postmaterialismo 0,71
Inglehart
15
Jerarquía -0,65
Compromiso
Igualitario 0,48
de Schwartz
(todas las correlaciones expuestas p<0,05, con la excepción de &=p<0,10. Los casos en los que se basan
las correlaciones oscilan entre 15 y 33, con una mediana de 22).
Cinco dimensiones:
Neuroticismo -0,22
Represión -0,40
Estabilidad
Emocional 0,36
Responsable 0,21
Deseo Control 0,34
Locus-azar -0,34
"Dureza" 0,32
Locus-interno 0,25
18
Agradabilidad 0,17
Confianza 0,37
otros
Extraversión 0,17
Sociabilidad 0,20
Abertura 0,11
Inteligencia 0,05
Edad 0,03
Sexo 0,04 (más alto hombres)
Status socio-
económico 0,19
compuesto de:
Status ocupacional 0,11
Educación 0,14
Ingresos 0,17
(Fuente: DeNeve & Cooper, 1998,p.218).
Ingresos y SV.-
Religión y SV.-
Las personas casadas muestran mayor BS que los solteros, viudos y separados - r
medio de 0,14 en un meta-análisis. Esto se puede deber a un proceso de selección: la
gente feliz y más positiva tienen más posibilidad de tener una pareja estable, aunque los
estudios longitudinales muestran que este efecto de selección no es muy fuerte. Es más
probable que al ofrecer apoyo social instrumental y emocional el matrimonio cause BS
(Diener et al,1999).
Edad y SV.-
Genero.-
21
Los hombres muestran una mayor felicidad que las mujeres, aunque la diferencia
es pequeña (r=0,04 según un meta-análisis). Diferencia en satisfacción vital no se
encuentran generalmente, cuando existen muestran que las mujeres tienen mayor SV,
aunque estas diferencias desaparecen cuando se controlan otras variable demográficas.
Por otro lado, las mujeres informan de mayor afectividad negativa que los hombres (más
depresión) y más intensidad afectiva. Probablemente las mujeres vivencian
simúltanemente más intensamente emociones positivas y negativas, lo que equilibra la
relación entre afectividad positiva y negativa, provocando niveles de BS similar a los
hombres. Las mujeres son socializadas en roles de mayor sintonía emocional (p.e.
madres, cuidadoras de niños y enfermos, etc), por lo que estan más dispuestas a
experimentar y expresar emociones que los hombres (Diener et al,1999).
Educación.-
Nº de Estudio Título
22
La primera investigación evaluó el apoyo social (A.S.) mediante la escala de apoyo
familiar de Procidano y Heller adaptada por Asún, Vera y Wood en 1994, la cual consta de
20 ítems y tiene un alfa de Cronbach de 0.87. A su vez nos entrega como indicador de alta
afectividad negativa (A.N,) una escala de ansiedad y como indicador de afectividad positiva
(A.P.) una escala de depresión, ambas forman parte de un conjunto de baterías para la
evaluación de trastornos emocionales, constan de 13 y 12 ítems siendo sus alfas de 0.85 y
0.75 respectivamente y fueron construídas por Alvarado, Asún, Vera y cols (1992). La
muestra de estudio fue de 289 personas de la población general, de los cuales 166 (57%) son
mujeres. La correlación entre A.S. familiar y baja AP es de -0,31,p<0,01, es decir, a mayor
apoyo social menor depresión, por lo que inferimos que hay mayor afectividad positiva. Por
su parte la correlación entre A.S y AN fue de -0,24,p<0,01.
Estudio r Z
1 0.31 0.321
2 0.08 -0.08
23
3 0.29 0.299
Así se obtiene que la asociación media entre Apoyo social familiar y Afectividad
Positiva es de 0.28 (equivalente r de z 0.29), con 896 grados de libertad, asociación que es
muy significativa.
El tercer paso consistió en contrastar la homegeneidad del tamaño del efecto de los
estudios. Como se observa visualmente la muestra del estudio Nº2, por su pequeño tamaño
muestral y por tratarse de una población de riesgo podría resultar desviante.
El procedimiento de cálculo para el Chi cuadrado que da cuenta del grado de homogeneidad
de los estudios, se obtuvo a partir de la sumatoria al cuadrado del z de cada estudio menos el
z medio ponderado, por la sumatoria de las muestras menos la constante 3, sustraida a cada
una de ellas menos la z media.
En el caso del primer estudio el valor obtenido fue un Chi cuadrado de 0.24. Para el
segundo estudio se obtuvo un valor de 2.2 y para el tercero de 0.028. La sumatoria de estos
valores es igual a 2,468. Los grados de libertad (en adelante g.l.) aplicables a este valor
corresponden al número de estudios menos uno – en este caso 3 - 1= 2-. El valor teórico de
Chi cuadrado para dos g.l. a 0.05 es de 5.99 y el valor encontrado es menor , lo que en
conclusión nos permite afirmar que los efectos encontrados son homogéneos. Al respecto
hay que observar que el estudio Nº 2 aunque resulta desviante, por el bajo valor de la r y de
su número de casos, no altera la homogeneidad de los resultados. Además, se puede
interpretar que en el caso de hechos traumáticos o estresantes fuertes y recientes, como la
violación, la alteración afectiva moviliza más apoyo social.
Por lo tanto, podemos concluir que en este primer ejemplo se confirma la hipótesis de
que a mayor apoyo social familiar mejor afectividad positiva mediante el meta-análisis de tres
24
estudios que utilizan la misma medición de Apoyo social y dos mediciones diferentes de
Afectividad Positiva.
4.. Metaanálisis de la relación entre apoyo social de las amistades y afectividad positiva y
negativa.1
1
Como en el primer ejemplo metaanálitico se explicitaron los procedimientos de los cálculos, en este
estudio y los siguientes ejemplos se obviarán estos.
25
En la tercera investigación se evaluó el apoyo social (A.S.) de las amistades
utilizando la msima escala de los estudios anteriores (alfa=0.86). Como indicador de alta
afectividad positiva (A.P.) se utilizó la subdimensión de afecto positivo de la misma escala de
afectividad positiva y negativa Bradburn adaptada a la población española por Páez y cols
(1989)., y para nuestro país por Asún, Vera y Wood en 1994, consta de 9 ítems, con un
consistencia interna muy aceptable (alfa=0.76). La muestra de estudio la constituyeron 592
alumnos de las distintas carreras impartidas por la Universidad Diego Portales, cuyas edades
fluctuaban entre los 17 y 45 años, de los cuales 353 (59,6%) son mujeres. La correlación
entre A.S. amigos y A.P. es de 0.2382, p<0.001). La correlación entre A.S. y A.N. es de –
0.2637, p<0.001.
Nª de Estudio R AP R AN Z AP
Por su parte la z media ponderada para el conjunto de los estudios fue de 0.252.
Así se obtiene que la asociación media entre Apoyo social de las amistades y Afectividad
Positiva es de 0.245 (equivalente r de z 0.252), con 1047 grados de libertad. Esta
asociación resulta ser muy significativa.
Ahora bien al contrastar la homogeneidad del tamaño del efecto de los estudios,
se obtuvo un Chi cuadrado de 9.49, lo que contrastado con el Chi cuadrado teórico de
7.815 para 3 g.l. a 0.05, nos demuestra que los efectos encontrados no son homogéneos.
Dado esto se procedió a agrupar aquellos estudios que no fueran desviantes - en este
caso el estudio Nº 1 y Nº 3 -, eliminando los estudios desviantes. 1
Estudio r Z
1 0.227 0.2237
3 0.2382 0.234
Al contrastar la homogeneidad del tamaño del efecto los estudios, nos permite
confirmar en este caso los efectos encontrados son homogéneos. (Chi cuadrado obtenido
= 0.02, Chi cuadrado teórico para 1 grado de libertad a 0.05 es de 3.841). En cuanto a
los estudios 2 y 4, es posible observar lo siguiente, el primero de ellos resulta desviante por
tratarse de una muestra de mujeres violadas y por el bajo N de su muestra, además de la baja
consistencia interna que registró el instrumento. El estudio 4 resulta desviante por el tipo de
su muestra (población general), diferente de los estudios homogéneos 1 y 3 cuyas muestras
son de estudiantes, lo cual se ve potenciado en el proceso del cálculo, que aumenta las
diferencias pese a tener alta consistencia en sus instrumentos y trabajar con población general.
27
cols, 1989). Vamos a confirmar esto integrando tres estudios sobre apoyo social y estrés
psicosocial.
Por su parte, el tercer estudio evaluó el apoyo social familiar (A.S) a través de la
misma escala del segundo estudio (Alfa=0.8992). Como indicador de estrés psicosocial
se utilizó la misma escala señalada anteriormente (alfa=0.843). La muestra de estudio la
constituyeron 592 alumnos de las distintas carreras impartidas por la Universidad Diego
Portales, cuyas edades fluctuaron entre los 17 y 45 años, de los cuales 353 (59,6%) son
mujeres. La correlación entre A.S. familar y estrès percibido es de –0.2796, p<0.001.
Nª de Estudio r Z
1 -0.3178 -0.332
2 -0.3542 -0.365
3 -0.2796 -0.277
28
La puntuación de la z media ponderada es de –0.316. Así se obtiene que la
asociación media entre Apoyo social familiar y estrés es de –0.3 (equivalente r de z –0.316),
con 1033 g.l., asociación que resulta ser muy significativa.
Ahora bien, la estimación de homegeneidad del tamaño del efecto de los estudios,
confirma que estos son homogeneos. El valor de chi cuadrado obtenido en este caso fue de
1.75, siendo menor que el valor de Chi cuadrado teórico, para 2 grados de libertad a 0.05 , el
cual es de 5.99.
Por lo tanto, podemos concluir r que se confirma la hipótesis que a mayor apoyo
social familiar menor estrés psicosocial mediante el meta-análisis de 3 estudios que utilizan
dos distintas mediciones de A.S. y tres mediciones iguales de estrés psicosocial.
5. Discusión
A través de este ejercicio que nos impusimos como desafío, hemos demostrado que la
utilización del metaanalisis como técnica resulta muy prometedora para la investigación
psicosocial nacional. Esto nos demuestra que debemos dar un salto cualitativo en lo que se
refiere a la forma de hacer investigación psicosocial.
Así, creemos que tomar la investigación como una tarea, si bien etimológicamente es
29
una aventura hacia lo desconocido, significa que esta no es una aventura azarosa y debe ser
verificable, contrastable, replicable, entre otras cosas, por terceros. Es decir, ver la
investigación como un progreso del conocimiento/descubrimiento de lo psicosocial dentro del
territorio nacional, pero del cual debe quedar mapa, registro y vitácora.
6.Bibliografía
A. Vera, D. Asún y C. Nuñez (1999) "Un modelo de Salud Mental, Basado en Categorías
Psicosociales". (por publicar en revista PRAXIS).
Vera, P. Wood, . y D Asún (1994) "Un modelo explicativo de la Salud Mental Basado en
Categorías Psicosociales: descripción teórica de sus componentes, construcción de
una batería de instrumentos para la evaluación de factores psicosociales y prueba
empírica del modelo". Tesis para optar al grado de licenciado en psicología. Escuela
de Psicología Universidad Diego Portales
D. Páez.y cols. (1986) "Salud Mental y factores psicosociales". Madrid España. Ed.
Fundamentos.
Diener, E. & Larsen, R.J. (1993). The Experience of Emotional Well-Being. In M.Lewis
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Diener, E. et al. (1995). Factors Predicting the Subjective Well-Being of Nations. Journal
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Markus, H., Kitayama, S. & Heiman, R.J. (1996). Cultures and "Basic" Psychological
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Ross, C.E. & Van Willingen,M. (1997). Education and the Subjective Quality of Life.
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Uchino et al.......................
* Fuente tableros del ejercicio.
31