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Explicación de la técnica
Se explica al cliente en qué consiste la comunicación asertiva, los pasos para desarrollarla,
y la importancia de recibir un entrenamiento en habilidades sociales.
Fase de formación
Formación específica para que el cliente desarrolle un sistema de creencias apropiado, en
donde aprenda a distinguir entre: conducta pasiva, asertiva y agresiva.
El objetivo básico consiste en aprender a escuchar y saber transmitir emociones a los
demás, incluyendo deseos, opiniones y sentimientos de manera asertiva.
Iniciar, mantener y finalizar conversaciones, saber llevar silencios, saber aceptar y dar
cumplidos a otros, pedir favores, rechazar peticiones, manejar críticas, etc.
Fase de entrenamiento
Un entrenamiento básico de habilidades sociales para terapia cognitivo conductual, debe
Incluir los siguientes componentes durante las sesiones
Un objetivo (por lo menos) e instrucciones precisas sobre las habilidades que se desean
entrenar durante el desarrollo de la terapia.
Técnicas del Modelo Sistemático
Terapia familiar psicoanalítica: La terapia familiar psicoanalítica fue la pionera en
el tratamiento de familias. De manera que aportó un marco conceptual de donde
evolucionan la mayoría de las teorías actuales hacia el modelo sistémico.
La esencia de este enfoque consiste en poder reconocer e interpretar los impulsos
inconscientes y sus defensas contra estos, así como su relación con el principio de las
relaciones objétales. Sus técnicas son relativamente simples, aunque ello no implica que
sean fáciles de aplicar. Éstas son: escuchar, empatía, interpretar y mantener la neutralidad
analítica.
La mayoría de los terapeutas psicoanalíticos prefieren trabajar con familias de un nivel alto
de verbalización ya que son enseñados a la “libre asociación de ideas” esto es, expresar sus
sentimientos e ideas en forma espontánea, lo cual proporciona material de análisis y
permite a los interlocutores comunicarse más libremente.
Terapia existencial familiar: Este enfoque asume que el problema no es el
individuo sino la familia, de modo que la conducta que se identifica como
“enferma” es consecuencia de una forma de relacionarse que se manifiesta, en
principio, en uno de sus miembros; pero que si se profundiza adecuadamente se
descubre que no es el único.
Este modelo de terapia actúa entonces sobre las relaciones y no sobre la conducta de una
única persona, manteniendo la continuidad entre individuo, familia y comunidad;
interpretando su desarrollo y su adaptación dentro de ese sistema de interrelaciones,
enfatizando en el cambio y el crecimiento interior más que en la eliminación de unos
determinados síntomas supuestamente desviados.
Terapia transgeneracional: Muchas personas sienten límites y no son capaces de
llegar a los objetivos que desean por causas inexplicables. Se trata de bloqueos que
finalmente desencadenan en frustración, tristeza, pena, o ansiedad.
En estos casos, la terapia transgeneracional explora todo lo que la persona ha recibido de
generaciones pasadas y busca las cargas que esta ha heredado y que no la dejan seguir
adelante. En otras palabras, la terapia transgeneracional se centra en las interacciones entre
los miembros de una familia a través de múltiples generaciones para identificar los
problemas nucleares familiares.
Terapia estructural familiar: La terapia familiar estructural es un método de
psicoterapia desarrollado por Salvador Minuchin, quien defendía que la patología
no reside en el individuo en particular, sino en la dinámica de las relaciones y en la
forma en que se estructuran los vínculos dentro del sistema familiar.
Por tanto, se centra en entender las interacciones que rigen el funcionamiento familiar e
intervenir en las relaciones disfuncionales dentro de la familia, haciendo que se estabilice
en unos patrones más saludables.
Terapia estratégica familiar: La terapia familiar estratégica es desarrollada en la
década de los 50, principalmente por Jay Haley, quien creía que es más importante
que los pacientes resolvieran sus problemas de inmediato en lugar de comprender el
porqué de ellos. En este caso, el terapeuta estratégico establece objetivos claros que
están relacionados con el problema presentado; y por tanto no aplica un mismo
método a todos los casos presentados, sino que diseña una estrategia específica para
cada problema. El objetivo de esta terapia es, ante todo, impedir la repetición de
secuencias e introducir mayor complejidad y alternativas.