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ACORDARNOS DE LOS HERMANOS POBRES

Introducción: Carta Apostólica de Febrero 27 de 1997.


“Y, así como me habéis bendecido en grande manera, quiero que lo hagáis con vuestros
hermanos que padecen necesidad; a fin de que la abundancia de unos, supla la necesidad
de otros, y haya siempre como lo habéis hecho conmigo ese amor que suplirá todas las
necesidades. Pues, que quisiera, sino tomar todo lo que me habéis ofrendado para llevarlo
a los necesitados de su pueblo; pero sé que esto ha salido de vosotros e incitados con esta
carta, vosotros seréis mis ojos que vean la pobreza, mis oídos que escuchen el lamento y
mis manos que ayuden a los enfermos y necesitados.
Conociendo vuestra liberalidad, fe y amor, será inmensa mi dicha saber que en el pueblo
de Dios no hay necesitados”
Acordarnos de los necesitados es una de las más grandes enseñanzas y además una de
las exigencias que a través de los siglos Dios ha hecho a su pueblo.
MATEO 25:34- Entonces el Rey dirá a los de su derecha: “Venid, benditos de mi padre,…”
Verso 35-
Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber;
fui forastero, y me recogisteis;
36- estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a
mí.
Los versículos 37 al 39 nos explican la respuesta de los justos; donde según estos no
recuerdan haber visto alguna vez a Cristo necesitado; pero qué admirable respuesta les
dará el Señor como nos lo señala el versículo 40- “en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis
hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis”
Primera parte: Mandamiento de Dios desde la Antigüedad.
EXODO 23:10- “Seis años sembrarás tu tierra, y recogerás tu cosecha;
11- más el séptimo año la dejarás libre, para que coman los pobres de tu
pueblo;… Como podemos observar en los versículos leídos; Dios siempre se ha interesado
por los pobres de su pueblo; y esta preocupación ha sido transmitida a su pueblo como
mandamiento.
LEVITICO 19:9-“Cuando siegues la mies de tu tierra, no segarás hasta el último rincón de
ella, ni
Espigarás tu tierra segada.
10- Y no rebuscarás tu viña, ni recogerás el fruto caído de tu viña; para el pobre y para el
extranjero lo dejarás. Yo Jehová vuestro Dios.
Es sabido por la mayoría de nosotros que para Dios no existe la preferencia por el hecho de
ser rico; ni el menosprecio por el ser pobre, EL es Dios y se interesa por toda su creación,
solo que al haber diferencia económica entre unos y otros, ha establecido el precepto que
estipula el deber para quienes poseen más, compartir con quienes poseen menos.
(LEVITICO 23:22- ).
Entre las leyes humanitarias establecidas por Dios desde los primeros años del pueblo de
Israel; se ordenó la práctica de la hospitalidad, la misericordia y la justicia.
EXODO 22:21- Y al extranjero no engañarás ni angustiarás, porque extranjeros fuisteis
vosotros en
La tierra de Egipto. 22: A ninguna viuda ni huérfano afligiréis. Véase los
versículos 23- al 27. Todas estas ordenanzas nos indican el grado de cuidado que tiene
Dios para con los mas desprotegidos; de modo que es una clara injusticia dejarlos en el
olvido.
En DEUTERONOMIO 15:7-11 Se explica la obligación que tienen los ricos con los pobres en
cuanto a préstamos y dadivas, esto es, ayudas voluntarias, dice el versículo 11: “Porque no
faltará menesteroso en medio de la tierra; por eso yo te mando, diciendo: Abrirás tu mano
a tu hermano, al pobre y al menesteroso en tu tierra.
Segunda parte: Acordarse de los pobres, mandamiento de Cristo y los apóstoles en el siglo
I
La historia del ministerio de Jesucristo contenida en las santas escrituras; nos dan
testimonio del afecto que tenía el Señor por los pobres y de muchos milagros hechos por
EL a favor de los mismos. Observemos algunos casos: MATEO 14:13-21 En estos versículos
se nos da testimonio acerca del amor que Cristo tenía no solo para las almas sino
también para las personas (sus cuerpos), y el versículo 21 es muy significativo cuando
dice: “Y comieron todos, y se saciaron”. De igual manera los apóstoles fueron
ampliamente generosos con todos los necesitados; eso nos testifica el libro de los hechos
de los apóstoles, en el 3:3-9 CURACIÓN (9:32-35) de un cojo por el apóstol Pedro. En
GALATAS 2:9-10 el apóstol Pablo narra la entrevista que tuvo en Jerusalén con Jacobo,
Pedro y Juan, y estos una vez reconocieron la gracia de Dios en Pablo, le dieron las diestras
de compañerismo y lo despidieron recomendandole que se acordase de los pobres, y él
mismo dijo: “lo cual también procuré con diligencia hacer” San Pablo realizó una campaña
en la cual hizo participes a las iglesias mas generosas de aquel tiempo, para ayudar a los
pobre de Jerusalén, para ello veamos ROMANOS 15:25-28 y 1ª CORINTIOS 16:1- lo hicieron
los de Macedonia y Acaya… “Y estas cosas se escribieron para nuestra enseñanza”
Tercera parte: ¿Es deber nuestro practicar la ayuda a los pobres?
El principal ejemplo de esta obra de misericordia para con los pobres y necesitados en
estos tiempos; lo hemos recibido del Santo Ungido de Dios, y como lo escribiera San Pablo
en 1ª CORINTIOS 11:1- “Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo”
Es pues mandamiento de Dios y sus enviados, que el pueblo a El cercano practique la
hospitalidad, así nos lo señala el Señor en HEBREOS 13:1-3 “Permanezca el amor
fraternal”
Es necesario que se realicen campañas bien coordinadas y que se unan todos los de buen
corazón; para en alguna manera aliviar a nuestros hermanos que en ciertas regiones del
país, sufren no solo por causas de la violencia, sino también por el olvido de los
gobernantes…
Cuarta parte: ¿Pero que hacer cuando todos somos pobres?
Las sagradas escrituras nos indican muy ampliamente sobre la manera de sacar adelante
cualquier proyecto aunque se este rodeado de pobreza; para considerar lo anterior, veamos
algunos textos: GENESIS 11:3-6. Observemos lo siguiente: el versículo 3 dice: “Y se dijeron
unos a otros…” esto indica el acuerdo e interés que había entre todos para ejecutar la
obra…HECHOS 2:42-
“Y perseveraban en la doctrina (la obedecían) de los apóstoles, EN LA COMUNION UNOS
CON OTROS, en el partimiento del pan y en las oraciones. Lo anterior indica que para que
se puedan interesar los unos por lo otros, es necesario primero cumplir unos cuantos pasos
sagrados que consisten en: OBEDECER LA DOCTRINA, ESTAR COMUNICADOS, CONVIVIR
FRATERNALMENTE Y ASISTIR A LAS ORACIONES. San Pablo indica en la 2ª CORINTIOS 9:1-
2 que la voluntad de los corintios los impulsaba a tener memoria de los pobres y a
cooperar para suplir las necesidades de los santos; pero: ¿eran ricos los corintios? No lo
eran, sin embargo una de sus cualidades era la generosidad y el amor fraterno. Por último,
consideremos la enseñanza de Santiago (2:14-) LA FE SIN OBRAS ES MUERTA.
D.E. CESAR JULIO POLO CASTAÑO
Bogotá- Junio 12-2005.

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