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TRANSICIONES DE LA ANTIGUEDAD
SANTOS JULIA
AL FEUDALISMO
por
PERRY ANDERSON
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siglo
lleintiuno
editores
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1. EL MODO DE PRODUCCION ESCLAVISTA El modo de producci6n esclavista 11
residual que existia al margen de la principal mano de obra II d. C.- fuet"on aquellas en las que la esclavitud fue rnasiva y
rural. Los imperios sumerio, babil6nico, asirio _y egipcio -Es-
tados fluviales, basados en una agricultura intei:isiva y de re-
gadio que contrasta con el cultivo de tierras ligeras y de seca-
I general entre los otros sistemas de trabajo. El solsticio de la
cultura urbana cl::isica siempre presenci6 tambien el cenit de la
esclavitud, y la decadencia de la primera, en la Grecia helenis~
no del mundo mediterraneo posterior- no fueron economias tica o en la Roma cristiana, se caracteriz6 invariablemente por
esclavistas.- y sus sistemas legales carecian de una concepci6n la reducci6n de la segunda.
estrictamente definida de la propiedad de bienes muebles. A falta de estadisticas fiables, es imposible calcular con
Las ciudades-Estado griegas fueron las primeras en hacer de exactitud la proporci6n global de poblaci6n esclava en la tierra
la esclavitud algo absolute en su forma y dominante en su ex- originaria del modo de producci6n esclavista, la Grecia posarcai-
tensi6n, transformcindola asi de puro instrumento secundario ca. Las estimaciones mas dignas de credito varian enormemen-
en un sistematico modo de producci6n. Naturalmente, el mun- te, pero una reciente valoraci6n es que la proporci6n de escla-
do helenico cl3.sico no se bas6 nunca de forrna exclusiva en la vos/ciudadanos libres en la Atenas de Pericles era aproxima~
utilizaci6n de! trabajo de esclavos. En !as diferentes ciudades- damente de 3 a 2 7; en epocas diversas, el nUmero relativo de
Estado de Grecia, los campesinos libres, los arrendatarios de- esclavos en Quios, Egina o Corinto fue probablemente mayor,
pendientes y los artesanos de las ciudades siempre coexistieron mientras que en Esparta la poblaci6n ilota siempre super6 con
en diversas formas con los esclavos. Su propio desarrollo in- creces a la ciudadana. En el siglo IV a. C., Arist6teles podia
terno o externo podia cambiar notablemente la proporci6n de escribir sin darle mayor importancia que «los Estados est3.n
ambos de un siglo a otro: cada formaci6n social concreta es obligados a tener un gran ntlmero de esclavos», mientras que
siempre una especifica combinaci6n de diferentes modos de
producci6n, y !as de la Antigiiedad no constituyeron una ex- I Jenofonte elaboraba un plan para restaurar la riqueza de Ate-
nas en el que «el Estado poseeria esclavos pllblicos hasta que
cepci6n '. Pero el modo de producci6n dominante en la Grecia
clasica, el que rigi6 la articulaci6n compleja de cada economia I hubiera tres por cada ciudadano ateniense» 8• Asi pues, en la
Grecia cl3.sica los esclavos fueron utilizados por pririlera vez
local e imprimi6 su sello a toda la civilizaci6n de la ciudad-
Estado, fue el de la esclavitud. Esto mismo habria de ocurrir
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y de forma habitual en la artesania, la industria y la agricultu-
no fue caracteristico del modo de producci6n esclavista completa- y el principado romanos tuvo el efect? .parad6jico. ~e prc;>mover a det~r
minadas categorias de esclavos a pos1c1ones a~i:111,n1stratlvas ~ ~rofes10-
mente desarrollado el hecho de que incluso las funciones de nales de responsabilidad, lo que a su vez fac.1hto la mar:17m1s1on Y la
subsiguiente integraci6n de los hijos de los hbertos cual~f1~ados en l~
~ Westermann, The slave systems of Gr~ek and Roman antiquity, pi:i-
ginas 42-3; Finley, «Between slavery and freedom», pp. 236-9.
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Politics, IV, ix, 9. [Politica, IV, ix.]
II
clase de los ciudadanos. Este proceso no fue tanto un pahativo hum~n1-
tario de la esclavitud cli:isica, cuanto una nueva prueba de la abs~enc16n
radical de la clase dirigente romana de cualquier forma de trabaJO pro-
ductive, incluso de tipo ejecutivo.
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18 La antigiiedad cldsica
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I El modo de producci6n esclavista 19
fenómeno fáctico que designaba. Fue una definición inventada por los
juristas del Derecho romano en los siglos XI y XII y popularizada en el
siglo XIV. Véase Marc Bloch, Les characteres originaux de l'histoire ru-
rale fran¡;aise, París, 1952, pp. 89-90 [La historia rural francesa: caracteres
originales, Barcelona, Crítica, 1978]. Encontraremos repetidos ejemi:>los de
este retraso en la codificación jurídica de las relaciones económicas y so-
ciales.
148 Europa occidental El modo de producción feudal 149
tierra eran normalmente sólo de grado: el señor recibía la in- sistencia campesinas, con decisivas consecuencias para la pro-
vestidura de sus derechos de otro noble (o nobles) superior, a ductividad agraria total 3• Además, dentro del mismo sistema
quien tenía que prestar servicios de caballería, esto es, provi- señorial, la estructura escalonada de la propiedad quedaba ex·
sión de una ayuda militar eficaz en tiempo de guerra. En otras presada en la característica división de las tierras entre el
palabras, recibía sus tierras en calidad de feudo. A su vez, el
~
l' señor ligio era frecuentemente vasallo de un superior feudal 2,
dominio del señor, organizado directamente por sus administra-
dores y cultivado por sus villanos, y las parcelas de los cam-
y la cadena de esas tenencias dependientes vinculadas al ser- pesinos, de las que recibía un plusproducto complementario,
vicio militar se extendía hacia arriba hasta llegar al punto más
1 alto del sistema -en la mayoría de los casos, un monarca-,
pero cuya organización y control de la producción estaba en
manos de los propios villanos 4• Así pues, no existía una con-
de quien, en última instancia, tocia la tierra podía ser en prin- centración sencilla y horizontal de las dos clases básicas de la
cipio dominio eminente. A comienzos de la época medieval, los
11 vínculos intermedios característicos de esa jerarquía feudal, eri-
economía rural en una sola y homogénea forma de propiedad.
Dentro del señorío, las relaciones de producción estaban media-
tre el simple señorío y la monarquía soberana, eran la castella-
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das a través de un estatuto agrario dual. Por otra parte, exis-
nía, la baronía, el condado y el principado. La consecuencia de tía a menudo una nueva disyunción entre la justicia a la que
tal sistema era que la soberanía política nunca se asentaba en estaban sometidos los siervos en los tribunales señoriales [ma-
' un solo centro. Las funciones del Estado se desintegraban en una norial] de su señor y las jurisdicciones señoriales [seigneurial]
distribución vertical de arriba abajo, precisamente en cada
del señorío territorial. Los señoríos no coincidían normalmente
uno de los niveles en que se integraban por otra parte las re-
con cada aldea, sino que estaban distribuidos entre varias de
laciones políticas y económicas. Esta parcelación de la sobera- éstas; de ahí que, a. la inversa, en cualquier aldea estuvieran
nía era consustancial a todo el modo de producción feudal.
entremezclados una multitud de dominios señoriales de dife-
De ahí se derivaron tres características estructurales del feu- rentes señores. Por encima de este enmarañado laberinto ju-
dalismo occidental, todas ellas de una importancia fundamental
para su_ dinámica. En primer lugar, la supervivencia de las
tierras comunales de las aldeas y de los alodios de los campe- J Engels siempre subrayó correctamente las consecuencias sociales de
las comunidades de aldea, integradas por las tierras comunales y el sis-
sinos, los cuales, procedentes de los modos de producción pre- tema de rotación trienal, para la condición del campesinado medieval.
feudales, aunque no generados por el feudalismo tampoco eran Esto fue, afirmó en El origen de la familia, la propiedad privada y el
incompatibles con él. La división feudal de soberanías en zo- Estado, lo que dió «a la clase oprimida de los campesinos, hasta bajo
nas particularistas con fronteras superpuestas, y sin ningún la más cruel servidumbre de la Edad Media, una cohesión local y una
fuerza de resistencia que no tuvieron a su disposición -los esclavos de la
centro de competencia universal, siempre permitía la existencia Antigüedad y no tiene el proletariado moderno», Marx-Engels, Selected
de entidades corporativas «alógenas» en sus intersticios. Y así, works, Londres, 1%8, p. 575 [Obras escogidas, Madrid, Akal, 1975, II, pá-
aunque la clase felldal intentara de vez en cuando imponer la ginas 3234]. Basándose en la obra del historiador alemán Maurer, Engels
creía equivocadamente que esas comunidades, cuyo origen remontaba
norma de nulle terre sans seigneur, en la práctica nunca lo hasta los comienzos de la Edad Oscura, eran «asociaciones de marcas»
consiguió en ninguna formación social feudal: las tierras co- cu~ndo, en realidad, éstas fueron una innovación de finales de la Edad
munales -dehesas, prados y bosques- y los alodios dispersos Media, que aparecieron por vez primera en el siglo XIV. Pero este error
no afecta a lo esencial de su argumento.
siempre fueron un sector importante de la autonomía y la re- • Los señoríos medievales tuvieron una estructura variable según el
equilibrio relativo que en ellos existió entre esos dos componentes. En
2 un extremo había [unas pocas] fincas consagradas por completo a la
El homenaje ligio era técnicamente una forma de homenaje que te- reserva señorial, tales como las «granges» cistercienses cultivadas por
nía primacía sobre todos los demás en aquellos casos en que un vasallo legos; en el otro extremo había ta_mbién algunas. fincas arrenda~as por
debiera fidelidad a muchos señores. En la práctica, sin embargo, los se- completo a campesinos arrendatarios. Pero el tipo más. extend1~0 fue
ñores ligios se hicieron muy pronto sinón,imos de cualquier superior feu- siempre una combinación de dominio señorial y tenencias en ~.hversas
dal, y el homenaje ligio perdió su primigenia y específica distinción, Marc proporciones: «Esta composición bilateral del señorío y de sus rentas
Bloch, Feudal society, Londres, 1962, pp. 214-18 [La sociedad feudal, México, siempre fue la verdadera nota distintiva del señorío típico», M. M. Postan,
UTEHA, 1958].
The mediaeval economy and society, Londres, 1972, pp. 89-94.
150 Europa occidental El modo de producción feudal 151
rídico se situaba normalmente la haute justice de los señoríos agricultura; la historia asiática es una especie de unidad indi-
territoriales, cuya zona de competencia era geográfica y no co- ferente de ciudad y campo (en este caso, las ciudades verdade-
correspondiente a los dominios 5• La clase campesina de la que ramente grandes deben ser consideradas meramente como cam-
se extraía el plusproducto en este sistema habitaba, pues, un pamento señorial, como una superposición sobre la estructura
mundo social de pretensiones y poderes _superpuestos, cuyas di- propiamente económica); la Edad Media (época germánica) sur-
versas y plurales «instancias» de explotación creaban latentes ge de la tierra como sede de la historia, historia cuyo desarrollo
intersticios y discrepancias, imposibles en un sistema juridico posterior se convierte luego en una contraposición entre ciudad
y económico más unificado. La coexistencia de las tierras co- y campo; la [historia] moderna es urbanización del campo, no,
munales, alodios y parcelas, con el propio dominio señorial, era como entre los antiguos, ruralización de la ciudad}> 6• Así pues,
constitutiva del modo de producción feudal en Europa occiden- la oposición dinámica entre ciudad y campo sólo fue posible en
tal y tuvo consecuencias fundamentales para su desarrollo. el modo de producción feudal: oposición entre una economía ur-
En segundo lugar, e incluso más importante que lo anterior, bana de creciente intercambio mercantil, controlada por merca-
la parcelación de soberanías produjo en Europa occidental el deres y organizada en gremios y corporaciones, y una economía
fenómeno de la ciudad medieval. Una vez más, la génesis de rural de intercambio natural, controlada por nobles y organiza-
la producción mercantil urbana no debe situarse dentro del da en señoríos y parcelas, con enclaves campesinos comunales
feudalismo como tal, porque evidentemente es anterior a él. Sin e individuales. No es preciso decir que la preponderancia de esta
embargo, el modo de producción feudal fue el primero que le última era enorme: el modo de producción feudal fue aplastan-
permitió un desarrollo autónomo en el marco de una economía temente agrícola. Pero sus leyes de movimiento, como veremos,
natural agraria. El hecho de que las mayores ciudades medie· estaban regidas por la compleja unidad de sus diferentes zonas
vales nunca pudieran rivalizar en magnitud con las de los im- y no por el simple predominio del señorío.
perios de la Antigüedad, o de Asia, ha ocultado frecuentemen- Por último, en el vértice de toda la jerarquía de dependencias
te la verdad de que su función dentro de la formación social feudales siempre hubo una oscilación y una ambigüedad intrín-
era mucho más avanzada. En el Imperio romano, con su ela- secas. La «cúspide>> de la cadena era en algunos aspectos impor-
borada civilización urbana, las ciudades estaban subordinadas tantes su eslabón más débil. En principio, el más alto nivel de
al dominio de los terratenientes nobles que vivían en ellas, pero la jerarquía feudal en cualquier territorio de Europa occidental
no de ellas. En China, las vastas aglomeraciones de las provin- era necesariamente distinto, no en especie, sino sólo en grado,
cias estaban controladas por los burócratas mandarines que de los niveles subordinados de señoríos situados por debajo de
residían en un distrito especial separado de toda actividad co· él. Dicho de otra forma, el monarca era un soberano feudal
mercial. Por el contrario, las paradigmáticas ciudades medieva- de sus vasallos, a quienes estaba ligado por vínculos recíprocos de
les de Europa, que ejercían el comercio y la manufactura, eran fidelidad, y no un soberano supremo situado por encima de sus
comunas autogobernadas, que gozaban de una autonomía cor- súbditos. Sus recursos económicos residían casi exclusivamente
porativa, política y militar respecto a la nobleza y a la Iglesia. en sus dominios personales como señor, y sus Ilártladas a sus
Marx vio esta diferencia con toda claridad y la expresó de for- vasallos tenían una naturaleza esencialmente militar. No tenía
ma memorable: «La historia antigua clásica es historia urbana, acceso político directo al conjunto de la población, ya que la
pero de ciudades basadas sobre la propiedad de la tierra y la jurisdicción sobre ésta estaba mediatizada por innumerables ni-
veles de subinfeudación. El mnnarca, en efecto, sólo era señor
5 de sus propios dominios; en el resto era en gran medida una
Hay un excelente análisis de los rasgos básicos de este sistema en
B. H. Slicher van Bath, The agrarian history of Western Europe, Lon- figura ceremonial. El modelo puro de este sistema, en el que el
dres, 1963, pp. 46-51 [Historia agraria de Europa occidental, Barcelona, poder político estaba estratificado hacia abajo de tal forma que
Península, 1974]. Donde no había señoríos territoriales, como en la ma-
yor parte de Inglaterra, los diversos señoríos que existían dentro de una
misma aldea daban a la comunidad campesina un margen considerable 6 Karl Marx, Pre-capitalist formations, Londres, 1964, pp. 7'7-8 ·[Ele-
p~ra su autorregulación; véase Pastan, The mediaeval economy and so- mentos fundamentales para la crítica de la economía política, Madrid,
ctety, p. 117. Siglo XXI, 1972, I, p. 442).
152 Europa occidental El modo de producción feudal 153
su cima no conservaba ninguna autoridad cualitativamente dis- Este sistema político imposibilitó necesariamente la apari-
tinta ni plenipotenciaria, nunca existió realmente en la Europa ción de una extensa burocracia y dividió funcionalmente de
medieval 7• porque la falta de un mecanismo realmente integra- una nueva forma al dominio de claSe. Porque, por una parte,
dor en lo más alto del sistema feudal, exigido por este tipo de Ja parcelación de la soberanía en la Europa de la Alta Edad Me-
sistema político, suponía una amenaza permanente a su estabi- dia condujo a la formación de un orden ideológico completa-
lidad y supervivencia. Una fragmentación completa de la sobe- mente separado. La Iglesia, que en la Antigüedad tardía siempre
ranía era incompatible con la unidad de clase de la propia había estado directamente integrada en la maquinaria del Es-
nobleza, porque la anarquía potencial que implicaba suponía nece- tado imperial y subordinada a ella, ahora se convirtió en una
sanamente la dislocación de todo el modo de producción en el institución eminentemente autónoma dentro del sistema políti-
que se basaban sus privilegios. Había, pues, una contradicción co feudal. Al ser la única fuente de autoridad religiosa, su do-
interna en el feudalismo entre su específica y poderosa tenden- minio sobre las creencias y los valores de las masas fue in·
cia hacia una descomposición de la soberanía y las exigencias menso, pero su organización eclesiástica era diferente a la de
absolutas de un centro final de autoridad en el que pudiera cualquier monarquía o nobleza secular. Debido a la dispersión
tener lugar una recomposición práctica. El modo de produc- de la coerción, que era intrínseca al naciente feudalismo occi-
ción feudal de Occidente especificó, pues, desde su origen, la dental, la Iglesia pudo defender, cuando fue necesario, sus in-
soberanía: hasta cierto punto, ésta existió siempre en un ámbi- tereses corporativos desde un reducto territorial y por medio
to ideológico y jurídico situado más allá del de aquellas rela- de la fuerza armada. Los conflictos institucionales entre los se-
ciones vasalláticas cuya cúspide podían ser los potentados du- ñoríos laicos y religiosos fueron, pues, endémicos en la época
cales o condales y poseía unos derechos a los que éstos últimos medieval y su resultado fue una escisión en la estructura de la
no podían aspirar. Al mismo tiempo, el verdadero poder real legitimidad feudal, cuyas consecuencias culturales para el pos-
siempre tenía que afirmarse y extenderse contra la disposición terior desarrollo intelectual habrían de ser considerables. Por
espontánea del conjunto del sistema político feudal, en una otra parte, el propio gobierno secular se redujo de forma no-
table a un nuevo molde y se convirtió esencialmente en el ejer-
lucha constante para establecer una autoridad «pública» fuera
cicio de la «justicia», que bajo el feudalismo ocupó una posi-
del compacto entramado de las jurisdicciones privadas. El modo ción funcional completamente distinta de la que hoy tiene bajo
de producción feudal de Occidente se caracterizó, pues, desde el capitalismo. La justicia era la modalidad central del poder
su origen y en su misma estructura por una tensión y contra· político, especificada como tal por la misma naturaleza del
dicción dinámicas dentro del Estado centrifugo que produjo sistema político feudal. Como ya hemos visto, la jerarquía feu-
y reprodujo orgánicamente. dal pura excluía toda forma de «ejecutivo», en el moderno sen-
tido de un aparato administrativo permanente del Estado para
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El Estado de los cruzados en Próximo Oriente se ha considerado imponer el cumplimiento de la ley, ya que la parcelación de la
con frecuencia como el más cercano a una perfecta constitución feudal. soberanía lo hacía innecesario e imposible. Al mismo tiempo, tam-
Las construcciones ultramarinas del feudalismo europeo se crearon ex poco había espacio para un «legislativo» del tipo posterior, debido
nihilo _en un medi~ extra~o y asumieron, por tanto, una forma jurídica
e:ic-cepc1onalmente sistemática. Engels, entre otros, subrayó esa singula- a que el orden feudal no poseía ningún concepto general de
ndad: «¿Es que el feudalismo correspondió a su concepto? Fundado innovación política por medio de la creación de nuevas leyes.
en el rei~o de los francos occidentales, perfeccionado en Nonnandía por Los monarcas cumplían su función conservando las leyes tra-
los conquistadores noruegos, continuada su formación por los normandos
franceses en Inglaterra y en Italia meridional, se aproximó más a su dicionales, pero no inventando otras nuevas. Así, durante cierto
concepto en Jerusalén, en el ·reino de un día, que en las Assises de Je- tiempo, el poder político llegó a estar prácticamente id~ntifica
rusale'fr! [código de Godofredo de Bouillon para el reino de Jerusalén do con la sola función «judicial» de interpretar y aphcar las
en el siglo XI. N. del E.] dejó la más clásica expresión del orden feudal», leyes existentes. Por otra parte, ante la falta de una burocracia
~arx-Engels, ~elected correspondence, Moscú, 1965, p. 484 [Corresponden-
cia, Buenos Aires, Cartago, 1973, p. 422]. Pero incluso en el reino de Jos pública, la coerción y la administración locales -los poder~s
cruzados las realidades prácticas nunca correspondieron a la codificación de policía, de imponer multas, recaudar peajes y h~cer ~ur:'~hr
legal de sus juristas baroniales. las leyes- se añadieron inevitablemente a la función ¡ud1cial.
154 Europa occidental 2. TIPOLOGIA DE LAS FORMACIONES SOCIALES
i
1
Por. tanto_.
. siempre
, es necesario recordar ·que Ja « J·u s t"1c1a»
· me~
d ieval inclu1a realmente un abanico mucho ma's am ¡· d
· ·d d . . . p 10 e ac- 1
1
t1v1 a es que la Just1c1a_ ?;1oderna, debido a que ocupaba es-
1 t~cturalme;i~e una pos1c1on mucho más central dentro del 1
1 s1sdtema poht1co globaL La justicia era el nombre ordinario del
po er.
1 1
1
1 Hasta aquí hemos analizado la génesis del feudalismo en Euro-
pa occidental como una síntesis de elementos liberados por la
convergente disolución de los modos de producción primitivo-
1 comunal y esclavista. Hemos esbozado después la estructura
1 1 constitutiva del modo de producción feudal desarrollado como
;¡ tal en Occidente, Queda ahora por mostrar brevemente de qué
forma la naturaleza intrínseca de esta síntesis produjo una ti-
l. pología variada de formaciones sociales en la época medieval,
' 1:'
ya que el modo de producción que acabamos de esbozar nunca
:¡ existió en «estado puro» en ninguna parte de Europa, del mis-
mo modo que tampoco existiria más adelante el modo de pro-
ducción capitalista. Las formaciones sociales concretas de la
Europa medieval siempre fueron sistemas complejos, en los
que sobrevivieron y se entremezclaron con el feudalismo pro-
piamente dicho otros modos de producción: Jos esclavos, por
ejemplo, existieron durante toda Ja Edad Media, y los campe-
sinos libres nunca fueron liquidados por completo en parte
alguna durante la Edad Oscura. Así pues, es esencial analizar,
aunque sea muy rápidamente, la diversidad del mapa del feu-
dalismo occidental tal como se presentó a partir del siglo IX.
Las historiadoras soviéticas Liublinskaia, Gutnova y Udalisova
han propuesto correctamente una clasificación tripartita 1• En
efecto, Ja región central del feudalismo europeo fue aquella en
la que tuvo lugar una «Síntesis equilibrada» de elementos ro-
manos y germánicos, esencialmente el norte de Francia y sus
1 A. D. Liublinskaia, «Tipologiia Rannevo Feodalizma v Zapadnoi Evro-
L'