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DINÁMICA DEL AMOR
Geografía Interior R
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1 DINÁMICA DEL AMOR
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comprensión, como, por ejemplo, el Sol Interior o el Campo de Juego de la vida,
utilizando un lenguaje que podemos compartir con otros, permitiendo así que nos
apoyemos unos a otros en nuestro camino de autoconocimiento y mejora personal. Y
teniendo muy claro que Dinámica del Amor nos facilita conocimientos y herramientas
para nuestra salud emocional, mientras que aquellos que tengan alguna patología
deberán contar con ayuda de profesionales de la psicología.
En Dinámica del Amor, las Tríadas están constituidas por los conceptos clave de cada
tema, como “fórmulas” para el éxito en cada una de las áreas. Las que también nos
permiten diagnosticar dónde está el problema, cuando algo no funciona, para, una vez
identificado el problema, resolverlo desde las distintas opciones que nos ofrece
Dinámica del Amor. Y que, con frecuencia, implican la inversión de alguno de los polos
en los pares en retroalimentación, cuando están girando en sentido negativo, para
revertir la situación. Pudiendo profundizar en su conocimiento a través de los Esenciales
y ver nuestra evolución en las Cruces logosistémicas, a partir de la aplicación de una
determinada solución.
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Dinámica del Amor se estructura como una Tríada integrada por Centramiento,
Liberación y Relaciones, orientada a la estrella guía del Triunfo. Centramiento para
facilitar el autoconocimiento. Conocernos a nosotros mismos, como seres humanos e
individuos únicos es la base para nuestro progreso. Liberación de las cargas del pasado,
mediante distintas técnicas, es igualmente fundamental para permitirnos avanzar de
manera más rápida y fácil. El nivel de Relaciones hace referencia a las habilidades
necesarias para gestionar nuestra relación intrapersonal y las relaciones
interpersonales. Finalmente, la estrella guía del Triunfo se refiere al nivel de
Autorrealización y Trascendencia, la cumbre de nuestro Ser.
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2 - CENTRAMIENTO
Somos Seres de Luz. Aunque ésta afirmación pueda parecer metafórica o fantasiosa,
verdaderamente es así. Sabemos que la luz es una forma de energía, como también lo
es nuestra Consciencia. Incluso la energía de nuestro cuerpo físico puede fotografiarse
con cámaras especiales, como la Kirlian, mostrando una envoltura luminosa alrededor
de todos los seres vivos. Como también nuestros cuerpos emocional y mental son
formas de energía, formas de luz, en torno a cada uno de nosotros. Porque, así como
asumimos la existencia de materia y energía en el Cosmos, del mismo modo sucede con
nosotros, que tenemos una doble naturaleza física y sutil, de cuerpo y alma, entendida
ésta como el Campo de energía de nuestra Consciencia.
Si todos pudiéramos ver el campo de nuestra energía física alrededor del cuerpo, nos
daríamos cuenta de cómo ese campo crece o decrece en función de nuestro nivel de
vitalidad física, reduciéndose cuando estamos enfermos o agotados o agrandándose y
brillando con más intensidad cuando nos sentimos cargados de energía y vitalidad. Y, de
la misma manera con el brillo y la intensidad nuestra energía emocional y mental, lo
que explica por qué decimos que somos Seres de Luz.
El deseo común y compartido por todos los seres humanos es el de ser felices. Y, siendo
que nuestra felicidad se mide por nuestro estado de ánimo, resulta de la mayor
importancia procurar mantenerlo lo mejor posible. Lo que equivale a hacer brillar con
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la mayor intensidad posible ese Sol Interior en nosotros. Por supuesto, ante situaciones
de adversidad, como fracasos o pérdidas, es natural que nuestro estado de ánimo se
resienta. Pero, lo verdaderamente importante, es recuperar cuanto antes nuestro
ánimo, haciendo que nuestro Sol Interior vuelva a brillar. Lograrlo depende de nuestra
forma de reaccionar ante la adversidad, como veremos más adelante. Y de esto
dependerá que tengamos una vida más o menos feliz, por encima de las distintas
circunstancias que vayamos a vivir.
Desde esta perspectiva, y como iremos viendo en Dinámica del Amor, la vida consiste
en preservar, como nuestro mayor tesoro, el brillo de nuestro Sol Interior. Apreciando
y valorando lo que tenemos, mientras avanzamos en dirección a la realización de
nuestro Ser, guiados por la luz del Sol Superior de nuestra Consciencia, desde una
visión y emoción esencialmente positivas. Y el mérito consiste en lograr que ambos soles
sigan brillando, incluso ante la adversidad, pues resulta muy fácil hacerlo cuando todo
va bien. Porque es, precisamente, cuando transitamos por periodos de oscuridad,
cuando más necesitamos tener luz propia para iluminarnos y dejarnos ver dónde
estamos y en qué dirección debemos caminar para resolver nuestros problemas.
En Centramiento nos reconocemos como seres dotados de una doble naturaleza física y
anímica en una doble proyección individual y colectiva. Aunque ambas realidades son
igualmente ciertas en cada uno de los niveles de naturaleza y proyección, reconocemos
como genuinamente humana nuestra naturaleza anímica y proyección social. La
complejidad de nuestra psique, reflejada en la diversidad de nuestras emociones,
sentimientos o estados de ánimo, nos diferencia de todas las demás especies de seres
vivos, incluyendo aquellos más evolucionados, como los que solemos adoptar como
mascotas. En cuanto a nuestra proyección o dimensión social, su importancia para
nosotros se evidencia en el hecho de que no podríamos sobrevivir sin el apoyo y
amparo del grupo humano. Más de quince años de protección y cuidados se requieren
para dotarnos de una mínima autonomía para ser capaces de obtener los recursos
necesarios para nuestra supervivencia, mientras que el resto de especies lo logran desde
el primer día o en un máximo de pocos meses. Por otra parte, a diferencia de las demás
especies, nuestro ecosistema natural es la sociedad o comunidad humana en que
vivimos. Siendo en ese contexto, y no en el de la sabana, la selva, el desierto, las
montañas o las marismas, en donde el resto de especies lucha por sobrevivir.
A diferencia del resto de seres vivos, cuya existencia se centra en sobrevivir, tanto a nivel
individual como de la supervivencia de la especie, en el Ser humano nuestra Tríada
completa es
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Sobrevivir, Vivir, Realizarnos y Trascender.
¿Vives o Sobrevives? Ésta es una pregunta que deberíamos hacernos todos. Porque
son muchas las personas que, más allá de cubrir sus necesidades básicas a nivel de su
cuerpo físico, sólo sobreviven a nivel emocional, así como también mental y espiritual.
Ser conscientes de ello, nos puede permitir… empezar a vivir una vida plena y avanzar
en nuestro propio camino, viviendo para realizarnos y trascender, en lugar de hacerlo
sólo para sobrevivir.
Abraham Maslow, uno de los padres de la psicología humanista, nos legó la imagen de
la pirámide de necesidades humanas, culminando en la cumbre de la autorrealización.
Los dos primeros niveles de la pirámide, correspondientes a las necesidades fisiológicas
y de seguridad y resguardo, se corresponden en Dinámica con el nivel de Sobrevivir, en
tanto que los dos siguientes de satisfacción de necesidades sociales y de autoestima se
corresponden al nivel de Vivir, que aspiramos a que culmine en la Autorrealización, en
cuanto a completo desarrollo de nuestro potencial. Pero, aunque alcancemos ese nivel,
la frustración puede igualmente sobrevenir si no somos capaces de Trascender, por
nuestra huella en el mundo o la continuidad de nuestra obra.
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En los Esenciales de Logosistémica, Humanidad es Trascendencia, mostrándonos la
profunda importancia de la dimensión trascendente de nuestra existencia. Trascender
el Ego, mediante la empatía que nos permite conectar con los demás, a través de los
sentimientos y sintiéndonos unidos a ellos. Como también trascender la muerte, por el
legado de la semilla de nuestros hijos y la huella de nuestro paso por la vida, reflejada,
por ejemplo, en la pervivencia de nuestra obra. Por lo que Trascendencia corona la
pirámide de necesidades y se sitúa como estrella guía de la Tríada completa.
Más allá de nuestra realización personal, trascendemos por nuestra huella y nuestra
semilla, por todo lo que dejamos atrás a nuestro paso y, también, tras la muerte de
nuestro cuerpo físico. Siendo así que seguimos viviendo en la memoria de quienes
apreciaron nuestra compañía, así como por la obra realizada y que nos sobrevive. La
semilla de nuestros hijos, como la de los maestros y educadores y todo aquello que otros
pudieron aprender de nosotros, son también semillas que germinarán y darán fruto.
Trascender, por tanto, da sentido a nuestras vidas.
Desde la perspectiva de Dinámica del Amor, nosotros somos el eslabón perdido entre
el simio y el homínido de los que procedemos y el ser humano completo que
llegaremos a ser en algún momento del viaje evolutivo de nuestra especie. Un viaje que
transcurre del Ego al Nosotros, desde la identidad más primitiva de nuestro Ego, como
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individuo separado de los demás y del mundo, a un tercer nivel de consciencia en el que
hemos de ser capaces de reconocernos en la unidad que nos une a los demás y a la
Totalidad, sin renunciar por ello a nuestra individualidad, sino completándola. Hasta que
no lo consigamos el Ego seguirá siendo la patología de la humanidad y la causa de casi
todos nuestros males. El verdadero pecado original al que se refiere el Génesis en la
Biblia, cuando comimos el fruto del Árbol de la Ciencia del Bien y del Mal, abandonando
el paraíso terrenal de nuestro estado inconsciente, para iniciar una larga travesía del
desierto hacia la Tierra Prometida de abundancia y felicidad que esperamos alcanzar
algún día.
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Lo que conocemos como Alma, es el Campo de Consciencia de
cada ser humano, encarnado en nuestro cuerpo físico y que nos
sobrevive, siendo nuestra identidad esencial
Pero, entre todas nuestras dimensiones, nuestra identidad esencial es la del Alma. La
que pudo surgir por la propia evolución de la consciencia en los seres vivos, hasta
alcanzar el nivel de autoconsciencia de nuestros primeros antepasados homínidos, y que
sigue evolucionando del Ego hacia el Nosotros, hacia un Tercer Nivel de Consciencia en
el que nos reconoceremos unidos al Todo, sin perder por ello nuestra identidad
individual. Desde la Visión Amplia o Alom Dal del nuevo paradigma de la Consciencia, la
taxonomía o clasificación de las especies debería contemplarse desde la perspectiva de
la evolución de la Consciencia en los seres vivos. Una evolución por la que el campo de
consciencia de los seres más evolucionados entre los animales, como puedan ser
nuestras mascotas o los caballos, en los que podemos apreciar sentimientos y estados
emocionales muy próximos a los nuestros, puedan pervivir tras su muerte y llegar a
encarnarse como humanos. Una evolución a la que ayuda enormemente el contacto e
interacción emocional con seres humanos.
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La creencia en el Alma se remonta a los propios orígenes de la humanidad. De hecho,
constituye el punto de inflexión en el que nos humanizamos, cuando aquellos primeros
antepasados nuestros, en lugar de dejar abandonados los cadáveres de sus familiares o
compañeros, para ser devorados por los carroñeros, decidieron darles sepultura y
preservar sus cuerpos de ser devorados, honrándoles con exequias o ritos espirituales.
Lo que hicieron, cuando tomaron consciencia de que estaban dotados de un espíritu o
alma que sobrevivía a la muerte. Siendo así como honraban su memoria y pedían a los
antepasados su intercesión con las fuerzas del Cielo en el que suponían se hallaban sus
espíritus. Una creencia que ha pervivido en nosotros, a lo largo de las generaciones y en
todas las culturas, y que sólo ha sido cuestionada desde las posiciones más
ultraortodoxas del paradigma mecanicista, en tanto que la gran mayoría de grandes
genios de la ciencia se han presentado como creyentes en nuestra naturaleza espiritual.
Y que, ahora, desde la explicación que nos ofrece la Teoría de Campos de Consciencia,
surge la posibilidad de tender puentes de entendimiento entre una visión renovada de
la espiritualidad y las posiciones científicas más conservadoras.
Sin embargo, pese a la enorme importancia que ha tenido la idea de Alma para la
humanidad, a lo largo de la historia, poco se nos ha explicado sobre su naturaleza o
características. En Dinámica del Amor reconocemos que su naturaleza es la de un
Campo de Consciencia que sobrevive a la muerte del cuerpo físico en el que está
encarnada, lo que implica que tiene entidad e identidad propia. Las ECM – Experiencias
Cercanas a la Muerte, por la que miles de personas han dado testimonio de haber visto
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lo que sucedía en quirófano, cuando estaban clínicamente muertos, vienen a confirmar
el hecho de que nuestra Consciencia es un campo de conocimiento y percepción,
conectado con nuestro cuerpo físico pero independiente del mismo. Por conocimientos
adquiridos a través de la técnica de Sibyl, podemos saber que cada Alma tiene un
denominador común para todas sus reencarnaciones. Es decir, un rasgo único y
diferenciador que se refleja en todas y cada una de las vidas. Así como que, para cada
encarnación, el Alma elige una forma de proyección o dirección de su energía,
adquiriendo las características propias de un Alma de movimiento, de quietud, de
liberación o de transformación, según se explica en una de las 100 cuestiones clave
sobre el nuevo paradigma de la Consciencia.
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sirviente” es también en el que delegamos automatismos aprendidos, como los que nos
permiten escribir en un teclado, ejecutar cambios de marcha en la conducción o realizar
otras tareas repetitivas, de manera casi automática, sin apenas dedicar esfuerzo. Así
como, también, en este nivel se encuentran grabados los hábitos, positivos o negativos,
por los que actuamos de determinada manera casi sin darnos cuenta. Mientras que, en
el nivel Inconsciente, distinguimos entre el Campo de Memoria de nuestro linaje o árbol
genealógico más próximo y el que compartimos todos los seres humanos, como
miembros de la misma especie. Y, por encima de todos ellos, el nivel Supraconsciente,
el correspondiente a la Consciencia Superior, Ética y Moral, del Bien y del Mal. Unos
niveles de Consciencia que se relacionan con los ejes Intrapersonal e Identitario, el
Ancestral o de herencia recibida de nuestros ancestros y el Ético y cultural, sobre el
que ya nos extenderemos en el capítulo dedicado al Sol de la Consciencia.
El nivel Inconsciente de nuestro Ser ejerce una enorme influencia sobre nosotros,
como ya nos descubrieran los padres de la psicología, Sigmund Freud y Carl C. Jung. Por
lo que gran parte de lo que nos sucede y de nuestro comportamiento que, a veces,
puede resultarnos incomprensible o inexplicable, tiene su explicación en los procesos y
creencias inconscientes. Descubrirlos y desvelarlos, para hacernos conscientes de ellos,
es la única forma de poder superarlos y evolucionar. Para ello, podemos repasar nuestra
vida y, casi con toda seguridad, encontraremos patrones o denominadores comunes
en distintas situaciones, lo que nos puede poner en la pista de averiguar de qué manera
nuestro inconsciente puede influirnos en sucesos negativos que se repiten. Siendo éste
uno de los objetivos de la práctica de Dinámica del Amor, para nuestra evolución y
bienestar emocional.
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Identificar patrones en distintas situaciones y/o conductas
negativas en nuestra vida, nos puede permitir desvelar creencias
o traumas de nuestro Inconsciente, para superarlos
El eje corporal o físico se explica por sí mismo, siendo la parte más tangible y visible
de nuestra existencia, la del cuerpo en el que nuestra Alma se ha encarnado en esta
vida. A medida que nuestros cuerpos envejecen, con frecuencia oímos a los más
mayores lamentarse de no poder volver a ser jóvenes y tener toda la vitalidad que tenían
entonces, junto a la sabiduría de todo lo aprendido. Pero la naturaleza es sabia, y no
permite esto, pues, en ese caso, las nuevas generaciones no tendrían ninguna
oportunidad para desplazar a las anteriores. Siendo así que podemos entender la vida
como una continua transmutación de la energía vital y física de la infancia y la juventud
en energía consciente de sabiduría acumulada por todo lo aprendido. Y, entonces, ¿Qué
sucede, tras la muerte, con todo lo aprendido? Para quienes no creen en la existencia
del Alma, todo lo aprendido se pierde para siempre. Lo que resulta un absurdo, tras
tanto esfuerzo y aprendizaje… para nada. Pero, de nuevo, la naturaleza y el Orden
Universal son más sabios, y lo que sucede es que ese Campo de Consciencia sobrevive
a la muerte del cuerpo físico, llevándose consigo la esencia de todo lo aprendido.
Siendo así como, en cada vida, tan distintas unas de otras, aprendemos cosas distintas,
haciendo que nuestra Alma o Campo de Consciencia evolucione y sea cada vez más
sabia. Si lo pensamos, esto es más lógico y natural, que la mera creencia en que toda la
energía y esfuerzo dedicados hayan sido para nada. Siendo así que podemos entender
que somos como Almas peregrinas a lo largo de sucesivas encarnaciones. Y, como
sucede en los caminos de peregrinación, en cada nueva etapa, iniciamos el camino con
energía e ilusión por todo lo que tenemos por descubrir, mientras que, hacia el final, ya
nos sentimos cansados y llegamos al albergue en el que antes de irnos a dormir,
miraremos hacia atrás y valoraremos lo que hemos conocido y aprendido en la jornada.
Finalmente, dormimos y, en esos sueños, nuestra mente procesa todo lo vivido,
guardando aquello que considera más valioso… al igual que hace nuestra Alma mientras
se encuentra en el Plano de las Almas y antes de decidir cuál será su próxima
encarnación y lo que en ella espera aprender, en el Campo de Juego de la Vida, que
corresponde con el nivel de Relaciones en Dinámica del Amor.
El eje Temporal hace referencia a las distintas etapas de nuestra vida que, como sucede
con las muñecas de las matriochkas rusas, en las que hay una dentro de otra y, otra más
dentro de la anterior, hasta seis, siete u ocho muñecas, el Ser que fuimos en nuestra
vida intrauterina, de bebé, como niños, adolescentes, jóvenes… siguen presentes en
nosotros. Y su influencia en nuestras vidas es enorme, siendo mayor la importancia de
lo vivido en las etapas más tempranas, por lo que los profesionales de psicología
procuran indagar en ellas y, con frecuencia, oímos hablar de la importancia de cuidar
nuestro “niño/a interior”. Cuando en ellos existe lo que se conoce como “cuerpo de
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dolor”, en cuanto a traumas del pasado que nos afectan en el presente, y que explican
el porqué, ante determinados estímulos, las personas pueden sobrereaccionar, sin que
podamos entenderlo desde la objetividad de lo sucedido, porque es como cuando
tocamos a alguien en una parte de su cuerpo que se encuentra lesionada. Por todo ello,
es muy importante para nuestro autoconocimiento que seamos capaces de reconocer
nuestro cuerpo de dolor y nuestras heridas, para gestionarlas y superarlas, al igual que
también lo es que conozcamos las de las personas más próximas a nosotros, para evitar
dañarles y ayudarles a superarlas. En psicología, se consideran 5 heridas fundamentales:
del rechazo, el abandono, la humillación, la traición y la injusticia, que dan lugar a
reacciones de retirada, dependencia, daño autoinfligido, controladora y rígida.
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2.1 SIGNIFICADO Y SENTIDO DE LA VIDA
Todo ello, nos lleva, de nuevo, a reflexionar sobre el sentido de la vida y lo que significa
vivir. Por este motivo, las grandes cuestiones existenciales de la filosofía giran en torno
a nuestra misión, razón de ser y destino, como individuos y como colectivo. Desde la
perspectiva de Dinámica del Amor asumimos la premisa de que vivir tiene sentido en sí
mismo. Entender el milagro de la vida como un gran regalo, que debemos aprender a
apreciar y valorar, es un primer paso que nos abre al amor a la vida y la alegría de vivir.
Los seres humanos estamos en la cumbre de la pirámide evolutiva, lo que nos otorga
una enorme capacidad de disfrutar de la vida, en la apreciación de la belleza de un
paisaje o una obra de arte, escuchando una melodía, saboreando la enorme diversidad
de alimentos que llegan a nuestra mesa, disfrutando de nuestros hobbies o
abrazándonos con un amigo. Nada de todo esto está al alcance de otros seres vivos, por
lo que, hasta el más pobre entre nosotros, es un privilegiado de la vida. Lo que sucede
es que siempre queremos más y, si no lo conseguimos, nos frustramos. Pero lo más
valioso, lo tenemos a nuestro alcance y en abundancia. De manera que la cuestión es
saber vivir la vida, apreciando, cada día y en cada momento, todo lo que nos ofrece. Hay
personas que parecen tener un don natural para ello y otras que deberíamos aprender
de ellos. Sin embargo, como Seres Conscientes, es natural que nos preguntemos por el
sentido de nuestra vida, a nivel individual y colectivo, más allá de apreciarla y disfrutarla.
La tesis SUMMUM es la respuesta que nos ofrece Dinámica del Amor a ésta gran
cuestión existencial. SUM-MUM es el acrónimo de Ser Uno Mismo para ofrecer lo
Mejor de Uno Mismo a la comunidad o sociedad humana de la que formamos parte.
Lo que enlaza con la cima de Autorrealización de la pirámide de necesidades humanas y
la estrella guía de Trascendencia que añadimos en Dinámica del Amor. Es mucho lo que
recibimos durante nuestra infancia y adolescencia, en forma de cuidados, protección y
educación de nuestros padres y de la sociedad, por lo que también es mucho lo que nos
corresponde aportar al acerbo colectivo, para que las sucesivas generaciones puedan
recibir lo que necesitan para su desarrollo. Pues, siendo que la sociedad humana es
nuestro propio ecosistema, que la enriquezcamos aportando lo mejor de nosotros
mismos, nos enriquece a todos. En cambio, si la empobrecemos o intoxicamos nuestro
ecosistema social, por causa del egoísmo, la envidia, la codicia, la maldad y tantas otras
faltas o carencias de humanidad, acabamos teniendo una sociedad enferma, en la que
todos podemos terminar enfermando.
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Viktor Franckl, un célebre psiquiatra austríaco, que estuvo internado en campos de
concentración nazis, quedó asombrado de la enorme capacidad de resistencia y
valoración de la vida en el ser humano, a pesar de todo el maltrato y sufrimiento que
padecían los presos. Y descubrió que, lo que les mantenía en pie, e impedía que
decidieran suicidarse, era la esperanza de volver a ver a sus seres queridos. Por eso,
cuando un nuevo paciente llegaba a su consulta para explicarle su angustia y sus
problemas, lo primero que les preguntaba era… ¿Por qué, con todo ese sufrimiento,
usted no se ha suicidado? A partir de esa pregunta, encontraba su motivación para vivir,
como base y punto de partida para seguir luchando y superar sus problemas.
La tesis SUMMUM nos ofrece respuesta a la cuestión sobre nuestra misión, razón de
ser y destino, a nivel colectivo de la humanidad. Como Seres Conscientes, estamos
dotados del poder divino de la creación. Siendo ésta una de las interpretaciones de la
consideración de Hijos de Dios que se nos otorga en la Biblia y otros libros sagrados, así
como cuando se afirma en el Génesis que fuimos creados a imagen y semejanza de Dios.
Sea como fuere, lo cierto es que nuestro nivel de Consciencia nos ha dotado de la
capacidad de crear. Y ¿Cuál puede ser la gran obra de creación del ser humano? La
civilización. Entendida como un espacio de Orden Consciente, distinto y diferenciado del
Orden Salvaje del que procedemos. Un modelo de orden guiado por leyes distintas a la
Ley del Más Fuerte que impera en el mundo salvaje. Las de la ética y la moral orientadas
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al Bien Común. Una obra todavía inacabada y muy imperfecta, que conocemos como
Orden Mundano, en el que los seres humanos somos capaces de las mayores grandezas
y las peores bajezas, siendo, como antes decíamos, el eslabón perdido entre el animal
que fuimos y el humano completo que llegaremos a ser. Siendo así que nuestra Misión
es la construcción de un modelo de sociedad y civilización digna de nuestra condición
de Seres Conscientes. En tanto que nuestra Razón de Ser es la de contribuir a la
conservación y expansión de la vida y la Consciencia, pues nuestro potencial humano
nos permite dotarnos de todo el conocimiento, recursos y herramientas necesarias para
este propósito. Lo que, lamentablemente, no ocurre con el actual sistema social, político
y económico que, por ello, terminará por colapsar para dar paso a otro mejor.
Finalmente, y siempre desde la perspectiva de la tesis SUMMUM, nuestro destino es la
expansión de la vida y la consciencia por el Universo, terraformando planetas y
sumándonos a la misión y destino de otras civilizaciones y Seres Conscientes de nuestra
galaxia y de todo el Cosmos.
Una vez nos hemos dado respuesta a las cuestiones existenciales sobre el sentido de la
vida, podemos retomar la cuestión ya planteada sobre lo que implica y significa vivir
para el ser humano. Una vida plena que se manifiesta en el estado anímico de Felicidad
que es el gran deseo que compartimos todos los seres humanos, en todas las culturas y
todos los tiempos. En los Esenciales de logosistémica, Felicidad es Plenitud. Pero la
cuestión es ¿Cómo alcanzar y mantenernos en ese estado anímico? Podríamos pensar
que la alcanzaremos cuando alcancemos la cumbre de nuestra Autorrealización y tras
ver satisfechas todos nuestros niveles de necesidad descritos en la pirámide de Maslow.
Pero, si nuestra felicidad se encuentra ahí, podemos tardar muchos años o toda una vida
en alcanzarla. Y, mientras, no ser felices. Por eso, aunque la realización personal es un
objetivo al que nunca debemos renunciar, hemos de aprender a ser felices a lo largo de
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todo ese camino. Además, todos hemos conocido personas que son felices con muy
poco y otras que parecen desdichadas aun habiendo hecho realidad todos sus sueños.
Por eso, el racimo completo de Esenciales sobre la Felicidad es el siguiente
Felicidad es Plenitud
Plenitud es Valoración
Valoración es Felicidad
La capacidad de valorar, apreciar y disfrutar todo lo que la vida nos ofrece en cada
momento, es la clave de la felicidad. Siendo éste el Camino de la Rosa en el Shara Bat,
en contraste con el Camino de la conquista del Mundo. Representando la capacidad de
disfrutar de las cosas sencillas, que la vida nos ofrece en abundancia, como la de apreciar
toda la belleza, armonía, color y aroma de una rosa. En tanto que el Camino del Mundo
es el de la conquista de nuestros objetivos. Dos polos en retroalimentación, ambos
importantes y necesarios, pero en los que la Valoración ocupa el polo jerárquico
superior, en tanto que el triunfo en el logro de nuestros objetivos personales es el
inferior. Siendo éstos el Éxito Interior y el Éxito Exterior, el de nuestra felicidad y el de
nuestros logros. Como todos sabemos, los grandes logros materiales y profesionales
requieren de un gran esfuerzo y, ni siquiera esto, nos garantiza el éxito, pues depende
de múltiples circunstancias y factores, sumados a la dura competencia con todos
cuantos también pugnan por conseguir ese mismo objetivo. La buena noticia es que el
éxito interior depende sólo de nosotros mismos y es una habilidad que todos podemos
desarrollar, aprendiendo a cultivar el amor en nuestras vidas.
Porque el Amor está en el centro de nuestras vidas, como se destaca en Dinámica del
Amor y la semilla para cultivarlo es la Gratitud. Porque, cuando agradecemos, significa
que estamos valorando por todo lo que tenemos y recibimos. Una virtud que,
precisamente, es la que apunta directamente al polo superior de la Valoración que nos
abre a la plenitud del corazón y la felicidad, como antes veíamos. En una Tríada que
sigue el esquema de base, medio y fin, desde una perspectiva temporal de pasado,
presente y futuro, de agradecimiento por todo lo vivido y recibido hasta ahora,
disfrutándolo con intensidad en la atención consciente del momento presente y
proyectándolo hacia la visión de un futuro incluso mejor. Siendo así la Tríada del Amor
Gratitud – Disfrute – Ilusión * Amor
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en cuanto a logros materiales, sino también persiguiendo el ideal de “vivir la vida
intensamente” en base a una insaciable necesidad de nuevos estímulos y experiencias.
Y que, como sucede con las drogas y todo tipo de adicciones, requiere aumentar cada
vez más la dosis para obtener un mismo nivel de satisfacción. En lugar de aprender a
deleitarse y vivir con intensidad las cosas sencillas de la vida, como todas las
relacionadas con el amor, la amistad o el aprecio del milagro de la vida en sí misma.
Descubriendo, desde esta perspectiva, que la vida tiene sentido en sí misma. Y que lo
verdaderamente importante es el amor, como alimento esencial e ingrediente
indispensable de nuestra felicidad. Un alimento que, además, podemos aprender a
cultivar, evitando una excesiva dependencia del amor de los demás. Siendo ésta la clave
del Éxito Interior y, también, como veremos más adelante, del Éxito Exterior.
Reconociendo que éste es el orden a seguir para alcanzar la estrella guía del verdadero
Triunfo en la vida, que culmina la Tríada de Dinámica del Amor.
Así pues, cada uno de nosotros deberíamos preguntarnos ¿Cuál es el sentido de la vida
para mí? ¿Qué significa, y en qué consiste, Vivir? ¿Priorizo el Éxito Interior o el
Exterior?
Atraído por la fragancia de las rosas, el conquistador del Mundo detuvo su caballo ante la
fuente que brotaba en el centro del claustro. Y tomando la rosa más bella que aquel monje
puso en sus manos, encontró en su contemplación su camino. Consciente de que había llegado
su momento, el monje montó en el caballo y partió a la conquista del Mundo y su destino.
S.B. 593
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2.2 – LOS DOS SOLES - EL SOL INTERIOR
Nuestras vidas giran en torno a dos soles, el Sol Superior de la Consciencia de nuestra
mente y el Sol Interior de la Vida que sentimos en el corazón. Cada uno de ellos
representa la parte cognitiva y la sensible de nuestro Ser. Razón y sensibilidad, visión y
emoción, girando una sobre la otra, como una espiral en permanente retroalimentación.
Y que, según giren en sentido positivo o negativo, así estos soles brillan con más o menos
intensidad, entre la Luz y la oscuridad. O, lo que es lo mismo, entre la sensación de
plenitud o vacío de nuestro estado de ánimo, que expresamos en forma de alegría o
tristeza. De manera que el brillo de nuestros soles nos da la medida de nuestra
realización personal, plenitud y felicidad. Lo que pone en evidencia su vital importancia
para nuestra salud emocional. Como es lógico, en circunstancias favorables, nuestros
soles tenderán a brillar, así como a reducir su brillo cuando sean desfavorables. Y,
aunque es natural que sea así, es mucho lo que podemos hacer por mantener nuestros
soles brillando, incluso en la adversidad. Siendo éste, precisamente, uno de los temas
centrales de Dinámica del Amor. Para entender mejor la dinámica de estos soles,
podemos ver la Tríada que los rige:
Visión – Emoción – Acción * Resultado
Ante cada nuevo estímulo o situación que vivenciamos, nuestra Consciencia nos ofrece
una Visión, necesariamente subjetiva, de esa realidad. Una interpretación que puede
ser positiva o negativa, en función de los recuerdos guardados en nuestra memoria
consciente e inconsciente, desencadenando emociones del mismo signo que darán lugar
a acciones en ese sentido de dirección, constructivas y unificadoras si son positivas o
destructivas y divisorias si son negativas. Si el resultado de esas acciones es el esperado,
nos confirmará lo acertado de nuestra visión, reforzando nuestra percepción inicial. Por
el contrario, si fracasamos, surgirán en nosotros dudas razonables sobre lo acertado o
equivocado de nuestra visión, planteando la posibilidad de cambiarla. Cuando nos
reforzamos en lo positivo, nuestros soles brillan con intensidad, pero, cuando es en lo
negativo, nos sumimos cada vez más en la oscuridad… siendo esto lo que debemos
evitar. Pues, como ya vimos en Centramiento, somos Seres de Luz, siendo este nuestro
mayor tesoro y, su pérdida, la mayor que podemos experimentar en nuestra vida.
El Sol Interior es el centro de nuestro Ser. Lo podemos sentir latiendo en nuestro chakra
corazón, como fuente de vida, luz y alegría cuando brilla en toda su plenitud. Una
luminosidad que los demás también pueden percibir en el brillo de nuestra mirada o en
un rostro radiante. Por el contrario, pierde su brillo en la tristeza y el dolor emocional,
lo que también se refleja en una mirada más apagada. El Sol Interior de nuestro Estado
de Ánimo es el que ilumina nuestras vidas y calienta nuestros corazones. Un Sol anímico
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que brilla con intensidad desde la práctica de la Tríada del Amor, en el amor a la vida y
el aprecio de cada momento vivido en nuestra cotidianidad. En Dinámica, se representa
en un triángulo que, en su base, se apoya en la Autoestima y la Autoconfianza,
mientras que en su vértice se sitúa la Voluntad de Ser, entendida como el ideal humano
y de vida que cada uno de nosotros deseamos alcanzar y que conocemos como SAYMA,
en Dinámica del Amor. La persona que nos gustaría ser y el tipo de vida que nos gustaría
tener a medio o largo plazo. Un objetivo vital hacia el que apuntan las decisiones más
importantes de nuestra vida y al que dedicamos nuestros mayores esfuerzos. Si lo
pensamos, nos daremos cuenta de que la cumbre de tu SAYMA es, también, el
SUMMUM de tu misión y razón de ser, según vimos en el capítulo dedicado al sentido
de la vida.
El vértice del triángulo con el que representamos el Sol Interior equivale la cumbre o
cima de nuestro Ser, en la completa realización de nuestro potencial. El ascenso a la
cumbre de nuestra SAYMA es nuestro objetivo principal en esta vida. Pero, entre todas
las montañas que forman una cordillera, hemos de estar seguros de elegir bien cuál es
la nuestra, pues, si nos equivocamos, seguramente ese será el mayor error de nuestra
vida.
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En el Campo de Juego de la vida, que es como se conocen en Dinámica los distintos
niveles de relación social de cada ser humano, nuestro Sol Interior se confronta con el
Espejo del Mundo, que es como se denomina el Triángulo de la Comunidad humana
en que vive cada individuo. Y que le devolverá una imagen especular de sí mismo, en
forma de éxito o fracaso social, aceptación o rechazo, aprecio o desprecio, reforzando
la propia autoestima y autoconfianza o debilitándola. Y, con ello, logrando que nos
reafirmemos en nuestra Voluntad de Ser o que nos sintamos inseguros del camino y
destino elegidos.
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En los campos de juego deportivos, como en el fútbol, basquet, tenis o rugby, el triunfo
o la derrota pasa por la cantidad de goles, canastas, sets ganados o touch down logrados.
Desde la perspectiva de Dinámica del Amor, el triunfo en el Campo de Juego de la vida,
pasa por mantener siempre viva y brillante la luz de nuestro Sol Interior, con
independencia de que unas veces ganemos y otras perdamos, en las distintas jugadas,
acciones y objetivos puntuales que nos propongamos. Si somos capaces de preservar
nuestro Sol Interior y hacer que siga brillando con intensidad, disfrutando de nuestros
éxitos y aprendiendo de nuestros fracasos, siempre ganaremos. Porque, como Seres
Conscientes que somos, incluso cuando hayamos perdido, si hemos aprendido,
habremos incrementado nuestro conocimiento y, con ello, nuestro poder, por la
expansión de nuestra Consciencia. Pues se trata precisamente de esto, de aprender y
evolucionar, en el camino de la vida y a lo largo de las sucesivas encarnaciones de
nuestras Almas de peregrino.
Por ello, en el Campo de Juego de la vida, consideramos que no hay enemigos, sino sólo
adversarios que nos ponen a prueba, ofreciéndonos la oportunidad de aprender,
mejorar y superarnos a nosotros mismos. En Dinámica, el único enemigo que puede
sumirnos en la derrota es el enemigo interior, es decir, nosotros mismos. Cuando, por
ejemplo, nos traicionamos a nosotros mismos, faltando a nuestros propios principios o
valores o a la esencia de quiénes somos, de nuestro verdadero Ser. De la misma manera
que cuando elegimos un destino o vértice de la Voluntad de Ser que poco o nada tenga
que ver con quienes somos realmente. O cuando nos abandonamos a nosotros mismos,
en la desidia o la pereza, o nos rendimos sin haber entregado lo mejor de nosotros
mismos a la consecución de nuestros objetivos.
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A nivel anímico, la Ley Universal de la Espiral se representa en la Rueda de la Luz,
girando entre los polos del Éxito exterior y el Ánimo o Éxito Interior, y en la Rueda de
las Sombras, girando en torno a los polos del Fracaso exterior y el Desánimo o Fracaso
Interior. Un enfoque que ya hemos comentado en referencia a las dinámicas
emocionales de la Tríada Visión – Emoción – Acción y Resultado. De manera automática,
los fracasos o pérdidas se traducen en desánimo, que ensombrece el brillo de nuestro
Sol Interior. Y es natural que sea así en un primer momento, pero, como cuando nos
caemos, debemos ser capaces de ponernos en pie lo más rápidamente posible. Pues, a
nivel físico, quedarnos en el suelo, nos hace vulnerables, como quedarnos sumidos en
la oscuridad del desánimo, nos hace igualmente vulnerables a quedar atrapados en una
cadena de sucesos negativos. Por ello, en Dinámica, se ofrecen conocimientos y
herramientas que nos permiten desarrollar la habilidad de mantenernos en la Rueda
de la Luz, por encima de las adversidades, permitiendo así que siga brillando la luz del
Sol Interior de nuestro Ánimo, justo cuando más la necesitamos, como en los periodos
y situaciones de mayor oscuridad que nos toca atravesar en nuestras vidas. Alcanzando
así lo que conocemos como estado de SHIO, el nivel más elevado de plenitud y felicidad
que los seres humanos podemos alcanzar. Pues, así como Budha nos señaló el ideal del
Nirvana en el Cielo, del que somos conscientes que es inalcanzable para casi todos
nosotros, el estado de SHIO es el Nirvana en la Tierra, y sí está a nuestro alcance. Un
estado de amor y plenitud, paz y armonía, con nosotros mismos y con los demás, que
constituye un ideal humano de elevación de la Consciencia que Dinámica del Amor nos
ayuda a alcanzar.
Más allá de las situaciones o eventos que nos insuflan Ánimo o nos inducen Desánimo,
las Ruedas de la Luz y de las Sombras, se retroalimentan con nuestros pensamientos
en lo que se conoce como el Diálogo Interno que mantenemos con nosotros mismos,
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de manera continuada. Un monólogo que ocupa la mayor parte de nuestro tiempo y
que, según esté orientado hacia la luz de la autoestima y el optimismo o la oscuridad del
autodesprecio, la culpabilización a otros o el pesimismo, nos da como resultado un
mayor brillo de nuestro Sol Interior o su oscurecimiento, como en un eclipse, en el que
pensamientos y emociones negativas tapan su luz. Si lo pensamos, la mayor parte de
nuestro sufrimiento en por causa de preocupaciones y miedos por cosas negativas que
podrían sucedernos… y que, finalmente, casi nunca suceden, por lo que se trata de un
sufrimiento inútil que nos podríamos haber evitado, si hubiéramos sido capaces de
reaccionar a tiempo y revertir esa retroalimentación negativa, por otra más positiva. De
la misma manera, cuando somos incapaces de pasar página de un fracaso, pérdida o
suceso negativo, retroalimentando un Diálogo Interior igualmente negativo, lo que
estamos haciendo es prolongar nuestro dolor y sufrimiento, días, semanas, meses o
años después de haber sucedido. Cuando esto suceda, hemos de ser capaces de darnos
cuenta a tiempo y reaccionar, evitando que el torbellino de pensamientos y emociones
negativas nos atrape hasta hundirnos en las simas más profundas del desánimo. En
Liberación, de Dinámica del Amor, se proporcionan consejos e indicaciones muy claras
sobre cómo conseguirlo.
Así como necesitamos nutrientes para mantener la salud y vitalidad de nuestro cuerpo
físico, el Sol Interior de nuestro cuerpo anímico necesita también ser nutrido para brillar
en todo su potencial. Siendo sus alimentos los constituidos por la Tríada del Amor, la
Sabiduría y la Bondad, orientadas hacia la estrella guía de la Fe. El Amor nutre nuestra
25
Autoestima, en tanto que la Fe hace lo propio con nuestra Autoconfianza. Sin embargo,
existe mucha confusión sobre estos dos conceptos esenciales, por lo que, cuando son
mal comprendidos, existe el riesgo de caer en el Amor ciego o la Fe ciega. Por lo que
necesitamos dotarnos de la suficiente Sabiduría como para entender el verdadero
significado del sentimiento del amor y, también, del positivismo que está en la raíz de la
fe, para evitar que esto nos suceda. Una Sabiduría que también nos ha de permitir elegir
con acierto nuestro camino y destino, hacia el vértice de la Voluntad de Ser del Triángulo
Vital de nuestro Sol Interior. Y una Bondad alineada con el Sol de la Consciencia, del que
hablaremos más adelante, que impulsa la evolución de nuestra Alma y por la que
aportamos lo mejor de nosotros mismos a nuestra misión de construir una civilización
cada vez mejor, más justa y humana.
Los alimentos del Sol Interior de nuestro Ánimo, el Amor, la Sabiduría, la Bondad y la
Fe, lo son también de nuestra Ánima o Alma. Porque somos Hijos del Amor y pasamos
toda nuestra vida buscando ese alimento, en cualquiera de sus infinitas formas, como el
reconocimiento, la gratitud, el disfrute, la ilusión, la simpatía, el afecto, la ternura, la
compasión, la generosidad o la amistad, entre otras muchas. Un Amor que está
íntimamente unido a la Bondad, como deseo y acción orientadas al Bien común, y la Fe,
en cuanto a autoconfianza y confianza en la vida y, en el caso de los creyentes, en Dios
y las fuerzas del Cielo. En cuanto a la Sabiduría, nuestra Alma se encarna con el objetivo
de aprender en su camino de peregrinación a través de vidas sucesivas.
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La Tríada de Poder, Querer y Deber, orientadas hacia la Estrella Guía del Ser, es
igualmente importante para nuestro Sol Interior, la que se conoce como la Vara de
Poder, pues, cuando los tres conceptos están alineados, podemos avanzar en nuestro
camino de prosperidad material y progreso humano. Lo que sucede cuando queremos
lograr un objetivo, contando con todo el poder o capacidad necesaria para alcanzarlo y
sabiendo que es también lo correcto, desde un punto de vista ético. Pero, cuando la vara
se rompe en cualquiera de sus partes, el conflicto interior nos desgasta anímicamente.
Cuando, por ejemplo, queremos y debemos, pero no podemos, sumiéndonos en la
impotencia, o cuando podemos y queremos, pero sabemos que no debemos,
haciéndonos sentir culpables por ello. Finalmente, si lo pensamos, nos daremos cuenta
de que todos los conflictos internos, a nivel emocional y anímico, surgen de la ruptura
de esta Vara de Poder en cualquiera de sus partes. Y, aunque los conflictos externos
también nos desgastan, la situación es mucho más desgarradora cuando se produce en
nuestro interior, como sucede en la diferencia en un conflicto bélico entre dos naciones
o cuando éste se produce en forma de guerra civil, luchando hermanos contra
hermanos. Ser conscientes de esta realidad, ya es una base de conocimiento
importante para apaciguar las emociones en lucha que puedan surgir en nuestro
interior y resolver el conflicto lo más rápidamente posible.
Siendo que es inevitable que surjan conflictos en nuestras vidas, se trata de reducir el
tiempo de exposición al problema y la oscuridad. Siendo las Tríadas enormemente útiles
para este propósito, al hacernos conscientes de las claves del éxito en los conceptos
constituyentes de cada Tríada y, al mismo tiempo, poder identificar, cuando algo no
funciona, en cuál o cuáles se encuentra el problema y resolverlo entre las distintas
opciones de solución que nos ofrece Dinámica del Amor.
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La Represión que surge de la culpabilidad, cuando podemos y queremos, pero no
podemos, es un tema central en psicología, por las patologías que se pueden derivar
de la prolongación en el tiempo de esa contención emocional. Una Represión que
también surge como consecuencia de la impotencia, cuando queremos y debemos, pero
no podemos. En Dinámica del Amor se reconocen los circuitos emocionales implicados
en la represión y la forma de gestionarlos, con el objetivo de mejorar nuestra salud
emocional.
Los niveles de Poder y Querer son comunes en los seres vivos más evolucionados,
mientras que el del Deber es propio del ser humano. Porque somos Seres dotados del
nivel superior de Consciencia Ética y Moral, del Bien y el Mal. Sobre las bases de la
Ética levantamos los distintos modelos de convivencia pacífica que nos permiten vivir
en comunidad. Porque, en la carencia o continua vulneración de los valores y virtudes
que hacen de nosotros seres humanos, la sociedad se descompone, sumiéndose en el
caos. Siendo así que, cuando dañamos e intoxicamos nuestro propio ecosistema, todos
resultamos finalmente perjudicados, en una sociedad enferma que enferma a sus
individuos. De ahí la vital importancia de la Ética y su íntima conexión con la Psicología
y Dinámica del Amor. Ser conscientes del Bien y del Mal nos hace responsables de
nuestros actos y dueños de nuestro destino, como se explica en el siguiente capítulo,
dedicado al Sol de la Consciencia.
Por todo lo expuesto, la Tríada para el brillo de nuestro Sol Interior, está constituida por
Amor, Equilibrio y Vivencia, bajo la Estrella Guía de la Maestría
Cultivar el Amor en tu Interior
Mantener el Equilibrio
Vivir intensamente el momento presente
Todas ellas bajo la Estrella Guía de
La Maestría Emocional
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En la base de la Tríada, el Amor. Un amor que será libre de dependencias en la medida
en que seamos capaces de cultivarlo en nuestro Interior. Y que está íntimamente unido
a la Fe, la virtud suprema con la que vencemos el miedo, para que no pueda
ensombrecer el amor. Siendo así que hemos de ser conscientes de que Amor y Fe son
dos polos que debemos asegurarnos de que se encuentren en permanente
retroalimentación. La Fe en nosotros mismos y en la vida, a la que se suma, en el caso
de los creyentes, la Fe en Dios. Siendo ésta la que nos sostiene cuando el futuro se nos
muestra incierto y oscuro, despertando nuestros miedos y a uno de los peores males
que afectan a la humanidad: la Angustia Vital.
Así como una enorme diversidad de especies conquistaron todo el espacio en nuestro
planeta, colonizando las tierras, los mares y la atmósfera, nosotros somos
Conquistadores del Tiempo, por nuestra capacidad para recordar el pasado y
proyectarnos hacia el futuro en nuestra mente. Lo que nos otorga un enorme poder,
por la posibilidad de visualizar posibles escenarios futuros y, cuando nos resulta posible,
actuar sobre la cadena de causas y efectos para orientarlos en nuestro favor. Sin
embargo, esa grandeza se torna servidumbre, cuando nos sentimos impotentes ante
escenarios de futuro que nos parecen amenazantes para nosotros. A lo que se añade
que, muchas veces, lo que imaginamos es mucho peor que la realidad. Siendo así como
esa Angustia Vital, se manifiesta en forma de preocupación y miedo por lo que pueda
suceder, ante escenarios de incertidumbre, convirtiéndose en una de las principales
causas de sufrimiento para la humanidad. El que, casi siempre, se termina revelando
como sufrimiento inútil, cuando aquello, que tanto temíamos, ni siquiera llega a
suceder.
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nosotros. Siendo así que la Tríada completa de Valores humanos en Dinámica del Amor
se configura así:
Valor – Amor – Sabiduría * Fe
El Equilibrio es fundamental para nuestra salud emocional y mental. Una gran parte de
los trastornos y patologías de nuestra psique resultan de distintas formas de
desequilibrios y/o desordenes interno. Vivimos en un Universo de polaridad, en el que
la conciliación de los opuestos pasa por su equilibrio. El que se da en la alternancia, como
entre la actividad y el descanso o la tensión y la relajación que nos procuran la tonicidad
que está en la base de nuestra vitalidad. O en la proporción, como el equilibrio en la
distribución de nuestro tiempo, por ejemplo, entre el trabajo, la familia y el ocio, sin que
ninguno de ellos sea descuidado por dedicar excesivo tiempo a otros.
Por último, nos referiremos a las ruedas o vórtices de energía, física, emocional,
mental y espiritual, conocidos como Chakras en la India. Porque, así como reconocemos
la existencia de nuestros cuerpos de energía en cada uno de esos niveles, igualmente
debemos admitir la existencia de esos vórtices que la mueven en cada uno de los niveles.
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Y que fueron surgiendo a lo largo del proceso evolutivo de la vida en nuestro planeta,
por lo que los tres primeros son comunes en la mayor parte de especies animales, en
tanto que el cuarto, el del corazón, ocupa el centro del sistema y marca la frontera entre
niveles inferiores y superiores de Consciencia. En Dinámica del Amor, nos referimos a
ellos como un sistema de Dobles Chakras, que nos permiten distinguir chakras inferiores
y superiores. Siendo así que los inferiores representan la separación, en tanto que los
superiores la unidad o conciliación de los opuestos. Por lo que el chakra raíz puede ser
entendido como la fuente de energía vital de todos los seres vivos, diferenciados unos
de otros, en tanto que el sacro es el de la sexualidad, por la que los opuestos se atraen
entre sí y se funden, generando unidad y creación de nuevos seres. Por su parte, el plexo
solar, es el de nuestras emociones más básicas, de atracción o repulsión, que nos
mantienen en tensión. Las que cristalizan, consolidándose y estableciendo vínculos de
unidad en el chakra corazón. Y lo mismo podría decirse del chakra garganta, por el que
expresamos nuestros puntos de vista individuales, en relación al Tercer Ojo, que nos
muestra la Unidad en la Diversidad. Y, finalmente, el chakra corona que, aún formando
parte de nuestra individualidad, entra en conexión con el octavo chakra en el éxtasis de
conexión con la Totalidad. Siendo así que, aun asumiendo la importancia y rol de los
chakras inferiores, en Dinámica del Amor proponemos concentrar nuestra atención y
energía consciente en los superiores, sobre todo, a través de la respiración. Siendo en
éstos los que se destacan en la medicina y prácticas espirituales chinas, en los vórtices
llamados Dantian. Así como también en la India el Pranayana, la respiración consciente
es la llave maestra de los yoguis para logros a nivel físico, emocional y mental que
resultan asombrosos. Siendo éstas prácticas y conocimientos de gran ayuda para
nuestro Sol Interior, que ubicamos en el chakra corazón y que, como ya hemos
resaltado, ocupa la posición central en todo el sistema.
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2.3 - EL SOL SUPERIOR DE LA CONSCIENCIA
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las faltas más graves y, por ello, severamente castigada con muchos años de prisión o,
incluso, con la muerte. Sin embargo, cuando ese mismo pueblo es atacado por otros
pueblos, aquellos que maten más enemigos, serán admirados y agasajados por ello. Por
lo que, debemos asumir la existencia de una Moral Doble en nuestra sociedad. De una
parte, la que prioriza la conservación y expansión de esa comunidad, en relación a otras.
Y, de la otra, la que se centra en la evolución de nuestra Alma.
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La importancia del nivel de Deber en la conducta humana, que ya vimos en la parte
relativa a la Vara de Poder, es muy grande, por la indispensable contribución de la Ética
a la cohesión y fortaleza de la sociedad humana. Por lo que, habiendo tantas religiones,
escuelas filosóficas y partidos políticos, que nos ofrecen valores distintos, cabe
preguntarse ¿Cómo distinguir cuáles son los correctos? En Dinámica del Amor
consideramos que son correctos los valores y virtudes que, en su puesta en práctica,
demuestren ser mejores para el desarrollo de nuestro poder personal y felicidad, a
nivel individual, así como nuestra prosperidad material y progreso humano, a nivel
colectivo.
Los Valores Sociales y las Virtudes Morales son los pilares para la
prosperidad material y el progreso espiritual, sin los cuáles, la
sociedad o ecosistema humano se contamina y enferma,
enfermando a todos cuantos forman parte del mismo
Los Valores que se proponen en Dinámica del Amor para lograr ambos objetivos son
los ya expuestos en la Tríada de Valores: Valor, Amor y Sabiduría, bajo la doble Estrella
Guía de la Bondad y la Fe. Los que, además de todo lo dicho hasta ahora, pueden
también ser considerados como los valores fundacionales de la humanidad. Como base
de la Tríada, el Valor implica de superación del Miedo y, por ello, el dominio de nuestra
voluntad humana de afrontar y superar las amenazas que afrontamos, sobre el instinto
de nuestro cuerpo animal hacia huir o esconderse. Siendo así como dejamos de ser
presas para nuestros depredadores naturales, ejerciendo nuestro dominio sobre ellas,
al tiempo que lo hacíamos sobre nosotros mismos. Y, si las pudimos derrotar, no fue
solo por superar el miedo, ni tampoco por dotarnos de pequeñas lanzas con puntas de
sílex, sino por enfrentarnos a ellas en grupo, apoyándonos los unos en los otros,
desarrollando también así valores y vínculos duraderos de lealtad y amistad, como
formas de Amor diferentes de las propias del amor de pareja o al propio linaje, que
también tienen otras especies de animales superiores. Grupos humanos en los que se
acumulaban la experiencia, el conocimiento y la Sabiduría, que eran transmitidas y
acrecentadas de generación en generación. La Bondad, correctamente entendida como
deseo de Bien Común, es el Valor primordial que nos otorga nuestra dignidad, como
seres humanos. Y la Fe, como octava superior de la Bondad, en la plena confianza en el
triunfo del Bien, y en respuesta a una necesidad humana sobre la que ya nos hemos
extendido ampliamente. Pero que, además, y asociada a las grandes cuestiones
existenciales sobre nuestros orígenes, llevó a aquellos antepasados nuestros a la
creación de sistemas de creencias religiosas, que venían a reforzar su Fe y la cohesión
interna del grupo en base a las virtudes derivadas de aquellas.
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En cuanto a Virtudes morales, las propuestas desde la Ética del nuevo paradigma de la
Consciencia en el que se inspira Dinámica del Amor, son las constituidas por la Tríada
ASAC:
Aceptación, Superación, Actitud * Consciencia Superior
Una Tríada que resume el Espíritu de Superación y Servicio ya expuesto en el SUMMUM
del sentido de la vida. La Consciencia Superior es la identidad decantada hacia el
Nosotros por encima del Yo individual, en lo que también se conoce como Consciencia
Social. Por lo que, cuanto mayor sea su desarrollo en el seno de un determinado grupo
o nación, en la misma proporción se reflejará en sus niveles de prosperidad material y
progreso humano. Un acervo colectivo al que contribuimos a escala individual y que
tiene su base en la Aceptación. Empezando por aceptar las cartas o talentos que hemos
recibido en esta vida, en nuestro propio potencial, en lugar de negarnos a nosotros
mismos por la vana pretensión de desear ser distintos o supuestamente mejores. Como
también se refiere a aceptar las distintas situaciones y pruebas que nos presenta la vida,
como condición absolutamente indispensable para su Superación. Pues negando la
realidad, jamás podremos superarla. El tercer nivel, la Actitud, está referida a la
orientación de nuestra Voluntad, hacia la Luz o la oscuridad, lo positivo o lo negativo. Lo
que nos invita a ser optimistas, sin dejar de ser realistas, para mantener vivo el brillo de
nuestro Sol Interior. Lo que también es vital para que logremos hacer brillar el Sol de
nuestra Consciencia, en las acciones de nuestra vida. Pues, si carecemos de la suficiente
energía, tampoco sería posible realizarlas.
Así como la idea de culpa puede llegar a resultar muy destructiva a nivel interno, la de
asumir nuestra propia Responsabilidad en los éxitos y, sobre todo, en los fracasos de
nuestra vida, es vital para tomar el control de nuestro destino. Porque, lo más fácil, es
culpar a otros de nuestros problemas, lo que deja el problema, pero también la solución,
en sus manos, en lugar de en las nuestras. Y, de la misma manera, si nos autoinfligimos
daño por culpabilizarnos a nosotros mismos, dañando nuestra autoestima y
autoconfianza, igualmente nos estaremos debilitando. Por tanto, asumir la propia
Responsabilidad, aprendiendo de nuestros errores y aprestándonos a corregirlos, es la
base indispensable sobre la que levantar nuestro poder personal. La Proactividad hace
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referencia a la disposición a la acción, sin esperar a que los acontecimientos nos
desborden o una necesidad más acuciante nos empuje a la acción. Por tanto, en nuestra
vida podemos ser proactivos o reactivos, previniendo los problemas y preparándonos
para ellos o solo actuando por reacción ante lo que ya puede ser inevitable. En cuanto
al Positivismo baste con decir que es siempre una apuesta ganadora. Y esto es así, tanto
si, finalmente, ganas o pierdes. Porque, ese desenlace final suele tener corta duración,
pero todo el proceso puede ser largo y, si en todo ese periodo has sido feliz y ha brillado
tu Sol Interior, entonces ya has ganado en la batalla del tiempo. Pues, finalmente, la
felicidad en tu vida será resultado de la suma de momentos felices y, con el Positivismo,
estos siempre superarán a los momentos, inevitablemente tristes, que acontecen
cuando sufrimos pérdidas o fracasos.
Las Tríadas Éticas mostradas se completan con la Bondad, como Virtud suprema en el
ser humano, y la Regla Diamantina, por la que se nos insta a que, “A nuestro paso,
dejemos, igual o mejor de cómo los hallamos, los espacios, personas y situaciones, en
los que hayamos tenido presencia”. Una regla extremadamente sencilla, pero que tiene
el potencial de cambiarlo todo, en nuestras vidas, en la sociedad y en el planeta. En
cuanto a la Bondad, es un Valor y Virtud central, compartido por todas las religiones,
filosofías e ideologías políticas. Lo que no impide que difieran en su interpretación, como
cuando se asocia a la idea de docilidad, cuando no es así, sino que la Bondad es, en
esencia, Buena Voluntad, en cuanto a pensamientos, sentimientos y acciones
orientados al Bien Común, al bien de todos, por encima del propio. Lo que puede darse,
por igual, en personas dóciles o rebeldes, tranquilas o temperamentales. Y que tampoco
pueden ser tachadas de ingenuas por éste motivo, pudiendo ser igualmente realistas
sobre las situaciones y la naturaleza humana, pero con una clara intención de obrar bien
en la medida que las circunstancias se lo permitan.
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las que apenas se aprecia un atisbo de ella. Sin embargo, el Sol de la Consciencia brilla
para todos cuantos quieran orientar su mirada en dirección al Bien, dejando atrás la
sombra de su propio Ego. De manera que somos libres de elegir entre el Bien y el Mal. Y
¿Qué nos hace decidirnos por un camino u otro? Los pensadores de la Ilustración
creyeron que el ser humano era bueno por naturaleza y que era la sociedad la que lo
volvía malvado, por todo el maltrato y crueldad que recibían, especialmente, los niños.
Pero, como ya es bien sabido, la maldad también surge en aquellos a los que la vida y la
sociedad siempre trató con mimo, proveyéndoles incluso por encima de sus
necesidades. Por el contrario, incluso entre quienes han sido más maltratados, surgen
personas de una gran bondad, siempre dispuestos a ayudar a los demás.
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El efecto de la proximidad o lejanía a los beneficios de ambos soles, queda reflejado
en los cuatro cuadrantes de la Cruz Logosistémica y que nos ofrece una imagen de las
cuatro tipologías humanas básicas en relación a la Luz. El haz de luz que emerge desde
el lado inferior derecho es el de la Luz de la Vida, la de nuestro Sol Interior, que brilla
con fuerza en las personas que identificamos como Adoradores del Sol, y cuyo perfil y
características se corresponden con los que son como niños, vitales, alegres y
optimistas, pero que también pueden causar daño por su inmadurez e
inconsciencia. Por encima de éstos, los Conquistadores de las Estrellas, han adquirido
un nivel de Consciencia más elevado, dejando atrás su Ego en favor del desarrollo de su
Yo Superior, contribuyendo con sus talentos y valores humanos al desarrollo económico
y social de la comunidad humana. Lo que hacen manteniendo viva la ilusión y el amor
por la vida de su niño interior. La que perdieron los conocidos como Ángeles Caídos,
que, por su Conciencia ética y valores, contribuyen positivamente al desarrollo de su
comunidad, como excelentes trabajadores, profesionales o vecinos. Buenas personas a
las que la vida y la fortuna no parecen favorecerles, a pesar de que nos parece que lo
merecen, lo que hace que muchos se pregunten ¿Por qué? Y la respuesta es que han
permitido que se apague el brillo de su Sol Interior, sumiéndose así en la Rueda de las
Sombras, que nada bueno atrae a sus vidas. Por último, las Hienas en la Noche hace
referencia a los que están sumidos en la más absoluta oscuridad, por su lejanía de ambos
soles.
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En la Tierra, todas las especies y formas de vida siguen un mandato de evolución. Una
evolución que no es tanto de las formas, como de la Consciencia, a través de sucesivos
niveles. Y, en la cima de esa pirámide evolutiva, nosotros, los seres humanos, dotados
de autoconsciencia y, sobre todo, de una Consciencia Superior, Ética y Moral, del Bien
y del Mal, que debemos desarrollar y evolucionar. Y que, formando parte del Campo
de Consciencia que conocemos como Alma, trasciende a la muerte, lo que permite su
evolución a lo largo de vidas sucesivas. Porque, siendo que todo es energía, nuestro
proceso de maduración y envejecimiento es, básicamente, una sublimación de la
energía física y vitalidad, tan características de la infancia y la juventud, en la mayor
experiencia y sabiduría que es propia de la madurez. Por lo que, con frecuencia, nos
parece un sinsentido que todo ese aprendizaje se pierda tras nuestra muerte, lo que
parece un esfuerzo baldío y hasta un sinsentido, ante el que, las personas más mayores,
lamentan no poder volver a ser jóvenes, manteniendo lo aprendido. Pero no existe tal
absurdo, pues el Orden Universal es mucho más perfecto de lo que podamos imaginar,
siendo así que todo ese esfuerzo no se pierde, sino que el Alma se lleva consigo la
esencia de lo aprendido en cada vida, evolucionando y perfeccionándose. En una
perfección que podemos observar en el más elevado nivel de Consciencia Ética y la
Bondad natural de las Almas encarnadas más evolucionadas, en relación a las que llevan
pocas vidas o etapas recorridas en su propio camino de peregrinación.
Desde esta perspectiva, podemos entender los periodos de encarnación del Alma en
este mundo, como una Escuela de la Vida. Y, así como en las escuelas hay maestros,
en nuestro nivel de Consciencia, también contamos con el apoyo de Maestros y Guías
espirituales, Seres de Luz de Consciencia que nos ayudan. Con frecuencia escuchamos
la pregunta de si estamos solos en el Universo o hay otras formas de inteligencia en
otros planetas. Y parece obvio que la haya, considerando que hay más soles y planetas
en el Universo que granos de arena en las playas del nuestro. Sin embargo, hay otras
formas de Consciencia e Inteligencia mucho más próximas a nosotros, en los planos
superiores del Orden Universal. Los que, como decíamos, actúan como Maestros y Guías
para nosotros, en nuestro camino de aprendizaje. Y, así como, en el mundo educativo,
cuanto mayor sea la edad y grado de maduración de los estudiantes, mayor es el nivel
de exigencia, igualmente sucede con nuestros Maestros espirituales, a nivel ético y
moral.
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Aun siendo seres dotados de Consciencia Ética y Moral, podemos constatar nuestro
bajo nivel evolutivo por tantas bajas emociones, egoísmo y hasta maldad que hay en
el mundo. Si todos actuáramos guiados por la Bondad y las Virtudes que hacen de
nosotros seres humanos, el mundo sería verdaderamente como un paraíso para
nosotros. Pues, con los conocimientos, tecnología y recursos actuales, nadie tendría que
sufrir por causa de la pobreza y las carencias en necesidades básicas, como nadie tendría
que pasar hambre o ningún niño no poder ir a la escuela, así como tampoco tendrían
porque haber todas las guerras, conflictos y violencia a gran escala que causan tantas
muertes y sufrimiento inútil, ni tampoco nuestro planeta estaría tan contaminado por
nuestra falta de respeto y continuas agresiones hacia Gaia, nuestra Madre Tierra. Y, si
esto no es así, es por causa de la codicia, la envidia, la avaricia, los celos o la soberbia y
tantas otras faltas o carencias de humanidad, que ocupan los corazones y las mentes de
tantas personas, en lugar del amor, la sabiduría, la bondad y la fe. Por lo que es
importante que nos preguntemos sobre las causas o raíces de estos males, como las que
encontramos en la Tríada sobre las Raíces del Mal, bajo la Estrella Oscura de la
Ignorancia de quiénes somos y cuál es nuestra misión y razón de ser.
La Desidia es la primera de las raíces, por la que las personas pueden hacer dejación
de sus deberes, lo que tiene consecuencias a todos los niveles. A nivel físico, la falta de
esfuerzo y trabajo, nos debilita y empobrece. Mientras que a nivel emocional, sucede lo
mismo si carecemos del necesario espíritu de Superación de nuestras propias faltas,
como cuando dejamos de practicar hábitos de Limpieza Interior, lo que, al igual que si
no limpiáramos nuestra casa y tiráramos la basura, provoca que terminemos
enfermando a nivel emocional, así como también mental. Por otra parte, el Miedo nos
bloquea, impidiendo que avancemos y progresemos a nivel humano e, incluso, nos
puede llevar a realizar acciones contrarias a lo que nos dicta nuestra Consciencia,
despojándonos de nuestra dignidad. Finalmente, las Egopatías hacen referencia a la
Tríada de patologías de nuestro Ego.
El Egocentrismo hace que las personas se sientan el centro del mundo, pensando sólo
en sí mismas y sin prestar la debida atención y respeto hacia las necesidades de los
demás, de quienes esperan que giren a su alrededor, sirviendo a sus propios propósitos
y objetivos. Así sucede, por ejemplo, con el narcisismo, el hedonismo, el culto al propio
cuerpo o los factores de personalidad que tienden a utilizar a los demás sólo para
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ponerlas al servicio de su propio Ego. En el Egoísmo, las personas se vuelcan en
acaparar todo para sí mismos, acumulando dinero y recursos, de manera enfermiza y
muy por encima de sus necesidades, aún a costa de cometer todo tipo de abusos, como
de privar a otros de lo más necesario para apropiárselo, sin necesitarlo. Una Tríada que
culmina con la Egolatría, por lo que las personas se pueden llegar a endiosar,
creyéndose mejores o superiores a otros, por tener más riqueza, belleza o cualquier
otro aspecto superficial de la existencia, siendo ésta una patología muy extendida entre
quienes alcanzaron las más altas cimas de poder terrenal y que, en lugar de dar las
gracias por la fortuna que han tenido y ponerse al servicio de los demás, se sienten
superiores y no asumen la responsabilidad que les ha sido encomendada de poner ese
poder al servicio de los demás y del conjunto de la sociedad.
Conocer las Raíces del Mal nos ayuda a identificarlas, para aprender a reconocerlas en
nosotros mismos y erradicarlas de nuestro interior. Para ello, nada mejor que la
Atención Consciente y cultivar las Tríadas de Valores (Valor, Amor, Sabiduría y Bondad
/ Fe) y de Virtudes (Aceptación, Superación, Actitud y Consciencia) ya expuestas en
este capítulo. Trocando la Desidia en Espíritu de Superación y Actitud responsable,
proactiva y positiva, así como dominando el Miedo desde el Valor y las distintas
Egopatías desde el Amor y la Bondad, al tiempo que dejamos atrás la oscuridad de la
Ignorancia de quienes somos, mientras avanzamos hacia la Luz de la Consciencia
Superior, la Sabiduría y la Fe. A nivel colectivo, también nos ayudará a identificarlas y
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extirparlas de la sociedad. Lo que es absolutamente necesario, para poner fin a tanta
desigualdad e injusticia social, permitiendo un mayor progreso humano y prosperidad
material para todos. Para lo que será también necesario, reformar el actual Sistema
político, económico y social, cuyas Reglas de Juego actuales tienden a favorecer el
ascenso a las esferas de poder de muchos entre los que están más gravemente afectados
por las patologías del Ego descritas en Dinámica del Amor.
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3 - LIBERACIÓN
La liberación de las cargas del pasado es fundamental para que podamos avanzar, de
manera más rápida y fácil, en nuestro camino por la vida. De una parte, aceptando y
superando los episodios más traumáticos de nuestra vida, para que no nos sigan
condicionando en forma de miedos o bloqueos de todo tipo. De la otra, los eventos
traumáticos de nuestros padres y antepasados, que pueden haber dejado una huella
emocional profunda en forma de herencia emocional recibida por sus descendientes. Lo
que se suele manifestar en patrones de conducta y de sucesos indeseados que se
repiten, en distintas formas, y que nos generan estrés, frustración e inseguridad,
apagando el brillo de nuestro Sol Interior, por cuanto a afectan a nuestra Autoestima y
Autoconfianza y debilitan nuestra Voluntad de Ser.
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Una vez liberados de las cargas del pasado, es igualmente importante evitar que
nuevos conflictos o traumas nos creen nuevas cargas. Por lo que, en Dinámica del
Amor, se insiste en la vital importancia de una buena higiene emocional o Limpieza
Interior, en el día a día de nuestras vidas. Hasta hace un par de siglos, la mayor parte de
enfermedades y problemas físicos se daban como consecuencia de la falta de salubridad
e higiene. Incluso, cuando los cirujanos operaban, no se lavaban las manos, siendo
habitual que realizasen cirugía a varias personas seguidas. Como resultado, aunque las
cirugías hubieran estado bien realizadas, la mayor parte de sus pacientes morían como
resultado de la sepsis o infección generalizada que la suciedad y la sangre de otros
pacientes, en las manos del cirujano, les había provocado. Pues bien, de la misma
manera, el miedo, la rabia, el rencor, el estrés y todo tipo de emociones negativas que
emergen en nosotros antes situaciones que igualmente percibimos como negativas, nos
cargan con una suciedad emocional que perjudica y pone en peligro nuestra salud
emocional. Son reacciones defensivas naturales, de nuestro cuerpo de animal, ante lo
que percibimos como amenazas, pero que, por razones de tipo ético y social, no
podemos expresar y debemos reprimir. Por lo que, al no poder sacar afuera esa carga
de energía negativa que tenía por objetivo defendernos y/o atacar a la fuente de
potencial amenaza, se queda dentro, con efectos autodestructivos… salvo que
pongamos en práctica distintas técnicas de Dinámica del Amor para darles salida,
logrando así la Limpieza Interior que tanto necesitamos para nuestro bienestar.
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del agradecimiento por haberlo conocido y por todo lo bueno vivido con esa persona y,
sobre la muerte, también puede ayudar a consolarnos si creemos que su Alma está y
estará siempre unida a nosotros.
Por último, la Represión, y toda la sensación de impotencia que conlleva, nos aboca a
la Frustración y, con ella, a la Suciedad interior de las emociones reprimidas, como las
de aguas estancadas que se corrompen a medida que pasa el tiempo. Naturalmente, en
este caso, la respuesta es la Limpieza Interior de la que ya hemos hablado.
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En todos los casos, cuando recibimos un golpe de la vida, es normal que nos
resintamos y que podamos sentir esa caída emocional y anímica. Lo importante
entonces, es que no nos quedemos tendidos en el suelo del nivel anímico más bajo y
oscuro, sino que reaccionemos y nos levantemos nuevamente. La resiliencia es, quizás,
la virtud que mejor describe lo que estamos explicando. Naturalmente que puedes y
debes pasar un periodo de duelo tras la pérdida de un ser querido, o que podemos
sentirnos tristes y abatidos cuando perdemos algo que creíamos importante o cuando,
tras un gran esfuerzo por lograr un objetivo, finalmente fracasamos y no lo conseguimos.
Es natural que así sea, y no podemos negarnos esas emociones, sino que debemos
vivirlas. Pero la vida humana es mucho más que lo que perdemos, es lo mucho que nos
queda y todo lo que tenemos. Porque, hasta el más pobre de los seres humanos, puede
considerarse el más rico y afortunado entre todos los seres vivos, pues somos Seres
Conscientes, dotados de sentidos, habilidades, dones, talentos, virtudes y valores como
ningún otro. Lo que incluye una impresionante capacidad de apreciar la belleza, en un
paisaje, una flor, un perfume o una melodía y, todavía más, dotados con el poder divino
de la creación, que nos permite cultivar flores, crear jardines, modelar el paisaje,
concebir un nuevo perfume o componer una poesía o una melodía. Siendo ésta la
Valoración Correcta que debemos ver y reconocer, para hacer brillar de nuevo nuestro
Sol Interior y seguir avanzando en nuestro camino, desde el aprecio, la gratitud y el gozo
de la vida y todo lo que nos ofrece, cada día de nuestras vidas.
Por todo ello, la Tríada que resume los principios fundamentales sobre los que levantar
nuestro ánimo tras cualquier adversidad que debamos afrontar es la de
Reconocimiento – Limpieza Interior – Actitud * Valoración Correcta
Reconocer la realidad de lo vivido es siempre el primer paso, pues la negación o la
culpabilización nos introducirían en un bucle del que no podríamos salir. Con las
emociones negativas, practicar la Limpieza Interior, mediante alguna de las técnicas
propuestas en Dinámica del Amor. Para lo que es fundamental la Actitud, entendida
como la dirección de nuestra mirada y voluntad hacia la Luz, hacia todo lo positivo en el
presente-futuro de nuestra vida. Cuya Tríada, de Responsabilidad, Proactividad y
Positivismo, bajo la Estrella Guía de la Voluntad Consciente, no sólo nos ayuda a superar
las adversidades, sino también a prevenirlas para que no nos lleguen a suceder. Y, como
Estrella Guía de la Tríada, la Valoración Correcta, de la que ya hemos hablado.
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de la vida, nos hace reaccionar y levantarnos, impulsándonos a perseverar y seguir
avanzando, por encima de cualquier obstáculo, hasta alcanzar nuestra meta u objetivo.
Lo contrario es la rendición, siendo ahí cuando lo perdemos todo, al darlo todo por
perdido. Esa fuerza de la vida, manifestada en el coraje, tiene entonces que expresarse.
Y, cuando esto no sea posible en la dirección que marca nuestro instinto, sino que
debamos reprimir ese primer impulso, debemos igualmente Conmutar y darle salida por
algún otro canal. El siguiente paso sería el de Transmutar lo que nos quede de aquella
energía intensa, procesando internamente o, lo que es lo mismo, digiriendo lo que nos
ha sucedido. Para, finalmente, elevarlo y Sublimarlo en forma de aprendizaje y
Consciencia. Lo que queda reflejado en las siguientes Tríadas de recuperación anímica,
aprendizaje y evolución:
Pero, más allá del impacto de los hechos y situaciones que nos toque vivir en cada
momento de nuestra vida, sobre nuestras Ruedas de la Luz y de las Sombras, el Diálogo
Interior, puede tener un impacto todavía mayor y, sobre todo, muy prolongado en el
tiempo, desde mucho antes de esos hechos y durante mucho tiempo después de los
mismos, como ya comentamos en el capítulo dedicado al Sol Interior. De ahí la
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importancia de la aplicación de las Tríadas anteriores, ya no sólo ante la adversidad,
sino también como reacción y remedio para el Diálogo Interior negativo. Como la
Aceptación, que nos permite pasar página de un evento negativo, incorporando el
aprendizaje obtenido, sin darle más vueltas de las necesarias. Canalizando
adecuadamente las energías surgidas por reacción a hechos negativos, expresándonos
y conmutándolas, para transmutarlas y sublimarlas. A lo que nos ayuda enormemente
la elevación de nuestra Consciencia, que nos permite relativizar el problema desde una
perspectiva más elevada. Así como la Actitud, cuya Tríada completa, no sólo nos ayudar
a sobreponernos a las dificultades, sino también a prevenirlas y evitarlas. Pero, lo más
importante, es darnos cuenta a tiempo, cuando entramos en un bucle de negatividad,
para detener ese Diálogo Interior y revertirlo. En un primer momento, mediante
técnicas de respiración, saliendo a caminar al aire libre o hacer ejercicio o realizando
alguna actividad que nos gratifique, para descargarnos de la negatividad y entrar en un
nuevo ciclo de pensamientos y emociones positivas, que vuelvan a hacer brillar nuestro
Sol Interior.
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4 RELACIONES - DINÁMICA EMOCIONAL
Somos seres emocionales. El centro de nuestro Ser y de nuestras vidas está en nuestro
corazón, así como nuestro principal alimento, a nivel anímico, es el amor, siendo
precisamente en el corazón donde lo sentimos. Sin embargo, pese a su vital importancia
para nuestro autoconocimiento, el mundo emocional sigue siendo un territorio en el
que nos queda mucho por descubrir y al que Dinámica del Amor aporta una nueva
perspectiva, que conocemos como Dinámica Emocional, con el objetivo de que nos
ayude a comprender mejor el mundo de nuestras emociones.
Las emociones son mensajeras de nuestro mundo interior, así como herramientas o
vehículos para nuestra relación con el mundo exterior. Como toda herramienta, si
sabemos manejarlas, pueden ayudarnos a incrementar nuestro poder o habilidades,
pero, si no sabemos, nos pueden causar heridas, tal y como sucede con un cuchillo.
En cuanto a su función de ofrecernos información de nuestro mundo interior, no
escucharlas o matar al mensajero puede ser lo peor que podamos hacer. Como está cada
vez más demostrado en las somatizaciones por las que los problemas no resueltos de
nuestro cuerpo emocional pueden manifestarse en forma de distintas patologías en
nuestro cuerpo físico. Por lo que cuidar nuestra salud emocional, es la mejor tarea de
prevención que podemos hacer para el cuidado de la salud de nuestro cuerpo físico.
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casos, se han materializado como diccionarios de las emociones conocidas y su
descripción y que tampoco incluyen la dinámica emocional implicada en ellas.
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En el siguiente nivel de la Escala de Sensaciones, se encuentran los Estados de Ánimo
que, en Dinámica, se entienden como el depósito de energía vital y anímica. El espacio
anímico que, como si fuera un lago, recoge las aguas emocionales de los ríos de nuestras
percepciones, emociones y sentimientos, resultantes de nuestras experiencias y
vivencias. En el caso de la energía física, el éxito nos proporciona un plus de energía vital,
en tanto que el fracaso tiene el efecto de vaciar nuestro depósito, dejándonos abatidos.
Lo que implica un mayor o menor brillo del Sol Interior de nuestro ánimo. Lo que se
refleja y manifiesta en el nivel de las Expresiones de la Pirámide de Sensaciones, como
lo son las básicas de la Alegría y la Tristeza. En plenitud, la abundancia de energía vital
y anímica, rebosa en forma de expresiones de alegría. Mientras que el vacío se expresa
en la tristeza y el llanto. La dinámica emocional entre estos niveles es circular y de doble
sentido. De una parte, hemos visto cómo la suma de percepciones, se convierte en
emociones y cómo éstas cristalizan en sentimientos más estables, aportando todos ellos
sus aguas emocionales al lago del Estado de Ánimo. Pero, también y sobre todo, el Sol
Interior de nuestro Estado de Ánimo, positivo o negativo, de plenitud o vacío, marca
una tendencia hacia percepciones, emociones y sentimientos, igualmente positivos o
negativos. Todo ello, siguiendo la lógica de la Ley Universal de Espiral, manifestada en
las Ruedas de la Luz y de las Sombras.
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mundo emocional. Una estructuración por niveles que evita mezclar sensaciones que
son de distinta naturaleza, y que entendemos que ha podido ser, hasta ahora, el
principal obstáculo para la elaboración de mapas de las emociones más desarrollados.
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dimensiones de nuestra realidad biopsicosocial. Las que se reflejan en cada uno de sus
12 ejes, cada uno de los cuáles tiene su vertiente positiva o negativa. Como, por ejemplo,
el Posicional que, en su orientación positiva, es generador de ternura o compasión hacia
los que se encuentran en posición más débil o de envidia hacia quienes tienen mejor
posición o de abuso y crueldad hacia los más débiles. Un eje que se completa con otros
once, como el Temporal (Ensoñación, nostalgia, ilusión… / angustia, preocupación,
autoengaño…), el Ético (Respeto, satisfacción del deber cumplido… / Indignación,
culpabilización…), el Empático - Sentimental (Amor, amistad, simpatía, congratulación…
/ Odio, enemistad, antipatía, malquerencia…), el de percepción de Encaje (Placer,
comodidad… / dolor, incomodidad…) Expresiones de ánimo (Alegría, euforia… / Tristeza,
depresión…), Fuerzas emocionales (Deseo, pasión…/ Miedo, terror…), Sentimental
interno (Autoestima, orgullo…/ autodesprecio, vergüenza…), Emocional Interno
(Satisfacción, dicha…/ frustración, desdicha…) y Percepcional interno (Satisfacción,
agradable… / Frustración, desagradable…). Unos ejes que se completan con los de la
cruz que se despliega entre el eje vertical de Presión (Alivio, relajación…/ Tensión,
agobio…) y el eje horizontal Disruptivo, en el que se incluyen emociones que pueden
interrumpir o romper la cadena de acción – reacción (Sorpresa, ira… / susto,
confusión…). Como en la Escala de Sensaciones, el círculo del Sol de nuestra Consciencia
ocupa la posición central, por la que pasan los doce ejes, mostrándonos que nuestra
voluntad consciente tiene el poder de orientar nuestros pensamientos, emociones y
actos en sentido positivo, así como filtrar y redirigir las energías emocionales negativas
hacia las positivas.
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Es importante comprender, cómo, los procesos de retroalimentación, positiva o
negativa, de las Rueda de la Luz y de las Sombras, también se dan en la dinámica
emocional de las relaciones interpersonales. Y, como en todo proceso de
retroalimentación girando entre dos polos, invirtiendo uno de ellos, estamos también
influyendo en el otro y frenando su aceleración. Siendo ésta una de las estrategias de
Dinámica del Amor en estos casos, para no quedarte atrapado. Porque, como cuando
un nadador siente que hay un torbellino de agua que le puede atrapar y se pone a nadar
con todas sus fuerzas para escapar a su influjo, de la misma manera tenemos que
romper esa cadena de emociones negativas con los demás lo antes posible. Siendo esto
más importante que pretender tener razón, pues se trata de nuestra salud emocional.
Sobre la forma de hacerlo, Dinámica del Amor ofrece distintas opciones para cada caso.
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en que se puede manifestar en distintas patologías mentales sentó las bases de la
psicología a principios del siglo pasado. Cuando, por ejemplo, un deseo muy intenso
debe ser reprimido por condicionantes sociales o algunas situaciones traumáticas
quedan guardadas en el nivel subconsciente de la persona, generando distintas
patologías. La terapia consistía entonces en hacer aflorar esos recuerdos mediante
técnicas de hipnosis, la interpretación de los sueños o la libre expresión de
pensamientos y sentimientos en el diván de la consulta. Hacernos conscientes de la
causa de problemas que pueden tener origen en nuestro subconsciente, sigue siendo
uno de los objetivos terapéuticos más importantes en el tratamiento psicológico. De la
misma manera, conocer la estructura y mecanismos emocionales y cognitivos es
siempre positivo para nuestro autoconocimiento.
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Otro principio fundamental en la Dinámica de las Emociones es el de Equilibrio. Y ya
no sólo por las distintas patologías que se pueden desarrollar cuando perdemos el
control de nuestras emociones, como en las adicciones o algunos trastornos de
personalidad, sino que también se manifiesta en múltiples formas cotidianas en
nuestras vidas. Como, por ejemplo, en la importancia del equilibrio entre el dar y el
recibir en las relaciones interpersonales o el del equilibrio en el reparto de nuestro
tiempo y atención entre todos los niveles de necesidad de nuestro Ser, a nivel físico,
emocional, mental y espiritual, sin que la excesiva dedicación a alguno de ellos pueda
darse en detrimento de la mínima atención que requieren los demás. Un equilibrio que
no solo debe darse en la vertiente de proporción o reparto, sino también en el de
alternancia. Como entre la actividad y el descanso, la tensión y la relajación, porque esa
alternancia nos proporciona la necesaria Tonicidad, un estado de forma física,
emocional, mental y espiritual que es la mejor forma de estar preparados para sortear
cualquier obstáculo y triunfar en el logro de nuestros objetivos.
De manera global, la dinámica de las emociones gira en torno al objetivo final de nutrir
el Sol Interior de nuestro Ánimo, así como el Sol de la Consciencia de nuestra Ánima o
Alma, orientando nuestra energía vital en la dirección marcada por la tesis SUMMUM
sobre el sentido de la vida. En un viaje por la vida en el que deberemos aprender a
superar todo tipo pruebas y obstáculos, aprendiendo en cada una de ellas para
superarnos y evolucionar. Y, todo ello, en lo que conocemos como Campos de Juego de
la Vida.
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4.1 - EL CAMPO DE JUEGO
En Dinámica del Amor, se entienden como Campos de Juego los distintos espacios de
interrelación del Yo con el Mundo y consigo mismo, y que se desarrollan entre los polos
de la competencia y la cooperación. Los que se representan en una serie de círculos
concéntricos. El espacio central lo ocupa nuestro propio Ser y, por ello, se refiere a
nuestra relación intrapersonal. El siguiente es el Campo de Juego de nuestra familia
de origen, al que le siguen el de la pareja, el laboral y el social. Espacios de relación
muy distintos entre sí y, por ello, regidos por distintas reglas de juego, que debemos
conocer para lograr el triunfo que esperamos y deseamos en cada uno de ellos. Lo que
significa que debemos adaptarnos, sometiéndonos a sus reglas y a los condicionantes
que puedan imponernos otros jugadores. En este sentido, los más externos son más
flexibles, en tanto que la rigidez aumenta a medida que nos acercamos al centro. Para
que se entienda, la necesidad adaptación es menor en el campo de juego social, pues,
por ejemplo, cuando un amigo nos defrauda o ya no nos entendemos, lo tenemos tan
fácil como dejar de relacionarnos con esa persona, que, a partir de ese momento,
dejamos de considerar como nuestro amigo. Algo imposible de hacer en el Campo de
Juego de la familia de origen, pues nuestra madre y nuestro padre, como también
nuestros hermanos, seguirán siéndolo para siempre, con independencia de que nos
entendamos mejor o peor con ellos. En cambio, con la pareja, si podemos dejar la
relación, pero de manera mucho más difícil y complicada que con un amigo, por todas
las implicaciones personales, emocionales, de los hijos o económicas que implica. En
cuanto al trabajo, puede ser más fácil que la pareja, aunque tampoco nos podemos
permitir cambiar por cualquier pequeño inconveniente que podamos encontrar en él,
por lo que debemos pensarlo mucho antes de tomar una decisión.
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En principio, podrían parecernos mejores los Campos de Juego más flexibles, por la
libertad que nos ofrecen de dejar atrás relaciones que no nos resultan suficientemente
satisfactorias y poder sustituirlas por otras, en la esperanza de que nos resulten mejores.
Sin embargo, los Campos de Juego más duros o rígidos, son los que nos ofrecen las
mejores oportunidades de aprendizaje y autosuperación. Precisamente porque nos
obligan a un mayor esfuerzo de adaptación y búsqueda de soluciones a los problemas
de relación que, en ellos, se nos puedan plantear. Lo que suele suceder, por ejemplo, en
relación entre personalidades muy diferentes entre sí o con personas de culturas muy
distintas de la nuestra. Por supuesto, siempre es más fácil entendernos con personas
afines a nosotros, con las que compartimos unos mismos intereses y puntos de vista y
cuya forma de ser nos encaje perfectamente. Sin embargo, cuando personas muy
opuestas entre sí, hacen el esfuerzo de adaptarse el uno al otro, logrando entenderse y
avanzar juntos, el aprendizaje y progreso humano, para ambos, siempre será mucho
mayor. Incluso, cuando se trata de formar un tándem, siempre será mucho más potente
si cada uno aporta dones, talentos, valores o virtudes distintas, resultando de ello un
potencial mucho mayor.
En toda relación humana hay un intercambio, que puede darse entre distintos niveles
de necesidad física, emocional, mental y espiritual. Necesidades que son mayores o
menores en cada uno de nosotros, para cada uno de los niveles. Las que ya podemos
reconocer en la etapa infantil, por las demandas e intereses de los niños, a nivel de
ejercicio físico, expresiones de afecto, preguntas para alimentar su mente o agrado por
prácticas espirituales. Los depósitos de necesidad de cada persona, se representan, en
Dinámica del Amor, como cuencos que hemos de llenar y que son de muy distinto
tamaño en cada persona. Cada uno de ellos representa el potencial físico, emocional,
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mental y espiritual de ese individuo. Pero, como es bien sabido, la grandeza va de la
mano con la servidumbre. De manera que una persona muy corpulenta necesitará un
mayor aporte de alimentos, en tanto que otra, más pequeña y delgada, necesitará
comer mucho menos, pero, si tiene una gran capacidad mental, su mayor necesidad de
alimento será de conocimiento. Y, de la misma manera, con la necesidad de expresiones
de afecto por parte de las personas con un cuenco emocional muy grande o de prácticas
espirituales para aquellos con mayores necesidades a este nivel. El conjunto de los
cuatro cuencos, y sus distintos tamaños, nos proporcionan una imagen de la Forma de
nuestro Ser, y que hemos de diferencias de la Forma de Ser, en cuanto a personalidad.
Una imagen que se puede representar gráficamente, así como el nivel de lleno o vacío
que sentimos en cada uno de ellos, y que nos da la medida de nuestro nivel general de
satisfacción y felicidad o de “hambre” y necesidad.
Y, así como el vacío en el estómago, obliga al cuerpo físico del animal a moverse para
procurarse alimento, de la misma manera, los seres humanos salimos a procurarnos
el nuestro, además de alimentos en forma de comida, sobre todo, los que más
necesitan nuestros cuerpos emocional, mental y espiritual, en forma de amor,
conocimiento y consciencia. Por supuesto, alimentar nuestro cuerpo es necesario para
mantener la salud y la energía, pero, incluso a nivel físico, la salud emocional y anímica
ejerce una influencia determinante sobre nuestro cuerpo físico, dejándolo incluso sin
energía, aun estando correctamente nutrido, tal y como sucede con los estados
depresivos. Porque, como ya vimos, la naturaleza humana es esencialmente anímica y
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nuestro alimento primordial es el amor. Por lo que, cuando, por ejemplo, nos
esforzamos por mejorar nuestro aspecto físico, lo hacemos para gustarnos más a
nosotros mismos y gustar más a los demás, es decir, para obtener aprecio y
reconocimiento de otros, para nutrir nuestra propia autoestima y Sol Interior. Incluso,
entre quienes tienen mayor potencial y necesidades de tipo mental, como puedan ser
muchos científicos e investigadores, en última instancia ellos también esperan el
reconocimiento de sus colegas por sus aportaciones a la ciencia, lo que también se
traduce en amor y autoestima. Y, aún en mayor medida, entre quienes sienten una
fuerte necesidad de tipo espiritual, que buscan encontrar en comunidades o
hermandades religiosas, así como en talleres de tipo New Age en los que puedan sentir
el amor en la unidad con los demás y consigo mismos, si es que no buscan directamente
el amor de Dios, como máxima aspiración de los creyentes en las distintas religiones.
Por todo lo expuesto, cada uno de nosotros deberíamos preguntarnos ¿Cuál es el
tamaño de cada uno de nuestros cuencos o depósitos de necesidad? ¿Cómo los
tenemos de llenos o vacíos? ¿Cómo llenar aquellos que están más vacíos y son fuente
de frustración y falta de realización personal?
Por todo ello, hemos de reconocer que, en toda relación humana, hay un afán o interés
de obtener alimentos para alguno o todos nuestros cuencos o cuerpos de necesidad
física, emocional, mental y espiritual. Y, cuando no es así, sino que solo damos sin
recibir a cambio, nada o muy poco, podemos decir que esa relación es antinatural,
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tóxica o enfermiza, salvo que se trate de una relación entre padres e hijos. Todas las
demás relaciones, de pareja, sociales o laborales, deben estar regidas por el equilibrio
en el intercambio. Pues, cuando no es así, y damos mucho más de lo que recibimos, nos
estamos “vaciando” con grave perjuicio para nuestros objetivos naturales de
conservación y expansión. Unos intercambios que, como ya hemos dicho, pueden darse
entre distintos niveles, como sucede, por ejemplo, en las relaciones laborales en las que
un trabajador aporta esfuerzo físico y los conocimientos de la profesión que ha
estudiado, para obtener ingresos materiales que, luego, podrá utilizar para satisfacer
necesidades a otros niveles. O, en las relaciones de amistad, en las que alguien más
mental puede proveer conocimientos y seguridad, mientras que otro más emocional
puede intercambiar con aquel, afecto, alegría y diversión. Por lo que resulta muy útil y
necesario para nuestro autoconocimiento, no sólo reconocer las dimensiones de
potencial y necesidad en cada uno de los niveles de nuestro Ser y el nivel de plenitud o
vacuidad que sentimos en cada uno de ellos, sino también quién o quiénes nos
proveen esos alimentos, o nos los pueden proveer.
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4.2 - LOS JUGADORES Y LAS REGLAS DE JUEGO
De manera que resulta vital para el éxito interior y exterior en el Campo de Juego de
nuestras vidas, conocer a los jugadores con los que jugamos, tanto los de nuestro
equipo como, todavía con mayor motivo, los de nuestros adversarios. Empezando por
el eje de la Personalidad, referido a la Forma de Ser de cada individuo, en cuanto a
conducta estable y repetitiva que lo distingue de otros. Como es bien sabido, el término
proviene etimológicamente de la máscara con la que se cubrían el rostro los actores en
el teatro griego para representar sus distintos papeles. Hay distintas clasificaciones de
personalidad en psicología, así como también se pueden encontrar otras muy
interesantes en astrología, diseño humano u otras áreas de conocimiento. En Dinámica
del Amor proponemos que cada persona elija aquella con la que mejor se identifique y
que mejor pueda ayudarla en su propio viaje de autoconocimiento y para mejorar su
conocimiento y comprensión de los demás. Sin embargo, conviene que todos
conozcamos la Tríada fundamental constitutiva de la personalidad
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que un jamelgo, pero, si lo conseguimos, ese caballo nos permitirá llegar a destinos
mucho más difíciles de alcanzar y de manera mucho más rápida. Sin embargo, si no
sabemos dominarlo, un caballo así nos puede descabalgar y arrastrarnos por los suelos,
como sucede con las personas muy temperamentales que no saben controlar sus
emociones o explosiones de ira, lo que les suele causar serios problemas. En cualquier
caso, reconocer qué tipo de caballo nos toca cabalgar en esta vida y aprender a sacar el
máximo partido de su potencial, es un objetivo primordial para nuestro progreso y
bienestar personal.
La personalidad innata es aquella que ya está escrita en nuestros genes, y que muy
pronto podemos empezar a distinguir en cada niño, y que son rasgos propios que los
distinguen de otros niños o de sus propios hermanos, aun habiendo crecido en un mismo
hogar y siendo educados por los mismos padres y educadores. Sin embargo, en todos
los casos, la personalidad innata es, en mayor o menor medida, también modelada
desde el ámbito familiar, educativo y cultural en el que crecemos y al que tratamos de
adaptarnos, para agradar y evitar ser rechazados o castigados, así como por nuestras
propias experiencias de vida, dando como resultado la Personalidad final adquirida que
mostramos como adultos. Finalmente, y como ya vimos en el Sol Interior, nuestra
Voluntad de Ser apunta en dirección al Ideal humano que queremos llegar a ser, la
cumbre o SAYMA que hemos elegido, y que puede ser tomado de los ideales que nos
ofrece nuestro modelo de sociedad o genuinamente adoptado para el desarrollo de
nuestro potencial innato. En su conjunto, la personalidad es una forma estable de
conducta en las relaciones interpersonales e intrapersonales o, lo que es lo mismo, la
estrategia de relación que adoptamos cada uno de nosotros. Y, como hemos visto en
la Personalidad adaptada, es cambiante y moldeable en el tiempo.
Con independencia del Ideal humano elegido por cada uno, a nivel de la personalidad
hay rasgos universales que favorecen a todos ellos y que se reflejan en la siguiente
Tríada:
Adaptabilidad – Autonomía – Estabilidad * Inteligencia emocional
La capacidad de adaptación del ser humano ha sido una de las mayores claves para el
éxito de nuestra especie, colonizando territorios con distintos climas y ecosistemas. Una
realidad a nivel colectivo, que también es de aplicación a nivel individual, por lo que una
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mayor capacidad de adaptación de nuestra personalidad nos ofrece una gran ventaja
competitiva para el éxito en distintos entornos, ambientes o situaciones. Por otra
parte, por nuestra naturaleza y necesidades de tipo social, debemos reconocer que, en
mayor o menor medida, somos dependientes de los demás. Por lo que, si bien no
podemos ser totalmente independientes, sí podemos lograr mayores niveles de
autonomía, lo que también implica más libertad y poder personal. La estabilidad y el
equilibrio son igualmente vitales para nuestras relaciones interpersonales e
intrapersonales, tal y como, se pone en evidencia en las consecuencias de la
inestabilidad o el desequilibrio manifestadas en los trastornos de personalidad.
Finalmente, la estrella guía de la Inteligencia Emocional nos muestra la enorme
importancia de este rasgo, tan característicamente humano, para nuestras relaciones
interpersonales y nuestra felicidad.
Hay múltiples tests de personalidad, pero el que nos ofrece Dinámica del Amor es
distinto, por estar especialmente orientado hacia el desarrollo de los factores que
contribuyen al éxito interior y exterior en nuestras vidas.
¿Te interesaría hacer el test de personalidad de Dinámica del Amor para conocerte
mejor? Y no sólo para tu autoconocimiento, sino, sobre todo, para darte la oportunidad
de potenciar tu personalidad.
Conocer nuestra posición, y la de los demás jugadores, en la Cruz de los Dos Soles, es
igualmente vital para nosotros. Sobre todo, para prevenirnos del Juego Sucio del que
hablaremos más adelante y que pueden practicar los conocidos como Hienas en la
Noche y, en menor medida, también los Adoradores del Sol. Otros rasgos de las distintas
personas con las que nos relacionamos en cada uno de los Campos de Juego de nuestra
vida, como los relativos a sus niveles subconsciente o inconsciente, quedan fuera de
nuestro alcance, por lo que no podemos tomarlos en consideración. Lo que sí podemos
llegar a hacer con los niveles, tanto visibles como invisibles, de cada Campo de Juego,
conociendo mejor su pasado y trayectoria y, sobre todo, sus Reglas de Juego.
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Con independencia de las Reglas de Juego que rijan en cada Campo de Juego social,
laboral, familiar o de cualquier tipo, en todas ellas, y con la única excepción de las
relaciones paterno y materno-filiales, rigen los principios de respeto y apoyo mutuo de
la Tríada logosistémica de Relaciones Externas:
Espacio – Equilibrio – Inclusión * Destino
El respeto al Espacio propio de cada uno es la base indispensable sobre la que poder
levantar una relación sana y mutuamente enriquecedora. Como Espacio, nos
referimos al respeto a nuestro Ser, a quiénes somos, así como también a nuestras ideas
o creencias, espacio físico y pertenencias, que no pueden ser despreciados, invadidos o
tomados sin nuestro permiso. Siendo así que es vital que nos hagamos respetar en la
esencia de nuestro Ser y todo aquello que es propio de nosotros, así como que
respetemos, de igual manera, el espacio propio de las personas con las que nos
relacionamos, pidiendo siempre permiso para cualquier intromisión o disculpas si nos
damos cuenta de que hemos atravesado una línea de su intimidad, que no debíamos.
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El Equilibrio hace referencia a la vital importancia de un intercambio equilibrado entre
el dar y el recibir, pues el objetivo de toda relación debe ser el del beneficio y
enriquecimiento mutuo. Por el contrario, cuando está basada en un fuerte desequilibrio,
en el que una parte gana mucho y la otra muy poco, esa desigualdad es un tipo de
injusticia que puede terminar con la relación o mantenerla de forma enfermiza para
quien es la parte perdedora en tal desequilibrio.
Las Reglas de Juego, a veces, pueden estar claramente escritas y expuestas a la vista de
todos los jugadores, como sucede con las normas de una organización o las leyes de un
país. Pero, otras Reglas de Juego, muchas veces incluso más importantes que aquellas,
66
pertenecen al mundo invisible de nuestro subconsciente individual e inconsciente
colectivo, siendo todavía ignoradas por la inmensa mayoría de personas. Las que no
acaban de entender el porqué de las cosas que les suceden y que, en cambio,
entenderían perfectamente si, por ejemplo, fueran capaces de ver las dinámicas
emocionales profundas que se dan en sus vidas. Como quiénes tratan de romper una
relación, con alguien que sienten que les ha hecho daño, lo que hacen de manera verbal,
diciéndole que la quieren fuera de su vida, y alejándose físicamente de ella. Sin darse
cuenta de que, mientras mantenga con ella un vínculo emocional de rabia, rencor o
miedo, seguirá unido a ella. Siendo la aceptación y el perdón la única forma de liberarse
definitivamente de ese vínculo.
Cada Campo de Juego tiene sus propias Reglas, reflejadas en las Tríadas
correspondientes, como, por ejemplo, la del Campo del Amor de Pareja, con Eros,
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Philia y Dirección, bajo la Estrella Guía del Compromiso. Siendo Eros, la necesaria
atracción entre dos seres, el nivel de fusión de ambos que es la base sobre la que se
levanta la relación amorosa, pero que, para su continuidad, requiere de Philia,
entendida como la relación amistosa, de complicidad y apoyo mutuo, sin que cada uno
de ellos deje de ser uno mismo. Y, finalmente, la vital importancia de que la realización,
intereses y deseos apunten en la misma Dirección, para que la realización de uno no sea
a costa del otro. Todo ello, coronado por la Estrella Guía del Compromiso, en cuanto a
Voluntad Consciente de lealtad, esfuerzo y dedicación continuadas en cultivar la
relación, superando las distintas dificultades que puedan surgir. Y así como el Campo de
Juego de las relaciones de pareja tienen sus propias reglas, establecidas en la Tríada que
acabamos de exponer, igualmente sucede con los Campos de Juego de las relaciones
sociales o laborales, a lo que se suma, en el caso de las empresas u organizaciones, las
específicas de cada una, reflejadas en sus propias normas y reglamentos de
funcionamiento interno.
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Los Principios básicos en el Campo de Juego son los siguientes:
Haz de tu trabajo un juego y de tu juego un trabajo.
Conócete a ti mismo y a tus adversarios, así como las reglas de juego con las que
te has de alinear.
Ganas en cada jugada, tanto si ganas como si pierdes, mientras te mantengas fiel
a los principios del Sol de tu Consciencia Superior y seas capaz de mantener el
brillo de tu Sol Interior y aprender.
Tus adversarios te ofrecen la oportunidad de ponerte a prueba, superarte y
evolucionar. El enemigo interior es el único que te puede derrotar.
El primer principio hace referencia al Espíritu de Superación y la necesaria alegría con el
que lo hemos de practicar, desde el brillo de nuestro Sol Interior.
El segundo, al conocimiento que es vital atesorar, sobre nosotros mismos y nuestro
entorno de relaciones, así como sobre las reglas de juego, las leyes o normas que rigen
en cada circunstancia y lugar. Como las que rigen en nuestras relaciones intrapersonales
e interpersonales, reflejadas en las Tríadas correspondientes. Porque el alineamiento es
el que permite que las reglas jueguen a nuestro favor, así como también nos permite
aunar voluntades a nuestro alrededor.
En el tercer principio se resalta cuál es el objetivo del juego, mantener el brillo de
nuestro Sol Interior y aprender de los éxitos y de los fracasos.
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El cuarto y último principio nos recuerda que sólo nosotros podemos derrotarnos a
nosotros mismos, cuando abandonamos o nos rendimos cuando no correspondía
hacerlo o, peor todavía, cuando nos traicionamos a nosotros mismos, a la esencia de
nuestro Ser.
Prevenirnos del Juego Sucio de otros es igualmente vital para nuestra felicidad y poder
personal. El que practican, aquellos con menos escrúpulos, para los que cualquier
medio es válido para conseguir sus objetivos egóicos. Desde la perspectiva del nuevo
paradigma de la Consciencia y de Dinámica del Amor, ese tipo de conductas puede ser
considerada como enfermiza. Como la de quienes, habiendo acumulado mucho más de
lo que necesitan para vivir, ésta y mil vidas, siguen queriendo acumular, más y más, sin
límites ni razón de ser o propósito más elevado de ningún tipo, salvo el de engordar sus
propios Egos. Los que lo hacen, además, sin importarles el daño que puedan causar a
otros o al planeta por su codicia insaciable. Y, por supuesto, no todas las personas
adineradas son así, pues las hay con mayor nivel de consciencia y sensibles a las
necesidades de los menos afortunados. Pero, desafortunadamente, una gran parte de
quienes detentan los mayores niveles de poder económico y político, son enfermos de
distintas formas de egopatía, como el egoísmo, avaricia, la vanidad, la soberbia, el
egocentrismo o la egolatría. Y, lo peor, es que su enfermedad de adicción al dinero no
está ni siquiera clasificada como tal, de la misma manera en que lo están la adicción al
juego, al sexo o a los móviles, por poner sólo unos ejemplos. Con la diferencia de que
éstas últimas son adicciones menores en comparación con aquella, cuando solo afectan
a las personas que las sufren y, como máximo, a los familiares o personas de su entorno,
en tanto que el Ego y la codicia sin límites, son causa de los mayores males que padece
la humanidad y el planeta, y nos afectan a todos. Peor todavía es que la mayor parte de
las personas pobres y necesitadas que son víctimas de su codicia, tienden a admirarles
por su éxito con el dinero y los ven como triunfadores y modelos de éxito. Lo que nos
lleva a preguntarnos sobre el verdadero significado del Triunfo para el ser humano.
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5 - TRIUNFO
Todos los seres humanos tenemos el deseo de ser felices, como nuestra máxima
aspiración. Por lo que, todo cuanto hacemos, apunta hacia ese objetivo, conseguir un
trabajo mejor, ganar más dinero, comprarte un coche nuevo, conquistar el corazón de
la persona que te gusta, tener hijos, viajar a un país que te atrae por su cultura o
paisajes… Cada uno de esas metas apunta hacia un mismo objetivo: ser felices. Sin
embargo, suele suceder que esos logros nos proporcionan un momento o unos días de
mayor alegría y felicidad y, luego, volvemos a sentirnos insatisfechos. Y, para remediarlo,
nos fijamos un nuevo objeto de deseo con el que esperamos sentirnos felices, volviendo
a repetir el proceso, una y otra vez, sin lograr el tan ansiado deseo de felicidad. En esto
se basa, precisamente la sociedad de consumo, en prometernos la felicidad en cada
producto o servicio que nos ofrecen, generando así adicción y ansiedad de consumo,
que nos hacen cada vez más infelices y dependientes de consumir. Sin embargo,
podemos ver personas que son muy felices, aun siendo pobres, mientras que otras
pueden sentirse desdichadas, a pesar de acumular mucha riqueza. Como ya vimos en
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Centramiento, Felicidad es Plenitud, y esa plenitud en el corazón no nos la da la cantidad
de cosas que tenemos, sino nuestra capacidad de valorar lo poco o mucho que tenemos.
Lo que, en definitiva, nos demuestra que la felicidad es una capacidad o habilidad que
todos podemos aprender. La que nos permite hacer brillar nuestro Sol Interior en la
abundancia o la escasez, en la fortuna o ante la adversidad. Siendo los que lo
consiguen, los verdaderos triunfadores en la vida, la verdadera élite de este mundo.
Siendo así que el Éxito Interior, como se nos muestra en Dinámica del Amor, está al
alcance de todos, pues depende sólo de nosotros mismos, en tanto que el Éxito
Exterior depende de múltiples factores. Y, como todos hemos experimentado, muchas
veces lo que conocemos como buena estrella o mala suerte, puede ser determinante.
Pero, ¿Cómo lograr que el viento de la fortuna nos sea favorable? Durante miles de
años, los creyentes de las distintas religiones han recitado plegarias para lograr que Dios
y las fuerzas del Cielo les favorecieran en el logro de sus objetivos. En el siglo pasado,
los mentalistas nos propusieron que la visualización de la realización de nuestros deseos,
acompañada de una intensa emoción, como si ya los hubiéramos conseguido, nos
permitiría hacer realidad cada uno de nuestros sueños.
La Ley de Atracción está basada en la Ley Universal de la Espiral, presente en todo tipo
de procesos de retroalimentación, observables en todos los ámbitos de la vida. Por lo
que tiene una parte de cierto, que también se confirma desde la perspectiva de los
Planos Superiores del nuevo paradigma de la Consciencia, en el que se inspira Dinámica
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del Amor. Y, muy especialmente, el Plano Causal o Simbólico de gestación de los sucesos,
con el que también estamos conectados desde nuestros cuerpos emocional y mental.
Lo que significa que nuestras emociones y pensamientos sí pueden influir sobre el
curso de los acontecimientos de nuestra vida, de manera favorable o desfavorable,
según sean positivos o negativos. Sin embargo, como decíamos, entre los cientos de
millones de lectores de las distintas publicaciones sobre el tema, la inmensa mayoría no
vieron cumplidos sus deseos. Por lo que, si el Principio de la Ley Universal de la Espiral
es cierto, cabe preguntarnos, ¿Por qué no se cumple en la mayoría de los casos?
Por supuesto, lo primero que nos dirían los autores de esos libros sobre la Ley de
Atracción es que, quizás, no estemos llevando correctamente a la práctica la técnica
que nos proponen. O no lo deseamos con la suficiente intensidad o de manera
continuada en el tiempo o con la fe necesaria para conseguirlo. Pero, incluso, cuando se
cumplan todos estos requisitos, puede ser que nuestras peticiones no den fruto. Y esto
puede ser por distintas razones y, entre las principales, las que exponemos
seguidamente.
Por otra parte, quizás el deseo que estamos formulando no se corresponda con
nuestra misión de vida, aquella que eligió nuestra Alma para esta vida y lo que en ella
tenemos que aprender. Y, siendo que lo más elevado, la voluntad de nuestra Alma, está
por encima de la de nuestra persona y personalidad, sería justo, apropiado y natural que
nuestros deseos no sean concedidos, cuando no están alineados con la misión y
enseñanza que nos corresponde en esta vida.
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Por último, tampoco debemos olvidar el papel que pueda tener nuestro Inconsciente
en sabotear nuestros deseos. Una realidad que es bien conocida en psicología, por lo
que centra la mayor parte de esfuerzos de los profesionales en ayuda de sus pacientes,
tratando de desentrañar los traumas y secretos guardados en su inconsciente, para
hacerlos aflorar y así poderlos sanar. Siendo así que debemos reconocer que muchos de
nuestros fracasos y sueños rotos tienen su causa última en nuestro Inconsciente. Y, ¿Qué
podemos hacer en éste caso? El autoconocimiento que promueve Dinámica del Amor
apunta también a nuestro Inconsciente, lo que podemos hacer encontrando los
patrones de fracaso y frustración que se repiten, en distintas formas, en nuestra vida y
hallando el vínculo o relación que puedan tener con nuestro pasado personal y/o
familiar. Y, siendo que no es una tarea fácil y que puede llevar mucho tiempo, mientras,
lo mejor que podemos hacer es llenar de amor nuestro pasado, en forma de gratitud a
la vida.
Siendo así que el Éxito Interior es la mejor base posible para el Éxito Exterior y, no al
revés, como suponen cuantos piensan que el logro de determinados objetivos les
aportará la felicidad que tanto anhelan. Y porque, como ya hemos explicado en el
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capítulo dedicado al sentido de la vida, el fin de nuestra misión y razón de ser es el
SUMMUM de Ser Uno Mismo para entregar lo Mejor de Uno Mismo a la comunidad
humana de la que formamos parte. Una aportación o legado que va más allá de
nosotros mismos y que equivale al nivel de Trascendencia, por encima del de
Realización o Autorrealización.
Culminando todo lo explicado hasta ahora, y que es sólo una introducción a Dinámica
del Amor, podemos referirnos a la Tríada de la Fortuna:
Centramiento – Alineamiento – Positivismo * Fortuna
La que se corresponde con la Tríada de Dinámica del Amor, Centramiento, Liberación,
Relaciones y Triunfo, que hemos expuesto en este documento
La base de la Triada incluye, no sólo Centramiento, sino también Liberación, como
preparación para las Relaciones en el Campo de Juego, en el que el éxito pasa por el
Alineamiento de la Vara de Poder y con las Reglas de Juego, así como uniendo o
alineando voluntades hacia un mismo objetivo, siguiendo los principios de la Tríada de
Relaciones Extern De manera muy resumida, podríamos decir que Dinámica del Amor
nos proporciona un mapa de conocimientos para la expansión del Sol de nuestra
Consciencia y herramientas de gestión emocional para que podamos mantener el
brillo del Sol Interior de nuestro corazón y estado de ánimo, por encima de la diversidad
de circunstancias y pruebas que debamos superar en el Campo de Juego de la vida.
Siendo conscientes de que siempre ganaremos, incluso cuando perdamos, si hemos
aprendido y sido capaces de mantener el brillo de nuestros dos soles. Por lo que nuestro
viaje por la vida es como el de los protagonistas de tantas novelas, películas y series en
las que se nos muestra la lucha entre las fuerzas de la luz y las de la oscuridad. Sólo que
esa épica no sucede en lugares imaginarios, como la Tierra Media del Señor de los
Anillos, ni en otros planetas, como en La Guerra de las Galaxias, sino en tu propio
interior. Y, como sucede con los protagonistas de esas historias, en la tuya saldrás
finalmente victorioso o victoriosa, si actúas con valentía, amor, sabiduría y fe en el
triunfo final, como se explica en Dinámica del Amor. Pues de esto va, precisamente,
nuestro viaje por la vida, de la expansión de nuestra Consciencia y la plenitud del amor
en nuestro corazón, guiados por los 5 Principios de Dinámica del Amor y por la práctica
de los 5 hábitos de salud emocional.
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En el campo de juego de la vida, siempre ganas, aunque pierdas, si aprendes y te
mantienes en la Rueda de la Luz.
Alcanza la Maestría, conociendo y alineando tu Ser con las Leyes Universales.
Practica las virtudes ASAC de Aceptación, Superación, Actitud y Consciencia y los 5
Hábitos de salud emocional.
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6 DINÁMICA DEL AMOR EN LA PRÁCTICA
Por otra parte, Dinámica del Amor se presenta como una psicología “en cuerpo y
alma”, desde una perspectiva muy amplia que abarca todas las dimensiones de
nuestro Ser, a nivel físico, emocional, mental y espiritual. Por lo que resulta
especialmente adecuada para todas aquellas personas que creemos en la existencia de
algún tipo de dimensión espiritual en nuestra existencia. Desde la percepción de que
somos mucho más que un cuerpo físico, con una bioquímica emocional y unas neuronas
que son origen de nuestro pensamiento. Y, aunque esto es cierto, a nuestro entender,
es sólo una parte de la realidad completa de nuestro Ser.
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A nivel terapéutico, como decíamos también al principio, Dinámica del Amor no tiene
por objetivo el tratamiento de patologías que puedan requerir la intervención de algún
especialista de la conducta, como psicólogos o psiquiatras. Sino sólo intervenir a nivel
preventivo, detectando y corrigiendo desequilibrios o problemas antes de que puedan
convertirse en trastornos o patologías más serios. A nivel diagnóstico, las propias
Tríadas son la base desde la que podremos valorar dónde se encuentran las carencias
que pueden ser causa de nuestros problemas o fracasos.
Una vez identificado el origen del problema de esa persona en su relación o relaciones
interpersonales, la intervención terapéutica consiste en facilitar conocimientos,
consejos y herramientas para la superación de ese problema o la corrección de la
carencia o desequilibrio que pueda estar en el origen del mismo. Para ello, y por cada
concepto clave de esas Tríadas, en Dinámica del Amor se facilitan:
Conocimientos, actitudes y acciones recomendables para cada caso.
Videos y audios con las visualizaciones y afirmaciones más adecuadas.
Las esencias minerales recomendadas para reforzar el proceso en cada caso.
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Lo anterior se completa y complementa con Webinars específicos para cada uno de
los principales temas a tratar, abiertos a todos cuantos quieran profundizar en su
conocimiento. En los mismos se podrán exponer casos reales que hayan sido tratados
con éxito, y para los que las personas estén dispuestas a dar su testimonio personal. O
bien otros bajo nombres ficticios, sin participación de la persona, pero con su permiso
para exponer el caso. De estos casos prácticos podrán aprender todos los asistentes al
webinar, adquiriendo conocimientos que quizás también les sirvan para ellos mismos.
Por otra parte, en los días previos al webinar, podrán enviar cuestiones y preguntas
sobre sus propios casos, que podrán ser respondidas durante el webinar. A las personas
se les pedirá que nos den también un nombre ficticio con el que nombrarlas.
Seleccionaremos, para ser respondidas, aquellas que consideremos más interesantes o
aleccionadoras para todos.
Quienes lo deseen, podrán también contactar con los profesionales invitados a los
Webinars para cada tema, obteniendo cita para consulta privada a través de la web de
Konconsciencia. De la misma manera, y a nivel más general, podrán igualmente obtener
apoyo profesional para su salud emocional mediante citas concertadas con
especialistas de Dinámica del Amor.
A nivel más general, el diagnóstico en Dinámica del Amor parte también de una
clasificación de los problemas individuales según la siguiente tríada:
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ignorancia, la que podemos superar mediante el conocimiento de nuestra naturaleza
humana e individual.
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incluyen los libros sobre la Cosmovisión del nuevo paradigma de la Consciencia,
Logosistémica como metodología para la adquisición de conocimientos y expansión de
nuestra Consciencia o éste mismo libro de introducción a Dinámica del Amor. A los que
se suman los vídeos y podcasts de Kon Visión, en los que os ofrecemos una nueva
perspectiva sobre los grandes temas que afectan a nuestras vidas y que están
empezando a configurar nuestro futuro.
Son Círculos de Progreso humano por los motivos que acabamos de exponer, así como,
también, de Prosperidad material, porque la historia nos demuestra cómo pequeños
grupos humanos, unidos por la confianza y el apoyo mutuo, que se construyen sobre
valores compartidos, han logrado siempre niveles de riqueza material muy superiores
a los del resto de la sociedad de su tiempo. Porque ambos objetivos son importantes,
pues son los dos polos de una misma realidad humana, física y anímica, material y
espiritual.
En unos tiempos en los que la polarización, la división y el conflicto social están cada
vez más extendidos en nuestro modelo de sociedad, los Círculos de Progreso humano
y Prosperidad material son más necesarios que nunca, tanto para encontrar espacios
de convivencia y desarrollo humano, como para mostrar cómo es posible que personas
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de muy distintas creencias y convicciones, políticas, religiosas o de cualquier otro tipo,
puedan convivir en paz y apoyarse mutuamente, unidas por el nexo común de la bondad
y el amor en el corazón. Para lograrlo, es importante que seamos capaces de superar las
principales causas que destruyen los vínculos de unión en el seno de los grupos
humanos, como la crítica destructiva o la mentira. Por lo que se propone que los grupos
se guíen y organicen siguiendo unos sencillos Principios de Convivencia.
PRINCIPIOS DE CONVIVENCIA
Procuraremos evitar los temas que puedan herir sensibilidades y generar conflicto
entre los miembros del círculo, procurando reforzar nuestros vínculos fijándonos
siempre en lo que nos une por encima de lo que nos separa.
La opinión sobre los demás debe ser siempre expuesta primero al interesado, desde
el máximo respeto y humildad de quién sabe que puede estar equivocado, y con el
único propósito de poder contribuir a su mejora personal.
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A quienes quieran crear uno de éstos Círculos desde Konconsciencia les haremos llegar
indicaciones para su puesta en marcha y crecimiento.
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