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RESEÑA HISTORIA DE GRECIA

La historia de Grecia es una de las más tempranamente documentadas y


estudiadas. Existen fuentes escritas desde el II milenio a. C. El país que
actualmente se denomina Grecia se conocía antiguamente como Hélade, pero
políticamente estaba fragmentado en numerosas polis o que antiguamente se
llamaban ciudades estado independientes entre sí, que unas veces se aliaban y
otras se enfrentaban en guerras sangrientas.
La civilización griega tuvo un fuerte desarrollo en el campo filosófico. Se le suele
considerar la «cuna de la civilización occidental», ya que sus grandes
pensadores fueron los que desarrollaron los primeros conceptos de la filosofía
entre los que estaba la concepción de la física del átomo (sin división) y su arte,
sencillo, se caracterizó por la construcción de templos con grandes pilares y
techos a dos aguas; en la música destacaron sus danzas folclóricas y sus cantos
se ejecutaban todos los días en todas sus actividades.

Desde el Paleolítico se atestigua la presencia del hombre en Grecia (3200 a. C. a


2000 a. C.), y en Asia Menor.
En la isla de Creta se desarrolló la primera civilización avanzada,
la cretense o minoica. Durante su época de mayor esplendor (período Minoico
Medio, hacia 1950 a. C. a 1550 a. C.), se construyeron los palacios
de Cnosos, Festos y Hagia Triada. Por otro lado, los aqueos o protohelenos se
establecieron en la Argólida, donde construyeron las fortalezas
de Tirinto y Micenas, de la que derivó el nombre micénica que se da a su elevada
civilización, asimiladora de la cultura minoica. Hacia el 1550 a. C. comenzó un
período de apogeo a ambos lados del mar Egeo, que culminó con la conquista
de Creta. A comienzos del siglo XII a. C., los dorios irrumpieron en la Grecia
continental. En consecuencia, los aqueos emigraron al Peloponeso;
los jonios al Ática, a Eubea y a las Cícladas, los eolios, Tesalia y a Beocia. Además,
esa invasión incrementó el proceso de emigración de colonos griegos hacia el
litoral de Asia Menor y provocó la fragmentación de Grecia en ciudades-estado
(polis).

Helenización de Grecia

La evidencia lingüística muestra que antes del IV milenio a. C., Grecia y los


alrededores estuvieron habitados por pueblos que hablaban lenguas no-
indoeuropeas. No se conoce con precisión cuándo llegaron los hablantes
de lenguas griegas a Grecia, pero se estima que pudo ocurrir hacia el 2000 a. C.
Esto sugiere que las primeras civilizaciones atestiguadas en territorio griego, la
cicládica, la egea y la minoica fueron creadas por pueblos que estaban
etnolingüísticamente emparentados con los griegos. En cambio en el período
micénico la lengua dominante de la mayor parte de áreas, parece haber sido
una forma de griego, el griego micénico o formas de griego relacionadas con él.

Lugares y pueblos

La civilización griega se extendió hasta las islas del Egeo, la costa oriental del
mar Egeo, las costas meridionales en torno a los mares Adriático y Tirreno, y
muchas zonas costeras alrededor de toda la cuenca mediterránea.
Posteriormente, con las conquistas de Alejandro Magno, se extenderían hacia
el Oriente.
CRISTIANISMO

El cristianismo (del latín christianismus, y este del griego χριστιανισμός) es


una religión abrahámica monoteísta basada en la vida y enseñanzas de Jesús de
Nazaret. Es la religión más extensa del mundo con un número estimado de 2400
millones de seguidores, siendo el catolicismo la confesión cristiana con más fieles (1360
millones).

Es una religión diversa tanto cultural como doctrinalmente. Sus principales ramas son
el catolicismo, el protestantismo y la ortodoxia. Sus adherentes, llamados cristianos,
comparten la creencia de que Jesús de Nazaret es el Hijo de Dios y el Mesías (en
griego, Cristo) profetizado en el Antiguo Testamento y que sufrió, fue crucificado,
descendió al infierno y resucitó de entre los muertos para la salvación de la
humanidad.

Surgió del judaísmo a mediados del siglo i d. C. en la provincia romana de Judea. En sus
primeras décadas, el cristianismo era considerado por algunos como una doctrina
sectaria de las tradiciones judías ortodoxas. Los primeros líderes de las comunidades
cristianas fueron los apóstoles y sus sucesores los padres apostólicos. Este cristianismo
primitivo se extendió, pese a ser una religión minoritaria y perseguida, por Judea, Siria,
Europa, Anatolia, Mesopotamia, Transcaucasia, Egipto y Etiopía. Durante estos
primeros siglos, los Padres de la Iglesia gradualmente consolidaron las doctrinas del
cristianismo y elaboraron el canon del Nuevo Testamento.

Algunos de los escritos sagrados cristianos son compartidos con el judaísmo. El Tanaj
constituye, junto con la Biblia griega —más antigua que el Tanaj en su forma actual—,
la base y la fuente para el Antiguo Testamento de las diferentes biblias cristianas. Por
este motivo, el cristianismo es considerado una religión abrahámica, junto con el
judaísmo y con el islam.

En el año 301, el reino de Armenia, bajo el reinado de Tiridates III, se convirtió en el


primer estado en oficializar el ccristianismo. En el año 311, se decretó el Edicto de
Tolerancia de Nicomedia, que da fin a la persecución contra los cristianos en el Imperio
romano. Dos años después, en el año 313, los emperadores Licinio y Constantino I
reconocieron la libertad de cultos y legalizaron el cristianismo mediante el Edicto de
Milán; luego de lo cual se formuló el credo niceno. En el año 380, el emperador
Teodosio I convirtió al cristianismo en la religión oficial del Imperio roroman,
convirtiendo al Imperio en un estado confesional y teocrático. Desde entonces, el
cristianismo ha sido, en sus diferentes ramas, la religión dominante en el continente
europeo y ha influido de manera significativa en la cultura occidental y en muchas
otras.
La Iglesia de los primeros concilios ecuménicos se conoce frecuentemente como la
«Gran Iglesia», porque la Iglesia católica, la Iglesia ortodoxa y las Iglesias ortodoxas
orientales estaban en plena ccomunión. Debido a disputas cristológicas, la Iglesia del
Oriente se separó luego del Concilio de Éfeso (431) y las Iglesias ortodoxas orientales
se separaron tras el Concilio de Calcedonia (451). La Iglesia católica y la Iglesia
ortodoxa se separaron en el “gran cisma” de 1054, en parte por diferencias acerca de
la autoridad del papa de Roma. El protestantismo, aunque es en realidad un conjunto
de denominaciones, aparece por primera vez durante la Reforma protestante del siglo
xvi, por lo que percibían como importantes desviaciones teológicas y eclesiológicas de
la Iglesia católica. Como respuesta a la Reforma protestante, la Iglesia católica celebró
el Concilio de Trento (1545-1563) e impulsó la Contrarreforma. Con el descubrimiento
de América y la expansión europea el cristianismo se extendió por América y otras
partes del mundo.
EDAD MEDIA

La Edad Media, Medievo o Medioevo es el período histórico de la civilización


occidental comprendido entre los siglos v y xv. Convencionalmente, su inicio se sitúa
en el año 476 con la caída del Imperio romano de Occidente y su fin en 1492 con el
descubrimiento de América, o en 1453 con la caída del Imperio bizantino, fecha que
tiene la singularidad de coincidir con la invención de la imprenta —publicación de la
Biblia de Gutenberg— y con el fin de la guerra de los Cien Años.
A día de hoy, los historiadores del período prefieren matizar esta ruptura entre
Antigüedad y Edad Media de manera que entre los siglos iii y viii se suele hablar de
Antigüedad Tardía, que habría sido una gran etapa de transición en todos los ámbitos:
en lo económico, para la sustitución del modo de producción esclavista por el modo de
producción feudal; en lo social, para la desaparición del concepto de ciudadanía
romana y la definición de los estamentos medievales, en lo político para la
descomposición de las estructuras centralizadas del Imperio romano que dio paso a
una dispersión del poder; y en lo ideológico y cultural para la absorción y sustitución
de la cultura clásica por las teocéntricas culturas cristiana o islámica (cada una en su
espacio).

Suele dividirse en dos grandes períodos: Temprana o Alta Edad Media (ss. V-x, sin una
clara diferenciación con la Antigüedad Tardía); y Baja Edad Media (ss. Xi-xv), que a su
vez puede dividirse en un periodo de plenitud, la Plena Edad Media (ss. Xi-xiii), y los
dos últimos siglos que presenciaron la crisis del siglo xiv.

Aunque hay algunos ejemplos de utilización previa, El concepto de Edad Media nació
como la segunda edad de la división tradicional del tiempo histórico debida a Cristóbal
Cellarius (Historia Medii Aevi a temporibus Constantini Magni ad Constaninopolim a
Turcis captam deducta, Jena, 1688) quien la consideraba un tiempo intermedio, sin
apenas valor por sí mismo, entre la Edad Antigua identificada con el arte y la cultura de
la civilización grecorromana de la Antigüedad clásica y la renovación cultural de la Edad
Moderna —en la que él se sitúa— que comienza con el Renacimiento y el Humanismo.
La popularización de este esquema ha perpetuado un preconcepto erróneo: el de
considerar a la Edad Media como una época oscura, sumida en el retroceso intelectual
y cultural, y un aletargamiento social y económico secular (que a su vez se asocia con
el feudalismo en sus rasgos más oscurantistas, tal como se definió por los
revolucionarios que combatieron el Antiguo Régimen). Sería un periodo dominado por
el aislamiento, la ignorancia, la teocracia, la superstición y el miedo milenarista
alimentado por la inseguridad endémica, la violencia y la brutalidad de guerras e
invasiones constantes y epidemias apocalípticas.
Sin embargo, en este largo período de mil años hubo todo tipo de hechos y procesos
muy diferentes entre sí, diferenciados temporal y geográficamente, respondiendo
tanto a influencias mutuas con otras civilizaciones y espacios como a dinámicas
internas. Muchos de ellos tuvieron una gran proyección hacia el futuro, entre otros los
que sentaron las bases del desarrollo de la posterior expansión europea, y el desarrollo
de los agentes sociales que desarrollaron una sociedad estamental de base
predominantemente rural pero que presenció el nacimiento de una incipiente vida
urbana y una burguesía que con el tiempo desarrollarán el capitalismo. Lejos de ser
una época inmovilista, la Edad Media, que había comenzado con migraciones de
pueblos enteros, y continuado con grandes procesos repobladores (Repoblación en la
península ibérica, Ostsiedlung en Europa Oriental) vio cómo en sus últimos siglos los
antiguos caminos (muchos de ellos vías romanas decaídas) se reparaban y
modernizaban con airosos puentes, y se llenaban de toda clase de viajeros (guerreros,
peregrinos, mercaderes, estudiantes, goliardos, etc.) encarnando la metáfora espiritual
de la vida como un viaje (homo viator).

También surgieron en la Edad Media formas políticas nuevas, que van desde el califato
islámico a los poderes universales de la cristiandad latina (Pontificado e Imperio) o el
Imperio bizantino y los reinos eslavos integrados en la cristiandad oriental
(aculturación y evangelización de Cirilo y Metodio); y en menor escala, todo tipo de
ciudades estado, desde las pequeñas ciudades episcopales alemanas hasta repúblicas
que mantuvieron imperios marítimos como Venecia; dejando en la mitad de la escala a
la que tuvo mayor proyección futura: las monarquías feudales, que transformadas en
monarquías autoritarias prefiguran el estado moderno.

De hecho, todos los conceptos asociados a lo que se ha venido en llamar modernidad


aparecen en la Edad Media, en sus aspectos intelectuales con la misma crisis de la
escolástica. Ninguno de ellos sería entendible sin el propio feudalismo, se entienda
este como modo de producción (basado en las relaciones sociales de producción en
torno a la tierra del feudo) o como sistema político (basado en las relaciones
personales de poder en torno a la institución del vasallaje), según las distintas
interpretaciones historiográficas.
El choque de civilizaciones entre cristianismo e islamismo, manifestado en la ruptura
de la unidad del Mediterráneo (hito fundamental de la época, según Henri Pirenne, en
su clásico Mahoma y Carlomagno), la Reconquista española y las Cruzadas; tuvo
también su parte de fértil intercambio cultural (escuela de Traductores de Toledo,
Escuela Médica Salernitana) que amplió los horizontes intelectuales de Europa, hasta
entonces limitada a los restos de la cultura clásica salvados por el monacato
altomedieval y adaptados al cristianismo.
ESTADOS DE INTELIGENCIA

La inteligencia se ha definido de muchas maneras, incluyendo: la capacidad de lógica,


comprensión, autoconciencia, aprendizaje, conocimiento emocional, razonamiento,
planificación, creatividad, pensamiento crítico y resolución de problemas. En términos
más generales, se puede describir como la capacidad de percibir o inferir información,
y retenerla como conocimiento para aplicarlo a comportamientos adaptativos dentro
de un entorno o contexto.
La inteligencia se estudia con mayor frecuencia en humanos y evoluciona y cambia con
la edad. Los niños, jóvenes y adultos tienen su propia escala de inteligencia, en cuanto
a los mayores, se habla de deterioro de sus escalas cognitivas.
La escala típica para medir la inteligencia es la prueba de Weschler: WAIS para adultos;
WISC para jóvenes y WPPSI para preescolares.
Algunas pruebas del WAIS para adultos son las pruebas de cubos que miden la
capacidad manipulativa e inteligencia general, la prueba de semejanzas que miden la
capacidad de abstracción desde un nivel concreto a uno más abstracto, prueba de
vocabulario, etc.
Por lo tanto, los índices del WAIS comprenden la comprensión verbal, el razonamiento
perceptual, la memoria de trabajo y la velocidad de procesamiento.
Globalmente, podemos entender la inteligencia como una capacidad mental (como la
creatividad por ejemplo) que puede ser entendida de manera diferente, aun estando
las diversas concepciones conectadas entre ellas.
Por un lado, la inteligencia Natural o inteligencia A, es una disposición biológica e
innata del individuo que constituiría el núcleo básico de la inteligencia.
Por otro lado, la inteligencia Social o inteligencia B, cotidiana, observable a partir del
comportamiento.
Finalmente, la tercera concepción haría referencia a una inteligencia Psicométrica o
inteligencia C, investigada a partir de su evaluación con test psicológicos. A esta
medida se le llama CI, se trata de un estimador parcial de la capacidad.

Por lo tanto, podemos visualizar la inteligencia Natural (A) y la Psicométrica (C) como
componentes de la inteligencia Práctica o B, siendo l’A la base disposicional y siendo la
C la operativización en términos de rendimiento.

Capacidades, aptitudes y habilidades


Dada la generalidad del concepto inteligencia es conveniente familiarizarse con
términos como capacidad, aptitud, habilidad, destreza.

La capacidad es un concepto genérico que designa la potencialidad para realizar una


conducta en términos de eficacia y nivel de ejecución. La capacidad y aptitud son
conceptos similares, disposiciones en alguna medida innatas, las cuales ejecutan un
comportamiento adaptativo. La aptitud tiene un significado más específico.

Habilidad y destreza son conocimientos prácticos y técnicos adquiridos mediante el


aprendizaje, el entrenamiento y la práctica. Cuando estos se han centrado en materias
o tascas muy específicas, se dice que han desarrollado una competencia específica, o
que una persona es competente en un área determinada. Es evaluada en términos de
rendimiento o ejecución.

El rendimiento es una determinada tarea que se verá mediatizada tanto por la


disposición innata (capacidad) como por los grados de destreza en la materia. El
rendimiento y la ejecución son el nivel de obtención de resultados (aciertos) en una
tarea.
VOLUNTAD

La voluntad es la actitud de decidir y ordenar la propia conducta. Propiedad que se


expresa de forma consciente en el ser humano, para realizar algo con intención de un
resultado.

El racionalismo postergó el concepto de voluntad, que hasta Kant no vuelve a


cobrar prestigio. En la filosofía contemporánea se presenta como valor
fundamental como un apetito intelectual, o la capacidad de decisión propia a
un ser dotado de inteligencia y capaz de auto determinarse a sí mismo desde
las ideas. La voluntad es la potencia del ser humano, que le mueve a hacer o no
hacer una cosa. La función de la voluntad es un aspecto de la llamada vida de
tendencia, o sea, de la aptitud general para reaccionar ante los estímulos
externos o internos, pero se diferencia de las demás actividades propias de la
vida de tendencia en que la voluntad involucra la representación intelectual del
objeto y es deliberada, si bien obra a base de hábitos, instintos, etc.
Platón considera que las elecciones concretas de los hombres son
responsabilidad de cada uno, es decir, dependen de la propia voluntad. Por su
parte, Aristóteles distingue entre actos involuntarios (realizados por ignorancia o
bajo una fuerza externa que nos mueve sin que lo queramos) y voluntarios
(escogidos con conocimiento de causa y sin constricción exterior).
Arthur Schopenhauer, en su obra más importante, El mundo como voluntad y
representación, entiende que la voluntad es la realidad última (la kantiana «cosa
en sí») subyacente al mundo de la percepción sensible (intuición empírica).
Jean-Jacques Rousseau utiliza el concepto de voluntad general en El Contrato Social.
Hasta entonces el bien común, interpretado por el gobernante, había sido la guía
de actuación en cualquier sistema político. Incluso en la monarquía absoluta,
la voluntad del rey era la ley, sólo sujeta al juicio de Dios. La voluntad general sigue
siendo un concepto fundamental para entender la toma de
decisiones en democracia.
En el antiguo Oriente, se creía que la Voluntad era la parte superior del Hombre.
Esta parte practicada por el Hombre es lo que nos acerca más a Dios, por lo que
alcanzar este grado de espiritualidad no es sencillo. Implica que tenemos que
iniciarnos en el camino de la sabiduría o del autoconocimiento. Camino que es
abrupto e intenso, muy difícil de transitar, ya que el hombre que alcance a
practicar y desarrollar su Voluntad , tiene que convertirse en un ser digno para
hacerse acreedor a tan alto atributo. Este es otro aspecto de la Voluntad, que al
aplicarla nos debe conducir hacia lo positivo, a la luminosidad, a lo que sea
bueno para nuestro espíritu.

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