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La economía de Venezuela está orientada a las exportaciones de materias primas.

La principal actividad económica de Venezuela es la explotación y refinación del


petróleo para la exportación, la extracción y refinación está a cargo la empresa
estatal Petróleos de Venezuela.
Con el pasar del tiempo, en nuestro País se ha ido implementando vías alternas
para que la economía fluya a favor, esto desde el momento en que se concibió un
nuevo modelo de Estado en nuestro País, como lo es el Proyecto Socialista,
consagrado en nuestra Carta Magna de 1999.

Con el gobierno que inicia en Venezuela en 1999, se crean instrumentos legales y


surgen instituciones que le dan relevancia al sector de la economía social,
conformado por cooperativas, ONG´s, y microempresas. el gobierno presenta un
mayor interés en la integración de lo económico y lo social, apoyando estrategias
productivas solidarias y creando nuevas instituciones para la promoción de la
economía social, entre las que se encuentran las siguientes: Instituto Autónomo
Fondo Único Social (IAFUS), Banco del Pueblo Soberano (BPS), Fondo de
Desarrollo Microfinanciero (FONDEMI), Banco de Desarrollo de la Mujer
(BANMUJER) y el Banco de Desarrollo Económico y Social (BANDES).

Con la Ley de Microfinanzas, se crea el Sistema Microfinanciero, del cual forman


parte el BPS, BANMUJER y FONDEMI; este último constituido, según la
mencionada ley, en el órgano rector. El Banco del Pueblo representa la primera
experiencia y organización del sector de las microfinanzas creada por el
mencionado gobierno; de igual forma BANMUJER se constituye en la primera
banca social de género en Venezuela.

Se crea el IAFUS como ente concentrador de recursos; a la vez que el BANDES


se constituye en una banca que fomenta el sector de las microfinanzas y grandes
proyectos industriales, orientado formalmente hacia el desarrollo sustentable del
país.

Adicionalmente, surge una instancia de coordinación, el Ministro de Estado para el


Desarrollo de la Economía Social (MEDES), sustituido por el Ministerio de
Economía Popular (MINEP), actual ente rector de la economía social en
Venezuela.

En otras palabras, se produce un nuevo modelo económico para impulsar la


economía y lograr un desarrollo endógeno, a través de la economía social, a
objeto de no continuar dependiendo solo del Petróleo.

Frente a la crisis económica más pronunciada que ha visto la historia de


Venezuela, se ha consolidado cierto consenso entre economistas sobre las
políticas que nos han traído hasta acá. Por ejemplo, hay consenso acerca de
cómo el masivo financiamiento monetario del déficit fiscal por parte de un banco
central capturado por el ejecutivo llevó a la primera hiperinflación del continente
durante el siglo XXI. También existe consenso sobre cómo el uso de PDVSA como
plataforma clientelar del partido de gobierno la llevó a una situación de default
tanto comercial como financiero, al haber comprometido su capacidad productiva y
exportadora.
Si bien el turbio acontecer político actual dificulta la planificación a mediano plazo,
un eventual cambio de rumbo pasa por transformar los consensos acerca del
diagnóstico en consensos acerca de las soluciones. Un punto relativamente
áspero en las discusiones entre economistas trata sobre la necesidad de
diversificar la economía. Hay quienes argumentan que el país debe especializarse
en lo petrolero, ya que los esfuerzos dirigidos a «sembrar el petróleo» en el
pasado terminaron creando espacios para la extracción de rentas y, a futuro, lo
mejor sería no invertir atención ni recursos públicos en iniciativas que busquen el
desarrollo de otros sectores de la economía de manera proactiva.

La necesidad de diversificarnos

El sector petrolero, aún en su estado actual de deterioro extremo, representa


cerca del 95% de nuestras exportaciones. Supongamos que la situación del sector
petrolero empieza a mejorar: en un escenario optimista en el que la producción
petrolera se eleva progresivamente hasta 6 millones b/d en el 2023, asumiendo el
nivel de precios promedio de 2017 y suponiendo que el consumo interno de
hidrocarburos por venezolano se mantiene estable, las exportaciones petroleras
per cápita ascenderían hasta unos 2.700 USD anuales. Esto representaría, dentro
de 6 años, cerca del 25% del ingreso actual de exportaciones por habitante de
Trinidad y Tobago. O puesto de otra manera, después de unos 45 años,
alcanzaríamos exportaciones por venezolano apenas superiores a la mitad del
máximo histórico alcanzado por el país hacia finales de los años 70.
El punto es claro: el petróleo, incluso bien manejado, le queda pequeño a una
Venezuela de más de 30 millones de habitantes. El mito de ser ricos porque
tenemos petróleo no solo es incorrecto, sino que también es dañino en la medida
en que desvíe nuestra atención del reto adaptativo fundamental que tenemos
como sociedad: superar la dependencia y el rentismo petrolero.
No podemos aspirar a que el petróleo, por sí solo, nos lleve a un nivel de
desarrollo deseable. Existe una amplia literatura sobre los efectos negativos que la
dependencia de actividades extractivas produce sobre distintas sociedades. Esta
literatura concluye que, por distintos mecanismos económicos e institucionales, la
dependencia de actividades extractivas representa un obstáculo al desarrollo. Por
el contrario, la diversificación productiva conduce a procesos de crecimiento
económico más estables, pronunciados y dinámicos,  a la generación de empleo
de alta calidad y a la aceleración de la innovación tecnológica. La necesidad de
diversificar se ha hecho cada vez más evidente para países con estructuras
productivas similares a la nuestra, como Arabia Saudita y Trinidad y Tobago, así
como otros países extractivos de Latinoamérica, los cuales se encuentran
avanzando agendas tremendamente ambiciosas de desarrollo productivo.

¿Cómo ocurre el proceso de diversificación?

Si coincidimos con que necesitamos diversificarnos, se hace valioso caracterizar el


proceso de diversificación económica para así entender los obstáculos y
oportunidades potenciales que enfrentaría Venezuela al asumir este proceso.
Las capacidades e insumos productivos necesarios para el desarrollo de una
actividad económica son difíciles de acoplar en lugares donde no está presente.
Pensemos, por ejemplo, en el conocimiento productivo necesario para una
actividad: éste no es fácil de transmitir de manera impersonal a través de códigos.
La máxima de que «la práctica hace al maestro» sugiere que:
1) hay un maestro,
2) hay práctica y
3) el conocimiento se encuentra tácito en quienes han practicado.
Pero en un pueblo donde no se producen relojes, nadie puede practicar y
convertirse en maestro relojero, y sin maestros relojeros, no se producen relojes.
Este ejemplo sencillo subraya el problema de coordinación entre insumos y
productos que previene que sectores potencialmente competitivos no logren
desarrollarse: si no hay demanda por insumos, nadie los va a ofrecer, pero si
nadie los ofrece, los sectores que podrían demandarlos optarán por ubicarse en
otro lugar.
Por esta razón, los agentes que buscan innovar y diversificar no lo hacen de
manera aleatoria. Acoplar las capacidades necesarias para desarrollar una
actividad nueva se hace más fácil si se cuenta de antemano con una parte
importante de sus requisitos, y este va tender a ser el caso si ya se encuentran
presentes otros sectores que requieren insumos similares.
Por esta razón, la diversificación tiende a orientarse hacia sectores que comparten
insumos y capacidades productivas con los sectores ya presentes. Partiendo del
ejemplo anterior, esto quiere decir que será más fácil «desarrollar» la capacidad
de fabricar relojes en aquellos pueblos donde haya buena cristalería,
procesamiento de cuero, manufactura de equipos electrónicos u otros sectores de
alta «similitud tecnológica» con la relojería.
El concepto de similitud tecnológica es fundamental para el estudio de los
procesos de diversificación productiva. Para mostrar que sectores tienden a utilizar
insumos similares, los economistas han optado por representar el conjunto de
actividades económicas como una red interconectada, donde sectores «similares»
tienden a agruparse en «clusters».
La primera de estas mediciones fue el espacio de productos, el cual muestra
semejanzas entre sectores exportables a partir de su tendencia a ser exportados
desde los mismos países (coexportación). Este enfoque usa una medida de
similitud tecnológica «implícita» entre sectores, ya que se intuye que productos
que tienden a exportarse desde los mismos países deben utilizar capacidades
productivas relativamente similares en comparación a productos de orígenes
distintos. Hausmann e Hidalgo (2007) muestran que los países tienden a
diversificarse hacia productos «tecnológicamente cercanos» a los productos que el
país ya exporta de manera competitiva.
Estudios posteriores han buscado medir las proximidades tecnológicas entre
sectores económicos de manera explícita, utilizando datos de diversa índole para
medir cuán similares son distintos sectores en el uso del capital
humano, tecnologías productivas y patentes, similitud de insumos y clientes,
similitud en requisitos de instituciones e infraestructura, etc. (Bahar y Stein, 2017;
Neffke, 2013).
En cualquier caso, estos estudios confirman que la probabilidad de que una
economía se diversifique hacia una nueva actividad se asocia positivamente con la
cercanía tecnológica entre esta y su base productiva previa. Es por ello que países
con economías más diversas, y con presencia en áreas «bien conectadas» o
«centrales» del espacio de productos, tienen un mayor potencial de diversificación
que países que se especializan en sectores «periféricos» del espacio de
productos. En este sentido, el espacio de productos nos permite evaluar qué tan
difícil sería para distintos países poder diversificarse hacia nuevos productos y qué
tan «bien conectados» están los productos adyacentes a su base productiva
actual.

Venezuela en el espacio de productos internacionales

Basados en este enfoque, podemos comenzar a discutir sobre las aspiraciones


productivas del país y sus distintas regiones de una manera objetiva y basada en
evidencia.
Para muchos, la ubicación de Venezuela en el espacio de productos se dificulta
para una diversificación orgánica de la economía. Nuestra dependencia de
sectores extractivos en general, y del petróleo crudo en particular, nos ubica en
una periferia mayormente desconectada del espacio de productos, y eso
representa un impedimento para el descubrimiento de nuevas capacidades.

Dada la actual estructura productiva, los sectores agregados más cercanos y


estratégicos desde esta perspectiva (mejor conectados a los productos que ya
producimos) serían los de materias primas como el gas, carbón y otros minerales,
pescado, tabaco, entre otros. Todos los sectores relativamente cercanos están
caracterizados por un muy bajo nivel de complejidad económica y una ubicación
periférica en el espacio de productos.
Esta situación pinta un panorama complicado para las posibilidades de
diversificación orgánica de la economía venezolana. Los estudios del Prof. Ricardo
Hausmann sugieren que países que se encuentran muy desconectados en el
espacio de productos y cuentan con bases productivas relativamente simples para
su nivel de desarrollo requieren de políticas de desarrollo productivo basadas
en «apuestas estratégicas» para estimular la aparición de sectores que dinamicen
el proceso de innovación y diversificación. Venezuela es un caso ejemplar de
países en esa situación.

Distintas oportunidades de diversificación dentro del país:

Aún sin entrar en una discusión sobre diseños institucionales y políticas


específicas, se hace difícil imaginar a priori cómo establecer tales «apuestas
estratégicas» sin partir de un sentido de oportunidad anclado en capacidades
presentes en -o disponibles para- el país.
Al mismo tiempo, al agregar el estudio a nivel nacional, perdemos de vista la
manera en que las particularidades económicas de distintas zonas del país
pueden justificar desarrollos paralelos en direcciones diferentes. La idea de
diversificar las apuestas basándonos en las diferencias económicas entre regiones
del país pasa por estudiar primero si tales diferencias explican el proceso de
diversificación a lo interno del país.

La Venezuela de hoy con su potencialidades Locales y Regionales

En Venezuela se han diseñado políticas y estrategias de desarrollo regional y local


que, mediante un conjunto de instrumentos socios territoriales adaptados a la
realidad del país, han pretendido hacer más competitivos los espacios locales.
Las potencialidades regionales son los capitales y recursos que permiten el
desarrollo económico del país.
Venezuela es un país que está conformada por nueve (9) regiones como lo son:
La Región Capital,
Región Central,
Región de los Llanos,
Región –Occidental,
Región Zuliana,
Región de los Andes,
Región Nor –Oriental,
Región de Guayana,
Región Insular.
La Región Capital está conformada por el distrito Capital, el Estado Cargas y el
Estado Miranda y sus principales potencialidades son:
En el Distrito Capital se ve la Comercialización, la Industrialización y el Turismo.
Mientras que en el Estado Vargas se encuentra el Puerto de la Guaira y el
Aeropuerto Internacional de Maiquetía “Simón Bolívar” como también se ve el
turismo y la pesca.
En el Estado Miranda se ve la pesca, el turismo, la agricultura, los cultivos de
cacao, el cultivo de flores y hortalizas y la cría de porcinos.

La Región Central está constituida por los estados Cojedes, Aragua y Carabobo.
El Estado Cojedes se basa en la ganadería y en el cultivo de arroz sorgo y ajonjolí.
Los Estados Aragua y Carabobo se caracterizan por su actividad industrial, la
economía petrolera, Puerto Cabello como principal puerto nacional vincula a la
región a una economía industrial con tecnología importada.

Región los Llanos: los estados que la constituyen son Guárico y Apure.
En estos estados se ve la producción de Arroz, sorgo, Maíz, la minería, el cultivo
de tabaco, algodón, la cría de bovinos y porcinos.

Región Centro-Occidental: esta región la constituyen los estados Lara, Falcón,


Yaracuy y Portuguesa.
En el estado Lara se da la agricultura (cebolla, papa, caña de azúcar y el maíz) la
avicultura, la ganadería, la artesanía y el turismo.
En el Estado Falcón se ve la agricultura, el turismo y refinerías de petróleo.
Estado Yaracuy
La actividad económica predominante es la agricultura. En el sector agrícola
vegetal se destacan rubros como el maíz, el cambur, la caraota, la caña de
azúcar, el café, el sorgo, el plátano, el aguacate, la naranja y otras frutas. En el
sector pecuario sobresalen la ganadería de bovinos, porcinos y aves. Los recursos
forestales son algarrobo, bucare, cedro, jabillo, mijao, roble, samán.
Recursos minerales: antimonio, arcillas, arenas, caliza, cobre, gravas, dolomita,
mármol, oro, pirita, plata, plomo, titanio, yeso.
Estado Portuguesa
La principal actividad económica de Portuguesa es la agricultura, La producción de
arroz, café‚ maíz, ajonjolí, sorgo, caraotas, caña de azúcar, algodón; la explotación
maderera y la producción animal, principalmente la ganadería, aunadas a la
actividad turística y recientemente a la explotación petrolera, constituyen las
principales fuentes de ingresos económicos del estado.
Industrias como la azucarera, plantas beneficiadoras de arroz y un gran número
de aserraderos, Cría Avícola, bovino y porcino.

Región Zuliana
Esta región se caracteriza por su potencialidad petrolera, gas, petroquímica,
carbón y otras actividades económicas como agricultura, actividad agropecuaria,
leche, carne, queso, caña de azúcar y coco, comercio, artesanía e industria.

Región de los Andes


Esta región se conforma con los estados Táchira, Mérida, Trujillo y Barinas.
Táchira es un estado venezolano con potencialidades productivas en los sectores
agropecuario, industrial, comercial, y turístico, así como en los sectores avícola,
piscícola y minero.
El Desarrollo Local puede ser definido como un proceso por el que se organiza el
futuro de un territorio, como resultado de la planeación llevada a cabo por los
diferentes agentes locales que intervienen en el proceso, con el fin de aprovechar
los recursos humanos y materiales de un determinado territorio, manteniendo una
negociación o dialogo con los agentes económicos, sociales y políticos del mismo.

La Región de Guayana
Es una zona con innumerables recursos minerales, siendo la región por excelencia
en cuanto a la explotación de dichos recursos se refiere. Sus reservas en hierro,
aluminio, bauxita, diamante, manganeso, oro, bario, entre otros, convierten a
Guayana en una zona con un potencial que debe ser aprovechado .
Su gran potencial hidroeléctrico, tiene riqueza minera: es decir abundancia de
minerales de hierro y bauxita, se ha instalado una de las principales industrias
pesadas de América latina. Otros minerales importantes de la región son el níquel,
manganeso, uranio, coltán y mercurio.

Región Nor-Oriental
Su principal actividad es la pesca, pero también la agricultura y la explotación
petrolera. También tenemos la actividad agrícola, los principales rubros son: maní,
maíz, algodón, caña, sorgo, café, cacao, cambur, raíces y tubérculos.
La actividad ganadera Destacan el ganado bobino, porcinos y aves.

En Venezuela es necesario desarrollar y mantener el poderío económico de la


Nación, en base al aprovechamiento óptimo de las potencialidades que ofrecen
nuestros recursos para la generación de la máxima suprema felicidad de nuestro
pueblo, que se traduce en potenciar las misiones sociales, dichos programas
impulsado por el gobierno bolivariano, con el fin de supremo de reducir la brecha
de la pobreza extrema y el fin sagrado de mejorar exponencialmente la calidad de
vida de los venezolanos, así como de las bases materiales para la construcción de
nuestro socialismo bolivariano.
El Desarrollo implica la búsqueda del bienestar social y la mejora de la calidad de
vida de la Comunidad Local y concierne a múltiples factores, tanto públicos como
privados que deben movilizar los numerosos factores, para responder a la
estrategia de Desarrollo previamente consensuada.

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