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HISTORIA DEL COREDRO CANDARAVEÑO

El ganado ovino es la especie de carne más antigua de los animales domesticados por
el ser humano.
Se llama carnero al macho de la oveja y cordero o borrego a las crías y todos ellos
conforman el ganado ovino. Estos animales son criados por el hombre para su
completo aprovechamiento, dado que los mismos son grandes productores de leche y
carne, pero aún más por su buena producción de lana para la confección de tela, el
cordero es una oveja menor de un año de edad. Muchos son traídos al comercio de 6 a
8 meses de vida.
El cordero ha sido criado por los humanos en el Medio Oriente comenzando desde
hace 9,000 años atrás. algunos historiadores fijan la fecha en el once mil antes de
Cristo en Irak. Sin embargo, aún deberíamos esperar varios siglos para poder disfrutar
de la carne de cordero en España y mucho mas en el Perú.
Los hebreos, originalmente un pueblo nómada, tenían gran aprecio por el cordero por
su aprovechamiento de la carne, la lana y la piel. El cordero es considerado animal
puro (casher) y se puede comer en la religión judía. En el Antiguo Testamento existen
referencias a sacrificios religiosos de los judíos con corderos sin tara en grandes fiestas
como el Pésaj.
En el Islam, el cordero es sacrificado tradicionalmente durante las fiestas Eid al-Adha
en conmemoración del sacrificio de Abraham, o para celebrar el final del mes de
ayuno, el Ramadán (Eid al-Fitr). El cordero en el sentido estricto de joven oveja sin
destetar no puede ser consumido en el islam.
Éxodo 12:1-25 El SEÑOR les dijo a Moisés y a Aarón: «De ahora en adelante, este mes
será el primero y el más importante del año judío. Díganles a los israelitas que cada
año, en el décimo día de este mes, cada familia tomará un cordero. Si la familia es
pequeña, compartirá el cordero con otra familia pequeña del vecindario; el hacer o no
esto dependerá del tamaño de la familia. Este animal, ya sea cordero o cabrito, será un
macho de un año y sin ningún defecto».
Los primeros ejemplares de corderos en España datan del 4.800 A.C. y llegaron desde
Italia y Sicilia, donde comenzaron a criarlos 200 años antes (5.000A.C). No podemos
olvidar que estas fechas aluden al Neolítico donde la población era realmente reducida
y los medios escasos. Los corderos, las ovejas y otros animales empezaron a ser
domesticados, lo que significó una verdadera revolución y la población creció de forma
notable.

Los visigodos y musulmanes impulsan la ganadería ovina


A partir del 711 los musulmanes conquistaron amplios territorios en la orilla norte del
Mediterráneo, y establecieron califatos y emiratos, sobre todo en la península ibérica,
durante más de siete siglos. La caída del último Emirato de Granada en 1492 marcó el
final de la dominación política musulmana en España.

Los visigodos y musulmanes impulsan la ganadería ovina.


En el año 711 los musulmanes del norte de África invadieron la Península Ibérica. Los
musulmanes convirtieron a la Hispania romana en uno de los centros intelectuales de
la cultura islámica y ocuparon parte de la península durante unos ocho siglos.
Aunque con la invasión visigoda el comercio a larga distancia desapareció y los
terratenientes tuvieron que entregar a los señores 2/3 de sus tierras, los corderos y las
ovejas siguieron su expansión. El Líber Iudiciorum visigodo es otro de los primeros
códices legales de la Península y también en él hay leyes para nuestros apreciados
corderos.
Más significativo aún es el impulso que la cría de ganado ovino obtiene en los ocho
siglos en los que los musulmanes ocupan la Península Ibérica. ¿Por qué? Porque el
Corán prohíbe a los musulmanes comer carne de cerdo. Además la carne de cordero,
por su sabor, textura y fineza era y es la preferida de la comunidad musulmana.

En América la primera oveja doméstica en América del Norte, probablemente de la


raza Churra, llegó con el segundo viaje de Cristóbal Colón en 1493. El siguiente envío
transatlántico que llegó fue con Hernán Cortés en 1519, desembarcando en México.
No se sabe que estas poblaciones hayan exportado lana o animales, pero los rebaños
se diseminaron por lo que ahora es México y el suroeste de los Estados Unidos con los
colonos españoles. Las churras también se introdujeron en la tribu Navajo de nativos
americanos y se convirtieron en una parte clave de su sustento y cultura. En
Sudamérica la hoy oveja criolla se originó de cruzamientos indiscriminados entre los
primeros ovinos traídos por los conquistadores, los ovinos primitivos pertenecían a las
razas churra y manchega principalmente; estas razas eran de gran rusticidad y
dedicadas a la explotación lechera, tenían el cuerpo de tamaño medio con
proporciones alargadas, extremidades delgadas, bien aplomadas, ubre globosa.
Simétrica en ambas partes y bien desarrollada (Merino y Olmedo, 1991). Ovinos de la
raza churra. Los ovinos españoles llegaron a las Antillas y de allí pasaron a Panamá,
Colombia, norte del Perú o Pirú y demás países de América del Sur;
El puerto de Paita está ubicado en el departamento de Piura, y fue fundado por
Pizarro en 1537 con el nombre de “San Francisco de la Buena Esperanza de Paita”.
Era el punto obligado de recalada de toda nave que llegaba al litoral peruano,
desembarcando pasajeros y mercaderías que luego seguirían por tierra a Lima, por
ello la tradición norteña del consumo del cordero.

El Callao fue fundada por los colonizadores españoles en 1537, sólo dos
años después de Lima (1535). Pronto se convirtió en el principal puerto para
el comercio español en el Pacífico.

El origen de su nombre es desconocido, tanto la India (especialmente Yunga,


o la costa peruana) y fuentes españolas se acreditan, pero lo cierto es que se
le conocía por ese nombre desde 1550.

Durante el Virreinato, prácticamente todos los bienes producidos en el Perú,


Bolivia y Argentina se llevaron a través de los Andes a lomo de mula hasta el
Callao, para ser enviado a Panamá, llevado por tierra, y luego transportados a
España, vía Cuba.

El puerto de Arica fue fundado en 1570 con el nombre de San Marcos de Arica, en
tiempos virreinales, fue el paso obligado para el tráfico comercial entre el actual sur
peruano y Bolivia, en especial durante el apogeo del centro minero de Potosí, el
mayor productor de plata del virreinato peruano.

con el tiempo y mediante un largo proceso de adaptación se formó un tipo de animal


capaz de prosperar en el medio colombiano (Anzola, 1972). Por Ia conformación de la
lana, pigmentación, temperamento v rusticidad, características muy similares a las
churras,
En Argentina se estima que los primeros ovinos llegaron al suelo rioplatense hacia 1549, cuando
Ñuflo de Chaves al retornar de Lima (Perú), introdujo cabras y ovejas en Asunción (Paraguay).
Aunque algunos historiadores sostienen que los primeros animales llegados al nuevo mundo eran
Merinos, Wernicke afirma que eran ovejas ordinarias de razas Siria, Pirenaica y Berberisca. Esto
parece más probable, ya que en esa época la corona de España tenía prohibida la exportación de
raza Merino y el fenotipo de los actuales ovinos Criollos, explotados en la región noroeste (NOA)
del país, se asemeja más al aspecto de los actuales ovinos de raza Churra española. Este dato es
importante para la historia de Tacna,

No obstante, a actividad portuaria marcó pautas bien definidas en la historia de la


organización nacional argentina, desde su nacimiento como colonia española en el
año 1536, con el arribo de la expedición de Pedro de Mendoza para fundar la ciudad
de Nuestra Señora del Buen Aires

En las inmediaciones del primer fuerte Juan de Garay procedió a fundar la Ciudad de la


Santísima Trinidad y el Puerto de Santa María del Buen Aires, enarbolando como lema
una frase que señalaba el destino portuario de la ciudad: "Es necesario que se abran
puertas a la tierra y que el suelo florezca y que sus frutos sirvan a su pueblo y otros
pueblos de la tierra".
A partir de ese momento la ciudad creció rápidamente y adquirió importancia su comercio
con las colonias españolas. Tal como nació desde la segunda fundación de la ciudad, el
puerto de Santa María del Buen Aire mantuvo su fisonomía rudimentaria original hasta el
año 1607, en cuyo transcurso fueron propuestas las primeras obras renovadoras
destinadas a otorgar un mínimo de espacio de amarre para descarga de los buques.
Sin embargo, ese auge habría de resultar incómodo para el Virreinato del Perú, que por
temor a la incipiente hegemonía portuaria de Santa María del Buen Aire, decide cancelar el
comercio de ultramar del puerto. No obstante, la actividad de contrabando estaba en pleno
auge, y con la creación del Virreinato del Río de la Plata, el camino marítimo caribeño no
fue el único autorizado hacia España. No obstante, España aún tenía el monopolio de las
mercancías que llegaban al Virreinato.

En la serie de Cortés Conde et al. (1965) se hizo una corrección


retrospectiva para el período 1864-1916. Para ello, se buscaron los
precios reales mensuales y se calculó una media anual aplicada a las
cantidades. Los Boletines de la Bolsa de Comercio desde 1865 y
los Anuarios de la Sociedad Rural Argentina desde 1876 fueron las
fuentes primarias. Cuando estas instituciones no registraron valores, se
tomaron los datos consignados en los diarios de Buenos Aires, El
Nacional y La Prensa. En el caso de la carne congelada, se utilizó The
Economist de Londres debido a que no existían cotizaciones
nacionales para este producto. Dados estos precios en cost, insurance
and freight –cif–, fueron ajustados a free on board –fob–, ejercicio
que consistió en restar un quinto del valor total, según la metodología
propuesta por el Board of Trade para calcular el comercio británico de
carnes (Cortés Conde et al., 1965, p. 49).
Como se puede notar, se ha tratado en todos los casos de cotizaciones
regulares para los productos comprados por las casas exportadoras, es
decir, no fueron precios minoristas, sino que, como refirieron
a commodities, han sido valores de bienes transables internacionales.
Los productos para los que se corrigieron los precios, que en todos los
casos estuvieron expresados en pesos oro, fueron: bovinos (1864-
1916); cueros lanares, cueros vacunos secos y salados, cerda y pelos,
grasa y sebo, y lana sucia (1864-1906); tasajo (1864-1896); trigo
(1878-1891); maíz (1879-1891); lino (1887-1891); harina (1880-
1891); cueros caprinos (1893-1906); carne ovina congelada (1893-
1915); carne bovina congelada (1887-1915) y carne vacuna enfriada
(1909-1915).
Si bien la exportación había comenzado ya desde la etapa virreinal,
luego del inicio de la vida independiente, con el desmembramiento del
virreinato del Río de La Plata, se perdieron las exportaciones
provenientes de las minas de Potosí, pasando a ocupar el primer lugar
como materias exportables, los cueros, la carne salada y el sebo. Se
importaba harina de Estados Unidos, vinos de Europa Mediterránea, y
textiles de Gran Bretaña.

El crecimiento de la economía fue notable a


partir de 1870. Las mejoras técnicas hicieron
posible un transporte más ágil y a menor
costo. El comercio exterior ofrecía cifras
contundentes. En 1870 el ingreso por
exportaciones en argentina, era de treinta millones de pesos oro. En
1914, se había incrementado a trescientos cincuenta millones. Las
importaciones tuvieron un ritmo similar. De cuarenta y nueve millones,
en 1870 a doscientos setenta y dos millones, en 1914. En el mismo
período se pasó de medio millón de hectáreas cultivadas, a
veinticuatro millones. La Revolución industrial que se había
desplegado principalmente en Inglaterra, convirtieron a Argentina en
proveedora de la materia prima para sus manufacturas.

Los principales productos exportables eran en 1880, cuero, carne


salada y lana. En 1890, comenzaron a exportarse cereales,
especialmente, trigo, maíz y lino, dato especialmente relevante si
tenemos en cuenta que hasta 1870, la Argentina debía importar trigo.
Esto se vio favorecido por la ampliación de la frontera, con tierras
quitadas a los aborígenes.
La necesidad de contar con esas tierras era un común denominador
en el pensamiento de los hombres destacados de la época, aunque
con variantes. Así José Hernández, en “Instrucción del Estanciero”
(1882) afirmaba que “no hay derecho para expulsar a los aborígenes
de sus tierras y mucho menos de exterminarlos”, Alberdi, por el
contrario, sostenía que era mucho más eficaz que esas tierras
estuvieran en manos de alemanes, franceses y suizos, en vez de que
las posean los indios salvajes. La adquisición e incorporación de esas
tierras a la producción era un requisito de la nueva argentina
agroexportadora. La llegada de mano de obra proveniente de la
inmigración europea (Ver artículo sobre “la inmigración en la
Argentina”) concurrió a favorecer el proyecto.

La discusión se centraba en si convenía que Argentina fuera productor


de materias primas o se iniciara en ese país el proceso de
industrialización. Se optó por elegir la teoría inglesa sobre la división
internacional del trabajo. En Argentina se proveería materia prima para
ser manufacturada en Europa, ya que establecer industrias tenía una
gran inversión, y necesitaba de mucha experiencia, que no se tenía en
el país. Se consideró que la ganadería se reproducía por sí sola y no
había diferencias en las ganancias, ya que la industria, al principio
ocasionaba pérdidas por los altos costos de producción.

Convencidos que la agricultura y la ganadería serían fuente de la


eterna riqueza argentina, Sarmiento promovió una educación
especializada en agricultura y minería, y no la educación técnica. Para
Sarmiento no estaban dadas las condiciones para industrializar el
país, por la falta de carbón, de leña e incluso tradición industrial.
Aseguró que podrían instalarse fábricas en el futuro, con personal
extranjero capacitado.

Entre las opiniones minoritarias en favor de la industrialización se


contó la de Pizarro, ministro de Roca, quien expuso que no fabricar en
el país era crear una dependencia vasallática con el extranjero. El
tiempo le otorgó la razón a este visionario, pero en el momento, sus
contemporáneos no lo escucharon, estableciéndose una alianza con
Inglaterra, donde Argentina producía la materia prima y se la vendía a
Inglaterra, y ésta, a su vez, vendía a Argentina productos de consumo.

En 1876, se exportaron siete mil seiscientas cuarenta y dos toneladas


de maíz a Gran Bretaña y la primera exportación de trigo fue
efectuada en 1878. Los estados extranjeros, sobre todo Gran Bretaña,
apoyaron esta expansión mediante empréstitos, que
fundamentalmente fueron invertidos en ferrocarriles y en el sector
financiero, otorgando préstamos para inversiones. Los ingleses
también invirtieron en tranvías, agua corriente y frigoríficos. A los
cereales se le añadió la exportación de carne congelada, al avanzar
las técnicas de refrigeración. Luego se exportó carne enfriada.

En el despegue de Argentina como “el primer granero del mundo” tuvo


un papel destacado el ferrocarril, cuyo primer exponente se inauguró
en Buenos Aires en 1857. Éste permitió la comunicación entre zonas
productoras del interior y los centros urbanos.

La red ferroviaria se extendía desde los puertos, sobre todo el de


Buenos Aires, hacia el interior de la República. El crecimiento fue
destacable. En 1880, había dos mil quinientos kilómetros de líneas
férreas. Al ferrocarril de oeste que pertenecía a la provincia de Buenos
Aires, se le añadieron, con capital británico, el Sur y el Central
Argentino, que unió Rosario con Córdoba, y más tarde, con Tucumán.
En 1914 el recorrido se había elevado a treinta y tres mil quinientos
kilómetros.

Paralelamente al despegue económico, hubo un gran crecimiento


urbano, sobre todo en Buenos Aires, Rosario, Mendoza, Córdoba y
San Miguel de Tucumán, que obligó a la realización de una gran obra
pública de servicios.

El sector industrial no tuvo el mismo desarrollo, concordantemente con


las ideas planteadas. Surgieron algunas industrias locales, para
satisfacer la demanda concreta de esas localidades, comprendiendo el
rubro alimentario, de bebidas y la industria textil, algunas mueblerías y
talleres mecánicos. Las que mayor ímpetu cobraron fueron las
destinadas a satisfacer la demanda exterior, como los frigoríficos y los
molinos harineros. Durante el gobierno de Sarmiento prosperaron la
industria vitivinícola y azucarera, las jabonerías y las fábricas de ropa.
En 1875, se creó el Club Industrial, para proteger la industria local.

El sector ganadero también cambió. Los vacunos dejaron paso a los


ovinos, como principal ganado de exportación.

Pero este período de bonanza no duró demasiado. En 1890, ya


apareció el problema de no poder asumir los compromisos contraídos
en el pago de la deuda externa. Esto fue superado, pero la
dependencia con Europa era demasiado estrecha y los vaivenes en
ese continente afectaban demasiado la economía local.
Asociación Criadores de Hampshire Down de Argentina ORIGEN El interés por la cría de lanares
en los primeros tiempos, residía además del valor de la carne, en la producción de abono y
estiercol y luego la producción de lana. La raza Wiltshire Hormed era la más conocida,
expandida y difundida y la considerada la de mayor tamaño de las islas británicas. Tenía las
patas muy largas, alta de nalga, espinazo agudo, cabeza grande y toda blanca, cuernos
retorcidos hacia abajo y nariz roma. Eran estimados por su gran producción de carne
aprovechándose su vellón según las necesidades y costumbres de la comarca en esa época.
(siglo XIX). Los ovinos del condado de Hamp no tenían tamaño de los del Wilth, pero en cambio
la conformación y calidad de sus masas musculares como por la calidad y finura de su lana, lo
hacían superiores a aquellos. Se diferenciaban igualmente de las ovejas del Berk, por sus
extremidades y caras oscuras, siendo también su conformación más simétrica que la de éstas.
Se inician los cruzamientos entre los ovinos astados y de cara blanca del Wiltshire, con los de
pigmentación negra del Hampshire y del Berkshire Knot, y de las ovejas de estos rebaños con
carneros South Down, pero ya todos dirigidos hacia un mejor tipo y formas, aptitudes para
engorde, precocidad,etc. El mejoramiento de estos grupos locales que formaron la base del
Hampshire, se efectuó con la introducción de sangre South Down. Esta antigua raza se
comportó prepotentemente y contribuyó de un modo ostensible a la obtención de una mejor
res y mejor lana. Esta infusión de sangre fue graduada en forma distinta por los criadores, por
lo que se originaron tipos diferentes, preponderando en unos el tamaño y el largo de lana de
los primitivos Wiltshire y en otros es evidente el sello impreso por el South down, es decir
menor tamaño y lana corta pero siempre dentro de una precocidad bien acentuada. A los
trabajos iniciales en pro del mejoramiento del Hampshire Down, se hallan vinculados los
nombres de los famosos criadores británicos, a cuya extraordinaria visión y notables
conocimientos en la materia, debe Inglaterra el predominio como proveedora de los
reproductores de las principales razas típicas ovinas del mundo. Puede considerarse a William
Humphrey (1800-1868) como el fundador de la raza Hampshire Down. Humphrey comenzó
con sus experimentos en 1835 en el condado de Berk, basándose en experimentos efectuados
por Ellman y Webb. Se comenzó una exhaustiva selección donde se descartaba a todo padre o
cría que no produjera lo que se buscaba y se enviaba al matadero. En cuanto a las hembras,
elegía siempre las de mayor tamaño para que no se perdiera esta característica al cruzarla con
ejemplares más chicos South down. Con estas ovejas ya mejoradas y seleccionadas, practicó el
imbreeding en dos generaciones más, eligiendo siempre la uniformidad del tipo por el buscada
y siguiendo también una misma línea de consanguinidad (line-breeding). De los animales
seleccionados, nació un macho que se denominó Jacktor y que representaba para él, el
prototipo de la nueva raza. Después de varios cruzamientos se pudo llegar a fijar los caracteres
de la raza. Al morir William Humphrey, su rebaño que tenía ya más de 30 años desde su
fundación fue dispersado, lo que contribuyó más todavía al perfeccionamiento, conocimiento
y expansión de la raza. Entre los contemporáneos y continuadores de su obra figuraba Mr.
Rawlence, propietario de la cabaña “Bulbridge”, en el condado de Wiltshire. Rawlence ya se
había iniciado en el perfeccionamiento de la raza pero con un método y procedimiento distinto
a los de Humphrey. Este procedimiento consistía en invertir el método, es decir escogía ovejas
South Down de mayor tamaño y las apareaba con carneros ya mejorados de su propio rebaño
y también con los carneros ya definidos por Humphrey. Los productos que obtenía los cruzó
nuevamente entre si por un período no inferior a 30 años, llegando a un perfeccionamiento y a
un tipo tan definido que 1845 fue tomado en cuenta para la constitución del standard de la
raza. Los primeros criadores y mejoradores de la raza tuvieron desde el principio, dos objetivos
principales: la precocidad y robustez y la complexión grande y maciza, típica de la primitiva
raza autóctona. La importancia y frecuencia de sus presentaciones en las exposiciones y ferias,
los premios obtenidos y el interés que despertaban los productos de esta variedad, decidió a
un núcleo de criadores a agruparse con fines de aunar la orientación, el esfuerzo y el fomento
de la raza. Así en 1890, se creó la Hampshire Down Sheep Breeders Association, abriendo el
Flock-Book de la raza. La raza Hampshire Down se originó en los condados del sud y del oeste
de Inglaterra, en los condados de Hamp, Wilt, Berk y Dorset pasando luego a Sussex, Surrey,
Oxford y otras comarcas vecinas y su nombre antiguo de West Country Down. De las 30 razas
registradas en la Gran Bretaña, ninguna hizo tan rápido progreso como la Hampshire Down.
DESARROLLO DE LA RAZA EN LA ARGENTINA Los datos y referencias de las primeras
operaciones de importación son escasos e imprecisos ya que las compras e ingreso de los
animales al país se hacían directamente por los estancieros interesados. Entre los pocos datos
disponibles, figura la compra de dos carneros pertenecientes a G. Downes el 19 de Septiembre
de 1878 por parte de Vicente Casares. El registro número uno de la raza Hampshire Down
pertenece a Julián Frers. Héctor Casares es considerado el padre del Hampshire Down en la
Argentina. Miembro de la Sociedad Rural Argentina, participó en la formación de los registros
genealógicos para lanares. Formó su plantel de pedigree en 1894/95 en su mayoría con
vientres importados de Inglaterra y obtuvo la clasificación por separado de la raza Hampshire
Down de la categoría “Razas Oxford Down y otras de cara negra”, con la cual figuraba incluída.
Su campaña como criador y expositor termina al transferir a su sobrino Rolando E. Casares, la
totalidad de su rebaño. Éste inicia en 1916 una serie de triunfos en las exposiciones del país y
de países vecinos. La calidad de sus planteles es mejorada con la introducción de padres de la
categoría del gran campeón de la Royal Show de 1922. El rebaño de Rolando Casares se
exparse en el país y varios criadores como lo eran la sucesión de Narciso Vivot, García Victorica
Hnos y Leonardo Pereyra, en una primera etapa. En la segunda aparecen criadores como
Miguel Ferrero, Luis Vila, suc. de Julio Pueyrredón y Luis Torres entre otros. Las exposiciones
realizadas por la Sociedad Rural Argentina en Palermo, demuestran que los animales de la raza
Hampshire Down aumentaron en forma apreciable y en el año 1947, se fundó la Asociación
Argentina de Criadores de Hampshire Down

El mausoleo de la familia de JD Campbell fue erigido en 1904 según los diseños del
arquitecto CHB Quennell. John Davies Campbell (1831-1878) nació en Manchester pero
emigró a Perú a principios de la década de 1850 donde se dedicó a la explotación de nitratos
en forma de guano y salitre. Su compañía, Campbell and Outram, formada en sociedad con
otro expatriado británico, Joseph Outram (muerto en 1878) fue una de varias compañías de
propiedad británica que dominaron el lucrativo comercio de nitratos del desierto de
Atacama entre Perú y Chile. Comerciante y banquero, Campbell se convirtió en alcalde del
puerto salitrero de Pisagua. Se casó con una peruana, Delmira Vargas (1836-1906), quien,
después de la muerte de su esposo, se mudó a Inglaterra y está enterrada en el mausoleo del
cementerio de St Mary, junto con varios de sus hijos. JD Campbell está enterrado en una
lujosa tumba de piedra coronada con su busto en la ciudad de Tacna, Perú.
El Banco de Tacna fue fundado en la misma ciudad que lleva su nombre el 15 de mayo de
1872, ante la necesidad de contar con una institución capaz de manejar los intereses de los
comerciantes de la ciudad.
Inicialmente tuvo como principales funcionarios al ciudadano Ingles Don Juan Davies
Campbell y al Boliviano Don Ventura Farfán como directores, Don Andrés Viaña como
contador y sabemos que el banco estuvo administrado inicialmente por su Gerente Don
Manuel P. Correa quien estuvo a cargo del banco los dos primeros años hasta enero de
1874, donde Correa fallece, siendo el remplazado por un nuevo gerente, el Tacneño Don
Carlos Basadre y Forero padre del ilustre historiador peruano Don Jorge Basadre
Ghromann.
Según el libro de “la Tacna que no debe irse” el héroe peruano Andrés Avelino Cáceres,
moró en esta residencia durante su estadía en Tacna, y esta seria durante la visita que hizo el
héroe de la breña a estas tierras aun cautivas.
Los restos mortales de JD Campbell yacen en cementerio General de Tacna (hoy
denominado Cementerio General Presbítero Sebastián Ramón Sors) que fuera inaugurado el
17 de agosto de 1848, en una época de oro de Tacna, en pleno auge del comercio que se
mantenía con el Alto Perú y el norte argentino. L

el Hampshire Down es una de las razas de ovejas británicas más perfeccionadas en


cuanto a producción de carne se refiere.
La crianza de esta variedad ovina en Candarave se llevó a cabo gracias su fortaleza
física y a que se adaptó bastante bien a los diversos climas. “La llegada del cordero a
tierras tacneñas ocurrió debido a que los argentinos pasaban por Tacna haciendo
escala en su trayecto hacia las minas en Potosí, en Bolivia. Caminaban de un lado a
otro llevando sus provisiones, y para ellos era más fácil viajar con unos cuantos
corderos que con una res”, cuenta Giacomo Bocchio. Este animal rinde alrededor de
ocho a 10 kilos, entre carcasa y pulpa. La demanda y presencia del cordero
candavareño está creciendo poco a poco, y eso se debe a las particularidades de su
carne.

El cordero Peruano es uno de los ingredientes mas populares en el norte y centro del
Perú. Este animal llego a tierras peruanas con la llegada de los españoles. Sigue
leyendo y encontraras cual es la importancia de este sabroso animal dentro de la
Gastronomía Peruana.
El cordero del Perú, es la conocida raza Junín que se cría en la sierra central y que es
muy similar al cordero Merino Español. Aporta carne y mucha lana, así como cuero
para la fabricación de casacas, chamarras, zapatos y demás.

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