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Integrantes:
Barrios Achahui Flaubert
Bernilla Calderón María Esperanza
Habían pasado más de 10,000 años antes de la llegada de los europeos al Nuevo
Mundo, que ya no existían ni caballos, ni camélidos en el Norte de América. De
hecho, sabemos que realmente no había animales ni de transporte ni de tiro para
cuando se dio el principal desarrollo de las sociedades del Pre-Clásico
mesoamericano. Si bien las llamas y alpacas tenían parcialmente esta función para
el mundo andino, por lo menos para el Centro y Norte del Nuevo Mundo estos no
existían ni siquiera en la memoria de los grupos que habitan en esta gran región.
Entonces, no es de sorprendernos que las reacciones de asombro y miedo con la
que los nativos americanos vieron al caballo fueran justificadas. En algunas de las
crónicas de la conquista de México, inclusive se describe de forma precisa como los
nativos tardaron en notar que el jinete y el caballo no eran un solo ser, y
posteriormente que el caballo no era un venado gigante.
• El Caballo dicen que procedía de norte América se supone que de ahí emigro
a Sudamérica y Asia a través del itsmo que unía entonces a América con
Asia. Desde éste momento llego a Europa y después a África. Cuando en la
edad de piedra las tribus cazadoras llegaron en sentido contrario hasta
América, el caballo fue cazado con saña hasta ser exterminados.
• Cuando los españoles arribaron a América se sorprendieron al no hallar los
animales domésticos que existían en Europa. salvo el perro. Por eso los
conquistadores se preocuparon de traerlos, especialmente al caballo, ya que
no sólo era el principal medio de transporte, sino que inspiraba temor a los
indios.
• En el territorio norteamericano existieron caballos prehistóricos, los cuales se
extinguieron hace 10 000 años. La historia del caballo en América volvió a
comenzar con la orden los Reyes Católicos de enviar al Nuevo Mundo veinte
caballos y cinco yeguas desde España. Estos caballos llegaron a América en
el segundo viaje de Cristóbal Colón (23- may-1493).
• Los Reyes Católicos escribieron a su secretario Fernando de Zafra para que
escogiese 20 lanzas jinetas junto a cinco “dobladuras” hembras de entre la
población de la Santa Hermandad, y esos fueron los caballos que llegaron a
América.
• Durante mucho tiempo el caballo que se trajo a América era español, no solo
porque la colonización del Nuevo Mundo fue hecha por los españoles, sino
porque los conquistadores y colonizadores de cualquier nacionalidad
buscaban al caballo español por ser el mejor de esos tiempos.
• Con excepción del caballo árabe, no ha habido otro como el español de los
siglos X al XVII que haya tenido tanta merecida fama y recibido tantos
elogios. Baste decir que para ponderar a un caballo se decía “parece
español”, y que Guillermo el Conquistador y Ricardo Corazón de León lo
prefirieron
El caballo español
• El caballo español, por pura casualidad, fue muy apto para su uso y
distribución en terrenos áridos, planicies semi-áridas y las mesetas de lo que
sería el Norte de México y Suroeste de los Estados Unidos. Era una especie
muy diferente a sus parientes del norte de Europa, tenía más características
de sus antepasados de las estepas asiática, la cual migró al Norte de África
a través del medio oriente y se fue mezclando con otras especies a lo largo
del tiempo.
• Para cuando este caballo se encuentra en camino al Nuevo Mundo, se le
define como un animal pequeño, ligero, fuerte, con no más de 14 palmos de
altura con una cara cóncava arabesca y hocico fuerte. En términos generales,
no parecía ser gran cosa, pero era muy inteligente, rápido, fácil de entrenar,
pudo criarse hasta en las zonas más agrestes de España, además de poder
viajar grandes distancias sin tomar agua. Poseía un gran aguante y podía
encontrar alimento aún en el más crudo invierno.
• Durante mucho tiempo el caballo que se trajo a América era español, no sólo
porque la colonización del Nuevo Mundo fue hecha por los españoles, sino
porque los conquistadores y colonizadores de cualquier nacionalidad
buscaban al caballo español por ser el mejor de esos tiempos.
• Traídos de Europa o nacidos aquí, todos ofrecieron un tipo racial bastante
homogéneo, como que tenían el mismo origen. El lnca
Garcilaso escribió: «Las razas de caballos de todos los reinos y provincias
de las Indias descubiertas por los españoles después de 1492 hasta el
presente (escrito a fines del siglo XVII), son de las razas de las yeguas y
caballos de España, particularmente de Andalucía».
• Según una carta de Hernando de Montalvo de 1585, la mayor parte de los
equinos enviados a América «procedían de la casta de Córdoba y Jerez de
la Frontera, provincias del reino de Andalucía». Tanto las jacas de uno y otro
lugar eran genuinas representantes de los magníficos corceles dejados por
los moros. Lógicamente hay que admitir que con los años, ese caballo puede
haber sufrido la influencia del medio y, por otra parte, otros colonizadores
(portugueses, ingleses, franceses y holandeses) introdujeron sus propias
razas.
Anécdota
• De dónde provenían esos caballos españoles? La historia dice que en el
segundo viaje de Colón, la expedición de colonización, embarcaron unos
llamados “matalones”, esto es, caballos ruines y desmedrados, y que ese
tronco inicial fue el que pobló las Américas.
• Pero no es cierto que se tratara de tales “matalones”. La historia es muy otra.
Cristóbal Colón había dado su aprobación a unos soberbios ejemplares
hispano-árabes, en el alarde previo de efectivos que le presentaron los
comerciantes. Pero sucedió que en el momento del embarque enfermó el
Almirante, y los tratantes sevillanos cambiaron a toda prisa los caballos
aprobados por otros de muy mal aspecto, los citados “matalones”.
• Pero ese “cambiazo” fue providencial para la ganadería caballar de la
América rural. Los pícaros tratantes recolectaron caballos baratos en el área
que tenían más a mano: las marismas del Guadalquivir, que entonces
llegaban casi hasta el puerto de Sevilla. Las marismas son una zona extensa
y abierta, inundable un tiempo, un ecosistema exigente, apto tan solo para
quienes se hayan criado en él. Las reses o los caballos forasteros sucumben
en poco tiempo en el ambiente radical de la marisma.
• Los caballos embarcados finalmente en las naves de Colón fueron pues
caballos de las marismas: el llamado caballo marismeño, por una parte, y por
otra el llamado caballo de Retuerta, raza autóctona que todavía habita en las
retuertas, la larga y fértil banda de tierra que une la marisma con la tierra
firme. Se trata de caballos de escasa alzada, de aspecto en efecto más bien
pequeño y ruin, pero muy fuertes y resistentes, insuperables en el trabajo.
LINCOGRAFIA
https://www.elimparcial.es/noticia/166246/el-caballo-en-america.html
http://www.eumed.net/rev/tlatemoani/10/mnc.html
http://www.agrobit.com/Info_tecnica/Ganaderia/Prodequi/GA000002pd.htm
https://www.lavozdelsandinismo.com/curiosidades/2018-04-30/los-primeros-caballos-de-
america/
https://web.archive.org/web/20110531174159/http://www.vet.unicen.edu.ar/html/Areas/Introd
uccion%20a%20la%20produccion%20agropecuaria/Documentos/2009/Sitio%20argentino%20de%
20produccion%20animal.%20Equinos.PDF
https://es.wikipedia.org/wiki/Cultura_del_caballo_en_las_tribus_nativas_de_Estados_Unidos
https://identidadyfuturo.cl/2011/05/27/la-llegada-del-caballo-a-america/
https://www.redalyc.org/pdf/644/64415000008.pdf
https://es.scribd.com/doc/150197543/HAFEZ-REPRODUCCION-E-INSEMINACION-ARTIFICIAL-pdf