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UNA VIEJA HISTORIA DE LA

MIERDA
Alfredo Lopez Austin

Antropología y Etnología

"La mierda tiene sus historias. Son muchas, sin duda. Una de estas
historias perteneció a las formas de actuar y pensar de hombres
que vivieron en Mesoamérica junto a los lagos, dentro de ellos,
rodeados por conos apagados de volcanes, respirando el aire
delgado que beben las águilas. De su dios radiante recibieron el
nombre de mexicas. " Hace unos cuantos años, un gran pintor
mexicano le propuso a un reconocido antropólogo, estudiar
juntos la cuestión del excremento en la cultura amerindia de su
país. De este encuentro, surgieron imágenes impresionantes y
una (vieja) historia de la mierda hecha a partir de cien-tos de
historias dispersas por aquí y por allá en la literatura
prehispánica, en las crónicas españolas del siglo XVI, en la
literatura de la Colonia, en el folklore, en los datos etnográficos,
en los tratados médicos... El lector, sorprendido desde el principio
al ver una materia tal embarrada a lo largo de la página, descubre
una erudición vasta, poco antes de aprender una lección
inigualable. La mierda, el excremento, el desecho se encuentran
en el fundamento de las representaciones corporales, pero
también de ciertas concepciones del cosmos. Ningún campo de
la actividad humana escapa finalmente al contacto de esta
sustancia vil.
Nota de Alfredo López
Austin
Alfredo López Austin
p. 7-8

NOTES AUTEUR
1A más de veinte años de haber concebido, redactado y editado
Una vieja historia de la mierda, vuelvo al libro. La idea original de
su tema siempre me ha parecido genial. Siento reconocer
públicamente que esa idea no fue mía. A fines de mayo de 1986
me llegó una propuesta de Francisco Toledo: quería que
hiciéramos un libro al alimón, él con sus pinturas, yo con mis
escritos, todo con el tema de la mierda en el contexto cultural
indígena mexicano. El pacto era el más sencillo y justo de los
posibles: ni yo comentaría sus cuadros ni él ilustraría mis textos;
ambos intercambiaríamos paulatinamente los avances de los
trabajos para propiciar la eventual inspiración recíproca; la
libertad de los dos era total.
2La propuesta de Francisco me impactó. El reflejo inmediato fue
el autorreproche: ¿cómo era posible que nunca se me hubiera
ocurrido escribir sobre el tema? La reacción, una instantánea
adhesión a la empresa. Fue una aceptación incondicional,
precipitada e imprudente. Me echaba a cuestas una carga en un
pésimo momento: un problema de salud en la familia; la larga y
pesada elaboración de un libro1 que considero el fundamental de
mi carrera, y ya se anunciaba un serio conflicto universitario que
llegó a producir una conmoción nacional. Por fortuna, al poco

1
1 Los mitos del tlacuache: caminos de la mitología mesoamericana,
Alianza Editorial Mexicana, Mexico, 1990.
tiempo el problema de salud se resolvió favorablemente; pero el
político-universitario fue creciendo a pasos agigantados y de
pronto me descubrí en un vórtice que convirtió aquella época en
la más agitada y extenuante de mi vida. Paradójicamente, mi tabla
de salvación fue la redacción de la historia de la mierda. Apliqué
a mi fatiga el dicho popular de «descansar haciendo adobes», y la
pausada composición del libro interrumpía esporádicamente,
como un remanso, el constante asalto de requerimientos,
complicaciones y tribulaciones.
3Cumplí la tarea y entregué oportunamente el original. Nuevas
contrariedades –estas ya me fueron ajenas– impidieron entonces
la costosa edición que Francisco había proyectado. Gentilmente,
Francisco se ofreció a publicar mi libro en una editorial propia,
incluyendo en la edición dos de sus pinturas y numerosos
dibujos. El libro tuvo buena aceptación, se agotó pronto, y quedó
desde entonces en mi memoria como un grato episodio de un
tiempo difícil. Hoy el libro se reincorpora a mi vida como realidad.
Una nueva edición sale a la luz, enriquecida, embellecida, por los
colores y la luz de la imaginación de Francisco.
4México, enero 2009
Prefacio
Traduction de Perig Pitrou et José M. Ruiz-Funes Torres

p. 9-10

1El libro que presentamos al lector es el resultado de un proyecto


concebido hace más de veinte años por Alfredo López Austin y
Francisco Toledo, cuando emprendieron a dos manos un trabajo
–histórico en lo que respecta al primero, plástico en cuanto al
segundo– sobre las representaciones del excremento en
Mesoamérica. Por motivos ante todo financieros, el resultado de
esta experiencia no vio la luz bajo la forma imaginada en un
principio por sus autores. Pese a ello, las Ediciones Toledo
consiguieron publicar el texto de Alfredo López Austin en un
bonito volumen, que el pintor ilustró en portada con dos dibujos
en color y cuyo interior adornó con numerosas viñetas.
2La traducción al francés del texto de Alfredo López Austin nos
pareció la ocasión soñada para arrimar un poco más la obra a la
idea original que de ella tuvieron sus autores al buscar la unión
de texto e imagen. El azar, disfrazado de necesidad (o viceversa),
ha querido además que la publicación del libro en Francia haya
dado pie al proyecto de una reedición en español. Así pues, un
favorable concurso de circunstancias nos ha deparado la gran
satisfacción de ver que el impulso que habíamos dado en una
orilla del Atlántico tenía repercusiones en la orilla contraria y que
el paso de una lengua a otra suscitaba una reedición en la lengua
original.
3Este viaje de ida y vuelta no hubiera sido posible sin la ayuda
inestimable del CEMCA, fiel a su vocación de favorecer los
contactos culturales entre Francia y México. Gracias a su trabajo
de coedición con el editor francés Le Castor Astral, Una vieja
historia de la mierda vuelve a ser publicada en México apenas
unos meses después de su puesta en venta en las librerías
francesas.
4He aquí, pues, el erudito, jovial e instructivo estudio de Alfredo
López Austin acompañado de las viñetas de la edición original y,
por vez primera, de dieciséis ilustraciones en color de Francisco
Toledo. De éstas, la mitad procede del catálogo FranciscoToledo.
Los cuadernos de la mierda, publicado por el Museo de Arte
Contemporáneo de Oaxaca con motivo de la exposición
homónima que dicha institución albergó en 2001. No es baladí
señalar que con este evento se celebraba la entrada en la
colección del museo de veintisiete cuadernos de dibujos del
pintor juchiteco, cedidos por la Secretaría de Hacienda y Crédito
Público, propietaria de la obra a través del Programa Nacional de
Pago en Especies que, desde 1957, permite que los artistas de
renombre paguen sus impuestos mediante la cesión de obra al
Gobierno federal. Toledo saldó estas cuentas incluyendo en su
donación estos Cuadernos de la mierda, en un gesto sugerente y
revelador de la íntima conexión entre ambas materias. La otra
mitad de las ilustraciones proviene de un cuaderno inédito
regalado por el pintor a Alfredo López Austin en recuerdo de su
trabajo en común. Nunca conseguiremos agradecer
suficientemente a ambos el habernos permitido utilizar estos
dibujos en esta nueva edición de Una vieja historia de la mierda.
5Perig Pitrou
6José M. Ruiz-Funes Torres
7Traductores de la edición francesa
1. Una vieja historia de la
mierda I
p. 13-16

1No hubo principio, porque los acontecimientos se sucedieron en


los siglos. Las manos que al hacer se hicieron modelaron el verbo
entre las yemas de sus dedos. Los Creadores, los Formadores, se
multiplicaron como las arenas del mar y se extendieron sobre la
faz de la Tierra.
2Siete de siete fueron ya los días de la creación. Se transformó la
cuenta, se transmutó el tiempo: fue roto el ciclo y se inició el
torrente de la creación. Ya no se detuvo la historia ni el río bañó
dos veces a un mismo hombre. El mundo cantó como la aldea de
los artesanos al ritmo batiente del martillo de piedra sobre la
reblandecida corteza de los árboles. El golpeteo de las tablas
acalló el rugido de las fieras, y el orden de las percusiones, de los
silbos, de las danzas, acicaló el tiempo hasta desdibujarle el
rostro. Los Creadores, los Formadores, tomaron del barro las
palpitaciones de la vida y con un soplo amoroso las hicieron
temblar con nuevas regularidades.
3Es eterna la labor de los Creadores, de los Formadores. Quienes
se yergan contra lo establecido deberán ser inventores para
siempre de cada uno de sus pasos. El tiempo del hombre es obra,
y la obra no puede detenerse. Los Creadores, los Formadores,
produjeron lo inconcebible: las lenguas, las técnicas
transformadoras, las clasificaciones de lo imaginable, las
imaginadas leyes de lo universal, las normas, los intercambios,
los símbolos, las religiones, las cuatrocientas formas del arte, las
vías de la comprensión de los mundos propios... Y todo marcado
con el signo de lo efímero, de lo que alcanza excelsitud al ser
usado, desgastado y consumido. Porque la grandeza de la
creación reside en que no puede ser eterna, en que jamás será
perfecta, en que cada una de sus partes irá siendo negada en el
juego de las pertinencias.
4Nadie puede percibir los momentos de la creación. Son
partículas de talco de aparición dispersa. Son cenizas apagadas
de centellas atómicas que se usaron ayer, anteayer, hace tres
siglos, actos cumplidos. Son billones unidos por un billón de
caminos de actos, y que un día emergen en el labio del trovero.
Son pan fugaz, deleite huidizo, instrumento fútil, visión
instantánea, cuyas sombras se ordenan para concebir, intento
tras intento, la rueda radiada, el teorema, el verso, el precio de la
pieza de lienzo y la palabra ámbar.
5La creación, imperfecta como es, ha de tener muy diferentes
rostros. Cada rostro es un orden que conjuga y armoniza la voz
de los Creadores, de los Formadores, bajo el código de la
geometría mutable del calidoscopio. Los hombres se reflejan en
las estrellas de colores, distribuyen su cuerpo, lo proyectan,
dividen y oponen sus partes. Así se entienden, así se explican, así
admiran sus proporciones.
6La mierda tiene sus historias. Son muchas, sin duda. Se han
formado con las distintas prácticas, representaciones y
valoraciones nacidas en torno a una función vital y sus productos.
Una de estas historias perteneció a las formas de actuar y pensar
de hombres que vivieron junto a los lagos, dentro de ellos,
rodeados por conos apagados de volcanes, respirando el aire
delgado que beben las águilas. De su dios radiante recibieron el
nombre de mexicas. Ellos hicieron su historia de origen,
diciéndose paridos por las bocas de la Montana de las Siete
Cuevas; su historia dinástica, que arrancó de Acamapichtli, el
padre de todos los nobles: su historia de los destinos,
descubridora del juego de fuerzas divinas sobre la polvosa
superficie de la Tierra; pero también las historias que no se
dibujan en los libros: las que vuelan con el viento de la palabra,
las que enlazan a los hombres en su invisible telaraña para
hacernos hombres, las historias que todos dictamos sin
necesidad de hojas ni tinta. Son historias sobre todo lo que el
hombre hace, admira, imagina, quiere, aborrece...
7Una de estas historias es la historia de la mierda pronunciada en
náhuatl y traducida aquí al matlatzinca, allá al otomí, más lejos a
muy diversas lenguas, o pronunciada en otomí, en matlatzinca o
en muy diversas lenguas para ser traducida al náhuatl; siempre
entendida porque la historia de la mierda – como otras muchas–
venía pasando de una lengua a otra, de un pueblo a otro, por
milenios, desde antes que junto a los conos apagados hubiera
mexicas, desde antes que las palabras nahuas sobrenadaran los
espejos de los lagos. Es una de tantas historias que siempre se
repiten de manera diferente, que en un recodo se adicionan, en
otro se tuercen, en otro forman remolino, y ruedan cambiantes,
enriquecidas o mutiladas, y que seguirán corriendo hasta que
llegue el día en que todos desemboquemos en el inmenso
océano.
8Por eso esa historia de la mierda, vieja como es, sigue dando
tumbos con nuevos afeites. Viene de las voces de Mesoamérica.
En verdad de antes, de más allá. Va transformada entre los
pueblos que habitan el territorio mexicano, y más allá. Llega por
distintas corrientes, algunas que pasaron por la vida de los
mexicas; otras, las más, que fueron sus pasarelas, hermanas por
origen y por trato.
9De esta vieja historia de la mierda se habla ahora: de la versión
mexica, por su perdurable registro, pero también de otras
versiones sus contemporáneas; de las formas antiguas, madres,
manantiales, pero también del cuchicheo de nuestros días.
10Y no se habla aquí solo de la mierda. Las estrellas de los
calidoscopios en las que los hombres contemplan su propio
cuerpo sirven también para medir el cosmos, para dividirlo y
clasificarlo. Las cualidades y los esquemas se sobreponen, y la
similitud conceptual es vía de pretendidos conocimientos. La
mierda, al ser nombrada, se convirtió en símbolo.
11Y no es sólo historia de la mierda porque, como historia parcial,
guarda en sus recovecos los secretos de las demás historias. La
mierda, en cada defecación, tiene la impronta de afanes
infantiles, la imposición adulta para el control del esfínter.
12Así las estrellas de los calidoscopios adquieren con la mierda
el reflejo del más puro de los amarillos.
2. Miscelánea I
p. 17-24

AUGURIO DE DESTRUCCIÓN
Antiguos tarascos
1Antes de que llegaran los españoles a Michoacán sucedieron
cosas portentosas. Pasaron por el cielo dos cometas, y muchos
templos se hendieron desde la cumbre hasta la base.
2Los dioses trataban de avisar a sus hijos que pronto serían
destruidos, y se les aparecían en sueños. Así conversaron con los
que sangraban sus orejas y cargaban sus espaldas con grandes
haces de leña.
3Un penitente soñó varias veces la invasión de los extraños. Los
vio que entraban con grandes animales a las casas de los
sacerdotes, y que dormían allí todos revueltos, hombres y bestias.
Traían gallinas, muchas gallinas, que subían a los templos y se
zurraban en ellos.

HORRO
Antiguos nahuas
4Un contrato o una sentencia convertían al hombre libre en un
tlacotli, sujetándolo a trabajar en beneficio del acreedor o del
dañado por su delito. Su situación se agravaba a causa de la
desobediencia. Caía entonces en la condición de tlacotli de
collera, por la que podía ser llevado como víctima a los templos.
5Había formas, sin embargo, de recuperar la libertad. Si el tlacotli
huía de su amo y entraba al mercado, buscaba un excremento
humano y ponía un pie sobre él. Merdoso, iba ante los
purificadores y les decía: “Limpien mi suciedad y denme por
purificado.” Los señores lo desnudaban, lo lavaban en
Chapultepec de pies a cabeza y lo vestían con ropas nuevas. En
las lavazas quedaba la servidumbre.

JUEGO
Nahuas de Hueyapan, Morelos
6Para el juego del venado o masaawille se debe contar con un
presumido que nunca haya jugado este juego.
7Se hace la cola de venado con un carrizo, y se utiliza un palito
para prepararla a la mitad.
8Juegan el venado, el arreador, los perros y el agarracola.
9El que hace de venado toma la cola de la parte no preparada y
se la pasa por la entrepierna, para que salga por detrás, como si
fuera una verdadera cola de venado. Después se esconde entre la
maleza.
10El que hace de arreador lo persigue gritando: “Sal, venado, sal.
Us, us, us, us, us”, y los que hacen de perro ladran para asustar
al venado.
11El que hace de agarracolas es el presumido. Debe alcanzar al
venado y agarrarlo por la cola. Cuando lo agarra se da cuenta de
que la cola se preparó con caca humana.
12Este juego siempre se juega de noche.
AGRADECIMIENTOS
Nahuas de Matlapa, San Luis Potosi
13Nosotros, los de Matlapa, San Luís Potosí, estamos muy
agradecidos por el favor recibido del Dios del Maíz. La gente
olvida, porque en su brega cotidiana hay muy poco lugar para el
reconocimiento; pero los de Matlapa conservamos las tradiciones,
y la memoria del saber de nuestros abuelos nos permite cumplir
la obligación de gratitud.
14Antes, la humanidad vivía triste. La gente de este mundo tenía
tamales, tenía atole; pero ni comía ni bebía. Todos se
conformaban con oler la comida. No podían tragarla, porque no
había forma de echarla fuera.
15Llegó el Dios del Maíz a donde vivían nuestros antepasados y
les hizo su agujerito. Desde entonces somos felices, porque ya
podemos comer tamales y atole.
LÉXICO LÓBREGO
Antigua lengua náhuatl
16Fray Alonso de Molina registra cuatro formas de decir cosa
oscura y tenebrosa en el náhuatl de los mexicas, rico en
metáforas:
• tlayohuayan lugar de oscuridad
• mixtecomac ohuican sitio peligroso de tinieblas (a su vez,
tinieblas significa literalmente: en el recipiente de nubes)
• yuhquim mictlan como en el mundo de los muertos
• yuhquim micqui itzinco como en el culo del muerto

TOPÓNIMO
Antigua lengua náhuatl
17El doctor don Cecilio Robelo, erudito filólogo, Director del
Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnografía, individuo
de la Academia Mexicana de la Lengua correspondiente de la Real
Academia Española, de la Sociedad Geográfica de Washington y
miembro honorario de la de Geografía y Estadística, Diputado
local en el estado de Morelos y Gobernador interino del mismo,
Magistrado por más de treinta años del Tribunal Superior de
Justicia, autor de infinitas obras, todas sapientísimas y
reconocidísimas, literato, lingüista, historiador, arqueólogo,
especialista en idioma náhuatl, azteca o mexicano, dice, fundado
en el análisis estricto del vocablo y en la glífica de los antiguos
libros pictográficos, que el nombre del pueblo de Tláhuac es
aféresis de Cuitláhuac, este es apocope de Cuitlahuacapan, y su
significado, “en agua de caca seca o dura”. Esto ha repugnado a
muchos pudibundos.
PEDO
Antiguos nahuas
18Se tenía por muy mal agüero que el zorrillo anduviera en las
casas de la gente, y más que pariera en ellas.
19Su deyección es monstruosa, y al ser lanzada se esparce como
arco iris, sacando del aire los colores. No es verosímil que sea la
deyección de un animal.
20Cuando el zorrillo expelía aquella materia hedionda, decían los
antiguos: “Se peyó el gran dios Tezcatlipoca.”

OTRO PEDO
Mopanes de San Antonio, Belice, y mochós de
Motozintla, Chiapas
21Dice un mito maya-mopán que el maíz fue descubierto gracias
a la zorra. Estaba oculto bajo una gran roca, nadie lo conocía;
pero un día las hormigas lo encontraron y empezaron a sacarlo
en larga fila rumbo al hormiguero. Perdieron, como es su
costumbre, parte de la carga en el camino. La zorra recogió los
granos, los probó y le supieron deliciosos.
22Ya de regreso a donde estaban los demás animales, la zorra
lanzó un pedo que le fue festejado. Todos se preguntaron por la
causa de que hubiese salido con tan agradable aroma. Así se
iniciaron el interrogatorio, la confesión, la búsqueda y, por fin, el
encuentro de los animales y del hombre con el gran tesoro: el
grano de maíz.
23Esto es lo que cuentan los mopanes. Los mochós aseguran que
el maíz no produce mierda; es el alimento; no hay distancia entre
el grano de maíz y la carne del hombre. Tal vez por eso los granos
que comió la zorra sólo produjeron gases perfumados.
24El café es diferente: no alimenta. El mito maya-mochó cuenta
que el carnero descubrió la mata del café, comió de ella y arrojó
enteros los granos frente a su dueño. El café tampoco produce
mierda; pero no se convierte en sangre.

TAMOANCHAN
Antiguos olmecas, xicalancas, xochtecas,
quiyahuiztecas, cocolcas de Chalchiuh-
momozco-Amaquemecan
25Estos son los nombres de los magos temibles, de los que se
transformaban y convocaban a las lluvias: olmecas, xicalancas,
xochtecas, quiyahuiztecas, cocolcas. Eran los hombres de poder
que habitaban en las alturas, entre los volcanes nevados. Su altar
era de jade. Su adoratorio estaba en Tamoanchan-Xochitlalpan,
el sagrado lugar donde los dioses colocaron a los primeros
hombres, a nuestros abuelos.
26Allí, en Tamoanchan, todo era limpio, puro, lugar maravilloso,
lugar de la felicidad de la vida. Su suelo no podía profanarse. Los
olmecas, xicalancas, xochtecas, quiyahuiztecas, cocolcas, tenían
que viajar a Cuitlatépec, Cuitlatetelco, el sitio de los vientos, para
exonerar el vientre. En Tamoanchan nadie podía defecar.
LA SEGUNDA COSECHA
Antiguos californios de Baja California
27De los estriados brazos de la pitahaya, de arriba (junto al cielo
y al Sol), los californios desprendían los frutos con varas largas a
las que unían, para formar gancho, un hueso delgado y
puntiagudo. Recogían en redes la cosecha, y ya en sus casas
sorbían la pulpa moteada de granitos negros, imperceptibles
entre los jugos de la boca. Este era el primer goce de las
pitahayas.
28Repletos de la acuosa carne, tan delicada que debían
consumirse el mismo día de la cosecha, digerían con calma, y con
calma depositaban las heces en los lechos de yerbas largas o de
piedras llanas y limpias. Secas y desmenuzadas las heces,
colocado su polvo en bateas, las mujeres separaban con suaves
movimientos las semillas negras del resto de la materia. Echaban
después brasas entre los granitos que, tostados así y molidos,
proporcionaban nuevo deleite al paladar.

INTERPRETACIÓN DE SUEÑOS
Otomíes del sur de la Huasteca
29Si sueñas con una víbora que se introduce en tu cuerpo, o si
sueñas que deseas excrementos, es que te calumnian, que la
justicia te persigue, que algo muy grave se intenta contra ti. Estos
sueños no debes contarlos a nadie.

COSMETICOS
Antiguos nahua
30Celosas de su belleza, las mujeres mexicas cuidaban sus
cabellos, procurando con amoles y ungüentos la tersura, la
brillantez y el olor delicado. Si el color era rojizo, los ennegrecían
con hojas de quilamolli maceradas en agua, y una negrura mayor
se obtenía del barro llamado palli, que hacía cabelleras
semejantes a noches sin luna. Pero, fuerte y abundante, el pelo
debía quedar limitado a zonas estrictas. Todo pelo en lugar
inadecuado, y sobre todo si era largo, se suprimía
definitivamente. El estiércol de hormiga era el eficaz depilatorio.
3. Majestad
p. 25-28

Antiguos quichés
1En Gumarcaah estuvo el trono de Gag-Quicab. Gobernó Quicab
desde Gumarcaah, la edificada entre quebradas, la oculta por las
nieblas y los espesos bosques, la abundante en frutos. Fue Quicab
el rey glorioso de Gumarcaah, la cercada por barrancas y
murallas, la de estrechas puertas y casas apiñadas, Gumarcaah,
la del Templo del Mancebo que Ayuda, la del Adoratorio de los
Hombres de los Zopilotes, la de la Colina de la Mano Derecha, el
Palacio, el Juego de Pelota, la Casa del Tesoro, el Tribunal, la
Armería, los colegios, los baños de vapor, las grandes cocinas
para la guardia de la corte. ¡No ha habido otra como Gumarcaah!
2Nadie como Quicab engrandeció el Quiché, porque ciertamente
Quicab fue de naturaleza portentosa. Su linaje brotó de las
palabras de los dioses con la creación de nuestros cuatro abuelos:
Balam Quitzé, Balam Acab, Mahucutah, Iqui Balam, los cuatro que
salieron de Tula, los que esperaron la salida del Sol en el monte
Hacavitz. Su línea es la principal, la línea de los Cavec. Balam
Quitzé inició el trono de los Cavec; Qocavib fue segunda
generación: Balam Conché comenzó el título de ahpop; la cuarta
generación fueron Cotuhá e Iztayub; los primeros reyes
portentosos fueron Gucumatz y Cotuhá (Gucumatz subía al cielo
siete días; siete días caminaba para descender a Xibalbá; siete
días se convertía en culebra y en serpiente; siete días en águila y
tigre; otros siete en sangre coagulada y solamente en sangre en
reposo); la sexta generacion fueron Tepepul e Iztayul; la séptima
generación fueron Quicab y Cavitzimah, los conquistadores, los
que multiplicaron como nadie hijos y vasallos del Quiché.
3En Gumarcaah se instalaron los tronos de los jefes de las
veinticuatro casas grandes. Dijo Quicab: “Yo soy el ahpop.” Los
jefes de las casas grandes cargaron sobre sus hombros las andas
de Quicab. El trono de Quicab estaba cubierto por cuatro doseles
de plumas preciosas, uno sobre otro, mezclando sus colgaduras.
Llegaban al trono las joyas de oro y plata, las plumas de quetzal,
de garza blanca y de raxón, las piedras preciosas, las garras de
tigre, los colmillos de manatí, las astas de venado, los ropajes
multicolores de hilo de algodón, las jícaras pintadas con nije, el
ámbar, el pom, las conchas y los caracoles, los brazaletes y los
collares de jade, la miel de abejas, los pescados y los cangrejos,
el tributo de todos los pueblos. Se llenaban de espanto las tribus
grandes y pequeñas al paso de los muchos cautivos que ser7an
sacrificados.
4Gag-Quicab y Cavizimah extendieron su poder sobre el mundo;
hicieron la guerra y destruyeron los campos y los pueblos de
Rabinal, Pamacá, Caoqué, Zaccabahá, Zaculéu, Chuví-Miquiná,
Xelahú, Chuvá-Tzac, Tzolohché y muchos otros que los
aborrecían. Quichés y cakchiqueles los conquistaron; les
arrebataron la gloria y el poder, los hicieron esclavos y los
asaetearon contra los árboles. Fueron como rayos que hieren y
destrozan la roca hasta los campos de cacao, hasta las costas del
mar, hasta la tierra caliente. Los flecheros y los honderos se
hicieron los vigías, los escuchas, las murallas, las puertas y los
bastiones del Quiché.
5Grande fue Quicab. Cuando los pueblos quisieron rebelarse, la
mano poderosa los contuvo y los ingratos fueron echados
desnudos entre las breñas de los avisperos. Nadie debía
dominarlo; nadie debía humillarlo. Su poder mágico eran las
saetas ardientes, el pedernal rojo, la neblina, el rayo verde y el
rayo pequeño. ¡Que se separen los labios maldicientes del límpido
espejo de las aguas! ¡Que no toquen las ásperas manos el pom
que se elevará como perfume hasta los rostros de los dioses!
6Pero los hijos de Quicab ambicionaron el poder; codiciaron las
piedras preciosas, el oro y la plata, y a los súbditos de su padre.
Llegó como veneno la traición al corazón de las zorras
pendencieras. Dijeron Tatayac y Ah Itzá: “No están abiertos los
caminos del Quiché. Queremos transitarlos libremente.” Después
conspiraron con los soldados y los enviaron a asesinar a los
señores militares de su padre. Dijeron Tatayac y Ah Itzá: “¡Que no
muera nuestro padre! ¡Que sea doblegado en su casa de
Panpetak!” Hasta él llegaron los soldados. Allí fue humillado el
rey. Allí le arrebataron el poder para dividirlo como mantas
compradas en el mercado.
7Quicab lloró por dentro la muerte que no se le dio. La traición,
la humillación, la sangre de sus militares, la separación de los
cakchiqueles y el ahogo se convirtieron en rugido. La boca real
dijo: “¡C'unum, c 'achak!”, “¡A la verga, a la mierda!” Quedaron
grabadas las palabras, hasta el fin del mundo: “¡ C'unum, c'achak!”
4. Una vieja historia de la
mierda II
p. 29-32

Antiguos nahuas y nahuas, zapotecos,


mixepopolucas y zoquepopolucas del Istmo
Veracruzano
1Los mexicas concebían el cuerpo humano como la unión
complementaria y opuesta de dos mitades. Arriba quedaban las
funciones más nobles: el pensamiento, combinado con los
sentimientos serenos; la asimilación de los alimentos, que en la
parte superior del cuerpo vertían sus jugos nutricios, y el vínculo
con las divinas fuerzas del destino. Abajo, en cambio, estaban las
pasiones y las fuerzas, y el proceso digestivo inferior consistía en
preparar las heces para su expulsión
2Guardado en el vientre, el excremento participaba de las
funciones de la zona. La parte inferior del cuerpo era el dominio
de energías particulares que oscilaban entre los valores positivos
y negativos: allí estaban el vigor y la laxitud, el valor y la cobardía,
la voluntad y la abulia, la capacidad de la alegría y de la tristeza,
la apetencia y el desgano sexuales, y también la debilidad y la
potencia generativas. El excremento estaba cargado de las
energías de su repositorio. Lo mismo pasaba con otros desechos
y emanaciones del vientre, que se transformaban en vehículos ya
de fuerzas vigorizantes, ya de exhalaciones nocivas, pestíferas,
malsanas, que contagiaban y hechizaban a hombres y a animales,
plantas y cosas. Dentro del cuerpo, la mierda caracterizaba la
gordura vana. Gordo y merdoso se acercaban a la sinonimia, y la
gordura de caca significaba la extrema pereza de la persona.
3Una concepción global del cosmos dividía polarmente las
fuerzas universales: las celestes eran de naturaleza caliente,
mientras que eran frías las del inframundo. Los seres mundanos
eran compuestos de ambas fuerzas, y el desequilibrio de los
estados naturales provocaba en los hombres la enfermedad o la
anormalidad. En esta división polar, la mierda era de naturaleza
fría –independientemente de su temperatura y su fuerza era
capaz de producir un equilibrio en los seres atacados por el calor
excesivo. Tal era el caso de los tlatlacotin, hombres que habían
perdido su libertad por contrato o por condena. Se decía de ellos
que el estado de sujeción les provocaba una transformación
orgánica: eran de “corazón caliente”. Una de las formas de
recuperar la libertad perdida era volver al equilibrio previo. El
tlacotli buscaba ese equilibrio huyendo del amo, penetrando en
el recinto del mercado y pisando una. mierda. Después reclamaba
ser limpiado del cuerpo y ser colocado en otra posición social. La
fuerza de la mierda obraría al contrarrestar la calidad caliente del
corazón del tlacotli. Debido a toda esta concepción, el hombre
nacido en libertad se llamaba yullo itztic (“el de corazón frío”),
mientras que liberar de la sujeción se decía cuitlatlaza (“arrojar
excremento”).
4Si bien las heces adquirían las propiedades del vientre, otras
funciones de la parte inferior del cuerpo recibían la mancha fecal.
La pasión, y sobre todo las transgresiones cometidas por la
pasión, eran llamadas teuhtli, tlazolli (“polvo, basura”), con un
fuerte sentido excrementicio. El pecado por antonomasia era el
sexual, la mancha adquirida por la incontinencia, la falta cometida
por aquella mitad del cuerpo que se asociaba con la producción
de excremento. Los pecados sexuales invadían el organismo con
flemas malignas que envolvían el corazón, provocando la locura
del incontinente. Sólo había una forma de librarse del mal: el
enfermo arrepentido, acudía al sacerdote a confesar sus culpas,
disolviendo con ello las flemas de la opresión. El sacerdote que
recibía la confesión era el de Tlazoltéotl (“Divinidad de la basura”),
por otro nombre Tlaelcuani (“La devoradora de excrementos”). Era
ella la que había provocado la lujuria; en ella estaba la
desaparición de sus consecuencias: recobraba el influjo y lo
ingería, volviéndolo a su fuente. El pecado sexual era excremento;
la diosa lo hacía suyo de nuevo.

5No es de extrañar que el perverso, disoluto y vicioso, junto a los


calificativos de teuhyo, tlazollo (“lleno de polvo, lleno de basura”),
recibiera los de tlaello, cuitlayo (“lleno de excremento, lleno de
caca”), en una forma más de las metáforas pareadas con las que
los nahuas daban fuerza y expresión a los discursos.
6Mierda y pecado sexual se unen en el máximo oprobio. Las
prostitutas, toleradas, pero socialmente despreciadas, reciben en
los textos fuertes insultos: “mierduchas, perrillas de mierda”.
Recogidas estas palabras ya en la época colonial y bajo las
diligencias de los cristianos, puede suponerse que influyó en su
enunciado un afán por obtener el beneplácito de los
evangelizadores; pero es sabido por múltiples fuentes el rigor con
el que los mexicas perseguían a los homosexuales. Acerca de
estos pobres hombres vejados queda en el Códice Florentino el
siguiente testimonio:
Sodomita, puto: Corrupción, pervertido, excremento, perro de mierda,
mierducha, infame, corrupto, vicioso, burlón, escarnecedor,
provocador, repugnante, asqueroso. Llena de excrementos el olfato de
la gente. Afeminado. Se hace pasar por mujer. Merece ser quemado,
merece ser abrasado, merece ser puesto en el fuego. Arde, es puesto
en el fuego. Habla como mujer, se hace pasar por mujer.

7La asociación entre sexo, excremento y parte fría del mundo


puede explicar actuales concepciones que sin esta interpretacion
serían incomprensibles: en la región del Istmo Veracruzano,
habitada por nahuas, zapotecos, mixepopolucas y
zoquepopolucas, se cree que quien abusa del comercio sexual
puede morir, porque las relaciones sexuales son frías y alteran el
cuerpo. En cambio, la abstinencia sexual provoca un estado
caliente que hace apto al individuo para enfrentarse a ritos
peligrosos, trabajos importantes y viajes al mundo subterráneo.
Esta abstención es la parte medular de las llamadas “dietas”,
mecanismos rituales de preparación que dan al hombre el poder
necesario para actuar entre las fuerzas invisibles.
5. Historia natural
p. 33-36

CUITLAMIZTLI O PUMA DE MIERDA


Antiguos nahuas
1Es como un puma. Se llama así porque al atrapar un venado lo
devora totalmente. Queda repleto, echado con el vientre tenso de
glotoneria. Esta inmóvil durante dos o tres días, mientras digiere
lo tragado.
2Cuando come guajolotes los acaba, aunque sean veinte.

EL PÁJARO CUITLACOCHIN
3Pocos conocen la causa de su nombre. No es verdad que sea
cuicacochi, ni que lo sea por un cantar nocturno. Tampoco son
merdosos su color ni su morada ni sus olores ni sus costumbres.
Es su canto con el pico al viento, el que dice en tiempo de aguas:
¡Cuitlácoch, cuitlácoch, tarati, tarat, tatatati, titiriti, titiriti!

EL PESCADITO CUITLAPÉTOTL
4Vive en el cieno. Le han llamado cuitlapétlatl (“estera de
estiércol”) por error de uno que fue a pescar con un cálamo. Su
nombre es cuitlapétotl. Cuitlapétotl, porque es un trompo de
caca: hinchado, barrigón, esférico, relleno todo, redondo. Su
cabeza es amarga. Es medicina para los niños.

TZINOCUILTIN O GUSANOS DEL CULO


5Viven en el excremento. Algunos se transforman en moscas
estercóreas para seguir rodando las majadas. Otros nunca
fomentan sus anhelos ni desarrollan sus ambiciones. Quedan en
el apego al terruño sobre el surco, entre los bueyes, para avivar
el fuego en madrugadas frías.

CUITLAÁZCATL U HORMIGA DE MIERDA


6Guerrera en fila que apuntó sus dientes en el íntimo ser de los
magueyes. Hinchó su vientre de malignos jugos sorbiendo un
manantial de estercolero. Emponzoña su herida, escuece,
inficiona.

CUITLAZAYOLIN O MOSCA DE LA MIERDA


7Es redondilla, pequeñilla. Creció entre el excremento y sus
olores. Penetró la hedentina en su nariz hasta romperle el
discernimiento. Transitó entre el faldón de la sotana y confunde
el perfume de la gloria con el olor a beata. En cualquier emanación
percibe beneficio. Su voracidad la hace ecléctica; aborrece los
ismos, y su espíritu está abierto al mundo y sus riquezas. Ávida,
vuela sobre todo para caer ya en la caca, ya en el guiso. Emprende
el vuelo al primer amago. Provoca mucho asco.

CUITLATEMOLIN O ESCARABAJO DE LA
CACA
8Es pariente del ayoxochquiltemolin, que vive entre las flores de
la calabaza; pero este lo niega.

TECUITLAOLOLO O PELOTERO DE CACA


9Este escarabajo también es pariente pobre, desconocido; pero
encauza su resentimiento en el deporte.

TOTOLCUITLATZÁPOTL O ZAPOTE DE CACA


DE PAVA
10Es tan suave, tan heñido, tan graso, tan brillante, tan dulce, tan
terso, tan untuoso, tan semejante a la caca de los guajolotes, que
muchos golosos se han chasqueado en el misterio de los
gallineros.

CUITLAPATLI Y TLAELPATLI O MEDICINAS


DE LA MIERDA
11Las muchas medicinas así llamadas son testimonios de la
ingratitud humana: paga el sacrificio con el oprobio de un
nombre.

CUITLACOCHI
12Duerme el pardo excremento en la mazorca, de la mazorca, con
ella. Es el amor que pretendiendo amarse trató de dividir su ser.
Quedó su intento en la perennidad informe. Es larva sin sol de la
mañana.
MICA
13Se forma en noches claras de relentes cristalinos. Es un libro
arañado por el paso de millares de estrellas. Se llama metzcuí-
tlatl tlatl. “la mierda de la Luna”.

TETLAYELLI O EXCREMENTO PÉTREO


14Guijarro torcido, áspero, cacarizo, despreciado del mundo.
Entre los minerales de jaez más baja fue el unigénito de un culo
apretado.

TLAYÉLTETL O PIEDRA EXCREMENTICIA


15Este guijarro, en cambio, está rayado por un fino y brillante
color amarillo. Lo que desmiente aquello de que el orden de los
factores...
6. ¿Cuál Pedro?
p. 37-42

EL PEREGRINO QUE OSCURECIÓ SU PIEL


Tepecanos de Azquetlán, Jalisco
1Personajes errantes, centenarios de rostro terso y ojos
luminosos, salen al resplandor de chimeneas, o entre bigotes
cubiertos de espuma de cerveza, o con el retintín de monedas en
los zocos, o bajo el polvo del camino hacia el santuario, o en las
noches de vela, bravucones, pícaros, burlones, maliciosos,
ingenuos o torpes, dedicados a despertar alegrías, a soliviantar a
los pobres de espíritu, a disfrazar de leones, osos y lobos a los
poderosos para que pueda existir la risa impune, a facilitar el
cortejo de la deseada vecina, en fin, a traer al mundo alivio al
trabajo, a la ley, a la opresión, al deber, a la conciencia y a la
autodenigración.
2Son ellos los héroes de cuentos, leyendas, chistes y fabulas: Juan
del Oso, Juan Tonto, Juan Soldado, Juan Ceniza, y otros juanes y
pedros y nasreddines y calilas y dimnas, que han rodado por
cubiertas de barcos piratas, mercantes y mercante-piratas; que
se han balanceado en los lomos de los camellos y dromedarios y
que han montado las ráfagas de la aventura rumbo a costas
ignotas. Cambian el hindi por el persa, el persa por el árabe, el
árabe por el hebreo, el hebreo por el latín o por el castellano, en
ida y en retorno. Ensanchan, alargan, comban o estrechan sus
narices; abultan o adelgazan sus labios; rizan o enlacian sus
cabellos, porque pasan por aborígenes de toda geografía.
3Si las condiciones son favorables, mantienen su nombre sin más
cambio que el que la nacionalización exige: Jean Sans Peur es Juan
Sin Miedo y Giovanni Senza Paura; Renard, Reynke y Reineke es el
mismo fornicador con lobas y asesino de gallinas. Si las
condiciones no son favorables, su nombre quedará a la zaga de
sus hazañas, y habrá que buscar en las historias de bribones y
trúhanes la sombra anónima de Maistre Pierre Pathelin. De selva
en selva pueden sufrir transformaciones, y el chacal se convierte
en lobo, mientras que el conejo y el coyote se hacen en otras
latitudes tlacuache y tigre.

4Son del pueblo, de los pueblos; pero sus historias han sido
muchas veces recogidas para formar colecciones clásicas. Así
nacieron los Pañchatantra, de ellos el Hitopadeza, y se reunieron
los cuentos de Las mil y una noches. De ahí han vuelto las
historias a los pueblos, para no contarse iguales dos veces
seguidas, y en los muchos caminos recorridos ya no puede
saberse si fueron los negreros portugueses quienes narraron los
cuentos a sus esclavos, o si fueron éstos los que lo hicieron a
quienes comerciaban con su carne.
5Como loas, los héroes han cabalgado a los mortales, haciendo
de quienes los acogen voceros de sus aventuras. Así ocurrió en la
segunda mitad del siglo XVIII con un militar alemán que, sin
grandes méritos, había combatido contra los turcos al lado de los
rusos. Karl Friedrich Hieronymus barón de Münchhausen recibió
al invisible héroe fanfarrón, y su alma poseída, inflamada, dio por
narrar hazañas fantásticas, proezas sin límites, divertidísimos
surrealismos, que obligaron a Rudolf Eric Raspe primero, y a
Gottfried A. Bürger después, a publicar en 1785 y 1786 los
maravillosos viajes y campañas del barón. Al volverse los relatos
del dominio público, nuevas aventuras, anacrónicas ya, se les
agregaron, y el barón pudo salvar de la guillotina a Luis XVI y a
María Antonieta. Las hazañas de Münchhausen son en tierras
españolas las del barón de la Castaña, y en las americanas
montañas de Catskill, en Nueva York, se han atribuido sus
mentiras y exageraciones al legendario John Darling.
6El personaje de nuestro cuento es uno de estos peregrinos. Su
nombre pertenece desde hace siglos a la literatura. Los héroes,
de pasta inmortal, han atraído por cientos a los escritores. Goethe
hizo una larga epopeya del medieval Reineke el Zorro. Cervantes,
por su parte, tomó como personaje de una de sus comedias al
pícaro Pedro de Urdemalas. Pero fue éste por sí, el popular
Ordemales, Urdemales, Urdimalas, sin la ayuda cervantina, el que
cruzó el océano, arribó a las costas mexicanas, oscureció su piel
y, ya transformado en indio, se dio a urdir males por caminos y
caseríos.
*
7Iban los arrieros por el camino real cuando vieron que Pedro de
Ordimales brincaba con el sombrero en la mano, abanicando el
aire, para atrapar lo que no distinguieron.
8“¡Vengan, amigos!” ¡les gritó Pedro.“¡Atrapemos al pájaro cu!”
9Por fin cubrió el suelo con copa y ala de su sombrero, y apoyó
las manos para que el ave no escapara.
10“¿Cómo es el pájaro cu?”, preguntaron los arrieros.
11“Muy bello”, contestó Pedro. “Si quieren, se los vendo.
Páguenme y préstenme otro sombrero; pero no lo destapen
ahora, porque si me ve, me sigue. Esperen a que ya me haya
alejado, a que encumbre aquella loma, y entonces sí podrán
sacarlo del sombrero.”
12Los arrieros, deseando vender a buen precio el pájaro cu al
llegar a su destino, pagaron a Pedro lo que les pidió, le dieron
otro sombrero, y esperaron a que llegara a lo alto de la loma.
Luego alzaron el sombrero, poquito a poco, y el capitán metió la
mano para coger el ave. Tanteó, localizó, cerró los dedos, y sintió
cómo inundaba su mano un buen montón de mierda fresca.
13“¡Ya verás, Pedro!”, gritaron. “¡El día que te encontremos, ese
día te fregamos!” Pero Pedro había cruzado la loma, hacia otros
valles, hacia otras serranfas, tal vez hacia otros países, donde
habrá de cambiar, nuevamente, el color de su piel.
PEDRO DE ORDIMALES SIGUE A CRISTO
Yaquis de Cócorit, Sonora
14Personaje tan errante (zorro sin madriguera, ave sin nido),
encontró la senda de Cristo y lo siguió.
15Fue tras Cristo con paso igualado, que sólo quebró (en
cualquier día) para hurtar mazorcas en las milpas.
16Cristo no encontró higos. Él, en cambio, descubrió una higuera
cargada, remedo de un tesoro escondido en un campo, y (a
hurtadillas) lleno su morral.
17Cuando el hambre apretó, el discípulo (más ayunado que un
fariseo) cambio un higo de bolsa a boca.
18Cristo lo supo (sin volver el rostro como un fantasma):
19“¿Qué estas comiendo?”
20“Oh, Señor (falsamente, casi negando), solo estiércol de burro.”
Y en silencio siguieron el camino (sacudiendo el polvo de los
pies).
21Poco después el hambre volvió con otras siete hambres peores
que ella. El seguidor (con sigilo) llevó nueva bola a la boca.
22¡Prodigio! ¡Transformación! ¡Moneda de Cafarnaúm!
(Enternecido hasta las lágrimas, chasqueante) fue Pedro el
receptor de la enseñanza.
23Sentado en una piedra que semeja un trono, Pedro estrecho el
hinchado morral contra su pecho (amoroso), lejos del moho y la
polilla.
7. Salud, enfermedad,
medicina y muerte II
p. 43-51

DIVINIDAD
Antiguos nahuas
1Amímitl, el dios de la flecha del agua protege a los hombres de
Cuitláhuac. Él les enseñó el arte de la caza en el lago. Castiga a
sus enemigos con las enfermedades chinamperas: la tos seca, la
tos aguda, el romadizo, el hipo, y sobre todo las diarreas y las
evacuaciones sanguinolentas. Pero también él sana de estos
males a los hombres.

ANTIVIPERINO
Huaves de San Mateo del Mar, Oaxaca
2El mordido de víbora debe untarse de inmediato con mierda en
la herida, y comerla para que salga el veneno. Si el animal anda
por ahí, han de atacarlo con un palo untado de mierda. Cuando
la víbora muerde la mierda cae muerta, porque para ella es muy
venenosa.

CONJURO
Antiguos nahuas, siglo XVII, Marquesado
3El viejo santo Domingo Hernández fue transportado por dos
personas de túnicas blancas. Muy lejos, suspendido en los aires,
vio a sus padres y abuelos y conoció los caminos al Cielo y al
Infierno. –Tú –le dijeron– que eres pobre y miserable, toma con lo
que podrás curar a los enfermos, con lo que alcanzarás comida y
bebida.
4Y pusieron en sus manos el águila blanca, el águila oscura.
5Al regresar a su pueblo de Tlaltizapan, en el Marquesado, ya lo
lloraban por muerto sus familiares. Al abrir los ojos se halló con
el punzón y el saber para curar el vientre.
6Dicen que pronunciaba estas palabras cuando hería el vientre
del enfermo con su aguja: ♦
¡Ea! Serpiente blanca, serpiente oscura, serpiente amarilla,
ya dañas el lugar de la bolsa, el lugar de la caja de esparto;
ya dañas nuestra cuerda de carne, nuestros intestinos de carne.
Allá va ahora el águila blanca, el águila oscura.
No vine ahora por ti; no vine a perderte.
Solo en un rincón, sólo contra la pared haré que se escondan tu
brazo, tu venerable pie.
Y si no me obedeces llamaré al sacerdote venerable aguilucho,
llamaré al chichimeca pardo.
También él muere de sed, también tiene gran hambre,
el que arrastra su intestino.
Alla ira.
Yo llamaré a mi hermana mayor, la de la falda de jade.
Se embriaga la piedra, se embriaga el palo.
La acompañará el sacerdote amarillo.
En la caja de plumas preciosas, en la caja de ajorcas permanece
haciendo ruido.
La acompañará el sacerdote verde, el oscuro sacerdote.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
MILAGRO
Antiguos mayas yucatecos y español sevillano
7Llegaron los dzules y expulsaron de sus templos a los antiguos
dioses. En Izamal sanaba a los enfermos, resucitaba a los muertos
Kinich Kacmó. Descendía como guacamaya de fuego cuando el
Sol estaba en el cenit.
8Ahora se encuentra en Izamal la Virgen Santísima. Ante ella van
los enfermos y hasta ella llevan a los muertos.
9Un español, natural de la ciudad de Sevilla, tras meses sin poder
expeler excremento, llego a la Virgen con el vientre abrasado por
el dolor. Dio limosna para unas misas y prometió a la Virgen no
abandonar el templo sino sano o muerto.
10Dos meses después se hizo el milagro, y el español prometió
visitar la santa iglesia en cada viaje que hiciese a estos reinos.

EL OLOR DE LA MUERTE
Mazatecos de Oaxaca
11Hay personas que han conocido, desde muy lejos, el deceso de
un ser querido. Aparece en su casa un olor muy fuerte, como de
zorrillo. Es la señal de que un familiar ha muerto.
DE LAS ENFERMEDADES Y SUS REMEDIOS
Antiguos nahuas ♦
12Se daña nuestro estómago. Su medicina correspondiente es la
purga. El enfermo comerá cuauhtlatlatzin. Comerá dos o tres
piñones. Los asará. Se detienen las evacuaciones con yolatolli. O
beberá el enfermo coztómatl enchilado, lleno de pepitas de
calabaza, lleno de cacao, lleno de miltómatl-, o beberá chíchic
cuáhuitl, o la parte más transparente del agua de cal. Y es
necesario aplicar enema con el llamado xoxocoyóltic, al que se
agrega xocócotl. Lava el interior de los riñones. Saca los gusanos,
quizá el gusano de la tierra llamado tzoncóatl, lo expele con la
orina. Y después beberá el llamado yamanquipatli. Hará salir,
vendrá a empujar lo que enferma. Ésta es una medicina completa
contra el estreñimiento, contra la sequedad del excremento.
13Estreñimiento. Se administra por el ano un supositorio hecho
con hollín y un poco de salitre; se amasa con hule lleno de chile;
se hace una bola y se introduce por atrás. Vendrá a arrojar la
comida excesiva, todo lo que está dentro del vientre.
14Excremento blanco o excremento con sangre. Su medicina
correspondiente es el cihuapatli. Se cuece lleno de tizne y se
mezcla con clara de huevo de pava. Lo beberá el enfermo cuatro
veces, cinco veces, o quizá beberá cacao con agua de cal. La
solución de cal que se necesita se obtiene remojando cal por la
tarde; se mezcla con cacao lleno de chile bien tostado. Y la comida
del enfermo será nexahuíyac, o quizá totopos. No podrá comer
carne de vaca, carne de puerco asadas o cocidas en olla, ni pavo,
codorniz, conejo, huevos de pava fritos. Quizá sorberá caldo
caliente, salado.
15Diarrea. Ya sea niño, ya sea adulto, beberá el agua en que es
cocido el llamado tzipipatli. Tres veces, cuatro veces lo beberá el
enfermo. Y también lo beberá la madre del niñito; éste tomará la
medicina de ella, su leche. Y el adulto beberá atole, atole de chía
mezclado con totopos de chía. Le espolvorea chile. Y el niño lo
beberá sin la superficie de polvo chile, o beberá agua de corteza
del llamado íztac cuáhuitl que se da aquí en Coatitlan; se cuece
en cacao. También es ésta la medicina correspondiente a las
defecaciones con sangre. Y si esta medicina no puede detener de
inmediato la diarrea, se hace hervir mucho un cilindro de axin, se
le administra por detrás al enfermo. Si puede beber la medicina,
algo de ella beberá. Y si no puede beberla, tomará caldo de pavo,
la capa superficial. Ésta es también la medicina correspondiente
a las defecaciones con sangre.

DE CÓMO SANÓ LA HIJA DE MARÍA DÍAZ


Mames de Santiago Chimaltenango, Guatemala
16María Díaz fue la causante de la enfermedad de su hija. Le
heredó el vicio antes que la niña naciera, porque le pasó en el
vientre el gusto por el hap-choch. Cuando los niños empiezan a
agitarse dentro de sus madres, las embarazadas pierden el
apetito por los alimentos comunes, se ponen muy nerviosas y
empiezan a pedir dulces y frutas. Hay algunas, sin embargo, que
piden hap-choch y sólo con él se tranquilizan.
17El hap-choch es un barro gustoso. Si una mujer embarazada
come un poco de él, nada le ocurrirá y el niño nacerá sano. Si
abusa, seguirá con el hábito después del parto, y tendrá que
mascar tabaco con lejía para poder olvidar el deseo de comer
barro. Si el vicio está ya muy arraigado, nada podrá salvarla de la
muerte.

18María Díaz, a sus treinta años, es flaca, lenta, floja y


cariamarilla. ¡Quién la hubiera visto antes del parto! Hace cinco
años era fuerte, gorda y muy hermosa, diligente, trabajadora, viva
y querida por su marido. Fue decayendo, y hasta recibió malos
tratos de su marido, que la golpeó porque en un principio no
comprendía el origen de su pereza. Después, al descubrir que
comía hap-choch, pidió auxilio a los chimanes para que fueran a
rezar por su mujer; pero los rezos de los chimanes no remediaron
a María. Ya no camina, desprecia los alimentos, y todo mundo
sabe que pronto morirá.
19Afortunadamente, la niña pudo salvarse. Los vecinos la vieron
comiendo hap-choch y le quitaron la costumbre. Le dieron a
beber media jícara de aguardiente mezclado con caca de
guajolote. Cuando la niña tragó la caca, sintió mucho asco,
vomitó luego, y salió todo el hap-choch revuelto con la mierda.
Fue suficiente. Desde entonces no ha vuelto a comerlo, y hoy se
le antojan los alimentos sanos. ¡Lástima que este remedio solo
sea para niños! No sirve a las mujeres enviciadas que aprendieron
a comer barro durante el embarazo.

MALEFICIO
Antiguos nahuas
20Hay en tierra caliente un árbol llamado pochote divino. Los
hechiceros recogen sus semillas y las dan secretamente, en el
agua, en el pulque o en la comida, a quien aborrecen. Entonces
se desata todo el cuerpo del perjudicado; se hincha, engorda. En
ninguna parte conserva ya su apariencia humana. Dicen al gordo:
“Mierdilla de glotón, gordinflón, montón de gordura, flojonazo,
columna de carne, masa de fruta, cabeza de jarro, oreja de gota,
párpados abultados, nariz de tamal, manillas con tripas, deditos
rellenos de mierda, piernas de bultos de tierra.”
21Se hace sucio, asqueroso. Es un flojo que sólo piensa en beber
y comer. Al fin muere: se hiende su carne, revientan sus brazos y
sus piernas. En vano quiso remediarse con purgas.

PROFECÍA PARA EL KATÚN 7 AHAU


Mayas yucatecos coloniales
22No habrá quien se hiera con flecha que no se indisponga del
estómago.

EL DAÑO DEL AYUNO


Tolojabales de Chiapas
23Es malo traspasarse sin comer. Al dejar de comer, el estómago
se llena de aire, y al caer de nuevo el alimento, el aire se revuelve
con la comida, la esponja, el vientre se hincha y todas las tripas
entran en movimiento. Se le hace a uno una bola en la barriga.
24Para curar al que tiene aire, el sobador deberá darle un masaje
con unto de puerco, sin sal, revuelto con azahares. Luego
golpeará para que el aire se despegue y salga.

PREVENCIÓN
Chinantecos de San Juan Lealao, Oaxaca
25No debe tocarse el excremento del zopilote, porque quien lo
hace contrae el mal del pinto.
26Tampoco debemos maldecir al enano que anda al mediodía
cuando se encuentra uno con su mierda, porque la maldición
puede enfermarnos.

TESTIMONIO
Mayas de Quintana Roo
27Todo mundo sabe que duele el estómago porque lo ha ocupado
un mal viento.
28No se siente cuando nos invade; pero después, al sufrirlo, sus
movimientos de animal, sus uñas y sus dientes clavándosenos por
dentro, nos dan a conocer que es algo como un sapo, o como una
lagartija, o como algún otro dañador del hombre.
29Pero no es sólo una semejanza; es un animal verdadero. Yo lo
vi, y por eso lo sé.
30El año pasado estuve muy grave; ya no la contaba. Una noche
salí a evacuar. Allí entre mis heces, encontré un ratón todo
pringado que me hacía amagos. Había salido de mi vientre, de
seguro, porque desde entonces sané.
HUMO
Antiguos nahuas
31Convierte en carbón los huesos, la piel y el excremento del
jaguar. Mezcla el polvo con trementina. Lleva todo ante quien se
inicia en la crueldad, ante el que se vuelve inhumano. Enciende la
mezcla. Sahúmalo, y la maldad que empezaba a invadirlo
abandonará su cuerpo.

VETERINARIA
Huaves de San Mateo del Mar, Oaxaca
32Si las gallinas tienen las patas enfermas, se les pone un poco
de su misma caca; pero debe tenerse cuidado de que sea caca de
color café.
33Aunque es medicina para animales, un viejito usó esta misma
caca para reponer el himen a una muchacha.
8. Terrón Cagao
p. 53-55

Nahuas de Pajapan, Veracruz


1De punta San Juan puede verse Terrón Cagao. Está metido en el
mar, donde lo golpean las olas. Parece sólo un peñasco con forma
de campana; pero en realidad es una prisión.
2Todo el rumbo es especial. Esto lo supieron bien los de Alvarado
que vinieron a pescar donde corresponde a los pajapenos.
Levantaron un campamento a la orilla del mar y estuvieron
sacando pescado y tortuga. Les fue mal, y no han de haberlo
olvidado. Por las noches oían ruidos. Primero, pasos, como que
se acercaba gente al campamento; después, como que alguien
meaba en el matorral. Encendían las luces y no encontraban a
ninguno. Al fin cayeron en cuenta de que los estaban visitando
los encantos. ¡Para susto que se dieron! Esos ya no quisieron
volver. Todavía han de tener alterada la salud.
3Pero un susto es lo de menos. Malo cuando los encantos se
cargan a alguno abajo. Es gente celosa, delicada. Son los que
cuidan los animales de la tierra y de las aguas, y se molestan
mucho cuando los cazadores inexpertos dejan malheridas a las
bestias en el monte. Son como los policías o los soldados del
Encanto, del Chane, el dueño que vive en el Talogan.
4Algunos pajapeños han podido regresar del Talogan. Se les ha
llamado en castigo por no entrar en el monte con el debido
respeto o por maldisponer de la carne. Uno puede aprovecharse
de los pescados y de los animales del monte; pero el permiso está
condicionado. No puede uno repartir, así como así la carne: todo
debe ir para la mujer y para los hijos; no puede compartirse con
la querida porque eso es malgastar, según el Chane. También hay
animales que no deben cazarse. Son unos venados gordos
marcados en las orejas o con fierro, como reses. Esos son del
Dueño.

5Los que han regresado del Talogan dicen que es un lugar de


riquezas, donde corre miel de los manantiales. Es una enorme
llanura con pueblos y caminos como los de los cristianos. Está
bajo la serranía de los Tuztlas, bajo el volcán de Santa María y el
San Martín. Allá viven los chanecos, como se vive acá; sólo que
sus puercos son jabalíes, sus gallinas son faisanes, sus perros son
coyotes y sus gatos son tigres. Los venados pastan en los
potreros como si fueran ganado, y entre ellos andan tranquilos
los tepescuintles, los seretes y los tapires. Cuando los chanecos
quieren navegar, se trepan en sus lagartos, como si éstos fueran
lanchas, y en sus casas se sientan en armadillos que les sirven
muy quietos de bancos. Sueltan los animales en el monte cuando
sale el Sol sobre la Tierra, y a silbidos los recogen en la noche,
para contarlos y curarlos. Ya no dejan salir a todos, porque el
Chane está disgustado debido a tanto rifle y tanta escopeta que
se usan en el monte. Dizque el Chane quiere llevarse a los
animales a Tabasco por los túneles que tiene debajo del mar.
Ojalá no lo disponga así.
6Algunos pajapenos que han regresado de Talogan lo han hecho
con mucha dificultad. Los parientes han pagado rescate: copal
blanco, flores, cochinos, guajolotes, y aparté han tenido que
hacer dieta, porque debe uno estar endietado para tratar con
gente delicada. Pero otros de los capturados se han quedado alla
para siempre, por irrespetuosos y por imprudentes.
7Dicen que bajo Terrón Cagao está la prisión. Los chanecos –
encuerados, chiquitos, pero muy bravos- los tienen amarrados en
la cárcel, y las iguanas pasan corriendo y los chicotean con la cola.
8¡Tan tranquilo que se ve Terrón Cagao!
9. Una vieja historia de la
mierda III
p. 57-59

Antiguos nahuas, antiguos quichés, cuicatecos


y chinantecos de Oaxaca
1Cargamos en nuestro cuerpo una forma de muerte: el
excremento. Se separa de nosotros como un cadáver. Si bien
conservó siempre su naturaleza ajena, de lo transitoriamente
incorporado, fue producto de nuestras funciones, selección
propia y desecho. Algo suyo ha quedado en nuestra vida; algo
nuestro –los jugos, las rabias– va con él y está ahí, tendido.
Enfrentarnos a nuestro excremento es aceptar que hemos hecho
un trueque.
2Tal vez por esto se creyó en la antigüedad que había en los
basureros presencia del inframundo. Salir de la casa en la
oscuridad de la noche para orinar o para vaciar el vientre, era
arriesgarse a un mal encuentro. Sin más remedio, el urgido se
escurría temeroso entre las paredes derrocadas, salitrosas,
exhalantes, sabiendo que los muladares eran sitios frecuentados
por la Cuitlapanton, Cintanaton, Centlapachton. Decían que era
como una niña pequeña, bajita, cuyo cuerpo crujía al deslizarse
sobre la tierra, anadeando. Aparecía de pronto en un sitio para
desvanecerse y surgir súbitamente en otro. Era como una enana,
nalgona, peluda, con los cabellos hirsutos cayéndole por todo el
cuerpo. Verla era saber que pronto llegaría la muerte.
3El hedor de los basureros se identificaba con el tenebroso
Mictlan. El helado mundo de los muertos era el origen de la
fetidez. Allá iban a padecer trabajos los que habían perecido sin
gloria. Atravesaban los páramos barridos por los vientos fríos de
arena y de guijarros, entre las púas de arbustos agresivos. Al fin
llegaban al lugar oscuro, sin orificio de salida de humo. En el
negro y húmedo Mictlan la peste atormentaba a los difuntos.
4Muy lejos de los nahuas del Altiplano Central de México, en las
tierras altas de Guatemala, los mayas contaban un mito en el que
también se atribuía el hedor al mundo subterráneo. Ixbalanqué
bajó a hacer la guerra al poderoso señor de los muertos. Vencido
éste y arrastrado hacia la superficie de la Tierra, rogó a
Ixbalanqué que no lo expusiera a los rayos de luz. Ixbalanqué,
furioso aún contra su enemigo, le dio un puntapié y le dijo:
“Vuélvete, y sea para ti todo lo podrido y desechado y hediondo.”
Esta es la version de Fray Bartolomé de las Casas.
5El Mictlan es un sitio de inversión. La muerte se acentúa en el
ámbito del alimento. Allá se ingieren restos, desechos. Se
incorpora a los difuntos lo que es ya parte de su naturaleza: el
excremento. Porque son los difuntos mierda de la superficie de la
Tierra. Así dicen los Primeros memoriales: ♦
Mictlantecuhtli, Mictecacíhuatl comen allá, en el Mictlan, pies,
manos. Y su guisado es el pinacate; su atole, el pus. Así lo
beben, dentro de un cráneo. Comen muchos tamales peídos;
alla los comen en el Mictlan. Los tamales están peídos de
pinacates.
El que aquí sobre la Tierra comía guisado caldoso, allá en el
Mictlan come cuescos de frutas. Y todo esto: alla son comidas
las hierbas espinosas, y todos los que van al Mictlan comen
abrojos. Todo lo que aquí sobre la Tierra no es comido, allá se
come en el Mictlan.
6La imagen de la hedionda comida del inframundo ha quedado
grabada en la tradición popular. En donde quiera que los hombres
se deleitan con narraciones de aparecidos, de los que regresaron
del mundo de los muertos o del que se casó sin saberlo con una
mujer fantasma, repiten las descripciones de los sucios alimentos
subterráneos. Algunas veces no se percibe su verdadera
naturaleza: son tortillas, tepache, carne. Cuando la sal toca los
alimentos, se muestran como lo que son: la carne es palo podrido,
las tortillas son hojas de encino, el tepache es agua de lodo, y la
esposa presente, descubierta, vuelve a su ser de muerte y huye
en forma de culebra. Lodo, espinas, pus, estiércol de vaca, grasa,
mugre, gusanos, sangre, son las viandas listadas en los cuentos
de fantasmas y difuntos.
7¿De qué será el excremento en el mundo de los muertos? ¿Cómo
se hará la inversión? La muerte se transforma en vida. El ciclo se
cierra cuando en la materia descompuesta surge el fuego que
hará regresar a los seres al mundo de la luz. Así sucede con los
astros que se prenden de nuevo para dar el gran salto en el
oriente; así sucede con los huesos regados con la sangre del pene
de Quetzalcóatl, recomponiéndose el polvo en nuevos hombres;
así sucede con el semen que se pudre en el vientre femenino, y a
partir de la corrupción se hace de nuevo carne; así sucede con los
granos de maíz que bajo el terrón se humedecen, se enmohecen,
se hinchan, mueren, y por el milagro de la muerte revientan y
lanzan su bandera de pluma de quetzal.
10. Miscelánea II
p. 61-68

TZINACANCUÍTLATL
Antiguos nahuas
1Hay en las viejas historias la mención de un pegamento tenaz,
con el que el lapidario unía las piedras para fabricar los espejos.
El pegamento se llama “caca de murciélago”; pero no procede de
oscuras cuevas. Francisco Hernández (el protomédico enviado
por Felipe II a descubrir los tesoros naturales de las tierras
dominadas e insuficientemente conocidas) nos dejó descrito un
árbol pobre, desaliñado, de tamaño mediano, parecido al
mezquite, que se llama “árbol de la caca de murciélago”. Dice el
protomédico que, cocida la mezcla de la goma de este árbol con
resina y arena, forma una pasta tan recia y firme que “excede al
hierro, a las piedras y a los diamantes”. Hernández, sin duda,
exagera al afirmar tal calidad de la pasta; pero valdría la pena
recorrer los cerros y encontrar el árbol (¿Acacia riparia ?) de tan
maravillosas propiedades.

LA BUENA EDUCACIÓN
Tojolabales de Chiapas
2Año y medio de vida parece suficiente a los tojolabales para que
los niños inicien el control de sus esfínteres. A esta temprana
edad se suceden castigos y recompensas que estimulan el
aprendizaje: regaños, burlas, castigos físicos cuando el niño
retarda su ingreso al orden social; caricias, elogios, golosinas
cuando se doblega dócilmente ante la norma. Si todo esto falla,
se apela al terror: al niño –al varoncito se le amenaza con la
capadura. ¿Será que se equipará la educción a la castración? No
hay sociedad que tolere a los que tienen bien puestos los cojones.

LA QUEJA DEL DIOS DE LA TIERRA


Totonacas de la sierra. Puebla
Yo soy Montizón
yo soy Montizón-Hombre,
yo soy Montizón-Mujer.
Ninguno me gana,
no hay quien me doble.
Yo les tengo cargados,
todos los cristianos,
todo el mundo.
Me patean. Se sientan sobre mí.
Me tiran agua de nixtamal,
se me cagan,
se me orinan.

Pero no se acuerdan de mí,


nada me dan de trago,
no me dan de comer.
Nomás quieren andar,
Nomás andan paseando.

Ya me duele mucho la espalda.


¡Cómo me chorrean!
Cada día, cada día...

ÉXTASIS JERINGADO
Diversos pueblos antiguos
3Intrigó por un tiempo la función de vasijas de cerámica, cónicas,
con remate tubular y un orificio en la pared del cono. Inadecuados
recipientes, dejarían que se vertiera el líquido por la abertura
lateral. Llamó también la atención que el tubo fuese de superficie
muy tersa y que los bordes de su extremo distal estuviesen
suavizados.
4Se concluyó: el recipiente sería una lavativa. La abertura lateral
podría servir para administrar con precisión el líquido a quien
recibiera el enema, deteniendo o vaciando el clister, pues el paso
se regularía tapando o destapando la entrada de aire con la yema
del dedo pulgar del administrador.
5Tiempo después sorprendió la escena pintada en un vaso maya.
Siete parejas practicaban un ritual de enemas con vasijas muy
semejantes a las que habían sido consideradas lavativas. Es casi
obvio -y así lo han supuesto algunos investigadores que el líquido
vertido fuese un psicotrópico.
6Esto hace reconsiderar lo dicho por el Conquistador Anónimo.
Relata que en la provincia de Pánuco los hombres eran tan
borrachos que, cansados de no poder tomar ya el pulque por la
boca, se acostaban y se lo hacían poner en una cánula por el ano
hasta que el cuerpo se llenaba. (¿Se habrá presenciado en Pánuco,
como origen del infundio, un incomprendido ritual semejante al
pintado en el vaso maya?

EL PINGO DE SANTA ANA


Otomíes del sur de la Huasteca
7Cada monte tiene su dueño. El señor del cerro de Santa Ana
Hueytlalpan, el pingo de ese cerro tiene hambre de oro. Lo come,
lo come, lo come, y cuando está repleto, lo caga para guardarlo
en el fondo de su enorme cofre de piedra.
LOS RÍOS
Tepehuanos de Chihuahuay Durango
8Dice Herodoto, el extraño viajero, en Euterpe:
Tanto por razón de su clima, tan diferente de los demás, como por su
río, cuyas propiedades tánto le distinguen de cualquier otro, distan los
egipcios enteramente de los demás pueblos en leyes, usos y
costumbres. Allí son las mujeres las que venden, compran y negocian
públicamente, y los hombres hilan, cosen y tejen, impeliendo la trama
hacia la parte inferior de la urdimbre, cuando los demás la dirigen
comúnmente a la superior. Allí los hombres llevan la carga sobre la
cabeza y las mujeres sobre los hombros. Las mujeres orinan de pie;
los hombres se sientan para ello. Para sus necesidades se retiran a sus
casas, y salen de ellas comiendo por las calles, dando por razón que
lo indecoroso, por necesario que sea, debe hacerse a escondidas, y
que puede hacerse a las claras cualquier cosa indiferente.

9Pero acá, sin Nilo, en territorio quebrado, tienen en la micción


igual costumbre los varones tepehuanos.

PINTURA FACIAL
Antiguos nahuas
10Dos franjas amarillas cruzan el rostro azul del dios
Huitzilopochtli. Una enmarca los ojos; otra comprende la boca. Su
nombre es pilnechichihualli, “hechuras de niño”. Son de caca
infantil.
EDAD
Huaves de San Mateo del Mar, Oaxaca
11Tu madre unta caca de gallina en sus pezones. Tránsito,
destete. Otro hermano ocupará tu cuna. Un día irás en la canoa y
la pértiga encallecerá tu mano.

LOS TEMPORALEROS
Otomíes y nahuas del centro de México
12En el Lugar del Dueño de la Casa del Agua (Alcaleca) los
agricultores dan gracias a los señores de la lluvia. Por allí y por
otras cavernas salen del inframundo las nubes cargadas de agua
y de granizo y los vientos que preceden a las lluvias. Suben en
procesión los hombres marcados por el golpe del rayo. La
descarga es la terrible llamada a los elegidos; quienes sobreviven
a ella quedan consagrados al manejo de los meteoros en las
cuevas.
13Así lo han hecho los agricultores durante siglos, yendo de los
valles a las faldas arboladas de montañas y volcanes. Hoy el ritual
se ha enriquecido con el “Oh, María, madre mía, oh, consuelo del
mortal...”, velas, cohetes que llaman a los invisibles, cruces,
aguardiente y cerveza junto al antiguo pulque y, algunas veces,
misa y comunión con tortillas de maíz.
14Los elegidos son los responsables de la suerte de las
sementeras. Vigilan el horizonte, llaman a las nubes sobre la
tierra seca, y las ahuyentan cuando descubren que su carga es de
granizo.
15Antiguamente los grupos conjuradores soplaban contra las
nubes peligrosas, hacían en sus imprecaciones violentos
movimientos de cabeza y blandían amenazantes palos con
culebras enroscadas, apartando a los ahuaque y a los tlaloque
hacia campos ajenos. El rechazo de los graniceros podía ser más
vivo: amenazando a las nubes con hachas y cuchillos, lanzando
contra ellas sus calzones o, en última instancia, mostrándoles el
culo desnudo.

EL VALOR DE LA PALABRA
Tojolabales de Chiapas
16Heces fecales se dice k ‘oy en tojolabal. Aparece k ‘oy en los
nombres de secreciones y excreciones, como puede observarse
en los ejemplos siguientes:
17k’oy chik’in cerillak’oy sat legañak’oy nt’ mocok’oy ej sarro
18Pero k ‘oy no se limita al cuerpo y sus productos. Igualmente
se dice:
19k’oy kajpe asientos del café
20k’oy pejk’werech moho de la surperficie del agua
21k’oy wa’el sobras de la comida
22k’oy pichi asientos de pozol
23k’oy k’anal estrella fugaz,
24Porque la estrella fugaz no es sino el excremento de una
estrella que atraviesa el cielo. Al caer en tierra y enfriarse se
convierte en obsidiana. La obsidiana también se llama k ‘oy k
‘anal.

PLÁTICA SABIA
Kikapús de El Nacimiento, Coahuila
25Cuando el pueblo kikapú aún no había sido atado entre cercas
de púas y vedas, los varones lucían las suaves y cálidas mitazas
de piel de venado. Si en las noches al calor del fuego, entre la
charla, se les antojaba evacuar, retiraban el paño del vientre,
conservaban sin remover las mitazas, y la hoguera amparaba el
crepitar.
26En cuestión de pudores y entre amigos, bien está que valga más
el fervor de la palabra que el recato.

MALDAD
Mestizos del oriente de Sonora
27No todos aguantan la felicidad ajena. Se sufre la alegría de los
demás cuando no hay disposición al regocijo. En Sonora hay
resentidos que perjudican a los que festejan. Estos amargados o
vengativos matan coyotes, y con el sebo hacen velas que
encienden en los bailes. El humo es muy dañino. La gente que
está en la pieza comienza por sentirse incómoda; vienen los
borborigmos, y luego el dolor de vientre, porque siente uno como
se le van inflando las tripas y pasan de un lado a otro los
retortijones. La flatulencia se vuelve insoportable. Al final, con
mucha pena, los dañados empiezan a peerse. La fiesta termina
con vergüenza y bochornos.

MONSTRUO
Tzotziles de Chamula, Chiapas
28Salta de rama en rama en las selvas de Chiapas. Es horrible,
peludo, con doble cuerpo y afilados colmillos. Es “el hombre que
llora por la espalda”. Cuando lo hiere una bala, se cura con una
lamida. Si atrapa a un cazador, lo ata con sus largos pelos, lo
devora con furia por ambas bocas y, como es su costumbre,
empieza a cagarlo tan pronto como lo traga.
11. El proceso de producción
en el marco de la historia
patria
p. 69-72

LA MATERIA PRIMA
Antiguos nahuas y antiguos romanos
1Tecuítlatl, acuítlatl, azóquitl, amomoxtli. Se llama “caca de las
piedras”, “caca del agua”, “lodo del agua”, “raspaduras del agua”.
Dice Sahagún que son hurroras (léase horruras), bascosidades de
color azul claro que los mexicas recogían de la superficie del lago,
tendían en el suelo sobre ceniza y hacían tortas que comían
tostadas.
2Algas lacustres, ricas en proteínas, descubiertas por
desarrapados héroes culturales.
3En la costa del sur de España se producía el garum con grandes
beneficios, por su elevado precio y porque el producto era
indispensable en la gran cocina romana; pero el negocio decayó
en el siglo III: la salmuera, vulgar pero barata, sustituyó al valioso
condimento.
4Para la elaboración del garum se ponía en el fondo de una
enorme vasija una capa de hierbas aromáticas: hinojo, anís,
menta, orégano, ruda, albahaca, tomillo. Sobre esta capa se
troceaban salmones, anguilas, sardinas y otras especies del mar.
Se cubría todo con una espesa capa de sal. La alternancia de capas
se repetía, y se dejaba reposar la mixtura durante siete días. Al
concluir éstos, se removía el preparado por otros veinte días. El
producto era el jugo clarificado, codiciadísimo a pesar de su
repugnante olor.

LA ELABORACIÓN
Mochos de Motozintla, Chiapas, criollos
novohispanos y alemán hamburgués
5El cuerpo es una cocina. Por esto se usa la misma palabra para
lo que cuecen las mujeres en la cocina y para lo que cocemos en
el interior de nuestro cuerpo. Primero hay que moler el alimento,
como se muele el nixtamal. Pasa lo molido a nuestro racimo, que
es semejante al colador de la cocina que separa el líquido
nutritivo y el bagazo. El racimo son todos los órganos que
tenemos en la parte superior del tronco. La buena sustancia va a
las venas, porque es lo que produce vida, fuerza, gordura y
alegría. El bagazo acaba de molerse en el vientre, hasta que
adquiere la consistencia necesaria para ser expulsado.
6Debemos ser cuidadosos al combinar los alimentos. Debemos
poner juntos los alimentos fríos y los alimentos calientes, sin que
las mezclas sean bruscas. Si la composición no armoniza, puede
formarse una bola que se nos queda atorada en el racimo. Todo
debe ser sabroso, porque cada alimento tiene sus
correspondencias y sus impedimentos; y cada uno ha de ir en la
cantidad y en la proporción adecuadas.
7También la cocción debe quedar en el punto debido, porque
enfermaremos si la hiel recocina la pasta.
8Henrico Martínez –el Heinrich Martin hamburgués–, embarcado
a la Nueva España en 1589, astrólogo, políglota, traductor del
Santo Oficio, editor, cosmógrafo real, ingeniero de la magna obra
del desagüe del Valle de México, se enfrentó en el Nuevo Mundo
al misterio del ingenio de los criollos, superior al de sus padres
españoles. Profundizó en el problema, hasta encontrar que las
causas eran la naturaleza cálida de la tierra y la calidad de los
frutos novohispanos, de muy poca sustancia. Al ser los vegetales
más ligeros, y más ligeras por tanto las carnes de los animales
que los consumían, los alimentos en la Nueva España eran poco
nutritivos. La comida insustancial y el mayor calor del ambiente
hacían de la digestión un proceso fácil: había poca combustión
en el interior del cuerpo, y eran, por tanto, menos los vapores que
al desprenderse del caldero corporal obnubilaban el cerebro. Los
criollos, con menos humos en la cabeza, tenían un pensamiento
mucho más claro que sus padres.

EL PRODUCTO
Zapotecos de Juchitán, Oaxaca, y españoles
9Cuando el forastero se disculpa para retirarse a un sitio aislado,
los juchitecos lo siguen con cautela para identificar después el
lugar exacto de su estancia y poder revisar en sus heces su
carácter.
10Es práctica sapiente. Es cortesía de los juchitecos: no
consideran iguales a todos los extraños.
11...tal vez por eso los españoles, solapados, conociendo la
existencia de técnicas similares, prefieren cagarse en la mar o en
lo inasible.
12. Salud, enfermedad,
medicina y muerte II
p. 73-81

MEDICAMENTO OFTÁLMICO
Antiguos nahuas, antiguos mayas yucatecos
huaves de San Mateo del Mar, Oaxaca, antiguos
españoles, indios de la Isla Española
1Contra el mal ocular que Sahagún llamó “enfermedad de las
nubes de los ojos que se crían sobre las niñas de ellos”, y que los
propios nahuas describían como “excrecencia ocular de estrellas”,
recomendaban los antiguos médicos indígenas las go tas hechas
de estiércol de lagartija, tizne, jugo de tomate y una sustancia
llamada matlalin (el cardenillo, según fray Bernardino, usado para
obtener los colores verdes y azules oscuros). Este remedio tiene
una interesante correspondencia con otro de los mayas
yucatecos, mencionado por Landa. El obispo registró que los
mayas consideraban útil la hienda de las iguanas para curar las
nubes de los ojos, siempre que se pusiera fresca sobre ellos. Y
aún hoy día, los huaves usan la caca de la iguana contra las nubes
de los ojos.
2Es admirable que al otro lado del océano existiesen
prescripciones similares:
3Alonso Chirino de Cuenca, en su obra Menor daño de medicina
(1505), recomienda el estiércol de lagarto contra problemas
oculares, y Luis Ávila de Lobera, en una de sus obras publicadas
en el mismo siglo XVI, ordena para similares padecimientos la
simiente del lagarto, cogida por el mes de mayo.
4No indican las fuentes si los médicos indios contraindicaban este
estiércol a determinados pacientes. Es posible que no todos
debieran usarlo, si las propiedades de la carne de la iguana eran
comunes a su excremento. Los indios de la Isla Española
aseguraban que la carne de iguana, con lo buena y sana que es,
no debía comerse por el que hubiese sido tocado por el mal de
las bubas, por muchos años que tuviese de haber sanado.

LOS DESECHOS
Antiguos nahuas
5Bernal Díaz del Castillo describe los nemanahuilcalli o axixcalli
de la ciudad de México-Tenochtitlan. Eran pequeñas privadas a
los lados de los caminos, construidas, por recato, con cañas, paja
o yerbas, a las que acudía el necesitado viandante a purgar el
vientre. Recato, sí, pero también beneficio. La hienda se extraía
en canoas para ser transportada hasta el mercado. Allí se adquiría
en los esteros próximos a la plaza. Tal vez se buscaba como
abono. Bernal nos dice que era para curtir cueros.

MATERIA MÉDICA
Antiguos nahuas
6Para aliviar el dolor de vientre de la puérpera se echará
ayolnéhuatl molido, caca de águila, hierbas agrias, raíz de
cuauhaldhuac y piedra de sangre.
7Contra el miedo o micropsiquia se beberá la poción preparada
con la hierba del sol (la que tiene brillo de oro), la hierba
resplandeciente, el almagre pétreo y la tierra blanquizca. Se
beberá todo desleído en agua de río con la flor del cuervo, la flor
del cacao y la flor pegajosa. Se untará con un emplasto de sangre
de zorra, laurel, espuma de mar y excremento de gusano
acuecueyálotl y de golondrina.
8El preparado de pulque dulce con caca molida de halcón y pato
y un poco de cola de tlacuache hará bien a la parturienta.
9Uno de los ingredientes de la medicina contra la gota es el
estiércol de hormiga. Para recogerlo hay que poner en el
hormiguero las ramas del arbusto del señor-niño, del ciprés y del
laurel. Las hormigas se cagarán en las hojas.
10El mal de los ojos inyectados de sangre, las nubes y las
cataratas, se curan con polvo de excremento humano.
11El glaucoma se cura cortando la punta de la carnosidad con una
aguja, y luego extrayéndola. Se aplica sobre la mancha o nube,
muy poco a poco, caca humana quemada, mezclada con sal.
12Debe lavarse la cara sarnosa o manchada con el jugo de
tlalquequétzal, acuáhuitl y ehecapatli, echado en agua de sabor
agrio que tendrá excremento de paloma.

LOS AIRES MEFÍTICOS


Otomies del sur de la Huasteca
13Bajo la tierra –como dentro de nuestro cuerpo circulan aires.
Los de la tierra se forman de las emanaciones de los difuntos.
Están cargados de enfermedad, de muerte, de olor a podre. Salen
con las nubes por las bocas de las cavernas para doblegar a los
hombres con su infección y para quebrar con su violencia las
matas de maíz. Por esta razón la cueva del viejo santuario debe
cubrirse con tela de costales cuando se celebran los ritos del
maíz. Si no se hace así, la tierra expedirá por ese agujero la
perdición de la cosecha.

LA INTOXICACIÓN
Tojolabales de Chiapas
14Si se come un hongo venenoso, éste crece, y crece, y crece
dentro del estómago. Cuando ya no cabe, sale en pedazos por
arriba y por abajo. Entonces la persona muere.

FILOLOGÍA ANATÓMICA Y FISIOLÓGIA


Antigua lengua náhuatl
15El estómago es cuitlatecómatl: “el vaso de la mierda”,
tlatlaliayan: “el lugar del depósito” y tlatlalilteco: “el vaso
esferoide del depósito”.
16Los intestinos son cuitlaxcollï. “los merdosos de superficie
curva”, y se dividen en cuitlaxcolpitzactli. “el intestino delgado” y
cuitlaxcoltomactli: “el intestino grueso”.
17El recto es cuilchilli: “el chile pintado”, y los bordes del prolapso
rectal son cuilchiltentli.
18El esfínter del ano es tzinmotzoliuhcáyotl: “el agarrador que
está en el ano”.
19El trasero, y en particular el ano, es tzintli, significa tanto “el
pequeño” como “la base”. Otro nombre del ano es tzóyotl. “el
mugroso”.
20La carne de las nalgas es tzinnácatl.
21Las nalgas son tzintamalli: “tamales del trasero”, su piel es
tzintamalehuayo , y sus pelos tzintamaltzontli.
22La línea interglútea es tzinatlauhyo: “la barranca del trasero”.
23Los pelos del culo son tzintzontli.
24La gordura del cuerpo es cuitlatatapayóllotl: “la bola de
suciedad”.
25La mierda es cuítlatl. También tlaelli: “lo hecho con las
vísceras”.
26El excremento también es nemanahuilli: ¿derivado de
“defensa”?
27La diarrea es apitzalli: “el soplido líquido”.
28El excremento infantil verde es cuitlapoxcahuiliztli: “la mierda
mohosa”.
29El bolo fecal es cuitlaólotl: “el olote de caca”.
30El excremento del aspecto purulento, como el formado por
alimento mal digerido, es cuitlatetemalli: “pus merdoso”.
31El excremento seco, que no puede expelerse con facilidad, es
cuitlahuaquiliztli: “sequedad merdosa”, o cuitlatexcalhuaquiztli:
“sequedad del horno de la mierda”.
32Cagar es xixa, manahuía, y si es líquido, axixa, que también
significa orinar. Si es cagar por miedo, mauhca axixa.
33Tener diarrea es noquía: “verter”.
34El pedo es ihíyotl: “lo del interior”, iyelli: “el que hiede” y
neixiyeliztli: “lo que es peído”.
35La suciedad del trasero es tzincuítlatl.
36La secreción viscosa que sale del ano es tzincualactli: “la
bascosidad del trasero”, o tzintzoncualactlï. “la bascosidad del
trasero que hace hebra”.
37El sudor grueso del cuerpo es tzouítlatl: “excremento espeso”.
38Los mocos son yacacuítlatl: “excremento de la nariz”.
39El cerumen es nacazcuítlatl o nacazcuicuítlatl: “excremento de
las orejas”.
40Las legañas son ixcuicuítlatl o ixcuítlatl: “excremento de los
ojos”.

LA HERIDA DE LOS DIOSES


Antiguos tarascos
41Los guerreros confiaban en el auxilio de sus dioses patronos.
Curicaueri, el señor del fuego, y Urendacuauécara, dios del
Lucero, recibían el humo del copal y escuchaban las oraciones de
las tropas que se preparaban para la conquista:
42“¡Oh dioses del quinto cielo, ¿cómo no nos oiréis donde estáis?
¡Porque vosotros sois solo reyes y señores, y vosotros sólo
limpiáis las lágrimas de los pobres!”
43Ellos correspondían embriagando, enfermando y provocando
disturbios y riñas entre los enemigos.
44Cuando Ticátame era el encargado de cuidar la imagen del dios
Curicaueri, su suegro y sus cuñados quisieron arrebatarle el dios.
Atacaron su casa, la incendiaron, y enclavaron a Ticátame con sus
varas, para después arrestar su cadáver. Tomaron la imagen, la
encerraron en un arca, y huyeron con la creencia en que el poder
del dios quedaría ahora de su lado.
45Pero Curicaueri, furioso por la injuria, enturbió su mirada, atacó
sus costados y les provocó correncias. Cayeron por los suelos,
revolcándose en su propia diarrea.
46Sicuirancha, hijo de Ticátame, recuperó la imagen de
Curicaueri.

CACA DE BORREGO
Huaves de San Mateo del Mar, Oaxaca
47Cada enfermedad debe tratarse con su medicina propia,
adecuada. Contra las purgaciones es necesaria una medicina de
naturaleza muy fresca. Pueden usarse las cacas de borrego que le
quedan pegadas en las lanas del culo; pero es necesario que ya
llevaban mucho tiempo colgando.

VEHÍCULO
Triques de Copala, Oaxaca
48A mucha gente la daña el racúnj. Entra al cuerpo y produce
sueño. Hay quienes no pueden conversar, porque se les cierran
los párpados y se les van los pensamientos. No sale el Sol para
ellos, y a veces ni siquiera comen.
49El remedio es el ratón del racúnj. Cuando se atrapa uno, se pela
y se cuece en un jarro chico. No debe ponérsele sal; tampoco
chile. La carne y el caldo se dan al enfermo, quien tendrá con ellos
vómitos y diarrea. Allí, en la porquería, saldrá el racúnj. El soplo
de la diarrea lo echará del cuerpo.

DIAGNOSIS
Huaves de San Mateo del Mar, Oaxaca y
tojolabales de Chiapas
50Para saber si la enfermedad de una persona es fría o es caliente,
los huaves revisan la mierda. Si la mierda es blanca, la
enfermedad es fría; si la mierda es colorada, la enfermedad es
caliente. Entonces puede curarse el mal con lo contrario.
51Un procedimiento semejante siguen los tojolobales para
descubrir el tipo del mal de ojo. Las evacuaciones diarreicas
amarillentas, acompañadas de vómito y fiebre, indican que es
k'ak'al yal satil o mal de ojo caliente; las diarreas blancuzcas, sin
fiebre, dan a conocer que es el peligroso che 'el satal o mal de ojo
frío.

HIERBA OLOROSA
Antiguos nahuas
52Contra la fiebre, la hinchazón del cuerpo y los gusanos del
vientre se usa el coaiyelli, que se produce en Chillocan. Es una
hierba oscura, de raíz semejante a la del zacate. Se hace con la
raíz una infusión. Se pone en agua, previamente mezclada con
tizne, sobre la parte enferma. El coaiyelli es fácilmente
identificable porque, como el topozán, huele a pedo de víbora.

HEMORROIDAL
Antiguos nahuas
53Si la hemorroide está dentro del ano, se le aplica al enfermo un
enema de tletlémaitl. Si es externa, se presiona tletlémaitl en
polvo sobre la parte dañada.

GUSANOS
Antiguos nahuas ♦
54Gusanos del culo. Estos gusanos están dentro de la gente. El
que los tiene en su interior presenta manchas en el rostro, señales
en el rostro, vejigas en el rostro. Son blancos, delgados.
55Serpientes de cabello. Estos gusanos vienen a bullir del ano de
nosotros los hombres. Los gusanos llamados “serpientes de
cabello” vienen también a bullir del culo de los perros. La
“serpiente de cabello” es como la planta “tripas de la tierra”.
56Los que están dentro de la gente, los que vienen a bullir de su
ano, son blanquitos, gusanillos, como los gusanos de la carne
cuando ésta empieza a pudrirse.
57Sólo salen cuando la gente duerme. Y en los perros vienen a
aparecer cuando cagan.
58Todos son llamados gusanos, en cualquier putreacción que
vivan.
CALVICIE
HECHIZO
Coras de Jesús María, Nayarit
61La flecha del daño ha de tener tres dotaciones:
62El pelo de vaca, que causará terribles dolores de garganta.
63El pelo de elote, cabello de Nuestra Madre, que secará la milpa.
64El grano de maíz, nuestra carne, que impedirá defecar a la
víctima.
65La flecha se lanza al corazón de la víctima.
13. Una vieja historia de la
mierda IV
p. 83-86

Chinantecos de Oaxaca, antiguos nahuas,


antiguos tarascos, mazatecos de Oaxaca,
tarahumaras de Chihuahua, totonacas de la
sierra, Puebla.
1¿De qué será el excremento en el mundo de los muertos? Un
cuento de la Chinantla dice que la hermana de un hombre muy
rico le pidió que le revelara el origen de su fortuna. El hermano la
condujo al inframundo. Ahí recibió la orden de recoger la basura
para llevarla al mundo exterior. Cuando la mujer volvió al mundo
de los vivos, extendió su camisa y vio que la basura se había
transformado en una culebra de oro puro.
2El inframundo es el lugar de la muerte; pero también de la
riqueza. Los actuales relatos de fantasmas hablan del dueño de
los muertos y de los animales salvajes, convertido en charro.
Dicen que el dueño captura a los hombres para transportarlos a
sus grutas. Ahí los esclaviza como mineros que aumentarán su
caudal de metales preciosos.
3Para los mesoamericanos, los minerales eran los excrementos
de los dioses. Ta ‘kin llaman los mayas yucatecos al oro, “mierda
del Sol”; ta ‘ú llaman al plomo, “mierda de la Luna”. Los
conquistadores tarascos, al ver su botín de guerra, dijeron del oro
que era el estiércol que el Sol echa de sí, y de la plata, el de la
Luna. Compartieron la concepción de los antiguos nahuas, para
los que el oro y la plata eran “la amarilla mierda divina” y la “blanca
mierda divina”, cóztic teocuítlatl t íztac teocuítlatl
respectivamente. Dice así el Códice Florentino: ♦

4Oro o cóztic teocuítlatl. El oro se hace dentro de la tierra, yace


en la tierra. Así aparece, así es visto en donde está, porque allí
está su madre. Aparece su madre cuando llueve. Su líquido
(dicen), su orina mancha mucho. Donde la superficie es amarilla,
donde está verdoso, como si estuviera rayado, manchado, ahí
aparece...
5El nombre de los metales preciosos, del amarillo, del blanco,
deriva del nombre téotl (“dios”) y de cuítlatl (“mierda”), porque
son maravillosos; amarillo [el oro], bueno, fino, valioso...
6Deriva de que algunas veces, en algún lugar, aparece al
amanecer algo que semeja un poco de diarrea. Se le llama “mierda
del Sol”. Es muy amarilla, maravillosa; está ahí como una brasa,
como oro fundido. Aquí aparece de donde deriva el [nombre del]
oro.
7El plomo y la mica también eran señalados como excrementos
de los dioses. El nombre de la mica, metzcuítlatl, es “mierda de la
Luna”. El mismo origen señala para el plomo el Códice Florentino:
Temeztli o plomo. El nombre viene de tetl (“piedra”) y metztli (“Luna”),
porque algunas veces es visto que aparece en la noche.
Está como atole. Dizque es la mierda de la Luna. Es blanco, aunque un
poco ahumado. De esto toma su nombre. Y éste es también de los
cerros, de las cuevas, como el oro...

8El origen de estos excrementos les otorgaba poderes de


curación. Esto pasaba con el mineral llamado quiauhteucuítlatl
(“excremento divino de la lluvia”). Se creía caído como una gota
sobre el suelo; que tomaba a la tierra por madre, y que iba
creciendo dentro de ella poco a poco, cada año. Unas cuantas
raspaduras bastaban para hacer volver en sí a todos los que
habían sido heridos por el golpe del rayo y que, por la furia de los
dioses de la lluvia, habían perdido la razón.
9Hoy los mazatecos creen que bajo la tierra viven los gran, seres
chaparritos, negros, de pelo crespo. Deben su color oscuro a que
el Sol, en un viaje nocturno, pasa tan cerca de ellos que quema su
piel. Son muy ricos, porque el Sol va regando oro.
10Pero no son sólo riquezas minerales las que se esconden en el
mundo subterráneo. El Tlalocan, uno de los reinos de los muertos,
acuático, era en las creencias de la antigüedad -y lo sigue siendo
en las actuales– arca de vegetación en potencia, de los frutos que
esperan bajo la tierra, independientes ahí de un ciclo anual, su
momento de surgir a la superficie. Es la Tierra madre de todas las
riquezas. Su sexualidad es más completa que la del varón. La
sexualidad del Cielo se limita al coito. La Tierra sigue el trabajo
de la gestación en su oscuro vientre, entre las inmundicias, junto
a lo corrupto. La Tierra es la muerte paridora de la vida.
11Hoy se sigue creyendo que en el inframundo se desarrolla el
germen de la producción. Ahí, en las praderas subterráneas
pastan las bestias, los peces nadan en sus ríos y mana de sus
fuentes, abundantemente, la ambarina miel. La producción es
mierda, y la mierda es riqueza. El proceso es la sexualidad
femenina, la sexualidad plena.
12El comercio también es riqueza. El carácter merdoso y
cadavérico –hoy también diabólico–de la riqueza contamina las
operaciones mercantiles. Tanto en las altas tierras de Chihuahua
como en las orientales, la profesión del comercio es vista con
recelo. Tarahumaras y totonacos, tan distantes, aseguran que hay
en ella mucho de nocturnidad, de maldad y de muerte.
14. Parú Tajá
p. 87-89

Coras de Jesús María, Nayarit


1Cuando los campaneros tañen las flautas y los silbatos de la
Navidad, en Jesús María la gente oye los primeros llantos del Niño
y los cantos de las aves que se regocijaron con su nacimiento. Es
el retorno de los sonidos. También retorna la luz del Sol, porque
el Sol que rueda por la calle polvosa, que penetra en las chozas y
que viaja entre los pitahayos que cubren el río, allá al fondo del
cañón, es el mismo que en Belén produjo el amanecer del mundo.
2Todo sobre la Tierra es un juego de igualdades, de vueltas. Son
presencias actuales de lo que fuera alguna vez al secarse el barro,
al formarse la gran costra roja. Sólo las combinaciones cambian y
crean entretenimientos y diversiones; las más de las veces crean
desgracias.
3Viejísimas luces de colores van rebotando en millones de
espejitos que están diseminados por el mundo desde el principio
del tiempo. Todo viene a ser la transformación de lo mismo o, si
se quiere, la permanencia de los cambios. Por eso destellan los
cristalitos de luz desde las ramas de los pinos.
4De las ramas de los pinos cuelgan, en la iglesia, los adornos de
Navidad. Son tiras de algodón blanco, salpicadas con motitas del
otro algodón, del que brota de la cápsula ya pintado de color café.
El algodón blanco es el pañal del Niño; el café su excremento.
5Hay rebotes de luces de colores, los regresos del tiempo, la
vuelta de las cosas. Cada dueño, cada señor invisible juega en su
tiempo con espejos, con sus cosas, en su dominio y en su
oportunidad de presencia. El iris es la cancha de los dueños. Cada
uno lleva a la cancha sus propios colores, así para el
entretenimiento, así para la desgracia. Cada dueño es el jefe de
sus semejanzas, de sus colores. La superficie irisada de la tierra
es el campo de batalla de los reflejos. Sobre el reflejo del algodón
blanco hay destellos de color café. El Sol que rueda en Jesús María
es el Sol de Belén.
6El niño nace como barro fresco, rojo, tibio por la luz del primer
amanecer del mundo. Tiene que ser armado con la flecha que
abate la desgracia. Sus cuatro abuelos lo protegen; le dan el arma
fabricada con el algodón blanco y el de color café. El niño recién
nacido regresa a la cuna con el arco y con la flecha.
7Pero el mal es una fiera ávida de la carne tierna, y rompe la piel
de muchos niños que, como el barro del amanecer, apenas
empiezan a endurecerse bajo los rayos del Sol. El barro del ser
todavía húmedo se deshace, y en la diarrea se vuelven agua los
jugos de la vida, se disuelve la vida y se apaga el Sol dentro de las
chozas de Jesús María. Los pechos se secan. Los brazos que
acunaban quedan vacíos.
8Por eso, cuando la fiera ronda la casa del recién nacido, cuando
hace amagos, cuando ataca, va el afligido padre an te el Niño:
9-Tú, Parú Tajá, compadécete de mi hijo enfermo. Sé que eres
Dios; pero siendo Dios, vengo a rogarte que te sientas niño entre
los niños y protejas a tu hermano, el niño de tu misma edad.
15. Cuentos y mitos
p. 91-98

CUENTO DE IGUANA
Nahuas de San Pedro Jícora, Durango
1Viajaban un hombre, su mujer y su pequeño hijo cuando
encontraron una iguana. El hombre la atrapó y la coció; pero la
iguana saltó viva del fuego.
2Llegó un muchacho, que le dijo: “Si quieres comerla, prende la
leña con yesca, y cuando esté cocida, cómela tú solo; no des parte
de la carne ni a tu mujer ni a tu hijo.”
3El hombre coció la iguana como le dijo el muchacho; pero
desobedeció y dio a probar carne a su hijo. Al poco andar le dio
dolor de barriga y evacuó su vientre en abundancia. Tanta fue su
diarrea que se hizo un lago en el que se ahogaron él y el niño.
Sólo la mujer se salvó.

CUENTO TRISTE DEL TLACUACHE


Mixtecos de San Pedro Xicayan, Oaxaca
4Su compadre el tigre invitó al tlacuache a que aprendiese de él
técnicas de caza. Al encontrar una vaca, el tigre se encaramó en
ella, enredó su cola a la de la víctima, la mató y compartió la carne
de su compadre.
5Tiempo después, aleccionado, partió solo el tlacuache de
cacería. Pasaron dos, tres, seis, siete días, y el tlacuache no
regresó a su hogar. Inquieta, su mujer fue a pedir ayuda al
compadre, y el tigre se dirigió de inmediato al prado de la lección.
Allí encontraron al pobre tlacuache, espinado, orinado y cagado,
colgando de la cola de una vaca.

CUENTOS DE RIQUEZA
Mixtecos de Guerrero
6Un flojo se la pasaba escarbando la ceniza. Una vez en el monte
cavó un poco y encontró una caja llena de dinero. No la sacó
porque sintió pereza. Al volver al pueblo contó a su gente lo
sucedido. “¿Por qué no trajiste cuando menos un costal de dinero
en el burro?”, le reclamaron. Pero él contestó que allá había
quedado todo para quien quisiera tomarlo. “Si ha de ser mío –les
dijo-vendrá a mi casa.”
7Un vecino ambicioso, oculto, oyó la conversación del flojo, y
salió en la noche al lugar del hallazgo. Cavó en el sitio preciso;
pero sólo encontró un botellón de cagada. Furiosos, cargó el
botellón en su burro, regresó al pueblo, encontró al flojo dormido
y le vació los excrementos en la cara y en la barriga.
8Al despertar, el flojo se encontró con la gran sorpresa. La mierda
se había transformado nuevamente, y estaba cubierto de dinero.

EL JAGUAR QUE FUMÓ


Lacandones septentrionales de Chiapas
9Un hombre creyó que el que venía del monte era su cuñado.
10– ¿Eres tú, cuñado? – le preguntó.
11– Soy yo, cuñado-contestó el que en verdad era el jaguar con
disfraz de humano.
12– Pasa a mi casa, descansa, bebe atole y fuma un buen puro. El
dueño de la casa torció un par de andullos con hojas de la vieja
planta de los lacandones, mucho más fuerte, picante y olorosa
que la que llevaron los choles a la selva.
13– Aspira este sabroso humo. Es un auténtico “pedo de jaguar”.
14Y los dos disfrutaron junto al fuego, tranquilos, del picante
humo del “pedo de jaguar”.
15De pronto el visitante recobró su espantosa figura manchada,
saltó frente al dueño de la casa, lo apuntó con el culo y le dijo,
disparándole un tremendo cuesco:
16– He aquí, cuñado, ¡un verdadero pedo de jaguar!

MITO DE PERROS
Nahuas de Zongolica, Veracruz
17Los hombres hacían sufrir mucho a los perros, y éstos
decidieron enviar su queja a Tláloc. Eligieron a un valiente
mensajero y le entregaron la carta. Como el mensajero tenía que
defenderse en el camino, no la podía llevar en el hocico. Hicieron
rollo la carta y se la guardaron en el culo.
18El perro mensajero jamás volvió. Ya los perros no saben cómo
era. Ahora todos se revisan el culo cuando se encuentran, en
busca de la contestación del dios.

DE CÓMO FUERON CONCEBIDOS SOL Y LUNA


Mixes de Oaxaca
19Estaba María, la doncella, tejiendo la ropa que usaba la gente
de aquellos tiempos, cuando llegó un pajarito y se paró en el hilo.
María lo espantó, pero el pajarito volvió, se zurró y manchó el
hilo.
20– ¡Pajarito-boca-de-mierda! –dijo la niña –, ¡Ya me ensuciaste
el hilo! – Y de un manotazo lo enredó en los lizos. Pero luego,
compasiva, recogió al pajarito desmayado y lo guardó en su seno.
21El plácido calor revivió al moribundo. Huésped abusivo, se
regocijó entre los pechos nacientes, una, dos, tres veces. Antes
de recibir otro golpe voló a lo lejos, dejando preñada a María, en
cuyo vientre se formaron el niño y la niña que llegarían a ser Sol
y Luna.

EL AMATE
Chinantecas de Usila, Oaxaca
22Un niño y una niña fueron hasta la guarida del águila de dos
cabezas. La mataron y le arrebataron sus ojos, uno de oro y otro
de plata. Ya con ellos, quisieron volver a la tierra. “Ven a
bajarnos”, pidió el niño al zopilote. El ave, con el niño a cuestas,
voló hacia arriba, hasta aburrirlo con sus vueltas y fastidiarlo con
su fetidez. “Déjame otra vez sobre la peña”, debió pedirle el niño.
“Ven a bajarnos”, dijo el niño a la paloma; pero ésta se excusó
debido a sus escasas fuerzas. Entonces el niño llamó al
murciélago: “Come frutas de amate y ven a cagarte encima de esta
pena.” Fue el murciélago a cumplir lo mandado; más comió
demasiadas frutas y le ganó la correncia lejos de su des tino.
Repitió el niño la orden, y el murciélago su intento. Esta vez
acertó, y sobre la peña creció un bello amate que pegó sus raíces
a las rocas hasta alcanzar el suelo y hundirse bajo la tierra. Por
allí bajaron con los ojos de oro y de plata Sol y Luna.
FIRMAMENTO
Huicholes de Jalisco
23Luna salió de su casa de agua para iluminar el cielo. Quiso
distribuir sus blancos destellos en el firmamento, y defecó. Se
esparcieron sus heces, piedras brillantes sobre la negrura.

MITO DEL NIÑO


Tepehuas de Pisaflores, Veracruz
24Una mujer, viuda de un músico, malparió a su niño. Quiso tener
siempre cerca el cuerpo de su hijo, y lo enterró donde lavaba ropa.
De la sepultura crecieron unas matitas, y la mujer hizo tamales
con sus frutos; pero los tamales resultaron amargos y los arrojó
al pozo. De la cueva del pozo salió una tortuga, que cargó sobre
su carapacho uno de los tamales. El tamal se convirtió en un niño
que viajaba sobre la tortuga. Este niño era en realidad el Maíz.
Como aún era muy pequeño, a diario se ensuciaba en la tortuga.
La caca del niño escurría sobre el animal, y el caparazón quedó
pintado, para siempre, con bellos colores.

TRIUNFO
Mazatecos de Huauhtla de Jiménez, Oaxaca
25La doncella, radiante y fresca, vestida de colores, piel olorosa a
jabón y agua de jícara, apareció entre la gente. Era su día, su
triunfo: era su boda.
26Amada, mirada y admirada, tuvo que abandonar la fiesta para
ir, cubierta por el follaje, a hacer sus necesidades. Entre los haces
de la luz filtrada por la fronda desató la cascada cristalina.
27En vano esperaron su regreso. Su cuerpo, pulverizado en gotas
de luz, rayó el cielo. Desde entonces existe el arco iris.
28Hoy es costumbre que un niño acompañe a las novias
mazatecas durante todo el día de su boda. A ningún lado van
solas. Nadie quiere que se pierda otra beldad de la superficie de
la Tierra.

EL ORIGEN DE LOS POBRES Y DE LOS RICOS


Zoquepopolucas de Sabaneta, Veracruz
29En la antigüedad todos los hombres eran iguales. Un día Dios
decidió la diferencia, y quiso que hubiera pobres y que hubiera
ricos. “Es necesario que haga una prueba para ver quién será
quién”, pensó Dios, y se le ocurrió invitar a todos los hombres a
una fiesta.
30El día de la fiesta, muy temprano, Dios cubrió el patio de su
casa con caca de guajolote. Llegaron los invitados y quedaron
sorprendidos. Muchos no se atrevieron a cruzar; pero unos
cuantos dijeron: “¿Qué importa embarrarnos los guaraches si
podemos divertirnos?”
31Desde entonces hay ricos y hay pobres. Y desde entonces los
ricos, por más que se tallen, quedan pringados de cagada.

LA LUZ DEL AMANECER


Popolocas de San Felipe Otlaltepec, Puebla
32El mundo permanece en tinieblas porque el águila, posada
frente al Sol, oscurece con su sombra la superficie de la Tierra.
33Cada mañana el guerrero Shi Gù construye un camino con
excrementos de hormiga sobre las olas del mar; dispara una
flecha al águila y la mata. El águila, la flecha y los huevos del nido
se precipitan al vacío. Libre, la luz del amanecer inunda todo.
16. Paremiología
p. 99-103

ADAGIO
Antiguos nahuas
1“Come por segunda vez su excremento.”
2Se dice del que da algo a alguno, tal vez algo de comer, o tal vez
un manto, y después lo reclama, se lo quita.

ADIVINANZAS
Antiguos nahuas
3 ¿Qué cosa es la que está levantada en el camino, cosilla como
piedra de tinta?
4La caca del perro.
5 ¿Qué cosa es “ya va a salir, toma tu piedra”?
6La mierda.

FRAGMENTO DE DISCURSO AL NIÑO


Antiguos nahuas
7Tú no eras antes así, cuando viniste al mundo; antes, tú no
podías defenderte; antes, tú no podías extender los brazos. Sí, te
hizo cuajar tu venerable madre, que junto a ti sufrió, que junto a
ti se fatigó, que junto a ti estaba cabeceando de sueño, se estaba
llenando de hediondez con excremento líquido. Y su venerable
leche te hizo cuajar.
FRAGMENTO DEL DISCURSO AL NIÑO
NOBLE PARA QUE NO DESCUIDE LA
PRODUCCIÓN DE ALIMENTOS
Antiguos nahuas
8Si te dedicas solamente a la nobleza, si no dispones lo
concerniente a los camellones, a los canales, ¿qué harás comer a
la gente?, y ¿qué comerás?, ¿qué beberás? ¿Dónde habré visto que
alguno desayune o cene con nobleza?
9El alimento nos hace una merced absoluta. Alguno dijo, alguno
llamó al alimento “nuestros huesos, nuestra carne”. Porque es
nuestro existir, porque es nuestro vivir; porque él camina, porque
él se mueve, porque él se alegra, porque él se ríe, porque él vive:
el alimento.
10Se dice con mucha verdad que gobierna, que reina, que
conquista. ¿Dónde habré visto que gobierne, que reine, alguno
que tenga los intestinos cerrados, alguno que no coma? ¿Y dónde
habré visto que alguno conquiste sin vituallas?

METÁFORAS
Antiguos nahuas
“Lleno de polvo, lleno de basura.”
11Estas palabras se dicen del que gobierna ilegítimamente, del
que ilegítimamente adquiere fortuna, del que ilegítimamente se
enriquece. ¿Acaso es buena la forma en que gobiernas, o por la
que te enriqueciste? ¿O es bueno lo que comes? Sólo están llenos
de polvo, llenos de basura el gobierno o la comida que comes.
“Del basurero de cenizas, de la encrucijada de caminos
hago mi madre, hago mi padre.”
12Estas palabras se decían de las mujeres o de los varones que en
cualquier lugar del camino permanecían. En nada tenían a sus
madres, a sus padres. Por su propia voluntad permanecerían en
los caminos. A sí mismos se gobernaban.

“En ningún lugar hay agua para que te bañes, para que
te limpies.”
13Estas palabras le eran dichas al que había actuado mal, quizá
robó, quizá cometió adulterio. Le era dicho: “¿Qué podrás hacer?
Ya es conocido tu delito. ¿Acaso en algún lugar habrá agua para
que te bañes, para que te limpies? ¿Qué será de ti? ¿Qué harás?
¡Pobre de ti!”

ANTIGUO REPROCHE DE UNA ANCIANA AL


JOVEN QUE JAMÁS HA SALIDO AL CAMPO
DE BATALLA, A QUIEN CONSERVA VEDIJA
DE BISOÑO
Antiguos nahuas
14 ¿También puede hablar el que tiene vedija en la nuca? ¿Puedes
hablar tú? Vedijudo, habrías de afligirte por ver en qué forma te
desprendes de tu vedija. ¡Vedija apestosa! ¡Vedija maloliente! ¿No
eres tú tan mujer como yo? ¡En ninguna parte se ha quemado tu
excremento!
ENIGMA
Antiguos mayas
15Pregunta:
16Hijo, ¿viste amarrarse el agua de Dios? Pasó debajo del bien de
Dios y entró debajo del bien de Dios. Por la redondez del cielo
pasa el agua de Dios. Hijo, por donde pasa el agua de Dios pasan
árboles estériles.
17Respuesta:
18Padre, la cabeza del hombre. Y la bebida del hombre loco, que
pasa por su garganta y sale por su trasero.

EUFEMISMOS
Chinantecos de San Juan Lealao, Oaxaca
19“Vamos a sentarnos de una vez.”
20“Vamos al monte.”
21(Vamos a evacuar el vientre.)

Y YA QUE TAMBIÉN ES EXCREMENTO UNA


ADIVINANZA
Nahuas de Xalitla, Guerrero
22Irás a una lomita.
Irás a encontrar agua en medio de la lomita.
Está saliendo agua de su cumbre:
la que fue soplada por el viento, la salada.
23Tu moco.
17. Una vieja historia de la
mierda V
p. 105-107

1Hay un arcaico sustrato de asco, ordenado en las bandas


helicoidales de nuestra herencia biológica. Es uno de tantos
secretos de la especie, uno de tantos desconocimientos de las
bases del ser de los humanos, impenetrable misterio, tal vez
misterio eterno. Allí está, ubicuo en el globo, presencia repetida
día a día en cada óvulo fecundado, en cada embrión, en cada
parto. Y, sin embargo, no podemos recibir su mensaje nítido,
descubierto. ¿Cómo habría de comportarse con sus heces un
hombre adulto si no fuese determinado por sociedad alguna?
¿Cuáles son las órdenes profundas que se han formado en
nuestra filogenia? ¿Las hemos cambiado alguna vez con la
refocilación de los azares? Misterio impenetrable al que cubren
los velos del que vive en el mundo para ser arropado. La herencia
común, tratada, trabajada, trascendida, queda como profundo
cimiento. Allí está siempre presente, sustentante, jamás a nuestra
vista.
2La fuerza de la herencia biológica debe de condicionar en buena
medida sus propias coberturas sociales.; No será el producto uno
de esos que llamamos universales de la cultura? Sobre pasando
los hombres la naturaleza, forjamos en la cultura obras que
responden a nuestros irrenunciables mensajes cromosómicos. No
hay mucho juego inicial entre las formas de ingerir, de amar, de
protegernos, de excretar. No son formas puras, no son naturales;
sin embargo, conservaron por milenios la marca de un primitivo
determinismo –determinismo casi absoluto surgido de las
prístinas combinaciones de las dos herencias. Es la probable
igualdad de la aurora humana. Pero el tiempo de los hombres es
obra, es transformación. Después variarán los detalles, se
ahondarán las diferencias de las hechuras, los matices se
convertirán en opuestos coloridos, todo hasta hacer del hombre
lo que es: el semejante condenado a la constante diferencia, el
que nació con el pecado de la rebeldía caracterizadora, el
arrogante que se quiso heredar su propia herencia.
3Con el grito rebelde, las heces dejaron de ser una mera
excreción maloliente, asquerosa. Pudo entonces la mierda
transformarse en símbolo. Se multiplicaron los caminos.
Quedaron asociados por contigüidad todos los productos del
vientre; la retención de la masa se equiparó a la avaricia; la
proximidad demasiada se convirtió en ofensa; la urgencia de
evacuación se ligó a las pasiones; el deshecho de nuestro propio
cuerpo, inerte, fue visto como anticipación cadavérica. También
pudo ser forzado –no olvidado– el legado biológico, y surgieron
aquí y allá sobre la superficie de la Tierra otros sentidos de
sublevación o sumisión: nacieron así, para sublimación o para
escándalo la coprofagia sádica y la mística.
4Llega a nosotros una de las historias, una de las vejas historias
de la mierda, cargada de generalidad humana, pero también de
ricas particularidades. En esta historia la mierda es objeto de
nuevo asco, con terror a la muerte, con la lucha entre el repudio
y la atracción del pecado. Como todo símbolo, es polivalente:
expresa asco, desprecio, burla, risa, complicidad, temor,
angustia, agresión, miles de mensajes en reciprocidad asimétrica,
nunca plena; mensajes contrarios, complementarios,
contradictorios, paralelos, irrepetibles, únicos. Allí esta distante
de su naturaleza. Es como cualquier símbolo. Símbolo como el
maíz, el sexo, el fuego, el oro, la lluvia, el Sol, la casa, la estera y
el bastón plantador. Como el puño que puede gritar amenaza,
voluntad esperanzada o saludo fraterno.

18. Eskatós
p. 109

Humus de tercer mundo,


costra dura, residuo de lluvia estéril
que ensucia la vulva, vacía las venas
y hace de la matriz un bolsa de pergamino.
El semen celeste se ha ennegrecido;
ya no es luz ni alimento.
Lo térreo vuelve a lo térreo sin resurrección,
No muere la muerte,
y en sus primeras horas de eternidad
entrecruza sus hilos para volverse manto.
¡Se ha cortado la digestión de la tierra!
Illustrations
Referencias
p. 112-121

CLAVE DE ABREVIATURAS
FCE: Fondo de Cultura Económica

IIA: Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM

IIF: Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM

IIH: Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM

INI: Instituto Nacional Indigenista

SEP: Secretaría de Educación Pública

UNAM: Universidad Nacional Autónoma de México

• Texto náhuatl traducido por Alfredo López Austin


• Texto náhuatl traducido por Leopoldo Valiñas C.
• Texto maya traducido por Emilio Solís Alcali
• Texto maya traducido por Antonio Mediz Bolio
• Texto totonaco

Copla guatemalteca
Comunicación personal de Carlos Navarrete

I. UNA VIEJA HISTORIA DE LA MIERDA I


2. MISCELÁNEA I
Augurios de destrucción
Relación de las ceremonias y ritos y población y gobierno de los
indios de la provincia de Michoac án (1541), reproducción
facsímil, transcripción de José Tudela, estudio de José Corona
Núñez, Morelia, Michoacán, Balsal Editores, 1977, tercera parte,
cap. 19, p. 231.

Horro
Fray Diego Durán, Historia de las Indias de Nueva España y Islas
de Tierra Firme, notas de José F. Ramírez, 2 vol. y un atlas,
México, Editora Nacional, 1951, vol. II, pp. 223-224.

Juego
Miguel Barrios E., “Textos de Hueyapan, Morelos”, Tlalocan, vol.
III, n°. 1, 1949, pp. 53-75, pp. 73-75.

Agradecimientos
Kenneth Croft, “Nahuatl texts from Matlapa, S.L.P.”, Tlalocan, vol.
III, n°. 4, 1957, pp. 317-333.

Léxico lóbrego
Fray Alonso de Molina, Vocabulario en lengua castellana y
mexicana, Madrid, Ediciones Cultura Hispánica, 1944 (Colección
de incunables americanos, Siglo XVI: 4), parte español-náhuatl,
fol. 58v.

Topónimo
Cecilio A. Robelo, Diccionario de aztequismos o sea Jardín de las
raíces aztecas, 3a. ed., México, Ediciones Fuente Cultural, s/f, p.
125.

Pedo
Fray Bernardino de Sahagún, Historia general de las cosas de
Nueva España, edición Ángel Ma. Garibay K., 4 vol., México,
Editorial Porrúa, 1956, (Biblioteca Porrúa: 8-11), vol. II, libro V.,
cap. 9, pp. 24-25.

Otro pedo
J. Eric S. Thompson, Historia y religión de los mayas, tradución de
Félix Blanco, México, Siglo XXI editores, 1975, pp. 418-419.

Perla Petrich, La alimentación mochó: acto y palabra, San


Cristóbal de las Casas, Centro de Estudios Indígenas, Universidad
Autónoma de Chiapas, 1985 (Serie Monografías: 1), pp. 107, 136
y 178.

Tamoanchan
Domingo Chimalpahin, Memorial breve acerca de la fundación de
la Ciudad de Culhuacan, en Diferentes historias originales de los
reynos de Culhuacan y México, y de otras provincias, en Corpus
Codicum Americanorum Medii Aevi, edidit Enst Mengin, Havniae,
Sumptibus Einar Muskgaard, 1979, vol. III, pp. 84-87, fol. 41r-
42r.

La segunda cosecha
Miguel del Barco, Historia natural y crónica de la Antigua
California, edición, estudio, notas y apéndice de Miguel León-
Portilla, México, UNAM, IIH, 1973 (Serie de historiadores y
cronistas de Indias: 3), pp. 204-205.

Interpretación de los sueños


Jacques Galinier, Pueblos de la Sierra Madr. Etnografía de la
comunidad otomí, traducción de Mariano Sánchez Ventura y
Philippe Chéron, México, INI y Centre d'Études Mexicaines et
Centraméricaines, 1987 (Clásicos de la Antropología: 17), p. 485.
Cosméticos
Francisco Hernández, Antigüedades de la Nueva España, México,
Editorial Pedro Robredo, 1946, p. 78.

3. MAJESTAD
Popol Vuh. Las antiguas historias del Quiché, traducción,
introducción y notas de Adrián Recinos, 7 a. ed., México, FCE, 1964.

Mémorial de Sololá. Anales de cakchiqueles , traducción,


introducción y notas de Adrián Recinos, México, FCE, 1950.

4. UNA VIEJA HISTORIA DE LA MIERDA II


Códice Florentino, Manuscrito 218-20 de la Colección Palatina de
la Biblioteca Medicea Laurenziana, edición facsímil, 3 vol.,
México, Archivo General de la Nación, 1979, libro X, cap. 11, fol.
25.
Guido Münch Galindo, Etnología del Istmo Veracruzano, México,
UNAM, IIA, 1983, pp. 193, 200 y 201.

5. HISTORIA NATURAL
Códice Florentino, op. cit., libro XI.
Fray Bernardino de Sahagún, Historia general de las cosas de
Nueva España, op. cit., libro XI.

6. ¿CUÁL PEDRO?
El peregrino que oscureció su piel
J. Alden Mason, “Folk-tales of the Tepecanos”, The Journal of
American Folklore, vol. 27, n°. 104, 1914, pp. 148-210, p. 169.
Pedro de Ordimales sigue a Cristo
Ruth Warner Giddings, Yaqui Myths and Legends, Tucson,
University of Arizona, 1959 (Anthropology Papers: 2), p. 47.

7. SALUD, ENFERMEDAD, MEDICINA Y


MUERTE I
Divinidad
Fray Juan de Torquemada, Monarquía indiana, edición facs.,
introducción de Miguel León-Portilla, 3 vol., México, Editorial
Porrúa, 1969 (Biblioteca Porrúa: 41-43), vol. II, libro VI, cap. 29,
p. 59.

Antiviperino
Elisa Ramírez Castañeda, El fin de Los montiocs. Tradición oral de
los huaves de San Mateo del Mar, Oaxaca, tesis profesional,
México, UNAM, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, 1982, p.
259.

Conjuro
Hernando Ruiz de Alarcón, Tratado de las superstitiones y
costumbres gentílicas que oy viven entre los indios naturales de
esta Nueva España, escrito en México, año de 1629, en Jacinto de
la Sema et al., Tratado de las idolatrías, superstitiones, dioses,
ritos, hechicerías y otras costumbres gentílicas de las razas
aborigenes de México, notas, comentarios y estudio de Francisco
del Paso y Troncoso, 2 vol., México, Ediciones Fuente Cultural,
1953, vol. II, pp. 157-160.
Milagro
Fray Diego López de Cogolludo, Historia de Yucatán, 2 vol.,
Mérida, Imprenta de Manuel Aldana Rivas, 1867-1868, libro VI,
cap. 3, vol. I p. 505.

El olor de la muerte
Carlos Inchaústegi, Figuras en la niebla (Relatos y creentias de los
mazatecos), 2a. edición, Tlahuapan, Puebla, Premiá Editora de
Libros/Dirección General de Culturas Populares, SEP, 1984 (La red
de Jonás, Cultura Popular: 10), p. 78.

De las enfermedades y sus remedios


Códice Florentino, op. cit., libro X, cap. 28, par. 4, fol. 108, pár.
5, fol. 110.

De cómo sanó la hija de María Díaz


Charles Wagley, Santiago Chimaltenango. Estudio antropol ógico
social de una comunidad indígena de Huehuetenango , traducción
de Joaquín
Noval, Guatemala, Seminario de Integración Social Guatemalteca,
1957, pp. 125-126.

Maleficio
Códice Florentino, op. cit., libro XI, cap. 7, par. 12, fol. 199r-200r.

Profecía para el Katún 7 Ahau


Códice Pérez (Chilam Balam de Maní), traducción de Ermilo Solís
Alcalá, Mérida de Yucatán, Ediciones de la Liga de Acción Social,
1949, p. 315.
El daño del ayuno
Teresa Campos, “El sistema médico de los tojolabales”, en Mario
Humberto Ruz (ed.), Los legítimos hombres. Aproximación
antropológica al grupo tojolabal, 3 vol., México, UNAM, IIF, Centro
de Estudios Mayas, 1981-1983, vol. III, pp. 195-234, p. 217.

Prevención
Jaime Rupp, “Metáforas y proverbios chinantecos”, Tlalocan, vol.
IX, 1982, pp. 257-299, pp. 269 y 278.

Testimonio
Alfonso Villa Rojas, Los elegidos de Dios. Etnografía de los mayas
de Quintana Roo, México, INI, 1978 (Serie de Antropología Social:
56), p. 385.

Humo
Códice Florentino, op. cit., libro XI, cap. 7, par. 5, fol. 179 v.

Veterinaria
Elisa Ramírez Castañeda, El fin de los montiocs, op. cit., p. 259.

8. TERRÓN CAGAO
Antonio García de León, “El universo de lo sobrenatural entre los
nahuas de Pajapan, Veracruz”, Estudios de Cultura Náhuatl, vol.
VIII, 1969, pp. 279-311.

9. UNA VIEJA HISTORIA DE LA MIERDA III


Fray Bartolomé de las Casas, Apologética historia sumaria,
edición de Edmundo O'Gorman, 2 vol., México, UNAM, IIH, 1967
(Serie de historiadores y cronistas de Indias: 1), vol. I, p. 650.
Primeros memoriales, edición facsímil de Francisco del Paso y
Troncoso, vol. VI, Madrid, Fototipia de Hauser y Menet, 1905, fol.
84r, p. 111.
Marjorie Davis, “Cuicatec taies about witchcraft”, Tlalocan, vol. IV,
n°. 3, 1963, “Cuento de un fantasma que pasó”, pp. 197-203.
Relatos, mitos y leyendas de la Chinantla, recopilación de Roberto
J. Weitlaner, selección, introducción y notas de María Sara
Molinari, María Luisa Acevedo y Marlene Aguayo Alfaro, México,
INI, 1981 (Serie de Antropología Social: 53), “El dueño de los
jabalíes”, p. 121.

10. MISCELÁNEA II
Tzinacancuítlatl
Fray Bernardino de Sahagún, Historia general de las cosas de
Nueva España, op. cit., libro X, cap. 24, vol. III, pp. 149-150.
Códice Florentino, op. cit., libro X, cap. 24, fol. 63r.
Fernando Martínez Cortés, Pegamentos, gomas y resinas en el
México prehispánico, México, SEP, 1974 (SEP/Setentas: 124), pp.
112-113.
Francisco Hernández, Historia natural de Nueva España, 2 vol., en
Obras completas, México, UNAM, 1959, vol. II y III, libro IV, cap.
63, vol. II, p. 187.

La buena educación
Mario Humberto Ruz, Los legítimos hombres. Aproximación
antropológica al grupo tojolabal, 3 vol., México, UNAM, IIF, Centro
de Estudios Mayas, 1981-1983, vol. II, p. 139.
La queja del Dios de la Tierra
Alain Ichon, La religion de los totonacos de la sierra, traducción
de José Arenas, México, INI, 1973 (Serie Antropología Social: 76),
p. 149.

Éxtasis jeringado
El Conquistador Anónimo, Relación de algunas cosas de la Nueva
España y de la gran ciudad de Temestitán México, escrita por un
compañero de Hernán Cortés, prólogo y notas de León Díaz
Cárdenas, México, Editorial América, 1941, p. 37.

El pingo de Santa Ana


Jacques Galinier, Pueblos de la Sierra Madre, op. cit., p. 451.

Los ríos
Carl Lumholtz, El México desconocido. Cinco años de exploración
entre las tribus de la Sierra Madre Occidental; en la tierra caliente
de Tepic y Jalisco y entre los tarascos de Michoacán, traducción
de Balbino Dávalos, 2 vol., México, Editora Nacional, 1970, vol. I,
p. 235.

Pintura facial
Eduard Seler, Comentarios al Códice Borgia, traducción de
Mariana Frenk, 2 vol., México, FCE, 1963 (Sección de obras de
Antropología), vol. I, p. 117.

Edad
Caria M. Rita, “Concepción y nacimiento”, en Ítalo Signorini, Los
huaves de San Mateo del Mar, Oax., México, INI, 1979, p. 303.
Los temporaleros
Guillermo Bonfil Batalla, “Los que trabajan con el tiempo. Notas
etnográficas sobre los graniceros de la Sierra Nevada, México”,
Anales de Antropología, vol. V, 1968, pp. 99-128.
Pedro Carrasco, Los otomíes. Cultura e historia prehispdnica de
los pueblos mesoamericanos de habla otomiana, 2a edición,
México, Biblioteca Enciclopédica del Estado de México, 1979, pp.
222-224.

El valor de la palabra
Mario Humberto Ruz, “Médicos y loktores. Enfermedad y cultura
en dos comunidades tojolabales”, en Mario Humberto Ruz (ed.),
Los legitimos hombres. Aproximación antropol ógica al grupo
tojolabal, 3 vol., México, UNAM, IIF, Centro de Estudios Mayas,
1981-1983, vol. III, pp. 143-192, p. 161.

Plática sabia
Alfonso Fabila, La tribu kikapoo de Coahuila, México, SEP, 1945
(Biblioteca Enciclopédica Popular: 50), p. 62.

Maldad
Carl Lumholtz, El Mexico desconocido, op. cit. vol. II, p. 344.

Monstruo
Gary H. Gossen, Los chamulas en el mundo del Sol, traducción de
Celia Paschero, México, INI, 1979 (Serie de Antropología Social:
58), p. 348.
11. EL PROCESO DE PRODUCCIÓN EN EL
MARCO DE LA HISTORIA PATRIA
La materia prima
Côdice Florentino, op. cit., libro XI, cap. 3, pár. 5, fol. 69r.

La elaboración
Perla Petrich, La alimentation mochó, op. cit., pp. 131-132.
Henrico Martínez, Reportorio de los tiempos e historia natural de
Nueva España, introducción de Francisco de la Maza, apéndice
bibliográfico de Francisco Gonzalez de Cossío, México, SEP, 1948
(Testimonios mexicanos. Historiadores), pp. 177-179.

El producto
Comunicación personal de Francisco Toledo.

12. SALUD, ENFERMEDAD, MEDICINA Y


MUERTE II
Medicamento oftalmológico
Fray Bernardino de Sahagún, Historia general de las cosas de
Nueva España, op. cit., libro X, cap. 28, par. 1, vol. III, p. 172.
Fray Diego de Landa, Relación de las cosas de Yucatán,
introducción de Ángel María Garibay K., 12 a edición, México,
Editorial Porrúa, 1982 (Biblioteca Porrúa: 13), cap. 46, p. 123.
Elisa Ramírez Castañeda, El fin de los montiocs, op. cit., pp. 391-
392.
Alonso Chirino de Cuenca, Menor daño de medicina, s/1
[¿Toledo?], s/e [¿Joan de Villaquiram?], 27 de julio de 1505, fol.
29r.
Luys Ávila de Lobera, Libro del regimiento de la salud, y de la
esterilidad de los hombres y mujeres, y de las enfermedades de
los niños y del parto natural y no natural, y regimiento de las
preñadas y escogimiento de la leche... y otras muchas cosas
utilissimas, Valladolid, Casa de Sebastián Martínez, 1551, fol.
23r.
Gonzalo Fernández de Oviedo, Sumario de la Natural historia de
las Indias, edición, introducción y notas de José Miranda, México,
FCE, 1950 (Biblioteca Americana, Serie de Cronistas de Indias),
cap. 6, p. 100.

Los desechos
Bernal Díaz del Castillo, Historia verdadera de la Conquista de la
Nueva España, edición de Carmelo Saénz de Santa María, Madrid,
Instituto Gonzalo Fernández de Oviedo, 1982 (Monumenta
Hispano-Indiana. V centenario del descubrimiento de América: 1),
cap. 92, p. 190.

Materia médica
Martín de la Cruz, Libellus de medicinalibus Indorum herbis.
Manuscrito azteca de 1552, según traducción latina de Juan
Badiano, edición facsímil, versión española y estudios de diversos
autores. México, Instituto Mexicano del Seguro Social, 1964, fol.
59r, p. 219; fol. 53r, pp. 211-213; fol. 57v, p. 217; fol. 35v, p.
187; fol. 11v.p. 159; fol. 12r,p. 159; y fol. 24r, p. 173.

Los aires mefíticos


Jacques Galinier, Pueblos de la Sierra Madre, op. cit., p. 445.
La intoxicación
Teresa Campos, “El sistema médico de los tojolabales”, op. cit., p.
211.

Filología anatómica y fisiológica


Fray Alonso de Molina, Vocabulario en lengua castellana y
mexicana, op. cit.

La herida de los dioses


Relación de las ceremonias y ritos y población y gobierno de los
indios de la provincia de Michoacán, op. cit., segunda parte, cap.
3, pp. 20-23, cap. 18, p. 83, y tercera parte, cap. 4, pp. 187-188.

Caca de borrego
Elisa Ramírez Castañeda, El fin de los montiocs, op. cit., p. 254.

Vehículo
Elena E. de Hollenbach, “El mundo animal en el folklore de los
triques de Copala”, Tlalocan, vol. VIII, 1980, pp. 437-490.

Diagnosis
Elisa Ramírez Castañeda, El fin de los montiocs, op. cit., p. 251.
Mario Humberto Ruz, Los legitimos hombres, op. cit., vol. II, p.
137.

Hierba olorosa
Códice Florentino, op. cit., libro XI, cap. 7, par. 19, fol. 141v.

Hemorroidal
Códice Florentino, op. cit., libro X, cap. 28, par. 4, fol. 109r.
Gusanos
Códice Florentino, op. cit., lib. XI, cap. 5, par. 13, fol. 104v.

Calvicie
Comunicación personal de Francisco Toledo.

Hechizo
Fernando Benítez, Historia de un chamán cora, México, Ediciones
Era, 1985 (Serie Popular Era: 24), pp. 90-91.

13. UNA VIEJA HISTORIA DE LA MIERDA IV


Relatos, mitos y leyendas de la Chinantla, op. cit., “La dueña del
encanto”, p. 147.
Códice Florentino, op. cit., libro XI, cap. 7, par. 143, fol. 177v-
178r, y cap. 9, fol. 212v-214v.
Relación de las ceremonias y ritos y poblaci ón y gobierno de los
indios de la provincia de Michoacán (1541), op. cit., segunda
parte, cap. 31, p. 152. Carlos Incháustegui, Relatos del mundo
mágico mazateco, México, sep, Instituto Nacional de
Antropología e Historia, Centra Regional Puebla-Tlaxcala, 1977,
p. 34.
Carl Lumholtz, El México desconocido, op. cit., vol. I, p. 290.
Alain Ichon, La religión de los totonacas de la sierra, op. cit., p.
99.
14. PARÚ TAJÁ
Fernando Benítez, Historia de un chamán cora, op. cit., pp. 138-
139 y 141.

15. CUENTOS Y MITOS


Cuento de iguana
Konrad T. Preuss, Mitos y cuentos nahuas de la Sierra Madre
Occidental, traducción de Mariana Frenk-Westheim, México, INI,
1982 (Clásicos de la Antropología: 14), pp. 377-379.

Cuento triste del tlacuache


Comunicación personal de Elisa Ramírez Castañeda.

Cuento de riqueza
Comunicación personal de Elisa Ramírez Castañeda.

El jaguar que fumó


Didier Boremanse, Contes et mythologie des indiens lacandons.
Contribution à l'étude de la tradition orale maya, Paris, Éditions
l'Harmattan, 1986 (“Connaissance des Hommes”), pp. 157-158.

Mito de perros
Uejkauitl nauaueuejtlajtoli. Cuentos nahuas. Tradition oral
indígena, México, CONAFE/SEP, 1982, pp. 20-21.

De cómo fueron concebidos Sol y Luna


Walter S. Miller, Cuentos mixes, México, INI, 1956, pp. 86-100.
El amate
Roberto J. Weitlander y Carlo Antonio Castro, Usila (Morada de
colibries). México, Museo Nacional de Antropología, 1973
(Papeles de la Chinantla: 7, Serie Científica: 11), pp. 200-201.

Firmamento
Roberto Mowry Zingg, The Huichols: Primitive Artists, s/1,
Department of Antropology of the University of Chicago and The
Laboratory of Anthropology, Santa Fe, New Mexico [1938], pp.
514-515.

Mito del niño


Roberto Williams García, Mitos tepehuas, México, SEP, 1972
(SEP/Setentas: 27), pp. 87-92.

Triunfo
Carlos Incháustegui, Relatos del mundo mágico mazateco, op.
cit., p. 42.

El origen de los pobres y de los ricos


Guido Münch Galindo, Etnología del Istmo Veracruzano, op. cit.,
pp. 300-301.

La luz del amanecer


Klaus Jäcklein, Un pueblo popoloca, México, INI, 1970, pp. 276-
277.

16. PAREMIOLOGÍA
Adagio
Códice Florentino, op. cit., libro VI, cap. 41, fol. 186r.

Adivinanzas
Códice Florentino, op. cit., libro VI, cap. 42, fol. 199.

Fragmentos de discurso al niño


Códice Florentino, op. cit., libro VI, fol. 178v.

Fragmento de discurso al niño noble para que


no descuide la producción de alimentos
Códice Florentino, op. cit., libro VI, fol. 72v-73r.

Metáforas
Códice Florentino, op. cit., libro VI, cap. 43, fol. 201v-202r, 205v,
213r.

Antiguo reproche de una anciana al joven que


jamás ha salido al campo de batalla, a quien
conserva vedija de bisoño
Códice Florentino, op. cit., libro II, fol. 28v.

Enigma
“Libro de los enigmas”, Libro de Chilam Balam de Chumayel,
prólogo y traducción de Antonio Mediz Bolio, México, UNAM,
1973 (Biblioteca del estudiante universitario: 21), pp. 117-118.

Eufemismos
Jaime Rupp, “Metáforas y proverbios chinantecos”, op. cit., p. 259.
Y ya que también es excremento, una
adivinanza
Comunicación personal de Leopoldo Valiñas C.

TABLE DES ILLUSTRATIONS

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