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Capitulo 2

El origen de la revolución industrial


Para comenzar con la revolución industrial, el autor señala una declaración previa
Menciona que la revolución industrial no es simplemente una aceleración del
crecimiento económico, son es una aceleración del crecimiento por la
transformación económica y social, la cual se produjo bajo una economía
capitalista y que la revolución industrial fue la primera de la historia.
Eso no significa que la revolución industrial partiera de cero, al ser la primera la
hace muy distinta al resto de revoluciones industriales
Las revoluciones industriales que siguieron utilizaron la experiencia, el ejemplo y
los recursos británicos. Gran Bretaña, en cambio, solo puedo aprovechar la de los
otros países en menor proporción.
Hobsbawn sostiene que la revolución industrial no puede se puede explicar solo
en términos británicos, ya que Gran Bretaña formaba parte de una economía mas
amplia a la que se le podría llamar economía europea y, a su vez, se encontraba
dentro de una “economía mundial”. Gran Bretaña formaba parte de una red de
relaciones económicas que incluía varias zonas “avanzadas” y áreas de economía
“dependientes”
Estas economías dependientes consistían en colonias formales (como en las
Américas o en puntos de comercio y dominio (Como en Oriente)
El mundo ´´avanzado´´ estaba ligado al dependiente por una cierta división de la
actividad económica: de una parte, una zona relativamente urbanizada, de otra,
zonas que producían y exportaban productos agrícolas o materias primas. Estas
relaciones según Hobsbawn podían verse y describirse como un ´´sistema de
intercambios´´.
Hobsbawn sostiene que hacia el siglo XVI era claro que si la revolución Industrial
se iba a producir en algún lugar debía serlo en alguno que formara parte de la
economía europea. Sin embargo, Hobsbawn señala que lo que no era evidente
era cual de esas regiones sería la primera en industrializarse.
En ese sentido, el problema sobre los orígenes de la revolución Industrial que
Hobsbawn intenta abordar es porque fue Gran Bretaña la que se convirtió en el
primer ´´taller del mundo´´. Y la segunda cuestión que intenta estudiar Hobsbawn
es porque esto sucedió a fines del siglo XVIII y no antes o después.
Antes de estudiar la repuesta es útil eliminar un cierto número de explicaciones
que habían sido habituales durante mucho tiempo.
En principio Hobsbawn comienza por señalar las teorías que tratan de explicar la
revolución industrial en términos de clima, geografía cambio biológico de la
población u otros factores.
Si el estímulo para la revolución procedía del excepcional largo periodo de las
cosechas que tuvo lugar a principio del siglo XVIII entonces se tendría que explicar
porque en otros periodos similares no se produjo nada similar.
Según Hobsbawn los factores climáticos, la geografía, la distribución de los
recursos naturales no actúan independientemente, sino solo dentro de una
determinada estructura social e institucional. Esto también era válido pues, en el
caso de tratarse del factor vinculado al acceso al mar o a ríos navegables.
También señala que debían rechazarse las explicaciones de la revolución
industrial que hicieran hincapié en ´´accidentes históricos´´. De acuerdo con el
autor el simple hecho de los grandes descubrimientos no explica la
industrialización, también dice que tampoco puede hacerse responsable a la
reforma protestante de que fuera directa o directamente la que incrementara el
´´espíritu capitalista´´ o algún otro cambio en la actitud económica pues la reforma
protestante tuvo lugar más de dos siglos antes que la revolución industrial.
También deben rechazarse todos los factores puramente políticos, en la segunda
mitad del siglo XVIII prácticamente todos los gobiernos de Europa querían
industrializarse, pero solo lo consiguió Gran Bretaña
Rechazar estos factores como explicaciones simples no es negarles toda
importancia. Hobsbawn aclara que lo que se intenta es establecer escalas de
importancia.
Las principales condiciones previas para la industrialización ya estaban presentes
en la Gran Bretaña del siglo XVIII o bien podían lograrse con facilidad.
En ese sentido, se destaca que el país había acumulado y estaba acumulando un
excedente lo bastante amplio como para permitir la necesaria inversión en un
equipo no muy costosos, (antes de los ferrocarriles) para la transformación
económica.
Hobsbawn aclara sin embargo que Gran Bretaña no era simplemente una
economía de mercado, es decir una economía en la que se compran y venden la
mayoría de los bienes y servicios, sino que en muchos aspectos constituía un solo
mercado nacional. Y además poseía un extenso sector manufacturero altamente
desarbolado y un aparato comercial aún más desarrollado.
El libro se dice que problemas que hoy son graves en los países subdesarrollados
que tratan de industrializarse eran poco importantes en la Gran Bretaña del siglo
XVIII. El transporte y las comunicaciones eran relativamente fáciles y baratos
razón por la cual los problemas tecnológicos de esta revolución Industrial fueron
francamente sencillos.
Muchas de las nuevas inversiones técnicas y establecimientos productivos podían
arrancar económicamente a pequeña escala e irse engrosando progresivamente.
Es decir, requerían poca inversión inicial y su expansión podía financiarse con los
beneficios acumulados.
En ese sentido el desarrollo industrial estaba dentro de las capacidades de una
multiplicidad de pequeños empresarios y artesanos cualificados tradicionales.
Hobsbawn dice que ningún país tenía o puedo tener luego algo parecido a esas
ventajas.
Esto no quiere decir que no surgieran obstáculos en el camino de la
industrialización británica, sino solo que fueron fáciles de superar a causa de que
ya existían las condiciones sociales y económicas fundamentales, porque el tipo
de industrialización del siglo XVII era comparativamente barato y sencillo y porque
el país era lo suficientemente rico y floreciente.
El autor se pregunta ¿Cómo se presentaron en la Gran Bretaña del siglo XVIII las
condiciones que condujeron a los hombres de negocios a revolucionar la
producción?
Al principio se trataba de una revolución pequeña, sencilla y barata pero no
obstante una revolución, un salto en la oscuridad.
Se señalan tres factores que condujeron a que se pueda revolucionar la
producción.
1) UN MERCADO INTERNO: Que permitía el intercambio de productos a lo
largo del país.
2) UN MERCADO EXTERNO O DE EXPORTACION que era muy dinámico y
ampliable.
3) UN TERCER FACTOR: EL GOBIERNO que aplicaba medidas para favorecer
la producción.
EL MERCARDO INTERIOR:
El mercado interior solo podía crecer de cuatro maneras importantes y tres de
ellas no parecían ser excepcionalmente rápidas,
1) CRECIMIENTO DE LA POBLACION (QUE CREARA MAS CONSUMIDORES
Y PRODUCTORES
2) UNA TRANSFERENCIA DE LA GENTE QUE RECIBIAN INGRESOS NO
MONETARIOS A MONETARIOS (QUE CREARA MAS CLIENTES)
3) UN INCREMENTO DE LA RENTA PER CAPITA (QUE CREARA MEJORES
CLIENTES)
4) QUE LOS ARTICULOS PRODUCIDOS INDISTRIALMENTE SUSTITUYERAN
A LAS FORMAS MAS ANTICUADAS DE MANUFACTORA O A LAS
IMPORTACIONES.
1) LA CUESTION DE LA POBLACION:
Este no puede considerarse un factor principal porque si en la Gran Bretaña del
siglo XVIII una fuerza de trabajo cada vez mayor había ayudado al desarrollo esto
había sido porque la económica ya era dinámica, y no porque alguna extraña
inclusión demográfica lo hubiese permitido.
Hobsbawn dice que la población creció rápidamente en toda Europa y sin
embargo la industrialización no tuvo lugar en todas partes.
2) TRANSFERENCIA DE LA GENTE QUE RECIBIAN INGRESOS NO
MONETARIOS A MONETARIOS
Hobsbawn señala que si Gran Bretaña hubiese sido un país menos desarrollado
podría haberse realizado una súbita y amplia transferencia de gente desde una
economía de subsistencia a una economía monetaria, o de la manufactura
doméstica y artesana a la industria, Pero el país era ya una economía de mercado
con un amplio y creciente sector manufacturero.
3) INCREMENTO DE LA RENTA PER CAPITA (QUE CREARA MEJORES
CLIENTES)
En este punto Hobsbawn sostiene que los ingresos ingleses aumentaron
sustancialmente en la primera mitad del siglo XVIII gracias a que existía una falta
de trabajadores. De ese modo había un incremento de la renta y la gente estaba
en mejor posición y podía comprar más además en esa época es probable que
hubiese un porcentaje de niños (que orientaban los gastos de los padres hacia la
compra de artículos indispensables) y también una proporción más amplia de
adultos jóvenes con familias reducidas,
El autor sostiene que este incremento de la renta Per cápita permite explicar
porque se reconstruyeron tantas ciudades inglesas, pero NO porque se produjo
una revolución industrial.
4) QUE LOS ARTICULOS PRODUCIDOS INDISTRIALMENTE SUSTITUYERAN
A LAS FORMAS MAS ANTICUADAS DE MANUFACTORA O A LAS
IMPORTACIONES.
Se señala que en este caso es donde se pueden encontrar aspectos importantes.
Habla fundamentalmente de EL TRANSPORTE, LOS ALIMENTOS Y LOS
PRDOCUTOS BASICOS, ESPECIALMENTE EL CARBON. Señala que desde
principios del siglo VXIII se llevaron a cabo mejoras muy sustanciales y costosas
en el transporte tierra adentro, por río e incluso carretera, con el fin de disminuir
los costos del transporte.
El autor menciona que no puede determinar con certeza la importancia que estas
mejorar implicó para el desarrollo de la industrialización, pero no hay dudas de que
el impulso para realizarlas provino del MERCADO INTERIOR. Y de modo muy
especial de la creciente demanda urbana de alimentos y combustible. Ya que ante
la demanda los productores de artículos domésticos que vivían en zonas alejadas
o los que elaboraban utensilios metalitos presionaban en busca de un transporte
más barato.
En ese sentido Hobsbawn destaca que las industrias alimenticias compitieron con
las textiles como avanzadas de la industrialización de empresa privada. Y eso fue
así porque el comerciante podía darse cuenta de que todo el mundo por pobre que
fuese comía, bebía y se vestía. Además, los productores alimenticios eran mucho
más inmunes a la competencia exterior que los tejidos.
Hobsbawn señala que el mercado interior proporciono también una salida
importante para lo que más tarde se convirtieron en productos básicos, El
consumo de Carbón se realizó casi enteramente en el gran humero de hogares
urbanos y además el hierro se utilizaba en utensilios domésticos como cacerolas,
clavos, estufas etc.
La principal ventaja del mercado interior preindustrial era su gran tamaño y
estabilidad. Hobsbawn señala que es posible que su participación en la
revolución Industrial fuese modesta, pero es indudable que promovió el
crecimiento económico y lo que es más importante siempre estuvo en condiciones
de desempeñar el papel de amortiguar para las industrias de exportación más
dinámicas frente a las repentinas fluctuaciones y colapsos que eran el precio que
tenía que pagar por su superior dinamismo.
Además, el mercado interior proporciono la base para una economía industrial
generalizada.
En ese sentido Hobsbawn dice que es posible que el mercado interior no
proporcionara la chispa, pero suministro el combustible de la revolución Industrial.
MERCADO EXTERNO:
En lo referido a las industrias para exportación, a la larga, estas industrias se
extendieron más y con mayor rapidez.
El autor sostiene que la demanda interior crecía, pero la exterior se multiplicaba. Si
era precisa una chispa para la revolución Industrial esta iba a encontrarse en el
MERCADO EXTERNO.
Hobsbawn hace referencia a la manufactura del algodón, que fue la primera que
se industrializo y la cual estaba vinculada esencialmente con el comercio
ultramarino.
Cada material debía ser importado de las zonas subtropicales o tropicales.
Este extraordinario potencial expansivo se debía a que las industrias de
exportación no dependían del modesto índice ´´ natural´´ de crecimiento de
cualquier demanda. Podían crear la ilusión de un rápido crecimiento por dos
medios principales
a) Controlando una serie de mercados de exportación de otros países
b) Destruyendo la competencia interior de otros países mediante la guerra o
la colonización
Hobsbawn señala que, bajo esos dos principios, el país que conseguía concentrar
los mercados de exportación de otros o monopolizar los mercados de exportación
de una amplia parte del mundo en un periodo de tiempo lo suficientemente breve,
podía desarrollar sus industrias de exportación de un modo excepcional.
Y eso es lo que sucedió en Gran Bretaña en el siglo XVIII.
EL GOBIERNO
La conquista de mercados por la guerra y la colonización requería no solo una
economía capaz de explotar esos mercados, sino también un gobierno dispuesto a
financiar ambos sistemas de penetración en beneficio de los manufactureros
británicos.
En ese sentido es donde actúa este tercer factor vinculado a la génesis de la
revolución Industrial: EL GOBIERNO
A diferencia de algunos países como Francia, Inglaterra estaba dispuesta a
subordinar toda la política exterior a sus fines económicos
A diferencia de otros países, los fines económicos de Gran Bretaña no respondían
exclusivamente a intereses comerciales y financieros sino también a os del grupo
de presión de los manufactureros, al principio la industria lanera luego las demás.
Hobsbawn señala que ese conflicto entre la industria y el comercio quedo resuelta
en el mercado interior hacia 1700 cuando los productores ingleses obtuvieron
medidas proteccionistas contra las importaciones de tejidos de la India. Y en el
mercado exterior esto se impulsó incluso cuando la Compañía de las Indias
Orientales fue privada de su monopolio en la India y quedo sometido a la
desindustrialización.
Finalmente, a diferencia de todos sus demás rivales la política inglesa del siglo
XVIII era de agresividad sistemática, sobre todo contra su principal competidor:
Francia.
El resultado de este siglo de guerras fue el mayor triunfo jamás conseguido por
ningún Estado: los monopolios de las colonias ultramarinas y del poder naval a
escala mundial.
Además, la guerra misma, al desmantelar los principales competidores de Gran
Bretaña en Europa tendía a aumentar las exportaciones. En cambio, la paz tendía
a reducirlas.
A su vez la guerra mediante la flota británica contribuía también a la innovación
tecnológica y a la industrialización. La guerra inducía a un mayor consumo de
hierro para la fabricación de cañones y para las batallas.
De este modo, Hobsbawn señala que el papel de los tres principales sectores de
demanda en la génesis de la industrialización puede resumirse como
1) Las Exportaciones
Respaldadas por la sistémica y agresiva ayuda del gobierno que proporciono la
chispa, junto con los tejidos de algodón, de la industria. Dichas exportaciones
provocaron también mejoras de importancia en el transporte marítimo.
2) El mercado interior
Proporciono la base necesaria para una economía industrial generalizada y
mediante el proceso de urbanización , el incentivo para mejoras fundamentales
en el transporte terrestre , así como una amplia plataforma para la industria del
carbón y para ciertas innovaciones tecnológicas importantes.
2- El Gobierno
Ofreció su apoyo sistemático al comerciante y al manufacturero y determinados
incentivos para la innovación técnica y el desarrollo de las industrias base.
En relación con las preguntas que se había hecho al inicio de su estudio
Hobsbawn es decir ¿Por qué Gran Bretaña y no otro país? Y ¿Por qué a fines del
siglo XVIII y no antes o después?
La respuesta no es tan simple. Sin embargo, hacia 1750 era bastante evidente
que si algún estado iba a ganar la carrera hacia la industrialización ese sería Gran
Bretaña
Hobsbawn intenta explicar porque el estallido industrial sobrevino cuando lo hizo
en el siglo XVIII y para ello señala que esto solamente se puede observar
estudiando la economía general europea o mundial de la que Gran Bretaña
formaba parte. Es decir, la relación entre las zonas ´´adelantadas´´ de Europa y
las economías coloniales dependientes.
En el libro se señala que el tipo de relaciones establecido entre las zonas
´´adelantadas´´ y el resto del mundo tendio constantemente a intensificar y
ensanchar los flujos de comercio.
En base a ello se debían dar tres aspectos importantes
1) La construcción de un mercado para productos ultramarinos de uso diario.
2) La creación de sistemas para la producción de tales artículos (como por
ejemplo plantaciones basadas en el trabajo de esclavos)
3) la conquista de colonias destinadas a satisfacer las necesidades económicas
europeas.
En base a ello Hobsbawn señala que al expandirse la red del comercio
internacional por el desarrollo de esos tres factores. En el caso de Gran Bretaña la
expansión del comercio conectado con el sistema colonial fue espléndida.
Entre otras cosas Inglaterra destino a África una gran cantidad de barcos ingleses
luego lo hizo con América
De modo que detrás de la revolución Industrial inglesa existía una proyección
basada en la utilización de los mercados coloniales y la lucha para impedir que los
demás accedieran a ellos.
Hobsbawn señala que la economía industrial británica creció a partir del comercio
y especialmente del comercio con el mundo subdesarrollado.
A lo largo del siglo XIX el comercio, el transporte marítimo y el intercambio de
materias primas para manufacturas británicas iba a ser la base de la economía
internacional de Gran Bretaña

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