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En Abigail había un dolor muy grande en el corazón.

Tan dueña de sí misma había


aprendido de la vida misma quien a su madre le hizo una promesa. Karlos pareja de
doña Eulalia, madre de Abigail la cual nunca se dio cuenta de las intenciones de su
prometido. La madre murió en agosto y la dejo con su padrastro que era su apoderado
legal. Abigail había decidido huir, luego busco refugio en una iglesia donde conoció a
Sergio. Abigail se preguntaba porque su vida había sido así, se sentía lastimada. En el
colegio Abigail era como una chica engreída y orgullosa pero inteligente, tenía una
amiga Romina, pero jamás le conto de su vida privada. Mientras que a Karlos lo
consideraban un buen padrastro con su hijastra porque ella lo trataba con mucha
malcriadeza. Luego de 3 meses, le comunicaron a doña Rebeka que encontraron a
Karlos muerto en su casa, Abigail estaba sorprendida con la noticia que ese día no
encendieron la televisión para no ver las noticias.
Abigail siempre se sentaba a meditar y leer, disfrutaba del silencio. Pero sin embargo
Abigail, se sentía atraída a la vecina porque su abuela le había dicho que nunca le
dirigiera ni el saludo. Mildre, la vecina era una mujer seria, viva sola. Ningún vecino
sabia de ella.
El país estaba en desgracia. Las manifestaciones en cada rincón habían llantas,
piedras, etc… La voz del pueblo no se escuchaba. La más grande sorpresa se la llevo
Abigail cuando sacaron a su abuela del mercado municipal. La falta de estrategias para
enfrentar un ataque. El vandalismo y el caos comenzaba, la gente corrió de un lado a
otro, el humo impedía el paso y la visión de todos y juraban que dejarían las calles
hasta que el presidente abandonara su cargo. Los días eran casi eternos.
Marcelo el novio de Abigail, trabajaba como jefe de obras civiles en una constructora
muy cotizada del país. Le ofreció boda a Abigail ni corta ni perezosa ella acepto, y se
casarían cuando ella fuera mayor de edad.
El gobierno restableció la paz por unos meses, a pesar de la pobreza del país los
sueldos iban para arriba. La boda siempre se llevó a cabo. Sergio siempre ayudaba,
pero siempre trataba de evitar encontrarse con Marcelo. Lo extraño fue cuando ayudo
a Mildre, cuando le dijo a Abigail que no le dirigiera la palabra.
Mildre era hija de doña Rebeka, era la que más se parecía a ella. Cuando fue
secuestrada y abusada por un coronel. Le permitió a Mlidre realizar llamadas para
tranquilizar a su madre, añadió que ya no regresaría.
La boda de Abigail y Marcelo fue en mayo, se casaron por lo civil no quisieron hacer
fiesta ni escándalo. En el fondo, Abigail se enamoró porque le agregaba elegancia al
hombre. La vida de casada no cambio su estilo de vida. Siempre extrañaba a la abuela,
a sus amigos y también al mismo Marcelo. En su matrimonio nunca le falto nada
material, pero si el afecto de él, su amor, su compañía. Ella deseaba hablar, pero el
siempre venia cansado. A Marcelo no le gustaba que no le hiciera el desayuno, le
lavara o le planchara, pero una vez él se vio confrontado antes esta situación.
Marcelo no la agredió físicamente, pero si la descuido y el desinterés también es una
forma de agresión. Para su bienestar hablaba horas con Sergio, era su mejor aliado. Un
día Marcelo quiso entrar en ella, acariciando su cuerpo, sin antes tocar la puerta de su
corazón, ya no era la muchachita que siempre lo esperaba con ansias, ahora era
ausente y distraída. Hasta que le pregunto si le pasaba algo a lo que ella contesto que
nada. Pero esta escena siguió repitiéndose en los próximos meses, pero Martha ya lo
había puesto entre aviso. A la edad de Marcelo la inseguridad aflora. Ni toda la
experiencia de sus años vividos podían doblegar el carácter rebelde la ella. Ante eso
Marcelo le prohibió comunicarse con Sergio, lo que le dijo Marcelo la puso a
reflexionar ya que le hacía mucho daño a Sergio. La ultima llamada que le hizo a Sergio
fue en junio.
Al cabo de unos meses, Sergio se levantó de su cama no se iba a interponer entre
Abigail y Marcelo. Se iría a vivir a Canadá.
La vida de Mildre había sido un cambio extremo, por lo de su embarazo y por quien era
el padre de su hijo. Cuando conoció a la comandante Bertha, con mucho dolor en su
corazón tuvo que aceptar la oferta. L sed de libertad dio la respuesta positiva a la
promesa. El campamento no era rocoso, poseía una arboleda espesa y abundantes
arroyos.
Marcelo regresaba a su hogar con la esperanza de reconciliarse con su mujer. En cada
regreso a casa traía esperanza de que su mujer hubiese recuperado el juicio. Abigail se
hizo de una rutina de yoga. La pareja dejo de discutir porque ya no se hablaban y no
tenían temas de conversación.
Este campamento albergaba solo a niños nacido de las guerrilleras, si hubiese sido niña
la habrían matado sin decirle a Mildre.
Abigail estaba lista para abandonar a Marcelo, pero necesitaba despedirse de su
abuela, al cabo de un tiempo logro su cometido. Quedaron de verse en un mes.
Cuando llego a casa de la abuela, la encontró vacía. Luego vio a doña Rebeka salir
llorando de la casa de Mildre, doña Rebeka no pudo seguir ocultándola verdad y llego
el momento de contarle la verdad a su nieta. La abuela le dijo que Mildre era su hija
mayor entre suspiros, a lo que Abigail quedo atónica ante esta confesión.
Era triste ver cómo la gente caminaba largas horas para movilizarse desde sus trabajos
hasta sus hogares. En el país no se habló de otro asunto. Y como siempre el perdedor
fue el pueblo. Firmaron documentos y acordaron a su favor individual y egoísta con el
gobierno.
Apenas se estaban acostumbrando al olor de la clínica, cuando a Mildre le dieron de
alta, el medico les pidió que pasaran por su consultorio. Llegaron al consultorio,
pasaron y habían cuatro médicos esperándolas. El doctor encargado de dar la nefasta
noticia, sintió como las gotas de sudor comenzaron a deslizarse. El doctor le explico
que es un tipo de llagas que se ha formado en el colon. Es una enfermedad que no
tiene curación.

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