Está en la página 1de 4

Amor de leyenda: los amantes de Teruel

 23 octubre, 2019

Este artículo ha sido escrito y verificado por la trabajadora social Silvia


Carrasco

Los amantes de Teruel es una de las historias más bonitas y tristes de amor.
Por ello, su leyenda ha ido creciendo a lo largo del tiempo, siendo cada vez
más las personas que se interesan por conocerla.

La leyenda de los amantes de Teruel ha sido escuchada en muchas ocasiones.


Incluso hay un dicho que les hace referencia ‘Tonta ella, tonto él‘. Sin
embargo, para muchas personas es una leyenda desconocida.

La historia de estos ilustres amantes, llamados Isabel de Segura y Juan Diego


de Marcilla, se remonta al siglo XIII en la Villa de Teruel. Cuenta la leyenda,
que los jóvenes se conocían desde niños. Jugaban y se divertían juntos hasta
que fueron creciendo y… se enamoraron ciegamente.

Ella, hija única de una de las familias más adineradas de Teruel, los Segura. Él,
el segundo de los Marcilla que, aunque también era una familia noble, según lo
estipulado por la época de entonces, ser el segundo de los hermanos, no te
permitía heredar más allá de un caballo, por lo que Diego no iba a tener fortuna
que poderle ofrecer a Isabel.
Los amantes de Teruel

Los jóvenes turolenses estaban enamorados, pero su amor no podía


consolidarse ya que, a ojos de la familia de la Segura, él no era un buen partido
para su bella hija, a consecuencia de la falta de dinero.

Diego, al escuchar que solamente le era denegada la mano de su amada por


su falta de riquezas, prometió que marcharía a la guerra a hacer fortuna y que
volvería en cinco años para casarse con su querida Isabel.

Antes de marcharse, los jóvenes turolenses se prometieron cumplir la promesa


y esperarse durante esos cinco años. Todo el mundo creyó que era un amor
imposible, pero Diego, convencido de su hazaña, marcharía a la guerra en
busca de la fortuna necesaria que le permitiera casarse con Isabel.

Durante el transcurso de esos cinco años, Isabel tuvo que lidiar con posibles
pretendientes que le presentaba su familia y, poner excusas que le permitieran
seguir cumpliendo su parte del trato mientras contaba cada día que pasaba.
Por su parte, Diego, estuvo en diferentes batallas que le permitieron conseguir
lo que había ido buscando: fortuna.

El padre de Isabel, empezó a importunarse y a decirle a su hija que, tenía que


casarse. El tiempo pasaba y los cinco años estaban cada vez más cerca de
cumplirse e Isabel, no sabía nada de su amado por lo que, creyó que habría
fallecido.

Con mucha pena, Isabel acabó accediendo a la petición de su padre y,


finalmente, acepto casarse con un noble bastante más mayor que ella, pero
con una gran fortuna, tal y como quería su padre.

Las bodas de Isabel de Segura

Una vez que Isabel creyó que Diego había muerto en la guerra y aceptar la
petición de casarse con otro, su padre organizó rápidamente la boda. Toda la
Villa estaba de festejos por las bodas de la hija de los Segura justo el mismo
día que vencía los cinco años que se le habían prometido a Diego.

Lo que nadie esperaba es que, en medio de sus festejos, aparecerían un grupo


de guerrilleros celebrando su victoria en la batalla. Entre ellos estaba Diego.

Diego hizo su entrada a Teruel de manera triunfal. Había conseguido lo que


había prometido y estaba radiante de felicidad. Solo pensaba en encontrarse
con su querida Isabel para darle la gran noticia. Es, entonces, cuando
descubrió que los festejos que se estaban produciendo en la Villa eran las
bodas de su mismísima amada.

Marchó corriendo a la casa de Isabel y cuenta la leyenda que se coló en su


cuarto mientras dormía con su esposo. La despertó y le pidió un beso que le
ayudara a olvidar todas las muertes que había estado viendo durante la guerra.
Ella le negó el beso puesto que ya era una mujer casada y debía lealtad a su
marido. Diego se lo volvió a suplicar y al no conseguirlo, murió en el acto al
sentir tanta tristeza.

Funerales

Al día siguiente, se celebró el funeral de Diego y, toda la Villa de Teruel salió a


despedir a su vecino a la Torre de San Pedro. La Villa estaba triste y
conmovida por la muerte del joven. Cuentan que no cabía tanta gente en la
Torre.

Se dice que, sin nadie esperarlo, apareció una joven cuyo rostro estaba


escondido bajo una capa. Se acercó al difunto y tras abrazarlo… le dio un beso
que le hizo morir en los brazos de su amado. Es entonces cuando entendieron
que ese beso, fue el negado en vida y que ella, era la hija de los Segura,
Isabel.

Por tal hecho, se celebraron juntos sus funerales y se dispuso a que fueran
enterrados juntos cogidos de la mano.

»Murieron como vivieron,

Y como cuando vivían uno por otro morían,

Uno por otro murieron».

-Juan de Tarsis, 1582 – 1622-

https://lamenteesmaravillosa.com/amor-de-leyenda-los-amantes-de-teruel/

Historia de los Amantes

En Teruel un joven llamado Juan Martínez de Marcilla, se enamoró de Segura,


hija de Pedro Segura. El padre no tenía otra hija y era muy rico. Los jóvenes se
amaban mucho, hasta el punto que se hablaron. El joven le dijo que la deseaba
tomar por esposa, ella respondió que el deseo de ella era el mismo, pero que
supiese que nunca lo haría sin que su padre y madre se lo mandasen.
Entonces, él la quiso más. El era un buen joven, pero no tenía riquezas.

El joven dijo a la doncella que, como su padre tan sólo le despreciaba por la
falta de dinero, que si ella lo quería esperar cinco años él iría a trabajar por mar
y por tierra, donde poder ganar dinero. Ella se lo prometió.

Peleando contra los moros, ganó pasados cinco años cien mil sueldos, por mar
y por tierra.

La doncella en este tiempo fue muy importunada por el padre para que tomase
marido. Su respuesta era que había votado virginidad hasta que tuviese veinte
años, diciendo que las mujeres no debían casar hasta que pudiesen y supiesen
regir su casa. El padre como la amaba la quiso complacer.

Pasados los cinco años el padre le dijo: Hija, mi deseo es que tomes compañía.
Ella, viendo que el plazo de los cinco años había pasado y no sabía nada del
enamorado, dijo que lo haría. En seguida el padre la desposó y al poco tiempo
se realizaron las bodas; y el otro llegó.

El enamorado se puso tras el lecho de su amada ya desposada y le dijo:


bésame que me muero y ella repuso: No quiera Dios que yo falte a mi marido.
Por la pasión de Jesucristo os suplico que busquéis a otra, que de mí no hagáis
cuenta, pues si ha Dios no ha complacido, tampoco me complace a mí. El dijo
otra vez: bésame que me muero; repuso ella: No quiero.

Entonces el cayó muerto. Ella, que lo veía como si fuera de día por la gran luz
de la habitación, se puso a temblar y despertó al marido diciendo que roncaba
tanto que le hacía sentir miedo, que le contase alguna cosa. Y él contó una
burla. Ella dijo que quería contar otra. Y le contó lo ocurrido y de cómo con un
suspiro Juan había muerto.

Dijo el marido: Oh! Malvada, y ¿Por qué no lo has besado? Repuso ella: por no
faltar a mi marido. Ciertamente, dijo él, eres digna de alabanzas.

El, todo alterado, se levantó y no sabía qué hacer. Decía: Si las gentes saben
que aquí ha muerto, dirán que yo lo he matado y seré puesto en gran apuro.

Acordaron esforzarse y lo llevaron a casa de su padre. Lo hicieron con gran


afán y no fueron oídos por nadie…

A la joven le vino al pensamiento cuánto la quería Juan y de cuánto había


hecho por ella, y que por no quererlo besar había muerto. Acordó ir a besarlo
antes que lo enterrasen; se fue a la iglesia del señor san Pedro, que allí lo
tenían. Las mujeres honradas se levantaron por ella. Ella no se preocupó de
otra cosa más que de ir hacia el muerto. Le descubrió la cara apartando la
mortaja, le besó tan fuerte que allí murió. Las gentes que venían que ella, que
no era parienta, estaba así sobre el muerto, fueron para decirle que se quitase
de allí pero vieron que estaba muerta. El marido contó a todos a los que había
delante el caso según ella se lo había contado. Acordaron enterrarlos juntos en
una sepultura.

Los actos que aquí se hicieron fueron muchos, aquí se ha puesto tan breve
como veis.
https://www.amantesdeteruel.es/quever_mausoleo.php

También podría gustarte