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8 RAZONES

para recomendar
la línea
HEELPROBIOTICS ®

Preparados para el tratamiento


de los procesos donde hay cambios
en la microbiota intestinal,
restableciendo su función

Dra. Luz Taboada Castro


Servicio de Pediatría
Hospital San Rafael. Madrid
8 RAZONES
para recomendar
la línea
HEELPROBIOTICS ®

Preparados para el tratamiento


de los procesos donde hay cambios
en la microbiota intestinal,
restableciendo su función

Dra. Luz Taboada Castro


Servicio de Pediatría
Hospital San Rafael. Madrid
8 RAZONES
para recomendar la línea
HEELPROBIOTICS ®

1 POR SER UNA GAMA DE PREPARADOS SIMBIÓTICOS


Cada vez se da mayor importancia a la modulación de la
microbiota intestinal mediante el empleo de probióticos, prebióticos
7

y simbióticos para tratar diversas enfermedades.

2 POR CUMPLIR LOS REQUISITOS


PARA SER UN PROBIÓTICO
Los microorganismos, para ser catalogados como probióticos,
deben cumplir una serie de características esenciales que tienen
11

que permanecer inalteradas en los preparados.

3 POR SU COMPOSICIÓN INNOVADORA


Las empresas que comercializan probióticos tienen la necesidad
de obtener una concentración de bacterias viables para ejercer un
15

efecto beneficioso hasta el final de la vida útil del producto.


4 POR SU EVIDENCIA CIENTÍFICA
Para que exista evidencia de que un preparado con probióticos y/o
prebióticos puede ser beneficioso para la salud o pautarse como
19

tratamiento de una determinada enfermedad es necesario que esté


respaldado por ensayos clínicos bien diseñados y con suficiente
poder estadístico.

5 POR SU SEGURIDAD
La experiencia clínica disponible hasta el momento avala su extenso
perfil de seguridad, pudiéndose considerar que los probióticos son
23

ampliamente seguros para la mayoría de la población.

6 POR SER UNA GAMA CON UN PREPARADO


PARA CADA SITUACIÓN
No existe el probiótico ideal pero disponemos de preparados
específicos para una situación clínica concreta y en relación
27

con la edad del paciente. Los beneficios, además de ser


específicos de la cepa, dependen de la dosificación y duración
del tratamiento.

7 POR ADAPTARSE A CADA PERFIL DEL PACIENTE


El preparado debe cumplir una serie de propiedades fisicoquímicas
que permitan la facilidad de su uso, su seguridad, su estabilidad
31

y su durabilidad de manera que la población diana lo consuma


habitualmente y con la frecuencia recomendable.

8 POR TENER UNA BUENA RELACIÓN


COSTE/TRATAMIENTO
Es probable que el empleo preventivo de probióticos
en la población sana en diferentes grupos de edad
35

proporcione un beneficio a largo plazo con la consecuencia


de resultados coste-tratamiento adecuados.
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INTRODUCCIÓN

La microbiota autóctona es el conjunto de los microorganismos que habitan sobre


nuestra piel y en las cavidades abiertas al exterior, que son, fundamentalmente, la va-
gina y el aparato digestivo. En ella existen especies estables y otras transeúntes. La
microbiota es esencial para la vida de los organismos superiores, hasta el punto de
que esta no sería posible en su ausencia. “Microbioma” es el término utilizado para
hacer referencia al conjunto de los genes de todos los componentes de la microbiota
de un hábitat determinado(1).

Cada individuo posee una comunidad microbiana peculiar que depende de su geno-
tipo, de la colonización posnatal y de la alimentación que recibe durante los 2 prime-
ros años de vida. Al nacer el intestino está estéril (o casi, porque se han encontrado
algunas bacterias en el líquido amniótico). Los microorganismos se adquieren pos-
natalmente a partir de los de la madre y el entorno ambiental. Tras el nacimiento el
intestino del recién nacido se coloniza rápidamente y este proceso va a ser diferente
dependiendo de factores como tipo de parto, modelo de lactancia, entorno rural o
urbano, nacer en un país en vías de desarrollo o desarrollado, proporcional a la edad
gestacional y otros factores, como infecciones perinatales, empleo de antibioterapia
materna, etc.(2).

Cada vez se da mayor importancia a la modulación de la microbiota intestinal me-


diante el empleo de probióticos, prebióticos y simbióticos para tratar diversas en-
fermedades, principalmente problemas gastrointestinales, como diferentes tipos de

5
Introducción

diarreas (de la comunidad, asociadas a los antibióticos, del viajero, intolerancia a la


lactosa, etc.), trastornos funcionales (cólico del lactante o síndrome del intestino
irritable) o procesos inflamatorios (colitis ulcerosa). Además se usan con éxito en
diversas patologías de la mujer (vulvovaginitis y mastitis) y se ha valorado su efecto
en las alergias, como la dermatitis atópica, y en la prevención de infecciones (desde
el recién nacido prematuro hasta el anciano).

Paralelamente a los numerosos proyectos de investigación que han aparecido en


los últimos años dedicados a ampliar el conocimiento de la microbiota autóctona,
las investigaciones en animales de experimentación y en humanos abren la puerta
a futuras aplicaciones con la suplementación de estos organismos y nutrientes. Hay
estudios que apoyarían su utilización en problemas nutricionales (obesidad, malnu-
trición), enfermedades neurológicas y alteraciones del comportamiento (autismo,
depresión, ansiedad), enfermedad periodontal y en la eventual prevención de varios
tipos de cáncer. Por último, se está avanzando en las repercusiones que la alteración
de la microbiota puede tener en la aparición de enfermedades cardiovasculares, ar-
terioesclerosis, diabetes, hipercolesterolemia, síndrome metabólico, etc.

6
1 POR SER UNA GAMA DE
PREPARADOS SIMBIÓTICOS
Cada vez se da mayor importancia a la modulación
de la microbiota intestinal mediante el empleo de probióticos,
prebióticos y simbióticos para tratar diversas enfermedades.

La modulación de la microbiota intestinal para mejorar la salud se ha efectuado empíri-


camente desde tiempos ancestrales; existen noticias del empleo de alimentos fermen-
tados para el tratamiento de infecciones gastrointestinales desde el año 76 a.C. En
1899 Henry Tissier descubrió que las heces de los niños amamantados presentaban
unas curiosas bacterias con forma de Y (por eso las llamó “Lactobacillus bifidum”) que
no estaban presentes en las de los alimentados con leche de fórmula y defendió que
estas bacterias serían responsables de la menor morbilidad de los lactantes.

Hacia 1910, Elie Metchnikoff observó que los habitantes de las aldeas de los Bal-
canes alcanzaban edades muy avanzadas. Relacionó este hecho con el consumo
habitual de una leche fermentada y postuló que las bacterias implicadas en dicha
fermentación serían las responsables de su longevidad. En la década de los treinta
del siglo pasado, Minoru Shirota, un pediatra japonés preocupado por la alta inci-
dencia de la diarrea infecciosa infantil, aisló una cepa de Lactobacillus casei de las
heces de un niño utilizando por primera vez microorganismos vivos para combatir
una enfermedad y no solo para prevenirla.

El término “probiótico” fue introducido por primera vez en 1965 como antagónico
al de “antibiótico”. Por lo tanto serían factores de origen microbiano los que estimula-
rían la proliferación de otros organismos. El concepto fue cambiando paulatinamente
hasta que en 1989 se postuló que no serían compuestos sino organismos, que de-
berían llegar vivos al lugar de acción y que deberían dar lugar a un efecto beneficioso
sobre el que los consumía.

7
Razón 1 Por ser una gama de preparados simbióticos
En 2001, una comisión de expertos internacionales convocados de forma conjunta
por la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación) y la OMS
(Organización Mundial de la Salud) definió los probióticos como “microorganismos
vivos que cuando se administran en cantidades adecuadas confieren un beneficio a
la salud del hospedador”(3).

Desde entonces, esta definición ha sido la más ampliamente aceptada en todo el


mundo y ha sido recientemente confirmada por la International Scientific Associa-
tion of Probiotics and Prebiotics (ISAPP)(4). Los organismos probióticos remedarían
los efectos positivos que ejerce la microbiota autóctona, por lo que, en principio,
cualquier componente de ella podría ser candidato a convertirse en probiótico. Sin
embargo, la mayoría pertenece a dos grupos microbianos: los lactobacilos y las bi-
fidobacterias, aunque la levadura Saccharomyces cerevisiae y algunas especies de
Escherichia coli y Bacillus también son empleadas.

Los probióticos ejercen su acción beneficiosa para el ser humano a través de dife-
rentes mecanismos que fundamentalmente pueden ser agrupados en tres catego-
rías: efectos antimicrobianos, efectos sobre la función de barrera intestinal y efectos
inmunomoduladores. Algunos de estos mecanismos de acción, como la producción
de ácidos grasos de cadena corta y la exclusión competitiva de patógenos, son com-
partidos por la mayor parte de probióticos. Otros sin embargo son efectos observa-
dos solo en determinadas especies, como la síntesis de vitaminas o la neutralización
de carcinógenos, y otros son mecanismos de acción específicos de cepa, tales como
la producción de sustancias bioactivas específicas.

Los prebióticos son ingredientes alimentarios que producen una estimulación se-
lectiva del crecimiento y/o actividad(es) de uno o de un limitado número de géne-
ros/especies de microorganismos en la microbiota intestinal que confiere beneficios
para la salud del hospedador. Como prebióticos más conocidos nos encontramos los

Los probióticos ejercen su acción beneficiosa para el ser humano


por su actividad antimicrobiana, por su función de barrera intestinal
y por sus efectos inmunomoduladores

8
8 RAZONES para recomendar
la línea HEELPROBIOTICS ®

fructooligosacáridos (FOS), los galactooligosacáridos (GOS), la inulina, la lactulosa y,


por supuesto, los oligosacáridos de la leche materna.

El efecto inmediato de la llegada de estos compuestos al colon sería la proliferación


de la microbiota indígena, lo que potenciaría su antagonismo frente a microorganis-
mos foráneos y contribuiría a recolonizar la mucosa, por ejemplo, tras un tratamiento
con antibióticos. Los prebióticos serán fermentados, lo que generará ácidos grasos
que inhibirán el crecimiento de las bacterias vecinas con potencial patogénico, y se-
rán utilizados como nutrientes por los enterocitos. Además, tanto los oligosacáridos
como los ácidos orgánicos generados por su catabolismo incrementan la presión
osmótica luminal, induciendo la secreción de agua, aumentando el volumen de las
heces e incrementando el peristaltismo.

Para que un alimento pueda considerarse prebiótico debe cumplir una serie de ca-
racterísticas, como: no ser hidrolizado en el tracto gastrointestinal; ser resistente a la
acidez gástrica y a la hidrólisis por enzimas digestivas y no absorberse en el intestino
delgado; ser fermentado por bacterias beneficiosas de la microbiota intestinal; y ser
capaz de inducir efectos fisiológicos beneficiosos para la salud. La fibra dietética es
un carbohidrato no digerible pero sin efecto prebiótico ya que no estimula el creci-
miento de bacterias beneficiosas.

Se denomina “simbiótico” al producto que combina al menos un probiótico y un


prebiótico. Si el carbohidrato prebiótico es utilizado por la cepa probiótica, se promo-
verá selectivamente su proliferación en el intestino del hospedador. Es interesante
señalar que la combinación de probiótico y prebiótico en un mismo producto puede
tener un efecto sinérgico y conferir beneficios mayores que los que ejerce cada uno
de los componentes del simbiótico por separado.

Recientemente se ha introducido el término “posbiótico” al referirse a sustancias


producidas por los probióticos que ejercen efectos metabólicos y/o inmunomodula-
dores en el huésped sin que por el momento haya tenido repercusiones importantes
tanto desde el punto de vista investigador como clínico. Los psicobióticos serían
organismos vivos que, cuando se consumen en cantidades adecuadas, producen
un beneficio en la salud de pacientes con trastornos psiquiátricos. En la tabla 1 se
incluyen las definiciones con la finalidad de clarificar la nomenclatura y evitar con-
fusiones.

9
Razón 1 Por ser una gama de preparados simbióticos
Tabla 1. Definiciones
PROBIÓTICOS (Lilly-Stillwell, 1965)
Microorganismos vivos que confieren un beneficio a la salud del huésped cuando se administran en
cantidades adecuadas

PREBIÓTICOS (Gibson-Roberfroid, 1995)


Ingredientes fermentados selectivamente que dan lugar a cambios específicos en la composición
y/o actividad de la flora gastrointestinal, confiriendo así beneficios a la salud del huésped

SIMBIÓTICOS
Productos que contienen tanto probióticos como prebióticos

POSBIÓTICOS (Rescigno, 2012)


Sustancias producidas por los probióticos que ejercen efectos metabólicos y/o inmunomoduladores
en el huésped

PSICOBIÓTICOS (Dinan, 2013)


Organismos vivos que, cuando se consumen en cantidades adecuadas, producen un beneficio en la
salud de pacientes con trastornos psiquiátricos

Tomada de(5) con autorización.

10
2 POR CUMPLIR LOS REQUISITOS
PARA SER UN PROBIÓTICO
Los microorganismos, para ser catalogados como probióticos,
deben cumplir una serie de características esenciales
que tienen que permanecer inalteradas en los preparados.

Las propiedades funcionales que, en principio, podría presentar un preparado probió-


tico antes de llegar al consumidor pueden ser tan amplias como nos permita nuestra
imaginación, la tecnología y el presupuesto disponible. Primero, es necesario saber
el uso que se dará al probiótico y sobre qué población se pretende aplicar. De esta
manera, se seleccionarán las cepas pertinentes mediante las pruebas más adecua-
das para poner de manifiesto las propiedades relevantes que permitan alcanzar el
objetivo final(6).

Tradicionalmente se recomendaba que las cepas probióticas se hubieran aislado


de muestras de la misma especie a la que se le iban a administrar basándose en la
creencia de que las cepas de origen humano se implantarían o colonizarían nuestras
mucosas con mayor facilidad que las aisladas de otras especies. Sin embargo, un
informe de la FAO/OMS (2002) concluyó que, globalmente, la propiedad “origen
humano” no constituye un criterio relevante en la selección de probióticos para su
uso en nuestra especie(7).

Para que las cepas probióticas que se administran oralmente puedan ejercer sus
efectos beneficiosos, deben resistir las condiciones ambientales del aparato digesti-
vo, y especialmente, el efecto microbiocida de saliva, acidez gástrica, bilis, secreción
pancreática, etc. Debe tenerse en cuenta, además, que la composición de las distin-
tas secreciones, el tiempo de vaciado gástrico o la motilidad intestinal pueden variar
dependiendo de la edad y del estado de salud del hospedador.

11
Razón 2 Por cumplir los requisitos para ser un probiótico
En la tabla 2 vienen reflejadas las características esenciales que deben presen-
tar los microorganismos para ser catalogados como probióticos y que tienen que
permanecer inalteradas en los preparados comerciales. Estos preparados pueden
administrarse como parte de un alimento, como medicamentos y como suplementos
dietéticos. En el mercado español existe una amplia gama de productos que contie-
nen probióticos, prebióticos o simbióticos, solos o en combinación con otros com-
ponentes, pero no todos estos preparados son eficaces. La Guía de la Organización
Mundial de Gastroenterología sobre Probióticos y Prebióticos(8) especifica lo que se
debe expresar en la etiqueta para que el profesional prescriptor y dispensador y tam-
bién el consumidor entiendan cuál es el beneficio de un producto con organismos
probióticos:

• Género y especie con nomenclatura específica consistente con los nombres


científicos reconocidos actualmente.

• Designación de la cepa específica.


• Recuento de microorganismos viables de cada cepa.
• Condiciones de almacenamiento recomendadas y seguridad de las mismas.
• Dosis recomendada para la inducción del efecto beneficioso.
• Descripción del efecto beneficioso.
• Información de contacto para la vigilancia poscomercialización.
Una cepa probiótica se cataloga basándose en su género, especie y una nomen-
clatura alfanumérica que designa la cepa. Por ejemplo, en el caso de Lactobacillus
rhamnosus CNCM I-4036, el término “Lactobacillus” se corresponde con el género,
la denominación rhamnosus indica la especie y el epígrafe CNCM I-4036 se refiere
a la cepa. Sin embargo, los nombres con los que se designan los organismos probió-
ticos en los productos comerciales no están sujetos a regulación, lo cual puede ser
una fuente de incertidumbre importante sobre la realidad de los efectos saludables
del producto comercializado.

Algunos beneficios de los organismos probióticos son compartidos por todas las es-
pecies de un género, por ejemplo la producción de ácido por parte de los lactobacilos;

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8 RAZONES para recomendar
la línea HEELPROBIOTICS ®

Tabla 2. Características esenciales que debe tener un producto que contenga


microorganismos probióticos
CARACTERÍSTICA
IMPLICACIONES
DEL PRODUCTO PROBIÓTICO
• No patógeno ni tóxico
Seguridad
• Libre de efectos adversos
• Resistente a la destrucción tecnológica
Estar vivo
(por ejemplo, liofilización)
• Resistente a la destrucción por secreciones
gástricas/biliares
Llegar y permanecer vivo
• Capacidad de adherencia y colonización de la
cavidad diana
• Permanecer estable durante la vida útil del producto
Estabilidad • Variabilidad mínima entre los distintos lotes del
producto
• Contener un número adecuado de microorganismos
Cantidad adecuada
viables para lograr el efecto beneficioso demostrado
Nomenclatura específica • Género, especie y cepa específica determinados

Evidencia científica • Estudios controlados de eficacia en seres humanos


• Sustancias de vehículo o relleno que no afecten a la
Almacenamiento
viabilidad de la cepa
• Cada cepa con el efecto beneficioso para el que ha
Efecto beneficioso
mostrado evidencia
• Se especifican de forma clara y veraz estas
Etiquetado
características
Tomada de(2) con autorización.

otras, como la capacidad de neutralizar la intolerancia a la lactosa, son típicas de


algunas especies. Ahora bien, la mayoría son específicas de cepas determinadas,
entre otras cosas porque los ensayos clínicos previos se han hecho con esas cepas
concretas.

13
Razón 2 Por cumplir los requisitos para ser un probiótico
Por este motivo, cuando estemos delante de un producto que contiene probióticos,
debemos revisar qué cepa(s) contiene, la posología recomendada y su forma de
dispensación (liofilizada, conservada en frío, naturaleza de los de excipientes, etc.).
También resulta conveniente contrastar los datos de la etiqueta con las condiciones
que se emplearon en los ensayos clínicos previos.

Para terminar, es importante tener en cuenta una serie de requisitos para un buen
uso de los probióticos:

• Los efectos beneficiosos solo pueden atribuirse a la cepa o cepas que han de-
mostrado conferirlos y no a la especie o a todo un grupo de probióticos.

• Los estudios que documentan la eficacia de una cepa a una dosificación deter-
minada no son evidencia suficiente para avalar los efectos a una dosificación
más baja.

• Deben documentarse los efectos saludables de cada cepa específica presente


en el producto a la venta.

• Debe considerarse el eventual papel que podrían desempeñar las sustancias


de vehículo y/o relleno, ya que podrían afectar a la viabilidad de la(s) cepa(s).

14
3 POR SU COMPOSICIÓN
INNOVADORA
Las empresas que comercializan probióticos tienen
la necesidad de obtener una concentración de bacterias
viables para ejercer un efecto beneficioso hasta el final
de la vida útil del producto.

En los últimos años, el campo de los probióticos ha experimentado un gran auge, lo-
grándose avances científicos y clínicos que han permitido el desarrollo y la comercia-
lización de diversos productos debidamente contrastados. Paralelamente, también
ha aumentado la demanda de probióticos por parte de unos consumidores cada vez
más conscientes de la estrecha relación entre nuestra microbiota y la salud(6).

Desafortunadamente, algunas compañías han aprovechado esta coyuntura para apli-


car el término “probiótico” a productos que no encajan en este concepto y/o cuyos
presuntos beneficios carecen de cualquier base científica. Este mal uso, intenciona-
do o no, se ha visto favorecido por la ausencia, hasta principios del siglo xxi, de un
consenso internacional sobre la metodología para evaluar la eficacia y seguridad de
estos productos.

En 2002, un grupo de trabajo convocado de forma conjunta por la FAO y la OMS elabo-
ró unas directrices con los requerimientos mínimos necesarios para que a un producto
se le pudiera otorgar el apelativo de “probiótico” (figura 1). Los documentos derivados
del trabajo de ambas comisiones(8), junto con las actualizaciones recogidas en los con-
sensos de la Sociedad Española de Probióticos y Prebióticos (SEPyP)(9) y de la ISAPP(4)
son referencia clave para saber qué se entiende por probiótico en la actualidad.

Desde el año 2005 no se han registrado nuevos probióticos como medicamento ya


que, tras la publicación de la nueva directiva europea, se tiene que desarrollar una
legislación específica para poder registrarlos como tal.

15
Razón 3 Por su composición innovadora
El proceso que va desde la selección inicial de cepas hasta la comercialización de un
probiótico eficaz para una diana específica no resulta sencillo. Tiene que contemplar
diversos aspectos (científicos, clínicos, tecnológicos, normativos, económicos, comu-
nicativos, etc.) que, aunque en ocasiones no son fáciles de conjugar, pueden y deben
ser compatibles entre sí. De los miles de cepas aisladas cada año por su presunto
potencial probiótico en los laboratorios de todo el mundo, muy pocas pasan a una
fase de desarrollo industrial y muchas menos aún consiguen un hueco en los estan-
tes de una farmacia, una parafarmacia o un establecimiento alimentario.

La identificación de un aislado a nivel de especie y cepa es un requisito esencial


para cualquier bacteria que se pretenda comercializar. Aunque las pruebas feno-
típicas (fermentación de carbohidratos, actividades enzimáticas, etc.) fueron muy
útiles cuando no existían otros métodos alternativos, actualmente no son válidas
para la identificación de especies ya que su capacidad de resolución es claramente
insuficiente.

Actualmente se emplean diversas técnicas moleculares basadas en la detección de


huellas genéticas (fingerprinting) o en la secuenciación de diversos genes. Entre
ellas, la secuenciación parcial o completa del gen 16S rRNA se ha convertido, prácti-
camente, en el método estándar de identificación, aunque el uso de genes esencia-
les para el metabolismo celular (housekeeping), como pheS, rpoA, atpD, tuf, groEL o
recA, ofrece una mayor capacidad discriminatoria.

Como cualquier otra disciplina, la taxonomía de bacterias y levaduras está en cons-


tante evolución y la determinación de especie debe realizarse y, eventualmente, re-
evaluarse con la metodología más válida en cada momento. La identificación de un
aislado a nivel de cepa es igualmente relevante porque posibilita su trazabilidad en
pruebas de laboratorio, ensayos clínicos, estudios epidemiológicos (incluyendo su
posible implicación en efectos adversos) y durante todo el proceso de producción

El campo de los probióticos ha experimentado un gran auge, lográndose


avances científicos que han permitido la comercialización de diversos
productos debidamente contrastados

16
8 RAZONES para recomendar
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y comercialización. También es deseable si existen efectos beneficiosos específica-


mente asociados a esa cepa.

Por otra parte, es habitual que la empresa interesada en una cepa la quiera pro-
teger mediante una patente que cubra sus posibles aplicaciones. Para ello tendrá
que depositar la cepa en una colección de referencia, como la Colección Española
de Cultivos Tipo (CECT), o la Colección Nacional de Cultivo de Microorganismos
(CNCM) del Instituto Pasteur. En este caso, la capacidad para diferenciar la cepa es
una herramienta útil para detectar un posible uso ilegal por parte de terceros.

Biópolis SL es una empresa biotecnológica de carácter privado fundada en 2003


como spin-off del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Ella misma
define su principal objetivo como ofrecer en confidencialidad servicios biotecnológi-
cos a medida que aporten soluciones eficientes e innovadoras escalando industrial-
mente la solución: desde el desarrollo hasta la producción. Sus clientes potencia-
les son las industrias de alimentación, farmacia, química, energía y medio ambiente.

Tiene experiencia en el desarrollo de nuevos probióticos que recomponen la micro-


biota intestinal alterada para lograr un efecto funcional concreto. De este modo, has-
ta el momento ha desarrollado algunas cepas frente a patologías concretas. Dentro
de la línea Heelprobiotics, que comercializa Heel en España, podemos encontrar las
siguientes:

• Enfermedad celíaca: Bifidobacterium longum ES1.


• Estrés oxidativo: Lactobacillus rhamnosus CNCM I-4036.
Para ello, Biópolis SL dispone de una colección propia de microorganismos con
capacidad probiótica. Una parte importante de dicha colección se ha obtenido a
partir de heces de niños sanos con lactancia materna. El resto se ha aislado a partir
de otros fluidos o tejidos biológicos (por ejemplo, cavidad bucal o tracto vaginal) o
desde otros nichos biológicos (distintos animales en la búsqueda de probióticos de
aplicación en ganadería). La mayoría de las cepas de esta colección pertenece a los
géneros bacterianos Bifidobacterium y Lactobacillus, aunque se dispone de aislados
de los géneros Lactococcus y Pediococcus e incluso de algunas levaduras con posi-
ble actividad prebiótica.

17
Razón 3 Por su composición innovadora
Al comenzar a trabajar con un posible probiótico, Biópolis SL determina su clasificación
taxonómica inequívoca a nivel de especie para conocer si el probiótico tiene un esta-
tus GRAS (Generally Recognized as Safe) y/o QPS (Qualified Presumption of Safety).
Posteriormente se evalúa su eficacia y seguridad siguiendo las directrices conjuntas
de FAO y OMS referidas en la figura 1. Dependiendo de la funcionalidad que se va a
evaluar, se procede a desarrollar un método de evaluación in vivo de sus propiedades.
Estos estudios se pueden abordar en distintos modelos: ex vivo (cultivos celulares) o in
vivo en diferentes modelos animales.

Figura 1. Directrices de la FAO/OMS para la evaluación de los probióticos

Identificación de la cepa (especie y cepa)


Secuenciación del genoma (altamente recomendable)
Depósito de la cepa en una colección de cultivos
reconocida internacionalmente

Caracterización funcional Evaluación de la seguridad


Prerrequisitos + Propiedades probióticas Pruebas in vitro, ex vivo
Pruebas in vitro y ex vivo y en modelos animales
Ensayos en modelos animales (marcadores) Ensayos de fase 1 en seres humanos

Preferentemente
Evaluación de la eficacia más de un estudio de
Ensayos de fase 2 en seres humanos fase 2 en laboratorios
(doble ciego, controlados con placebo) independientes
Documentación de efectos adversos (confirmación
de resultados)

Evaluación de la eficacia PROBIÓTICO Condiciones adecuadas


Ensayos de fase 3 en seres (alimento) de almacenamiento
humanos (doble ciego, comparación Concentración de bacterias
con el tratamiento estándar viables suficiente para ejercer
para una patología específica) PROBIÓTICO efecto beneficioso al final
Documentación de efectos adversos (medicamento) de su vida útil

Tomada de(8).

18
4 POR SU EVIDENCIA
CIENTÍFICA
Para que exista evidencia de que un preparado con
probióticos y/o prebióticos puede ser beneficioso para
la salud o pautarse como tratamiento de una determinada
enfermedad es necesario que esté respaldado por ensayos
clínicos bien diseñados y con suficiente poder estadístico.
En la actualidad, probablemente sea el mundo de la microbiota y los probióticos uno
de los temas que más controversias tengan a nivel científico, siempre entre la duda
del binomio “ciencia o moda” cuando hablamos de su empleo sobre todo a nivel pre-
ventivo. Este problema dubitativo en cuanto a su utilización no solo es exclusivo de
los profesionales sanitarios, sino que también repercute en los consumidores.

La popularización de términos como “flora bacteriana”, “bacterias buenas” o incluso


“probiótico” por parte de la población y su amplio uso por aquellos profesionales
que se dedican a las medicinas alternativas o naturales hace que muchos médicos
y farmacéuticos vean estos temas con cierto escepticismo. Solo hay que hacer un
pequeño recorrido en internet por las innumerables páginas web de información y
divulgación pseudocientífica de estos temas(10).

El problema aumenta cuando los probióticos aparecen en los medios de comunicación no


científicos. Tenemos el caso reciente de una noticia publicada en diversos periódicos de
información general en referencia a un excelente artículo científico realizado por un grupo
de expertos daneses donde se afirmaba que los probióticos no eran útiles en la población
sana ya que su consumo regular no cambia la microbiota intestinal de los sujetos sanos(11).
Un comunicado de la SEPyP desmintió esta aseveración afirmando que no es necesario
cambiar la microbiota fecal para que un probiótico pueda ejercer un efecto positivo sobre la
salud de las personas que lo toman, contradiciendo esta falsa interpretación del artículo, lo
que ha sido respaldado en varios ejemplos aclaratorios de suficiente evidencia científica(12).

19
Razón 4 Por su evidencia científica
Y toda esta controversia permanece muchas veces en las mentes de los profesio-
nales sanitarios, a pesar de que existen numerosas evidencias científicas que avalan
su empleo con excelentes resultados terapéuticos en muchas patologías, además de
haberse convertido en una de las líneas de investigación más desarrolladas en los
últimos años. Hay que recordar que los niveles de evidencia son herramientas, instru-
mentos y escalas que clasifican, jerarquizan y valoran la evidencia disponible, de for-
ma tal que, basándose en su utilización, se puedan emitir juicios de recomendación.

Por supuesto, no todas las aplicaciones clínicas para las que se han utilizado pro-
bióticos y prebióticos tienen la misma evidencia científica. La toma de decisiones en
la práctica clínica debe basarse en una combinación de evidencia científica y cono-
cimiento práctico, por lo que se recomienda el uso de guías de práctica clínica. Por
ello es necesario que las sociedades científicas pongan en marcha la realización de
nuevas guías para el empleo de probióticos y prebióticos en diversas especialidades
médicas y la actualización periódica de las ya existentes, como ocurre con la de la
Organización Mundial de Gastroenterología (WGO)(7).

Como ya hemos comentado en la introducción de esta monografía, la implicación de


la microbiota intestinal en la patogenia de diversas patologías y su aplicación en la
práctica clínica habitual con el empleo de probióticos, prebióticos y simbióticos ha
cobrado un inusitado interés en los últimos años, afirmación respaldada por nume-
rosos proyectos de investigación. Prueba de ello es que hemos pasado, en la base
de datos PubMed, de 175 estudios clínicos sobre probióticos en el año 2000 a
un total de 1.652 a finales de 2016 y de 78 artículos científicos sobre microbiota a
5.331 en el mismo periodo de tiempo, como se aprecia en la figura 2(13).

Sin embargo el empleo de probióticos no está del todo incorporado a la práctica clí-
nica habitual por los médicos ni suele entrar dentro de las recomendaciones dadas
por el farmacéutico en la oficina de farmacia debido a los aún insuficientes estudios
y a los resultados poco concluyentes de la mayoría de ellos. La gran diversidad en el
diseño de muchos estudios realizados justifica la gran variabilidad en los resultados
de eficacia. De hecho, la mayoría de metaanálisis concluye que hay insuficientes
trabajos con cepas probióticas específicas en grupos definidos de pacientes, lo que
trae consigo gran dificultad para desarrollar guías de práctica clínica adecuadas,
salvo la excepción de la WGO, antes comentada(7).

20
8 RAZONES para recomendar
la línea HEELPROBIOTICS ®

Figura 2. Referencias bibliográficas sobre probióticos y microbiota en PubMed


Resultados por año

PROBIÓTICOS
1.652

175

Año 2000 Año 2016

MICROBIOTA
5.331

78

Tomada de(13) con autorización.

Hay que considerar que los diferentes probióticos emplean distintas estrategias de acción
y que no todas las cepas presentan la misma resistencia ni capacidad de colonización y,
por tanto, no tienen la misma eficacia clínica. Por ello, hay que tener en cuenta que los
efectos en la práctica clínica son específicos de cepa y no están indicados para las mismas
situaciones. Los datos agrupados de distintas cepas podrían llevar a falsas conclusiones.

Los beneficiosos descritos para un producto en una patología concreta se atribuyen


a esa cepa específica, en esa dosis, duración de tratamiento y condiciones de em-
pleo y no se pueden extrapolar a otros organismos de la misma especie ni a otras
indicaciones. Asimismo, los efectos no pueden generalizarse a distintas poblaciones
(niños, adultos, gestación, lactancia), ya que estos microorganismos pueden actuar
de forma diferente en estos grupos, siendo más eficaces, por ejemplo, en la preven-
ción de la diarrea en niños que en adultos.

Esta evidencia se basa en ensayos clínicos controlados, en muchos casos analizados


en metaanálisis y revisiones sistemáticas posteriores. Sin embargo, la dosis y duración
del tratamiento utilizadas en los diferentes ensayos son distintas y las conclusiones

21
Razón 4 Por su evidencia científica
a las que llegan estos estudios se ven afectadas por estos sesgos. Por otro lado, no
hay estudios comparativos entre cepas para una indicación determinada que permi-
tan proponer un orden jerárquico de productos con evidencia probada o una selec-
ción de unos respecto a otros.

En resumen, para que exista evidencia de que la administración de una cepa pro-
biótica específica, un prebiótico o una mezcla de ellos pueda ser beneficiosa para
la salud o pueda pautarse como tratamiento de una determinada enfermedad, es
necesario que cumpla una serie de condiciones clínicas que estén respaldadas por
ensayos clínicos bien diseñados y con suficiente poder estadístico. En la tabla 3 se
detallan los preparados de la línea Heelprobiotics® con evidencia científica demos-
trada en ensayos clínicos en humanos.

Tabla 3. Preparados de la línea Heelprobiotics® con evidencia científica


PREPARADO EDAD COMPOSICIÓN INDICACIONES
GASTEEL Niños · Bifidobacterium breve CNCM I-4035 · Intolerancias alimentarias
KID® > 3 años* · Bifidobacterium lactis CBP-001010 · Infecciones gastrointestinales
· Lactobacillus paracasei CNCM I-4034 · Refuerzo del sistema inmune
· Lactobacillus rhamnosus CNCM I-4036 · Terapia antibiótica y/o otros fármacos
· Prebióticos (FOS) (ej.: AINEs)
· Vitamina D · Restablecer flora intestinal
· Manganeso
· Cobre
GASTEEL® Adultos · Bifidobacterium breve CNCM I-4035 · Diarreas
· Bifidobacterium lactis CBP-001010 · Estreñimiento
Jóvenes · Lactobacillus paracasei CNCM I-4034 · Meteorismo
· Lactobacillus rhamnosus CNCM I-4036 · Consumo de antibióticos
· Prebióticos (FOS) · Estrés
· Vitaminas (B1, B6 y B12) · Mala alimentación
· L-Glutamina · Intolerancias alimentarias
· Toma de AINEs y/o otros fármacos (ej.: IBP)
GASTEEL Adultos · Bifidobacterium longum ES1 · Situaciones de estrés
PLUS® · Bifidobacterium lactis CBP-001010 · Terapia antibiótica y/o otros fármacos (ej.: IBP)
Población · Lactobacillus rhamnosus CNCM I-4036 · Periodos de cansancio
senior · Prebióticos (FOS) · Fatiga
· Vitamina D · Infecciones gastrointestinales
· Zinc · Enfermedad celiaca o con otro tipo de procesos
· Selenio que causen inflamación intestinal, de todas las
edades
*Para niños menores de 3 años, consulte con su médico.
Elaboración propia.

22
5 POR SU SEGURIDAD
La experiencia clínica disponible hasta el momento
avala su extenso perfil de seguridad, pudiéndose
considerar que los probióticos son ampliamente
seguros para la mayoría de la población.

Los probióticos llevan siendo utilizados de forma segura más de 100 años. A día de hoy,
existe una amplia evidencia científica sobre la importante contribución de los probióticos
a la salud al contar con numerosos beneficios en múltiples enfermedades. Sin embargo,
a pesar de sus efectos preventivos y terapéuticos, los probióticos no están completa-
mente exentos de generar efectos adversos y riesgos potenciales, por lo que familiari-
zarse con su perfil de seguridad es primordial a la hora de tratar distintas patologías(14).

La regulación de los probióticos cuando se usan como alimentos funcionales se rige


por el reglamento comunitario europeo según la normativa de la The European Food
Safety Authority (EFSA), como suplementos nutricionales, o siguiendo las directrices
de la European Medicines Agency (EMA) y las agencias estatales, como fármacos.
Los requerimientos de la EMA son mucho más estrictos, debiéndose demostrar no
solo datos de eficacia mediante ensayos clínicos, sino también de seguridad y vigi-
lancia poscomercialización.

Como ya se ha comentado anteriormente, la FAO/OMS recomienda la realización de


pruebas de resistencia a antibióticos, producción de toxinas y actividad metabólica
antes de su comercialización, así como estudios epidemiológicos poscomercializa-
ción. De esta manera, los probióticos deben ser evaluados y considerados en materia
de seguridad de igual forma que el resto de fármacos disponibles.

Los probióticos se emplean en un abanico muy amplio de situaciones, que incluyen a


personas sanas, a personas sanas pero en una situación especial (bebés, embarazadas,

23
Razón 5 Por su seguridad
lactantes, ancianos, etc.) y a otras con patologías de distintos tipos y gravedades.
Aunque su empleo es seguro en la población general, la evaluación de la seguridad
debe tener en cuenta, entre otros factores: el microorganismo en cuestión, la forma
de administración, el nivel de exposición, el estado de salud del hospedador y las
funciones fisiológicas que pueden desempeñar en él.

Aunque en los últimos años la prescripción de probióticos se ha incrementado entre


los profesionales sanitarios, en muchos existe la duda de si es realmente segura su
administración tanto en pacientes sanos como en enfermos. Este temor responde a
la consideración generalizada de que cualquier microorganismo es dañino para el ser
humano y su presencia en el organismo es sinónimo de patología infecciosa. Esto
puede ser cierto cuando se produce la invasión del medio interno, pero no necesa-
riamente cuando se considera la colonización de las cavidades orgánicas, es decir,
por fuera de su recubrimiento mucoso.

El uso preferencial de lactobacilos y bifidobacterias se debe, por una parte, a que mu-
chas especies gozan del estatus GRAS de la FDA estadounidense y QPS de la EFSA y,
por otra, a que son los organismos que más se han empleado en las pruebas de aptitud
probiótica y, en consecuencia, sus propiedades beneficiosas están más contrastadas.

Hasta la fecha no se ha hallado ningún gen inequívocamente relacionado con pato-


genicidad en los géneros lactobacilos y bifidobacterias asociados con sepsis u otros
efectos adversos. Los factores que se han propuesto para explicar su implicación
en tales casos son precisamente los que se consideran propiedades deseables en
un organismo probiótico. Por ejemplo, su adherencia a las células del hospedador
y la resistencia a los mecanismos de defensa innatos pueden facilitar su transloca-
ción patológica al medio interno y una proliferación indiscriminada en pacientes muy
frágiles, lo que puede acabar en una bacteriemia, un absceso hepático o una endo-
carditis; sin embargo, la adherencia a las células del epitelio propicia la colonización

Hasta la fecha no se ha hallado ningún gen inequívocamente relacionado


con patogenicidad en los géneros lactobacilos y bifidobacterias asociados
con sepsis u otros efectos adversos

24
8 RAZONES para recomendar
la línea HEELPROBIOTICS ®

de las mucosas, con la consiguiente exclusión de patógenos, el fortalecimiento de la


barrera intestinal y la mejora de las interacciones neuroinmunológicas(6).

Igualmente, la resistencia a los sistemas innatos de defensa puede promover su per-


sistencia en las mucosas y permitir una translocación “controlada”, que es un proceso
fisiológico selectivo y altamente regulado que sucede continuamente en individuos
sanos, lo que implica una tasa baja de translocación que resulta ser importante para
la homeostasis orgánica.

Los casos en los que se ha podido establecer una relación entre el consumo de un
probiótico y un efecto adverso son extremadamente escasos. En teoría, los probióti-
cos podrían producir cinco tipos de efectos adversos:

1) Infectividad o patogenicidad.

2) Producción de metabolitos no deseables.

3) Posibilidad de transmisión de genes que confieran resistencia a antibióticos.

4) Excesiva inmunoestimulación o inmunodepresión en individuos sensibilizados.

5) Efectos negativos asociados a los excipientes.

Como conclusión hay que comentar que el uso de probióticos es seguro en la población
general, aunque en pacientes críticos, prematuros o inmunocomprometidos debe ser
evaluado de manera extensa y cuidadosa, ya que se han descrito efectos adversos de
gran importancia, como el desarrollo de infecciones sistémicas en estos pacientes. En
la mayoría de los casos la balanza entre el riesgo y el beneficio está claramente inclina-
da hacia este último. El riesgo de sepsis y otras complicaciones secundarias a los pro-
bióticos debe valorarse en los pacientes críticos, como se describe en la tabla 4. Para
poder concluir de manera categórica que los probióticos son seguros, son necesarios
estudios que evalúen cada cepa de forma individual, a altas dosis y en uso prolongado.

Además de las pruebas in vitro, ex vivo y en modelos animales durante el proceso


de selección de las cepas, los preparados de la línea Heelprobiotics® cumplen los
requisitos necesarios obtenidos en el curso de ensayos clínicos de fase 1, 2 y 3, co-
rrectamente diseñados y dirigidos específicamente a la población diana para evaluar
positivamente su seguridad.

25
Razón 5 Por su seguridad
Tabla 4. Pacientes potencialmente en riesgo de sufrir complicaciones derivadas
del uso de probióticos
Inmunocomprometidos (incluidos los pacientes oncológicos y los gravemente desnutridos)

Prematuros*

Neonatos con patología grave

Cardiópatas (alteraciones valvulares y su reemplazo y antecedentes de endocarditis)

Embarazadas*

Pacientes en la UCI (patologías graves y portadores de catéteres centrales)

Pacientes intervenidos quirúrgicamente*


Riesgo de translocación potencial a través de la mucosa intestinal (abdomen agudo, fuga
intestinal, barrera epitelial intestinal incompetente, neutropenia o riesgo de neutropenia por
quimioterapia y radioterapia)
Administración de probióticos por yeyunostomía
Administración concomitante de antibióticos de amplio espectro a los cuales los
antibióticos son resistentes* (por ejemplo, algunos lactobacillus son naturalmente resistentes a la
vancomicina)
Probióticos con alta capacidad de adhesión a la mucosa intestinal o patogenicidad
conocida
* Riesgo relativo. En general se considera seguro su uso en estos grupos.
Tomada de(14) con autorización.

26
6
POR SER UNA GAMA CON
UN PREPARADO PARA CADA
SITUACIÓN
No existe el probiótico ideal pero disponemos de preparados
específicos para una situación clínica concreta y en relación
con la edad del paciente. Los beneficios, además de ser
específicos de la cepa, dependen de la dosificación y duración
del tratamiento.

Como ya hemos indicado anteriormente, no todos los preparados probióticos exis-


tentes en el mercado son iguales ni cada cepa es eficaz para todas las situaciones
clínicas. Por ese motivo, para que los profesionales sanitarios recomendemos un
preparado probiótico con una o varias cepas asociadas o no a prebióticos u otros
componentes, es imprescindible la validación de sus efectos beneficiosos en ensa-
yos controlados en fase 1, 2 y 3 en humanos.

Independientemente de los cambios producidos en la microbiota intestinal durante


los 2 primeros años de vida del ser humano, esta va variando a lo largo de toda su
existencia debido a factores tan importantes como las infecciones gastrointestinales,
el consumo de antibióticos, la dieta, el estilo de vida y el propio proceso de enveje-
cimiento.

Estos cambios los podemos ver reflejados en la figura 3(15). Por eso es tan importante
no solo contar con un preparado para cada situación clínica sino también para cada
edad. A continuación vamos a desarrollar los productos de la línea Heelprobiotics®:

• Gasteel Kid®
• Gasteel®
• Gasteel Plus®

27
Razón 6 Por ser una gama con un preparado para cada situación
GASTEEL KID®
Tiene la misma composición de prebióticos (FOS) y cepas probióticas que Gasteel®
(Bifidobacterium breve CNCM I-4035, Bifidobacterium lactis CBP-001010, Lactoba-
cillus paracasei CNCM I-4034 y Lactobacillus rhamnosus CNCM I-4036) pero refor-
mulado para conseguir la composición más adecuada y efectiva para los niños(16, 17).
Por ese motivo contiene vitamina D, Manganeso y Cobre. También es una combina-
ción única en el mercado.

Este producto va dirigido a niños a partir de 3 años aunque se puede administrar en


más pequeños siempre que ya estén con una dieta sólida y sean capaces de ingerir
la preparación. Se recomienda para niños con alteraciones en su microbiota intesti-
nal por intolerancias alimentarias o cuadros gastrointestinales de origen viral y bac-
teriano y niños que necesiten un refuerzo de su sistema inmune porque acuden a la
guardería, comienzan el curso escolar o durante los cambios de estación (invierno).

Figura 3. Resumen esquemático de los cambios generales en la microbiota


intestinal a diferentes edades

GESTACIÓN BEBÉ–PRESCOLAR INFANCIA ADULTO VEJEZ


¿Esteril? # Bifidobacterias Diversidad # Firmicutes # Bacteroidetes
(Lactancia materna) microbiana # Bacteroidetes # Proteobacteria
# Actinobacterias
# Bacteroidetes $ Firmicutes
(Lactancia artificial) $ Proteobacteria $ Bifidobacterias
$ Verrucomicrobia

Tomada de(15).

28
8 RAZONES para recomendar
la línea HEELPROBIOTICS ®

También puede ser beneficioso tras problemas gastrointestinales por cambios en los há-
bitos alimenticios (comedores escolares, campamentos, vacaciones, etc.) o en periodos
de recuperación tras tratamientos con antibióticos y/o otros fármacos (ej.: AINEs). La
vitamina D contribuye al funcionamiento normal del sistema inmune, favorece la elimi-
nación de patógenos, reequilibra la microbiota digestiva y ayuda al metabolismo de for-
mación de los huesos. El Cobre y el Manganeso son micronutrientes esenciales para el
desarrollo, crecimiento, mantenimiento y funcionamiento normal del sistema inmunitario.

Tiene una presentación cómoda en sticks para niños (no necesita conservación en
frío) con una dosificación óptima de cepas probióticas para ejercer su funcionalidad.
Es de sabor agradable y no contiene gluten, lactosa ni proteínas de la leche de vaca,
por lo que puede emplearse en celíacos, intolerantes a la lactosa y alérgicos a la
leche, problemas muy comunes a estas edades.

GASTEEL®
Es un preparado con una combinación única en el mercado compuesta por cuatro
cepas probióticas (Bifidobacterium breve CNCM I-4035, Bifidobacterium lactis CBP-
001010, Lactobacillus paracasei CNCM I-4034 y Lactobacillus rhamnosus CNCM
I-4036), prebióticos (FOS), vitaminas (B1, B6 y B12) y aminoácidos (L-Glutamina). Sus
efectos beneficiosos han sido demostrados en modelos celulares y animales y en
ensayos clínicos en humanos(18).

Es un producto que va dirigido a todo tipo de personas con cuadros gastrointesti-


nales donde hay cambios en la microbiota intestinal (diarreas, estreñimiento, meteo-
rismo, consumo de antibióticos, estrés, mala alimentación, intolerancias alimentarias,
toma de antiinflamatorios no esteroideos y/o otros fármacos [ej.: IBP, AINEs]) que
logra acortar los tiempos de recuperación de la misma.

Además de ayudar al mantenimiento de la función intestinal, facilita una correcta


absorción de nutrientes esenciales y estimula la respuesta inmunitaria(19). Esta úl-
tima acción está reforzada por las vitaminas B6 y B12. La vitamina B1 es una de las
principales protagonistas de la síntesis de hidratos de carbono en el organismo para
que se cumplan sus funciones energéticas. La suplementación con L-Glutamina es
fundamental para mantener la integridad y funcionalidad del intestino en diversas
situaciones: infecciones, radioterapia, quimioterapia, etc.

29
Razón 6 Por ser una gama con un preparado para cada situación
Para ejercer su funcionalidad cuenta con una dosis óptima de cepas probióticas. La
presentación cómoda en sticks es bien tolerada a cualquier edad. Además no nece-
sita conservarse en frío, lo que facilita su almacenamiento, aunque hay que tener en
cuenta que calentar la disolución del stick provocaría la falta de eficacia por muerte
de las cepas probióticas(20).

GASTEEL PLUS®
También presenta una combinación única en el mercado de los probióticos. Está com-
puesto por tres cepas probióticas (Bifidobacterium longum ES1, Bifidobacterium lactis
CBP-001010 y Lactobacillus rhamnosus CNCM I-4036), prebióticos (FOS), vitamina D
y minerales (Zinc y Selenio). Tiene una dosis óptima de cepas probióticas para ejercer su
funcionalidad y una presentación cómoda en sticks que no requiere conservación en frío.

Está especialmente recomendado en la población adulta, generalmente mayores de


50 años, que presenta menor diversidad en la microbiota intestinal. La población más
senior, a lo largo de los años, ha ido perdiendo selectivamente bifidobacterias en su
tracto digestivo, por lo que es muy adecuado para equilibrar la flora bacteriana en
los adultos y paliar los estados de inflamación intestinal en situaciones como estrés,
terapia antibiótica y/o otros fármacos (ej.: IBP, AINEs), periodos de cansancio y fati-
ga y cuadros gastrointestinales de origen viral o bacteriano, que frecuentemente se
asocian en personas de edad avanzada.

También está especialmente indicado para pacientes con enfermedad celíaca.


Bifidobacterium longum ES1 ayuda a degradar la proteína del gluten evitando las
molestias gastrointestinales en estos pacientes ya que tiene un potente efecto an-
tiinflamatorio, ayuda a recomponer la microbiota y las vellosidades intestinales y
mejora la absorción de nutrientes. Bifidobacterium longum ES1 ha demostrado en
ensayos con cultivos celulares, modelos murinos y ensayos clínicos humanos su
potente efecto antiinflamatorio(21-23).

La vitamina D, además de ayudar a mantener el tejido óseo, contribuye al funciona-


miento normal del sistema inmune y favorece la eliminación de patógenos reequi-
librando la microbiota intestinal. El Selenio y el Zinc han demostrado eficacia en la
protección frente al estrés oxidativo, además de intervenir en procesos fundamenta-
les en la proliferación celular característica de la respuesta inmunitaria.

30
7 POR ADAPTARSE A CADA
PERFIL DEL PACIENTE
El preparado debe cumplir una serie de propiedades
fisicoquímicas que permitan la facilidad de su uso,
su seguridad, su estabilidad y su durabilidad de manera
que la población diana lo consuma habitualmente
y con la frecuencia recomendable.

El cometido de la tecnología farmacéutica es dar vida al producto con probióticos y


dotarlo de las mejores condiciones de estabilidad y conservación para que llegue al
consumidor en plenas características sin que haya mermado la eficacia terapéutica.
Los preparados han de ser estables física y químicamente, seguros, no deben gene-
rar más efectos de los deseados, tener la dosificación correcta y ser eficaces.

En el mercado podemos encontrar diferentes productos que contienen probióticos


en su composición: especialidades farmacéuticas (medicamentos), complementos
alimenticios, soluciones de rehidratación oral, fórmulas de continuación y alimentos.
Muchos de ellos no presentan una única cepa, sino que son combinaciones de va-
rias especies de microorganismos, en ocasiones asociadas también con vitaminas,
sustancias prebióticas, etc.

En esta situación y teniendo en cuenta la complejidad que supone que la evidencia


sea específica de la cepa, la dosis, la duración y las condiciones de administración,
a veces resulta difícil para el médico o farmacéutico hacer una correlación entre in-
dicaciones, cepas y productos disponibles que ayude a decidir cuál es el preparado
más eficaz y conveniente para cada situación patológica o para la edad de las perso-
nas a quienes se les puede administrar.

Asimismo, aunque la evidencia científica de su beneficio para la salud es clara en


el caso de muchas cepas, la mayoría de probióticos no está comercializada como

31
Razón 7 Por adaptarse a cada perfil del paciente
medicamentos, sino que forma parte de los denominados “alimentos funcionales” o
“complementos nutricionales”. Este hecho los hace diferentes en cuanto al procedi-
miento por el cual se registran y autorizan en el mercado y todavía no se ha estable-
cido una metodología estandarizada para evaluar su eficacia y seguridad. Como ya se
ha comentado anteriormente, desde el año 2005 no se han registrado nuevos pro-
bióticos como medicamento ya que, tras la publicación de la nueva directiva europea,
se tiene que desarrollar una legislación específica para poder registrarlos como tal.

Aunque existen recomendaciones a nivel internacional sobre estos aspectos, el mar-


co regulador no es tan exhaustivo como el de los medicamentos. Una diferencia
clara es que aquellos que están registrados como medicamentos pueden declarar
propiedades relativas a su eficacia en el tratamiento o cura de una enfermedad,
mientras que los alimentos solamente pueden referir “declaraciones de propiedades
saludables”(24).

La forma galénica en la que se comercialice un producto probiótico determina las


condiciones en las que alcanza su lugar de acción, lo cual garantizará su eficacia y
calidad(25). Para asegurar los efectos beneficiosos de un probiótico su formulación
debe garantizar:

• Mantener el microorganismo vivo: debe permanecer estable durante el pro-


ceso de producción, comercialización y distribución, lo que dependerá de la
cepa, la formulación, la conservación y el periodo de validez.

• Optimizar las condiciones de crecimiento del probiótico: debe tener un


tiempo corto de reproducción.

• Liberar los microorganismos en el lugar de acción hasta el periodo de


validez del producto: debe sobrevivir a la barrera gástrica, a las enzimas pro-
teolíticas de la luz intestinal. Debe ser estable frente a ácidos y bilis y no conju-
garse con las sales biliares.

Según esto, aspectos como la selección de las cepas, su purificación y caracte-


rización son críticos; incluso una misma cepa puede no tener el mismo efecto al
comparar líneas de producción o procesos de manipulación diferentes. Además, hay
otros componentes del producto, como excipientes, productos derivados de la fer-

32
8 RAZONES para recomendar
la línea HEELPROBIOTICS ®

mentación, etc., que también tendrán un papel en su eficacia. Respecto a ello serían
necesarios estudios cinéticos y de relación dosis-efecto que tuvieran en cuenta es-
tos aspectos, como los que se exigen en el caso de los medicamentos.

Dado que la conservación y el modo de administración de estos preparados son as-


pectos críticos para garantizar la eficacia, deben especificarse en cada caso, ya que
pueden variar de unos a otros. Respecto a la conservación, algunos deben conser-
varse en nevera; en este caso, los microorganismos vivos podrían perder viabilidad
al romperse la cadena del frío. Algunos preparados llevan una película protectora,
que deberá mantenerse íntegra para asegurar la correcta conservación y biodis-
ponibilidad del producto. En cuanto a la administración, de forma general no deben
mezclarse con bebidas calientes para prevenir la inactivación de la cepa. En algunos
casos se recomienda tomarlos en ayunas y en otros con comidas.

La información de la que disponemos los profesionales en el momento de indicar


un producto probiótico para una patología concreta es limitada. En el caso de los
pocos productos registrados como medicamentos, encontraremos su ficha técnica
en el Centro de Información on line de Medicamentos de la Agencia Española de
Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) y a través del Consejo General de
Colegios Oficiales de Farmacéuticos. Sin embargo, la información relativa a los regis-
trados como complementos alimenticios solo podemos encontrarla en el Catálogo
de productos de Salud.

Por otro lado, información como la cantidad de microorganismos que contienen, la


duración del tratamiento, la administración o conservación está en muchas ocasio-
nes ausente en estas fuentes. Por tanto, frecuentemente es la información del propio
laboratorio comercializador o el etiquetado del producto la única disponible.

El preparado con probióticos debe ser tolerado clínicamente de tal manera que su
ingestión en las cantidades recomendadas no cause problemas de intolerancia o
malabsorción, además de que debe ser ampliamente aceptado desde el punto de
vista sensorial. Muchos de los usuarios a los que van destinados los probióticos pre-
sentan problemas de alergias o intolerancias, por lo que este apartado debe tenerse
en cuenta siempre. Como se resume en la figura 4 son varios los factores que pue-
den intervenir en el perfil del consumidor de preparados probióticos: las alergias y/o

33
Razón 7 Por adaptarse a cada perfil del paciente
intolerancias alimentarias ya comentadas; la forma de presentación del producto; la
edad del paciente; los efectos beneficiosos de su empleo, tanto en población sana
como enferma; la conservación del producto y el precio del mismo.

Por último, el producto debe tener muy buen sabor y ser fácil de preparar y consumir.
La falta de atención a este último aspecto puede hacer fracasar la intervención tera-
péutica. Hay que tener en cuenta que las poblaciones diana que consumen probióti-
cos pueden ser muy vulnerables (enfermos, niños y ancianos). Es muy deseable que
el preparado sea lo bastante atractivo para que la persona a la que está destinado lo
demande y consuma no solo por sus efectos beneficiosos para la salud, sino porque
además le gusta.

Figura 4. Factores que intervienen en el perfil del paciente consumidor


de un preparado con probióticos
PERFIL DEL PACIENTE CONSUMIDOR

Elaboración propia.

34
8
POR TENER
UNA BUENA RELACIÓN
COSTE/TRATAMIENTO
Es probable que el empleo preventivo de probióticos
en la población sana en diferentes grupos de edad
proporcione un beneficio a largo plazo con la consecuencia
de resultados coste-tratamiento adecuados.

En el contexto de la farmacoeconomía, la relación coste/efectividad de una inter-


vención terapéutica o preventiva es la que hay entre el coste de la intervención y
una medida relevante de su efecto. El coste se refiere al recurso gastado en la in-
tervención. La medida de los efectos depende de la intervención que se considere.
Ejemplos en el tema que estamos tratando en esta monografía son: número de niños
curados por una gastroenteritis por rotavirus, disminución del porcentaje de diarrea
asociada al empleo de antibióticos o cuantificación de horas de llanto en un lactante
con cólicos. La selección de la medida del efecto apropiada debe basarse en un jui-
cio clínico en el contexto de la intervención que se está considerando.

Un caso especial de la relación coste/efectividad es el análisis coste/utilidad, con


el que los efectos se miden en términos de años vividos en plena salud, usando una
medida como años de vida ajustados por calidad o años de vida potencialmente
perdidos. El coste/efectividad se expresa normalmente como una relación de coste/
efectividad incremental, es decir, la relación entre el cambio en los costes y el cambio
en los efectos.

En este apartado podría tener cabida el empleo, cada vez más habitual, de probióti-
cos en la tercera edad como prevención de los procesos de oxidación e inflamación
de la inmunosenescencia, que llevarían más tardíamente al envejecimiento, o su uti-
lización en el primer año de los niños que acuden a la guardería para prevenir las
enfermedades infecciosas.

35
Razón 8 Por tener una buena relación coste/tratamiento
La opinión del departamento comercial de una empresa alimentaria o farmacéutica
resulta fundamental a la hora de tomar una decisión sobre el desarrollo industrial y
la eventual puesta en el mercado de un probiótico. Las funciones de dicho departa-
mento incluyen, entre otras, los estudios de mercado (que permiten detectar aquellas
necesidades de los consumidores cuya resolución pueda ser rentable), la promoción
y publicidad del producto, las ventas y el servicio posventa. Normalmente son activi-
dades que implican una interacción constante con los departamentos de producción,
financiero y de recursos humanos.

En general, se suelen identificar tres figuras en relación a la decisión de compra: el


prescriptor (profesional que recomienda el producto y cuya opinión es valorada por
el consumidor; por ejemplo, el médico, el veterinario o el farmacéutico), el compra-
dor (persona que adquiere el producto pero que no tiene por qué coincidir con el
consumidor; por ejemplo, los padres que compran un preparado probiótico indicado
para cólicos del lactante) y el consumidor. Por otra parte, resulta importante tener en
cuenta la segmentación del mercado por género (por ejemplo, los probióticos para
infecciones vaginales o para mastitis), edad (probióticos pediátricos o para la tercera
edad), nivel de ingresos, etc.(6).

En la figura 5 se detallan las relaciones entre los sectores implicados en el campo


de los probióticos: los científicos, que quieren producir ciencia de alta calidad que
tenga un impacto positivo en la sociedad; la industria, que quiere productos rentables
y de alta calidad con alegaciones validadas y comprensibles; los consumidores, que
quieren información creíble para tomar decisiones informadas; y los reguladores, que
quieren proteger a los consumidores(4).

Las campañas de publicidad básicamente se suelen enfocar, como en cualquier otro


tipo de producto, hacia distintos elementos: sus características (incluyendo el enva-
se), el precio, la distribución o disponibilidad y el servicio posventa. Normalmente el
ciclo de vida de un producto comprende las etapas de introducción o lanzamiento
(salida al mercado de un nuevo preparado; se producen ventas pero el saldo puede
llegar a ser negativo ya que implica un gasto de promoción notable), crecimiento (el
producto empieza a ser conocido, las ventas experimentan un fuerte desarrollo y
los beneficios también) y madurez (las ventas se estabilizan y los beneficios hacen
lo propio). Eventualmente, puede existir una etapa de declive o saturación (caída

36
8 RAZONES para recomendar
la línea HEELPROBIOTICS ®

considerable de ventas y beneficios), durante la que se puede intentar relanzar el


producto introduciendo alguna innovación.

La determinación del precio se puede basar en los costes, en la elasticidad de la


demanda, en los precios que fija la competencia para productos similares, etc. La
dispensación de estos productos es libre y no necesitan receta médica.

Figura 5. Relaciones entre los sectores implicados en el campo de los probióticos

Tomada de(4).

37
Razón 8 Por tener una buena relación coste/tratamiento
Ninguno de los productos comercializados está financiado por el Sistema Nacional
de Salud, estén catalogados como medicamentos o como complementos alimenti-
cios. Por tanto, el paciente ha de pagar el coste íntegro de la terapia. Este hecho
propicia que un porcentaje relativamente elevado de usuarios potenciales no tenga
acceso a ellos, especialmente cuando se requiere un tratamiento prolongado, como
en el caso del tratamiento de mantenimiento de una colitis ulcerosa, pues a igual-
dad de eficacia que la mesalazina, el usuario se decanta por esta última, que sí está
financiada.

En este aspecto, son necesarios estudios farmacoeconómicos que analicen el


coste/efectividad del uso de estos productos en términos de coste asociado a los
beneficios en salud. En el futuro, la mayor disponibilidad de resultados basados en
ensayos clínicos bien diseñados y ciertos cambios normativos podrían hacer variar
la situación.

La política de distribución permite que el producto se encuentre en el lugar y momen-


to adecuados para poder ser adquirido por el consumidor. La promoción del producto
incluye la publicidad en diversos medios, especialmente en revistas especializadas
y en el lugar de venta, y la visita a los prescriptores por parte de representantes de
la empresa. En este sentido, es también importante la promoción de la interacción
entre los investigadores y los clínicos que aislaron y evaluaron la(s) cepa(s) probióti-
ca(s) y los prescriptores a través de reuniones o sesiones en congresos(26).

Esto les facilitará una información de primera mano sobre las bondades del prepa-
rado, que probablemente se percibirá como menos sesgada que la ofrecida por los
representantes de la compañía comercializadora. Por último, existe la posibilidad de
la divulgación para el público en general, aunque en este caso parece más apropiado
suministrar información sobre la microbiota de ocupación, sus funciones y los bene-
ficios que aporta, de modo que el uso de probióticos se perciba como lo que es, una
aplicación racional de dichos beneficios en aras de una mejor salud pública.

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Razón 1 Por ser una gama de preparados simbióticos

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