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2018
UNIDAD 2
INTRODUCCION
Objetivos específicos
Pierre de Fredy, Baró n de Coubertin, nació en París el 1 de enero de 1863, dentro del seno de una
familia acomodada y noble de ascendencia italiana, cuyos antepasados se remontan a un primer
Fredy conocido, que sirvió al Rey francés Luis XI, quien le otorgó título nobiliario en 1471. Uno de
los Fredy adquirirá en 1567 el Señ orío de Coubertin cerca de París, adoptando el nombre que con
posterioridad conservará la familia. Pierre de Coubertin estudiará en París, en la Escuela
Primaria, y ulteriormente en la Universidad en Ciencias Políticas. Vivirá en el castillo de Mirville
en Normandía, propiedad de su familia y en París en calle Oudinot n°. 20, la casa en donde nació y
que será inicialmente el centro operativo del C.O.I.
Desengañ ado de la política y los políticos, desechando también una fácil carrera militar, muy
propia para su rango y condició n, después de profundas cavilaciones, decidió dedicarse
íntegramente a la ardua tarea de la reforma educativa en su país, impulsado a ello ante las
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reveladoras experiencias personales obtenidas en viaje de capacitació n y estudio llevado a cabo
en Inglaterra y América del Norte.
La educació n, la enseñ anza y la pedagogía, son en estos momentos de su vida poderosos motores
de una febril actividad, desarrollada de forma incansable e ilusionada en prodigiosa proyecció n
histó rica de un visionario genial. "He decidido -decía- cambiar bruscamente mi carrera en el
deseo de unir mi nombre al de una gran reforma pedagó gica ya que lo má s importante en la vida
de los pueblos modernos es la educació n la educació n que ha de ser el prefacio de la vida y lo que
así expreso, es el resultado de las observaciones adquiridas en las distintas etapas de mis viajes
por los Estados de Europa y América del Norte, en donde he podido constatar la existencia de
grandes corrientes de reforma pedagó gica, independientes de los sistemas gubernamentales e
incluso superiores a las mismas tradiciones nacionales."
El poderoso motor que impulsa su vocacional ideario pedagó gico ha de llevarlo de manera
insoslayable a la moderna concepció n del olimpismo, en un trá nsito en donde ú nicamente sus
excepcionales condiciones personales de plasmar en inmediatas realidades la genial concepció n
de grandes ideas, hizo posible tan aventurada empresa.
El deporte será pues, no só lo el medio má s có modo, rá pido y eficaz para la formació n del
individuo, sino también el vehículo má s directo de comunicació n, comprensió n y pacificació n de
los pueblos, al constituir a su entender "una escuela de nobleza y pureza moral, a la vez que medio
de fortalecimiento y energía física".
Dos consecuencias se extraen de tan histó rico momento. Acababa de nacer la fuerza socioló gica
má s importante del Siglo XX, y su nacimiento se había producido al amparo, cobijo y talante
intelectual de un prestigioso recinto universitario.
La misió n pacificadora de los Juegos, es pauta de especial atenció n prioritaria para Coubertin,
quien manifestaba a finales del añ o de su restauració n: "Es preciso -decía- que cada cuatro añ os
los Juegos Olímpicos restaurados den a la juventud universal la ocasió n de un reencuentro
dichoso y fraternal, con el cual se disipará poco a poco esta ignorancia en que viven los pueblos
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unos respecto a los otros, ignorancia que mantiene los odios, acumula los malentendidos y
precipita los acontecimientos en el destino bá rbaro de una lucha sin cuartel".
Coubertin será el alma motora, ideó logo, ejecutor y proyectista de la gran aventura olímpica
moderna, a la que estuvo estrechamente vinculado y llevó personalmente desde sus inicios,
desempeñ ando la presidencia del C.O.I. entre 1896 a 1925.
La incomprensió n de un sector de sus paisanos al sentido de su obra y las tensiones políticas del
momento, motivaron el traslado y ubicació n del C.O.I. a la ciudad Suiza de Lausana, a donde llevó
también los archivos del mismo, en virtud de acuerdo firmado en la Municipalidad de la ciudad el
10 de abril de 1915, viviendo en este país hasta su muerte ocurrida de forma repentina el 2 de
septiembre de 1937, cuando paseaba por el parque de la Grange en Ginebra.
En su testamento, dejó establecido que su cuerpo fuera enterrado en Suiza, nació n que le dio
cobijo, comprensió n y abrigo a él y a su obra, y que su corazó n fuera llevado al mítico santuario de
Olimpia, el motor espiritual de su ilusionado y fecundo quehacer olímpico. Allí reposa depositado
en una estela de má rmol desde el mes de marzo de 1938.
Coubertin dejó en marcha una gigantesca obra viva y cambiante (el olimpismo y los juegos
olímpicos) y una prodigiosa fuente de conocimiento e investigació n integrado por sus mú ltiples
artículos, libros, obras, conferencias, etc., que sobrepasa las doce mil pá ginas impresas,
genéricamente distribuidas en treinta libros, cincuenta folletos y má s de mil doscientos artículos
sobre las materias má s diversas.
La diferencia entre conceptos y concepciones, relacionadas al Olimpismo podemos decir que esta
se sitú a en un alto nivel. Esta establece una serie de valores que está n relacionados al concepto
“Deporte”. Sin embargo los valores engloban significaciones que pueden ser interpretadas de
manera diferente, especialmente el concepto de Olimpismo donde se pueden encontrar diversas
expresiones de acuerdo al tiempo, al lugar, la historia y geografía.
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A fin de difundir sus objetivos de forma internacional y multiculturalista, el Movimiento Olímpico
continú a trabajando a fin de tener una representació n universal coherente. Un concepto de
Olimpismo en la cual cada nació n pueda encontrar una concepció n ú nica, de acuerdo a su propia
cultura, su historia, sus tradiciones.
En el caso del Olimpismo, se entiende que las estructuras y reglamentos del deporte son
aceptados por todos sin condiciones previas. Los niñ os que practican deportes deben conocer las
condiciones de prá cticas, los reglamentos, las competencias nacionales e internacionales (Juegos
Olímpicos, Copas del Mundo).
La democratizació n de las prá cticas deportivas, se desarrolla a través las informaciones son
aportadas por Internet, la televisió n y todas las formas globales de informació n y comunicació n.
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2.2.- ¿QUE ES EL OLIMPISMO?
PIERRE DE COUBERTIN
Al eminente Señor Barón Pierre de COUBERTIN, renovador y apóstol de los Juegos Olímpicos
Modernos, como un homenaje a los esfuerzos que ha consagrado a la Francia y a todos los países, en
la propaganda del OLIMPISMO.
El Atletismo ha probado en la guerra su gran utilidad y saldrá de ella. no solamente glorificado por
la opinió n pú blica, sino reconocido oficialmente bajo el punto de vista prá ctico y utilitario, y en el
porvenir obtendrá los apoyos necesarios de todas las clases sociales, para su consagració n como
símbolo de las fuerzas colectivas y de la unió n por la paz.
Las energías que da al individuo el cultivo de los mú sculos le desarrollan al mismo tiempo todas
las facultades, y le hacen soportar mejor las privaciones y fatigas, ser má s atento y sumiso a la
disciplina y en los momentos decisivos, tener má s sangre fría, sentirse má s viril y llegar al
abnegado heroísmo.
El porvenir de un país depende de la virilidad de su raza: ejemplos notables nos han dado, en la
antigü edad la Grecia, y en los tiempos modernos, los pueblos anglo-sajones.- La Francia que
despertó al amor del atletismo desde la enérgica y benéfica campañ a que emprendió el Baró n
Pierre de COUBERTIN, ha podido con orgullo, mostrar a sus héroes.
No solamente deben prepararse los ciudadanos para la guerra, también hay que prepararlos para
las luchas pacíficas; y así todos los países deben preocuparse por llevar a sus programas
educativos la "cultura física" como indispensables para formar "cuerpos sanos, vigorosos, esbeltos
y á giles".
La fó rmula de Pierre de COUBERTIN, Mens férvida in corpore lavertoso, debía estar grabada en
todas las escuelas, así como las divisa del ilustre padre dominico Didon: Citius, altius, fortius para
fijar en todos los espíritus cuá l es la filosofía y belleza del atletismo.
Es llegado el momento de combatir el error en las en las rutinarias ideas, de que la educació n
deportiva deprime la parte moral y la intelectual del individuo : todo lo contrario.- Al mismo
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tiempo que los mú sculos se fortifican, los caracteres se vigorizan y su influencia benéfica es
moralizadora para el ciudadano en particular y para las sociedades en general.
El cultivo de los "sports" obliga a un método de vida, alejada de vicios y de malas costumbres: el
individuo regulariza su existencia, se disciplina y adquiere salud y alegría.- Esa influencia se
refleja en la sociedad y los pueblos avanzan por etapas sucesivas a su mejoramiento material y
moral.
Como nuestro ilustre apó stol, Pierre de COUBERTIN, ha dicho de la concepció n de los griegos:
Civium, vires civitatis vis que heredaron los latinos, pensad en todo el bien que la América Latina
puede obtener con la divisa Civium vires hodie cras civitatis vis, se desde ahora despertamos el
entusiasmo por los "sports" para fortificar los mú sculos, ennoblecer los gestos, engrandecer los
caracteres por la prá ctica de un atletismo alegre, regular y tenaz.
El Baró n Pierre de COUBERTIN puede estar seguro que sus palabras tendrá n un gran eco en
América y má s tarde volverá n en alabanzas por si obra altruista y bella.
Pedro-Jaime MATHEU.
¿De qué manera puede ser glorificada la juventud? Por el culto del esfuerzo, por el desprecio al
peligro, por el amor a la patria, por la generosidad y el espíritu caballeresco, por el contacto con
las Artes y las Letras; tales son las bases fundamentales del Olimpismo.
Consiguientemente se impone una distinció n esencial entre el simple ejercicio físico y el ejercicio
deportivo.- Todos pueden comprender que no puede hacerse del Olimpismo solamente con el
ejercicio físico, es necesario el "sport".
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El "sport", es decir, el culto habitual del esfuerzo muscular intensivo, aspirando al progreso, es
susceptible de ser llevado hasta el riesgo. Esta es la definició n del "Sport". Es necesario que sea un
culto y ni un culto pasajero; ocasional pero voluntario, reflexivo, regular: es indispensables que el
culto se aplique un poco a un esfuerzo muscular cualquiera, pero a un esfuerzo intensivo; que
tenga por objetivo perfeccionarse por el ejercicio y el entretenimiento; es necesario, por fin, que el
deportivo, no tenga ningú n miedo, que desee el riesgo, y que esto sea, por así decirse, un atractivo
má s a sus ojos. Así la idea de continuidad y de progreso, la idea de intensidad, la idea del riesgo,
son inseparables de la verdadera deportividad. De ello se sigue que el entretenimiento
sistemá tico, la energía violenta, el peligro eventual, sean los elementos fundamentales del
Olimpismo.
Por otra parte, la prá ctica de ejercicios comprendidos así de una manera viril, así apasionada,
conduce a rivalidades ardientes y es donde las bellas leyes del espíritu deportivo exigen que los
competidores aporten todo su corazó n, pero también que el vencedor triunfe con modestia y que
el vencido acepte su derrota sin desagrado, esperando el desquite que deberá tomar sobre sus
rivales.
Así las má s elevadas cualidades morales deben ser puestas a contribució n. La modestia, la
abnegació n son indispensables y meritorias, cuando se trata de concursos internacionales en que
el primer efecto de la victoria alcanzada es de hacer izar en el má stil y aclamar por los asistentes
la bandera nacional, del país a que pertenece el vencedor, segú n prá ctica establecida por los
Juegos Olímpicos Modernos.
En fin, para mejor recordar que la cultura muscular debe estar en concordancia con el
perfeccionamiento general del individuo y que el mú sculo debe siempre quedar el servidor del
espíritu, las Olimpiadas Modernas han sido desde su cuna, rodeada como ilustres antepasadas,
por refinamientos artísticos y literarios. La arquitectura, la mú sica, la poesía, y la elocuencia han
sido convidadas a encuadrar noblemente las manifestaciones Olímpicas.
No es posible, en estas breves líneas, referir la historia del restablecimiento de los Juegos
Olímpicos y todos los progresos deportivos realizados en el mundo, enlazados con su
restablecimiento.
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un papel en consonancia con la grandeza del que le está reservado a la América Latina en la
evolució n pró xima de la civilizació n general.
Hasta ahora, en efecto, vosotros habéis quedado un poco apartados del Olimpismo. Vuestro
continente, vasto, bello, bañ ado por el sol y repleto de todas las riquezas de la naturaleza, os ha
adormecido, mis queridos amigos. La vida se entreabre ante vosotros, tan llena de promesas, que
en verdad sois excusables de abandonaros a la simple dulzura de la existencia, sin inquietaros de
ejemplos o de rivalidades. Pero ved que un verdadero somatén ha sonado sobre todo el universo
para recordar a los pueblos, los má s pacíficos, que todos son solidarios ante la gran causa del
progreso y que así, ellos no pueden desinteresarse los unos de los otros.
Cultivar las energías, tener levantadas las voluntades, preparar el valor nacional, este es el deber
de todos. El Olimpismo, así como acabo de mostrarlo, recordando las bases sobre que descansa,
representa una de las grandes escuelas del perfeccionamiento del individuo, del equipo de la
nació n.
A) LA VOLUNTAD
La primera reforma, si vosotros queréis llegar a hacer algo prá ctico y durable a la vez, es una
reforma individual. Es necesario modificar la manera como cada uno de vosotros entiende la
prá ctica del "sport”: es decir, como una diversió n o como un pasatiempo. Evidentemente es una
cosa un poco austera lo que os pido, y puede que muchos se rehú sen primeramente; pero será
suficiente que algunos escuchen mi llamada para que respondan. Ellos será n los Apó stoles
alrededor de los cuales vendrá n enseguida a agruparse los discípulos má s y má s numerosos.
Lo que les propongo a esos "pioneers" voluntarios de una gran idea, es de trabajar sobre ellos
mismos para fortalecer y desarrollar su propia voluntad por medio del ejercicio deportivo; es de
imponerse perpetuamente ese esfuerzo má s allá de lo que tienen deseado, o de lo que sería
suficiente para distraerlos; aquellos que tienen la menor atracció n por ellos, de llevar á su propio
perfeccionamiento técnico, toda la tenacidad de que sean capaces: es de volver a comenzar hasta
el resultado, la hazañ a en la cual han sido frustrado. Ved allí el estoicismo deportivo, primera
etapa que es preciso franquear. Penosa al comienzo, esta empresas os revelará inmediatamente
encantos desconocidos. Vosotros encontraréis rá pidos estímulos que os ayudará n a soportar los
descalabros inevitables. Poco a poco, sentiréis vuestra voluntad má s firme, má s espontá nea, má s
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"usual" por así decirlo; y de esta manera, habréis introducido en vosotros, las mayores dosis de
muchas cualidades viriles, tales como la calma posesió n de sí mismo, rapidez en la decisió n,
perseverancia, y resistencia.
El "sport" para esta tarea es sin rival. Es un verdadero jardín de ejercicios para el alma. Los
terrenos de la virtud pura simple son de acceso difícil, no está n al alcance de todo el mundo; pero
el "sport" en su varonil elegancia se ofrece a todo hombre sano, desde el momento que tiene la
inquietud de su virilidad, y esta inquietud debe existir en cada uno de vosotros : "No está
adormecida, despertadla".
B) LA EMULACIÓN
Pero estas sociedades está n expuestas a diversos peligros, que debo desde ahora indicaros: "el
lujo, la política y el profesionalismo". El lujo exagerado es un gran peligro para la sociedad
deportiva y no solamente porque debilita las energías y tienden á disminuir el esfuerzo muscular,
a darle menos frecuencia, menos duració n y menor intensidad, sino también y sobre todo porque
ni puede obtenerse en general sino sacrificando el espíritu de casta.
Así se arriesga de establecer categorías sociales separadas y tan exclusivas que se hace imposible
establecer entre ellas puntos de contacto. Es necesario ni contar mucho con los "clubs de
millonarios" para ayudar a la virilizació n de un Estado: los "Clubs Obreros" pueden seguramente
conseguirlo mejor. Muy lejos de mi pensar que el medio social debe quedar extrañ o a la
constitució n de una sociedad deportiva; esto no sería posible, como tampoco que las sociedades
se encuentren todas en el mismo pié, bajo el punto de vista de los recursos de que ellas disponen.
Pero lo que importa absolutamente es, que los grados entre ellas no sean tales, que no se puedan
franquear en la colaboració n de todas en conjunto o a medirse las unas contra las otras cuando la
ocasió n de "match" se presente.
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Varias veces he leído un viejo manuscrito, que data de la época de la guerra de los "Cien añ os", y
que es el diario de un señ or normando de Francia, el “Sire de Gouberville”.- Su mansió n se
encontraba en la regió n de Cherburgo.- Gran aficionado al "Soule" (antepasado lejano del football)
tenía la costumbre los domingos de invitar tanto a sus colonos como a los soldados del fuerte
vecino para venir en las tardes a jugar con él y después los regalaba sentá ndolos a su mesa.
En estas reuniones tenía tan gran placer que siempre se renovaban.- Ved las hermosas
costumbres deportivas y sin querer copiarlas tratemos de aproxímanos a ellas.
Como ya he escrito en el "Fígaro" del 6 de Noviembre 1902: "la humanidad que es libre de
entregarse al placer, del espíritu o de la carne, debe, sopena de una decadencia rá pida y completa,
crearse jardines de valor y bañ arse en las piscinas de cuanto el arte y la fortuna logren en
elegancia y refinamiento, pero es necesario que en su centro se encuentren los elementos de
vigor, de sacrificio y de voluntad, que forman nuestra higiene moral sin que haya nada que pueda
remplazarla."
Así esos elementos no se practiquen por una fuerte emulació n organizada al principio entre sus
miembros y enseguida por las otras sociedades, cualesquiera que sean su cará cter social y su
composició n.
C) LA POLÍTICA Y LA PRENSA
Anterior dejo señ alado el peligro del gran lujo y del espíritu de casta. Hay otros peligros, y
notoriamente, el de tener a la cabeza de una sociedad o de una unió n de sociedades, a
personalidades políticas que pretendan utilizar esta situació n por el interés de su partido o en sus
propios intereses electores.
Es digno de señ alarse a la Inglaterra que casi siempre se ha apartado de ese peligro porque la
mayor parte de los dirigentes de sociedades deportivas, son ellos mismos antiguos "sportsmen"
que quedando arraigados al "sport", está n al corriente de las novedades y deseosos sobre todo de
cooperar al mantenimiento de un buen espíritu deportivo entre las jó venes generaciones. En el
continente europeo donde los deportes se han desarrollado má s recientemente, no ha sucedido lo
mismo y muy repetidas veces la política se ha servido de las sociedades causá ndoles molestias y
contratiempos. Si es posible pasarse de subvenciones financieras acordadas por el Estado por la
intervenció n de hombres de partido, sería mejor. Sin duda, esto no siempre es posible y así es
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conveniente para una sociedad que quiera hacer buena labor que permanezca hasta donde le sea
permitido alejada de la política.
D) LOS CAMPEONES
Acabo de hablaros de los "Campeones". Son necesarios. Creer que prescindir de ellos es una
utopía. Desgraciadamente esta utopía ha sido largamente extendida por los hombres científicos,
que en esta circunstancia han ignorado una de las principales leyes física a las cuales obedece la
humanidad, es el "péndulo". El equilibrio humano no puede ser atacado directamente; no lo es
sino pasajeramente sobre un punto del trayecto que va de un exceso al otro. Es porque, en lo que
concierne al perfeccionamiento corporal, los períodos de ascetismo y de cultura corporal se han
alternado en la historia, segú n el tiempo, las razas, las circunstancias y la orientació n del espíritu
pú blico.
Por esta razó n, igualmente hay pueril idea en imaginarse que se obtendrá n siempre hombres, de
una manera durable, y que podrá n servir para todo (particularmente en sport) en la dosis
racional.
En la "Revue Olympique" de julio 1913, escribí las siguientes palabras que en nada tengo que
modificar : "por cien que se entregan a la cultura física es necesario que "cincuenta" practiquen "el
sport"; para que cincuenta practiquen el sport es indispensable que veinte se especialicen; es
indispensable que cinco sean capaces de proezas admirables." Imposible salir de esta fó rmula,
que todo va unido aquí como una cadena.
"Mens sana in corpore sano" es bella fó rmula filosó fica casi inaccesible y marcada al punto de
vista especial que nos ocupa, de una cierta utopía. En los hechos, la verdadera tendencia del
gimnasta antiguo era la que bien he formulado y creado para el Instituto Olímpico de Lausanne:
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"Mens férvida in corpore lacertoso" es decir: "un espíritu ardiente en un cuerpo preparado". Ved
así lo que conviene en los tiempos presentes y es así que se expresaba por su lado mi ilustre
amigo el Padre Didon, el célebre dominicano que dio por divisa a los jó venes atletas del Colegio
que dirigía en Arcueil (inmediaciones de París), estas tres palabras: Citius, Altius, Fortius, esto es
"má s ligero, má s alto, má s fuerte".
Una vez que el "espíritu profesional", es decir, el convencimiento arraigado de ganar dinero por
medio del "sport", se introduce en un ambiente deportivo, este podrá ser muy respetable si está
compuesto de personas honorables, leales y francas, pero la posibilidad de formar la fuerza moral
con la ayuda de la cultura deportiva, se pierde para siempre y así os recomiendo no olvidar esto.
E) EL ECLECTICISMO
Lo mismo los campeones, esto es, aquellos que se especialicen en un "sport" con la ambició n de
llegar a ser los primeros, no deben limitarse a la prá ctica de este "sport", con mayor razó n los
otros. Si los antiguos recelaban del "hombre de un solo libro" es necesario no menos recelar del
"hombre de un solo sport".
Ellos se vuelven sectarios de los mú sculos si así puede decirse y no mejoran moralmente. Sería
muy largo, en las cortas pá ginas de este folleto, el buscar por qué motivo, aun cuando ello no sea
difícil de explicarse.
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Uno de los mayores obstá culos que se presentaron en mi camino cuando quise restablecer los
Juegos Olímpicos fue el estado de indiferencia, de ignorancia y hasta de hostilidad, que existía
entre los diferentes "sport". Los jinetes por ejemplo se mostraban muy desdeñ osos de los
"pedestres" y el box era mal visto por los esgrimistas. No querían para nada encontrarse, menos
aun colaborar. Fue necesario mucho tiempo para llegar a hacer comprender a los unos y a los
otros, que sus ejercicios no eran otra cosa, que formas diversas de un mismo principio, inspirados
o teniendo a inspirarse en el mismo espíritu deportivo.
Sus adherentes podrá n con esa variedad de ejercicios puestos a su disposició n, encontrar las
ocasiones de un trabajo má s pertinaz, má s completo y por otra parte el reclutamiento de la
sociedad será má s fácil.
Deseo al presente deciros algunas palabras sobre diferentes "sports" y lo haré pasá ndolos revista,
por lo menos a los principales, segú n la clasificació n adoptada por el Congreso Olímpico de París,
que tuvo lugar en Junio de 1914. Hay diferentes maneras de clasificar los "Sports" y por mi parte
he indicado varios. Si se toma por base la característica psíquica, hay lugar a distinguir entre los
"sports" de equilibrio y los "sports" de combate: una de estas características domina. Si por el
contrario se considera la utilidad prá ctica, la divisió n de los "sports" en los que concurre al
salvamento, á la defensa y a la locomoció n, es la que parece las má s ló gica.- Pero en materia
técnica la divisió n normal es la siguiente: Sports atléticos, gimná sticos, sports de combate, sports
ná uticos, sports ecuestres, sports de turismo, sports de hielo, juegos y sports combinados
(Pentathlon). Al aceptar esta divisió n para las Olimpiadas futuras, el Congreso de París pudo
consagrarla definitivamente.
Entre "atletas y gimnastas" la frontera es imprecisa y puede ser esta la causa de que por largo
tiempo las relaciones hayan sido muy agrias. Los unos y los otros practican notoriamente la
carrera a pie y se reprochan entre sí, de hacerlo de una manera artificial. Así mismo para los
saltos: el atleta que corre con zapatos sobre una pista, no es menos "artificial" que el gimnasta que
salta con la ayuda de un trampolín. La carrera, los saltos en sus diferentes formas, (saltos en
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altura, en anchura, a la garrocha, en altura y en anchura, al apoyo de manos, en profundidad) los
lanzadores, y los trepadores ven los ejercicios que son la base de todo gimnasta y sin los cuales un
atleta no es atleta. El escalamiento al muro o un movimiento en la barra, es una forma muy
esencial de trepar o de escalar. Todo esto puede hacerse al aire libre y no tiene necesidad de un
gimnasio cerrado. Las querellas entre las sociedades deportivas y sociedades gimná sticas, deben
considerarse como simples niñ erías y conviene ponerles fin por acuerdos, en donde ellas
amenacen producirse.
G) SPORTS DE COMBATE
No es aceptable que un atleta o un "aspirante de atleta" no entre en contacto con alguno de los
sports de combate. Dejando a un lado el tiro, puesto que el manejo de las armas de fuego está
sometido a condiciones especiales, deseo hablaros de la esgrima, del box, de la lucha. Existen la
esgrima de florete, de la espada, del sable, del garrote y del bastó n; hay el box inglés y el francés
(este ú ltimo permite el uso del golpe de pie, con el mismo título que el puñ etazo), y en cuanto a la
lucha, existen la greco-romana, muy convencional, la lucha libre ó "cachas-catchcan" y en fin la
lucha japonesa "jiu-jitsu", así muchas variedades. Os indicaré algunos puntos de vista generales.
No hay que entregarse muy joven a la lucha y menos todavía a la esgrima, al menos no hacerlo
sino muy prudentemente y solamente en lecciones con profesor. Esos ejercicios exigen que el
cuerpo esté ya formado y así, en la esgrima del arma-blanca, si no se obliga a practicarla con las
dos manos, se arriesga siempre de engendrar una cierta desviació n. Muy diferentemente par el
box, al cual los muchachos pueden entregarse impunemente y que constituye, en mi opinió n, con
el remo-doble, el ejercicio má s perfecto físicamente, es decir el má s completo al punto de vista
corporal, tanto por el empleo total de las fuerzas musculares. Sobre el particular me he explicado
en "Essais de Psychologie Sportive" y también en Revue Olympique (1913) y anteriormente, sobre
la necesidad de entregarse a los "Sports de Combate" al aire libre. Una rutina lastimosa ha hecho
predominar el uso de la "Sala-de-Armas" sobre el "Terreno de Ejercicios" y no hay ninguna buena
razó n para obstinarse en practicar la esgrima en locales cerrados.
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Es importante que un atleta haya practicado si no varios, al menos uno cualquiera de los sports de
combate. Una característica ú nica los distingue: la ofensiva. No se formará jamá s un buen
esgrimidor, boxeador o luchador, solo se le habitú a a la defensiva. Es necesario el "espíritu de
ataque", no es posible imaginarse có mo el há bito de atacar se generaliza en el organismo y lo
viriliza; sin que esto engendre necesariamente, el gusto a la violencia, o el uso de la brutalidad. El
hombre debe saber atacar y es indispensable que tome gusto en la ofensiva. A la enseñ anza moral
o intelectual es a la que corresponde temperar los ardores, sin descuidar de desarrollar,
paralelamente, la conmiseració n, la bondad, la solidaridad y el altruismo.
H) SPORTS NAUTICOS
Los "Sports Nauticos" se reducen en suma a dos: nadar y remar. Saber salir de un apuro en el agua
y ayudar a su pró jimo en caso de peligro; y por otra parte no encontrarse a la ocasió n incapaz de
conducir un bote. Ved allí, los dos mandamientos esenciales del hombre es decir, segú n la fó rmula
que he dado en otro tiempo en "Gymnastique Utilitaire" “del hombre diestro de sus manos, pronto
al esfuerzo, ligero de mú sculos, resistente a la fatiga, teniendo un golpe de vista rá pido, la decisió n
firme, y acostumbrado desde un principio a los cambios de lugar de oficio, de situació n, de
costumbres y de ideas, a que necesariamente obliga la fecunda inestabilidad de las sociedades
modernas".
La gran inferioridad de los sports-ná uticos es que ellos exigen la proximidad de aguas tranquilas y
apropiadas.
No lo son siempre los ríos ni tampoco el mar; pero no hay que tener como inconvenientes, la
ausencia de un bello lago, donde se pueda remar, es necesario hacerlo.
I) SPORTS ECUESTRES
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En la América Latina existen caballos magníficos y es muy corriente el uso de montar. La
resistencia ecuestre de los llaneros o gauchos es proverbial y el gusto del perfeccionamiento
hípico se mantiene de generació n en generació n. Así no debo insistir sobre el particular; só lo
quiere recomendarles los "juegos ecuestres" y principalmente la esgrima. La esgrima a caballo es
una maravillosa educadora y contrariamente a la creencia que existe, es un ejercicio en donde la
dificultad puede ser muy bien graduada, y puede ser practicada aun por los debutantes, que se
perfeccionará n muy rá pidamente en el asiento, la agilidad y las cualidades de audacia y golpe de
vista.
A propó sito de los "sports ecuestres", como de todos los otros, deseo combatir un estado de
espíritu malísimo y que consiste en abstenerse de ensayarlos, so-pretexto que no se tendrá la
ocasió n o los medios de hacerlo habitualmente.
Esto es como si un adolescente dijese: "Destiná ndome á la industria química, es inú til que aprenda
la historia o la literatura." Evidentemente no hay necesidad de profundizar el estudio, si no se está
destinado al profesorado y carreras literarias, pero sin embargo es ú til saber algo. Así un joven
"completo" debe conocer les sports ecuestres, ná uticos, combativos, aunque sea simplemente
como aficionado y en una forma pasajera.
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“Os pido me excuséis de abordar oír extenso estas cuestiones, pues no escribo un manual. Entres
otros "sports" señ alaré la bicicleta para decir que es excelente su uso, pero a condició n de que no
se abuse en camino, y aconsejar prescribirla resueltamente sobre la pista. El veló dromo es una
invenció n deplorable y no conozco nada má s humillante para la humanidad que la famosa Carrera
de Madison Square en New-York que duró , me parece, seis días”
Entre los juegos viriles hay muchos y muy interesantes. El fú tbol es el que los supera a todos en
valor deportivo. Personalmente considero el "Rugby" como superior a la Asociació n, al doble
punto de vista de la técnica del juego y de las cualidades que exige; pero las grandes dificultades
que hay en formar un buen equipo de Rugby, tienden naturalmente a extender aun má s la
Asociació n.
La higiene deportiva es muy sencilla y no necesita, en regla general, la intervenció n del médico.
La helioterapia debe, en regla general, ser considerada como del dominio de la medicina má s que
de la higiene. El bañ o de sol es un remedio y un remedio violento; así no debe recurrirse a él que
por ordenanza médica. Es de otra manera la aeroterapia. El trabajo deportivo a cuerpo desnudo,
es no solamente, higiénicamente recomendable sino también técnicamente, y tiene un valor
mucho mayor que el trabajar vestido. La holgura, la agilidad, la armonía del cuerpo ejercitado
desnudo, es muy superior a igualdad con el cuerpo vestido, aú n siendo de trajes ligeros. Este
resultado no está claramente explicado, pero ha sido netamente constatado y la experiencia
puede ser verificada por el que quiera intentarlo.
La prá ctica constante del bañ o de aire, da una gran resistencia al frío, hace la circulació n má s
activa y regular; sin embargo no hay ventaja la circulació n má s activa y regular; sin embargo no
hay ventaja en exagerarlo má s allá de lo que es necesario para crear el há bito. Los que pretenden
que el hombre está hecho para vivir siempre desnudo y que el uso del traje es el resultado de la
civilizació n, olvidan que la naturaleza en ese caso no hubiera faltado de cubrir de pelos o de
plumas, la piel del animal humano. Es necesario considerar la aeroterapia como el compañ ero de
la hidroterapia; el aire obra sobre el organismo, de la misma manera benéfica, pero má s dulce,
que el agua.
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supone en general el uso del agua fría, es particularmente eficaz y agradable; importa solo
recordar que puede tomarse sobre la hierba con ayuda de un balde de agua y de una esponja.
Esta es una ocasió n de trabajo manual completamente natural, pero en el curso de un "raid", de
una excursió n o bien durante la estadía en un "campo de Sport" es necesario saber todo eso.
L) ARTES Y LETRAS
Ahora pasaremos a un asunto muy importante, pues lo que ha hecho por excelencia la belleza y
poder del atletismo griego, es que ha estado en estrecho contacto y en colaboració n efectiva con el
espíritu.
El famoso pensamiento de Herbert Spencer: "El hombre es un animal y lo importante para una
nació n, que sea compuesta de buenos animales". Este pensamiento es nefasto pues al parecer
alentar la educació n física, le ha hecho el mayor mal encerrá ndola en el materialismo y es
precisamente por medio de los Juegos Olímpicos que ha trabajado por derribar las murallas de la
prisió n o por lo menos abrir la brecha y me es satisfactorio constatar los resultados obtenidos por
el sport.
Desde las primeras Olimpiadas, se solicitó el concurso de Arte, en cualquiera de sus formas. En
1906 se convocó en París bajo los auspicios del Comité Olímpico Internacional, una Conferencia
encargada de estudiar có mo "las Artes y las Letras" podrían, en lo sucesivo, participar a las
Olimpiadas y en general, asociarse a los "sports" para ennoblecerlos y beneficiarlos. Para mejor
significar el carácter de este pequeñ o Congreso, se celebró en el "Foyer" (auditó rium) de la
Comedia Francesa, reputado como el Templo del Arte dramá tico. Muchos artistas y escritores
participaron, pero se trataba de ideas demasiado nuevas, o por lo menos viniendo de muy lejos
para que su prá ctica se esparciera rá pidamente. El movimiento ha quedado extremadamente
lento pero no se ha paralizado y progresa (se recordará que el discurso de apertura del Congreso
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Olímpico de Bruselas en 1905 fue pronunciado por Marcel Prévost y el del Congreso de Laussane
en 1913 por G. Ferrero).
La América Latina puede hacer muchísimo en esta vía, así no perderé la ocasió n para exponerle
los diversos aspectos de la cuestió n.
Consejos prá cticos han sido reunidos en un pequeñ o folleto (Decoration, Pyrotechnie, Harmonie,
Cortége), cuyo texto se encuentra en Revue Olympique y que he compuesto con el deseo de
facilitar a los organizadores de solemnidades deportivas, una tarea nueva para ellos. El Arte de
disponer las guirnaldas, las banderas, los velámenes, la construcció n de las tribunas y los pó rticos,
el de formar los cortejos y los grupos, está expuesto, pero en la medida modesta y restringida que
impone la fiesta deportiva, la cual tiene siempre lugar en condiciones técnicas bastante especiales,
que limitan la libertad del organizador, porque en general los recursos financieros de que se
dispone, lo son así.
Pero hay un punto cuya importancia es capital y sobre el cual quiero insistir, porque en ello no
puede improvisarse, y es indispensable estar preparado de antemano.
El acompañ amiento armó nico que siempre y por todas partes encuadra mejor las hazañ as
musculares, es indudablemente el "canto coral". Al aire libre, el Coro, con o sin acompañ amiento,
es de todas las manifestaciones del arte, la má s completa y apropiada al espectáculo deportivo.
Por otra parte, el repertorio es de una gran riqueza: después de varios siglos, no ha dejado de ir en
aumento. Francia, Alemania, Italia, Españ a, Inglaterra, Países-Bajos, Escandinavia y Rusia, han
colaborado a este tesoro sin par y que es verdaderamente una lá stima que sea poco conocido.
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Por mi parte siempre he reclamado a las "Sociedades de Sport y de Gimnasia", un esfuerzo en
favor del canto coral. Mi petició n ha sido que en cada sociedad, se constituya un pequeñ o
cuartero-vocal, que con los progresos de la sociedad se vuelva rá pidamente un "doble cuarteto" y
así sucesivamente hasta llegar a un verdadero coro. Un simple "cuarteto" permite obtener buenos
efectos y ejerce la mayor noble influencia sobre los atletas. No me asombra el no haber obtenido
todo el éxito que deseara sobre el particular, pues esta idea es muy extrañ a a las preocupaciones y
a los há bitos modernos para que se extienda má s rá pidamente; pero tengo confianza en el
porvenir y también una gran esperanza que mis amigos latino-americanos, rodeados de esa bella
y misteriosa naturaleza que convida a los goces del espíritu sean los destinados a tomar gusto al
"sport" y a las artes.
M) EL GIMNASIO ANTIGUO
Es muy interesante observar que nosotros tenemos los medios entre nuestra civilizació n moderna
para volver a tomar la fó rmula del Gimnasio Antiguo. Cuando se piensa en el papel representado
por esta institució n en el pasado y se reflexiona có mo este papel está apropiado a las necesidades
de los tiempos presentes, se palpan las realidades de esta importante constatació n.
El Gimnasio Antiguo comprendía: los sports de la enseñ anza, de la higiene y del arte; así nosotros
tenemos todo ello a nuestra disposició n bajo una forma popular. El canto coral y el teatro de los
praderas, los bañ os-duchas, y el campo de ejercicios con pista, aparatos, tales son los tres
elementos fundamentales. El cuarto, "la enseñ anza" no menos esencial puesto que simboliza la
cooperació n de los mú sculos, y del espíritu en la obra del perfeccionamiento humano, que en otra
época estaba representada por la Filosofía y que puede serlo mejor, hoy en día, por la Historia.
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égida de la "Cité" llegados unos para aprender, los otros para enseñ ar, o simplemente para ver y
oír pasar la secesió n de los oleajes vivientes. Centro de actividad municipal, alvéolo de la actividad
nacional, el Gimnasio restaurado jugará un rol en proporció n con las dificultades y las esperanzas
de los siglos modernos.
Concluyo, mis queridos amigos, con los consejos que ligeramente os doy, muy dichoso si ellos os
incitan a un enérgico trabajo en las vías en que me esfuerzo de empujaros -- Pensad en todo el
bien que vuestros países pueden obtener -- Los latinos que habían heredado esta concepció n de
los griegos decían: "Civium, vires civitatis vis." Puesto que esto es bien conocido y corrientemente
repetido, ¿Por qué lo aplicamos tan poco?
Sin embargo es indispensable hacer una adició n: "Civium vires hodie cras civitatis vis" que es
necesario decir; con las fuerzas que adquiere hoy día, el ciudadano prepara el porvenir, la fuerzas de
la ciudad.
Y en efecto no hay que olvidar que el tiempo no puede ser reemplazado así no hay que perder los días
si vosotros queréis asegurar para el porvenir la absoluta grandeza de vuestras Repúblicas de
América; vosotros sus hijos, poneos enseguida a la obra. Fortificad vuestros músculos, ennobleced
vuestros gestos, y engrandeced vuestros caracteres por la práctica de un "Atletismo alegre, regular y
tenaz".
2.- Cuá l fue el legado que Coubertin dejó a las nuevas generaciones en relació n a los JJOO?.
4.- ¿El Comité Olímpico Internacional con cuantos comités olímpicos nacionales cuenta a la época
en sus inicios?
10.- ¿Qué significado tenía para Coubertin los conceptos de Voluntad, Emulació n, Política y
Prensa, Los Campeones, El Eclecticismo, Sports Atléticos y Gimná sticos, etc. ?
BIBLIOGRAFIA.
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4- DURANTEZ Conrado, Pierre de Coubertin y la Filosofía del Olimpismo, Editado Comité Olímpico
Españ ol, Academia Olímpica Españ ola.
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Pierre de Coubertin, Paris
7- PARRY Jim (2005) L’Olympisme et son Ethique, in Quarante-quatrième session 23 mai-6 juin,
Académie Internationale Olympique. Pp.87-105
8- RODRIGUEZ LOPEZ Juan, (2003) Historia del Deporte, Publicaciones INDE, Barcelona. (2ª
edició n).
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