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El terapeuta

Dos atributos esenciales. son la formación profesional y los atributos personales. Aunque tengo una personalidad
muy buena para cierta tarea es necesario la competencia profesional. Sin embargo, en la psicoterapia parece ser que
la personalidad más importante que la formación profesional.
Es una idea intimidante el suponer que lo personal estaría por encima de lo profesional. La Importancia de las
cualidades personales es un concepto rogeriano más que nada.
El valorar las características del terapeuta no implica un descenso del interés por la formación del profesional.
Una pregunta que surge de esto ¿esta clase de trabajo requiere un determinado tipo de personalidad o cualidades
personales superiores? La realidad muestra que entre los profesionales existe una gran variedad de personalidades.
La exigencia por parte de los Roger sobre la importancia de la personalidad no tiene que ver con una cuestión de
superioridad en un plano práctico hay muy pocas cualidades que puedan pretender ser universalmente superiores o
primordialmente en todas las situaciones. La noción de superior no corresponde en este contexto.
Ejemplo: un terapeuta imponente o de gran talla puede ejercer un efecto aplastante al cliente que viene con
sentimientos de inferioridad. El contraste entre cliente y consultor es tan amplio que puede ser contraproducente y
el cliente no llega a liberarse jamás.
Si el cliente tiende a una actitud de dependencia y el terapeuta adopta un papel de autoridad o de superioridad; de
modo natural el cliente crea una actitud de sumisión y dependencia. Está situación no contribuye al crecimiento del
cliente.
El terapeuta debe contar con ciertos atributos que son la capacidad empática la autenticidad y una aceptación
positiva del hombre. Además, dos cualidades de las que no podria prescindir, que son "madurez emocional y de
comprensión de sí mismo".

La capacidad empática
Es la capacidad para sumergirse en el mundo subjetivo de los demás y participa en su experiencia en la medida en
que la comunicación verbal y no verbal lo permita.
“Es la capacidad de ponerse verdaderamente en el lugar de otro, de ver el mundo como el otro lo ve”
El papel de terapeuta consiste en captar y reflejar la significación personal de la palabra del cliente mucho más
que en responder a su contenido intelectual y para ser exitoso en esta tarea profesional tiene que correr a un lado
sus propios valores, convicciones, sentimiento y abstenerse de aplicar criterios realistas, objetivos, racionales que lo
guían fuera de su interacción con sus clientes.
Adquirir está capacidad empática exige una modificación de toda la personalidad porque el comportamiento
empático no se puede adoptar cuando uno quiere o según las necesidades del momento; no podemos mostrarnos
más empáticos de lo que somos como tampoco podemos mostrarnos más inteligentes de lo que somos.
Toda situación social revela quién está dotado de esta sensibilidad social y quién no. Quien no se da cuenta de que
ciertas palabras agradan o causan pena o no reconoce las necesidades de los demás, la dirección de sus intereses o
la naturaleza de sus preocupaciones, tiene poca disposición natural para tener éxito en la práctica de una terapia
centrada en cliente.
El que es receptivo a las reacciones del otro, que percibe tonos positivos o negativos, el que reconoce un niño que no
es feliz en una clase, el que reconoce la calidad de las relaciones, esa persona tiene lo necesario para embarcarse en
esta profesión.
Empatía simpatía edición en el diagnóstico
La simpatía se refiere a las emociones, por lo tanto, su campo es más reducido. Es cuando yo participo de la emoción
del otro desde mi propia experiencia (su situación me recuerda algo similar que me paso a mi). Es subjetivo.
En la empatía yo me esfuerzo por participar en la experiencia del otro y no me limito a los aspectos simplemente
emocionales. El terapeuta participa del modo más intimo posible en la experiencia del cliente, aunque
emocionalmente sea independiente. Es objetiva. La empatía se enraíza en la capacidad del que la practica.
La intuición es una capacidad de analizar, descubrir la necesidad inconsciente de los demás. Observando e
interpretando las manifestaciones de su experiencia.
Autenticidad acuerdo interno
Refiere a tener un acuerdo interno entre la experiencia y su representación en la conciencia. El profesional no puede
actuar. El acuerdo interno es una condición que terapeuta debe tener para que se pueda establecer una autenticidad
entre terapeuta - cliente. La unidad interna que resulta de la autenticidad es un papel decisivo en las relaciones
interpersonales.
Concepción positiva y liberal del hombre y de las relaciones humanas
El entusiasmo por dichas concepciones o su adhesión no son suficientes. Pregunta: ¿Estaría el profesional dispuesto
a adquirir actitudes directamente opuestas a sus sentimientos y convicciones profundamente enraizadas? No es tan
simple modificar algo que por años es parte del mismo, esa conversión requiere esfuerzo sostenido, introspección,
reflexión, critica. El terapeuta auténticamente comprometido en poner en práctica ciertas actitudes logra con éxito
en el ejercicio de su profesión como en el hecho de asimilar dichas actitudes.
Madurez emocional
Un aspecto de esta madurez consiste en la capacidad de participar en la tarea del cambio de otra persona sin tener
la tentación de modelar la según la propia imagen. Quién goce de un cierto grado de satisfacción y éxito tiene
tendencia a pasar su receta personal al que está desprovisto de todo eso. Es una fórmula de ayuda muy recurrente.
Está cualidad se puede describir Cómo la capacidad y la voluntad auténtica de servir no de guía ni de juez o de
modelo simplemente de resonador y de amplificador de los esfuerzos que el cliente hace por también cómo la
capacidad de prestarse como persona a las necesidades del individuo que tiene conflictos y está comprometido en la
búsqueda de sí mismo.
Otra cualidad es la capacidad de experimentar y comunicar sentimientos auténticos calurosos sin que estos se
transformen en una trampa para una o ambas personas.
Madurez emocional supone seguridad interna debe poder afrontar los períodos estériles cuando su acción no tiene
efectos visibles debe ser capaz de conservar el equilibrio ante la adulación. La satisfacción que experimenta al
sentirse importante por haber podido contribuir con su cliente debe subordinarse al deseo de perder está
importancia a medida que el cliente descubre la satisfacción de ser y de sentirse autónomo.

Comprensión de sí mismo
(el terapeuta) Tener conciencia de las actitudes y las necesidades dominantes que determinan sus inclinaciones y
aversiones, sus prejuicios, sus temores y sus deseos. De lo contrario es incapaz de hacerse una representación
realista de las cosas que le cuenta el cliente. En la penumbra psicológica que opera cometerá muchos errores a
expensas del cliente.
El terapeuta rogeriano se esfuerza por actuar exclusivamente en el marco de referencia del cliente, con riesgos
menores que sí actuara a partir de su propio marco de referencia. O sea, el riesgo de error es más elevado si el
proceso se apoya en sus propias percepciones y teorías y es menor si el proceso se basa en la experiencia viva e
inmediata del interesado.
El funcionamiento óptimo de la personalidad es un conocimiento del yo actuando en cada momento en la situación
inmediata. Es una apertura constante a la experiencia. Esa comprensión de sí mismo está en el polo opuesto del
conocimiento genético o histórico que resulta del examen del yo.

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