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Título:

Estilos de crianza y rasgos de personalidad en agresores sexuales adolescentes que cumplen

medidas no privativas de libertad en la Unidad Zonal de desarrollo integral 7.


Contents
1. Título..................................................................................................................................................3
2. Problema de investigación.................................................................................................................3
3. Justificación.........................................................................................................................................7
4. Objetivos de la investigación...............................................................................................................8
4.1. General........................................................................................................................................8
4.2. Específicos...................................................................................................................................8
5. Marco teórico......................................................................................................................................8
5.1. La familia.....................................................................................................................................9
5.1.1. Definición............................................................................................................................9
5.1.2. Tipos..................................................................................................................................13
5.1.3. Estilos de crianza...............................................................................................................14
5.1.4. La Adolescencia.................................................................................................................15
5.1.5. Familia y adolescencia.......................................................................................................16
5.1.6. Factores de riesgo..............................................................................................................17
5.1.7. Factores protectores...........................................................................................................17
5.2. Agresión sexual.........................................................................................................................18
5.2.1. Delitos sexuales.................................................................................................................18
5.2.2. Datos estadísticos...............................................................................................................20
5.2.3. Agresores sexuales adolescentes........................................................................................20
5.3. Personalidad..............................................................................................................................23
5.3.1. Definición..........................................................................................................................23
5.3.2. Teorías de la personalidad..................................................................................................24
5.3.3. Rasgos de personalidad......................................................................................................28
5.3.4. Personalidad y adolescencia...............................................................................................28
5.3.5. Rasgos de personalidad y agresiones sexuales...................................................................31
5.3.6. Rasgos de personalidad y estilos de crianza.......................................................................32
5.3.7. Rasgos de personalidad y agresiones sexuales...................................................................33
5.3.8. Rasgos de personalidad y estilos de crianza.......................................................................34
6. Metodología.......................................................................................................................................34
7. Cronograma.......................................................................................................................................36
8. Bibliografía........................................................................................................................................36
PROYECTO DE INVESTIGACION DE INTEGRACION CURRICULAR O DE

TITULACION

1. Título

Estilos de crianza y rasgos de personalidad en agresores sexuales adolescentes que

cumplen medidas no privativas de libertad en la Unidad Zonal de desarrollo integral 7 del

Ecuador.

2. Problema de investigación

La Adolescencia es la fase de la vida que va de la niñez a la edad adulta, o sea

desde los 10 hasta los 19 años. Representa una etapa singular del desarrollo humano y un

momento importante para sentar las bases de la buena salud (OMS, 1986).

Durante esta etapa el ser humano traviesa diversos cambios físicos, cognitivos y

psicosociales que darán pautas para la formación de su personalidad. En este proceso de

cambio se dará lugar a la crisis de la adolescencia.

Este proceso de cambio es el cual podría dar lugar a la crisis de la adolescencia,

donde nos encontramos a adolescentes con una amplia gama de conductas y

comportamientos tanto infantiles como adultos simultáneamente y que en ocasiones ni

siquiera los adultos pueden diferenciar dando lugar a las confusiones en el diálogo con

los adolescentes (Lillo, 2004).

En este periodo de transición hacia la adultez, el adolescente atraviesa por SE

ENFRENTA A diferentes escenarios, y al encontrarse ante nuevos eventos y

circunstancias se vuelve vulnerable, es entonces cuando los factores protectores y de

riesgo cumplen un rol esencial en el desarrollo del ser humano.


Los factores protectores juegan un papel muy importante en la Adolescencia, ya

que son aquellas condiciones o los entornos capaces de favorecer el desarrollo de

individuos o grupos y, en muchos casos, de reducir los efectos de circunstancias

desfavorables. Estos factores pueden ser: Individuales (alta autoestima, seguridad en sí

mismo, facilidad para comunicarse empatía, locus de control interno, optimismo,

autonomía, etc.), familiares (apego parental, límites claros y firmes, vínculos afectivos,

reconocimiento de esfuerzos y logros, la presencia de un adulto significativo), sociales

(grupo de pares, escuela, comunidad, redes de apoyo informales, etc.) (Polo, 2009).

Por otro lado los factores de riesgo se definen como elementos científicamente

establecidos o determinantes con respecto a los cuales hay fuerte evidencia de una

relación causal con un problema (Garmezy,1991). De acuerdo con (Gibbs & Bennett,

1990) “son conductas y comportamientos que limitan el desarrollo de potencialidades de

los niños y jóvenes y que emergen como el resultado de procesos educativos que se dan

en el interior de la familia, en la escuela y el medio sociocultural”. Diversas

investigaciones han planteado la existencia de varias facetas de factores o

comportamientos de riesgo para la salud, entre los que se mencionan los síntomas

depresivos, ser varón y tener baja religiosidad (Campo-Arias et al., 2008); trastornos del

aprendizaje, de la conducta alimentaria y depresivos, conductas violentas, mayor

consumo de tabaco, alcohol y drogas ilegales, episodios de embriaguez y mayor consumo

de sustancias adictivas por amigos y familiares (Paniagua Repetto & García Calatayud,

2003); problemas emocionales en todas las áreas, en particular la familiar y la de salud,

relacionados específicamente con la interacción y comunicación con los padres, la

autoimagen (demasiada preocupación con la imagen corporal, especialmente en las


mujeres), tendencia al aislamiento (no pertenecer a ningún grupo de pares ni tener

amigos) y conductas de consumo de cigarro y alcohol (Barcelata et al., 2004).

Cuando el adolescente se ve expuesto a los factores de protección tiene mayor

probabilidad de tener un desarrollo integral adecuado; por el contrario, al encontrarse

ante un sinnúmero de factores de riesgo en esta etapa es más probable que no tenga un

correcto desenvolvimiento en la sociedad, volviéndose propenso a las conductas

disociales, delictivas y violentas influenciadas por una personalidad moldeada de manera

contraproducente por estos factores. Como consecuencia de ello encontramos una gran

cantidad de adolescentes que se encuentran cumpliendo medidas judiciales debido a los

delitos cometidos.

El modelo evolutivo de Millon define la personalidad como: "un patrón complejo

de características psicológicas profundamente arraigadas, que son en su mayor parte

inconscientes y difíciles de cambiar, se expresan automáticamente en casi todas las áreas

del funcionamiento del individuo. Estos rasgos intrínsecos y generales surgen de una

complicada matriz de determinantes biológicos y aprendizajes, comprenden el modo

idiosincrático de percibir, sentir, pensar, afrontar y comportarse de un individuo" (Millon

& Davis, 1998, p. 4).

Millon considera que las personalidades antisociales y narcisista se encuentran en

un mismo continuo, en la normalidad ambos patrones están orientados a la satisfacción de

sus propias necesidades y deseos, cuando se traspasa hacia un plano patológico,

satisfacen sus propias necesidades y deseos excluyendo al otro o a expensas de los

demás. La diferencia entre ambos se debe al estilo de afrontamiento pasivo para las

personalidades narcicistas y activo en la personalidad antisocial (Millon & Davis, 2001)


Desde una perspectiva comprensiva-evolutiva se ha descrito la importancia del apego y la

vinculación afectiva en los primeros años de vida como elementos altamente influyentes

en el desarrollo de la personalidad antisocial (Bowlby, 1990; Winnicott, 1991), así como

la protección y la supervisión familiar. El estudio del maltrato infantil y el abuso sexual

en la infancia aporta antecedentes psicógenos asociados a la aparición de conductas

antisociales. En algunos casos de trastorno de estrés post-traumático (TEP), el trauma

puede jugar un rol crítico en la perpetuación del crimen y ciclo de violencia. Los jóvenes

pueden verse impelidos a revivir experiencias traumáticas a través de la perpetuación de

actos similares, donde ellos someten a los otros a la condición de víctimas (Cashel,

Ovaert & Holliman, 2000; Steiner, García & Mathews, 1997).

Pregunta de investigación: ¿Qué incidencia tienen los estilos de crianza en los rasgos de

personalidad de los agresores sexuales adolescentes?

 Altamente en el desarrollo de conductas delictivas

 Problemas emocionales

 Disfunción en las relaciones sociales, interpersonales

 Conexión con pares de mala influencia

 Poca asertividad

 Crianza negligente = no límites ni reglas

Ind: rasgos AQUÍ SERÍA LOS RASGOS DE PERSONALIDAD

Dep: estilos de crianza

3. Justificación
La influencia de los estilos de crianza recibidos en los rasgos de personalidad de los

adolescentes infractores es un tema que se ha venido investigando durante mucho tiempo

por diferentes organizaciones e instituciones dedicadas a la salud, educación y áreas

afines, el interés radica en conocer la relación y el impacto que tienen estas dos variables

en el desarrollo del adolescente y su influencia en las conductas delictivas que realizan.

La base teórica psicológica explicativa de este proyecto, responde a las características de

los modelos sistémico, sociocultural, y cognitivo, desde las cuales, se explican las

conductas que muestran los adolescentes demarcando la forma de ser, pensar, sentir y de

hacer propiamente de la edad. Es decir, la adecuación de la conducta de un menor, a las

necesidades y apremios del entorno, es consecuencia de la interacción de un conjunto de

factores orgánicos y ambientales, los cuales, a su vez, delimitan rasgos volitivos que

definen al adolescente como tal y que lo hacen diferente a los demás.

El propósito de este proyecto de investigación es que a través de la información recabada

y el estudio que se realizará, se tendrá mayor conocimiento acerca de los rasgos de

personalidad y los estilos de crianza de los agresores sexuales adolescentes. Por otro lado,

este experimento tuvo la finalidad de brindar información sobre el ámbito familiar y

personal del adolescente, de tal forma que este trabajo permitirá desarrollar nuevas

investigaciones y generar programas de prevención y promoción de la salud mental para

disminuir el riesgo delictivo sexual de los adolescentes de nuestra localidad y país.

Así mismo, las conclusiones del trabajo, buscan beneficiar a cada individuo de

manera indirecta a los adolescentes y de manera directa a las familias y a las instituciones

dedicadas a la salud, educación, y al servicio de la sociedad en general, ya que,

de cierto modo, el desarrollo y aplicación de este tema, contribuye con la


formación y modulación de los estilos de crianza, para que las nuevas generaciones

sean parte clave del progreso y la evolución, no solo tecnológica, sino de una

evolución justa para todos.

4. Objetivos de la investigación

4.1. General

 Determinar la influencia de los estilos de crianza recibidos en los rasgos

de personalidad de los agresores sexuales adolescentes de la UZDI

4.2. Específicos

 Definir el estilo de crianza que han recibido los agresores sexuales

adolescentes de la Unidad de Desarrollo Integral.

 Identificar los rasgos de personalidad que prevalecen en los agresores

sexuales adolescentes de la Unidad de Desarrollo Integral.

 Elaborar un plan de prevención enfocado al desarrollo de estrategias para

mejorar el entorno familiar y personal en los agresores sexuales

adolescentes de la UZDI
5. Marco teórico

5.1. La familia

5.1.1. Definición

El concepto de familia desde el punto de vista histórico ha ido evolucionando

tanto en su estructura, tipos como en sus roles. Desde una concepción

tradicional se considera a la familia como el grupo de individuos los cuales se

encuentran entrelazados por vínculos de amor y sangre, en la cual la unión en

matrimonio de los padres es duradera y los hijos son educados en el seno del

hogar. Sin embargo, esta concepción no es la única, por su parte, Martínez

(2015) afirmó que la familia es considerada como la primera forma de

organización social y su existir se corrobora en los testimonios históricos de

cada uno de los grupos sociales de las diferentes épocas. Asimismo, Martínez

(2015) refirió que desde el ámbito filosófico la familia es considerada como

una categoría histórica, la manera en la cual se encuentra organizada está

condicionada por el imperante régimen económico y/o social y por las

relaciones sociales existentes. Desde la concepción sociológica según Oliva y

Villa (2013) se considera a la familia como un grupo cuya característica

principal es la realización de la relación sexual definida y permanente con el

fin de promover la procreación y la educación de la prole. Así mismo, Oliva y

Villa (2013) afirmaron que la familia en la actualidad es “considerada como

un núcleo natural, económico y/o jurídico de la sociedad” (p.14)

PUNTUACIÓN
Entonces, el concepto de familia no tiene una única connotación, esta ha ido

evolucionando de manera significativa, pero, “en principio sigue siendo la

célula de la sociedad humana” (Acevedo, 2011, p.149). La familia es la célula

principal de la sociedad, es el grupo de personas que conforman un hogar,

donde no necesariamente todos se encuentran unidos por lazos consanguíneos,

pero sí de afecto y amor. En el seno de la familia se cultivan los primeros

valores éticos que servirán como cimientos para el desarrollo de la sociedad.

Las familias desde sus orígenes han ido evolucionando de un estadio a otro,

cambiando su dinámica y la concepción. A través de la historia se observa

diferentes formas de organizaciones familiares cada una con sus

características peculiares. Los primeros modelos de familia en la prehistoria se

dieron a través de la sociedad matriarcal y patriarcal, luego se desarrolló la

familia en la sociedad Babilónica, en el imperio Egipcio, en la sociedad

Hebrea, en la Grecia clásica hasta llegar a la familia actual. Respecto a la

sociedad matriarcal, Acevedo (2011) sostuvo que en la sociedad matriarcal se

vivió en promiscuidad sexual, debido a ello la filiación se contaba únicamente

por la línea femenina y es así que la mujer llegó a tener máximo dominio

(ginecocracia), dentro de esta sociedad matriarcal se observaron algunos tipos

de familias. Al respecto, Valladares (2008) mencionó la siguiente

clasificación: familia consanguínea, la cual constituyó la primera forma de

relación entre personas de diferente sexo, esta unión no estaba basada en el

matrimonio, sino en una necesidad netamente sexual donde se desconocen los

vínculos parentales; familia punalúa, este tipo de familia se desarrolló en la


época del salvajismo, las relaciones íntimas se encontraban limitadas

únicamente a los integrantes de los clanes o tribus; familia sindiásmica, en

este tipo de familia hubo la presencia de una pareja, pero es permitido para los

hombres tener relaciones sexuales con otras integrantes de su grupo, los hijos

aún continúan perteneciendo a la madre. En la sociedad patriarcal, según

Acevedo (2011) debido a que la sociedad matriarcal presentaba algunas

debilidades en el desarrollo de la civilización se dio paso a la sociedad

patriarcal la cual se encontraba enfocado en los valores masculinos y en el

desarrollo del derecho civil. En esta sociedad se dio paso a la familia

monogámica, en la cual tuvo predominio la imagen masculina, convirtiéndose

en el dueño de la familia. Siguiendo la línea de Valladares (2008) en la familia

monogámica, se dio el matrimonio, se originó la propiedad privada y se

reconoció la paternidad de manera indiscutible con la finalidad de heredar los

bienes a sus descendientes.

Referente a las familias en la antigüedad, Acevedo (2011) sostuvo que la

familia en la sociedad babilónica se encontraba amparada por el matrimonio,

es decir era monogámica, pero el esposo tenía la autorización de tener esposas

secundarias en caso la esposa principal no pudiera tener hijos, el rol principal

del matrimonio era la procreación y la conservación de la familia. En la

sociedad egipcia se conservó el matrimonio monogámico, el cual se celebra a

través de ceremonias religiosas, solamente el faraón podía tener varias

esposas. En la sociedad hebrea, el matrimonio jurídicamente tenía carácter

civil, en esta sociedad el esposo podía tener varias esposas legítimas y


también concubinas. En la Grecia clásica, la célula principal de la sociedad

estaba conformada por la familia, cuya base era el matrimonio o en algunos

casos el concubinato, es decir era monogámica, careciendo la mujer de

derechos ciudadanos y políticos, cuando era hija se encontraba sometida a su

padre, cuando llegaba a ser esposa a su marido y cuando era viuda quedaba

sometida a los hijos.

Tal es así, que la familia existió desde tiempos prehistóricos y se conservan

hasta nuestros días. En la actualidad, por lo general, se habla de la familia

ideal conformada por padres e hijos cuando en la realidad existen diversos

modelos de familias las cuales poseen sus propias características de acuerdo a

su conformación, formas de vida y de interrelación entre sus miembros.

Oliva y Villa (2013) refirieron que:

Debido a la confluencia de intrínsecos aspectos a su naturaleza como lo son el

aspecto histórico, político, socio-cultural y por el desarrollo psico-afectivo de

sus miembros, cada familia es única y diferente, no sólo por las relaciones,

roles y el número de personas que la forman, sino también por las actividades

y trabajos que realizan o la manera en que se organizan y proyectan. (p.12)

En las últimas décadas el concepto de familia ha ido evolucionando aún más,

tal es así que la mirada por aquellas familias nucleares conformadas

únicamente por padres e hijos se ha transformado y se ha dado paso a las otras

formas de familias las cuales se pueden encontrar conformadas por lazos

sanguíneos, matrimonio, adopciones, etc. Al respecto, Del Pico (2011)

sostuvo que la familia, sin importar la connotación que se le asigne realiza


diversas funciones en la sociedad, su valoración pública determina la tutela

jurídica la cual se expresa en el Derecho de Familia. La familia, sin importar

la definición, su naturaleza osu clasificación, goza de derechos; asimismo, se

encuentra amparada por acuerdos internacionales y documentos oficiales

como La Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948) el cual en el

artículo 16 considera a la familia como un elemento natural y fundamental de

la sociedad y afirma su derecho a ser protegida tanto por la sociedad como por

el Estado. Por su parte, Congreso de la República (1993) en la Constitución

Política del Perú refirióen el capítulo II, artículo 4 la protección a la familia.

Como se observa no se hacen distinciones por algún tipo de familia en

particular sino que la consideran tal cual está constituida, es decir en forma

integral.

La familia se constituye como el primer entorno natural en donde se

desenvuelve el ser humano y a raíz de ello se desarrollan afectiva, física,

intelectual y socialmente basándose en los modelos observados y adquiridos a

través de la convivencia (Murueta & Osorio, 2009).

5.1.2. Tipos

Existen diferentes formas de clasificar a las familias, teniendo en cuenta la

forma como están constituidas. Según Benítez (2008) las familias pueden

clasificarse en: familia nuclear, la cual se encuentra conformada por el padre,

la madre y los hijos; familia extensa, este tipo de familia se encuentra

conformada por los integrantes de más de dos generaciones las cuales se


encuentran unidas por vínculos sanguíneos, incluye padres, hijos, abuelos,

tíos, sobrinos, primos, etc.; familia monoparental, este tipo de familia se

encuentra conformada únicamente por uno de los padres y los hijos, esta se da

debido al divorcio o al fallecimiento de uno de los padres; familia de madre

soltera, en este tipo de familia es la madre la única que asume desde un inicio

con la responsabilidad de la crianza del hijo; familias de padres separados, en

este tipo de familia los padres rompen su relación de pareja pero no se

desligan de los hijos, es decir no rehúyen a su paternidad y maternidad.

Esta clasificación corresponde al presente siglo debido a que existen

diferentes formas y tipos de familia las cuales tienen sus propios valores,

costumbres y forma de vida y ello no debería cambiar en absoluto la

valoración social que se le asigna ya que cumple con su función social.

5.1.3. Estilos de crianza

Así mismo podemos diferenciar diferentes estilos de crianza parental en las

familias, los cuales hacen referencia a la naturaleza y contexto de la relación

afectiva y de guía y control que se da entre padres e hijos. De acuerdo al tipo

de control que ejercen (Baumrind, 1991) los clasifican como autoritario,

democrático, permisivo y negligente. (Lamborn et al., 1991)

Los estilos de crianza se definen como los conocimientos, actitudes y

creencias que los padres asumen en relación con la salud, la nutrición, la

importancia de los ambientes físico y social y las oportunidades de

aprendizaje de sus hijos en el hogar. Es decir, que los estilos de crianza se

refieren al entrenamiento y formación de los niños por los padres o por


sustitutos de los padres (Izzedin-Bouquet & PachajoaLondoño, 2009).

Asimismo, se pueden delimitar como “esquemas prácticos que reducen las

múltiples y minuciosas prácticas educativas paternas a unas pocas

dimensiones, que, cruzadas entre sí en diferentes combinaciones, dan lugar a

diversos tipos habituales de educación familiar” (Torío-López et al., 2008, p.

62).

Las pautas de crianza se relacionan con las normas que siguen los padres

frente al comportamiento de los hijos, siendo portadoras de significaciones

sociales. Estas pautas también se conocen como estilos de crianza, y es

preciso señalarse que cada cultura provee las pautas de crianza de sus niños

(Izzedin-Bouquet & Pachajoa-Londoño, 2009). Por otro lado, las prácticas de

crianza se ubican en el contexto de las relaciones entre los miembros de la

familia, donde los padres juegan un papel importante en la educación de sus

hijos. Esta relación está caracterizada por el poder que ejercen los padres

sobre los hijos y la influencia mutua (Bocanegra, 2007). Las prácticas son

acciones, comportamientos aprendidos de los padres ya sea a raíz de su propia

educación como por imitación y se exponen para guiar las conductas de los

niños (Izzedin-Bouquet & Pachajoa-Londoño, 2009).

5.1.4. La Adolescencia

La Adolescencia es la fase de la vida que va de la niñez a la edad adulta, o sea

desde los 10 hasta los 19 años. Representa una etapa singular del desarrollo

humano y un momento importante para sentar las bases de la buena salud

(OMS, 1986).
Durante esta etapa el ser humano a traviesa diversos cambios físicos,

cognitivos y psicosociales; en donde el funcionamiento infantil y el adulto

coexisten en su mundo interior, prevaleciendo al inicio de este periodo el

funcionamiento infantil y luego el adulto que se va volviendo más

pronunciado a medida que la persona va creciendo. Este proceso de cambio es

el cual dará lugar a la crisis de la adolescencia, donde nos encontramos a

adolescentes con una amplia gama de conductas y comportamientos tanto

infantiles como adultos simultáneamente y que en ocasiones ni siquiera los

adultos pueden diferenciar dando lugar a las confusiones en el diálogo con los

adolescentes (Lillo, 2004).

En este periodo de transición hacia la adultez, el adolescente atraviesa por

diferentes escenarios, y al encontrarse ante nuevos eventos y circunstancias se

vuelve vulnerable, es entonces cuando los factores protectores y de riesgo

cumplen un rol esencial en el desarrollo del ser humano.

5.1.5. Familia y adolescencia

La evidencia empírica resalta la impulsividad como uno de los factores más

importantes en el desarrollo de comportamientos disruptivos en la niñez y

adolescencia, destacándose su naturaleza bidimensional que considera: un

factor conductual referido a desinhibición e inquietud motora, y un factor

cognitivo que implica la falta de previsión y planificación de la conducta

(White et al., 1994). Otros factores psicológicos de importancia son el estilo

de afrontamiento pasivo, la baja autoestima, la desesperanza aprendida y la


ausencia de proyecto vital (Bender, Bliesener & Lösel, 1996; Smith & Stern,

1997; Vladislav, Eisemann & Hägglöf, 1999).

Desde una perspectiva comprensiva-evolutiva se ha descrito la importancia

del apego y la vinculación afectiva en los primeros años de vida (Bowlby,

1990; Winnicott, 1991), así como la protección y la supervisión familiar. El

estudio del maltrato infantil y el abuso sexual en la infancia aporta

antecedentes psicógenos asociados a la aparición de conductas antisociales.

En algunos casos de trastorno de estrés post-traumático (TEP), el trauma

puede jugar un rol crítico en la perpetuación del crimen y ciclo de violencia.

Los jóvenes pueden verse impelidos a revivir experiencias traumáticas a

través de la perpetuación de actos similares, donde ellos someten a los otros a

la condición de víctimas (Cashel, Ovaert & Holliman, 2000; Steiner, García &

Mathews, 1997).

5.1.6. Factores de riesgo

Los factores protectores juegan un papel muy importante en la Adolescencia,

ya que son aquellas condiciones o los entornos capaces de favorecer el

desarrollo de individuos o grupos y, en muchos casos, de reducir los efectos

de circunstancias desfavorables. Estos factores pueden ser: Individuales (alta

autoestima, seguridad en sí mismo, facilidad para comunicarse empatía, locus

de control interno, optimismo, autonomía, etc.), familiares (apego parental,

límites claros y firmes, vínculos afectivos, reconocimiento de esfuerzos y

logros, la presencia de un adulto significativo), sociales (grupo de pares,

escuela, comunidad, redes de apoyo informales, etc.) (Polo, 2009).


5.1.7. Factores protectores

Por otro lado los factores de riesgo se definen como elementos científicamente

establecidos o determinantes con respecto a los cuales hay fuerte evidencia de

una relación causal con un problema (Garmezy,1991). De acuerdo con (Gibbs

& Bennett, 1990) “son conductas y comportamientos que limitan el desarrollo

de potencialidades de los niños y jóvenes y que emergen como el resultado de

procesos educativos que se dan en el interior de la familia, en la escuela y el

medio sociocultural”. Diversas investigaciones han planteado la existencia de

varias facetas de factores o comportamientos de riesgo para la salud, entre los

que se mencionan los síntomas depresivos, ser varón y tener baja religiosidad

(Campo-Arias et al., 2008); trastornos del aprendizaje, de la conducta

alimentaria y depresivos, conductas violentas, mayor consumo de tabaco,

alcohol y drogas ilegales, episodios de embriaguez y mayor consumo de

sustancias adictivas por amigos y familiares (Paniagua Repetto & García

Calatayud, 2003); problemas emocionales en todas las áreas, en particular la

familiar y la de salud, relacionados específicamente con la interacción y

comunicación con los padres, la autoimagen (demasiada preocupación con la

imagen corporal, especialmente en las mujeres), tendencia al aislamiento (no

pertenecer a ningún grupo de pares ni tener amigos) y conductas de consumo

de cigarro y alcohol (Barcelata et al., 2004).

5.2. Agresión sexual

5.2.1. Delitos sexuales


El actual Código Penal supone, en el caso de los delitos contra la libertad

sexual, una ruptura total con la legislación anterior sobre dicha materia, donde

todas estas cuestiones toman una nueva perspectiva y la violación (derogado

Art. 429) pasará a denominarse o bien agresión sexual o bien abuso sexual.

El matiz diferenciador residirá, a grandes rasgos, en que los abusos (Art. 181)

no puede mediar violencia ni intimidación ya que es el leit motiv del Art. 178

de las agresiones sexuales.

1.– Abusos sexuales: Se considera abuso sexual todo acto que atente contra la

libertad sexual de otro, realizado sin el consentimiento de éste y sin que medie

violencia ni intimidación, teniendo en cuenta que se reputa no consentido todo

abuso que se ejecute sobre menores de doce años, sobre personas que se

hallen privadas de sentido o abusando de su trastorno mental.

Por otra parte se castigan también los supuestos en los que el consentimiento

se obtiene por el prevalimiento de una situación de superioridad o por medio

de engaño –en este último caso, siempre que la víctima tenga menos de

dieciséis años, en los demás sin límite de edad–.

R e f e rente a las clases de actos penados, se distinguen unos más graves –el

acceso carnal, la penetración anal o bucal y la introducción de objetos– de los

que podríamos denominar básicos –contacto corporal–. Para los más graves se

prevén unas agravaciones cuando el delito se cometa por ascendiente, natural

o por adopción, o herm a n o de la victima, y cuando ésta fuese persona

especialmente vulnerable por razón de su edad, enfermedad o situac i ó n .


2.– Agresiones sexuales: Se considera agresión sexual el que “atentare contra

la libertad sexual de otra persona, con violencia o intimidación”. La violencia

o la intimidación es la línea divisoria que marca la diferencia entre los abusos

y las agresiones sexuales.

En cuanto a los comportamientos tipificados hay una coincidencia entre los

abusos y las agresiones: acceso carnal, penetración bucal y anal, la

introducción de objetos y el contacto corporal. Los tres primeros gozan de

igual consideración mientras que el contacto corporal da lugar a la agresión

sexual más elemental y castigada con menor severidad.

De igual modo que en el abuso sexual el sujeto activo o pasivo de la acción

puede ser hombre o mujer.

3 .– Exhibicionismo y provocación sexual: Por lo que hace referencia al

exhibicionismo, en el Art. 185 se castiga al que ejecute o haga ejecutar a otros

actos de exhibición obscena ante m e n o res de edad o incapaces. La primera

diferencia con el derogado Art . 431 es a nivel conceptual ya que se ha

suprimido la ejecución de actos lúbricos. Quizá este matiz se explica porque

los actos lúbricos están incluidos en los de exhibición obscena y por lo tanto

ya contemplados.

5.2.2. Datos estadísticos

Según un informe anual publicado recientemente por el (SNAI, 2022) a nivel

nacional existe un promedio total de 408 adolescentes infractores, de entre 12

y 18 años; de ellos, 328 cuentan con medidas socio-educativas de régimen

institucional, fines de semana y semi-abierto y 72 tienen un internamiento


preventivo, es decir, las medidas cautelares. Además, es importante mencionar

que este rango de edades se centra en un sector altamente flexible a

comparación del resto de la sociedad, puesto que su realización será apreciada

por sí mismo o por otros, y las consecuencias serán favorable o desfavorable.

5.2.3. Agresores sexuales adolescentes

Cuando el adolescente se ve expuesto a los factores de protección tiene mayor

probabilidad de tener un desarrollo integral adecuado; por el contrario, al

encontrarse ante un sinnúmero de factores de riesgo en esta etapa es más

probable que no tenga un correcto desenvolvimiento en la sociedad,

volviéndose propenso a las conductas disociales, delictivas y violentas. Como

consecuencia de ello encontramos una gran cantidad de adolescentes que se

encuentran cumpliendo medidas judiciales debido a los delitos cometidos.

Según un informe anual publicado recientemente por el (SNAI, 2022) en

Ecuador existe un promedio total de 408 adolescentes infractores, de entre 12

y 18 años. De ellos, 328 cuentan con medidas socio-educativas de régimen

institucional, fines de semana y semi-abierto y 72 tienen un internamiento

preventivo, es decir, las medidas cautelares.

En definitiva, se trata de menores que, de uno u otro modo, se presentan como

carenciales: de afecto, de oportunidades, de éxito, de experiencias

gratificantes, de referentes positivos, carenciales de normas y límites que

ofrezcan seguridad personal, de estímulos educativos; son menores

desmotivados, con pocos recursos y estrategias personales que les permitan la


superación de crisis y les faciliten los cambios necesarios para mejorar los

estilos de vida que protagonizan.

Una mayoría importante pertenece a núcleos familiares disfuncionales. Con

frecuencia han tenido una infancia marcada por las desatenciones, han podido

sufrir maltrato físico o psicológico, abandono por alguno o ambos

progenitores, también han podido ser sobreprotegidos, anulando sus

potencialidades o no les han marcado límites y normas claras para un

desenvolvimiento social adecuado. Encontramos también un número creciente

de menores, sobre todo aquellos vinculados con el delito de violencia

intrafamiliar ascendente, que habiendo tenido cubiertos todos los aspectos

materiales, no disponen de un autocontrol adecuado de impulsos y su nivel de

tolerancia a la frustración es muy bajo, en relación directa con los estilos

parentales mantenidos.

A pesar de que estos menores muestran, en general, un estado de salud

normalizado respecto a su grupo de edad, hay que destacar que presentan,

también, deficiencias sanitarias relacionadas con la salud bucodental, con

hábitos de higiene y alimentación, incorrecciones en el cuadro de

vacunaciones, infecciones dermatológicas, desatenciones oftalmológicas; en

definitiva, presentan una gran carencia en todo lo relativo a la prevención y

mejora del estado general de salud. Asimismo, encontramos la frecuencia en

el uso de sustancias tóxicas, generalmente asociado al grupo de iguales y a los

espacios de ocio. (Graña & Rodríguez, 2021, pp 08-10)


Los adolescentes infractores pueden ser descritos a través de dos amplias

agrupaciones. Por una parte, el grupo socializado que pertenece a una

subcultura delictual o pandilla; los cuales de algún modo aprenden valores

propios de esa cultura y cometen delitos vinculados a sus grupos de referencia

sin graves trastornos psicopatológicos. En cambio, el segundo grupo, no

socializado, lo constituyen adolescentes que no pertenecen a ningún grupo

social, presentan problemas en las relaciones interpersonales y tienen una

mayor prevalencia de trastornos psicopatológicos. (Rutter et al., 1988)

(Hinshaw et al., 1993) separan los trastornos disociales infanto-juveniles

en dos categorías, según su momento de inicio: a) inicio precoz, antes de los

13 años, caracterizado por comportamientos delictivos y agresivos que tienden

a mantenerse a lo largo de la vida y b) inicio tardío, con predominio de

comportamientos delictivos, no agresivos (Redondo & Garrido, 2013).

Los factores y procesos que intervienen en el desarrollo de

propensiones antisociales en niños y jóvenes se clasifican según la

interrelación de tres dimensiones: a) grado de tendencia antisocial, b) decisión

de cometer el delito, y c) inicio, persistencia y desistimiento de la

delincuencia. Esta aproximación permite reflexionar acerca del impacto de las

variables psicológicas en estas tres dimensiones que intervienen en el

fenómeno delictivo, y también sobre los criterios clínicos con los que cuenta

la psicología clínica y la psiquiatría para explicar o describir el

comportamiento antisocial (Farrington, 2011).


(Zuckerman, 1991, 1993, 1997) establece la relación entre la

conducta antisocial y la personalidad a partir de la variable Búsqueda de

Sensaciones, ya que esta variable explica el disgusto por las actividades

rutinarias y una gran implicación con experiencias o actividades intensas,

impredecibles y de riesgo, que resultan muy gratificantes para el sujeto. Es

evidente que los comportamientos antisociales implican riesgo y sensaciones

intensas, como ha quedado demostrado en múltiples estudios (Perez, 1986;

Ortet, Perez, Pla, Simó, 1988; Rutter, Giller, Hagell, 2000).

5.3. Personalidad

5.3.1. Definición

La personalidad ha sido conceptualizada de muy diversas maneras según el

autor, corriente teórica y enfoque que la haya tratado, una definición clásica

de personalidad indica que: “Personalidad es la organización dinámica, dentro

del individuo, de los sistemas psicofísicos que determinan sus ajustes únicos

al ambiente” .(Allport, 1937, p.48).

5.3.2. Teorías de la personalidad

5.3.2.1. Teoría de la personalidad de Freud

La corriente psicodinámica ha aportado diversas teorías y modelos de

personalidad, siendo las más conocidas las del padre del psicoanálisis,

Sigmund Freud. Para él, el comportamiento y la personalidad están

vinculadas a la existencia de impulsos que necesitamos llevar a la

práctica y el conflicto que supone esta necesidad y la limitación que la


realidad supone para su cumplimiento. Se trata de un modelo clínico e

internalista. FUENTE

5.3.2.2. Teoría de la personalidad de Jung

Carl Jung proponía que la personalidad estaba configurada por la

persona o parte de nuestra personalidad que sirve para adaptarse al

medio y que se relaciona con lo que los demás pueden observar y la

"sombra" o la parte en que se incluyen aquellos elementos del Yo que

no resultan admisibles para el propio sujeto. FUENTE

Asimismo, según este autor, a partir de los arquetipos adquiridos por el

inconsciente colectivo (conformado a lo largo de la acumulación de

culturas de muchas generaciones) y los diferentes complejos que

adoptamos en nuestro desarrollo hacia la identidad, se van generando

diferentes tipos de personalidad en función de que las inquietudes se

dirijan hacia el interior o exterior. Es decir, que los individuos reflejan

distintas clases de personalidad depediendo de si son más sensitivos o

intuitivos y si tienden a centrarse más en pensamiento o sentimiento,

siendo pensar, sentir, intuir y percibir las principales funciones

psicológicas. FUENTE

5.3.2.3. Teoría fenomenológica de Carl Rogers

Carl Rogers propone que cada persona tiene su campo fenomenológico

o manera de ver el mundo, dependiendo la conducta de dicha

percepción. FUENTE
La personalidad se deriva del autoconcepto o simbolización de la

experiencia de la propia existencia, la cual surge de la integración de la

tendencia a la actualización o tendencia a mejorarse a sí mismo con las

necesidades de sentir amor por parte del entorno y de autoestima

derivada del contraste entre su conducta y la consideración o respuesta

que reciba esta por parte del entorno. Si existen contradicciones, se

emplearán medidas defensivas tales con las que ocultar dicha

incongruencia. FUENTE

5.3.2.4. Teoría de los constructos personales de Kelly

Se considera que la personalidad se constituye como un sistema

jerarquizado de constructos personales dicotómicos que tienen

influencia entre sí, los cuales forman una red con elementos nucleares

y periféricos mediante los cuales intentamos dar respuesta y hacer

predicciones de futuro. Lo que motiva la conducta y la creación del

sistema de constructos es el intento de controlar el medio gracias a la

capacidad de predicción derivada de ellos y a la mejora de dicho

modelo predictivo mediante la experiencia. FUENTE

5.3.2.5. Teoría de la personalidad ideográfica de Allport

Allport considera que nuestro comportamiento sea consistente y

actuamos de tal manera que creamos un sistema a partir del cual

podemos hacer equivalentes diferentes conjuntos de estímulos, de

manera que podemos responder de forma parecida a distintas

estimulaciones.FUENTE
Así, elaboramos maneras de actuar o expresar la conducta que nos

permiten adaptarnos al medio. Estos rasgos tienen diferente

importancia en función de la influencia que tengan en nuestra

conducta, pudiendo ser cardinales, centrales o secundarios. FUENTE

5.3.2.6. Teoría de la personalidad de Cattell

Considera que la personalidad puede entenderse como función de un

conjunto de rasgos, los cuales se entienden como la tendencia a

reaccionar de determinada manera a la realidad.

Estos rasgos pueden dividirse en temperamentales (los elementos que

nos indican cómo se actúa), dinámicos (la motivación de la conducta o

actitud) o aptitudinales (las habilidades del sujeto para llevar a cabo la

conducta).

5.3.2.7. Teoría del Big Five de Costa y McCrae

El Big Five o teoría de los cinco grandes de Costa y McCrae es uno de

los modelos de personalidad más extendidos.

Mediante el análisis factorial este modelo indica la existencia de cinco

grandes factores de personalidad que todos tenemos en mayor o menor

grado. Se trata del neuroticismo o ajuste emocional, la extraversión

como cantidad e intensidad de relaciones personales, la cordialidad

como las cualidades vertidas en la interacción, la responsabilidad o

toma de conciencia, organización, control y motivación hacia las

metas y la apertura a la experiencia o interés en experimentar.


Cada uno de dichos grandes factores se compone de rasgos o facetas.

Los diferentes rasgos están relacionados entre sí, y en conjunto dan

cuenta de la manera de percibir el mundo y reaccionar ante él.

5.3.2.8. Teoría del aprendizaje social de Rotter

Este autor considera que el patrón de conducta que empleamos

habitualmente es un elemento derivado del aprendizaje y la interacción

social. Considera al ser humano un elemento activo y utiliza un

enfoque cercano al conductismo. Actuamos en base a la existencia de

necesidades y de la visualización y valoración tanto de éstas como de

las posibles conductas que hemos aprendido a llevar a cabo.

5.3.2.9. El enfoque interaccionista

La personalidad es formada por la interacción entre elementos innatos

y los fenómenos que vivimos.

Esta postura explora las características de personalidad a través del

estudio de la existencia de consistencia de la conducta a través de las

situaciones, la estabilidad temporal y la validez predictiva de los

rasgos. Las conclusiones indicaron que deberían emplearse otro tipo de

categorizaciones diferentes de los rasgos, pues estos no reflejan un

modelo predictivo totalmente válido al ser de carácter más innatista.

5.3.3. Rasgos de personalidad

Se define un rasgo como: “Un sistema neuropsíquico generalizado y

focalizado (peculiar al individuo), con la capacidad para hacer muchos

estímulos funcionalmente equivalentes y para iniciar y guiar formas


consistentes (equivalentes) de conducta adaptativa y expresiva”. Los rasgos se

desarrollan con la experiencia a lo largo del tiempo. Cambian a medida que el

individuo aprende nuevas formas de adaptarse al mundo (Allport, 1937, p.

146).

5.3.4. Personalidad y adolescencia

El Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales DSM-V, que

considera el concepto de rasgo como constituyente de la personalidad y los

define como "patrones persistentes de formas de percibir, relacionarse y

pensar sobre el entorno y sobre uno mismo que se ponen de manifiesto en una

amplia gama de contextos sociales y personales", según la American

Psychiatric Association (APA, 2001, p. 646). Dichos rasgos pueden ser

adaptativos o disfuncionales. Esta clasificación de tipo categorial es discutida

en la actualidad y desde los últimos veinte años, dada la dificultad de

establecer un criterio específico que diferencie un desorden de otro, la

variedad sintomatológica, la superposición de cuadros y la dificultad de

plantear una taxonomía que diferencie claramente un cuadro de otro

(Koldobsky, 2000, p. 2).

Esto exige la incorporación de nociones más dimensionales, que establecen un

continuo normalidad-patología y un continuo de la patología en sí misma,

flexibilizando lo que hasta ahora se pueda concebir como personalidad y

trastornos de personalidad (TP). De hecho, el manual actual de referencia, el

DSM-V, publicado por la APA en 2013, plantea un modelo dimensional para

la evaluación de los trastornos de personalidad.


Si bien la adolescencia se concibe normalmente como un período de

"moratoria de roles", según la Comisión Económica para América Latina y el

Caribe (CEPAL, 2000, p. 9), en que se deben favorecer las herramientas para

llegar a la vida adulta y desarrollar una estructura propia, los cambios actuales

alrededor del mundo parecieran demandar de los jóvenes un comportamiento

y forma de pensar distinta para lo cual no se les ha preparado.

El concepto de crisis de identidad es uno de los que más llama la atención y

genera discusiones; algunos autores consideran que la adolescencia es una

constante convulsión que terminará en una definición de tal identidad y otros,

como Moral y Sirvent (2011) y Millon y Davis (1998), plantean que esa

definición se va dando en el transcurso del proceso y no solo al final.

Para Millon y Davis (1998), la personalidad se constituye a partir de la

interacción de varias dimensiones, que son visibles y susceptibles de

evaluación desde la adolescencia. Esta etapa incluye "vivencias, sentimientos

y actitudes contradictorias en diferentes ámbitos de la vida del adolescente [...]

desde la propia conformación de la identidad personal [...] esto hace que el

adolescente sea especialmente vulnerable al estrés y la desadaptación

psicológica" (Vinet & Forns, 2006, p. 70).

Desde el modelo evolutivo, el estilo particular de funcionamiento adaptativo

se expresa en el comportamiento típico de la persona. La supervivencia del

individuo, como de todos los organismos vivos, dependería del nivel de

adaptación entre sus características y habilidades y las particularidades y

demandas del entorno. En esta perspectiva, el sujeto debe desarrollarse en


cuatro dimensiones: existencia, adaptación, replicación y abstracción; su

habilidad para responder a tales tareas, así como los conflictos que posea o no

en ellas, determinarán la salud psicológica y la configuración de su

personalidad. FUENTE

Al incluir los principios evolutivos, Millon y Davis integran la estructura y la

dinámica de la personalidad y la comprenden como "la representación del

mayor o menor estilo distintivo de funcionamiento adaptativo que exhibe un

organismo o una especie particular frente a sus entornos habituales" (1998, p.

74), la personalidad y su patología se derivarían de las tareas evolutivas de la

especie y se explicarían en razón del éxito o fracaso, del equilibro o el

conflicto en la resolución de dichas tareas (Sánchez, 2003).

El autor plantea que la personalidad del sujeto incluye su capacidad para

funcionar de manera mentalmente sana o no y afrontar los cambios, retos y

dificultades que el entorno le presenta. Al no estar la habilidad idónea para

responder a las demandas del medio, surgen los trastornos mentales, pero no

como una intrusión, ya que los TP son sistemas estructurales y funcionales

internamente diferenciados y dinámicos (Millon & Millon, 1974).

Para Millon y Davies (1998), ese patrón interactivo de características que

constituye la personalidad es evidente y evaluable desde la adolescencia,

donde se pueden observar psicopatologías propias de dicho estadio evolutivo,

así como las características propias de personalidad. En esta etapa se

presentan y se busca resolver gran cantidad de conflictos e interacciones

particulares, entre otros, que incluyen "vivencias, sentimientos y actitudes


contradictorias en diferentes ámbitos de la vida del adolescente [.] desde la

propia conformación de la identidad personal [.] esto hace que el adolescente

sea especialmente vulnerable al estrés y la desadaptación psicológica" (Vinet

&Forns, 2006, p. 70).

En la medida en que se considere hablar con mayor certeza del constructo de

personalidad desde edades previas a los 18 años, se podrán establecer

diagnósticos e intervenciones más tempranas que beneficien la salud mental

de la población en general, la calidad de vida del sujeto diagnosticado y de las

personas cercanas. FUENTE

5.3.5. Rasgos de personalidad y agresiones sexuales

Desde esta perspectiva los criterios diagnósticos más utilizados para describir

alteraciones del comportamiento antisocial en la niñez y adolescencia son el

trastorno Negativista Desafiante y el Trastorno Disocial. En el primero, basta

la presencia por más de seis meses de desobediencia, hostilidad y desafíos a la

autoridad. El segundo requiere de un patrón persistente, repetitivo y

clínicamente significativo de conductas que violan los derechos básicos de

otras personas y las principales normas sociales adecuadas a la edad del sujeto

(American Psychiatric Association (APA), 1997).

El trastorno antisocial de personalidad o desviación psicopática es uno de los

temas de mayor interés para los investigadores, especialmente en la etapa de

la consolidación de la personalidad. Se define psicopatía, como una alteración

en la relación con los demás, tendencia a violar los derechos de otros, falta de

conciencia moral o estilo antisocial (Oldano, 1998).


Millon considera que las personalidades antisociales y narcisista se encuentran

en un mismo continuo, en la normalidad ambos patrones están orientados a la

satisfacción de sus propias necesidades y deseos, cuando se traspasa hacia un

plano patológico, satisfacen sus propias necesidades y deseos excluyendo al

otro o a expensas de los demás. La diferencia entre ambos se debe al estilo de

afrontamiento pasivo para las personalidades narcicistas y activo en la

personalidad antisocial (Millon & Davis, 2001).

5.3.6. Rasgos de personalidad y estilos de crianza

Debido a que El modelo evolutivo de Millon define la personalidad como: "un

patrón complejo de características psicológicas profundamente arraigadas, que

son en su mayor parte inconscientes y difíciles de cambiar, se expresan

automáticamente en casi todas las áreas del funcionamiento del individuo.

Estos rasgos intrínsecos y generales surgen de una complicada matriz de

determinantes biológicos y aprendizajes, comprenden el modo idiosincrático

de percibir, sentir, pensar, afrontar y comportarse de un individuo" (Millon &

Davis, 1998, p. 4).

La relación entre padres e hijos constituye uno de los temas centrales en el

estudio de las relaciones intra-hogar; de particular importancia es el estilo de

crianza que los padres utilizan en su relación con los hijos. Su importancia y

consecuencias de largo plazo son tales que muchos de los temas humanos

requieren de un estudio de los factores de crianza para su completa

comprensión (Diaz, 2005; Conger et al., 1992). REVISAR

5.3.7. Rasgos de personalidad y agresiones sexuales


Desde esta perspectiva los criterios diagnósticos más utilizados para describir

alteraciones del comportamiento antisocial en la niñez y adolescencia son el

trastorno Negativista Desafiante y el Trastorno Disocial. En el primero, basta

la presencia por más de seis meses de desobediencia, hostilidad y desafíos a la

autoridad. El segundo requiere de un patrón persistente, repetitivo y

clínicamente significativo de conductas que violan los derechos básicos de

otras personas y las principales normas sociales adecuadas a la edad del sujeto

(American Psychiatric Association (APA), 1997). REVISAR

El trastorno antisocial de personalidad o desviación psicopática es uno de los

temas de mayor interés para los investigadores, especialmente en la etapa de

la consolidación de la personalidad. Se define psicopatía, como una alteración

en la relación con los demás, tendencia a violar los derechos de otros, falta de

conciencia moral o estilo antisocial (Oldano, 1998).

Millon considera que las personalidades antisociales y narcisista se encuentran

en un mismo continuo, en la normalidad ambos patrones están orientados a la

satisfacción de sus propias necesidades y deseos, cuando se traspasa hacia un

plano patológico, satisfacen sus propias necesidades y deseos excluyendo al

otro o a expensas de los demás. La diferencia entre ambos se debe al estilo de

afrontamiento pasivo para las personalidades narcicistas y activo en la

personalidad antisocial (Millon & Davis, 2001).

5.3.8. Rasgos de personalidad y estilos de crianza

Debido a que El modelo evolutivo de Millon define la personalidad como: "un

patrón complejo de características psicológicas profundamente arraigadas, que


son en su mayor parte inconscientes y difíciles de cambiar, se expresan

automáticamente en casi todas las áreas del funcionamiento del individuo.

Estos rasgos intrínsecos y generales surgen de una complicada matriz de

determinantes biológicos y aprendizajes, comprenden el modo idiosincrático

de percibir, sentir, pensar, afrontar y comportarse de un individuo" (Millon &

Davis, 1998, p. 4).

La relación entre padres e hijos constituye uno de los temas centrales en el

estudio de las relaciones intra-hogar; de particular importancia es el estilo de

crianza que los padres utilizan en su relación con los hijos. Su importancia y

consecuencias de largo plazo son tales que muchos de los temas humanos

requieren de un estudio de los factores de crianza para su completa

comprensión (Diaz, 2005; Conger et al., 1992

6. Metodología

La investigación está localizada en la Unidad Zonal de desarrollo integral para

adolescentes en conflicto con la ley que cumplen medidas no privativas de la libertad.

Loja, Ecuador. 2Q8X+56V Gobierno Zonal 7, Loja Av. Orillas del Zamora entre

Santiago de las montañas y padre Juan de Velasco.

6.1. Nivel de Investigación: Investigación Explicativa


6.2. Población de unidades y variables de medición:
Población: Adolescentes de la UZDI
Muestra: Agresores sexuales adolescentes de la UZDI
Tipo de muestreo: Intencional u Opinático
6.3. Sistemas de variables:
Variable independiente Estilos de crianza
Variable dependiente Rasgos de personalidad
6.4. Diseño para la recolección de datos primarios: Investigación de Campo para la
recolección de datos directamente de la realidad donde ocurren los hechos, sin
manipular o controlar variable alguna.
6.5. Recursos materiales y equipos técnicos:
Computador
Celular
Recursos humanos
Cuaderno
Lápiz
Esfero
Infraestructura
Reactivos psicológicos
6.6. Descripción del proceso de recolección de datos primarios:
Reactivos psicológicos (SEAPSI, APGAR, encuesta semiestructurada)
Guía de entrevista
Hoja de registro de observaciones,
6.7. Métodos de control de calidad de los datos:
Control de observadores o responsables de recopilar la información y control de
los instrumentos).
Fuentes de información primaria proveniente de la base de datos de la UZDI
6.8. Modelo de análisis de los datos e interpretación: Clasificación, registro,
tabulación e interpretación de resultados.
Análisis mediante técnicas lógicas de datos y estadísticas descriptivas e
inferenciales.
Procesamiento estadístico de la información recogida: manual con calculadora,
mediante un software estadístico (programas), triangulación de toda la
información teórica y empírica analizada.
SE NECESITA EXPLICA CUAL ES EL ENFOQUE DE LA INVESTIGACIÓN,
CUÁL ES EL DISEÑO, EL CORTE, EL PROCESO METODOLÓGICO PASO
A PASO QUE VA A DAR A SU ESTUDIO.
7. Cronograma
Noviembre -Enero 2022
Septiembre Octubre Noviembre Diciembre
1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4

Arqueo bibliográfico X

Elaboración del Marco Teórico X

Elaboración de los Instrumentos X

Prueba de los Instrumentos X

Recolección de Datos X

Procesamiento de Datos X

Análisis de los Resultados X

Redacción del borrador X

Revisión y corrección del borrador X

Presentación del borrador X

8. Bibliografía

Barcelata, B., Durán, C., & Lucio, E. (2004). Indicadores de malestar psicológico en un grupo de

adolescentes mexicanos. Revista Colombiana de Psicología, 13, 64-73.

Campo-Arias, A., Zuleima, C., & Díaz, E. (2008). Comportamientos de riesgo para la salud en

adolescentes estudiantes: Prevalencia y factores asociados. 22, 226-234.

Garmezy, N. (1991). Resiliency and vulnerability to adverse developmental outcomes associated

with poverty. 34(4), 416-430.

Gibbs, J., & Bennett, S. (1990). Together We Can: A Frame- work for Community Prevention

Planning. Comprehensive Health Education Foundation.


Lillo, L. (2004). Crecimiento y comportamiento en la adolescencia. Revista de la Asociación

Española de Neuropsiquiatría, 90, 57-71.

Millon, T., & Davis, R. (1998). Trastornos de la personalidad: Más allá del DSM-IV.

Millon, T., & Davis, R. (2001). Trastornos De La Personalidad En La Vida Moderna (2.a ed.).

https://www.yumpu.com/es/document/read/62107423/304232836-theodore-millon-

trastornos-de-la-personalidad-en-la-vida-moderna-pdf

OMS. (1986). Grupo de estudio OMS acerca de los jóvenes y la salud para todos en el año

2000. La salud de los jóvenes un desafío para la sociedad. OMS.

https://apps.who.int/iris/handle/10665/36922

Paniagua Repetto, H., & García Calatayud, S. (2003). Signos de alerta de trastornos alimentarios,

depresivos, del aprendizaje y conductas violentas entre adolescentes de Cantabria.

Revista Española de Salud Pública, 77(3), 411-422.

Polo, C. (2009). RESILIENCIA: FACTORES PROTECTORES EN ADOLESCENTES DE 14 A

16 AÑOS [TESIS DE LICENCIATURA EN MINORIDAD Y FAMILIA,

UNIVERSIDAD DEL ACONCAGUA]. http://190.183.61.20/objetos_digitales/71/tesis-

1426-resiliencia.pdf

9. Anexos

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