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DOMINGO I DE CUARESMA

Deuteronomio 26, 4-10


Salmo 90, 1-2- 10-15
Romanos 10, 8-13
Lucas 4, 1-13

Queridos hermanos en este primer domingo del tiempo de la cuaresma encontramos como
las lecturas nos refieren de una manera explícita a la realidad de la tentación. En relación a
la primera lectura la cual nos hace referencia a los hechos vividos por el pueblo de Israel en
Egipto, sufriendo esclavitud y miseria, más sin embargo dios los liberó y les entregó la
Tierra prometida, más sin embargo este no fue un camino fácil debido a que el pueblo
renegaba y dudaba muchas veces de Dios, de ahí que hayan tenido que pagar en el desierto
durante 40 años, y ese número 40 lo hacemos referencia en dos aspectos: En primer lugar a
este tiempo que estamos viviendo de la cuaresma, 40 días de preparación para vivir la
Pascua, pero también Ello nos dirige al evangelio el cual nos presenta el pasaje de Jesús
yendo al Desierto y permaneciendo allí 40 días, resulta muy llamativo esas dos imágenes, la
del desierto como un lugar de prueba y de oración intensa, pero también del tiempo
representado en el número 40, que es el tiempo de la preparación, pero también de una
generación, dándonos a pensar en la “nueva generación “ presente en la Iglesia. Es en ese
contexto donde se encuentra Jesús, acontecimiento donde suceden tres tentaciones, las
cuales el cristiano de hoy en día también sufre:
1. La tentación del placer, cuántas veces sentimos la necesidad de saciar nuestros
deseos de cumplir aquellos sueños de alcanzar aquellas cosas que puedan hacernos
sentir mejor (vivir la vida, saciar los placeres y deseos, vivir egoístamente), más sin
embargo Cristo nos da el ejemplo de no satisfacer esa hambre voraz Por el simple
hecho de querer algo o de sentir la necesidad de ello, sino por el contrario saber que
no solo de pan vive el hombre, es decir aquello que el mundo le ofrece, sino de toda
palabra qué viene de Dios y que se nos comunica domingo tras domingo.
2. La tentación del poseer: Es una tentación muy común y tal vez un poco relacionada
con la primera, sin embargo, está más explícitamente relacionada con el obtener y
acumular riquezas y cosas materiales, buscando ser los reyes y dueños de todo, sin
embargo, el Buscar obtener y ganar cosas para sí mismo pensando solo en si es
realmente una obra del demonio, esto nos lleva a pensar nuestro Dios es el altísimo
o el que divide. Pues no podemos servir a Dios a dos señores
3. Finalmente, la tercera tentación del poder: Muchas veces nos creemos más que Dios
tomando determinaciones y decisiones que van en contra de su voluntad creyendo
que nosotros podemos hacerlo todo, más la invitación es a volver a Dios y
abandonarse en él. insignificante
Algo muy particular de estas tentaciones Es que todas tienen su fundamento bíblico, el
diablo no hace otra cosa que, conociendo la palabra de Dios, la utiliza de otra manera, ella
también es un reto para nosotros hoy en día Pues muchas veces nos dejamos llevar por
palabras salidas de contexto que se pronuncian en un otro lugar infundiendo temor y
desesperación, mano no nos dejemos desviar por estas doctrinas llamativas y extrañas sino
que por el contrario resistamos ante todas las tentaciones y desviaciones que nos puedan
hacer alejarnos del camino de la verdad y de la vida al cual solo podemos llegar por Cristo.
Que el Señor nos ayude y nos dé la fuerza suficiente para poder afrontar las adversidades de
cada día y digámosle con el salmista Quédate conmigo señor en la tribulación.

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