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10 PASAJES CON SU ENFOQUE TEOLÓGICO Y PRÁCTICO DEL

MINISTERIO PASTORAL

1 Pedro 5:3. Algo que se ha vuelto muy fácil de ver es el autoritarismo del Pastor sobre
la congregación prácticamente imponiéndoles lo que deben hacer, tal como Diótrefes en
3 Juan 9-10. La frase “teniendo señorío” marca una intensidad de dominar, controlar,
subyugar, esclavizar, oprimir a la persona. Esta actitud es contraria a las enseñadas por
Jesús para los cristianos, Él enseñó que no debemos ser como los impíos que muestran
este hábito, sino que debemos servir a los demás (Mateo 20:25-28), esto hace un hijo de
Dios.

Hechos 20:28. Actualmente hay un desinterés en los creyentes (asistentes) a una iglesia,
estos son tomados como números estadísticos que hay que entretener y tener cómodos
para que continúen asistiendo y trayendo su dinero cada domingo. El pastorado tiene la
tarea de “apacentar la iglesia del Señor”, esto es un compromiso directo de cuidarlos,
protegerlos, pastorearlos, guiarlos, ayudarlos, pero principalmente de alimentarlos. Debe
alimentarlos con la palabra de Dios, a los pequeños con leche espiritual y a los maduros
con alimento sólido (Hebreos 5:12-14), así no podrán ser llevados por doquiera de viento
de doctrina (Ef. 4:14).

1 Corintios 1:17. Varias personas creen que el bautismo genera salvación, muy
sabiamente Pablo marca una increíble diferencia, la iglesia no está llamada a bautizar ya
que esto no salva a nadie, la iglesia está llamada a “predicar el evangelio”, a proclamarlo,
comunicarlo, darlo a conocer a toda criatura, solo por el evangelio llega la salvación, este
evangelio se debe enseñar con las escrituras inspiradas las cuales son útiles para esto (2
Timoteo 3:16), no con sabiduría de hombre que es sabiduría sin Dios. Cabe mencionar
que Pablo no está desmereciendo el bautismo de ninguna manera, solo deja claro que para
salvación hay que predicar el evangelio, el bautismo es una ordenanza para los que ya
han creído por medio del evangelio.

Colosenses 1:9. Cierto autor dijo una vez que quien no ora demuestra que no depende de
Dios, por ende, haces las cosas del Diablo. Pablo dice “no cesamos de orar por ellos”; él
no se detenía, no desistía, no se rendía, siempre oraba por ellos. Cuan importante es orar
siempre por todos los hermanos.

Hebreos 13:17. El apóstol Pedro en su primera carta nos indica que el fin de nuestra fe
es la salvación de nuestra alma (1 Pedro 1:9), esta se encuentra condenada por el pecado
que mora en nosotros. Tan importante labor se les encomienda los Pastores que son
llamados a “velar por vuestras almas”, ellos deben observar cuidadosamente, deben estar
pendientes, esta palabra velar se puede concebir como no poder o no desear dormir,
mantenerse despierto, estar vigilando constantemente. En Marcos 13:33 se usa como
“estar alerta ante un peligro amenazante”, aquí connota “estar al cuidado de”. Cada Pastor
debe tener presente la enorme responsabilidad que implica el velar por el alma de sus
ovejas.

1 Timoteo 1:18. La escritura usa varios ejemplos o referencias para poder darnos alguna
enseñanza, Pablo uso una armadura romana, usó una carrera atlética; en esta ocasión habla
de una guerra, de “militar por ellas la buena milicia”. No solo los pastores, sino cada
creyente debe estar listo para militar en esta vida cristiana, para “pelear la buena batalla”.
Esto nos dice que no van a ser cosas superficiales o simples raspones, no va a ser un
“retiro espiritual”, esto va a ser agotador, se va a necesitar de mucha oración, dedicación,
usar los dones que Dios le ha dado para poder librar esta guerra. Esta enseñanza es
reforzada en las escrituras cuando Pedro nos dice que debemos estar “preparados para
presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de
la esperanza que hay en vosotros” (1 Pedro 3:15), y Judas nos exhorta a “que contendáis
ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos” (Judas 3).

Tito 1:9. Muchas veces estamos listos para defender la fe, poder presentar una sana
defensa de lo que creemos y poder dejar claro los errores y de alguna manera salir
victoriosos de aquella defensa de nuestra creencia, pero vemos que no solo se trata de
esto, se trata de convencerlos de su error y por ende de nuestra fe. El objetivo de la
refutación de la falsa doctrina no es destruir al oponente, sino restaurarlo a la “sana
enseñanza”. Esto implica necesariamente que la falsa doctrina a la que Pablo se refería
provenía del interior de la iglesia, es decir, de aquellos que profesaban la fe cristiana.
Cuando se nos manda a “convencer a los que contradicen”, se trata de reprenderlos,
refutar, más claramente de mostrarles su propia culpa, con la implicación de que hay
prueba convincente de esa falta. Más adelante en el v.11 se nos dice que no deben ser
ignorados ni tolerados, sino que es necesario taparles la boca, con los argumentos bíblicos
suficientes a fin de que reconozcan su error y vengan a la fe.

Efesios 4.12. Recuerdo muchas veces estar preocupado por mis pecados y ver que a pesar
de que no quería pecar terminaba pecando, ahora entiendo que esto es de acuerdo a mi
condición caída, a mi naturaleza pecaminosa. La escritura me ha mostrado que esto es un
proceso, “estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la
perfeccionará hasta el día de Jesucristo” (Fil. 1:6). El Señor usa para esto al Pastor-
Maestro, es por medio de él que “perfeccionar a los santos”, esto es que los equipará
completamente, que les dará un entrenamiento que califica totalmente. Perfeccionar se
refiere básicamente a algo que ha sido restaurado o devuelto a su condición original, que
se ajusta a perfección o ha sido hecho completo. Para poder llegar a esta perfección el
Señor usa medios como la escritura, la oración, las pruebas. Como cristianos debemos
crecer para la obra del ministerio y para la edificación de la iglesia para que todos
podamos llegar a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo (4:13).

Timoteo 3:15. Cuan desafiante y preocupante debe ser para un pastor el saber como debe
“conducirse en la casa de Dios”. Cuando Pablo dice conducirse quiere decir como
comportarse de una cierta manera; concebido como caminar hacia adelante y hacia atrás
en un lugar, esto es sabiendo plenamente que se debe hacer. Esta palabra indica una norma
de vida constante. Esta forma de conducirse no es solo para Timoteo como pastor, sino
para toda la congregación. Comportarse adecuadamente exige que deben conocer varias
verdades fundamentales. Este comportamiento es el tipo de conducta apropiado para cada
miembro de la familia de Dios.

Hechos 1.8. Todos los días mueren personas y mientras estén sin Cristo estas van a ir a
condenación eterna. La única manera de poder ser salvos es por medio del evangelio de
Jesucristo, pero Ro 10:14-15 nos muestra una verdad, nos dice que no creerán sin haber
quien les predique. Por esto somos llamados “testigos” porque damos a conocer lo que
de Él sabemos, todo aquello que es su mensaje de salvación, el evangelio de Jesucristo
que es el medio por el cual somos llamados a salvación.

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