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TEORIA DE CREACION

DEL COSMOS EN EL ABYA YALA


Abya Yala es el nombre dado al connente americano por el pueblo Kuna de Panamá y
Colombia antes de la llegada de Cristóbal Colón y los europeos. Literalmente significaría erra en
plena madurez o erra de sangre vital. 1 Hoy en día, diferentes organizaciones, comunidades e
instuciones indígenas y representantes de ellas de todo el connente prefieren su uso para
referirse al territorio connental, en vez del término "América". El uso de este nombre es asumido
como una posición ideológica por quienes lo usan, argumentando que el nombre "América" o la
expresión "Nuevo Mundo" serían propias de los colonizadores europeos y no de los pueblos
originarios del connente. Uso del término El líder del pueblo Aymara, Takir Mamani, defiende el
uso del término "Abya Yala" en las declaraciones oficiales de los organismos de gobierno de los
pueblos indígenas, declarando que "colocar nombres foráneos a nuestras villas, ciudades y
continentes es equivalente a someter nuestra identidad a la voluntad de nuestros invasores y
sus herederos". Luego, el uso del término "Abya Yala" en lugar de "Nuevo Mundo" o "América"
podría tener implicaciones ideológicas indicando apoyo a los derechos de los pueblos
originarios.

ABYA YALA, el verdadero nombre de este Continente. Esta denominación es dada al


continente americano por el pueblo Kuna, desde antes de la llegada de los europeos. Este
pueblo es originario de la serranía del Darien, al norte de Colombia. Y que hoy en día habita la
región al sur de Panamá y el norte de Colombia. A los Kuna de la región Colombiana se les
conoce como Kuna-Tule. La cultura kuna sostiene que ha habido cuatro etapas históricas en la
tierra, y a cada etapa corresponde un nombre distinto de la tierra conocida mucho después
como América: Kualagum Yala, Tagargun Yala, Tinya Yala, Abia Yala. El último nombre
significa: territorio salvado, preferido, querido por Paba y Nana, y en sentido extenso también
puede significar tierra madura, tierra de sangre”. Así esta tierra se llama “Abia Yala”, que se
compone de “Abe”, que quiere decir “sangre”, y “Ala”, que es como un espacio, un territorio, que
viene de la Madre Grande. Es así como hoy en día, diferentes organizaciones, comunidades e
instituciones indígenas y representantes de ellas de todo el continente, han adoptado su uso
para referirse al territorio continental, en vez del término “América”. Es por esto que el nombre
de ABYA YALA es utilizado en sus documentos y declaraciones orales. Como símbolo de
identidad y de respeto por la tierra que habitamos. Enrique Dussel (Dussel, 1993) ya nos había
advertido que el denominado "descubrimiento de América" fue, en verdad, el encubrimiento de
los pueblos que aquí habitaban. ABYA YALA es, así, el verdadero descubrimiento de América.
En la lengua del pueblo Kuna, ABYA YALA significa "tierra madura", "tierra viva" o "tierra en
florecimiento" y es sinónimo de América. El pueblo Kuna es originario de Sierra Nevada, en el
norte de Colombia, habitó la región del Golfo de Urabá y las montañas de Darien, y actualmente
vive en la costa caribeña de Panamá, en la Comarca de Kuna Yala (San Blas). ABYA YALA se
viene usando como una autodesignación de los pueblos originarios del continente en
contraposición a América, expresión que, aunque usada por primera vez en 1507 por el
cosmólogo Martin Wakdseemüller, sólo se consagra desde fines del siglo XVIII y principios del
siglo XIX como un medio de las élites criollas para afirmarse en contraposición a los
conquistadores europeos dentro del proceso de independencia. Aunque los diferentes pueblos
originarios que habitan el continente atribuyeran nombres propios a las regiones que ocupaban
-Tawantinsuyu, Anauhuac, Pindorama-, la expresión ABYA YALA es cada vez más usada por
los pueblos originarios del continente objetivando la construcción de un sentimiento de unidad y
pertenencia. Pese a que algunos intelectuales, como el sociólogo catalán-boliviano Xavier Albó,
ya habían utilizado la expresión ABYA YALA en contraposición a la designación consagrada de
América, la primera vez que la expresión fue explícitamente usada con ese sentido político fue
en la II Cumbre Continental de los Pueblos y Nacionalidades Indígenas de ABYA YALA,
realizada en Quito en 2004. Nótese que en la I Cumbre, realizada en México en el año 2000, la
expresión ABYA YALA aún no era invocada, como se puede leer en la Declaración de
Teotihuacán, cuando se presentan como "los Pueblos Indígenas de América reafirmamos
nuestros principios de espiritualidad comunitaria y el inalienable derecho a la Autodeterminación
como Pueblos Originarios de este continente". A partir de 2007, sin embargo, en la III Cumbre
Continental de los Pueblos y Nacionalidades Indígenas de ABYA YALA, realizada en Iximche,
Guatemala, no sólo se autoconvocan como ABYA YALA, sino que también resuelven constituir
una Coordinación Continental de las Nacionalidades y Pueblos Indígenas de ABYA YALA
"como espacio permanente de enlace e intercambio, donde converjan experiencias y
propuestas, para que juntos enfrentemos las políticas de globalización neoliberal y luchar por la
liberación definitiva de nuestros pueblos hermanos, de la madre tierra, del territorio, del agua y
de todo patrimonio natural para vivir bien". Poco a poco, en los diferentes encuentros del
movimiento de los pueblos originarios, el nombre América va siendo sustituido por ABYA YALA,
indicando así no apenas otro nombre, sino también la presencia de otro sujeto enunciador del
discurso, hasta aquí callado y subalternizado en términos políticos: los pueblos originarios. La
idea de un nombre propio que abarcara todo el continente se impuso a esos diferentes pueblos
y nacionalidades cuando comenzaron a superar el largo proceso de aislamiento político a que
se vieron sometidos tras la invasión de sus territorios en 1492, con la llegada de los europeos.
Junto con ABYA YALA hay todo un nuevo léxico político que también se viene construyendo,
donde la propia expresión "pueblos originarios" gana sentido. Esa expresión afirmativa fue la
que esos pueblos en lucha encontraron para autodesignarse y superar la generalización
eurocéntrica de "pueblos indígenas". A fin de cuentas, antes de la llegada de los invasores
europeos, en el continente había una población estimada de entre 57 y 90 millones de
habitantes que se distinguían como maya, kuna, chibcha, mixteca, zapoteca, ashuar, huaraoni,
guarani, tupinikin, kaiapó, aymara, ashaninka, kaxinawa, tikuna, terena, quéchua, karajás,
krenak, araucano/mapuche, yanomami, xavante, entre tantos y tantas nacionalidades y pueblos
originarios del continente. La expresión "indígena" es, en ese sentido, una de las mayores
violencias simbólicas cometidas contra los pueblos originarios de ABYA YALA en la medida en
que es una designación que hace referencia a las Indias, o sea, a la región buscada por los
negociantes europeos a fines del siglo XV. La expresión "indígena" ignora, así, que esos otros
pueblos tenían sus propios nombres y su propia designación para sus territorios.
Paradójicamente, la expresión "pueblos indígenas", en la misma medida en que ignora la
diferencia específica de esos pueblos, contribuyó a unificarlos no sólo desde el punto de vista
de los conquistadores/invasores, sino también como una designación que, en principio, servirá
para constituir la unidad política de esos pueblos por sí mismos, cuando comienzan a percibir la
historia común de humillación, opresión y explotación de su población y la dilapidación y
devastación de sus recursos naturales. ABYA YALA se configura, por lo tanto, como parte de
un proceso de construcción político-identitario en el que las prácticas discursivas cumplen un
papel relevante de descolonización del pensamiento, y que ha caracterizado al nuevo ciclo del
movimiento "indígena" cada vez más como un movimiento de los pueblos originarios. La
comprensión de la riqueza de los pueblos que viven aquí hace miles de años y del papel que
tuvieron y tienen en la constitución del sistema-mundo ha alimentado la construcción de ese
proceso político-identitario. Considérese, por ejemplo, que hasta la invasión de ABYA YALA
(América) Europa detentaba un papel marginal en los grandes circuitos mercantiles, que tenían
en Constantinopla uno de sus lugares centrales. La toma de esa ciudad por los turcos, en 1453,
propició la búsqueda de caminos alternativos, sobre todo por parte de los grandes negociantes
genoveses, que encontraron apoyo político entre las monarquías ibéricas y en la Iglesia
Católica Romana. Desde entonces, circuitos mercantiles relativamente independientes en el
mundo pasan a estar integrados e incluso se constituye el circuito Atlántico con la incorporación
del Tawantinsuyu (región hoy ocupada por Perú, Ecuador y Bolivia, principalmente), del
Anahuac (hoy México y Guatemala, principalmente), de las tierras guaraníes (envolviendo parte
de Argentina, Paraguay, sur de Brasil y Bolivia, principalmente) y Pindorama (nombre con que
los tupí designaban a Brasil). El carácter periférico y marginal de Europa era tal que la
expresión "orientarse" (ir hacia el oriente) indicaba la relevancia de Oriente en la época. Así, es
con la incorporación de los pueblos de ABYA YALA y con su sometimiento político, junto con el
tráfico y la esclavización de los negros africanos traídos a este continente, que se crea la
oportunidad para la centralidad de Europa. En resumen, el surgimiento del sistema mundo
moderno se da junto con la construcción de la colonialidad. Se trata, por lo tanto, de un sistema
mundo moderno-colonial. Y ese carácter contradictorio inscrito en el sistema mundo moderno,
que busca olvidar su carácter también colonial, es lo que los pueblos originarios de ABYA YALA
vienen buscando explicitar en la lucha "por la liberación definitiva de nuestros pueblos
hermanos, de la madre tierra, del territorio, del agua y de todo patrimonio natural para vivir
bien". De este modo, la descolonización del pensamiento se vuelve central para los pueblos
originarios de ABYA YALA. Como bien señaló Luis Macas, de la Coordinadora de las
Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE), "nuestra lucha es epistémica y política",
donde cumple un papel fundamental el poder de designar lo que es el mundo. Varios
intelectuales vinculados a las luchas de los pueblos de ABYA YALA han señalado el carácter
etnocéntrico inscrito en las propias instituciones, incluso en el Estado Territorial, cuyo eje
estructurante está en la propiedad privada y cuyo fundamento se encuentra en el Derecho
Romano. A pesar de su origen regional europeo, los fundamentos del Estado Territorial, incluso
la idea de espacios mutuamente excluyentes, como la propiedad privada, han sido impuestos al
resto del mundo como si fueran universales, ignorando las diferentes formas de apropiación de
los recursos naturales que predominaban en las mayores partes del mundo, casi siempre
comunitarias y no mutuamente excluyentes. En América Latina, el fin del colonialismo no
significó el fin de la colonialidad, como afirmó el sociólogo peruano Aníbal Quijano, explicitando
el carácter colonial de las instituciones que sobrevivieron tras la independencia y que ilumina la
declaración de Evo Morales Ayma al asumir la presidencia de la República de Bolivia, en 2006,
cuando afirmó que era "preciso descolonizar el Estado". Para que no se piense que se trata de
una afirmación abstracta, debe recordarse que los concursos de oposición para funcionarios
públicos en ese país eran realizados exclusivamente en lengua española, cuando
aproximadamente el 62 por ciento de la población piensa en quechua, aymara y guaraní, las
lenguas que hablan predominantemente en su vida cotidiana. En países como Guatemala,
Bolivia, Perú, México, Ecuador y Paraguay, así como en ciertas regiones de Chile (en el sur,
donde viven aproximadamente un millón de araucanos/mapuches), de Argentina (el Chaco
norteño) y de la Amazonia (brasileña, colombiana y venezolana), el carácter colonial del Estado
se hace presente con todo su peso. El "colonialismo interno", expresión consagrada por Pablo
González Casanova, se muestra actual, en tanto historia de larga duración actualizada. No es
raro que esas regiones sean objeto de programas de desarrollo, casi siempre para (des)arrollar,
de modernización, casi siempre de colonización (de hecho, esas expresiones casi siempre son
sinónimos). La elección del nombre ABYA YALA por los kuna recupera la lucha por la
afirmación de sus territorios, de la que ellos fueron pioneros con su revolución de 1925,
consagrada en 1930 en el derecho de autonomía de la Comarca de Kuna Yala, con sus
320.600 hectáreas de tierras, más las aguas vecinas del archipiélago de San Blas. La lucha por
el territorio se configura como una de las más relevantes en el nuevo ciclo de luchas del
movimiento de los pueblos originarios que se delinea a partir de los años '80 del siglo pasado
(Myskitos en Nicaragua) y que logra su mayor expresión en los años '90 y a comienzos del
nuevo siglo, revelando cambios profundos tanto del punto de vista epistémico como político.

Abya Yala se posiciona así como un atractor (Prigogine) en torno al que otro sistema puede
configurarse. Eso es lo que los pueblos originarios están proponiendo con ese otro léxico
político. No olvidemos que dar nombre propio es apropiarse. Es hacer propio un espacio a
través de los nombres que se atribuyen a ríos, montañas, bosques, lagos, animales y plantas;
por ese medio, un grupo social se constituye como tal, constituyendo sus mundos de vida, sus
mundos de significación y convirtiendo un espacio en su espacio: un territorio. El lenguaje
territorializa y, de esa manera, se revela una tensión de territorialidades entre América y ABYA
YALA.

a¿Quiénes somos? La Editorial Abya Yala puede ser considerada una de las mayores
productoras de Ciencias Sociales en Latinoamérica. En Ecuador, las publicaciones de Abya-
Yala concentran el 70% de la producción editorial del país. Hoy, su catálogo alcanza más de
1.600 títulos que incluyen cerca de 4.500 artículos, con 2.000 autores publicados, 320 de ellos
indígenas. El alcance de la diversidad institucional, cultural, regional, geográfica y temática de
su producción es tan amplio que es posible encontrar referencias sobre casi todos los pueblos
indígenas del continente y de sus respectivas lenguas y culturas e identificar más de 300
contrapartes y eventos a partir de los cuales ha generado su producción. Su historia empieza
en 1975, cuando el P. Juan Bottasso, actual presidente de Abya-Yala, crea la Colección Mundo
Shuar, que formó parte de un ambicioso proyecto cultural para crear una pequeña enciclopedia
sobre el pueblo Shuar y que incluiría la traducción de obras antropológicas claves sobre su
historia y cultura. Desde 1975 hasta 1983 se publicaron alrededor de 140 títulos ordenados en 6
series, en una empresa colectiva que agrupó a misioneros, jóvenes Shuar, voluntarios,
investigadores locales y antropólogos de otros países. Gracias a esto, la cultura Shuar es, entre
las amazónicas, la que cuenta con el mayor número de publicaciones. A partir de 1980 la
experiencia editorial se extendió a otras etnias de la sierra ecuatoriana, alentada por el
fortalecimiento de las organizaciones indígenas y de la educación intercultural bilingüe. Nace
así otro sello editorial denominado Mundo Andino , que daba cabida a estudios y producciones
relacionadas con otros pueblos indígenas del Ecuador. En 1983 ambos sellos editoriales
( Mundo Andino y Mundo Shuar ) contaban con más de 200 títulos. Para entonces, a la vez que
se intensifican los contactos con las instituciones académicas internacionales, el movimiento
indígena continental cobra visibilidad y el tema indio se convierte en uno de los más importantes
en la Antropología y la Sociología de América Latina. Las ofertas de publicaciones sobre
culturas de otros países y de otras latitudes aumentan y se hace necesario encontrar un sello
editorial único; se decide por el de Abya-Yala , término con el que los indios Kuna (Panamá)
denominan al continente americano en su totalidad Entre las distinciones recibidas por la
Editorial Abya-Yala, están: el Premio Internacional Bartolomé de Las Casas , otorgado por el
gobierno español (1992); el premio del Ministerio de Educación y Cultura del Ecuador a la Mejor
Editorial Ecuatoriana (1998); y, la primera versión del Premio Pío Jaramillo Alvarado a las
Ciencias Sociales otorgado por la FLACSO (1998). La elección de este nombre, que significa
“tierra en plena madurez”, para denominar al continente americano fue sugerida por el líder
aymará Takir Mamani, quien propone que todos los indígenas lo utilicen en sus documentos y
declaraciones orales. “Llamar con un nombre extranjero nuestras ciudades, pueblos y
continentes”, argumenta, “equivale a someter nuestra identidad a la voluntad de nuestros
invasores y a la de sus herederos”. ESPIRITUALIDAD, CONOCIMIENTOS E HISTORIA DE
LOS PUEBLOS INDÍGENAS  de Abya Yala.  Abya Yala es el nombre originario en idioma kuna
( Panamá y Colombia) que le dieron los ancestros a nuestro continente, la tierra de los vientos.
La espiritualidad, conocimientos y pensamientos de los pueblos indígenas precolombinos (abya
yala) son las bases sobre las cuales se definen sus formas y proyectos de vida. Las
características intrínsecas de los pueblos indígenas, especialmente los derechos a sus tierras,
territorios y recursos, derivan de sus estructuras políticas, económicas y sociales, sus culturas,
tradiciones espirituales, su historia y su concepción de la vida. Escuela intercultural de gobierno
y políticas públicas (EIGPP). Programa de formación de líderes indígenas Introducción La
espiritualidad, conocimientos y pensamientos de los pueblos indígenas precolombinos (abya
yala) son las bases sobre las cuales se definen sus formas y proyectos de vida. Las
características intrínsecas de los pueblos indígenas, especialmente los derechos a sus tierras,
territorios y recursos, derivan de sus estructuras políticas, económicas y sociales, sus culturas,
tradiciones espirituales, su historia y su concepción de la vida. Los pueblos indígenas
contribuyen a la riqueza y diversidad de las civilizaciones y culturas. Diversos instrumentos
internacionales y nacionales de protección de los derechos humanos reconocen que el respeto
de los conocimientos, las culturas y las prácticas tradicionales indígenas contribuyen al
desarrollo sostenible y equitativo, así como al ordenamiento del medio ambiente. Los estudios
sobre esos conocimientos, sin embargo, se han hecho generalmente desde la posición de la
ciencia occidental, que ha puesto en situación de subordinación los conocimientos indígenas.
La Escuela Intercultural de Gobierno y Políticas Públicas (EIGPP) promueve desde este módulo
una mirada diferente a la espiritualidad, los conocimientos, los pensamientos y la cosmovisión
de los pueblos indígenas. Una mirada propia, que permita a los pueblos de la región avanzar en
sus proyectos de vida, con mayores herramientas, mayor dignidad y empoderamiento,
visibilizando lo propio, articulándolo de forma respetuosa con el conocimiento académico
occidental. En la relación entre la comprensión del mundo externo y del mundo interno, los
pueblos construyen su mundo espiritual. Tanto los conceptos como el cuerpo teórico de los
pueblos indígenas han permanecido, como resultado de las colonizaciones, racismos y
exclusiones en el mundo académico, ignorados o utilizados de forma superficial y folclórica
hasta el presente. La revalorización de los conocimientos de los pueblos originarios abre las
posibilidades para el desarrollo de una nueva relación cultural dialógica entre diversas
cosmovisiones. I-CONOCIMIENTO INDÍGENA 1.      ¿Qué es el conocimiento indígena El
conocimiento indígena se define como el conocimiento singular, tradicional y local que existe
dentro de las condiciones específicas de mujeres y hombres de un área geográfica particular y
que se desarrolló alrededor de ellas. Abarca todos los aspectos de la vida, inclusive el manejo y
las relaciones con el entorno natural. Es un sistema acumulativo y representa generación de
experiencias, observación cuidadosa y experimentación constante. Los sistemas de
conocimiento indígena son dinámicos: continuamente se agregan nuevos conocimientos. Estos
sistemas producen innovaciones desde dentro y también usan y adaptan conocimientos
externos a su situación. El conocimiento indígena se guarda en la memoria y en las actividades
de las personas y se expresa en cuentos, canciones, folclor, proverbios, danzas, mitos, valores
culturales, creencias, rituales, leyes comunitarias, lenguaje local y taxonomías, prácticas
agrícolas, herramientas, materiales, especies de plantas y animales. El conocimiento indígena
se comparte y se comunica por vía oral, por el ejemplo específico y por medio de la cultura. Las
formas indígenas de comunicación y organización son de vital importancia para la preservación
y desarrollo de los pueblos, para los procesos de toma de decisiones en el ámbito local y
diseminación de las mismas. Ahora bien, hablando de la relación con lo externo (investigadores)
apreciemos la opinión que tiene este investigador sobre la educación de los hijos en el hogar en
el proceso de la transmisión del conocimiento. Con ella también invitamos a reflexionar sobre
estas frases que se presentan a continuación:  Ruddle(1993) examinó la transmisión del
conocimiento ecológico tradicional en Venezuela y Polinesia. “Los niños de dos a cinco años ya
conocían los nombres y características de los elementos bióticos más comunes. A la edad de
los 14 años los niños manejaban las tareas domésticas, los cultivos (identificación de plantas,
cosechas), selección de semillas, deshierbe, cuidado de ganado, pesca y caza. En general el
adiestramiento era específico según la edad, estructurado y sistemático. Durante la jornada
diaria se consignaban horas determinadas al adiestramiento.
https://www.huacanapichoquecota.blogspot.com/2014/09/el-abya-yala.html

https://www.ecoportal.net/temas-especiales/pueblos-indigenas/abya-yala-el-verdadero-nombre-
de-este-continente/

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