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Mecanismos de protección de los Humanos en Colombia

 Daniela Almeida 1341635


 Wilson Poveda 1341640

El Estado creó en la Constitución de 1991 un conjunto de instituciones y formas Jurídicas


para la protección de los derechos humanos:
Las Personerías Municipales
Las personerías son organismos de control y vigilancia de las respectivas entidades
territoriales, que ejercen la función de Ministerio Público y que están encargadas de la
defensa, protección y promoción de los Derechos Humanos en su jurisdicción, así como
de ejercer el control disciplinario en el municipio, la guarda del interés público y de los
principios del Estado Social de Derecho y de la promoción del control social de la gestión
pública.
 La Defensoría del Pueblo
La Defensoría del Pueblo es una institución que hace parte del Ministerio Público, con
independencia administrativa y presupuestal. Tiene como función principal la promoción,
el ejercicio y la divulgación de los derechos humanos, según lo estipulado en el capítulo ii,
título x (“De los organismos de control del Estado”) de la Constitución Política colombiana
de 1991. Ley 24 de 1992 establece la organización y el funcionamiento de la Defensoría
del Pueblo. Esta institución se presenta como mediadora entre los ciudadanos y el
Estado. Desde esa función tramita solicitudes y quejas y opina sobre la problemática de
los derechos humanos. Entre otras funciones, la entidad presenta informes anuales al
Congreso de la República sobre su gestión; organiza y dirige la defensoría pública;
interpone acciones en defensa de los derechos colectivos y fundamentales; divulga los
derechos
La labor de vigilancia al poder público, a partir de la expedición de la Constitución Política
de 1991, se amplió gracias a la creación de la figura del Defensor del Pueblo,
especialmente, en cuanto a protección, defensa, promoción, divulgación y ejercicio de los
derechos humanos. Mediante los artículos 281 y 282 de la Constitución, se estructuraron
las características, facultades y funcionamiento de la Defensoría del Pueblo, como
proyección y desarrollo de la concepción del Estado Social de Derecho.

Las Procuradurías de Derechos Humanos


La Procuraduría Delegada Disciplinaria –PDD para la Defensa de los DD.HH. fue creada
mediante la Ley 4ª de 1990, norma que le asignó entre otras funciones la de adelantar y
decidir la acción disciplinaria por conductas que se configuraran como genocidios, torturas
y desapariciones, en que incurrieran los miembros del Ministerio de Defensa Nacional, las
Fuerzas Militares y la Policía Nacional, así como los funcionarios o personal de los
organismos adscritos o vinculados a esas instituciones y los demás funcionarios y
empleados.
Mediante el Decreto 262 de 2000, se concretó su nombre agregándole la palabra
‘disciplinaria’ y con fundamento en esta norma y en el Artículo 277 de la Constitución, se
le asignó competencia para conocer en primera instancia de los procesos disciplinarios
adelantados por las graves y gravísimas violaciones de los derechos humanos
consagrados en la Constitución Política o en los tratados internacionales ratificados por
Colombia.
Igualmente, a través del mismo Decreto, se determinó que debía conocer en primera
instancia de los procesos disciplinarios por infracciones graves al Derecho Internacional
Humanitario definidas en los tratados internacionales ratificados por Colombia y ejercer,
de manera selectiva, vigilancia superior de las actuaciones disciplinarias que adelanten
los órganos de control interno disciplinario, respecto de las cuales tenga competencia
para ejercer el poder preferente.
Formas constitucionales legales de protección de los Derechos Humanos
La Acción de Tutela: Protección de los derechos fundamentales
Dentro del marco constitucional de los artículos 23 y 86, la tutela fue reglamentada por el
Decreto 2591 de 1991. En sus primeros dos artículos, el Decreto expone la naturaleza de
la misma.
El Artículo 1° reza lo siguiente:
“Objeto. Toda persona tendrá acción de tutela para reclamar ante los jueces, en todo
momento y lugar, mediante un procedimiento preferente y sumario, por sí misma o por
quien actúe a su nombre, la protección inmediata de sus derechos constitucionales
fundamentales, cuando quiera que éstos resulten vulnerados por la acción o la omisión de
cualquier autoridad pública o de los particulares en los casos que señale este Decreto.
Todos los días y horas son hábiles para interponer la acción de tutela. La acción de tutela
procederá aún bajo los estados de excepción. Cuando la medida excepcional se refiere a
derechos, la tutela se podrá ejercer por lo menos para defender su contenido esencial, sin
perjuicio de las limitaciones que la Constitución autorice y de lo que establezca la
correspondiente ley estatutaria de los estados de excepción.”

En el Artículo 2° se deja claro qué derechos protege esta acción:


“Derechos protegidos por la tutela. La acción de tutela garantiza los derechos
constitucionales fundamentales. Cuando una decisión de tutela se refiere a un derecho no
señalado expresamente por la Constitución como fundamental, pero cuya naturaleza
permita su tutela para casos concretos, la Corte Constitucional le dará prelación en la
revisión a esta decisión.”

Habeas Corpus: Protección del derecho a la libertad


El Habeas Corpus fue consagrado en el Artículo 30 de la Constitución:
“Quien estuviere privado de su libertad, y creyere estarlo ilegalmente, tiene
derecho a invocar ante cualquier autoridad judicial, en todo tiempo, por sí o por
interpuesta persona, el Habeas Corpus, el cual debe resolverse en el término de treinta y
seis horas.”
Posteriormente, la Ley 1095 de 2006 reglamentó este derecho y sus alcances. En
el Artículo 1° de dicha ley, podemos encontrar la definición del mismo:

“El Hábeas Corpus es un derecho fundamental y, a la vez, una acción


constitucional que tutela la libertad personal cuando alguien es privado de la libertad con
violación de las garantías constitucionales o legales, o esta se prolongue ilegalmente.
Esta acción únicamente podrá invocarse o incoarse por una sola vez y para su decisión
se aplicará el principio pro homine.
El Hábeas Corpus no se suspenderá, aun en los Estados de Excepción.”

Habeas Data: Protección del derecho al buen nombre


A través del Artículo 15 de la Constitución se comenzó a proteger la privacidad de la
información y los datos personales:

“Todas las personas tienen derecho a su intimidad personal y familiar y a su buen


nombre, y el Estado debe respetarlos y hacerlos respetar. De igual modo, tienen derecho
a conocer, actualizar y rectificar las informaciones que se hayan recogido sobre ellas en
bancos de datos y en archivos de entidades públicas y privadas. En la recolección,
tratamiento y circulación de datos se respetarán la libertad y demás garantías
consagradas en la Constitución. La correspondencia y demás formas de comunicación
privada son inviolables. Sólo pueden ser interceptadas o registradas mediante orden
judicial, en los casos y con las formalidades que establezca la ley.”
Luego, la Ley 1581 de 2012 estableció las definiciones y alcances de estos
derechos. En el Artículo 1° se declara:

“La presente ley tiene por objeto desarrollar el derecho constitucional que tienen
todas las personas a conocer, actualizar y rectificar las informaciones que se hayan
recogido sobre ellas en bases de datos o archivos, y los demás derechos, libertades y
garantías constitucionales a que se refiere el artículo 15 de la Constitución Política; así
como el derecho a la información consagrado en el artículo 20 de la misma.”

El Derecho de Petición: Instrumento para solicitar información


El derecho de petición se encuentra consagrado en la Ley 1437 de 2011 (Código
de Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso Administrativo). La posterior Ley
1755 de 2015 reguló este derecho fundamental, precisando los casos en los que éste se
ejerce.
Así, el Artículo 13° de dicha ley, expresa el objeto y modalidades del derecho de
petición ante autoridades:

“Toda persona tiene derecho a presentar peticiones respetuosas a las autoridades,


en los términos señalados en este código, por motivos de interés general o particular, y a
obtener pronta resolución completa y de fondo sobre la misma.
Toda actuación que inicie cualquier persona ante las autoridades implica el
ejercicio del derecho de petición consagrado en el artículo 23 de la Constitución Política,
sin que sea necesario invocarlo. Mediante él, entre otras actuaciones, se podrá solicitar:
el reconocimiento de un derecho, la intervención de una entidad o funcionario, la
resolución de una situación jurídica, la prestación de un servicio, requerir información,
consultar, examinar y requerir copias de documentos, formular consultas, quejas,
denuncias y reclamos e interponer recursos.
El ejercicio del derecho de petición es gratuito y puede realizarse sin necesidad de
representación a través de abogado, o de persona mayor cuando se trate de menores en
relación a las entidades dedicadas a su protección o formación.”

Acción de Cumplimento: Instrumento para hacer cumplir el fallo de una ley


Por medio del Artículo 87 de la Constitución se consagró la acción de cumplimiento:

“Toda persona podrá acudir ante la autoridad judicial para hacer efectivo el cumplimiento
de una ley o un acto administrativo. En caso de prosperar la acción, la sentencia ordenará
a la autoridad renuente el cumplimiento del deber omitido.”

Por otra parte, el Artículo 4° enumera a los titulares de la acción:

“Cualquier persona podrá ejercer la Acción de Cumplimiento frente a normas con fuerza
material de Ley o Actos Administrativos.
También podrán ejercitar la Acción de Cumplimiento de normas con fuerza material de
Ley o Actos Administrativos:
Los Servidores Públicos; en especial: el Procurador General de la Nación, los
Procuradores Delegados, Regionales y Provinciales, el Defensor del Pueblo y sus
delegados, los Personeros Municipales, el Contralor General de la República, los
Contralores Departamentales, Distritales y Municipales.
Las Organizaciones Sociales.
Las Organizaciones No Gubernamentales.”
Acción Popular: Defensa de un grupo de personas
La Acción Popular se enmarca en el Artículo 88 de la Constitución:

“La ley regulará las acciones populares para la protección de los derechos e intereses
colectivos, relacionados con el patrimonio, el espacio, la seguridad y la salubridad pública,
la moral administrativa, el ambiente, la libre competencia económica y otros de similar
naturaleza que se definen en ella.
También regulará las acciones originadas en los daños ocasionados a un número plural
de personas, sin perjuicio de las correspondientes acciones particulares.
Así mismo, definirá los casos de responsabilidad civil objetiva por el daño inferido a los
derechos e intereses colectivos.”

La Ley 472 de 1998 reglamentó este derecho. El Artículo 2° define lo que son las
acciones populares:
“Son los medios procesales para la protección de los derechos e intereses colectivos.
Las acciones populares se ejercen para evitar el daño contingente, hacer cesar el peligro,
la amenaza, la vulneración o agravio sobre los derechos e intereses colectivos, o restituir
las cosas a su estado anterior cuando fuere posible.”
Acción de Grupo: Reivindicación de daños causados
La Acción de Grupo también se enmarca en el Artículo 88 de la Constitución. El Artículo
3° de la Ley 472 de 1998 define lo que es esta acción:

“Son aquellas acciones interpuestas por un número plural o un conjunto de personas que
reúnen condiciones uniformes respecto de una misma causa que originó perjuicios
individuales para dichas personas.”

REFERNCIAS BIBLIOGRAFICAS
Cifuentes, M. E. (2001). ¿Qué son los derechos humanos? (1ª ed.). Bogotá: Red de
Promotores de los Derechos Humanos, Defensoría del Pueblo, Editora Nacional.
https://www.unilibrebaq.edu.co/unilibrebaq/pdhulbq/mecanismosdeproteccion.html
Derechos Humanos. Disponible en:
http://www.corteidh.or.cr/sitios/reglamento/nov_2009_esp.pdf
Pérez Portillo, S. 2008. La Defensoría del Pueblo. Revista Derecho del Estado. 21 (dic.
2008), 109–120. https://revistas.uexternado.edu.co/index.php/derest/article/view/495

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