técnicadental No.

118 / Noviembre - Diciembre / 2019

E D I C I Ó N E S P E C I A L

MORFOLOGÍA
Centrales Laterales Caninos

Premolares Primer Molar Superior Segundo Molar Superior

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 E D I C I Ó N E S P E C I A L

M O R F O L O G Í A
6 14 16 22
CENTRALES Laterales Caninos Premolares

32 48
primer molar superior segundo molar superior

LA FAMILIA ALTA TÉCNICA DENTAL

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Revista Técnia Dental. 2019, No. 118, revista bimestral, Noviembre - Diciembre. Editora responsable: Alma Delia Argüello González. Reservas de derechos al uso exclusivo No. 04-2010-030418381300-102, ISSN 1870_5626, ambos otorgados por el instituto
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tecnicadental.com 3
 CARTA EDITORIAL
E
¿La forma de Dios
o la forma del hombre?
¡Caramba, cada vez se me dificulta más poder visualizar la forma
natural de un diente!

De repente cuando quiero o necesito pensar en formas naturales,

verdaderas formas naturales, comienza una invasión automática
en mi cabeza de todas las fotografías e imágenes que se cuelgan a
diario y veo en redes sociales tales como Facebook, Instagram etc,
es mas… pienso en los catálogos de materiales dentales, incluso
vienen a mi mente las múltiples fotografías que he visto en esta
Muchas de estas técnicas para lograr reproducir las formas naturales
las hemos descrito y desarrollado en esta edición especial de
morfología dental, algunos conceptos los hemos extraído de las
enseñanzas de pintores, dibujantes, y escultores, y en la cuestión
de función, nos basamos en los escritos de oclusión, anatomía y
morfología.

Por favor, toma esta revista como el primer paso para encontrar la
respuesta, siempre ha estado frente a nuestros propios ojos y eso se
`
revista por mas de 18 años. llama… ¡la forma de Dios!

Maldita sea…. siento que no puedo despejar mi mente y llegar a

tener la claridad de la imagen… o tal vez, es que no tengo claro
qué es la forma de un diente natural, ¿pudiera ser que esa sea la
verdadera razón? ¿acaso a ti te pasa lo mismo? ¿tal vez he visto
muchos más dientes hechos por la mano del hombre, que dientes
naturales?

Es más, ¿sabes qué me pasa muchas veces? que quiero copiar

o imitar los dientes que hizo fulano o perengano… que loco
estoy, porque ahora incluso convierto este pensamiento en una Kit de pastas 2D y 3D para el acabado y
competencia con ese fulano.
TPD JORGE ARGüello la caracterización de restauraciones
¡Sí! Ahora sin que él se de cuenta ya estoy según yo compitiendo
Director Científico
contra él… Ja, ja, ja pienso que en este momento debe de estar
de alta técnica
monolíticas totalmente cerámicas de
descansando en casa, o haciendo cualquier cosa sin siquiera saber
dental óxido de circonio y disilicato de litio.
que ¨según yo¨ voy pisándole los pies…

Que locura… pues según yo, esta imaginaria competencia me hace

mejorar con cada reto a cada persona con cada foto de cada diente
que hacen ellos con su propio concepto, es como si pretendiera
seguir las huellas de la playa y lo único que conseguí, fue perderme,
perderme en un camino que no es el mío y que por ello nunca
lograría en pasos de otro llegar a sentirme satisfecho al realizar un
deseo que genuinamente nunca fue mío.

El primer paso que tomé para poder salir de este ciclo fue investigar
y aprender que es un fenómeno muy común, y que viene desde
la formación del hombre (esto se llama querer pertenecer al
grupo social) por ello hacer algo diferente siempre es difícil e
incluso puede ser atacado; después descubrí que existen técnicas
estudiadas y bien sustentadas para encontrar nuestro propio estilo
y llegar a los resultados que cada uno de nosotros desea. Tel.(81)8346.1406 MTY / (55)5264.3211 CDMX
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C Centrales Centrales
C
El siguiente cuadro es muy importante porque en nuestro trabajo nos encontramos con la necesidad de reconstruir en ocasiones el total o
gran parte de la estructura de estos dientes. Conocer los promedios que encontramos en la naturaleza es una excelente guía para dimen-
sionar nuestra labor correctamente. Claro que siempre será necesario considerar factores contingentes en la vida de cada paciente, tales
como edad, hábitos presencia de patologías, etc.

Dimensiones en mm del incisivo superior

LONGITUD ANCHURA

Total Corona Raíz Corona Raíz Corona Grosor Flecha de la curva

Comenzamos un recorrido a través de la compleción de cada órgano dentario del maxilar superior.
de la escotadura
Los técnicos dentales conocemos —o al menos, debemos conocer— como nadie, que no existe cervical
un único diente, mejor dicho, no existe una única estructura del diente perfecto. Lo que para una
persona puede ser, —y no sólo en términos de dentición, sino incluso en cada factor de la vida— Máximo.... 27.0 20.0 16.0 10.0 7.0 8.0 4.0
totalmente estético y funcional, no necesariamente lo es para otra, pues factores como la edad, el
Mínimo.... 18.0 8.0 8.0 7.5 5.0 6.5 2.0
sexo, los hábitos alimenticios o de higiene, el genotipo, e incluso la personalidad de cada individuo,
dan como resultado dentaduras con diferencias tan grandes que son reconocibles a simple vista. 22.5 10.0 12.0 8.7 6.3 7.5 3.0
Promedio....
Tabla tomada del libro: Anatomía dental, editado por UNAM en el año 2008.

8 tecnicadental.com tecnicadental.com 9
C Centrales Centrales
C
Es importante conocer la relación que existe entre los centrales
superiores y los labios para obtener una estética dental. Esto es,
cuando los labios están entreabiertos los dientes superiores deben
presentar el siguiente patrón:

Bordes de los incisivos centrales próximos al labio inferior, en oca-

siones tocándolo ligeramente, laterales un poco más distantes del
labio inferior en comparación con los centrales y los caninos tocan-
do ligeramente los labios.

Considerando su nombre, parece natural pensar que la principal

función de los ICS consiste en incidir, es decir, fungir como cuchillas
que desgarran el alimento durante la ingesta. Aunque esta idea es
cierta —efectivamente, los incisivos, inciden—, podemos afirmar
que está lejos de ser su función prioritaria. En realidad hacen las
veces de una guía para la mandíbula en sus movimientos extrín-

Ubicación Cada incisivo central superior se ubica al lado de la línea media facial y su cara mesial hace con-
tacto, como una puerta de doble hoja, —cuyo punto de contacto se denomina línea interincisal—
secos, además de ser un soporte de toda la arcada. Regresando so-
bre la observación de tus propios dientes, nota que los ICS son un
con la cara mesial de su homónimo —izquierdo y derecho—, ubicándose ambos en lo que se conoce como la arcada maxilar o superior. poco más largos que los Incisivos Laterales Superiores (ILS), es decir,
Para establecer la ubicación, en general de cada pieza dental y, en particular de los ICS, los especialistas han creado odontogramas, esto es, aquellos que se ubican en la posición próximo-distal de cada ICS, e
esquemas que partiendo de un diagrama de cuadrantes, —el más utilizado en la actualidad es el odontograma diseñado por la Federación incluso más largos que los Incisivos Centrales Inferiores (ICI). Esta
Dental Internacional (FDI) que, recuerda, siempre siguiendo el esquema de cuadrantes—, asigna al cuadrante superior derecho el número dimensión de los ICS permite hormar a la mandíbula, darle soporte Los incisivos centrales superiores
son muy importantes para poder
1, al superior izquierdo el número 2, al inferior izquierdo el número 3 y por último, al inferior derecho el número 4. Además, cuenta las a los labios, pronunciar correctamente los vocablos, mantener a la pronunciar correctamente
piezas dentales de cada cuadrante en dirección mecial distal, del 1 al 8, de modo que el ICS derecho se designaría con el número 11, el ICS lengua en un área de trabajo sana y sobre todo formar parte de la palabras que tengas los
izquierdo con el número 21, el incisivo inferior izquierdo en la posición 31 y el incisivo inferior derecho ocuparía la posición 41. guía incisiva, la cual protegerá a los dientes posteriores evitando así siguientes fonemas:
C, D, F, S, T, V y Z
colisiones, fracturas o desgastes, condiciones todas ellas patológi-
cas. Dado lo anterior, es fácil ver que la relación de protección de
estos órganos con sus tejidos circunvecinos como la encía, la papila
y en general el periodonto es vital para una buena salud.

10 tecnicadental.com tecnicadental.com 11
C Centrales Centrales
C
· Triangulares. En los dientes con esta figura, el tercio cervical es más angosto que el incisal, con una concavidad muy marcada
en el medio. Sus zonas de contacto son más bien estrechas y sus líneas proximales convergen muy marcadamente hacia cervical.

Si tuvieras que hacer un dibujo de tus ICS, tal vez pensarías en una figura geométrica que te sirva de base para trazarlos. En términos de
morfología, los especialistas se basan también en figuras geométricas para clasificar la estructura general de los ICS, así, existen incisivos
centrales superiores:

• Cuadrados o rectangulares con ángulos rectos o semi rectos. Esta clase de dientes, como es de suponerse, presenta líneas
proximales paralelas y más amplias que las observadas en otras formas.

En lo que respecta a la anatomía, los dientes se componen de 4 clases de tejidos: la dentina, el esmalte y el cemento, que son tejidos
duros mineralizados, y la pulpa, que es blanda.

El cemento es el tejido que cubre la raíz —hecha fundamentalmente de dentina—. Se trata de una corteza en la cual las fibras perio-
dontales se fijan al diente y estas a la vez al hueso alveolar. Pensemos en el ladrillo superior de una pared, donde 3 de sus cuatro bordes
están cubiertos con cemento y tendremos una analogía con lo que se observa con una raíz y su propio cemento. En la parte interior del
cemento se ubica la dentina que protege la pulpa —cuya función es alimentar al diente—, mientras que el esmalte a nivel coronario
es el “barnizado final” que da la apariencia translúcida y opalescente de cada pieza.

Es importante notar que sólo la parte de la corona estará recubierta por el esmalte, antiguamente llamado tejido adamantino, haciendo
alusión al diamante, por ser el tejido más duro que genera el cuerpo humano que además provee al diente de una belleza única.
• Ovoides con ángulos más bien chatos o difusos, con el borde incisal más corto de las tres morfologías, debido a que los bordes
mesial y distal convergen hacia incisal de manera pronunciada y sus líneas proximales convergen ligeramente hacia cervical.

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C Centrales
Con la oclusión entramos pues, en uno de los temas más
apasionantes y controversiales de todo lo referente a la
técnica dental.
Hagamos una revisión de la labor del central superior que
nos ocupa, en la tarea de la dinámica mandibular. Men-
cionaremos primeramente que ambos centrales junto
con los laterales superiores forman la guía incisal. Esta
guía incisal a su vez forma parte fundamental de la guía
anterior. La guía incisal será la encargada de conducir la
mandíbula en un movimiento conocido como de protru-
sión, el cual es una proyección desde la oclusión céntrica
hacia enfrente, en la posición inicial para la protrusión,
entre los ICS y los ICI existe un espacio denominado con
el vocablo inglés overbite. Que nos devela un fenómeno
verdaderamente extraordinario: mientras la mandíbula
se va deslizando a través de la cara palatina de los ICS, los
posteriores que se encontraban en máxima intercuspida-
ción ¡dejarán automáticamente de ocluir! Esto logra que
los posteriores se mantengan muy íntegros y sin desgas-
tes excesivos. De este modo, cada pieza puede alcanzar
el máximo de su potencial en cada una de sus funciones,
pero al estar en descanso, evitará desgastes innecesarios.
16
Este overbite, —que alcanza en promedio una longitud
de 1.5 milímetros— dividirá esta área en dos etapas: la
Altura Funcional Inicial (AFI) y la Altura Funcional Final
(AFF). Es en esta última en la que ya no debe existir con-
tacto entre las piezas posteriores, presentando un espacio
interoclusal muy homogéneo entre ambas arcadas en el
sector posterior.
En esto se hallan implicados dos elementos morfológicos
por demás importantes:
1) El ángulo desoclusivo que se labró mediante la
desoclusión misma, llevado por la guía condilar, la cual se
encuentra en la Articulación Temporomandibular (ATM).
Ambos elementos: ángulo desoculsivo y guía condilar
trabajan armónicamente para no provocar colisiones en
ningún nivel.
2) Las crestas marginales serán los elementos
que ayuden a un deslizamiento suave de la mandíbula,
evitando las fricciones o rozamientos de maxilar.
tecnicadental.com
Centrales
C
Para abordar el tema de la textura dental, es necesario dividirlo en
dos. Tenemos por una parte la macro textura, y por otra la micro
textura. A continuación hablaremos de ambas:
Los dientes jóvenes cuentan con la presencia de lóbulos de desa-
rrollo, es decir, ondulaciones que recuerdan en el borde incisal una
flor de lis o de lirio. Diremos que los vestigios de fases anteriores
de los mamelones y lóbulos de desarrollo durante la formación
de la corona, son los surcos trazados en la superficie vestibular del
diente, conocidos como estrías de Retzius. Así, considerando dichas
estrías y las dimensiones o ausencia de mamelones, podríamos es-
timar la edad de una persona. Y es que, como ocurre con el sue-
lo, los dientes sufren un proceso similar a la erosión, derivada del
desgaste natural por el uso y la edad. Los dientes con el paso del
tiempo se van “limando” a efecto de la fricción, no sólo en su parte
incisal, sino también vestibular, como los neumáticos de un auto al
deslizarse sobre el pavimento.
La micro textura por su parte, ocurre bajo condiciones similares,
pero derivada de la formación del esmalte, que es, como ya mencio-
namos, el acabado final y por tanto más fino de cada pieza dentaria.
Estrías de Ritzius
Dentina
Esmalte
Estrías de Ritzius
Dentina
Periquimáceas
Líneas de Pulpa
imbricación
Cemento
tecnicadental.com 17
L Laterales
2 1
La altura del margen gingival del lateral
se presentará con una disminución de
1mm con respecto a centrales y caninos.
Laterales
8
El cenit cervico-gingival está "cargado
hacia distal" ya que está influenciado por la
angulación del eje longitudinal de la pieza.
(Este fenómeno pudiera no presentarse en
especial en el lateral superior) por esa razón
comúnmente el cuello del diente tiene un
aspecto triangular.

3
En una encía sana los espacios
interdentales están ocupados
por las papilas.
Es de suma importancia
respetar dichos espacios al En esta infografía pretendemos
momento de realizar una darte los puntos más importantes
corona, al respetarlos estaremos de cada órgano dentario, en la
cuidando la salud periodontal edición anterior tratamos las
del paciente.
características morfológicas
y funcionales de los centrales
superiores, así que ahora nos toca
4 presentarte ocho características que
debes de considerar cuando realices
El eje longitudinal se inclina
alguna prótesis en la que esté
distalmente en dirección
incisoapical. Esta inclinación se incluida un lateral superior.
acentúa de manera evidente
desde los centrales hacia los Prepárate porque continuaremos
caninos, por supuesto este efecto con las múltiples características que
influencia al lateral. dan forma y función al grandioso
canino.

7
5 Nivel del contacto interdental se va presentando Cuando hablamos de 8
mas cervical mientras mas posterior sea el diente,
por lo tanto las troneras incisales presentarán
6 proporciones, cabe decir que
El borde incisal de los laterales es 1 mm
En la formación de la línea de la el lateral será en promedio
mas apertura del ángulo distal que el mesial; este mas corto que el de los centrales.
sonrisa la altura y composición un 80 % mas pequeño que el
aspecto es lo que otorga la individualidad cuando
de "Alas de Gaviota" la altura y central.
realizamos rehabilitaciones en férula.
posición del lateral es primordial

Si uno de los laterales presentará la variante en

En cuanto a la realización de las funciones
la altura gingival, presentando una altura igual o
de oclusión y desoclusión el lateral tiene un
mayor al de los centrales, podríamos pretender
papel muy importante: Forma parte de la guía
"equilibrar" la composición del conjunto de la
incisal, la cual entrará en acción protegiendo
zona anterior al dejar la altura incisal más corta
y guiando la mandíbula en movimientos de
de lo convencional. Aclarando que esta opción
protrusión y lateroprotrusión. El respeto a su
la ofrecemos únicamente cuando estamos
morfología, posición o alineación tridimensional
hablando de estética y simetría o composición,
y a los desgastes fisiológicos es vital para los
pero no deberíamos dejar de lado que no es
deslizamientos funcionales atraumáticos.
recomendable restar función por ganar estética.

18 tecnicadental.com tecnicadental.com 19
C Caninos
CANINOS
B
"
Si consideramos que los incisivos inci-
den y los molares muelen; esto es, que
cada pieza dentaria recibe un nombre
acorde con su función ¿Cómo deberían
llamarse aquellas piezas que desgarran
el alimento como los caninos? ¿Cómo
les llamarías tú?
20
EL MEJOR AMIGO
DE LA OCLUSIÓN
E q u i p o d e I n v e s t i g a c i ó n AT D
astante sabido es que los seres humanos, en nues-
tra vida adulta tenemos, —si no hemos perdido
alguno y no presentamos problemas en el desa-
rrollo—, 32 órganos dentarios. Tampoco es difícil
reconocer que no todas las piezas son iguales y
que, de hecho, presentan sensibles diferencias en
cuanto a forma y tamaño, dependiendo del lugar que ocupan en
la arcada. Lo que no resulta tan evidente es el hecho de que cada
pieza cumple, merced a su posición y a su forma, una función espe-
cífica que no puede ser realizada, al menos de manera óptima, por
ninguna otra. La arcada es una compleja estructura de bioingenie-
ría donde cada componente realiza una labor específica que sirve
al sistema.
Esta es una de las principales razones por las que, como técnicos,
debemos contar con un amplio conocimiento sobre los aspectos
básicos de cada diente, pues sólo conociéndolos, seremos capaces
de hacer rehabilitaciones, no sólo de un alto grado estético sino,
sobre todo, altamente funcionales. En este tercer artículo, aborda-
remos el tema de Caninos. Vimos en el primer artículo, los Incisivos
Centrales, y en el siguiente, los Incisivos Laterales. En estos artículos
explicamos que el nombre de dichas piezas corresponde, primero
con su función —los incisivos inciden—, y después con su posición,
pues los centrales se hallan al frente y en el centro de la arcada,
mientras que los laterales se ubican en posición próximo-distal de
los primeros. Si la regla para nombrar a los órganos dentarios pare-
ciera corresponder con su función ¿por qué los caninos se llaman
así? ¿con este nombre estaríamos siguiendo la misma regla? Po-
dríamos decir que sí… aunque de un modo un tanto distinto.
tecnicadental.com
Si a una persona le mencionamos de manera espontánea la pa-
labra canino y le pedimos que rápidamente nos diga qué fue lo
primero que pasó por su mente al escucharla, muy probablemen-
Caninos
C
te nos diría que pensó en un perro. ¿Qué relación existe entre un
perro y esta pieza dentaria en particular? Mucha más de la que
pensaríamos en primera instancia. Imaginemos por un momen-
to un canino, o aludiendo a su nombre coloquial; un colmillo. El
sentido comúnmente atribuido a la palabra y a la propia figura del
colmillo se asocia con fiereza. Sabemos que los grandes predado-
res, —incluso en las obras de ficción, como en el caso del vampiro,
el hombre lobo, etcétera—, están dotados de enormes, poderosos
y salvajes colmillos que dan a su figura toda, un aspecto temible.
Los colmillos son armas diseñadas para ataques furtivos y relampa-
gueantes. Un lobo (canis lupus) acecha con sigilo a sus presas y lue-
go ataca velozmente de manera tal que en un segundo su víctima
está ya herida de muerte sin posibilidad de defensa. Esta función
que cumplen los colmillos, tan similar en lobos o perros y los seres
humanos, —pues, aunque nuestra alimentación es totalmente dis-
tinta de la de los predadores animales, nuestros caninos también
desgarran como puñales— es la que ha valido que sean común-
mente conocidos como caninos. Ya hemos dicho que la arcada es
una maquinaria compleja y para recalcar la idea, pensemos que un
lobo —o cualquier otro predador—, que como se sabe, cuenta de
manera predominante con piezas dentales con forma de canino,
requiere producir en su sistema gástrico una serie de ácidos tan po-
derosos que disolverían sin dificultad un estómago humano. Esto
porque, dado que los caninos no trituran como los molares huma-
nos, sino que simplemente desgarran, no producen bolo alimenti-
cio y por tanto requieren apoyo gástrico para la correcta deglución,
mientras que, en el caso humano, todo el sistema de deglución se
halla en la arcada, y de ahí pasa, como bolo alimenticio, al proceso
digestivo en el estómago. Los seres humanos no tenemos el oído,
ni la vista, ni podemos correr con la velocidad de un lobo, pero en
cambio gozamos de un sistema de deglución compacto, complejo
y eficiente. Una manera ilustrativa para aproximarnos a las implica-
ciones, en términos evolutivos, de las diferencias entre las funcio-
nes dentarias de los lobos y los seres humanos sería comparando
un reproductor de DVD’s de finales del siglo pasado, con un moder-
no dispositivo MP3, no mayor que nuestro dedo meñique y capaz
"
de contener más música que 100 discos compactos. Los incisivos
atacan la comida, la rebanan, mientras los caninos —de los que
como sabemos, tenemos 4: dos superiores y dos inferiores—, la
desgarran, de manera que está lista para ser triturada por los mola-
res y pasar a la faringe totalmente compactada; todo esto en un ci- La expresión “Tiene un colmillo largo y
clo similar al de las lavadoras automáticas de ropa. Fascinante ¿no? retorcido”, utilizada para referirse a una
persona de gran experiencia, tiene dos
orígenes probables. Hay quien afirma
Ya inmersos en las similitudes entre la arcada y una máquina com- que surge debido a la creencia de que
pleja, imaginemos el motor de un automóvil. Si levantamos el capó a los caballos jamás dejan de crecerles
de un auto, ante nosotros tendremos una ingeniosa disposición de los colmillos, de tal suerte que es por
elementos que, optimizando el espacio disponible, cumplen con el largo de esta pieza como se calcula
su edad. Un caballo de largos colmillos
es un animal viejo, con experiencia en
la vida.
tecnicadental.com 21
C Caninos
funciones específicas, mecánicas y eléctricas que otorgan al vehícu-
lo un desempeño eficiente. Si a capricho del fabricante, el radiador,
el distribuidor, o cualquier otra de las piezas que lo componen fuera
de un tamaño, forma o material diferente, estuviera fuera de su lu-
gar, o simplemente faltara, el resultado para el funcionamiento del
auto sería desastroso. Lo mismo ocurre con la arcada y justamente
en este contexto, nuestros caninos cumplen con una función me-
dular. Aunque sabemos que nuestra arcada tiene la
forma de una herradura, podríamos pensarla
como un rectángulo, y en las esquinas fron-
tales tanto inferiores como superiores,
como los postes de un cuadrilátero
de box, justamente se ubican los
caninos.
En el primer artículo de esta
edición, hablamos sobre la
llamada guía incisal, la cual
traza la trayectoria en que los
incisivos centrales y laterales
ocluyen y desocluyen con sus
antagonistas. Esta guía incisal
es de gran importancia porque
sostiene la relación dinámica en-
tre maxilar y mandíbula en los mo-
vimientos protrusivos, optimizando
la función, pero además protegiendo del
desgaste a los dientes posteriores. Sin embargo,
la guía incisal no es la única que mantiene una relación
dinámica entre las arcadas. Imagina que en este momento sabo-
reas tu platillo favorito y lo comes lentamente, disfrutando su sabor.
Habrás sin duda caído en cuenta de que el movimiento realizado
durante el acto de comer no es como el que hacen los perros. Ellos
sólo disponen del movimiento de apertura y cierre de la mandíbula
y por eso sueltan “hachazos” cuando tratan de devorar,
por ejemplo, una pieza de carne. Ya hemos di-
cho que la razón es que sus piezas dentales
son en su mayoría, similares al canino
humano. Sin embargo, en una aparente paradoja, el canino es pre-
cisamente la clave de la diferencia en nuestra masticación, y es que,
al efectuar dicho proceso, la mandíbula no sólo realiza movimien-
tos de apertura y cierre, sino también horizontales o, mejor dicho,
como trazando una elipse ¿Lo notas?
Si frente a un espejo, una persona joven adulta hiciera coincidir la
cúspide del canino superior izquierdo, con sus antago-
nistas y observara con atención, se percataría de
que éstas serían las únicas piezas de toda la
arcada en entrar en contacto. El espacio,
aunque pequeño, es de suma impor-
tancia para proteger las cúspides de
los posteriores y también los bor-
des de los incisivos del otro lado.
Esta protección evita las colisio-
nes de las demás piezas. ¿Por
qué es esto tan importante que
merece mención? Porque este
fenómeno constituye la base
de lo que conocemos como guía
canina. La guía canina, junto con
la guía incisal integra la guía ante-
rior, la cual constituye el génesis de
la función, la base de la fonética y el
principio de la estética.
Si ya dijimos que la guía incisal es responsable de
conducir la adecuada protrusión, sería lógico pensar que
la guía canina es responsable del movimiento elíptico ya mencio-
nado, que hace la mandíbula al comer, al desocluir y al ocluir. Sin
embargo, esto es verdad a medias; en realidad sería más apropiado
hablar de latero-protrusión —Recuerda que llamamos protrusión
al movimiento hacia el frente que realiza la mandíbula con relación
al maxilar, de modo que la lateroprotrusión, además de dicho
desplazamiento, realiza otro hacia los lados—, pues-
to que se trata de una combinación de movi-
mientos verticales y horizontales operando
de manera conjunta. Existe un esquema, conocido en honor de su
autor como bicuspóide (o banana) de Posselt, que describe con de-
talle dichos movimientos. En un artículo posterior trataremos con
más detenimiento de dicho esquema; mientras tanto baste decir
que, si los caninos no sirvieran de guía para este movimiento latero-
protrusivo, si no fueran los postes que delimitan el cuadrilátero de
box, entonces, por decirlo llanamente, los peleadores combatirían
desde las butacas de primera fila; esto es, que la posición
adecuada en que las arcadas ocluyen se perdería
rompiendo el sistema, pero además ocasio-
nando serias malformaciones.
Para entender esta idea, requeri-
mos echar un vistazo al desarro-
llo de las personas. Como todo
buen técnico y odontólogo
sabe, los primeros dientes en
aparecer en los niños son los
Incisivos Centrales Inferiores
(ICI). Antes que esto ocurra, si
trazáramos una línea imagina-
ria dibujando el plano de oclu-
sión, ésta sería casi totalmente
horizontal y casi a la misma altura
del eje intercondilar. Es gracias a los
ICI en función con sus antagonistas su-
periores, que esta relación formará una pa-
lanca de clase III, desplazará el plano de oclusión
hacia enfrente y abajo dejando lugar para la correcta
posición de las demás piezas dentarias. Como es sabido, la prime-
ra dentición se corresponde con lo que comúnmente conocemos
como “dientes de leche” o dentición primaria. Con el paso del tiem-
po, el resto de las piezas dentales se irán ubicando en su posición,
generando en diferentes etapas, distintos esquemas de oclusión.
Aún en la dentición primaria, aparece el primer esquema de oclu-
sión —o, mejor dicho, de desoclusión—, conocido como: Función
de grupo, pasando después a una desoclusión canina, donde los
caninos sirven como rampas que sobrellevan la presión del despla-
Caninos
C
zamiento. Como es de esperarse, esta presión ocasiona un desgaste
que da lugar a retornar al esquema anterior de la Función de grupo.
Para considerar este esquema recordemos que, al desaparecer los
dientes primarios, erupcionan los dientes definitivos, comenzando
por los incisivos y el primer molar —el molar de los 6 años—. Pos-
teriormente aparecen los premolares y en un tercer momento, los
segundos molares. De entre todos los órganos dentarios
anteriores, el canino es el que tarda más tiempo
en ubicarse en su posición final, para llevar a
cabo su trabajo de desocluir a la mandí-
bula en sus movimientos excéntricos.
Si comparamos un canino con, por
ejemplo, un incisivo, nos daremos
cuenta de que es más grande y
grueso, con una raíz más larga
—por lo tanto, más profunda,
con un firme ligamento perio-
dontal— y con una cara pala-
tina más convexa que cóncava.
Esto obedece a que, en el grupo
incisivo, la posición de reposo se
encuentra delante de la posición
de cierre. Por ello es necesario un
sobrepase horizontal importante y un
área funcional cóncava que facilite dicho
cierre. Por su parte, como menciona el Dr.
Anibal Alonso, en su libro Oclusión y Diagnóstico
en rehabilitación oral, “en la zona de los caninos, la reduc-
ción del sobrepase horizontal —su tope cuspídeo—, se encuentra
en la unión de los dos tercios palatinos con el tercio vestibular y de
la concavidad palatina, lo cual sirve para guiar a la mandíbula en el
cierre y favorecer el centrado de los cóndilos en el plano frontal”. Lo
anterior nos indica que, gracias a su convexidad, la oclusión entre
los dos tercios palatinos del canino superior, y el tercio vestibular
del canino inferior, constituye una pauta no sólo para las piezas an-
teriores, sino para la guía posterior y para el condilo mismo.

Una segunda hipótesis del por qué se dice que las personas con
experiencia tienen “colmillo largo y retorcido” considera a los jaba-
líes. Estos animales, conforme crecen desarrollan colmillos largos
y retorcidos, pero también se vuelven solitarios y desconfiados,
por lo que, una persona “colmilluda” sería aquella que no confía
en nadie debido a su experiencia.

22 tecnicadental.com tecnicadental.com 23
C Caninos
“A caballo dado no se le ve colmillo”. Esta frase popular, nos dice que, al
momento de recibir un regalo, éste debe ser aquilatado por su condi-
ción de obsequio y no por el valor o los defectos que pudiera tener. “Lo
que cuenta es la intención”, suelen decir las abuelas.
De no existir este empalme preciso, nuestra mandíbula podría des-
viarse gradualmente hasta quedar totalmente fuera de posición.
Los dientes anteriores, antes de la ubicación final del canino, esta-
blecen puntos de oclusión específicos que les generan desgaste; es
justo este desgaste, repartido de manera más o menos equitativa
entre todas las piezas y sus antagonistas, el que recibe el nombre ya
mencionado de Función de grupo (Figura 1). Sin embargo, llega un
momento en que el canino —que como sabes, se ubica hacia distal
del incisivo lateral y hacia mesial del premolar—, ha alcanzado el
mismo relieve de las demás piezas, y entonces puede
participar como parte de la estructura. Llama-
mos a este tercer esquema de oclusión Fun-
ción de grupo con participación canina
(Figura 2). El canino, no obstante, si-
gue emergiendo hasta que sobre-
sale del resto y entonces, como
ya dijimos, genera una distancia
entre las demás piezas que les
reduce el desgaste, por lo que
este nuevo esquema recibe el
nombre de Protección canina
(Figura 3). El canino, que por
entonces oclusalmente contac-
ta con la vertiente mesial del pri-
mer premolar, y con la vertiente
distal del canino antagonista —ver-
tientes conocidas como “espacio de
primate”—, se convierte entonces en la
columna que sostiene la estructura. Así como
en un edificio las columnas están constituidas por
materiales sensiblemente más resistentes que el resto de la
construcción, cada canino es mucho más fuerte que cualquier otra
pieza dentaria.
Para cualquier técnico dental, el número de rehabilitaciones de ca-
ninos es significativamente menor que el de cualquier otra pieza
y ello obedece justo a su poderosa constitución; el canino es una
pieza diseñada para sostener, por ello, pese al escaso porcentaje de
rehabilitaciones caninas, dicha pieza es fundamental para los espe-
24
"
cialistas de la técnica dental, porque resulta ideal como puntal para
diversas estructuras protésicas.
Por su posición y forma, el canino constituye un área de transi-
ción entre los incisivos, que se encargan de rebanar los alimentos
y los posteriores, responsables de la trituración. Hemos dicho que
el canino es como un puñal que desgarra, y esto obviamente se
debe a su forma. A diferencia de otras piezas, su borde incisal no
es chato, sino que cuenta con una cúspide también convexa. Por
vestibular se pueden observar en él, tres lóbulos ubicados hacia
mesial, central y distal, mientras que desde palatino
se observan dos concavidades a mesial y distal,
un lóbulo central, bordes marginales hacia
mesial y distal, así como un cíngulo pro-
nunciado. Desde una vista oclusal se
ve una vertiente mesial más corta
y una vertiente distal más larga y
con tendencia hacia palatino, si-
guiendo una concavidad que se
encuentra en la cara mesial del
primer molar superior. Recor-
demos que el canino superior
es la pieza que recibe la mayor
fuerza en el momento de la pa-
rafunción, y esta característica
anatómica le permitirá compartir
el esfuerzo con el primer premolar.
Este detalle se presenta en el maxilar
superior, ya que es el que soporta la ma-
yor cantidad de esfuerzos funcionales y pa-
rafuncionales.
Si consideramos la importancia de la guía canina dentro de los mo-
vimientos lateroprotrusivos y si tenemos en cuenta su relevancia
como sostenes de la oclusión y su función desgarradora de alimen-
to, parece claro que la labor de un rehabilitador protésico requiere
de mucho más que simplemente “copiar” piezas, sino en primera
instancia, entenderlos como verdaderos órganos dentarios, y al es-
tomatognático justo como un sistema.
tecnicadental.com
El T.P.D. Jorge Argüello González, afirma que, al momento de reali-
zar prótesis totales, es indispensable hacer un análisis funcional y
parafuncional de cada pieza, ya que el esquema probable es el ba-
lanceado bilateral, esquema recomendado en este tipo de prótesis.
“Primero, —afirma— es necesario enfilar los dientes anteriores su-
periores e inferiores, incluyendo a los caninos, pero los montare-
mos sólo para delimitar su lugar dentro de la arcada y mantener su
espacio mesio-distal y vestíbulo-palatino, para después colocar el
juego de los ocho premolares. Una vez ya colocados estos, se reti-
ran los dos caninos superiores, para continuar con la colocación del
total de las piezas. Logrado esto, se verificarán y ajustarán permi-
tiendo la oclusión y desoclusión en balance bilateral.
Una vez que cada una de las piezas se halla ajustada y responde
eficientemente a todos los movimientos descritos en el diagrama
biscuspóide de Posselt, es momento de colocar los caninos, pues ya
contamos con los parámetros indispensables para ajustar la cúspi-
de de manera que logremos un adecuado balance. Si la cúspide del
canino es demasiado baja, este no ayudará al equilibrio de fuerzas
por estar inhabilitado. Si, por otra parte, la cúspide es demasiado
alta; esto es, que el canino esté más “picudo” o largo de lo normal
en función, entonces estamos trastocando todo el equilibrio del
sistema, desviando el ángulo entre la arcada inferior y el cóndilo
temporomandibular, con graves implicaciones para la estabilidad
de la prótesis.
De acuerdo con Argüello, la labor del rehabilitador debe ser similar
a la del arqueólogo, o de un perito forense, quien busca indicios,
dimensiones, rasgos y marcas en el entorno de piezas que ya no
existen, para dimensionar y recrear a la pieza misma, pero también
su interacción precisa con el medio en que ha de ubicarse.
Otro factor para considerar es que, así como los esquemas de oclu-
sión se suceden de forma progresiva durante los primeros años del
desarrollo humano —Función de grupo- Función de grupo con
participación canina-protección canina—, durante la edad adulta,
el esquema se invierte debido al desgaste natural de los caninos,
que devuelve de la protección canina, a la función de grupo con
tecnicadental.com
C
*
Te recomendamos leer el libro
"Oclusión y Diagnóstico
en Rehabilitación Oral"
de Aníbal Alberto Alonso, Jorge Santiago
Albertini y Alberto Horacio Bechelli.
De este libro fueron tomados
los diagramas que ilustran el presente
artículo.
participación canina. Dada la gran durabilidad en boca de los cani-
nos, puede considerarse que la función de grupo en determinada
edad adulta es un esquema oclusal eficiente e incluso deseable, por
lo que no toda rehabilitación deberá aspirar a la protección canina,
sino al soporte eficiente de la presión generada durante la oclusión.
El filósofo español José Ortega y Gasset acuñó la frase “Yo soy yo y
mis circunstancias”, aludiendo al hecho de que no sólo la biología
establece claras diferencias entre los individuos, sino cada evento
de nuestra vida, que nos moldea de maneras por demás diversas,
de tal suerte que es muy complicado establecer reglas generales
sobre la personalidad como ocurre, por ejemplo, en las tres leyes
de Newton para fenómenos físicos. Si bien es cierto que los órganos
dentarios pueden medirse, cuantificarse y clasificarse de acuerdo
con el método científico positivista, no menos lo es que no pue-
de ni debe establecerse una regla unívoca cuando hablamos de
rehabilitación dental. Como hemos visto y seguiremos viendo a lo
largo de esta serie, el diente perfecto es aquel y no otro, que cum-
ple eficientemente con su función dentro de su particular sistema.
Rehabilitar caninos, o en su caso, aprovecharlos como puntales en
estructuras protésicas, o como referentes para otro tipo de inter-
venciones, requiere conocimiento, comprensión del aparato esto-
matognático como un sistema, pericia, paciencia, capacidad de ob-
servación, inteligencia y, usando una frase común en México para
referirse a la amplia experiencia, “un colmillo largo y retorcido”.
25
P Premolar
PREMOLAR
“La palabra es la muerte de la cosa”
E
n cierta ocasión, durante una clase de morfología para
técnicos dentales, el instructor pidió a la concurrencia
que modelaran con cera un premolar inferior. Poco a
poco, las piezas terminadas se fueron acumulando so-
bre la mesa de trabajo hasta que el instructor reparó
en una particular; la tomó con la mano y dijo: ¿Quién ha modelado
un premolar superior, cuando dije claramente que debería ser un
inferior? El responsable, visiblemente apenado levantó la mano y
explicó que en realidad no conocía más que una manera de hacer
premolares y que nunca había tenido mayor problema con hacer-
los siempre iguales. Quizás lo más significativo de esta anécdota,
no es el hecho de que un técnico no fuera capaz de distinguir
un premolar superior de uno inferior, sino que, al preguntar
el instructor al resto de su clase cuáles son las diferencias
estructurales entre ambas piezas, nadie tuvo una res-
puesta satisfactoria; ni siquiera aquellos que habían
elaborado sus piezas correctamente. Todos coinci-
dían en la opinión de que, con la experiencia es
posible identificar algunos rasgos característi-
cos de cada premolar, pero no poseían mayor
información sobre cuál es la función de cada
parte.
Nuestro artículo comienza con un afo-
rismo del psicoanalista francés Jacques
Lacan que sugiere cierta afinidad con
el tema de los premolares. Lacan afirma
que la palabra es la muerte de la cosa,
porque a través del símbolo podemos
re-presentar los objetos, pero algo del
objeto mismo siempre se pierde, pues
la nueva presentación a través de la
palabra nunca será idéntica al objeto
original, porque además, parafrasean-
do de nuevo a Lacan, “no hay La-Cosa”.
Si un grupo de personas, por ejemplo,
tuviera la consigna de dibujar una bici-
cleta, lo más probable es que cada quién
dibuje una totalmente distinta que el resto;
alguien dibujará una verde y otro una azul,
26
Equipo de
Investigación de
Alta Técnica Dental
J. Lacan
o puede ser de carreras, de montaña, urbana,
de diferente rodada, o fabricada con materiales
diversos, etcétera. Aunque la muerte de la cosa
que refiere Lacan es una idea más compleja y
no podemos defender una analogía exacta, el
aforismo resulta muy ilustrativo sobre lo proble-
mático y ambiguo que resulta hablar en singu-
lar —No hay, lo hemos dicho en otros números,
“El Diente”— para referirnos a las piezas denta-
rias, incluso hablando específicamente
de premolares. ¿Queremos hablar
de premolar? ¿A qué premolar
nos referimos específica-
mente?
“Las huellas dactilares que se
observan en la escultura pertenecen
al TRD Jorge Argüello quien las
realizó en macromodelos”.
tecnicadental.com
P
En este sentido, y tal como hemos visto en los números pre-
vios de esta serie sobre las diferentes piezas dentales que
componen la arcada, que un diente no sea igual a otro no
es obra de un mero accidente, sino porque sus particulares
rasgos morfológicos cumplen funciones específicas e impor-
tantes en el sistema dentario y para el aparato estomatogná-
tico en general (Figura 1 y 1.1). Dicho esto, conviene pensar
en los diferentes órganos que componen nuestros sistemas
fisiológicos: la forma y estructura del hígado, por ejemplo,
le permiten cumplir eficientemente con su función como
laboratorio del cuerpo, produciendo bilis, metabolizando el
alimento y como productor de proteínas. Sin embargo sus ca-
racterísticas no resultarían útiles en absoluto si quisiéramos
usarlo como reemplazo del corazón y el sistema simplemente
colapsaría. Lo mismo ocurre con las piezas dentales y esta es
la razón por la que muchos especialistas prefieren definirlos
como órganos dentarios. Cuando abordamos los diferentes
dientes que componen la guía anterior, hablamos sobre su
estructura y función, enfatizando las enormes diferencias
existentes entre ellos, pero aludiendo también —si no explí-
citamente—, a los rasgos comunes que comparten. Sabemos
que los incisivos centrales y laterales, además de los caninos 1
son piezas monorradiculares —con una sola raíz—, y que hay
cuatro de ellos en cada arcada, a saber: superiores izquierdo
y derecho, e inferiores izquierdo y derecho. En el caso de los
incisivos, comparten además rasgos como la presencia de un
borde incisal y una cara palatina cóncava. Si bien entre inci-
sivos y caninos observamos grandes diferencias, hablando
de premolares nos hallamos ante una estructura totalmente
distinta y por tanto, ante una dinámica funcional diferente en
absoluto. Comencemos diciendo que no sólo hay superiores e
inferiores izquierdo y derecho, sino además primer y segundo
(Figura 2)—siempre en una perspectiva de mesial a distal—,
en cada posición. Esto implica que existe un primer premolar
superior izquierdo, un segundo premolar superior izquierdo y
hay que extrapolar estas posiciones en cada cuadrante de la
arcada, lo cual daría un total de 8 premolares distintos.
2
1.1
tecnicadental.com 27
P Premolar
Otro rasgo importante que observamos en los premolares —y
de hecho en todas las piezas que componen la guía posterior—,
es la presencia de una cara oclusal (Figura 3). Aunque cuando
abordamos el tema de Caninos, dichas piezas tienen una cara
palatina predominantemente convexa y por incisal tienen una
cúspide mesial pronunciada, lo cierto es que en ellos aún obser-
vamos un borde incisal, similar a la de los incisivos, y no propia-
mente una cara. ¿Cuáles son las implicaciones de la presencia
de caras oclusales en estas piezas? Lo primero es que, presen-
tando desde una perspectiva proximal, los incisivos y caninos
tienen una forma triangular, pero en los premolares se observa
una forma más cercana a un rectángulo (Figura 4 y 4.1). Por esto
y por cuestiones lógicas de soporte, se vuelve indispensable
una cimentación birradicular —aunque se dan casos de PPS
monorradiculares o incluso, trirradiculares, como en el caso de
los molares, el cual trataremos en el siguiente artículo. Desde la
misma perspectiva distal se observa la presencia de dos raíces:
una larga y gruesa hacia vestibular, y otra de menores dimen-
siones hacia palatino. Esto nos deja lugar a una reflexión muy
interesante sobre lo que podríamos definir como bioingenie-
ría, no en el sentido en que comúnmente se usa la expresión,
sino entendiéndola, desde una perspectiva evolutiva, como la
manera en que los sistemas biológicos desarrollan soluciones
efectivas para diversos problemas funcionales. Aludiendo de
nueva cuenta al tema de Caninos presentado en nuestro artí-
culo previo, recordemos que, dada la forma, tamaño e impor-
tancia estructural de los caninos, es indispensable una raíz más
grande, gruesa y profunda que las del resto de la arcada. En
este caso, dadas las dimensiones cúbicas y la función de pre-
molienda, la necesidad de soporte demanda, más que una gran
raíz, dos raíces menores estratégicamente colocadas. De nueva
cuenta, observando desde proximal, se aprecia una pequeña
6 3
28
fisura inter radicular, así
como una que parte
del tercio incisal hacia
el tercio medio, siguiendo
la misma trayectoria que la radi-
cular (Figura 5). Esto es significativo
porque podría sugerir que un premolar es
en realidad la fusión en la zona cervical, de dos
piezas dentales—En la figura 5.1, nos permitimos
separar un poco las porciones vestibular y palatino, para
ofrecer una idea más clara de la hipotética fusión de dos pie-
zas—, sobre todo si consideramos que desde la cara oclusal, de
nuevo siguiendo el mismo recorrido que las fisuras antes descritas,
se observa el surco más prominente de toda la superficie, además
de que en los extremos vestibular y palatino, se presentan crestas
que sugieren la cúspide incisal de los caninos.
Ahora bien, si ya mencionamos que, más que un borde, los premo-
lares presentan caras oclusales que cumplen, entre otras, la función
obvia dado su nombre de la pre-molienda, ¿qué podemos hallar
en estas caras?, ¿cuál es la cartografía de esta superficie semi llana?
Pensemos por un momento que llegamos a un territorio recién des-
cubierto en el que obviamente, ningún ser humano habría estado
antes. Observamos que se trata de un extenso prado y que, dado
que no ha sido manipulado por máquinas, presenta una sinuosidad
virgen, sólo modelada por la erosión, los movimientos telúricos y
en general la acción de los elementos naturales. Bajo estas condi-
ciones, lo normal es que hallemos pequeñas colinas, valles, grietas
y accidentes del terreno. Lo mismo ocurre con las caras oclusales;
su superficie también ha sido modelada por la acción de su medio
o, mejor dicho, por su interacción con él, fundamentalmente en la
oclusión y en la ingesta de alimento. En la orografía de la cara oclu-
sal de todos los premolares observamos cúspides, facetas, fosas y
4 4.1
tecnicadental.com
surcos que, sin embargo
tienen configuraciones
diferentes dependien-
do del premolar obser-
vado (Figura 6).
Líneas arriba mencionamos que la
estructura del premolar sugiere dos pie-
zas similares a caninos —colocadas, una hacia
vestibular y otra hacia palatino—, unidas entre sí.
Aunque mencionaremos más detalles morfológicos
más adelante, conviene traer a cuenta una perspectiva cons-
tructivista, según la cual, los objetos interactúan con su medio,
modificándolo, pero a su vez son modificados por este. El filósofo
alemán Georg Wilhelm Hegel planteó esta relación en términos de
tesis, antítesis y síntesis. ¿Qué tiene que ver esto con premolares?
¡Todo!
Si revisamos los puntos de oclusión, nos percataremos que las ca-
ras oclusales coinciden con la estructura de los antagonistas, de
manera que hay un empalme. Lo cierto es que, durante la vida
de las personas, los dientes antagonistas se van tallando entre sí,
esto es que la presión que ejercen estas piezas unas contra otras,
las moldean a sí mismas así como a sus antagonistas. Pensemos
por ejemplo en la Tierra: Aunque se dice que nuestro planeta es
redondo, en realidad es elíptico, pues sus polos están achatados.
Newton sugiere que es gracias a la fuerza centrípeta, derivada de
sus movimientos de rotación y traslación, y a la presión que estos
ejercen, que la Tierra adquiere dicha forma y de hecho da lugar a la
fuerza de gravedad, no que atrae los cuerpos al suelo, sino que los
empuja hacia el centro del planeta. Si durante la oclusión existe una
fuerza aplicada entre premolares y antagonistas, ello explicaría que
en su periferia —hacia vestibular, distal, palatino y proximal— sean
cóncavos, como un cubo de plastilina al que aplastáramos ligera-
5 5.1
tecnicadental.com
Premolar
P
mente. Sin embargo, como hemos mencionado en ediciones
anteriores, los movimientos mandibulares no sólo ocurren de
arriba abajo —Recordar el Bicuspóide de Posselt—, sino hacia
derecha e izquierda provocando el movimiento elíptico de la
masticación. Este segundo movimiento también participa del
modelado de los premolares. Si observamos sus cúspides —
también hablaremos con más detalles sobre ellas—, nos perca-
taremos que no son paralelas, sino que tienen —dependiendo
del premolar en cuestión—, divergencias con diferentes grados
de angulación. Imagina dos piezas dentales unidas por cervical,
sobre las que se ejercen fuerzas horizontales: en la primera, di-
cha fuerza se aplica en dirección de las manecillas del reloj, pero
en la segunda, ocurre en sentido inverso. El resultado sería que
cada cúspide tenderá a inclinarse en la misma dirección hacia
la que es empujada y es justo eso lo que observamos en pre-
molares. En el esquema de la página 26 se representan planos
que harían las veces de bases cervicales, y los puntos marcados
en ella coincidirían con las cúspides de los módulos oclusales
vestibular y palatino de diferentes premolares. Nótese cómo es-
tos puntos, guardan diferentes relaciones entre sí. En realidad
no hay pérdida de masa conforme un premolar es moldeado
por sus antagonistas, sino una redistribución. Se dice que en la
naturaleza no existen los vértices rectos —como los que sole-
mos aplicar los humanos en las estructuras que construimos—,
sino dinámicos… Biodinámicos. Aquí tenemos un interesante y
claro ejemplo de ello.
Hasta este momento hemos enunciado algunos rasgos caracte-
rísticos que comparte la generalidad de premolares, así que ha
llegado el momento de ser más específicos.
29
 Vestibular Vestibular
Primer
Premolar
Superior
PPS
Mesial Distal Mesial Distal
7

En los esquemas Observamos que

se representa un cada esquema
premolar como si presenta dos El Primer Premolar Superior se ubica hacia distal del Canino
estuviera aplanado. puntos sobre su Superior y a mesial del Segundo Premolar Superior. Ocluye
Observamos que, superficie. Estos entre los premolares inferiores; esto es: hacia mesial del Se-
aunque cada uno puntos marcan gundo Premolar Inferior y hacia distal del Primer Premolar
presenta diferente las cúspides de Inferior. Ya hemos mencionado que posee, hacia vestibular
forma, la cantidad oclusión hacia y hacia palatino dos crestas pronunciadas sobre la superficie 8
de masa es idéntica Palatino Palatino
vestibular y hacia oclusal, siendo la vestibular de mayor dimensión que la pala-
en cada caso, palatino. Trazamos tina. Si buscáramos una figura geométrica para delimitar los
lo que significa cuadrantes bordes de la cara oclusal, la más apropiada sería un hexágono,
que, las fuerzas para enfatizar simétrico, pero irregular; digamos, para ser más específicos,
oclusivas que se la diferencia en que su forma es como la de un pentágono con una pequeña
ejercen sobre ellas, la relación que protuberancia en la base (Figura 8), pues las caras vestibular y
las moldean como guardan dichos palatina presentan una convexidad, muy ligera en palatino y
piezas de plastilina. puntos entre sí. aguda en vestibular.
8.1
Si miramos esta cara oclusal de frente y trazamos una línea
que la divida por la mitad de vestibular hacia palatino, la lon-
gitud de esta línea sería de aproximadamente 9mm. Ahora
bien, trazando una segunda línea que, de mesial a distal corte
por la mitad a la primera, su longitud sería de aproximada-
mente 7mm. Esto nos deja ver que nuestro pentágono sería
más alto que ancho (Figura 8.1 la misma que la 8 pero diagra-
Esquema 1 Esquema 2 mada), es decir, que el diámetro vestíbulo-palatino es mayor
El esquema 1 corresponde con un Primer Premolar Superior. Notemos El esquema 2 corresponde con un Segundo Premolar Superior, donde que el diámetro mesio-distal. Con esto muy claro, tracemos
cómo las fuerzas oclusivas que actúan sobre las cúspides, se orientan las fuerzas oclusivas que actúan sobre las cúspides, se orientan en sobre nuestra cara oclusal dos líneas, también de vestibular 8.2
en la misma dirección, lo que produce que ambos puntos se hallen direcciones opuestas. Esto causa que los puntos se hallen en lados
a palatino, pero esta vez de manera que dividan la superficie
hacia el mismo lado en relación con el eje vestíbulo-palatino. contrarios en relación con el eje vestíbulo-palatino.
en tres (Figura 8.2 la misma que la 8 pero diagramada). Apro-
ximadamente donde nacen estas líneas, hallamos sutiles de-
presiones que dividen nuestra gran cresta en tres lóbulos: dos
laterales muy tenues, y un lóbulo central más pronunciado.
Sin embargo esto no es así por palatino; ahí, nuestra cresta,
menos pronunciada que la vestibular, se mantiene uniforme.
Es necesario destacar que los bordes laterales de nuestra cara
oclusal no son paralelos, pues presentan una inclinación con-
8.3
vergente hacia palatino —sugiriendo una v—, más pronun-
ciada del lado mesial que por distal (Figura 9). Si continuamos
mirando de frente la cara oclusal, apreciaremos que, del cen-
tro hacia sus bordes se forma una H (Figura 8.3 la misma que
la 8 pero diagramada); ahora miremos esta misma cara, pero
desde una perspectiva proximal y apreciaremos la razón:
30 tecnicadental.com tecnicadental.com 31
P Premolar

sobre el tercio vestibular existe una cresta; una gran montaña

Premolar
P
sobre nuestro territorio oclusal. Además, en el tercio palati- Volvamos ahora al “labio” de nuestro pescado. Esta zona se conoce como superficie lisa. Si trazamos también líneas que dividan en dos este
no se levanta una segunda de menor dimensión que, por su borde tanto por vestibular como por palatino, esas mismas líneas corresponderán con las aristas lisas (Figura 12 diagramada), mientras que
propia altura no alcanza el plano de oclusión. Sin embargo, hacia mesial y distal de cada línea encontramos las facetas lisas. Al momento de la oclusión, la cara oclusal embona con la superficie interpro-
ambas crestas reciben el nombre de módulos de oclusión. ximal de los dientes antagonistas.
Son estos módulos los que, durante los movimientos latero-
protrusivos realizados en la masticación, hacen las veces de Apreciando ahora al PPS desde vestibular (Figura 13), notaremos que su superficie coronaria presenta una figura muy similar a la de un ca-
pistilo de mortero para compactar el alimento. En el centro, 9 nino: una especie de diamante achatado en el borde cervical, con una pequeña depresión en el borde inciso-distal, mientras que el borde
donde se aprecia la línea horizontal de nuestra H —ubicada inciso-mesial presenta una ligera convexidad. La cúspide incisal —o módulo de oclusión vestibular— está más inclinada hacia distal, lo cual
más próxima al borde palatino—, apreciamos el vértice de un hace que la porción mesial sea más extensa. Observamos también tres lóbulos, a saber: mesial, central y distal, siendo la ondulación entre
surco conocido como surco principal (Figura 10), que es justo distal y central más pronunciada que la opuesta. Si rotamos el Primer Premolar Superior de manera que podamos apreciar su cara palatina
donde se observa la unión de los dos hipotéticos dientes fu- (Figura 14), observaremos características muy similares en el módulo de oclusión correspondiente, con las salvedades de que, dado que este
sionados que ya hemos referido. Las barras verticales de la H es de menores dimensiones que el vestibular, alcanzaremos a atisbar los bordes del mismo sobresaliendo por encima del palatino, además
son surcos paralelos a los bordes laterales de la cara oclusal. de que en su superficie sólo existe un lóbulo, lo cual le da una forma convexa. Desde su cara proximal, el PPS presenta una concavidad hacia
Si observamos con atención nos percataremos de que estos incisal —la boca de pescado— y otra hacia cervical, mientras que hacia vestibular y palatino las superficies son más bien convexas. Los bordes
surcos son divergentes desde la barra horizontal hacia vesti- de la boca de pescado —pensemos ahora en una ʌ— se denominan vertientes (Figura 15). Estos no son simétricos debido a que, como ya
bular y también lo son desde la misma barra hacia palatino, dijimos, el surco principal de la cara oclusal —y por ende, el cráter que hemos descrito— se halla más cerca de la cara palatina. Por esto, la
donde además son mucho más cortos, por lo que nuestra H 10 vertiente vestibular es lógicamente más larga.
será “acinturada”, esto es, más ancha en vestibular y en palati-
no que en el tercio medio.

Pensemos nuestro Primer Premolar Superior visto desde oclusal, como una boca de pescado, y los bordes de la pieza harían las veces de
labios. Podemos delimitar estos bordes de manera que haya un margen exterior que “recorta” nuestra boca de pescado del mundo, y un 12
margen interior, comúnmente conocido como arista longitudinal. Esta arista longitudinal delimita propiamente el cráter del Primer Premolar
Superior y las paredes de este reciben el nombre de facetas. Trazando una línea que divida en dos dicho cráter, desde el surco principal hacia
vestibular, hallamos lo que se conoce como arista armada, y recibe este nombre porque se trata de una superficie elevada de la que parten
dos concavidades —mesial y distal—, que reciben el nombre de facetas armadas (Figura 11 diagramada). Si repetimos el procedimiento de tra-
zar una línea, pero esta vez desde el surco principal hacia palatino, hallaremos una arista armada palatina con sus respectivas facetas armadas.

11

13 14 15

32 tecnicadental.com tecnicadental.com 33
P Premolar
Esta pieza —la cual abreviaremos en adelante como SPS— se sitúa
hacia distal del PPS y hacia proximal del primer molar superior. Pre-
senta un rasgo estructural que nos lleva a plantear una cuestión por
demás interesante: Si observamos un SPS completo, esto es, con sus
porciones coronaria y radicular integradas, notaremos que su por-
ción radicular es una protuberancia gruesa y con una forma elíptica,
alargada en sus hemisferios y muy achatada por sus polos. Esto ha
llevado a muchos especialistas a afirmar que el SPS es una pieza mo-
norradicular, es decir, que tiene una sola raíz. La cuestión es ¿qué en-
tendemos por raíz? Pensemos por un momento a la porción radicu-
lar como el cable de un aparato eléctrico. Sabemos que estos, en su
parte externa, tienen material aislante, pero son huecos por dentro,
lo cual permite que en su interior se aloje el material metálico con-
ductor de electricidad. El hueco de nuestra porción radicular recibe
el nombre de ápice y contiene “cableado” que, como todas las raíces
consta de paquetes vasculonerviosos; esto es, ramificaciones por los
que las piezas se alimentan con nutrientes diversos, pero además
nervios aferentes, es decir, que los hacen susceptibles de percibir
estímulos como la temperatura y el dolor —de acuerdo con el con-
cepto de Arco Reflejo, la reacción nerviosa para un estímulo aferente
o sensitivo, sería la respuesta eferente o motora—. Por lo general, a
34
Segundo
Premolar
Superior
SPS
16
cada raíz corresponde un paquete vasculonervioso. Sin embargo, en
el caso de la raíz del Segundo Premolar Superior, hablamos en plural
por la sencilla razón de que esta pieza posee al menos dos. ¿Qué hace
entonces que una raíz sea tal?, su estructura externa o el paquete
vasculonervioso? Si optamos por esta segunda opción, entonces
tendríamos que concluir que las del Segundo Premolar Superior son
en realidad dos raíces fusionadas. Comparado con el PPS, el SPS es
de dimensiones más pequeñas y es esa una de las razones por las
que no requiere de una doble raíz separada como el primero. Una
segunda razón tiene que ver con la función del canino y el apoyo que
el PPS ofrece. Siendo la columna central de la estructura dentaria, el
canino realiza una labor de soporte en la desoclusión mandibular y
en la ferulización biológica (Diseñar la ferulización canino-premolar).
Esto es, que gracias a su soporte, los dientes anteriores se mantienen
fijos e integrados en su posición. El apoyo directo del canino, como
un apuntalamiento es el Primer Premolar Superior y, aunque el resto
de la arcada posterior comparte dicha responsabilidad, lo cierto es
que mientras más distal, el esfuerzo que tal labor demanda es menor.
Pasemos ahora a hacer algunas descripciones morfológicas.
En el Segundo Premolar Superior, como en su antecesor, encontra-
mos más que un borde, una cara oclusal, pero con algunas sensibles
17
tecnicadental.com
Premolar
P
diferencias: tal como en el Primer Premolar Superior, en el Segundo Premolar Superior ha-
llamos dos módulos de oclusión ubicados hacia vestibular y hacia palatino, sin embargo,
a diferencia del primero, éstos tienen dimensiones más uniformes (Figura 17); mientras en
el Primer Premolar Superior, como mencionamos, el módulo de oclusión vestibular es tan
grande que se observa incluso sobresaliendo del palatino desde una perspectiva lingual,
en el SPS no ocurre así, sino que sus módulos semejan más una palomita de maíz, no sólo
por ser de un tamaño similar, sino porque son más abombados que en el PPS. Digamos
que, mientras el PPS está más estrechamente emparentado —morfológicamente hablan-
18
do— con el canino, el SPS tiene —sin perder, como ya veremos rasgos que también re-
cuerdan al canino— más parecido, al menos en la cara oclusal con los molares. El cráter
observado entre los dos módulos oclusales del PPS, prácticamente no existe en el SPS, por
lo que el surco principal se halla más cerca del borde oclusal (Figura 18), además aprecia-
mos más surcos en desarrollo derivando de este. Se dice que los premolares son dientes de
transición, porque se ubican justo entre los molares y la arcada anterior. Esto les confiere un
aspecto y una función híbrida: sus superficies, al momento de ocluir no logran un perfecto
acople como ocurre con los molares y que —como veremos en el siguiente artículo dedi-
cada especialmente a molares— permite que estas piezas cumplan con su labor de tritu-
ración, pero en cambio, la estructura de sus módulos de oclusión les confiere una utilidad 19
peculiar: ¿Imaginas qué pasaría si en una máquina de molienda que se halle funcionando
colocáramos una piedra grande y dura? No hay que ser especialista para saber que sería
suficiente para entorpecer su funcionamiento e incluso romper los rodillos triturantes. Por
esto, los premolares se sirven de sus módulos empleándolos como aduanas, esto es que
al momento de la masticación, los módulos del premolar superior —principalmente del
primero, y he ahí una razón de la diferencia entre las dimensiones del vestibular y el palati-
no, donde el segundo funge como una cuña que separa cuerpos extraños—, detienen los
objetos que son demasiado duros y grandes para pasar a molares (Figura 19). Para esto se
apoyan en la estructura morfológica de sus antagonistas.
20
Regresando a la morfología de la cara oclusal del SPS, notamos que sus bordes marginales
son asimismo más protuberantes que en los PPS, particularmente hacia mesial, mientras que
hacia distal observamos un surco similar al que corta de incisal a cervical, al PPS (Figura 20).
La oclusión del el SPS ocurre hacia mesial con la vertiente distal del segundo premolar inferior, mientras que hacia distal, con la vertiente
mesial del primer molar inferior. (Figura 21 y 22)
El tema de premolares es muy rico, en las siguientes ediciones trataremos los órganos dentarios de la arcada inferior. ¡Espéralos!
“El arte es el acto
íntimo por excelencia
del artista. A través
de él, nos asomamos
no sólo a sus sueños
y pensamientos, sino
incluso a la huella
plasmada por sus
dedos, en arrebatos de
pasión colindantes del
deseo”.
21 22
tecnicadental.com 35
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M M
M
Primer Molar Superior Primer Molar Superior

SU OL PR
IM
Mientras que la yuxtaposición consiste en proveer esta
sensación de profundidad a partir del tamaño y distan-

PE AR
ER
cia en que se colocan dos objetos interrelacionados en
una composición pictórica —pensemos por ejemplo en
el clásico dibujo de una casa y un árbol (Figuras 1) que,

RI
si se coloca en un punto más bajo y es de un tamaño
desproporcionadamente mayor con relación a la casa,
asumimos que el árbol está más cerca del espectador

OR
que la casa misma, pero si el árbol se coloca en un plano
Eq
uip más alto y su tamaño es significativamente más peque-
01 YUXTAPOSICIÓN
od

E
eI ño que la casa, entonces dará la sensación de que está
n el artículo anterior, dedicado a Pre- nv allá, lejos de nuestro cercano hogar—, la superposición
est
molares, destacábamos la novedad que en
iga nos muestra cómo los objetos se “entrelazan”, esto es:
ció
el recorrido realizado a través de la arcada desde n AT si dibujamos un árbol frente a una casa con tamaños
D
las piezas anteriores hacia las posteriores, representa- proporcionales entre sí y en el mismo plano, (Figura 2)
ban las caras oclusales. Dijimos en ese momento además, que pero además nos cuidamos de borrar aquellas líneas de
en vez de las cúspides o bordes observados en caninos e incisivos, semejantes a la casa que deberían estar cubiertas por el árbol, sabre-
montañas, la oclusión en premolares ocurría a través de amplias e irregulares llanuras, mos entonces que esa parte de la casa está ahí, pero
cuya topología se moldeaba a partir de la interacción con su medio. no podemos verla porque claramente el árbol la cubre.
Entonces hay la ilusión de un delante y un detrás donde
sólo existe una hoja plana de papel. 02 SUPERPOSICIÓN

¿Por qué los temas de la yuxtaposición y la superposi- Por ello es que la yuxtaposición sería, de cara a nuestros fines, menos
ción son importantes cuando nos referimos a molares? importante que la superposición y además no emplearemos este úl-
Lo primero que tendríamos que enfatizar previo a res- timo recurso como lo haría un pintor o dibujante, aunque sí habre-
ponder a esta pregunta es que, los protesistas den- mos de tener buen cuidado de nunca perder de vista sus principios.
tales, siendo artistas, tenemos un objeto que ¿Alguna vez has visto una figura, digamos, de barro o cerámica reali-
no es plano; no se trata de un lienzo, zada con un molde? (Figura 3).
o una hoja de papel, sino que es
tangible y tridimensional, Digamos que se trata de una pieza con forma humana, quizás con
como una escultura. las piernas cruzadas. Aunque bien podemos distinguir esta posición,
nos parecerá un tanto plana, un tanto rígida, puesto que las líneas
que delimitan una pierna en relación a la otra y al propio cuerpo del
personaje, están trazadas sobre una pieza única. En cambio, si dicha
pieza es elaborada por un alfarero, las mismas líneas serán más pro-
fundas; existirá, en función de dicha profundidad, una sensación
de movimiento.
El aforismo que abre el
presente artículo, alude Aunque la pieza se halle inerte y sepamos
precisamente a esta visión que es así, al mirarla tendremos la sen-
constructivista para comprender sación de que recién se ha mo-
el desarrollo dentario, pues vido, o de que se moverá
da cuenta de que no a través de próximamente.
yuxtaposiciones, sino de superposiciones
es que la morfología dental se constituye.
Sabemos que las expresiones antes citadas:
yuxtaposición y superposición, son conceptos propios del mundo del arte; ahí
se trata de recursos, o juegos ópticos a través de los cuales el artista logra una
sensación de tridimensionalidad sobre una superficie plana, —aunque como
veremos, en morfología dental se trata fundamentalmente de consistencia—. 03

38 tecnicadental.com tecnicadental.com 39
M Primer Molar Superior
Este es el momento de estable-
cer una premisa: “Todos los artis-
tas miden”; para que dicha sen-
sación de movimiento exista, es
necesario trascender la obser-
vación simple. Nuestra percep-
ción no es capaz de reproducir
fielmente y a detalle cada rasgo
del elemento que buscamos
representar, por ello requeri-
mos apoyarnos en un análisis
más profundo que no puede
prescindir de la medición, que
debe servirnos para determinar
dimensiones, correlaciones e in-
terrelaciones con el objeto y su
entorno. Hemos de pensar que,
cuanto más profunda y precisa
sea nuestra medición, mayor
será la sensación de movimien-
to de la pieza resultante, pero,
más importante aún, su natura-
lidad; hay una relación estrecha
entre movimiento y naturalidad
que se extiende a un tercer cri-
terio que debe ser fundamental
para nosotros: Funcionalidad. Si
una reproducción dentaria pro-
duce con claridad la sensación
de movimiento, entonces posee
naturalidad y por ende, será ca-
paz de interactuar mejor con su
antagonistas y adyacentes, lo
cual le confiere plena funciona-
lidad.
Antes de entrar de lleno en la
morfología del Primer Molar Su-
perior (PMS) —también conoci-
do como “el molar de los 6 años”,
pues a esa edad es que se regis-
tra su emergencia— será nece-
sario recordar una frase del céle-
bre pintor ruso, Vasili Kandinsky:
“La forma está compuesta por
una tensión entre fuerzas y sólo
40
Primer Molar Superior
M
puede ser entendida a través de El PMS ocluye principalmente con el Primer Molar Inferior y sólo en una cuarta parte con el Segundo Molar Inferior. Durante la masticación
su fondo invisible”. Para ejempli- realiza un movimiento elíptico; esto es, que desde un momento de oclusión hasta el siguiente, traza un recorrido con forma similar a una
ficar esta idea, pensemos en un gota. (Figura 9). Esto hace que, dadas las caras oclusales de cada molar —tema que nos ocupará más adelante— ocurra el prensado y la
objeto, por ejemplo un cuerpo, molienda del alimento. Dicha dinámica intermolar requiere que la pieza cuente con una estabilidad que se consigue con una base triradi-
cubierto por una sábana. Como cular: dos raíces vestibulares y una palatina (Figura 10). Aunque las tres raíces presentan curvaturas, las vestibulares —que son más anchas
sabemos, una sábana que se desde proximal, pero casi planas por vestibular— tienden a una forma más recta, mientras que la palatina se extiende justo hacia palatino
extiende sobre el suelo, tiende y regresa hacia su base apical, adoptando una forma similar a la sección de la columna vertebral humana, que va del coxis hasta la región
a adoptar una posición plana, torácica (Figuras 11 a 13). La porción radicular del PMS tiene una extensión de aproximadamente 14.5 mm desde cervical hacia su ápice, lo
sólo con algunas rugosidades. cual corresponde con cerca de las dos terceras partes de la longitud total de la pieza, pues ésta mide, desde su corona hasta la base de su
Sin embargo, colocada cubrien- raíz, aproximadamente 22 milímetros. Esta proporción cambia en la porción coronaria, pues las cúspides palatinas, también llamadas “de
do un cuerpo, adoptará la forma trabajo”, son mayores que las vestibulares.
de este. Podemos deducir cuál
es el objeto que cubre a simple
vista, pero lo que apreciamos 10
es sólo la sábana. La fuerza gra-
vitacional que lleva la sábana
hacia el suelo será contrapuesta
a la consistencia de las formas
del cuerpo que cubre. En este
ejemplo, el fondo invisible es
el cuerpo, pues se trata de una
estructura que, pese a estar cu-
bierto, determina la forma de la
sábana, como el esqueleto sos-
04 tiene y determina la figura hu-
mana. En la Figura 4, observa- 09
mos la escultura titulada "Dama
con velo" de Giovanni Battista
Lombardi. Observa cómo la des- 11 12 13
treza del artista reproduce en el
mármol, la sensación de que un
tenue paño cubre el rostro de la
dama. Nota cómo parece que
el velo ondeará en cualquier
momento por acción del vien-
to. Es importante tener clara la
05 06 relación estrecha entre la forma
y la serie de fuerzas que entran Como toda historia que se precie de serlo, un artículo sobre morfología dental, tendría que comenzar —obvio— por un principio, que
07 08 en tensión para configurarla, proponemos, sean las raíces. Sin embargo, esto es un tanto complicado si queremos —¡y queremos!— esclarecer la relación mecánica que
pues ello logrará que nuestras existe entre cada una de las partes del PMS. Si consideramos la función de un canino, que consiste en apuntalar y establecer una guía para
reproducciones cumplan con la lateroprotrusión —guía canina—, además de ser la base de la ferulización y por la cual requiere de una única raíz grande, profunda y
la triada: movimiento-natura- poderosa, pues la fuerza que ha de resistir es fundamentalmente sagital, entonces tendremos que revisar la dinámica oclusiva y parafun-
lidad-funcionalidad. Con esto cional del molar para entender la necesidad de su anclaje birradicular vestibular y el apuntalamiento palatino. ¡Imagina la estabilidad que
en mente, pasemos a describir dichas raíces proporcionan a la pieza! Aunque el PMS tiene, como ya dijimos, tres raíces: dos mesiales y una palatina, ésta última, siendo
la morfología del Primer Molar más gruesa, posee con frecuencia —recuerda que en morfología dental no hay hormas— dos ápices: esto es, dos conductos por donde
Superior. (Figuras 5 a 8) cruzan los paquetes vásculo-nerviosos que nutren al diente y co-incidentemente, nuestro PMS tiene 4 cúspides (Figura 14)—aunque
hay quien considera que el Tubérculo de Carabelli, que ya describiremos, es una quinta cúspide, no hay consenso general al respecto—.
Cuatro ápices en tres raíces parece una solución funcional, no sólo para el agarre requerido por el diente en su función, sino también para
mantenerlo lozano.
tecnicadental.com tecnicadental.com 41
M Primer Molar Superior
Como ya citamos, la proporción radicular con
relación a la coronaria es de 2-1. Además, el
PMS se ubica en una zona donde la cortical
vestibular es muy delgada y la palatina tiene
un mayor grosor. Entre las dos raíces hay un
tabique interradicular muy sólido. De acuer-
do con estas características, pareciera que la
fuerza tendría que apoyarse principalmente
en la zona palatina y así es en efecto. Por una
parte, la fuerza ejercida por contactos late-
rales en el área vestibular, son absorbidas
por los dientes anteriores. Por otra, los movi-
mientos tangenciales durante la masticación
son realizados por la mandíbula y las cúspi-
des vestibulares de los antagonistas ocluyen
entre las cúspides vestibulares y palatinas
del PMS. La vestibular guía el movimiento de
las cúspides de los molares inferiores —por
lo que recibe el nombre de “cúspide de ba-
lance” o de “no-trabajo”—, pero la molienda
ocurre en las aristas y facetas armadas de las
cúspides palatinas —también llamadas “cús-
pides de trabajo”— contra las cúspides vesti-
bulares de los antagonistas —denominadas
“cúspides estampadoras” o “de freno”— (FI-
gura 15).
En este punto cabe preguntarse ¿cuál es la
función de cada diente? La respuesta parece
fácil, sobre todo si consideramos otra cues-
tión que hemos planteado en ediciones an-
teriores de esta colección sobre morfología:
¿El nombre de cada pieza describe su fun-
ción? Los molares, en efecto muelen, pero su
nombre sólo describe a la pie-
za si se considera su labor
dentro de la mastica-
ción. ¿Y si se conside-
rara su fonación,
por poner sólo
un ejemplo?
15
42
¡Erupción silenciosa!
Para la erupción del
Primer Molar Superior, no
es necesario que antes se
caiga un diente "de leche",
pues aparece justo detrás
del último molar primario.
Muchos estudiosos, durante la segunda
mitad del siglo pasado, propusieron que la
función más importante de cada pieza den-
tal es la desoclusión, entendida esta como
la separación de la oclusión por la oclusión
misma. Esto implica necesariamente que no
puede haber desoclusión si no hay oclusión
—y es un dato que todo técnico dental de-
berá tener presente al momento de realizar
su labor—. El interés por la desoclusión sur-
ge tras establecerse el principio de oclusión
mutuamente protegida. Este principio sos-
tiene que durante el cierre, la oclusión de
las piezas posteriores debe proteger a las
anteriores, pero las anteriores protegen a
las posteriores durante los movimientos ex-
céntricos. Estamos diciendo entonces que la
desoclusión representa la base de dicha pro-
tección, porque, mientras que la oclusión es
un momento en el que puede haber diferen-
tes grados de fuerza aplicada, la desoclusión
es un proceso, por tanto dinámica,
donde también es-
14
tán implicados diferentes grados de fuerza.
Los especialistas sostienen que hay dos tipos
de desoclusión: la llamada desoclusión por
presencia, que ocurre fundamentalmente en
la masticación y la fonación. En este caso, las
piezas antagonistas se acercan para ocluir,
pero prácticamente no se tocan. Cuando es-
tamos masticando, la labor molar se ocupa
de triturar el alimento, pero este siempre in-
terfiere entre los antagonistas. No se trata de
una trivialidad porque el no contacto entre
molares indica que el alimento aún es dema-
siado denso para ser tragado; cuando alcan-
za su grado de fineza ideal, el leve contacto
entre los molares envía una señal al cerebro
que indica que el alimento se puede tragar.
El segundo tipo de desoclusión se conoce
como desoclusión por contacto y está aso-
ciada con la parafunción, específicamente
con un fenómeno llamado bruxis-
mo. El bruxismo consiste
llanamente en el acto
de apretar los dientes
o rechinarlos. Haga-
mos aquí una pau-
sa: seguramente
tecnicadental.com
en la literatura especializada, habrás leído
conceptos en que el bruxismo se acompaña
de adjetivos relacionados, o bien con cues-
tiones estructurales —bruxismo céntrico o
excéntrico—, o alguna circunstancia externa
concomitante —bruxismo del sueño o de la
vigilia—. Consideramos que, aunque las cla-
sificaciones son útiles para ubicar al bruxis-
mo en diferentes contextos, es importante
destacar que el bruxismo… es el bruxismo,
es decir, que su dinámica siempre es la mis-
ma. Habrás leído también que todo bruxis-
mo es patológico —y por consecuencia,
toda parafunción también—. Sin embargo,
nos permitimos aquí poner esto en tela de
juicio. ¿Alguna vez te has preguntado qué es
la enfermedad y cuál es su naturaleza? Res-
ponder a dicha pregunta requeriría páginas
enteras y nos llevaría muy lejos de nuestro
tema, pero como una introducción… como
una franca invitación a reflexionar en ello,
considera que algunos expertos sostienen
que el bruxismo es un recurso autónomo
del cuerpo por medio del cual las arcadas
realizan pruebas de desgaste, balance y
funcionalidad. Algo similar a la alineación
y balanceo de un automóvil, lo cual desde
luego, siendo una forma de diagnóstico y
mantenimiento natural, redunda en benefi-
cio para la salud. Si es verdad que nada surge
por generación espontánea, de ahí se sigue
que no hay otro lugar para la etiología de la
enfermedad —recuerda que no hay deso-
clusión sin oclusión—, que la homeostasis,
es decir, el equilibrio pleno y funcional que
conocemos coloquialmente como salud.
El bruxismo, al que adjetivaremos para fi-
nes expositivos como bruxismo fisiológico
natural, ocurre de manera subconsciente,
particularmente mientras dormimos. Puede
suceder también de manera semi consciente
cuando enfrentamos situaciones que nos lle-
nan de enojo, tensión o estrés. Desde algu-
nos enfoques psico-clínicos se establece que
las condiciones psíquicas afectan al cuerpo y
sus órganos —somatización—. Esto es fácil
de comprender cuando después de un sus-
to, te duele el estómago o sientes náuseas.
Por tanto, no es difícil entender que este pro-
tecnicadental.com
Primer Molar Superior
M
ceso, útil por definición, se ve permeado por es de gran importancia, puesto que consti-
las vicisitudes de la vida y factores como el tuirán el punto de contacto interproximal.
estrés y el enojo antes descritos y sean pro- Observando con atención la misma cara ves-
cesados mientras se duerme, ocasionando el tibular notaremos que en el punto en que
llamado bruxismo del sueño. A mayor inten- diverge el surco vestibular, se forma una m
sidad de las emociones contenidas, mayor que se asemeja al cuello cervical de la pieza.
será la fuerza aplicada en el bruxismo, lo cual, De ahí y hacia cervical surgen dos convexida-
como se sabe, produce diferentes grados de des hacia vestibular que sugieren dos piezas
daño en la estructura dentaria. Como sabes, dentales similares a premolares, unidas por
cuando se aplican fuerzas excesivas sobre las interproximal.
piezas dentales, pueden ocurrir tres cosas:
o se rompen, o se desgastan, o se mueven,
y no queremos que ninguna de estas cosas
ocurra.
La corona del PMS tiene una forma cúbica,
aunque como ya veremos, irregular. La cara
oclusal desde una perspectiva proximal co-
rresponde en promedio con entre el 55% y
60% de la misma perspectiva, pero a través
del tercio medio. Esto nos permite inferir
que el PMS tiene una forma cérvico-oclusal
trapezoidal con una base cervical más ancha
que la cara oclusal (Figura 16). Visto desde
vestibular, observamos un trapecio irregular
con convergencia hacia cervical (Figura 17).
Justo en esta zona cervical observamos que,
donde convergen las raíces vestibulares se
forma una pequeña cavidad de la que parten 16
los hemisferios cervicales que componen el
17
molar. En nuestro artículo anterior dedicado
a Premolares, mencionamos que desde una
perspectiva distal, las cúspides vestibular y
palatina formaban una “boca de pescado”.
Una forma muy similar se aprecia en el mo-
lar, pero en un ángulo obtuso, desde vesti-
bular y en el tercio oclusal, pues hacia mesial
y hacia distal se observan dos cúspides divi-
didas por un surco vestibular —que como en
el premolar, se trata de la continuación del
surco principal de la cara oclusal— que di-
verge en el tercio medio formando una fosa
vestibular. La cúspide ubicada hacia mesial
es más pronunciada que la distal, por lo que
la boca de pescado parecerá dirigirse en esta
última dirección. Si dividiéramos de mesial a
distal la porción coronaria del molar, la base
del tercio cervical sería la parte en que dichas
convexidades son más pronunciadas. Esto
43
M Primer Molar Superior
Desde una perspectiva palatina, la línea cervical presenta una curva-
tura muy tenue hacia la encía y de ahí surgen los bordes proximales
con una convexidad más pronunciada que por vestibular. Aprecia-
mos también dos cúspides, siendo la mesial de mucho mayor tama-
ño que la distal. De la cúspide distal hacia palatino, surge un lóbulo
conocido como Tubérculo de Carabelli —que describiremos más
adelante—, cuyo borde curvo inferior converge con el de la cúspide
distal. En dicha convergencia puede o no haber también una fosa,
pero el surco palatino que de ellas surge recorre, aunque tenuemen-
te, la porción coronaria y se alarga más pronunciada durante toda
la extensión de la porción radicular. Desde la misma vista palatina
pareciera que observamos un racimo con cuatro protuberancias de
diferente tamaño: la más grande de ellas corresponde con la cúspide
mesio-palatina, seguida en tamaño por la mesio-vestibular, mientras
que la disto-vestibular ocuparía el tercer lugar y con una significativa
menor dimensión se halla la cúspide disto-palatina (Figura 18).
Mientras que la cara distal del PMS es prácticamente tersa en su con-
vexidad, la cara mesial presenta algunos accidentes, siendo el más
importante, el Tubérculo de Carabelli (TC) antes mencionado. Este tu-
bérculo fue observado por primera vez en 1842 por el dentista hún-
garo Georg Carabelli —de ahí su nombre— y, pese a que no existen
evidencias concluyentes relacionadas con su origen y función, algu-
nos expertos consideran que es un vestigio de una quinta cúspide
y que su labor es la de refuerzo, pues se ubica en la zona donde se
aplica la mayor fuerza durante la masticación. Aunque no tiene una
oclusión de contacto directo con otras piezas, si realiza una desoclu-
sión por presencia, pues habiendo alimento entre el tubérculo y la
cúspide antagonista, participa de la trituración. El TC no siempre está
presente, pero merece la atención de los odontólogos debido a que
en sus bordes y rugosidades puede acumularse placa que ocasiona
caries. Un ejercicio muy interesante para los técnicos dentales con-
siste en reflexionar: si buscamos restituir un primer molar superior
izquierdo, y nuestro modelo retrata la presencia del TC en el primer
molar superior derecho. Dado que no queda clara la función de dicho
elemento, dado el inconveniente de ser un posible lugar de almace-
namiento de placa. Dada por otro lado nuestra convicción de repro-
ducir con la mayor fidelidad las piezas dentales naturales, ¿qué tan
necesario e importante sería reproducir el Tubérculo de Carabelli en
la prótesis que elaboramos? ¿Te esmerarías en ello? La respuesta que
proponemos para esta segunda cuestión es un categórico sí, y para
sustentarla habremos de responder a la primera pregunta:
En los artículos anteriores hemos sostenido que un protesista es, o
debe ser un hiperrealista y ya con este simple argumento bastaría
para defender la reproducción del Tubérculo de Carabelli, pero si
no obstara, tendríamos que recordar que la morfología no es una
disciplina —como toda aquella que se respete— acabada. Imagina
44
18
que supiéramos, o creyéramos saber absolutamente todo lo que hay
que conocer sobre la forma y función de cada pieza dentaria. Ha-
bríamos hecho lo que nadie nunca en la historia de la humanidad:
agotar un tema relacionado con la ciencia natural y la fisiología. Ya el
suponer haber hecho lo que nadie jamás, nos llevaría a la suspicacia
y a la enorme responsabilidad de sustentar meticulosamente dicho
conocimiento, pero dándolo por hecho, dejaría de ser tema de inte-
rés, sería un tema totalmente rebasado, lo cual, obviamente no es el
caso. Una posición muy saludable desde el punto de vista científi-
co, cuando nos hallamos ante un fenómeno u elemento estructural,
cuya función no podemos explicar consistentemente, radica en decir
“no se conoce… aún”, pues el hecho de que no tengamos evidencia
concluyente para establecer la función de algo, no implica necesa-
riamente que esa posible función sea descartada. Habría que valorar
con detalle las hipótesis descritas líneas arriba, sobre todo si conside-
ramos que el TC está constituido fundamentalmente por un durísimo
material llamado esmalte—. Para confirmar o refutar estas hipótesis,
sería necesario realizar un experimento, con un grupo de personas
de edad, género y otras condiciones determinadas, que presentan
dicho tubérculo, y un grupo de control, con características similares
que no lo presentaran. Habría que evaluar las fuerzas y la dinámica
oclusal de ambos grupos, medir la fuerza aplicada en la masticación,
así como su resistencia en los molares y así podríamos establecer
correlaciones que refuercen o refuten nuestra hipótesis. Podríamos
establecer como otra pregunta de investigación la idea de que el
TC funge como una aduana —ver artículo de Premolares— que pre
selecciona los cuerpos cuya dureza podría dañar la cara oclusal de
los molares antes de que lleguen a ella, y podríamos diseñar un ex-
perimento que igualmente confirme o refute esta idea, que por otra
parte no sería tan descabellada si recordamos que las cúspides de los
antagonistas del PMS se insertan al ocluir, con las cúspides palatinas
tecnicadental.com
de este, de manera que las cúspides vestibulares se colocan dentro
la de cara oclusal del PMS, mientras que las palatinas de los antago-
nistas cubren las cúspides palatinas del PMS… casi ocluyendo con
el TC. La morfología dental es una disciplina viva y cómo tal, llena
de posibles preguntas que AÚN no tienen respuesta. ¿Se te ocurre
una pregunta de investigación, o una hipótesis sobre la función del
Tubérculo de Carabelli? ¡Diseña tu experimento!
Hasta este momento pareciéramos haber dejado de lado el tema
con que abrimos este artículo: la superposición. En realidad sólo lo
hemos demorado, porque el contexto en que con más claridad po-
demos reflexionarlo es en relación con la cara oclusal del PMS.
Dado que la base de nuestro molar tiene una forma cúbica irregular,
es de suponer que las cúspides —5, a saber: vestíbulo-distal, vestí-
bulo-mesial, palatino-distal, palatino-mesial y la del TC— tampoco
guarden una relación simétrica o regular entre sí. Sin embargo, como
al menos cuatro de ellas son puntos de oclusión, ubicarlas para re-
producirlas es de gran importancia. La Figura 19 nos muestra la dis-
posición de dichos puntos.
19
Ahora que recientemente en México tuvimos la desgracia de sufrir
terremotos de gran dimensión, los medios de comunicación loca-
les se dieron a la labor de explicar en palabras simples, cómo y por
qué estos ocurren. Algunas de las explicaciones que nos han sido
expuestas, resultan ser
útiles como refe-
rentes de las caras
oclusales y la su-
perposición:
tecnicadental.com
Primer Molar Superior
M
Nuestro planeta cuenta con varias capas minerales y rocosas que
la cubren como una cebolla. Algunas de ellas, conocidas como
placas tectónicas, se mueven por una gran cantidad de factores, y
al hacerlo chocan y se subsumen unas bajo otras. La energía que
produce dicha colisión se propaga como las ondas de radio a tra-
vés del terreno y así es como puede percibirse un sismo a muchos
kilómetros del punto de choque, conocido como epicentro. Para
nuestra exposición, la idea del choque y la superposición de las
placas tectónicas es clave, porque representa fielmente —recor-
demos el principio hermético que dice: “Como es arriba, es abajo”
— lo que ocurre con el esmalte durante la emergencia del molar y
ante la resistencia de los antagonistas. Un tema de gran importan-
cia en el estudio de la oclusión es lo que conocemos como Facetas
Adaptativas, Madurativas y Parafuncionales que se relacionan con
las dinámicas a través de las cuales las piezas dentarias sufren pér-
dida de esmalte. Hablar de dichas facetas merecería todo un artí-
culo. Las hemos citado porque las Adaptativas y en menor grado
las Madurativas sirven a nuestra exposición. Pensemos en nuestro
Primer Molar Superior como un ariete. ¿Recuerdas en las películas
de acción con escenas de batallas medievales, donde son usados
arietes; estructuras de madera, con refuerzos de hierro en la punta,
para derribar las enormes puertas de fortalezas enemigas? Nuestro
PMS, durante su emergencia cumple una función similar, pues se
encarga de hacer el espacio necesario para toda la arcada posterior:
conforma y es conformado por su espacio adyacente, pero también
a través de la fricción contra su antagonista; de hecho esta última
es la fuerza que, como en el caso de las placas tectónicas, ocasiona
la subducción de las capas de esmalte en la cara oclusal. Recuerda
que previo a su emergencia, el PMS posee una muy gruesa capa
de esmalte que durante el proceso emergente se ha de desgastar
hasta que, ya en su posición óptima, no cuenta con este material
más que cualquier otra pieza. Este proceso a grandes rasgos corres-
ponde con la Faceta Adaptativa y dicha interacción se prolongará
durante la Madurativa, aunque en esta faceta, el desgaste ocurrirá
principalmente en los puntos de oclusión hasta desvanecerlos. Ob-
serva la Figura 20 y nota cómo las cúspides no parecen talladas en
la misma pieza, sino que producen esa sensación de movimiento
que hemos referido al principio.
20
45
M Primer Molar Superior
Durante la década de los 80, existía un juguete muy popular
que consistía en una plastilina —o plasticina— de colores
que se pasaba por diferentes, moldes de manera que salían
tiras con diámetros de formas diversas. Si nuestra base cer-
vical es cúbica irregular, lo más probable es que durante el
desarrollo del PMS, la forma se mantenga en buena medida,
como si pasara por los moldes del juguete antes descrito,
de manera que prevalezca una estructura romboidal. Esto
es justo lo que ocurre con nuestro molar y sus ángulos más
agudos serían el vestíbulo-mesial y el palatino-distal, deriva-
do de la mayor longitud que existe de vestibular a palatino
que de mesial a distal (Figura 21). El borde vestibular será
más pronunciado hacia mesial que hacia distal y cuenta con
los bordes de las cúspides vestíbulo-mesial y vestíbulo-dis-
tal. Entre ambas cúspides media un surco —conocido como
Surco de Trabajo— que continúa por la cara vestibular. Por
su parte, el borde mesial también presenta una leve inclina-
ción hacia palatino-distal muy similar a la que se presenta
en el borde distal. Podríamos decir que son casi paralelos,
aunque el borde mesial es más largo que el distal. El borde
palatino también converge hacia distal, aunque menos acu-
sadamente que el vestibular. Pese a que es muy difícil esta-
blecer el centro exacto de una figura irregular y claramen-
te, no es una coordenada precisa para el rasgo que vamos
a describir, la literatura especializada suele decir que en el
centro de la cara oclusal se halla la fosa principal, también
conocida como centro-triangular. Este último nombre por-
21
que se ubica en el punto de convergencia de tres cúspides: la
vestíbulo-mesial, la vestíbulo-distal y la palatino-mesial. De
los vértices de este triángulo que van hacia vestibular y hacia
mesial, surgen surcos. Ya nos hemos referido al vestibular. En
cuanto al surco mesial, termina en una fosa secundaria, de la
cual parten dos surcos pequeños, hacia vestibular y palatino,
que delimitan la cresta marginal mesial. Si dividimos nuestra
cara oclusal en 4 secciones iguales de vestibular a palatino,
aproximadamente en el borde del tercer cuarto, de mesial
a distal y muy cerca del centro de vestibular a palatino ha-
llaremos otra fosa principal, aunque esta es conocida como
fosa principal distal. De esta fosa diverge un surco diagonal
hacia palatino —Surco de balanza— que se ubica muy cerca
del centro para derivar en el surco palatino que ya hemos
referido. En dirección opuesta, pero en un ángulo menor, de
suerte que se dirige hacia distal, surge otro surco que ter-
mina muy cerca, en una fosa secundaria de donde surgen
surcos secundarios que delimitan la cresta marginal distal.
22
46
Primer Molar Superior
M
Entre ambas fosas principales cruza una cresta de esmalte —
conocida como apófisis oblicua, o puente adamantino— que
interconecta las cúspides vestíbulo-distal y palatino-mesial.
Como en el caso de los premolares, la cara oclusal está bor-
deada por una arista longitudinal y cada una de las cúspides
está dividida —también como en premolares—, primero por
el borde longitudinal, de manera que la mitad de cada una
se halla dentro de este, y la otra mitad afuera. Por el lado in-
terno, cada cúspide tiene dos facetas —facetas armadas—
divididas por una arista, conocida como arista armada. Como
cada cresta tiene bordes en la parte exterior de la arista lon-
gitudinal, al identificar la división en aristas, observamos la
misma estructura que sin embargo denominaremos como
aristas lisas y facetas lisas (Ver Premolares).
Como hemos visto, muchas de las características de la cara
oclusal de los premolares, se repiten en el PMS, aunque por
sus dimensiones, tiene una estructura algo más compleja.
¿Te has percatado de que, tanto al momento de describir
premolares, como en este artículo hemos aludido a que di-
versos elementos de cada pieza, semejan fusiones de al me-
nos dos dientes? Plantear la verosimilitud de tales fusiones
implicaría realizar una indagación evolutiva que se aleja de
los objetivos de esta serie sobre morfología, pero ¿cuál es
entonces la intención de tales afirmaciones? La respuesta es
invitarte a deconstruir el diente; a pensar en cada pieza, no
como monolítica, sino como una estructura, como una se-
rie de elementos integrados entre sí para cumplir funciones
específicas. Más aún, estos elementos pueden desmontarse,
reproducirse por separado con la finalidad de estudiar más a
fondo su montaje natural: mirarlos y volverlos a mirar; foto-
grafiarlos, dibujarlos, colocarlos al microscopio y todo lo que
se te ocurra para exprimir de ellos toda la información que
sea posible ¡Reflexiona un momento sobre las posibilidades
de esta perspectiva! Si consideramos que la búsqueda de
naturalidad y movimiento en el arte antiguo constituyeron
el paso desde las reproducciones planas y desproporciona-
das, a las más grandes obras de escultura realista, primero en
Grecia, y luego en la Europa del Renacimiento, que a su vez
sentaron las bases para el desarrollo exponencial del conoci-
miento anatómico y fisiológico aprovechado por las ciencias
médicas, pareciera que todo afán en la búsqueda de la repro-
ducción del diente artificial perfecto, no es un esfuerzo banal
en absoluto.
23
tecnicadental.com tecnicadental.com 47

En el artículo anterior abordamos
el tema del Primer Molar Superior
(PMS) y lo asociamos con un
concepto empleado en el mundo
del arte, conocido como superposición.
La reflexión que deseábamos inducir
consiste en la importancia de construir
más que modelar las piezas dentarias, a la
manera en que la humedad, el viento y el
clima, coligados con el tiempo y la fuerza
de gravedad, van edificando con base en
sedimentos minerales, formaciones rocosas
que pueden tener una
existencia milenaria.
as líneas rectas no son comunes en la
naturaleza —regla número uno para todo
imitador de ella— y ello se debe a que
toda forma es resultado y proceso de dos
o más fuerzas interactuantes. ¿Recuerdas la
“Con toda acción, ocurre Tercera Ley de Newton, también conocida
siempre una reacción como Principio de Acción-Reacción? Esta ley nos dice
igual y contraria”. que: “Con toda acción, ocurre siempre una reacción
igual y contraria” (Foto 1). La manera más simple de
comprender esto, es imaginando un auto que corre a
Isaac Newton toda velocidad y súbitamente se estrella contra una
1643 - 1727 pared de concreto. La resistencia que ejerce el muro
será idéntica e inversa a la fuerza de aceleración del
01
48 tecnicadental.com
auto. Por lo tanto, el auto se aplastará del frente hacia atrás
y el daño ocasionado sobre este, siempre será idéntico en
fuerza, pero inverso en dirección. Por eso es que un auto
que se estrella a baja velocidad, sufrirá menos daño que uno
que choca con más fuerza (Foto 2). Sabemos que los bordes
y superficies oclusales se delimitan a través de la erosión
provocada por el contacto con las piezas antagonistas y otras
fuerzas actuando en la maxila y en boca, de tal suerte que,
como en las formaciones rocosas, no hay dos piezas dentarias
idénticas. ¿Por qué entonces los técnicos tendríamos que
fabricarlas en serie? 02
Ahora presentamos el tema de Segundo Molar Superior
(SMS) (Foto 3) bajo la premisa de lo mucho en común que
esta pieza tiene con el PMS, aunque también de sus notables
diferencias. La primera de estas que salta ante nuestra vista
es su tamaño. (Foto 4) Hemos mencionado que el PMS, desde
el ápice radicular hasta su superficie oclusal, mide 22mm de
los cuales, 14.5mm corresponden a la porción radicular y los
7.5mm restantes a la porción coronaria. En el caso del SMS,
las dimensiones cambian sensiblemente, pues su longitud
total es aproximadamente de 20mm, de los cuales 13mm
constituyen la raíz y 7 mm son corona. Visto desde vestibular,
la longitud mesio-distal del SMS es en promedio de 9mm,
mientras que desde una perspectiva distal, de vestibular
03
a palatino, su longitud es de 11.5mm. Si lo pensamos
superficialmente parecerá que la diferencia es mínima, pero
es necesario recordar que un milímetro en boca representa
una gran distancia.
El SMS tiene, como el PMS tres raíces: una mesio-vestibular,
una disto-vestibular y una palatina que tienden a estar más
juntas que en el PMS (Foto 5). Otra diferencia muy visible es
la inclinación hacia distal que presentan las raíces del SMS
adoptando la forma del maxilar superior. Gracias a esta 04
curvatura, el ápice de la raíz mesio-vestibular se ubica en
una línea recta con relación al centro de la corona. (Foto 6)
Coincidentemente este ápice también se halla en línea recta
respecto al ápice de la raíz palatina. En el PMS, la raíz palatina
presenta una estría que la recorre de ápice a base cervical,
pero no es el caso del Segundo Molar, pues su raíz palatina
es totalmente lisa.
06 05
tecnicadental.com 49
 Las fuerzas que inciden, la función y trayectorias del SMS El SMS —o los SMS, pues hay izquierdo y derecho— se
son muy similares a las del PMS, por lo que podemos afirmar encuentra hacia distal del PMS y suele ser la última pieza
que las variantes radiculares corresponden únicamente hacia distal, a menos que existan Terceros Molares Superiores
a las dimensiones de cada pieza, a su posición dentro de (TMS) o Muelas del Juicio. Ocluye en ¾ partes de mesial a
la arcada y como ya mencionamos, a la estructura maxilar. distal con el Segundo Molar Inferior (SMI) y en la ¼ parte
(Foto 6). Si recordamos que una de las funciones del canino distal con el Tercer Molar Inferior (TMI) (Foto11): las cúspides
consiste en el apuntalamiento de las piezas anteriores para superiores embonan con las fosas inferiores en lo que
protección de las posteriores, además de la ferulización de conocemos como infracontacto —que ocurre desde el
cada pieza con sus adyacentes, y que en estas funciones el 06 contacto entre antagonistas hasta la profundidad de la fosa—
canino se apoya en las piezas anteriores, pero que, mientras y supracontacto —desde el contacto entre antagonistas
más atrás se ubique en la arcada, la fuerza a resistir de cada pieza es proporcionalmente menor, tendremos una explicación lógica para las hasta la cima de la cúspide—, lo cual posibilita la función de
dimensiones más pequeñas del Segundo Molar Superior con relación al primero. molienda o prensado de los alimentos (Foto 12). 11

Como vimos previamente, el cuerpo coronario del PMS es cúbico-rectangular, pero esto no es necesariamente así en el caso del SMS. Si La cara vestibular del SMS (Foto 13) guarda un enorme
observamos de frente las superficies oclusales de varios SMS, hallaremos que son aún más diferentes entre sí que el resto de las piezas. parecido —valga la proporción— con el PMS; recordemos
Existen superficies con forma más o menos rectangular, otras que son trapezoidales, algunas triangulares, y otras más como un rombo, que éste era un tanto chato hacia distal, con una muy ligera
como un rectángulo comprimido (Fotos 7 a 10). Esto deriva del desgaste que pueda ocurrir en la cúspide disto-palatina y por supuesto, convexidad, mientras que hacia mesial la curvatura, también
cada forma presenta su propia topología, pero habremos de volver más adelante sobre esto. convexa es mucho más pronunciada, particularmente en
el tercio oclusal y el tercio medio, mientras que se vuelve
cóncava en el tercio cervical. En la zona oclusal se aprecian
dos cúspides hacia mesial y distal y donde convergen, en el
centro, de oclusal hacia el tercio cervical hay un surco que
07 09 diverge hacia mesial y distal formando dos lóbulos que
en su juntura marcan una T. En la zona cervical se aprecia 12
también una pequeña cresta pronunciada en dirección de la
gingiva. Como en el PMS, del tercio medio hacia el primer
cuarto del área radicular apreciamos la aparente fusión de
dos piezas, de las cuáles surgen las raíces vestíbulo-distal y
vestíbulo-palatina. Es necesario señalar que no hablando de
una figura plana, las superficies de los lóbulos, distal y mesial
son convexos, mientras que la sección del tercio cervical, por
encima de la barra de la T, también lo es. En el punto donde
convergen las barras de la T, se forma una fosa conocida
como Fosa vestibular.

La forma general de la cara palatina está condicionada por la

del área oclusal (Foto 14). En prácticamente todas las formas 13
se aprecian dos lóbulos, hacia mesial y hacia distal, siendo este
último sensiblemente más pequeño que el mesial. En este
lóbulo distal puede o no aparecer el tubérculo de Carabelli.
Observamos también hacia oclusal una cúspide por lóbulo
con la misma proporción de magnitud que entre los lóbulos
mismos. Como ya señalamos, la superficie oclusal cambia en
relación con el desgaste de la cúspide disto-palatina. Cuando
esta se ha desgastado totalmente, entonces la cara oclusal
tiene una forma triangular y por vestibular se aprecia un solo
lóbulo.

08 10
14

50 tecnicadental.com tecnicadental.com 51
Comencemos la descripción de las diferentes caras oclusales Hemos señalado ya que existen formas de cara oclusal con
precisamente por esta triangular (Foto 15): La base del forma trapezoidal (Foto 17). En esta se aprecia igualmente
triángulo estaría delimitada por las cúspides, distal y mesial, una fosa principal al centro de la cara, con un surco principal
mientras que el vértice se constituye por una única, pero que separa las dos cúspides vestibulares. Se observa el surco
gran cúspide palatina. El borde mesio-palatino estaría secundario que corre hacia mesial, que termina en fosa
formado por la estructura que en una forma cuadrangular secundaria y de la cual también divergen hacia palatino y
se denomina Apófisis oblicua, o puente adamantino. Tal y vestibular, dos surcos secundarios. Observamos un corte
como ocurre en otras piezas que presentan caras oclusales, similar a la de la forma anterior sobre el puente adamantino,
existe un borde marginal que conocemos como arista pero dado que hay pérdida en cúspide disto-palatina, de la
longitudinal. La parte externa recibe el nombre de arista lisa fosa secundaria ubicada en esa sección, sólo surgen dos surcos;
y la interior es la arista armada. También existen facetas lisas el primero de ellos hacia el ángulo disto-vestibular, que por lo
y armadas como en el caso del Primer Molar Superior. La fosa general se detiene al tocar la arista longitudinal, mientras que
principal se ubica muy cerca del centro de la cara oclusal y 15 17 el otro se dirige hacia palatino y corta también dicha arista.
hacia vestibular surge el surco principal en una dirección que
guarda cierta rectitud, aunque en realidad es la más sinuosa
de todos los surcos principales de la arcada. Si observamos con cuidado, nos daremos cuenta de que más que en ninguna otra pieza, el La forma romboidal en la cara oclusal del SMS es
surco principal del SMS se muestra como una grieta, como un registro encefalográfico, que si bien es trazado horizontalmente, muestra las muy similar a la cuadrada (Foto 18). Recordando un
oscilaciones de las pulsiones eléctricas del cerebro a través de picos y valles. En el caso del surco que nos ocupa, estos no sólo ocurren de poco la Tercera Ley de Newton, citada al principio
mesial a distal, sino además, desde cervical hacia oclusal desde el centro de la pieza misma, produciendo diferentes profundidades, como de este artículo, imaginemos un cubo hecho de
fallas geológicas. Muy probablemente este detalle será el más complicado de reproducir para un protesista, pero también es el más fácil goma de mascar en nuestras manos. Si colocáramos
de echar de menos para un ojo experto. Si bien es cierto que una vez en boca, nadie o casi nadie podrá ver los detalles omitidos en la pieza nuestro dedo índice en la punta superior derecha,
sintética, también lo es que si aspiramos a la excelencia, es un rasgo que no podemos dejar de reproducir. y nuestro pulgar sobre la punta inferior izquierda, y
presionáramos, nuestro cubo se iría achatando en las
puntas donde recibe presión; las puntas opuestas —
Existen también surcos secundarios hacia mesial y distal que superior izquierda e inferior derecha— se afilarían y se
forman ángulos rectos con relación al surco principal, como levantarían prominencias del material desplazado en
una T, pero invertida. Justo al llegar a la arista longitudinal, la zona central. Eso es justo lo que ocurre con la forma
estos surcos secundarios se detienen en fosas secundarias, romboidal. Si trazáramos una línea A, que cruce por
de las cuales, hacia vestibular y hacia palatino, surgen otros el centro de la pieza y una el ángulo mesio-vestibular
18
surcos secundarios. Nuestra T invertida tiene otras T, ahora con el disto-palatino y a continuación, una línea B
horizontales hacia sus lados. que, también cruzando el centro, uniera el ángulo
disto-vestibular con el mesio-palatino, (Foto 19) nos
La variante con cara oclusal cuadrada del SMS es, quizás daríamos cuenta de que esta línea B es hasta un 30%
la más parecida a la del PMS (Foto 16). La diferencia más más corta que la línea A. Observamos un puente
sensible radica en el hecho de que, aunque el puente adamantino prominente que no estaría dividido
adamantino está presente —pues la cúspide disto-palatina por un surco. Existe una fosa principal con surcos

16 se halla completa—, se ve atravesado por un surco que

surge de la fosa principal —también ubicada en el centro
formando ángulo recto hacia vestibular y mesial.
De este último divergen dos surcos secundarios
de la cara— y en un ángulo de aproximadamente 45 grados, que delimitan la arista longitudinal. En términos
desemboca del otro lado del puente, en una fosa secundaria. generales, para los SMS, el número y dirección de
De esta última fosa, surge hacia distal otro surco que converge en otra fosa secundaria justo en la arista longitudinal, de la que además surcos secundarios puede ser muy variable, por
surgen otros surcos hacia vestibular y palatino. De nuevo, desde la fosa secundaria conectada con la principal, hacia palatino y al centro lo que aquí se describen sólo los más comunes e
de la pieza existe otro surco que no se detiene en la arista longitudinal, sino que la corta. La formación resultante de estos rasgos sobre la importantes. 19
cúspide disto-palatina es similar a una H un tanto estilizada.

52 tecnicadental.com tecnicadental.com 53
Pensemos en un SMS como si fuera una estalactita: para
que esa pieza en particular adopte la forma que tiene, sus
materiales debieron estar sometidas a diversas fuerzas y
condiciones que sólo con el paso del tiempo condicionan
su forma y consistencia. Los materiales con que los técnicos
dentales trabajamos están diseñados para realizar una
función bajo condiciones ambientales muy específicas.
No cuentan, ni con la maleabilidad del material natural,
ni con todo el proceso de formación que los materiales
naturales en su proceso de desarrollo. Por tanto, una cara
oclusal cuadrada, si es que logra insertarse en el espacio
donde hubo una romboidal, no se amoldará con la misma
eficiencia y tal vez no lo haga en absoluto. Lo más probable
es que sí ocasione movimientos indeseados en las otras
piezas, cambiando la configuración y desajustando toda
la arcada (Foto 20). En cambio, una pieza hecha para durar,
que responda a las condiciones aleatorias eficientemente,
podrá incluso ofrecer soporte extra en la ferulización y el
apuntalamiento de todo el sistema. La importancia de
aplicar la resistencia correcta para resistir el embate de una
fuerza calculada.
20

54 tecnicadental.com

Buenos Aires, Argentina.
Juan Marcos Buda
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56
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56.96.10.26 Iztapalapa Depósito Dental Acatlan Tulancingo, Hidalgo
CDMX Naucalpan, Edo. de Mexico Depósito Dental Blanco 01.775.753.83.33
Depósito Dental San 56.90.83.83 53.73.75.68 La Paz, Edo. de Mexico
Francisco 58.56.62.53 Depósito Dental Gama
Coyoacan Depósito Dental Cabrera Depósito Dental Naucalpan Cuernavaca, Morelos
CDMX Iztapalapa Naucalpan, Edo. de Mexico Depósito Dental Mendoza 01.777.312.39.96
Estados Unidos de América 53.32.57.35 CDMX 71.55.91.96 Chalco, Edo. de Mexico
Salvador Carrillo 57.44.45.76 30.92.53.61 Depósito Dental Mexico
Depósito Dental Shalom Cuernavaca, Morelos
Rio Rico Arizona Depósito Dental Pumas
Coyoacan Depósito Dental Politecnico Naucalpan, Edo. de Mexico Depósito Dental Del Valle 01.777.318.25.96
rioricosal@hotmail.com Miguel Hidalgo 50.49.66.47 Valle De Chalco, Edo. de
CDMX
631-105-7778 / 520285-9982 55.54.04.27 CDMX Mexico Depósito Dental Del Centro
53.42.44.14 Viaciado Y Depósito Dental 59.71.64.69 Cuernavaca, Morelos
Elliot Ortega Depósito Dental Universitario Acuario 01.777.318.81.31
Chicag Illinois Coyoacan Depósito Dental Corona Naucalpan, Edo. de Mexico Depósito Dental Marpad
312 5329156 CDMX Miguel Hidalgo 55.16.19.74.01 Nezahualcoyotl, Edo. de Depósito Dental Cuautla
55.69.56.81 CDMX Mexico Cuautla, Morelos
Labprodent9@gmail.com 55.27.24.02 Depósito Dental Alher 22.28.08.94 045.735.125.60.09
Depósito Dental C.U. Tlalnepantla, Edo. de Mexico
TCD Fernanda Casolla Coyoacan Depósito Dental Revolucion 55.65.59.38 Depósito Dental San Jose Vaciado Dental Porras
Tijuana, Baja California. CDMX Miguel Hidalgo Nezahualcoyotl, Edo. de Puebla, Puebla
6526320 56.58.99.23 CDMX Vaciado Dental Memo Mexico 01.222. 242.58.70
55.16.50.47 Tlalnepantla 51.12.19.60
Dane Barlow Depósito Dental Smarlup Edo. de Mexico Depósito Dental Peter
Coyoacan Depósito Dental San 85.01.31.80 Depósito Dental Siglo Xxi Puebla, Puebla
Boise, Idaho. Francisco Nezahualcoyotl, Edo. de 01.222.232.63.19
+1 (208) 440 3263 CDMX
56.59.97.10 Tlahuac Depósito Dental Del Valle Mexico
CDMX Tlalnepantla, Edo. de Mexico 57.36.72.20 Depósito Dental Didu Dent
Edna G. López Depósito Dental Baltazar 58.41.74.73 53.98.87.61 Puebla, Puebla
Estados Unidos Gustavo A. Madero Depósito Dental Diprodent 01.222.534.05.09
+1 (832) 633 2559 CDMX Depósito Dental Mendoza Depósito Dental Artec Nezahualcoyotl, Edo. de
53.69.50.91 Venustiano Carranza Tlalnepantla, Edo. de Mexico Mexico Depósito Dental Duo Dental
CDMX 16.65.63.60 57.83.62.08 Puebla, Puebla
Depósito Dental Mercurio 47.53.63.92 01.222.868.64.26
Gustavo A. Madero Depósito Dental Cipres Depósito Dental Aldodoncia
CDMX Depósito Dental Mi Angel Tlalnepantla Edo. de Mexico Al Diente Depósito Dental Ubj
51.19.60.77 Venustiano Carranza 53.90.48.15 Nezahualcoyotl, Edo. de Puebla, Puebla
CDMX Mexico 01.222.389.44.58
Depósito Dental Alvarez 26.43.61.51 Depósito Dental Prado 19.99.82.16
Gustavo A. Madero Tlalnepantla, Edo. de Mexico Depósito Dental Gs Dental
CDMX Productos Dentales Jasa 53.88.70.42 Depósito Dental Aragon Puebla, Puebla
57.60.08.20 Xochimilco Nezahualcoyotl, Edo. de 01.222.211.10.99
CDMX Depósito Dental Bosques Mexico
Depósito Dental Villa De 56.76.13.30 Cuautitlan Izcalli, Edo. de 26.17.29.03 Depósito Dental Mexico
Aragon Mexico Puebla, Puebla
Gustavo A. Madero Depósito Dental Olver 58.71.71.26 Depósito Dental Gajaccy 01.222.211.16.57
CDMX Xochimilco Nezahualcoyotl, Edo. de
26.51.47.63 CDMX Depósito Dental Olvera Mexico Depósito Dental Mc Dental
56.53.37.62 Cuautitlan De Romero 36.82.19.06 Puebla, Puebla
Depósito Dental Monarca Edo. de Mexico Depósito Dental Marpad 01.222.216.32.23
58.70.16.89 Nezahualcoyotl, Edo. de
Gustavo A. Madero
CDMX ESTADO DE Depósito Dental La Via
Mexico
55.57.43.86.37
Depósito Dental Spot Zahn
Puebla, Puebla
59.94.98.34
MÉXICO Cuautitlan De Romero
Edo. de Mexico Depósito Dental Garrada
01.222.240.32.67
Depósito Dental Chuy
Iztapalapa Depósito Dental 100 % Dental 26.20.16.52 Nezahualcoyotl, Edo. de Depósito Dental Concepto
CDMX Toluca, Edo. de Mexico Mexico Dental
57.73.33.50 01.722.207.27.94 Articulos Dental Vick Dent 51.12.12.16 Puebla,Puebla
Ecatepec, Edo. de Mexico 01.222.266.98.90
57.70.25.90
Depósito Dental Jorsadent
Iztacalco
Depósito Dental Alphadent
Toluca, Edo. de Mexico
Vaciado Dental La Fundidora
INTERIOR DE Depósito Dental Ganesh
Puebla, Puebla
CDMX
55.52.29.07
01.722.212.95.55
Ecatepec, Edo. de Mexico
56.99.68.13
LA REPÚBLICA 01.222.266.98.90
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Depósito Dental Azteca Depósito Dental Hidalgo Cholula, Puebla
Iztacalco 01.722.280.54.08 Pachuca, Hidalgo
CDMX Ecatepec, Edo. de Mexico 01.222.327.69.96
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57.14.48.16 01.771.127.04.75 01.818.346.42.76
Iztapalapa Depósito Dental Pleyadent
CDMX Toluca, Edo. de Mexico Depósito Dental Depot
57.44.03.88 01.722.219.85.29 Depósito Dental Villa
Coacalco, Edo. de Mexico Pachuca, Hidalgo
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